ISSN 2248 - 5392
Número 7 // Semestre I // 2017
Apoyan Facultad de Ciencias Económicas Dirección de Bienestar Programa Gestión de Proyectos Sede Bogotá
COPCE Colectivo de Pensamiento Crítico Estudiantil REVISTA CONCIENCIA CRÍTICA NÚMERO 7 // SEMESTRE I DE 2017 // ISSN 2248 - 5392 UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA // FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS
COPCE (Colectivo de Pensamiento Crítico Estudiantil) es un grupo pensado para aportar en el debate y construcción de la academia en su conjunto a partir de la investigación inter y transdisciplinar, contribuyendo en el análisis, la comprensión y la discusión de la realidad colombiana y latinoamericana desde una perspectiva investigativa, crítica y propositiva.
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Los textos presentados en la siguiente publicación expresan la opinión de sus respectivos autores y la Universidad Nacional de Colombia no se compromete directamente con la opinión que ellos puedan suscitar.
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DIAGRAMACIÓN // PGP
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PORTADA
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Editorial // P4 Estructura y desafíos para el desarrollo social// P7 Diego Felipe Neira Zapata Educación en la ruralidad: desafíos y retos desde el nordeste antioqueño // P20 Patricia Gómez Nore La administración entre dos posturas // P29 Paula Andrea Cañón Farieta La economía social y solidaria en el Valle del río Cimitarra: territorio que apuesta por la paz // P35 María Alejandra Millán Franco Un análisis histórico del campesinado en Carmen de Carupa (Cundinamarca, Colombia) // P43 Jehison Felipe Ramos Patiño
EDITORIAL
P
ensar en otros mundos posibles es tomar Conciencia Crítica de la realidad social presente en nuestro alrededor, a fin de construir alternativas que privilegien el desarrollo humano, dentro del respeto por la naturaleza y la cultura de los pueblos de América Latina a partir de las propuestas de las diferentes disciplinas del conocimiento, las cuales, por medio de esta revista, queremos difundir a la sociedad en general.
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Esta toma de Conciencia hace referencia a la capacidad de comprender el entorno en el que estamos envueltos y determinar la dirección de nuestras decisiones, en la perpetuación de una sociedad desigual, o en la construcción de una realidad diferente, que se rija por principios de justicia y bienestar social. Mientras que la posición Crítica se relaciona con el descontento que surge de las prácticas hegemónicas y tradicionales que acomodan el conocimiento al servicio de objetivos de rentabilidad y eficiencia en todas las esferas de la vida social, y que limitan la acción humana a objeto de dominación por parte de otros.
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La conjunción de estas posiciones propende por construir propuestas alternativas en el diálogo constante entre la realidad y la academia, el cual no deja de renovarse para responder a las inquietudes y problemas de la comunidad en una búsqueda constante por otras formas de crear y recrear sociedad, y de discusiones que, a través de los artículos presentados en esta edición, no concluyen con su lectura, sino con la esperanza de animar, en los lectores, otras visiones y el desasosiego de no encontrar respuestas únicas e indiscutibles, sino de generar dudas, que lleven a la construcción y deconstrucción del conocimiento.
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Tome Con-Ciencia // Adpating to scarcity
NUESTRA AMÉRICA
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“Porque ya suena el himno unánime; la generación actual lleva a cuestas, por el camino abonado por los padres sublimes, la América trabajadora” José Martí
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6 Sin Título // Pan American Health Organization - PAHO
ESTRUCTURA Y DESAFÍOS PARA EL DESARROLLO SOCIAL1
Diego Felipe Neira Zapata2
Tercer sector, cooperación internacional, responsabilidad social, Corporaciones.
1 Este es un trabajo modificado del informe de pasantía “Corporación Escuela Galán, estructura y desafíos para el desarrollo social” para la Revista Conciencia Crítica. 2 Estudiante de Administración de Empresas, Universidad Nacional de Colombia. Correo electrónico: dfneiraz@unal.edu.co
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Palabras clave
A
partir de una evaluación del tercer sector en Colombia, puntualizando en las corporaciones (figura que para muchos es nueva), y del papel de la cooperación internacional, junto a sus transformaciones, se pretende evidenciar los cambios que ha tenido el accionar social y las nuevas dinámicas que se generan en las relaciones entre los sectores y las instituciones internacionales.
