ESCAPADAS
ESCAPADAS
5 Aventura la rioja
Arriba: Con 36 años y facón en la cintura, Marino Fuente es oriundo de Sanagasta. En frente: Más de 300 personas participaron de esta edición del cruce.
A MULA HASTA EL LÍMITE
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Lonely Planet Traveller Marzo 2013
íctor no se preocupa por hacernos sentir seguros. No sabe de mentiras blancas ni de contestar con lo justo. El camino es de cornisa y cuanto más adentro en la montaña, más aprieta el volante y tuerce los labios. Dice que nunca hizo este camino, que las otras Toyotas de la caravana son más duchas para este tipo de viajes, que ésta ni siquiera es cuatro por cuatro. “¡Y encima llueve! –se queja Julio, que trabaja para la seguridad del gobernador de La Rioja–. Parece a propósito, en toda la provincia llueve 90 minutos al año, menos de 200 milímetros. Pasa que hay muchas fincas por la zona y tiran cuetes a las nubes para que no granice sobre las viñas... Pero la lluvia es lo de menos –sigue, y sonríe, nervioso, sin sacar los ojos de la tierra roja–, sólo espero que funcione la cebolla”. Antes de salir, a las cuatro de la mañana, confió en las palabras sabias de un compañero y puso un ejemplar grande, con cáscara y todo, en el radiador. “¡Pa’ que no se apune, pues!”; no explicó más nada, nadie preguntó más nada. Víctor acelera, tenemos que llegar antes de las nueve al campamento Barrancas Blancas, a 4.200 metros sobre el nivel del mar, desde donde el gobernador, séquitos, periodistas, riojanos y chilenos, van a hacer el último tramo de la expedición auxiliar ZeladaDávila, una de las seis columnas que cruzó a Chile por la campaña libertadora del General San Martín. La camioneta va bien con la cebolla, pero una de sus pasajeras empieza a sentir los síntomas de la altura (pulso acelerado, dolor de cabeza, quizás algún mareo, cambios en la presión). Pasando Laguna Brava, salpicada de flamencos rosados y rodeada de vicuñas saltarinas con sus crías, se desmaya sobre un hombro vecino que se paraliza del susto. Pasan 20 segundos, tal vez medio minuto, hasta que vuelve a respirar en un grito. “El mal de montaña es así, cuando te ataca fuerte no hay con qué darle –explicaría más tarde una de las enfermeras de Barrancas Blancas, Yanina, que en un solo día registró más de cien consultas–. Pero lo bueno es que así como viene cuando subís, se va cuando bajás”. Si se cumple
con los cuidados no hay por qué alarmarse. Para ello, en medio del camino los carteles en la enfermería recomiendan desayunar té de coca, caminar despacio, comer poco y abstenerse del cigarrillo y del alcohol (aunque muchos hacen caso omiso de este último punto y compensan el mareo por falta de oxígeno con el mareo propio del tinto riojano). Entre consignas patrióticas, clarinetes y banderas políticas, a las diez de la mañana los jinetes presentes montamos las mulas que supimos conseguir y seguimos a los gauchos a la cabeza de la tropilla. “¡Viva la Patria! ¡Viva Chile! ¡Viva Atacama!”, repiten las filas sucesivas como un eco, recreando la euforia de la lucha libertadora contra los españoles en enero de 1817. Las cuatro por cuatro cierran la caravana hasta donde hay camino y después a campo traviesa, con fotógrafos en las cajas, cumbia en la radio y palabras de aliento. “¡Taconéala! ¡Dale con fuerza a esa mula retobada!”, grita un gendarme de boina
camuflada y panza de locro, con un brazo colgado de la ventanilla. Pero la mula está crispada y no entiende razones, se niega a seguir camino. Al escuchar la escena, una jineta experta ajusta las riendas y desanda camino en misión de ayuda. Es la bella Anahí, de 18 años, con sedoso pelo castaño, camisa roja a cuadros, botas acordonadas y pañuelo al cuello. Sonríe como diciendo: “Está todo bien” y da un puntapié al animal rebelde: “¡Vamos, caballoooo!”, ordena con la autoridad gaucha que la situación exige, y consigue hacer arrancar la mula inmediatamente. La sigue de cerca, con un ojo en el camino y otro en el horizonte: “Se viene lluvia”, pronostica. Y le creemos. Anahí es gauchita, viene cabalgando hace doce días desde La Rioja Capital junto a su papá, hermano, un novio que se hizo en el camino y cuarenta y ocho gauchos más de 14 departamentos de toda la provincia. Es la única mujer que hizo la travesía completa, la única que se animó a Marzo 2013 Lonely Planet Traveller
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