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Edición Nº 100
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Presentación
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Tecnología
Abril 2021 Unidad de Relaciones Públicas y Comunicación
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Coordinadora: Maria Eugenia Estrella Editora: Rosana Encalada Equipo de redacción: John Humala Rengel Leidy Romero Romero Dirección de fotografía: Anthony Galán Guaricela Diseño y Diagramación: Roberto Ortiz Culcay
Análisis
Entrevista
Mujeres en confinamiento: una reflexión sobre la desigualdad y la violencia de género en el contexto de la pandemia de la COVID-19
Por una educación sexual integral
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Investigación
Vinculación
Estudiantiles
Una investigación hecha por mujeres que apoyan a víctimas de violencia de género
Voces escuchadas en rondas comunitarias
Renacer, una guía que siembra esperanza
Colaboradores en esta edición:
Foto portada: Recursos web
Análisis: Paulo Freire Valdiviezo Investigación: Andrea Alvarado Orellana Matices: : Ana Luz Borrero
El contenido de los artículos es criterio de sus autores y no representa necesariamente la posición de la Revista.
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Cultura
Salud y Medio Ambiente
Matices
8 mujeres y sus perfiles
Cáncer de cuello uterino
La Fundación de Cuenca en abril de 1577
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Presentación
Marzo es el mes en el que con una serie de acciones y actos conmemoramos el Día Internacional de la Mujer. Recordamos a aquellas mujeres que dieron su vida por la reivindicación de sus derechos, desde aquella matanza, en 1908, cuando 129 trabajadoras fueron asesinadas en la fábrica Cotton, de Nueva York, luego de que se declararan en huelga de hambre para exigir mejores condiciones laborales. En todos estos años de lucha por participar en la sociedad en igualdad de condiciones, sin duda ha habido logros, pero aún hay un largo camino por recorrer para lograr este objetivo y erradicar la violencia. Nuestra Agenda Universitaria dedica este número a esta lucha, a la reivindicación de los derechos de las mujeres, a evidenciar las brechas aún existentes y difundir la gestión académica, de investigación y vinculación para contribuir a reducir la desigualdad y lograr dar fin a la violencia que diariamente se lleva la vida de niñas y mujeres, o la precariza. Un profundo análisis de Paulo Freire, “Mujeres en confinamiento: una reflexión sobre la desigualdad y la violencia de género en el contexto de la pandemia de la COVID-19” es el contenido central de esta edición. Presentamos también una investigación hecha por mujeres que apoyan a víctimas de violencia de género en la que se caracteriza a la violencia y los índices en Ecuador, país en el que el porcentaje de mujeres que han vivido algún tipo de violencia a lo largo de su vida asciende al 64,9%. En el mismo ámbito, compartimos el proyecto de un cuadernillo de reflexión con tintes lúdicos que nació como una iniciativa de dos estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad de Cuenca, después de sus vivencias en su aporte de vinculación con la sociedad en la Casa de Acogida María Amor. Se trata de “Renacer, una guía que siembra esperanza”. Desde el trabajo académico de responsabilidad comunitaria conoceremos el proyecto “Voces escuchadas en rondas comunitarias” que pretende fortalecer una ruta que comprenda la situación de las mujeres y que ellas puedan tener claridad de a dónde y cuándo deben recurrir en el caso de que se encuentren en una situación de violencia. En el ámbito de la salud entregamos detalles del proyecto CAMIE (Cervix Auto Muestreo Igualdad Empoderamiento) que tiene como objetivo reducir la mortalidad por cáncer de cuello uterino, uno de los más comunes a nivel mundial y nacional, a través de la detección y tratamiento temprano.
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ABR - 2021
La vicerrectora de Investigación, Monserrath Jerves, además Directora del Grupo de Investigación de Sexualidad y Educación Sexual de la Universidad de Cuenca, en una entrevista profundiza sobre los resultados de sus investigaciones para avanzar en materia de educación sexual, prevención de la violencia y embarazo precoz. En este número, la cultura no está ajena a esta conmemoración por el Día de la Mujer. Jimena Peñaherrera, directora de Cultura de la Universidad de Cuenca destaca el reconocimiento desde este espacio universitario a “8 Mujeres y sus perfiles”. La tecnología y la innovación también tienen su espacio. La Facultad de Ingeniería por medio del Grupo de Investigación en Innovación Tecnológica trabaja en la generación de ciencia y producción de conocimiento para mejorar la calidad de vida de las personas adultas mayores. Finalmente, en abril de cada año, recordamos y celebramos la fundación española de la ciudad de Cuenca. La historiadora Ana Luz Borrero reflexiona sobre las bases históricas y la proyección de la ciudad a futuro.
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Análisis
Mujeres en confinamiento: una reflexión sobre la desigualdad y la violencia de género en el contexto de la pandemia de la COVID-19 Texto:
Fotos:
Paulo Freire Valdiviezo
Cortesia
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A modo de contextualización Desde marzo del 2020, momento en el que la pandemia provocada por la COVID-19 obliga a tomar varias medidas a los Estados alrededor del mundo, la academia comenzó a analizar, desde distintas perspectivas y entradas teóricas, las consecuencias que podría tener esta pandemia en los ámbitos políticos, económicos, sociales, culturales, científicos y de género. Los primeros análisis, con apenas unos días transcurridos de la cuarentena, llevaron a plantear las posibles consecuencias positivas que la pandemia podría tener en el ámbito de la organización social y el reconocimiento de la comunidad como eje central de la construcción de la política pública. Se planteaba, además, que la visibilización de las brechas sociales ayudarían, de cierta manera, a un despertar social, que vuelva a colocar a la fraternidad y la solidaridad como grandes valores de la humanidad. Sin embargo, la extensión de la cuarentena y sus consecuencias en los ámbitos económicos y políticos provocaron que las brechas de desigualdad social se profundicen, que el acceso a derechos básicos como la educación y la salud se vean fuertemente afectados. Hay que precisar que los efectos de la pandemia no son iguales para toda la población, categorías como la edad, la clase social, el lugar geográfico, el género, son determinantes al momento de analizar y comprender las consecuencias económicas, sociales y políticas de la pandemia. Según la OMS (2020), las mujeres y los hombres han tenido que soportar las consecuencias de la pandemia de distinta manera, pues, las características biológicas y de género, y la interacción de estas con otros determinantes sociales, influyen en los efectos que tienen los riesgos de exposición, la profundidad de las consecuencias sociales y económicas. En este contexto, toda lectura que se pueda realizar en torno a los efectos que la pandemia tiene sobre la dinámica social, económica, cultural y política, tiene que estar realizada desde un enfoque de género, pues, las desigualdades sociales, el desempleo, la falta de acceso a educación, salud y servicios básicos, se manifiestan de forma diferente según el género, y según como esta categoría se relaciona con otras, como la clase social, la etnia y el lugar geográfico. Una lectura sobre las desigualdades que han sido provocadas o profundizadas debido a la pandemia
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de la COVID-19 es entender que la injusticia atraviesa la sociedad en su conjunto, y que se legitima en los procesos de normalización de las inequidades. Analizar las desigualdades significa, tratar de entender las implicaciones actuales y futuras que este fenómeno tenga en la dinámica entre género, familia y sociedad. Hay que hacer énfasis en la necesidad de reflexionar la realidad desde un enfoque de género, sobre todo en momentos en los que, las categorías como género, clases, edad y etnia van moldeando los efectos que la enfermedad de la COVID-19 puedan tener tanto en el plano corporal como en el ámbito social. Lo que se pretende, con este breve artículo, es poner sobre la mesa de discusión, ciertos elementos de análisis sobre la importancia que tiene el enfoque de género al momento de realizar un análisis social sobre una realidad compleja, sobre todo, cuando esta realidad involucra al cuerpo, a la familia, a la sociedad y al Estado. Reflexión sobre la desigualdad y la violencia de género en el contexto de la pandemia de la COVID-19 La pandemia de la COVID-19 ha causado gran impacto en diversos ámbitos, en todo el mundo, la dinámica social ha cambiado drásticamente, los ámbitos laborales, educativos han tenido que transformarse significativamente, llevando muchos de sus procesos al terreno de lo digital. La dinámica de vida de la población ha cambiado, pero, sobre todo, el confinamiento ha afectado la vida de niñas, jóvenes y mujeres (Herrera, 2020). La división sexual del trabajo, la masculinización y feminización de actividades laborales y educativas se ha profundizado a raíz del confinamiento, llevándonos a una realidad, que más allá de los efectos económicos y políticos que están siendo analizados por la academia, tiene una repercusión profunda en la reflexión y acción que se venía llevando a cabo, hasta el momento, en los ámbitos del género. Los cierres de las escuelas, por lo tanto, la educación de los hijos e hijas desde casa, el cuidado de los enfermos, ya sea por COVID-19, o por otras enfermedades, han triplicado la carga laboral y de cuidado que las mujeres venían desempeñando antes de la pandemia. Según Fanny Herrera (2020), muchas mujeres, durante el año 2020, han tenido una situación de fragilidad extrema, debido a que están sometidas a
una economía del cuidado, o al no tener trabajos fijos y basar su economía individual o familiar en el trabajo informal. Según el informe de la OPS (2020), las políticas económicas adoptadas por gobiernos, debido a la cuarentena obligatoria, han repercutido, mayoritariamente, en la economía de los hogares encabezados por mujeres, pues son ellas, las que mayoritariamente han sido víctimas de los recortes salariales, de los despidos intempestivos, y que, además, tiene que cargar con la mayoría del trabajo no remunerado. A todo esto, se puede sumar los graves retrocesos que estamos viviendo en torno a los derechos, pues la Ley Humanitaria aprobada por la Asamblea Nacional el 15 de mayo de 2020, tiene graves consecuencias en los ámbitos económicos, sociales y culturales de las familias ecuatorianas. Otra de las diferencias, en cuanto a los efectos de la pandemia, desde un enfoque de género, tiene que ver con el hecho de que la COVID-19 actúa de manera diferente en los contextos masculinos que femeninos. Los hombres tienen más probabilidades de contagiarse en actividades públicas, que históricamente han sido masculinizadas, mientras que, para las mujeres, la violencia dentro de los hogares ha aumentado, así como, la inequitativa distribución de las responsabilidades de cuidado dentro del seno familiar (Tello de la Torre y Vargas Villamizar). Si nuestra sociedad ya vivía una situación de inequidad y violencia alarmante, con la pandemia, el escenario se ha vuelto mucho más complejo, pues, la inequitativa distribución de las responsabilidades dentro del hogar nos lleva a una situación en la que las oportunidades de acceso al mercado laboral para las mujeres se han reducido. Esta realidad nos lleva a precarización en las condiciones de vida, tanto en el ámbito laboral, como en el ámbito académico. La desvalorización de las actividades relacionadas con el cuidado y con la educación, ya eran una
característica de nuestra dinámica social dentro del país, y con las condiciones que ha impuesto la pandemia, y la falta de acciones concretas por parte del Estado, ha llevado a que esta desvalorización sea cada vez más amplia. Las consecuencias de la desvalorización de las actividades históricamente feminizadas tienen que ver con el no reconocimiento económico de las actividades de cuidado de los enfermos dentro del hogar, y con la precarización de las condiciones laborales en los ámbitos de cuidado y educativo fuera del hogar. Las mujeres que trabajan cuidando enfermos, niños y niñas, o personas de la tercera edad, así como, las mujeres que trabajan en el ámbito educativo, están siendo víctimas de sueldos cada vez más precarios, debido a que tienen que acomodar sus horarios a sus actividades dentro y fuera del hogar. En este contexto, estamos hablando de que, una de las consecuencias más fuertes de la pandemia tiene que ver con la violencia de género. Según Herrera (2020), las violencias de género pueden ser entendidas como aquellas formas que perpetúan el sistema de jerarquías impuestas por el sistema patriarcal. Claramente, estas jerarquías se expresan a partir de conductas, creencias e imaginarios relacionados con los estereotipos de género, y que han sido culturalmente construidos, normalizados y reforzados. Para Acosta (2020), cuando hablamos de violencia de género estamos hablando de un problema de salud mundial, que puede ser conceptualizada como otra pandemia. Al tratar a la violencia de género como un problema de salud a nivel mundial, podemos entender que hay factores de riesgo que están asociados al aumento de las estadísticas de mujeres que han sufrido violencia de género durante la pandemia.
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11 Para entender la violencia de género, sus causas y consecuencias, es necesario mencionar que la Ley Orgánica Integra para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en el Ecuador (2018), en el Artículo 10, contempla siete tipos de violencia: física, psicológica, sexual, económica y patrimonial, simbólica, política y ginecobstétrica. Muchos de estos tipos de violencia se han intensificado durante la cuarentena obligatoria. Según Acosta (2020), el análisis de la violencia de género requiere el tratamiento de dos elementos fundamentales: Por un lado, está el elemento histórico, y por otro lado está el contexto. Por lo que podemos decir, que la violencia de género es un problema histórico que depende de determinados contextos económicos, políticos, sociales y culturales. En este sentido, la manera como se aborda la violencia de género en los medios de comunicación y en las redes sociales normalizan, reproducen y refuerzan los patrones socioculturales que nos han llevado a tener índices elevados de violencia hacia la mujer dentro de los espacios privados como el hogar, y, también, dentro de los espacios públicos como los centros educativos y los centros de trabajo. Por este motivo, al hablar de violencia de género estamos hablando de violencia estructural, una violencia que se reproduce a través de la cultura, de los medios de comunicación, de las redes sociales, de la educación, de la estructura económica, y que es utilizada para impedir cualquier tipo de transformación social que atente contra los privilegios de los grupos que ejercen el poder. Para Acosta (2020), el móvil principal de la violencia de género es el control y el sometimiento de la mujer hacia su agresor, control y sometimiento que es apoyado y reforzado por la estructura jerárquica social. Por este motivo, la violencia de género es un tipo de violencia que se prolonga en el tiempo, que tiene una estrategia, y que se va profundizando y teniendo consecuencias cada vez más graves, hasta llegar al punto de la muerte de la mujer. Las estrategias que se utilizan en los procesos de violencia de género tiene que ver con elementos que son propios de la dinámica social y cultural, control que se ejerce a partir de chantajes, que llevan al aislamiento de la víctima, impidiéndole tener contacto con fuentes de apoyo externo como la familia, los
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amigos y amigas. A nivel que se ejerce más violencia, la víctima depende cada vez más de su agresor (Acosta, 2020). Una de las cuestiones más graves de la violencia de género, que vuelven complicado su tratamiento tiene que ver, en muchos casos, con la proximidad del agresor, lo que lleva a su naturalización e invisibilización. Esta realidad, en un contexto de confinamiento, provocado por la pandemia del COVID-19, ha generado las condiciones idóneas para que la violencia de género se potencie. En el contexto del confinamiento las mujeres están más aisladas, lo que facilita la impunidad y la imposibilidad de encontrar redes de apoyo. Las estadísticas de violencia contra las mujeres son muy altas, según el informe de la Organización Mundial de la Salud (2020), cada tres mujeres en el mundo han sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida, y seis de cada diez mujeres asesinadas han tenido como su victimario a su pareja u otro miembro de su familia. En el Ecuador, el acceso de mujeres niñas, jóvenes y adultas, a los servicios de seguridad protección y recuperación es precario, incluso antes de la pandemia ya eran precarios, situación que se ha complicado debido al confinamiento y la reducción de presupuestos a estos ámbitos de la salud, lo que evidencia que esta realidad no está dentro de las prioridades del Estado. El impacto de la violencia de género tiene consecuencias graves en países con sistemas de salud que no funcionan bien, en países con sistemas democráticos débiles, en países con redes precarias de asistencia y apoyo para mujeres que han sido víctimas de violencia. Estas situaciones elevan los niveles de violencia y desigualdades de género. Según Acosta (2020), el confinamiento de las mujeres junto a sus agresores tiene como consecuencia inmediata el incremento de la violencia y la impunidad del agresor. El confinamiento ha venido a reforzar tres elementos que caracterizan la violencia de género: En primer lugar, el componente estructural, que coloca la figura masculina como la referencia en la toma de decisiones. En segundo lugar, el aislamiento de las mujeres, que impide la comunicación directa con cualquier red de apoyo dentro de la familia o fuera de ella. Y finalmente, el control directo que la violencia ejerce sobre la mujer.
Ahora bien, según el informe de la UNESCO (2020), vivimos una de las peores recesiones de los últimos 100 años, lo que genera una contracción en el Producto Interno Bruto de los países de América Latina, y quienes más sufran las consecuencias de esta recesión serán las mujeres. Según este informe, las mujeres, ahora, pasan tres veces más tiempo que los hombres haciendo trabajos domésticos y de cuidado.
contra las mujeres no cuenta con los recursos suficientes para su implementación, realidad que habla de una política pública de defensa y protección de los derechos débil. Además, hay que ser enfáticos en que las prioridades que el Estado ha tenido durante la pandemia del COVID-19, han estado totalmente alejadas de la obligación de garantizar el acceso a los derechos básicos de la población.
Lo paradójico resulta que, el hogar, que se supone sería el lugar seguro para cuidarse de la pandemia producida por el COVID-19, para las mujeres se ha convertido en el lugar más inseguro, pues están expuestas a sufrir violencia intrafamiliar, sexual, física por parte de su pareja u otros familiares, que en algunos casos termina en femicidios.
El aumento de los índices de violencia de género durante este periodo va a traer consecuencias severas en la dinámica social, pues van a permitir el refuerzo de las condiciones de desigualdad de género, así como la normalización y naturalización de la violencia de género, que ya tiene en los medios de comunicación, en las redes sociales y en el sistema educativo aliados poderosos, porque no han sido capaces de entender las complicaciones de esta realidad.
Según la ONU (2020), el 64% de mujeres han sufrido algún tipo de violencia basada en género, de las cuales el 30% ha sucedido al interior de sus hogares, y la probabilidad de sufrir violencia cuando el conviviente está en casa o está desempleado aumenta un 28%. De esta manera, observamos que las condiciones de desempleo y pauperización de la economía causadas por la pandemia, influyen directamente en el aumento de los índices de violencia de género, razón por cual, es un imperativo analizar la realidad actual a partir de un enfoque de género. Según datos proporcionados por la Asociación Latinoamericana para el Desarrollo Alternativo (2020), desde el 1 de enero hasta el 16 de noviembre de 2020, se registran 101 femicidios en Ecuador. Por lo tanto, cada 72 horas una mujer es víctima de violencia feminicida. De estos 101 casos, el 66,3% tuvieron como victimarios a parejas o exparejas de la víctima, mientras que, 7,9% de estos casos tuvieron como victimarios a sus padres o padrastros (ONU, 2020) En el 2020, en 22 provincias, de las 24, del Ecuador, se han registrado casos de femicidios. Las provincias que registran el mayor número de femicidios son Guayas con 26 casos, Pichincha con 19, Manabí con 10, y, Azuay, Los Ríos e Imbabura con 5 casos; de las 101 víctimas, casi la mitad corresponde a mujeres jóvenes adultas de entre 25 a 39 años, mientras que un 14,9% de los casos eran niñas y adolescentes menores de 18 años (ONU, 2020). Lo planteado hasta acá, nos muestra que la Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia
Lo relacionado con la violencia y la desigualdad de género, que afectan a más de la mitad de la población en el país, no atrae la atención de los medios de comunicación y de las instituciones públicas, lo que se ha traducido en un manejo poco reflexivo sobre los casos de femicidio en el país, y en la reducción significativa de los presupuestos para afrontar la violencia de género o para potenciar la redes de apoyo socioemocional para mujeres niñas, adolescentes, jóvenes y adultas en situación de violencia. Según Herrera (2020), todos los esfuerzos de las instituciones y actores políticos han estado centrados en garantizar el cumplimiento de la cuarentena, en vigilar que se cumpla el distanciamiento social y en controlar las protestas sociales. De esta manera, la pandemia ha limitado el acceso a la justicia, provocando que no existan espacios adecuados para abordar la violencia contra las mujeres, en un momento en que la situación es totalmente delicada. El tratamiento de una realidad que ha sido desbordada por la violencia y la desigualdad de género no puede ser expuesta como un relato de crónica roja, analizado desde una visión moralista y conservadora que coloca, en la opinión pública, una imagen en la que la víctima se convierte en la causante de la violencia, y en la que la violencia es analizada fuera de un contexto social, político, económico, cultural que ha perpetuado una relación asimétrica, en la que se justifica y normaliza la injustica, la desigualdad, la inequidad y la barbarie.
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Conclusión El confinamiento, causado por la pandemia de la COVID-19, ha producido un contexto de profundización de la violencia y la desigualdad social. A medida que el confinamiento iba en aumento, las medidas de protección y prevención como quedarse en casa y distanciarse de otras personas también aumentaban. Sin embargo, lo que se supone que debía ser una medida para aumentar la seguridad de la población, en el caso de la mujer se convirtió en una medida que ha aumentado la desigualdad y la violencia. El aumento de la desigualdad está relacionado con la carga, cada vez mayor, que la mujer tiene que soportar en torno al cuidado y a la educación de los hijos e hijas en casa. A esto, se le suma la precarización de las condiciones laborales de muchas mujeres, el desempleo, el trabajo informal. En el caso de la violencia de género, el confinamiento en casa, en lugar de proporcionar un lugar seguro, ha propiciado, en muchos casos, el aumento de condiciones de violencia de género. Con la pandemia y el confinamiento aumentaron las probabilidades de que las mujeres estén expuestas a violencia dentro de sus hogares, pues pasan más tiempo en contacto con sus agresores. Además, el victimario puede ejercer un control más fuerte sobre la víctima, lo que provoca la imposibilidad de contacto de las mujeres con redes de apoyo dentro o fuera de la familia. La crisis que ha provocado la pandemia ha tenido consecuencias nefastas para la economía y, por lo tanto, reduce las posibilidades de acceder a los derechos básicos como la salud, la educación, un trabajo digno, lo que provoca que el acceso los productos de primera necesidad se reduzcan, y el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva también. La precarización de la vida de las mujeres, debido al desempleo o la precarización de las condiciones laborales, las convierte en un grupo altamente vulnerable, pues la falta de acceso a alimentación o servicios básicos que esta realidad puede provocar, convierte a las mujeres en un grupo de riesgo frente a posibles contagios. También, hay que tener presente que, las mujeres que han perdido sus trabajos, han
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tenido que buscar en el trabajo informal su medio de subsistencia, razón por la cual se complica mucho más cumplir con el distanciamiento físico recomendado. La exclusión, la desigualdad y la violencia de género son factores fundamentales que determinan la forma en la que las mujeres pueden afrontar la pandemia y el confinamiento, pues el acceso oportuno a servicios de salud, en el caso de las mujeres, puede estar peligrando debido a la autonomía restringida que es el resultado de convivir con un agresor. La realidad que se construye a partir de la pandemia, con su confinamiento y restricciones de movilidad, con políticas públicas débiles al momento de garantizar el acceso a los derechos y a la vida digna, con recortes presupuestarios que afectan a los sectores prioritarios, y por lo tanto, determinan la precarización de la vida de la población, esta realidad genera una profundización en las condiciones de desigualdad, injusticia y violencia, que necesariamente deben ser analizados e intervenidos a la luz de los estudios con enfoque de género.
Bibliografía Acosta, M. L. (2020). Violencia de género en tiempos de pandemia y confinamiento. Revista Española de Medicina Legal. Bernal, N. L. (2020). Expresiones de la violencia basada en género, en el marco del confinamiento por COVID-19. Nova, 18(35), 107-113. Bohoslavsky, J. (2020). COVID-19: Llamamiento urgente para una respuesta a la recesión económica desde los derechos humanos. UN Human Rights Council. https://bit. lv/3oaOBxt. Casado, C. M. (2021). La pandemia en la sombra. Mujeres víctimas de violencia de género confinadas frente a una doble amenaza en la Covid-19. Historia y comunicación social, 26(1), 107-119. Castellanos-Torres, E., Mateos, J. T., & Chilet-Rosell, E. (2021). COVID-19 en clave de género. CEPAL, N. (2020). La educación en tiempos de la pandemia de COVID-19. Herrera, F. (2020). COVID y violencia de género en la cuarentena. # PerDebate, 4(1), 18-43. Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres [LOIV]. Art. 10. Registro Oficial Nº 175. 5 de febrero de 2018. (Ecuador). Llerena, R., & Narvaez, C. S. (2020). Emergencia, gestión, vulnerabilidad y respuestas frente al impacto de la pandemia COVID-19 en el Perú. López-Hernández, E., & Rubio-Amores, D. (2020). Reflexiones sobre la violencia intrafamiliar y violencia de género durante emergencia por COVID-19. CienciAmérica, 9(2), 312-321. Medina, D. C. M., Guayacundo, M. O. B., Encalada, L. M. A., & Estupiñán, A. M. M. (2020). Violencia intrafamiliar en el marco de la emergencia sanitaria por el COVID-19. CienciAmérica: Revista de divulgación científica de la Universidad Tecnológica Indoamérica, 9(2), 261-267. Organización Mundial de la Salud. (2020). El género y la COVID-19: documento de apoyo. ONU-Mujeres. Policy brief: The impact of COVID-19 on women. Nueva York (NY): Naciones Unidas, 2020 (https://www.unwomen.org//media/headquarters/attachments/ sections/library/publ ications/2020/policy-brief-the-impact-of-covid-19-onwomen-en. pdf?la=en&vs=1406), consultado el 28 de abril de 2020. ONU MUJERES (2020). Las mujeres y el COVID-19: Cinco acciones que los gobiernos pueden adoptar sin demoras. https://www.unwomen. org/es/news/stories/2020/3/newswomenand-covid-19-governmentsactions-by-dedbhatia Organización Panamericana de la Salud. (2020). COVID-19 y violencia contra la mujer: lo que el sector y el sistema de salud pueden hacer. Tello de la Torre, C., & Vargas Villamizar, O. H. (2020). Género y trabajo en tiempos del COVID-19: Una mirada desde la interseccionalidad. Revista Venezolana de Gerencia, 25(9), 389-393. Unesco. (2020). Periodismo, libertad de prensa y COVID-19. Paris: Fontenoy.
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Entrevista
Por una educación sexual integral La escuela y colegio deben convertirse en espacios de estudio y capacitación constante para niños, niñas y adolescentes y ser ese vínculo con los padres de familia para disminuir los altos índices de embarazo precoz.
Texto y fotos: Leidy Romero Romero
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La educación sexual tiene que ser integral, debe contribuir al establecimiento de metas, hacia dónde se quiere llegar y cómo hacerlo. Reconceptualizar el amor, definir el cuidado, entender y evidenciar la violencia, el cómo frenarla, saber dónde encontrar ayuda; fueron algunos de los temas que conversamos con la doctora Monserrath Jerves, actual Vicerrectora de Investigación y Directora del Grupo de Investigación de Sexualidad y Educación Sexual de la Universidad de Cuenca.
¿Cómo nace este importante proyecto?