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Resumen
• ESTRUCTURA Y DESAFÍOS PARA EL DESARROLLO SOCIAL •
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Introducción
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La Corporación Escuela Galán es una organización de carácter mixto, perteneciente al tercer sector con una trayectoria bastante amplia en el desarrollo e implementación de proyectos de carácter social. El tercer sector, en Colombia, ha sabido sobrellevar las ambigüedades conceptuales, abriéndose camino, en la acción social, entre lo empresarial y lo estatal, mientras que la cooperación internacional ha incursionado en Colombia con grandes inversiones, las cuales entran, no a competir, sino a complementar el trabajo de las organizaciones e instituciones del país. El desarrollo de las relaciones entre los tres sectores y un cuarto componente de cooperación internacional ha transformado el accionar de las organizaciones del tercer sector, como promotoras de la responsabilidad social, en intermediarias de la relación entre benefactor y beneficiario. A partir de una evaluación del tercer sector en Colombia y del papel de la cooperación internacional, se pretende evidenciar los cambios que ha tenido el accionar social y las nuevas dinámicas que se generan en las relaciones entre sectores y las instituciones internacionales, para ubicar la corporación en un contexto que permita evaluar su alcance y los retos que se le presentan. Esto sin entrar a evaluar el papel de los partidos políticos y las relaciones de poder como factor determinante de las relaciones contractuales entre el gobierno y las organizaciones sociales para el cumplimiento de las funciones del Estado.
La cooperación internacional ha sido un elemento clave en la transformación socioeconómica y un actor activo en la formulación de proyectos de desarrollo en Colombia, pasando de una evolución de cooperación norte-sur a una cooperación sur-sur y triangular; con un campo de acción territorial, basado en las políticas nacionales, para el desarrollo de proyectos regionales y locales que abarcan los programas de acción públicos, privados e independientes, todavía guiados por objetivos de superación de la pobreza extrema y el fomento del desarrollo socioeconómico. Por su parte, las organizaciones sociales, en Colombia, han tenido una transformación indeterminada, atendiendo a su papel de puente mediador entre el Estado, el sector empresarial y la sociedad, con el fin de resolver las falencias en las relaciones socioeconómicas, las cuales permitan el desarrollo de la población, desarrollo entendido dentro de los conceptos de neoliberalismo y la acentuación de un capitalismo agresivo, los cuales permean todos los niveles de la sociedad; esto, sin acertar con un juicio de valor sobre lo impactos de estas políticas desarrollistas. La conceptualización del tercer sector es compleja y muchas veces se cae en el encasillamiento a partir de la generación de definiciones que no atienen completamente a la realidad; por lo que, también, se genera distanciamiento entre las organizaciones y el desconocimiento del accionar del otro, aun en procesos que comparten acciones sobre un mismo objetivo, sujeto y territorio. Desde los conceptos oficiales, las organizaciones del tercer sector se pueden catalogar en dos: las organizaciones de economía solidaria y las organizaciones solidarias de desarrollo. La primera comprende cooperativas, fondos de empleados y asociaciones mutuales; mientras que la segunda agrupa fundaciones, corporaciones, asociaciones, grupos de voluntarios y organismos comunales.
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Trascendencia de las organizaciones sociales con base en los preceptos establecidos por las entidades de cooperación internacional La cooperación internacional, como cualquier órgano multilateral, permea el accionar de un país, implementando medidas externas a problemas internos. La base en la que se fundamenta el quehacer de la cooperación internacional es el desarrollo o progreso social como lo define la ONU:
Desde sus inicios, la cooperación internacional se centra en la reducción de la pobreza y juega un papel de apoyo a los países subdesarrollados, generando una relación jerárquica y vertical norte-sur, la cual responde al fomento del desarrollo, que busca promover la capacidad de ahorro y reinversión en los procesos de generación de ingreso, así, afirma Prebisch (1973), un programa juicioso de inversión extranjera permitiría aumentar la capitalización necesaria para lograr un crecimiento satisfactorio con recursos propios. Entonces, ¿por qué la cooperación internacional no soluciona los problemas de desarrollo en los lugares donde ha incursionado? Claramente, porque se sigue aplicando una relación jerárquica con comunicación en un solo sentido, lo que no permite una verdadera construcción social, la cual, además, sirva como base de desarrollo propio.
