3 minute read

y abraza

niñas, los jóvenes y las familias, concibiendo la participación como motor de la organización comunitaria. Asimismo, se constituyen como espacios de prevención ante todo aquello que quiera atentar contra el desarrollo integral y una vida sana para nuestros chicos y chicas, cumpliendo la función primordial de cuidar, proteger y curar aquellas vidas donde los derechos están vulnerados. Los clubes parroquiales, al ser parte de la vida del barrio, y generando instancias de participación en clave comunitaria, promueven la integración de los distintos barrios e incluso de las distintas zonas del barrio que se encuentran en conflicto entre sí. Un club parroquial trabaja en el servicio comunitario construyendo identidad, generando pertenencia, creando puentes y formando familia. El Club le da nombre y viste de colores a una comunidad que se identifica, y esta lo vive como “El Club de mi barrio y de la parroquia”. Desde esta perspectiva el club se transforma en el lugar ideal para que el chico se sienta atraído y aprenda valores que enseña el deporte como LA FE, LA ESPERANZA, EL AMOR, LA AMISTAD, EL RESPETO, LA SOLIDARIDAD, LA UNIDAD, EL COMPAÑERISMO, etc.

Advertisement

Con los pies en el barrio entendiendo que muchas de las familias de nuestras comunidades suelen ser numerosas, con varios hijos, lo que hacía imposible desde el costo económico poder anotar a todos ellos (cuotas sociales, traslados hasta las sedes, imposibilidad de llevarlos e irlos a buscar, costo de la indumentaria, etc.). En ese sentido es que los clubes parroquiales se constituyen como clubes de cuota cero, garantizando acceso y continuidad en el deporte y las actividades culturales.

La Unión de Clubes Parroquiales como movimiento

federal:

El día a día presenta desafíos, el crecimiento de cada espacio, el aumento de los participantes, la inclusión de las familias en la vida del club, la necesidad de generar competencias con organización propia, entre otras dificultades que surgen del esfuerzo por acompañar la vida como viene. Este complejo escenario promovió que nuestros Clubes Parroquiales fueran tejiendo red entre ellos para garantizar que las propuestas logren transmitir la mística y una mirada inclusiva que propone el deporte y el arte como herramientas de formación y transformación. Fue así, como en la necesidad de unirnos para fortalecernos, se conformó la UNION DE CLUBES PARROQUIALES, con la misión de acompañar, generar puentes, potenciar los clubes con más historia y recorrido, acompañar a los clubes que están en etapa de formación, acercando recursos, herramientas concretas tanto de formación como aquellas asociadas incluso a los requerimientos para organizarse y constituirse como clubes.

El trabajo sostenido en el fortalecimiento de los Clubes Parroquiales a nivel nacional posibilitó la conformación de un equipo de trabajo y estructura propia, jun- to a Cáritas Nacional impulsó el desarrollo de la UCP dentro del área de APYCA.

(Abordaje Pastoral y Comunitario de las Adicciones)

El crecimiento exponencial de la UCP a nivel nacional en estos dos últimos años, impulsó la regionalización de los clubes por cercanía, definiendo zonas, ampliando las redes y proponiendo canales de comunicación, y como parte de este proceso se promovió que se fueran dando encuentros entre los clubes de cada región que se fue conformando.

Otro punto importante en el desarrollo de la UCP, entendiendo la competencia como síntesis de lo trabajado en el club, promoviendo un estilo de competencia que se centre en la formación de jóvenes deportistas como extensión de la propuesta de nuestras parro- quias, se apoya en la conformación de seis ligas parroquiales en diferentes deportes.

A seguir creciendo en el 2023

Durante este año se plantea avanzar en el proceso de regionalización de la unión de clubes parroquiales. Consolidar cada región posibilitará la incorporación de nuevos espacios conservando y contagiando presentaron los responsables de cada área y las propuestas concretas de acceso a programas que potencien el trabajo territorial En otra línea de desarrollo de la UCP, el área de capacitación está trabajando en el armado de contenidos la mística, potenciando el desarrollo territorial y cumpliendo con la misión de trabajar en la prevención llegando a los barrios con propuestas deportiva y culturales que reciben y acompañan.

Es el PROFE, el encargado de llevar a delante la propuesta del club, quien termina delineando el ámbito preventivo/formativo, incluso su mirada será decisiva al momento de tomar responsabilidades en la conducción y coordinación del club. Es tal vez uno de los puntos más importantes, la formación permanente que pueda entrelazar la experiencia territorial y la mirada pastoral con la profundización de conocimientos útiles para acompañar el crecimiento de los niños y niñas tanto como deportista, como así también en su carácter de miembros de la comunidad.

En ese sentido el área de capacitación propone tres líneas de formación, formación técnica deportiva o artística, formación pastoral y formación en temáticas transversales. (como niñes, adolescencia, Esi, consumos problemáticos, derechos, lideres positivos, violencia y bulling, etc).

En ese sentido el jueves 13 de abril se realizó de forma virtual el primer encuentro nacional de referentes de la UCP. En el se comunicaron los objetivos del año, se que aporten herramientas para fortalecer las prácticas de los referentes deportivos y culturales en el día a día del club parroquial.

Sigamos caminando el recorrido desde ese POTRERO al CLUB PARROQUIAL con el incondicional acompañamiento de nuestra Madre María, que su manto nos protege y guie para seguir los pasos de Jesús en el servicio a nuestros hermanos y como animadores de una Iglesia en salida, que va al encuentro y abraza.

This article is from: