Boletín informativo No. 1 Enero - Febrero 2012 Una publicación del
Por el fortalecimiento institucional de las relaciones domínico-haitianas
“La Comisión Mixta Bilateral no tiene la capacidad de interceder sobre los problemas reales” Entrevista a Guy Alexandre Sociólogo, fue Embajador de Haití en la República Dominicana desde 1991 hasta 1997, cuando renunció para dedicarse a las labores docentes e investigativas en Puerto Príncipe. Es conocido por haber permanecido tres años en el cargo como embajador combatiendo en los foros diplomáticos, junto al Embajador de Haití en Washington, Jean Casimir, al gobierno golpista del general Raoul Cedras (1991-1994). ¿Cuáles fueron los principales logros de la Comisión Mixta Bilateral (CMB) en sus primeros años? En el momento que participé, yo era embajador de Haití en la RD. Participé en la primera etapa de su fundación en marzo de 1996 hasta finales de 1999. Estuve más metido en los trabajos de la sub comisión técnica de asuntos migratorios y fronterizos, independientemente de que, cómo diplomático, yo manejaba el conjunto de los aspectos de comunicación de las sub- comisiones de ambos países. Lo más importante que hay que subrayar es que en esa primera etapa, la CMB tuvo indiscutiblemente una función positiva como instrumento institucionalizado para manejar y mantener un diálogo entre ambos países, Estados y hasta sociedades en relación con varios temas comunes que van desde el comercio hasta medio ambiente pasando por migración, educación, deportes y juventud. La CMB cumplió con funciones positivas en la medida que abrió un espacio para la concertación y establecimiento de marcos de acuerdos entre ambos países. Recuerdo bien que fue en la primera fase de la Comisión que se planteó una real dinámica de
cooperación entre los sectores de salud pública de ambos países, llegando hasta campañas binacionales de vacunación. Esto se aplicó no solamente para la salud pública humana sino también de la vegetal y animal, involucrando los sectores agrícolas en ambos países. Lo mismo para el tema medio ambiental, en el cual pusimos en marcha proyectos transfronterizos. En materia educativa quizás no llegamos tan lejos como era deseable, pero fue en el marco de la misma Comisión que se elaboraron perspectivas de acuerdos entre la Universidad del Estado de Haití y la UASD en cuanto a eventuales cátedras comunes de la historia de ambos países. Luego, hay que tomar en cuenta que los dos temas que son de mayor interés son también terrenos de mayor sensibilidad: migración y comercio. Y en esos temas, pienso que la Comisión no permitió ningún avance, excepto en el reclutamiento de mano de obra en ambos países y quizás sobre los mecanismos de repatriaciones. Considero que ambos acuerdos son falsos, porque no han sido respetados ni por Haití ni por la RD. En esta nueva etapa, ¿cuál cree usted que son los temas para hacer seguimiento? En esta anunciada reactivación de la CMB, la migración y el comercio, por ser temas sensibles que implican muchos intereses y grupos de empresas
particulares, merecen - para ser negociados de manera seria- que a la cabeza de los dos Estados exista una decisión y una voluntad política de avanzar, sobre todo en lo migratorio. En este tema, mi opinión es que hemos enturbiado demasiado los varios aspectos de la problemática migratoria. En los dos lados aún está pendiente una real voluntad política para implementar las soluciones que ya los técnicos, funcionarios y científicos sociales han elaborado y sometido a los Estados. Mi voto es para que la reactivación que se anuncia pueda responder a estos dos temas con voluntad política real. Mi temor es que la CMB vuelva a ser lo que ha sido hasta ahora. Después de casi 4 años de funcionamiento, la CMB es una instancia en la cual funcionarios y técnicos dominicanos y haitianos se conocen, aprenden los modos de relacionamiento de unos con otros y se complacen en reunirse cada 6 meses funcionando como una especie de aparataje democrático que no tiene la capacidad de incidir sobre los problemas reales. Además de la voluntad política, ¿existen otro tipo de problemas -como prejuicios históricos o culturales- que impidan o hagan más difícil el trabajo de la CMB?
Este debería ser el trabajo de la CMB, diseñar planes y políticas de educación de unos hacia otros. Desde el CB, tenemos la sospecha que las sociedades dominicana y haitiana, sobre todo al nivel de la frontera, no han dejado de moverse, y que de hecho lo hacen con mucho más rapidez y agilidad que los mismos Estados ¿Cómo lo ve usted? ¿Qué tiene que aprender la CMB de los grupos de base?
Yo estoy totalmente de acuerdo con esa percepción y comparto la visión que podemos hablar a nivel de la frontera de un pueblo dominicano y haitiano con buenas prácticas de convivencia positiva, de cooperación natural y yo diría también de solidaridad masiva luego del terremoto. “El tema salud obliga a los Los dos Estados tendrían que apoyarse gobiernos a concertar, en las varias formas de convivencia porque los microbios y cooperación que los pueblos no conocen fronterizos han elaborado y puesto en fronteras” ejecución en la vida diaria desde hace décadas.
Yo diría que algunos elementos de prejuicios y desconocimientos hicieron difíciles los primeros contactos entre miembros de ambos países. Pero durante mi experiencia de tres años hasta se crearon amistades entre los grupos de funcionarios. Me parece que ese es un elemento positivo dentro del balance de la Comisión: la creación de redes entre funcionarios de ambos países.
En el terremoto de 2010, mi esposa y yo nos beneficiamos de la solidaridad del pueblo dominicano luego que fuimos evacuados hacia Santo Domingo para que mi esposa pudiera recibir cuidados. En la capital dominicana y el resto del país viví expresiones de esa solidaridad. Pero al regresar a Haití vi también que mis compatriotas haitianos estaban descubriendo que los dominicanos son, en última instancia, nuestra familia.
Una publicación del Centro Bonó Santo Domingo, República Dominicana Entrevista: Juan Carlos González Diseño: Elvis González Comprés
Lo que lamento es que a ambos lados las direcciones políticas de nuestros Estados no hayan podido aprovechar este momento particular de la expresión de la solidaridad dominicana y del reencuentro entre haitianos y dominicanos para desarrollar iniciativas de sensibilización y educación sobre qué son los pueblos dominicanos y haitianos, cuáles son sus rasgos culturales particulares y cuáles son los elementos de enriquecimiento mutuo.
Miembro de la Red Nacional de Servicio Jesuita a Migrantes República Dominicana
Finalmente, ¿cuál cree usted que puede ser el apoyo de la sociedad civil a la CMB? Yo sugeriría lo siguiente: cuando se anunció por primera vez un proceso de reactivación de la CMB, varios grupos haitianos y dominicanos de la sociedad civil se juntaron para constituirse en una Comisión Mixta de la sociedad civil. Lo sé porque participé varias veces, tanto en Puerto Príncipe como en Barahona. Lo importante a mis ojos es que se trataba de un esfuerzo de grupos de la sociedad civil interesados en un mejor manejo de las relaciones binacionales y en apoyar a los Estados en la reactivación de la CMB, pero también en vigilar ese proceso.