Las relaciones sur-sur representan la evolución de la cooperación internacional entre los países que han alcanzado un nivel de desarrollo medio y comparten experiencias similares. En principio, el desarrollo de estas relaciones supone acuerdos de igualdad y complementariedad; aunque no siempre es así. Lo que sí es claro, es que la cooperación sur-sur tampoco es una respuesta definitiva, Ayllón Pino (2009) considera que la cooperación sur-sur no es un mecanismo sustituto, sino complementario de las relaciones norte-sur, en la medida en que, si bien genera acuerdos que abarcan ámbitos más amplios y refuerza las relaciones bilaterales, estas nuevas relaciones presentan verticalidad y condicionamientos a las ayudas, dado que los países u organizaciones cooperantes dentro de un sistema capitalista no necesariamente responden a principios de altruismo.
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Es así, como las nociones de progreso, vistas desde afuera, permitieron, a la cooperación internacional, generar estándares conceptuales que no atienden a las particularidades de cada sociedad.
Esto debido a que, si bien es imposible separar los términos de cooperación y desarrollo, siendo este último el objeto fundamental para el adelanto de las relaciones y la solidaridad, bajo el cual se generan las políticas de cooperación, esta correlación trasciende, aun, con las transformaciones que ha sufrido la cooperación internacional, como las nuevas relaciones sur-sur y triangular.
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En teoría, la cooperación surge motivada por imperativos éticos, para fomentar la justicia y el desarrollo equilibrado del mundo. Así lo indica la Declaración de la Conferencia de San Francisco, auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuando exhorta a emplear los recursos internacionales para promover el progreso social y mejorar los estándares de vida en libertad. (Román-Sánchez, 2002, p. 38)
La estructura necesaria para la acción social, como lo veremos más adelante, se compone de la participación estatal, empresarial, del tercer sector y la sociedad, donde la cooperación internacional es un jugador agregado que no da soluciones por sí solo, tal como lo dice Prebisch (1973), cuando sugiere la necesidad de una iniciativa privada interna y la importancia de los aportes estatales para la consecución del desarrollo esperado, siendo que, no se puede esperar que la inversión extranjera, como único interventor, sea una solución suficiente y definitiva a los problemas del subdesarrollo. Siendo conscientes de la estructura completa, donde, además, se debe tener en cuenta la población beneficiada y sus particularidades.
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Das y Zhou (citados por Gómez-Galán, Ayllón-Pino & AlbarránCalvo, 2011) definen la cooperación triangular como “aquella cooperación técnica entre dos o más países en desarrollo que es apoyada financieramente por donantes del Norte u organismos internacionales” (p. 17). Siendo las relaciones triangulares una de las últimas evoluciones de la cooperación internacional, se presenta más como una transformación y mezcla de las relaciones norte-sur y sur-sur, donde intervienen los países de renta media, como tercer agente, evidenciando un cambio en la estructura socioeconómica global. La cooperación triangular es, entonces:
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(…) una relación de partenariado entre actores de tres países: un oferente de cooperación o socio donante; un país de renta media, que actuará igualmente como socio oferente de cooperación, y un socio receptor de un país de menor nivel de desarrollo relativo (p. 13).