¿Cómo se inició el estudio?
El proyecto, en sus inicios, estuvo enfocado al estudio del parto vertical, era un asunto más ginecológico, investigaba cómo dan a luz las mujeres en zonas rurales que por lo general era de pie; pero cuando la gente de Bélgica (en el marco del proyecto VLIR) vino y observó los altos índices de embarazo adolescente evidenció que era necesario trabajar en ese tema.
Trabajamos primero en el estado del arte, es decir, en identificar y analizar lo que se ha investigado en otros países y qué se ha hecho en Ecuador. En esta etapa, encontramos que el 20% de los partos en nuestro país son de adolescentes. Es una situación muy preocupante tomando en cuenta que un embarazo adolescente no es deseado o es producto de una violación. Era una situación que ameritaba atención inmediata.
Fueron ellos quienes orientaron la mirada hacia la educación sexual, con el objetivo de contribuir a reducir las cifras, y como directora del proyecto puse la luz en este ideal. ¿Se evidenció entonces una urgencia de trabajar en este tema? No quiere decir que los otros temas no sean igual de urgentes, pero este es primordial. No ha cambiado mucho, ni se le ha dado la suficiente importancia; va de la mano con la cultura y religión, esta sería una de las causas.
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¿Qué es lo que dificulta educar en educación sexual? La sexualidad está muy marcada por concepciones religiosas y culturales que han establecido los roles del hombre y la mujer. Se piensa que la sexualidad está limitada al matrimonio, a una relación entre hombre y mujer; siendo así no se habla de la sexualidad adolescente, los y las adolescentes son sexualmente activos, necesitan formación, una educación que les ayude a orientar esa sexualidad. Además, se niega toda posibilidad de otro género, solo se piensa en
hombre y mujer para procrear, se ha dejado de lado la diversidad sexual; esa es la educación que ha primado, negando otra posibilidad. La educación en general, que dan los padres y que repetían los profesores en el colegio se limita al “cuídense”, pero no se les dice cómo cuidarse o a qué se refieren con ello, además se promueven muchos miedos, como: a la primera te puedes embarazar, si te embarazas vas a perder tu proyección de vida. Al realizar la investigación ¿qué temas salieron a la luz? Un tema muy fuerte fue la violencia en el noviazgo, de hecho luego se unieron los dos proyectos, violencia familiar y sexualidad. Terminamos juntándolos porque la violencia familiar y la sexualidad adolescente estaban muy ligadas, relacionadas además con el machismo.
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Si bien los niveles de violencia física no eran tan altos, había violencia psicológica y sexual, muchas de las iniciaciones sexuales de las adolescentes eran bajo coerción, llenas de miedo, de temor, impuestas de alguna forma por sus parejas. Identificamos que muchas veces la relación sexual se da así, los roles de género estaban muy marcados y establecimos que no es suficiente con enseñarles a usar preservativos; las relaciones sexuales en los adolescentes no son planificadas. ¿Desde cuándo se debe impartir esta enseñanza? Desde la niñez; no quiere decir que desde la niñez les vamos a hablar del acto sexual, es todo un proceso, el niño, la niña tienen que conocer sus cuerpos, conocer los nombres de las partes de su cuerpo, por ejemplo si un niño es violentado y ni siquiera sabe cómo se llaman las partes de su cuerpo no va a poder contar lo que sucede, en cambio, si un niño sabe y entiende que eso es suyo y que otra persona no puede tocarle, va a poder avisar. Desde el momento del baño hay que enseñarles, luego en la escuela y conforme van avanzando en las diversas etapas de su crecimiento. Por ejemplo, entre los 12 y 13 años se dan los cambios biológicos e intelectuales, todo eso debe ir acompañado de educación sexual para instruirles cómo van a orientar esos deseos, esos impulsos que son normales en la adolescencia, cómo van a establecer una relación de pareja sana, es importante porque es en la relación de pareja donde se va a dar el inicio sexual. ¿Cuál es el espacio indicado para que se trabajen estos temas? El espacio más indicado son la escuela y el colegio porque ahí nos aseguramos que todos los niños, niñas y adolescentes reciban esta educación, si dejamos a los padres no vamos a garantizar que se eduque positivamente, estamos dejando muy vulnerables a los más vulnerables. Es importante además que haya una comunicación adecuada entre la escuela y la familia para que no haya discrepancias entre lo que se enseña en la escuela y en la casa.
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Entonces es importante educar también a los padres Lo ideal sería la educación para padres, esto con el objetivo de trabajar de manera coordinada para que los temas tratados sean los mismos y el resultado sea la prevención de embarazo adolescente. ¿A qué conclusiones se ha llegado a través del proyecto? Las primeras impresiones es que los padres no conocían a sus hijos en lo absoluto y todos vivían engañados, convencidos de que sus hijos no eran sexualmente activos. Las historias que nos contaban los padres sobre sus hijos discrepaban totalmente con lo que contaban las hijas, quienes participaron en el estudio, a través de grupos focales. Se encontró también incidencias de la región en la educación sexual, a raíz de esto la sexualidad se encuentra limitada al matrimonio con el único objetivo de la procreación. Cuando trabajamos con profesores, fue simpático porque son padres de familia también, ellos llevan sus valores personales al aula de clases y deciden qué enseñar, qué está bien, razón por la que el trabajo y capacitación constante de los docentes es fundamental.
realidad hablaban de sexualidad solo cuando alguien se había embarazado y lo ponían como mal ejemplo. A raíz de esto se determinó que la educación en prevención no existe, lo que hay es una advertencia a través de estimular el miedo.
En relación a estos temas ¿qué se está estudiando y sobre qué se está capacitando?
¿Quiénes serían los más aptos para enseñar educación sexual, padres o profesores?
Actualmente nos concentramos en el tema del abuso sexual, se evidenció violencia en las relaciones de pareja, lo que ameritó primero una capacitación a los docentes a nivel nacional, capacitamos aproximadamente a 6 000 maestros sobre abuso sexual, pero además incluimos los temas de prevención de violencia y embarazo adolescente. En este punto trabajamos con padres y madres que se embarazaron siendo adolescentes para preguntarles qué faltó, por qué se embarazaron, si tuvieron educación sexual, qué no se enseñó. La mayoría dice que no recibieron educación sexual, que los profesores pensaban que ellos ya sabían todo; en
Los jóvenes reconocen que el profesor o profesora son las mejores personas para enseñar, no es igual que venga un médico de afuera que no conocen a que sea nuestro propio profesor con el cual ya existe confianza. El mayor potencial es trabajar con los profesores, en los colegios. Además se amplía el rol de la escuela porque no solo tiene que dar educación sexual a los chicos sino también buscar el espacio para establecer un diálogo con los padres para no producir un choque entre lo que se dice en la escuela y lo que no se puede hablar en la casa.
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Investigación
Una investigación hecha por mujeres que apoyan a víctimas de violencia de género Texto y fotos: Andrea Alvarado Orellana
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23 El porcentaje de mujeres que han vivido algún tipo de violencia a lo largo de su vida en Ecuador asciende al 64,9%, datos de la Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres (ENVIGMU 2019). Mientras que, la Organización Mundial de la Salud (OMS), tras un estudio en 80 países observó que, en todo el mundo, una de cada tres mujeres había sido víctima de violencia física o sexual, dentro o fuera de la pareja.
Principales datos y resultados de la investigación - La violencia de género está directamente relacionada con el nivel de acceso a la educación que tienen las mujeres. - El 23.4% de las mujeres analizadas tienen analfabetismo funcional, escolaridad muy baja. - El índice de violencia disminuye en las mujeres que tienen educación superior, pero no desaparece. - Otro determinante de la violencia de género es el entorno físico-familiar que rodea a las mujeres. - El 56.7% de las mujeres cuenta con un adecuado entorno físico pero presenta otras problemáticas como la funcionalidad de la familia o el desarrollo de la afectividad. - En cuanto a las enfermedades psicológicas, el 47.4% de mujeres sufren depresión moderada. - El 13% de las mujeres analizadas tienen depresión severa. - Otro de los problemas psicológicos es la ansiedad, en un nivel moderado con un 40.7% y severa en 18.9%. - El estrés es muy alto en las mujeres. En un nivel moderado, el 46.4% y estrés severo 29%. - La baja autoestima es otra de las características que tienen las mujeres que viven violencia, con un 94.1%.
Datos objetivos y reales como estos, motivan a personal especializado de diversos campos a buscar soluciones y espacios que erradiquen la violencia de género. Cuatro docentes de la carrera de Enfermería de la Universidad de Cuenca, desde el año 2018 ejecutan una investigación denominada “Determinantes sociales de la salud en mujeres que viven violencia de género y sus consecuencias psicológicas”. Francisca Burgueño, Marcia Peñafiel, Amparito Rodríguez y Carmen Cabrera, son trabajadoras de la salud; tras sus años de experiencia vieron la necesidad de desarrollar un proyecto de investigación en el centro especializado para mujeres víctimas de violencia de Azuay y Cañar, un espacio que les ha permitido servir y aportar con el compromiso social que caracteriza a su profesión. Los resultados de este proyecto van más allá de cumplir los objetivos de investigación planteados: “describir los determinantes de la violencia de género y caracterizar las implicaciones psicológicas que había tenido la violencia en la salud mental de las mujeres víctimas de violencia de género”. Entre los principales datos se revela que la violencia de género es un problema grave que tiene muchas líneas de causalidad que van desde la estructura económica – social, hasta los modos de vida y trabajo. Una de las principales razones por las que no se ha logrado erradicar la violencia de género, según Carmen Cabrera, directora del Proyecto, es porque no se ha logrado comprender las implicaciones que tiene este problema, la ubicación de las raíces de la violencia de género.