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Es importante resaltar que las características de los países de América Latina presentan singularidades que, por más semejantes a las realidades de otros Estados, deben ser identificadas, evaluadas y proyectadas para la generación de planes de acción nacional, y tenidas en cuenta para la generación de conceptos tan trascendentales como “Desarrollo”. Muchas veces, se cae en el error de asumir propios conceptos y experiencias de otros, llegando a definiciones y propuestas que no se ajustan a la realidad social, incluso con conceptos como el “buen vivir”. Con esto, no se quiere decir que se deba dejar de lado la evaluación de otras experiencias, sino que se debe hacer una comparación consciente y consecuente con el objeto de estudio. Al respecto del desarrollo económico, Prebisch (1973) afirma que América Latina no “podría reproducir el mismo proceso histórico ni las mismas modalidades de crecimiento de los países avanzados.” (p. 12). Entonces, dentro del concepto de desarrollo y pretensiones de cooperación, donde es claro que no es posible un desarrollo semejante al de los cooperantes, ¿por qué se usan los mismos conceptos y estrategias? A pesar de la evolución de la cooperación internacional, esta no genera una respuesta convincente a las necesidades de desarrollo, pues sigue respondiendo a experiencias ajenas al sujeto beneficiado. Es
por esto que se debe repensar la idea de desarrollo y el alcance de la cooperación; se debe lograr un impacto integral, generado desde las políticas públicas, la cooperación internacional, la inversión privada y el accionar social; las estrategias deben estar encaminadas a resolver las falencias del fortalecimiento técnico industrial, el financiamiento económico de los planes de acción nacionales, regionales y locales, y el fomento de la educación como soporte transversal para el fortalecimiento social, cultural y económico de la población. Lo recurrente es que la cooperación se ve envuelta en incongruencias, ya sea por la duplicidad de asistencia a un mismo sujeto o territorio, porque se desconoce la realidad del beneficiario o por querer imponer intereses que transfiguran el objetivo principal de la cooperación. Estas disparidades hacen necesario dar mayor énfasis a que el sujeto de beneficio debe ser participante activo de los planes que lo involucran, no solo como se dicta en la declaración de Cochabamba, donde se invita al respeto de las prioridades, los intereses y las características de cada nación (UNESCO, 2001), sino que cada Estado, entidad privada y organización social debe priorizar al sujeto como individuo en sus intereses y características. Existe una falencia de coordinación y reconocimiento en los niveles de aplicabilidad, como el territorio, desde lo internacional hasta lo local. Esto es fácil de identificar en la multiplicidad de proyectos y agencias de cooperación que desconocen el accionar de otros organismos que operan en un mismo territorio o en la búsqueda de un mismo objetivo. Esta duplicación de esfuerzos y recursos deja de ser favorable en la medida en que se presenta una dispersión de energía que reduce las posibilidades de dar soluciones concluyentes a las necesidades por resolver. Por ejemplo, para el caso específico de la cooperación en educación, Torres (2001) hace una revisión de las iniciativas internacionales, evidenciando y concluyendo que “van en la dirección opuesta a la ‘visión holística’ y la ‘sinergia’ reconocidas como indispensables en el discurso de la propia cooperación internacional. Y han sido tremendamente disfuncionales e ineficaces en la realidad” (p. 9).
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Dentro de los procesos de cooperación, a su vez, se hace evidente la falta de seguimiento a los proyectos implementados, donde la cooperación responde más a un programa de asistencialismo o “entrega por encargo” como lo define (Ayllón-Pino, 2009, p. 4). En estas circunstancias, no existe una verdadera asimilación por parte del beneficiario de los procesos implementados, evitando, de este modo, una reproducción sostenible de la ayuda. Asimismo, los proyectos se ven sesgados por el simple cumplimiento de indicadores y estadísticas para la presentación de informes, lo que limita una verdadera transformación.
Dentro de la evolución de la cooperación, se puede ver la descentralización como herramienta clave para lograr un mayor acercamiento a las comunidades locales. Ante esto, Tassara (2011) afirma que “los actores de la cooperación ya no son únicamente los estados nacionales sino también los gobiernos sub-estatales (municipios, provincias, departamentos, etc.), las organizaciones de la sociedad civil, las universidades, los centros de investigación y el sector privado”. (p. 86) El tercer sector, entonces, entra a jugar un papel fundamental como cohesionador de las políticas públicas, la responsabilidad social empresarial y la cooperación internacional, manejando un diálogo más cercano con las poblaciones beneficiarias en los diferentes niveles del territorio.