Todos estos trastornos permiten visibilizar el impacto que va teniendo la violencia, y si es que estos problemas no son atendidos de manera inmediata y multisistémica pueden repercutir en la sociedad, puesto que las mujeres son la cabeza de las familias y direccionan la educación de sus hijos, así lo afirma el equipo de investigación. La doctora Carmen Cabrera, directora y vocera de este Proyecto invitó a la comunidad universitaria a estar alertas y pendientes de los signos de violencia que se desarrollan en todos los ámbitos: políticos, laborales y sociales. “En la Universidad de Cuenca ha existido claras formas de violencia contra las mujeres, y por lo tanto es importante, en primera instancia, determinar el tipo de violencia que existe, porque si se vive en un ambiente de violencia, se va a reproducir violencia; solo cuando se logre visibilizar la violencia se la podrá combatir. Posterior a la identificación de la problemática se puede contribuir a la construcción de políticas publicas que nos permitan atender este tema social de tinte mundial.”
Equipo de investigación
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El equipo de investigación como compromiso con las usuarias y para apoyar el trabajo de los Centros como SOFAMI se hizo talleres de Arteterapia y Primeros Auxilios.
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Vinculación
Voces escuchadas en rondas comunitarias Conozcamos sobre el proyecto que, desde la Facultad de Psicología de la Universidad de Cuenca pretende fortalecer una ruta que comprenda la situación de las mujeres y ellas puedan tener claridad de a dónde y cuándo deben recurrir en el caso de que se encuentren en una situación de violencia.
Texto:
Fotos:
Leidy Romero Romero
Cortesía del Proyecto
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Momentos de la feria de mujeres en Gualaceo donde se socializó el proyecto “Rondas Comunitarias”.
Con el propósito de incidir en la reducción de la violencia de género, desde los procesos de prevención y acompañamiento temprano, se generó un proyecto alternativo para brindar apoyo bajo la denominación de “Rondas comunitarias para mujeres, un espacio para transformar”. La iniciativa prevé ponerse en marcha desde abril en el cantón Gualaceo, con miras a expandirse a otros territorios de la provincia. Paola Lupercio y Soledad Suárez son las gestoras de la propuesta por parte de la Facultad de Psicología de la Universidad de Cuenca, siendo la primera ocasión en que dos técnicas docentes están a cargo de una iniciativa en este ámbito. Lupercio está consciente de que “es una gran responsabilidad que además reivindica los diferentes roles que cumplen dentro de la Facultad”. Las dos son psicólogas sociales y han participado en distintos proyectos de acompañamiento a grupos u organizaciones en territorio con el objetivo de potenciar capacidades y recursos de las habitantes. Junto a Soledad llevan cuatro años trabajando en este ámbito. Suárez enfatiza que el problema de la violencia con enfoque de género sigue vigente. Como ejemplo, menciona su experiencia de trabajo en lugares como Baños y Sevilla de Oro que le ha permitido conocer
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y entender las distintas realidades que sufren las mujeres y desde ahí aportar con propuestas que mejoren su vida. “Hacíamos este análisis y nos dimos cuenta que en muchos territorios no existe una respuesta adecuada. El mismo sistema que debería protegernos y cuidarnos, muchas veces es de revictimización en las situaciones que nos acontecen”, aduce. Bajo la premisa de que, como mujeres es importante reconocer que en algún momento de la vida se ha sufrido violencia y que en muy pocos casos se hace una denuncia, es que fomentan un trabajo de contención emocional y búsqueda de soluciones a nivel círculos de diálogo. Desde la última semana de marzo se desarrolla un proceso de socialización coordinado por el Consejo Cantonal de Protección de Derechos de Gualaceo, donde las beneficiadas van a conocer a profundidad de qué trata el programa y qué se propone con las “rondas”, para luego partir con la estructuración de espacios. El proyecto también fortalecerá las capacidades y potencialidades que tiene el Sistema de Protección de Derechos del cantón azuayo; así, trabajar con quienes
Los grupos con los que se trabajará son Mujeres de la parroquia Daniel Córdova, Casa Las Marías, Tejemujeres, Mujeres con emprendimientos, Mujeres de Antonio Vera. Las actividades están estructuradas para ejecutarlas desde la semipresencialidad debido a la pandemia.
lideran instituciones como Bomberos, Ministerio de Salud, tenencias políticas, la Junta Cantonal, la Policía. Esto, con la intención de fortalecer una ruta que comprenda la situación de las mujeres y ellas puedan tener claridad de a dónde y cuándo deben recurrir en el caso que estén en una situación de vulnerabilidad. Soledad argumenta que “las mujeres, al sentirse empoderadas, pueden continuar con el proyecto” dejando de normalizar el maltrato tanto físico como emocional. Características de los espacios Rondas Comunitarias pretende que no se juzgue a las víctimas, que no se les culpe cuando sufren violencia, como suele suceder cuando reciben respuestas como: “es que usted se buscó, capaz estuvo tomada, o cómo iría vestida”. Estos círculos estarán constituidos por mujeres que puedan compartir desde sus experiencias, dolores y miedos; pero también desde la resiliencia y la capacidad de transformar. Las profesionales encargadas coinciden en que a lo largo de estos años de trabajo en territorio han sido testigo de la sabiduría de las mujeres, que se han ido construyendo desde una lógica de sentir la injusticia social, el dolor, el maltrato, la violencia.
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Con un enfoque inclusivo, este proceso tiene como objetivo contribuir al empoderamiento y autonomía de las mujeres que han vivido situaciones de violencia o vulnerabilidad en la provincia del Azuay.
Donde se sientan en completa libertad para contar todo lo que requieran: dolores, penas, alegrías, triunfos, situaciones que al compartir nos permitan ayudar”, dicen Soledad y Paola.
En cuanto al acompañamiento psicosocial, implica que las docentes, con un grupo de estudiantes de la Facultad de Psicología, estarán en territorio en labor de acompañamiento en los fracasos y en los triunfos de las involucradas. Dicen estar seguras de querer rescatar el potencial de cada una, por eso se enfocan en fortalecer las redes de apoyo para prevención, atención y protección de los derechos.
Testimonios
Otra característica es la de brindar terapia integral comunitaria, por ejemplo, entablar un diálogo, “hablamos mientras se cultiva la tierra” explican. Ese aspecto es mucho más beneficioso para ellas porque estamos en su espacio, y eso le da un plus a sus procesos de sanación. “Nosotras no llegamos como las expertas a dar talleres de autoestima o motivación, sino como facilitadoras de un espacio en el que también nos inmiscuimos de una manera totalmente horizontal.
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Para María Muy, de la Asociación Tejemujeres: “hay que confiar en una misma, en las cosas que hacemos, desde los quehaceres de la casa, el cuidado de nuestros hijos, del hogar, es un trabajo que tiene que ser valorado empezando desde una misma”. Natalia Vanegas, de la Asociación Macaneras, dice que su mensaje para “las damas del mundo entero es que somos dichosas por haber nacido mujeres, que somos valientes, luchadoras con el día a día”. Rosa Sisalima, de la organización Jatari Warmi, comenta que a pesar de las humillaciones que se han enfrentado, “estamos para reivindicar nuestros derechos, para reclamar por lo justo. Hoy nos sentimos alegres de poder hablar, hacer escuchar nuestras voces para seguir dando fuerza a las que todavía tienen miedo”.
Momentos de la feria de mujeres en Gualaceo donde se socializó el proyecto “Rondas Comunitarias”.
Datos a saber • Para la difusión se sumaron a una feria de emprendedoras en la que compartieron información de lo que es el proyecto, donde identificaron que en la comunidad se tiene muy clara la problemática, las inequidades e injusticias a las que están expuestas todos los días. • Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), Azuay lidera las cifras con 8 de cada 10 mujeres que sufren violencia y carece de instituciones especializadas en atender a las víctimas. • Con la nueva Ley de la Erradicación de la Violencia contra la Mujer se otorga competencias a las Tenencias Políticas y Juntas Cantonales de Protección de Derechos, pero estos espacios no manejan un enfoque de género.
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Soledad Suárez y Paola Lupercio, son las técnicas docentes líderes del proyecto.
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Estudiantiles
Renacer, una guía que siembra esperanza El proyecto de un cuadernillo de reflexión con tintes lúdicos nació como una iniciativa de dos estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad de Cuenca, después de sus vivencias en su aporte de vinculación con la sociedad en la Casa de Acogida María Amor, donde trabajaron con enfoque de género.