(…) participan instituciones no estatales aunque de interés público (como las asociaciones comunitarias), y entidades privadas, sin fines lucrativos y volcadas a las necesidades colectivas (como las fundaciones y las propias ONGs). Admitiendo que la proyección de ese sector suplanta la disyuntiva Estado x mercado, la economía alternativa indicaría que es posible concebir el mercado como un sistema eficiente de cambio, al que se le puede despojar de su matriz capitalista. Esta economía nace de una actitud crítica frente al capitalismo: sin ignorarlo en tanto único sistema económico mundial en la actualidad y punto de partida inevitable, se rige por valores no mercantilistas, como la solidaridad, la autonomía, la igualdad y la democracia. Basada en la cooperación entre productores y consumidores y buscando la satisfacción máxima (con vista al desarrollo humano) al menor costo (para los productores y para la sociedad), la economía alternativa estaría abriendo la posibilidad de un mercado no capitalista, en el cual las experiencias de generación de renta, mucho más que un último recurso, se decanten por una lógica de crecimiento y expansión (p. 196) La composición del tercer sector está marcada por una heterogeneidad de organizaciones que atienden a diferentes actores y líneas de acción. Para una comprensión más clara de esta composición Vivas Cortés, González Tobito y Gómez Sarmiento (2015) presentan un estudio con información del registro único empresarial y social, el cual permite clasificar las organizaciones a través de la estructura del sector.
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(…) maneja[n] niveles de integración que abarca lo económico, lo social-cultural y lo ambiental desarrollando formas de relación entre el sector público estatal, el productivo empresarial y el tercer sector, donde el eje integrador o base son las comunidades (Millán-Franco & Neira-Zapata, 2015, p. 36)
La ambivalencia de las organizaciones sociales, frente a su forma organizativa y de constitución en Colombia, ha generado una extraña sensación de desorden en el sector; es por esto que se hace necesario una revisión teórica, buscando una aproximación sobre el concepto y la importancia del tercer sector como nos la ofrece (Gaiger, 1999) quien lo describe como el sector donde:
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En general, los programas que se presentan en la cooperación internacional son los mismos que se pueden ver en los planes de acción dentro del ámbito nacional, donde se desconoce la verdadera identidad de los beneficiarios y, muchas veces, responden a políticas de imagen o circunstanciales. Contrario a los procesos de base, generados desde y para la sociedad, estos proyectos de gestión social
Revisión teórica del tercer sector en Colombia
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Gráfica 1. Caracterización de los tres sectores. Fuente: Elaboración propia.
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La gráfica anterior muestra la interrelación entre los tres sectores, los cuales atienden a una sola base, la sociedad. A diferencia del sector productivo empresarial, el Tercer Sector responde a principios de solidaridad que son más próximos a las poblaciones de base, complementando el trabajo de los otros dos sectores, aun cuando, entre los tres sectores, no contengan la solución de necesidades existentes.
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Gráfica 2. Tercer sector. Fuente: DanSocial, 2007, p. 17.
De acuerdo con la gráfica 2, las organizaciones del tercer sector se pueden catalogar en dos grupos: las organizaciones de economía solidaria y las organizaciones solidarias de desarrollo. La primera comprende cooperativas, fondos de empleados y asociaciones mutuales; mientras que la segunda agrupa fundaciones, corporaciones, asociaciones, grupos de voluntarios y organismos comunales. En la siguiente gráfica (No. 3), se presentan las 225.024 entidades activas a abril de 2015, donde el 86.03% representan a las organizaciones solidarias de desarrollo y el 13, 97% son organizaciones de economía solidaria.
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Gráfica 3. Caracterización del tercer sector. Fuente: Vivas Cortés et al., 2015, p. 63.
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La gráfica revela la distribución del 86.03% de las entidades pertenecientes al tercer sector. Según la investigación de Vivas Cortés et al. (2015), de las 193.594 Organizaciones Solidarias de Desarrollo, el 4,72% corresponde a asociaciones agropecuarias y campesinas nacionales y no nacionales; el 12,98%, a fundaciones; el 35,56%, a las corporaciones, y el 46,75% a las asociaciones y otras organizaciones civiles.
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Gráfica 4. Organizaciones Solidarias de Desarrollo. Fuente: Vivas Cortés et al., 2015, p.66.
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Según los datos presentados por Vivas Cortés et al. (2015), existen 31.539 entidades definidas como demás organizaciones, donde solo 4 son definidas como corporación: Las corporaciones sin ánimo de lucro de participación mixta se crearon con el fin de cumplir funciones administrativas y alcanzar los cometidos estatales con la colaboración de los particulares, cuya característica común es la ausencia de ánimo de lucro, que la diferencia de las sociedades. De ahí que su objeto debe estar siempre en conexión con las funciones atribuidas en la ley a las entidades que las conforman, con el propósito de evitar que, a través de esta modalidad, las entidades estatales no cumplan con sus fines o que se modifique la destinación de los recursos públicos (Cubillos, 2014, web)
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Desarrollo del objeto social de entidades pertenecientes al tercer sector en Colombia
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El surgimiento de las organizaciones solidarias de desarrollo se ve en la posibilidad de asociación de la sociedad civil para responder a las falencias de las políticas públicas, a los cambios estructurales del gobierno y del sistema socioeconómico global. En principio, para América Latina, se puede decir que las iniciativas de una alternativa son introducidas desde el pensamiento europeo, como lo afirma DanSocial (2007) sobre las organizaciones solidarias, “su desarrollo se fundamenta en los procesos de organización obrera derivados de la Revolución industrial, que implicó la llegada a la región de trabajadores inmigrantes, especialmente europeos, con ideologías anarquistas o de pensamiento social cristiano” (p. 18). Aunque, sin ahondar en la historia del pensamiento latinoamericano, se podría decir que esta búsqueda de alternativas también puede responder a una reivindicación de una cultura social propia.
Dentro de los cambios en la estructura del Estado y la legislación, en su mayoría coaccionados por ideas ajenas, se ha abierto el camino hacia una mezcla de pensamiento propio, los cuales han dado como resultado el estado actual de la estructura latinoamericana. Para Colombia, uno de sus cambios más importantes fue la Constitución de 1991, la cual, para Villar (2001), “amplió las oportunidades de acción de las Entidades Sin Ánimo de Lucro en sus diferentes funciones desde la defensa de intereses, respresentación gremial y búsqueda de influencia en las políticas públicas, hasta la prestación de servicios con recursos públicos” (p.58). Pasando, además, por diferentes corrientes de pensamiento que se implementan con los cambios de gobierno y las tendencias mundiales, se han tomado medidas de manera tal que pareciera que se probaran y descartaran, buscando cuál se ajusta mejor, pero nunca generando cambios a la medida de la realidad. Dentro de todas estas medidas, Villar (2001) recoge la descentralización, la democratización del Estado y el fortalecimiento de la participación ciudadana, el apoyo al fortalecimiento institucional y a la participación ciudadana, la difusión de la Constitución, el apoyo y profundización de la misma, la educación para la democracia y la paz junto a temas de interés público, como medidas que han permitido el fortalecimiento del sector de las organizaciones sociales.
Gráfica 5. Campos de acción Organizaciones Solidarias de Desarrollo. Fuente: DanSocial, 2007, p. 27.
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En las gráficas 6 y 7 se evidencia que la educación se convierte en una línea de acción esencial para las entidades sin ánimo de lucro, no solo como base de desarrollo, sino que también es clave para transmitir el pensamiento bajo el cual se fundamente el accionar de este sector.
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Dentro de la evolución de las líneas de acción de las organizaciones sociales, se destacan las que DanSocial (2007) propone en la gráfica 5. De acuerdo con la distribución presentada por Vivas Cortés et al. (2015), de estas líneas de acción, la educación es una de las más importantes, seguida por el desarrollo productivo y el desarrollo comunitario. Ejes fundamentales en la formulación de políticas públicas reales, que pretendan cambios de pensamiento social, necesario si se quiere pensar en la posibilidad de sostenibilidad y desarrollo posterior a la cooperación. Nuevamente, la educación es protagonista en el estudio de Villar (2001), quien hace una comparación de la composición del sector no lucrativo, entre Colombia y América Latina, para el año de 1995.
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Gráfica 6. Distribución por líneas de acción de las ESAL. Fuente: Vivas Cortés et al., 2015, p. 76.