Texto:
Fotos:
Ilustración:
Leidy Romero Romero
Leidy Romero y cortesía
Samantha Marmolejo
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La ayuda desprendida y con enfoque de género tiene como ejemplo a RENACER, producto comunicacional a petición de la Casa de Acogida María Amor y trabajo final de acompañamiento de las estudiantes de la Facultad de Psicología que refleja, un poco, lo que ha sido el caminar junto a las mujeres del lugar.
Taller de origami con mariposas, ligado a la historia de las hermanas Mirabal, con motivo del Día de la Erradicación de la Violencia contra la Mujer.
Consiste en una suerte de guías metodológicas pensadas para ser publicadas en formato de cuadernillo que se sostiene en el tiempo, es decir, que cuando las mujeres que acudieron a la Casa deciden desvincularse pueden llevárselo con ellas. Las promotoras de esta iniciativa son las estudiantes Sofía Herrera y Pamela Pulla. Ambas llegaron a la Casa de Acogida para cumplir con tareas de vinculación con la sociedad, de su quinto ciclo, sin embargo, por decisión propia decidieron continuar aportando. Por alrededor de un año contribuyen independientemente, aferradas a un trabajo con enfoque de género, primordialmente. En un inicio tenían a cargo terapias alternativas que las daban los fines de semana, según cuenta Sofía. RENACER está pensado conceptualmente en segmentos que contemplan los ejes de: crianza con amor, círculo de la violencia, autocuidado, autoestima, autovaloración, autoconcepto y las rutas de acción. Así, al tiempo que juegan, recuerdan los conceptos trabajados durante su estancia. Cumple con el objetivo de reafirmar las decisiones que han tomado mientras estaban en el lugar. Esta herramienta escrita contiene actividades lúdicas con un aprendizaje y una enseñanza.
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Ronda de trabajo denominado tejido social, con las mujeres de la Casa María Amor.
Lo primero que encontraremos en el cuadernillo es la portada de una semilla, le sigue la página de presentación con el encabezado que dice: Esta agenda pertenece a una mujer valiente llamada…, luego dos páginas de sellos, descripción del objetivo y lógica del producto, un “curioso” con preguntas generales y profundas sobre las mujeres. Entre las actividades están sopas de letras, guía de cómo actuar en situaciones específicas, consejos de autocuidado, un cancionero, hojas en blanco para anotaciones libres, el “humorómetro”, dedicatorias, ruta de atención contra la violencia de género y el directorio de los sistemas de protección. La contraportada tiene la imagen de un árbol frondoso.
La idea Sofía recuerda que les preocupaba el hecho de que hay varias mujeres que están siempre vinculándose y desvinculándose de la Casa y que se iban sin tener un recordatorio de lo que ha sido su proceso, eligiendo una vida libre de violencia junto a sus hijos e hijas.
Saben que son realidades complejas que pueden ocurrir y que de hecho es bastante común que vuelvan a suceder, entonces el cuadernillo de actividades pretende ser una guía lúdica que refleje los temas que se han tratado en los talleres.
“Pensamos que haciendo un proyecto de manera independiente podríamos sacar más rápido un producto que les sirva en el tiempo”. En un inicio se les ocurrió una muestra fotográfica, sin embargo, no progresó la idea.
Sofía agrega que desde el día uno que llegó a la Casa ha encontrado enseñanzas todo el tiempo, pero también compañeras con las que se estableció en espacios de resistencia, marchas y conversatorios.
Para Pamela, el proyecto del cuadernillo es como la posibilidad de plasmar lo aprendido, los conocimientos que han adquirido horizontalmente, de ida y vuelta, con las personas en la Casa María Amor; y que, quizá en momentos difíciles pueden ser de ayuda para quienes han estado en situaciones de violencia y con la esperanza de que no vuelvan a vivirlas, dice.
“Hay realidades muy duras, como aquellas que tenemos tan arraigadas de soportar violencia por mis hijos, por mi hogar, por mi familia, por el que dirán o porque no tengo sustento o por el sin él no soy nadie, o no valgo… son un montón de ideas que se las han creído, que las han asumido como su rol y lo cumplen a la perfección, y aprender a desaprender esos pensamientos es lo más difícil”, comenta Sofía.
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En este sentido, el trabajo ha sido desde el cariño, convirtiéndose en una construcción colaborativa; siempre mostrando avances en las redes. Algo que hay que rescatar es que toda la línea de producción es trabajada por mujeres y para mujeres, argumenta Sofía. Vivencias “Nos encariñamos tanto con el proceso de la Casa María Amor y las mujeres que lo llevaban adelante, como Blanquita Pacheco, quien se ha convertido en una compañera de militancia fuera del espacio (…), a pesar de haber cumplido las horas académicas nos quedamos, porque simplemente el proyecto es una esperanza (…), nos apersonamos mucho, nos mueve y nos motiva”, manifiesta. Sofía milita en el colectivo Femininjas hace unos tres años y siempre ha buscado vincular su actividad profesional con el tema de género, porque dice que es algo sobre lo que nos falta trabajar, aprender, cuestionarnos y sobre todo aportar.
Taller de origami con mariposas, ligado a la historia de las hermanas Mirabal, con motivo del Día de la Erradicación de la Violencia contra la Mujer.
“Como Academia, nos sostenemos en la sociedad y nos debemos a la sociedad. Tomar postura y tener ideales claros también es clave para hacer a una profesional. Encontrar este proyecto para mí fue hallar un espacio seguro para dejar un poco de lo que yo recibo. La Universidad me dio la oportunidad al tener vinculación con distintos proyectos con la Casa María Amor”. Lo anterior se nota cuando se visita la Fundación, se percibe la buena energía. Al ingresar se siente la protección. Todo limpio, organizado, cálido, destacándose el resguardo, en el sentido que es un sitio no conocido, pues las personas de ahí dicen que mientras menos sepan dónde queda es mejor, así los agresores no pueden llegar hasta sus víctimas.
importante conocer • El proyecto lo iniciaron en enero de 2021, contando con la asesoría para direccionar el contenido de sus docentes Xiomar Ortiz y Paola Lupercio, quienes les supieron direccionar para un enfoque y contenido adecuado. Luego pasaron por el filtro quienes dirigen la Casa María Amor. • Para el diseño se realizó una publicación en Facebook para ver quienes deseaban apoyar y se obtuvo buenas respuestas, entre ellas de tres estudiantes de la Universidad del Azuay que habían trabajado antes con la Casa María Amor en una línea gráfica que recogía muchos elementos de la naturaleza, por lo que se unieron en el cometido. • El cuadernillo RENACER, tiene en la portada una semilla y al final un árbol fuerte, creándose una analogía con la gráfica de la semilla que va germinando y creciendo, para que al final se vea autónoma, fuerte, valiosa, poderosa. • María Elena, quien es psicóloga de María Amor por 12 años, recuerda que la recomendación que hicieron a Sofia y Pamela fue que, el producto debía estar destinado al soporte psicológico de las compañeras cuando salgan de la Casa de Acogida.
Poema que está entre los segmentos del cuadernillo, un aporte de la poeta Sofía Milmales.
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Cultura
8 mujeres y sus perfiles #8M se denominó a este proyecto audiovisual de la Dirección de Cultura de la Universidad de Cuenca donde ocho mujeres artistas nos contaron sus historias, sus cuestionamientos y anhelos.
Texto:
Fotos:
Jimena Peñaherrera Wilches
Cortesía del proyecto
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Marzo posee un peso histórico innegable para las mujeres. En el último siglo hemos atestiguado permanentes luchas por conseguir espacios negados y reconocimientos justos. Estos reclamos continúan: aún nos violentan, subestiman y ridiculizan nuestras batallas. Es así que hemos querido visibilizar perfiles de artistas que con su trabajo laborioso y muchas veces silencioso, dan cuenta de una calidad y calidez artística más allá de visiones políticas absolutamente necesarias. En su trayectoria diversa, todas estas mujeres comparten (o compartieron) algún vínculo con la Universidad de Cuenca: estudiantes, docentes, investigadoras o directoras. Así tenemos a: Rocío Pérez (artista escénica), Melina Washima (cineasta), Gabriela Ruque (violonchelista), Katya Cazar (artista visual), Chakira Puchaicela (violinista), Paola Guzmán (artista escénica), María José Machado (artista visual) y Priscila Urgilés (cantante). Todas ellas nos relatan, en una serie de entrevistas y muestras de sus trabajos, cuatro perspectivas. Las entrevistas comienzan por situarnos en sus vidas: cómo conocieron su práctica artística, cómo se formaron para ella, cómo sus figuras de inspiración se relacionaron con su quehacer. La segunda perspectiva intenta tener un giro político para que, desde su experiencia, podamos conocer su mirada de la mujer en el ámbito profesional. Conocemos que la esfera en la que históricamente la mujer se ha desenvuelto, ha sido la privada: familia, hogar, sentimental. Al traspasar a una esfera pública, comúnmente activa por hombres, han existido traspiés, los cuales se desbrozan en estas entrevistas. La tercera parte de la entrevista entrega a la audiencia, las declaraciones artísticas de estas ocho mujeres como un desprendimiento personal. Asumir estas líneas de trabajo, reconocerlas y proyectarlas es un acto íntimo pero valioso, así seremos capaces de conocer profundamente su práctica artística. Como artistas nos pronunciamos bajo guías estéticas, filosóficas, emocionales, técnicas, sociales, etc.
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Melina Washima
Rocío Pérez
Gabriela Ruque
Chakira Puchaicela
Katya Cazar
Paola Guzmán
Cerramos las entrevistas con un segmento libre en donde las ocho artistas nos ofrecen un pequeño manifiesto a manera de mensaje, cuestionamientos y anhelos. Allí, cada una, desde su trinchera (gestión cultural, docencia y lo performático), brindan a la audiencia un cúmulo de ideales para el futuro, para las nuevas generaciones. Esta selección no pretende ser única, ni aislada. Marzo es una ventana que posee el gesto histórico-político para evidenciar estas prácticas y proclamaciones, pero no debe ser el único momento del año para hacerlo. La visibilización será constante, cada día se sienten vientos de cambio: el pasar de los años no permea fácilmente. Estos ochos perfiles se han presentado a lo largo de marzo con una campaña de expectativa y edición audiovisual de gran nivel. Los materiales artísticos expuestos en estas cápsulas han sido generosamente cedidos por las artistas involucradas para la producción exclusiva de #8M por lo que agradecemos públicamente su participación y su apertura tan desinteresada. Invitamos a la ciudadanía a recorrer estos perfiles, los cuales se encuentran disponibles en nuestras plataformas digitales de Facebook y Youtube. Estos pequeños esbozos son el primer paso para construir una proyección a largo plazo de figuras representativas de la cultura y el arte local y nacional.
María José Machado
Priscila Urgilés
El material audiovisual completo se encuentra disponible en los perfiles digitales de la Dirección de Cultura de la Universidad de Cuenca en Facebook y Youtube.
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Salud y Medio Ambiente
Cáncer de cuello uterino El proyecto Cervix Auto Muestreo Igualdad Empoderamiento (CAMIE) busca reducir la mortalidad de este tipo de cáncer, que es uno de los más comunes a nivel mundial y nacional, a través de la detección y tratamiento temprano.
Texto:
Fotos:
John Humala Rengel
Cortesia
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Toma de orina
Toma tradicional
El cáncer de cuello uterino es la tercera causa de muerte por neoplasias malignas de las mujeres en el Ecuador, luego del cáncer de estómago y mama. Este se refiere al crecimiento desordenado de células malignas en el tejido glandular del cuello uterino. Es considerado principalmente una infección de transmisión sexual, causada por el virus del papiloma humano (VPH). La mortalidad por esta patología a nivel mundial se ha reducido gracias a la implementación de técnicas de detección oportuna del cáncer, protocolos para la detección temprana del virus del papiloma humano y programas de vacunación, por lo tanto, es considerada una enfermedad que se puede prevenir. Siendo así, mediante un trabajo coordinado entre la Universidad de Amberes de Bélgica, la Universidad de Cuenca y la Universidad Técnica Particular de Loja, se promueve el proyecto denominado CAMIE: Cervix Auto Muestreo Igualdad Empoderamiento, el cual busca comparar la efectividad de la autotoma para el diagnóstico del virus del papiloma humano, comparado con la toma tradicional mediante examen ginecológico. El médico especialista en ginecología y director del proyecto, Bernardo Vega, explica que el cáncer cervicouterino, es una grave amenaza para la salud de las mujeres, a nivel mundial se registran cada año 528 mil nuevos casos y 266 mil muertes por esta causa y en el Ecuador se presentan alrededor de 2 036 nuevos casos por año y mueren alrededor de 490 mujeres. El especialista manifiesta que la falta de acceso a programas de detección temprana y vacunación, son las causas de mayor prevalencia del virus en países subdesarrollados y en las zonas rurales especialmente.
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Auto toma
Este proyecto cuenta con el financiamiento de VLIR UOS en Bélgica y, a través de este se valorará a 100 mujeres de la parroquia de El Valle en la primera fase. El objetivo es realizar pruebas de detección del virus de papiloma humano en la orina con la utilización del cepillo de autotoma, para posteriormente realizar una comparación con la prueba estándar que se realiza con espéculo y cepillo cervical por un ginecólogo. Manifiesta que posterior a esta primera fase se trabajará en campañas de concientización y de utilización de los diferentes métodos de detección del virus, ya que en el Ecuador únicamente el 50,1% de las mujeres se han realizado un Papanicolaou al menos una vez durante su vida, dejando en evidencia que gran parte de las mujeres nunca se han realizado este examen. Según el experto existen varios factores para que este tipo de exámenes tengan poco alcance, entre estos: miedo o vergüenza; el desconocimiento de la utilidad de este tipo de pruebas, la información que reciben no es clara; dificultad en el acceso a los centros de salud en especial en las zonas rurales; falta de tiempo, entre otras.
La importancia de esta investigación radica en que permitirá comparar la satisfacción y aceptabilidad de las mujeres en relación a las diferentes formas de tomar la muestra. Además, se obtendrá información de los subtipos del virus de papiloma humano y se determinará las características demográficas, económicas y factores que influyen en el desarrollo de infecciones. En esta primera fase, a cada una de las mujeres seleccionadas, se les solicitará inicialmente una muestra de orina, luego de las indicaciones correspondientes se les entregará un dispositivo (evalyn brush) para la realización de la autotoma por hisopado vaginal; y finalmente, se realizará un examen ginecológico, durante el cual se realizará una toma tradicional de citología cervical y un hisopado cervicovaginal para el diagnóstico de VPH.
El autocuidado es un paso importante, todas las enfermedades son prevenibles y obviamente tienen una mayor posibilidad de curarse cuando son detectadas a tiempo. Es importante que las mujeres que aun no se han hecho esta prueba asistan al médico para prevenir y evitar tratamientos más agresivos y costosos, resaltó Vega. Recomendaciones ⋅ Las mujeres deben realizarse una prueba de alta calidad para la detección del VPH al menos 2 veces en su vida. ⋅ Realizar un examen a tiempo que permita detectar lesiones o alteraciones representa un beneficio importante para las mujeres. ⋅ Recomendable la vacunación antes del inicio de las relaciones sexuales, es recomendable a los 12 años.
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Matices
La Fundación de Cuenca en abril de 1577
Textos:
Fotos:
Ana Luz Borrero Vega
Anthony Galán Guaricela
Cátedra Abierta de Historia de Cuenca y su RegiónUniversidad de Cuenca AGENDA UNIVERSITARIA
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En abril de cada año, recordamos y celebremos la fundación española de la ciudad de Cuenca y reflexionamos sobre las bases históricas y su proyección de futuro. Cuenca se fundó como ciudad a inicios de la colonización española un 12 de abril de 1557, en el territorio correspondiente a la Gobernación de Quito, que luego sería Real Audiencia y al Virreinato del Perú. El nombre con el que se fundó fue el de Cuenca, sin los adjetivos con los que hoy equivocadamente se la endilga. Los archivos de la ciudad guardan claros datos sobre la fundación en el Libro Primero de Cabildos de la ciudad de Cuenca1. La ciudad se emplazó al occidente de las ruinas del centro ceremonial de Pumapungo, en la antigua provincia incásica de Tomebamba que formaba parte del área cultural cañari, conquistada por los Incas desde la época de Túpac Yupanqui y Huayna Cápac. El grupo étnico cañari, por el apoyo brindado poseía un alto prestigio ante los primeros conquistadores españoles2. El Virrey del Perú, Andrés Hurtado de Mendoza, natural de la ciudad de Cuenca de Castilla, estableció la necesidad de fundar en la provincia de Tomebamba una ciudad para controlar los territorios entre Quito y el puerto de Tumbes3, para ello ordenó al gobernador de Quito, Gil Ramírez Dávalos, que visitara la provincia de Tomebamba y que observase que tenga una serie
Las instrucciones para la fundación fueron muy claras: se debía realizar la traza urbana, con una plaza central, solares para el Cabildo, la Iglesia Mayor, hospital y para los pobladores, así como dos solares para el monasterio de la orden de Santo Domingo4. También se dio mucha importancia al agua: “Hase de tener mucho cuidado de que el agua con que la ciudad se ha de servir y regar las tierras, sea fija y de
Libro Primero de Cabildos de la Ciudad de Cuenca 1557-1563. Cuenca: Dirección de Publicaciones Municipales, segunda edición, 1957. Jacques Poloni-Simard, El Mosaico Indígena. Movilidad estratificación social y mestizaje en el corregimiento de Cuenca (Ecuador) del siglo XVI al XVIII. Quito: Editorial Abya-Yala / Instituto francés de estudios Andinos, 2006), 493-494 3 Víctor Manuel Albornoz, “Prólogo de esta segunda edición”. Libro Primero de Cabildos de la Ciudad de Cuenca 15571563. Cuenca: Dirección de Publicaciones Municipales, segunda edición, 1957, p. XXXI. 1
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de cualidades como abundante agua, tierras fértiles y recursos, para asegurar “su perpetuidad”. La zona poseía además minas de oro y plata, por ejemplo las minas de Espíritu Santo de Baños, así como las minas de Santa Bárbara (hacia Gualaceo) y minas en Cañaribamba.