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Gráfica 7. Composición del sector no lucrativo, Colombia y América Latina, 1995.
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Fuente: Villar., 2001, p. 97.
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Entonces, se podría decir que los campos de acción del tercer sector son claros en cuanto a las necesidades de la población; ¿pero por qué no dan respuestas contundentes o generan cambios reales en las situaciones poblacionales? Sería necesaria una revisión del manejo que se le da a los proyectos, puesto que pueden presentar problemas de atemporalidad, falta de cohesión con otras políticas o campos de acción, insuficiencia en la inversión y seguimiento. Finalmente, lo que hoy caracteriza a las organizaciones sociales y se destaca es la pluralidad, el grado de autonomía y la participación, mediante diseño y ejecución de programas sociales y de desarrollo con el Estado, las agencias nacionales e internacionales (Villar, 2001). Esta coordinación entre los distintos sectores ha permitido una evolución más cercana a los principios de solidaridad, y concepciones de desarrollo propias; no obstante, aún hace falta camino por recorrer para llegar a una verdadera cohesión entre los tres sectores y la sociedad, la cual permita generar encadenamientos socioeconómicos para la construcción social.
Desafíos actuales y posibles estrategias de gestión Cuando una organización sin fines de lucro depende de la financiación a través de donaciones por proyectos o licitaciones públicas, la sustentabilidad se convierte en una búsqueda ardua para la consecución de recursos, trastocando el objeto de la entidad, ya sea por una excesiva diversificación de competencias para el acceso a proyectos o por la desviación de las acciones hacia la obtención de recursos, descuidando el objeto de su existencia.
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Lo anterior no es suficiente si, además, no se fortalece la cultura organizacional y se procura la optimización de los procesos organizacionales para dar respuestas rápidas y efectivas a las oportunidades que presenta el escenario real. El proceso histórico que está viviendo Colombia profundiza el ámbito de acción de las organizaciones sociales; el post acuerdo abre nuevas posibilidades de participación activa en territorios y líneas de acción que antes se veían restringidos por las condiciones que enmarcaban a la población, y los fondos destinados y condicionados desde el Estado y las agencias de cooperación internacional.
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El mayor inconveniente con esta herramienta está en qué tipo de inversión se prevé y qué manejo se le da a los intereses obtenidos. Es claro que la inversión en fondos financieros rentables representa una gran oportunidad para una organización; no obstante, se debe ser cauteloso y hacer uso de los conceptos de la banca ética para hacer seguimiento a las inversiones. Puesto que los objetivos de una organización no pueden caer en la disyuntiva de financiar proyectos que van en contra de sus principios para invertir los intereses en sus proyectos sociales, escudándose en el desconocimiento sobre el manejo de las inversiones que pueden hacer los fondos de financiación.
Una segunda opción para la superación de problemas de sostenibilidad son las redes de cooperación. Esto, como instrumento complementario para el fortalecimiento organizativo y de sostenibilidad, el cual le permite, a la organización, moverse en un campo de acción que amplíe sus posibilidades y promueva la optimización de esfuerzos y recursos para el cumplimiento de logros. Las redes de cooperación se pueden caracterizar, según Sebastián (2000), como un mecanismo flexible y transitorio, el cual permite relaciones horizontales entre sus miembros, facilitando la transferencia de conocimiento, la diversificación y la sustentabilidad. Aunque advierte que se debe prever la heterogeneidad, las asimetrías e interés de los miembros de la red como variables clave para la obtención de resultados.
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Un instrumento que inicialmente fue utilizado como apoyo a colegios y universidades, se presenta como posible solución para las entidades sin ánimo de lucro. Se trata de un endowment, “es una cantidad de dinero (fondo) que se entrega a la organización con el objetivo de que los fondos sean ahorrados e invertidos, para la obtención de un interés anual, en lugar de ser invertidos inmediatamente” (RACI, 2012, p. 204). En este sentido, un endowment permite la sustentabilidad y perdurabilidad de la organización, aunque también se precisa que su implementación requiere cuidado pues, igualmente, puede desviar la atención de la organización a la obtención de fondos o puede perder independencia de acuerdo con los términos y condiciones de la negociación.