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nacimiento, para que sea perpetua y de manera que jamás pueda faltar”5. Además se ordena que cada vecino de la ciudad debiera estar “obligado a tener en su heredad plantados cada año, quinientos árboles en cada una de las heredades y huertas, para que por tiempo no les falte leña”6. La fundación contó con el visto bueno de los “naturales de dicha provincia”, a quienes se averiguó si les venía “algún daño o perjuicio” con la creación de una ciudad española en el asiento de Paucarbamba, para ello se mandó a comparecer ante el escribano Antón de Sevilla a los principales caciques de la encomienda de Rodrigo Núñez de Bonilla, vecino de la ciudad de Quito7. La ciudad cruzada por varios ríos debía estar rodeada de verdor, así se crean los llamados Ejidos o tierras comunales que se extendían hacia el este, norte y sur de la ciudad, aún hoy el parte sur de la rivera del Tomebamba se conserva la toponimia de El Ejido. Muchas de las tierras que rodean la ciudad eran aptas para la cría de ganado, que comienza con el poblamiento español8. La localización de Cuenca fue y es estratégica, ya que permitió la interacción territorial, social y políticamente entre Quito en la sierra norte y el sur hacia Tumbes y la ciudad de los Reyes, Lima, capital del Virreinato del Perú, hacia la costa y el Pacífico con Guayaquil, y hacia el oriente o región amazónica conocida en la época como la zona de los “Jívaros”. Cuenca ya desde sus primeros años contó con un cabildo civil, sede del poder local y con un cabildo eclesiástico, y poco después sería la capital de un Corregimiento o territorio regional. Se proyectó como centro regional, agroganadero, minero y artesanal.
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4 Libro Primero de Cabildos de la Ciudad de Cuenca 1557-1563. Cuenca: Dirección de Publicaciones Municipales, segunda edición, 1957, p. 7. 5 Ibíd., p. 8 6 Ibíd., p. 9. 7 Ibíd. P. 13. 8 Deborah L. Truhan, Apuntes para la historia de Cuenca, 1557-1730, Poder político, Iglesia y Actividad Económica. Cuenca, Museo Pumapungo / Ministerio de Cultura del Ecuador, 2011.
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Tecnología
Tecnología pensada para los adultos mayores La Facultad de Ingeniería de la Universidad de Cuenca, por medio del Grupo de Investigación en Innovación Tecnológica (en proceso de construcción), trabaja en la generación de ciencia y producción de conocimiento para mejorar la calidad de vida de las personas adultas mayores.
Texto:
Texto:
Leidy Romero
Leidy Romero y cortesía
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Desarrollar proyectos de arquitecturas de software y hardware orientados a generar ambientes de vida asistida, a través de la implementación de soluciones que integran el Internet de las Cosas (IoT), técnicas de Ingeniería del Software, redes, Cloud Computing, entre otras; están encaminadas al soporte en la mejora del día a día de los adultos mayores, sus familiares o cuidadores. Lo descrito es el trabajo que hace aproximadamente cinco años emprendió un grupo de investigación en innovación tecnológica, liderado actualmente por la docente-investigadora Priscila Cedillo. La necesidad de integrar este tipo de soluciones que conjugan áreas como la medicina, psicología, educación, entre otras; nació del interés por aportar a la independencia de este grupo poblacional, por medio de la creación de interfaces fáciles de usar y adaptables a sus necesidades, mencionó la experta. Destacó también el aporte de la Universidad orientado a la articulación de la Docencia, Investigación y Vinculación con la Sociedad. En este sentido, se han creado aplicaciones, programas o cápsulas de aprendizaje que se instalan en los dispositivos móviles, computadoras, tablets, etc., y resultan útiles para el cuidado o alertas ante alguna situación de riesgo. Cedillo agregó que, en Ecuador existe una brecha digital fuerte y los proyectos apuntan también a reducirla. “Hemos vivido en una sociedad en donde antes los padres decían al niño que no puede tocar algo porque se daña y ahora esos padres son los adultos mayores que tienen temor a usar la tecnología por el miedo de dañar algo”. Bajo ese contexto, el grupo de investigación ha aplicado procesos andragógicos, es decir técnicas orientadas a la educación de personas adultas mayores, obteniendo respuestas positivas pues han evidenciado que una de las motivaciones de su grupo de estudio es aprender entre pares, es decir compartir curiosidades o despejar interrogantes con los de su misma edad.
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Los proyectos que se ejecutan al momento son: Convocatoria DIUC XVII: Fog computing aplicado a monitoreo de dispositivos usados en ambientes de vida asistidos (Ambient Assisted Living); caso de estudio: plataforma para el adulto mayor. Convocatoria DIUC XVIII: Diseño de arquitecturas y modelos de interacción para ambientes de vida asistida orientados a adultos mayores. Caso de estudio: ambientes lúdicos y sociales. CEPRA XIV: Integración de nuevas tecnologías para el diseño de soluciones cognitivas en ambientes de vida asistida para adultos mayores: evaluación de áreas de atención y memoria. La investigadora mencionó algunas características de los proyectos tales como programas gestuales desarrollados para que el adulto mayor por medio de juegos u órdenes que se descarguen en el celular, realice ejercicios que mejoren su destreza física.
Adultos mayores durante experimentos de uso de soluciones tecnológicas de distintas aplicaciones diseñadas por el Grupo de Investigación en Innovación Tecnológica.
“Los adultos mayores merecen contar con ambientes de vida asistida que respalden su calidad de vida por medio de la tecnología”.
Entre otros ejemplos destaca el programa de memoria y atención en el que se da una interacción. Se les proyecta un video de un minuto y posteriormente se les realiza preguntas. En resumen, ejecutan un entrenamiento cognitivo. Se creó también una aplicación enfocada al autoconocimiento que evoca a la emoción. El recurso que emplearon fueron fotografías que debían ordenarlas cronológicamente, esta herramienta ayuda a mantener la memoria a largo plazo. Otra solución tecnológica presentada fue el pastillero digital, resultado de un trabajo de titulación realizado en 2016 del que fueron parte Wilson Valdez y Juan Marcelo Parra, de la Carrera de Electrónica y Telecomunicaciones. Construyeron un prototipo del tamaño de un cuaderno espiral grande, diseñado con un circuito electrónico que contiene un microprocesador que almacena las instrucciones y horarios para administrar un medicamento. A la vez que integra IoT para mantener la conectividad con sistemas de alerta útiles para que sus cuidadores y médicos puedan seguir de lejos la toma de las medicinas. Al respecto, realizaron pruebas con adultos mayores
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basadas en modelos de adherencia tecnológica para conocer la intención de uso futuro de los dispositivos, con el propósito de mejorar el prototipo. Priscila Cedillo explicó que cuando el adulto mayor debe ingerir la pastilla, este pastillero se abre y emite una alarma. En caso de que no tome el medicamento, el dispositivo sigue alertando con una señal de luz, emite un pitido y adicionalmente el programa esta diseñado para que envíe un mensaje al celular del cuidador del adulto mayor, que se repite hasta que se comunique con el o ella y tome la pastilla. Más allá de la tecnología, Valdez destacó la reacción de los adultos mayores al saber y sentir que la Universidad trabaja pensando en ellos. “Se sorprendieron que alguien de la U les visite para brindarles soluciones tecnológicas… les demostramos que nuestra intención era facilitarles herramientas para la interacción tecnológica”. Producción de ciencia Valdez actualmente está vinculado al Grupo de Investigación y tanto él como Cedillo enfatizan que el trabajo que desarrollan está pensado en crear ciencia y conocimiento. Explican que los proyectos contemplan investigación básica y aplicada. El primer componente implica la parte esencial, tecnológica, de descubrimiento, de producir. De otro lado está
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la aplicación, etapa en la que interactúan con las personas; pero una vez que han creado la ciencia. Adultas mayores mientras realizan ejercicios de autoconocimiento usando un rompecabezas para complete una fotografía de su familia.
Los investigadores señalaron que en el país existe una visión demasiado aplicada de la ciencia, en la que solo quieren ver cosas, prototipos funcionando; cuando lo realmente destacable es producir ciencia. “Resulta interesante poder proporcionar una arquitectura tecnológica para que cualquier persona que quiera implementar estas soluciones pueda hacerlo, eso hacemos nosotros. Como Ecuador debemos apuntar hacia aquello para aportar a un desarrollo social completo, reduciendo la importación de conocimiento”, puntualizó Cedillo. A tomar en cuenta · El Grupo de Investigación en Innovación Tecnológica (GIIT), actualmente está en proceso de creación. Ha permitido que estudiantes se sumen a los distintos proyectos lo que les ha abierto puertas en instituciones extranjeras para continuar con estudios de posgrado. · Dentro del grupo de investigación se desarrollan actualmente trabajos de titulación, trabajos de fin de máster y tesis doctorales. · Las investigaciones realizadas han sido publicadas en Scopus. En 2020 lograron difundir 30 artículos y en lo que va de 2021 llevan 11.
Prototipo de pastillero digital.
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