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Conclusiones
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El condicionamiento a los conceptos impuestos para la generación de políticas y modelos de vida marca, profundamente, los objetivos por los cuales se desarrolla la cooperación. Más allá de una relación asistencialista y de impulso a la superación de la pobreza, la cooperación, desde sus inicios hasta hoy, ha estado marcada por intereses políticos y económicos que afectan el resultado en las poblaciones; agudizando aún más el problema, la falta de seguimiento y la exigencia de resultados a largo plazo mediante el aprendizaje genuino, y la concepción de un pensamiento de sostenibilidad y desarrollo propio.
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La evolución de las organizaciones del tercer sector ha permitido una pluralidad para la atención en diferentes líneas de acción, mediante la adopción de diferentes formas jurídicas las cuales enriquecen y fortalecen el accionar de la sociedad civil; esto, acompañado del fortalecimiento del sector empresarial y su participación mediante la responsabilidad social, además de la transformación del Estado y su descentralización, la cual permite un alcance mayor de las políticas públicas. A pesar de ello, se debe ser cuidadoso al mantener un equilibrio del papel que juega cada sector, procurando una cohesión que permita priorizar las necesidades de la población y se pueda evitar la duplicidad de esfuerzos innecesarios.
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Referencias bibliográficas
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EDUCACIÓN EN LA RURALIDAD: DESAFÍOS Y RETOS DESDE EL NORDESTE ANTIOQUEÑO
Patricia Gómez Nore Fundación Manduco
Resumen
H COPCE
Palabras clave
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Educación rural, Zonas Veredales Transitorias de Normalización – ZVNT, práctica docente, formación, paz.
ablar de paz sin abordar el tema social y educativo es un contrasentido; por ello, este artículo pretende ser una invitación a la reflexión y proposición de nuestro quehacer educativo en la ruralidad. Partiendo de la experiencia de jóvenes maestros rurales, el objetivo de este documento es reseñar las diferentes vicisitudes de la labor docente en la ruralidad colombiana, analizando el contexto armado de una región minera, ubicada en el norte del departamento de Antioquia, específicamente, en la vereda Carrizal, municipio de Remedios. Mediante esta experiencia se analizan las intencionalidades de la práctica del docente rural, los desafíos formativos, el reto y la deuda histórica no solo para con los docentes rurales sino para el campo en general.
Enmarcando los desafíos…
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En el marco de los Acuerdos de la Habana y las disposiciones relacionadas con las Zonas Veredales Transitorias de Normalización, cuyo objetivo es garantizar el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo; así como el proceso de dejación de armas, es necesario mirar más allá de las estipulado en la mesa y analizar el contexto social, geográfico y económico de la región. Pensar este aspecto es clave a la hora de generar propuestas, fines y propósitos para la ruralidad colombiana.
Las movilizaciones del magisterio colombiano y las exigencias expresadas en el pliego de peticiones del 2015 plantean serios interrogantes sobre la forma como se concibe el papel del maestro colombiano. Más allá de ser un cuidador, el docente, en muchos casos, se convierte en un referente de vida para aquellas personas que construyen su futuro en función de lo aprendido y lo construido con sus maestros. Por esto, el camino hacia su dignificación va más allá de parámetros de profesionalización, estándares de calidad y evaluaciones periódicas a los maestros; esta dignificación debe reflejarse no solo en nivelaciones salariales sino en el replanteamiento de su labor, concibiéndola, para los requerimientos sociales y políticos de esta sociedad, evidentemente, con una clara perspectiva de cambio.
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Foto 1. Escuela Rural Carrizal, Remedios - Antioquia. Fuente: Fundación Manduco (2011).
•EDUCACIÓN EN LA RURALIDAD •
Es necesario recordar que más del 74% de los profesores del país está ubicado en zonas urbanas; solamente el 26% restante desarrolla su labor docente en zonas rurales. Además, el salario del maestro está definido por escalafón (Presidencia de la República, 2002), de manera que su sueldo oscila entre dos y cuatro salarios mínimos al mes en las ciudades; sin embargo, los docentes rurales, en su mayoría, no tienen el título de profesional de educación, por lo que su salario no alcanza ni siquiera los dos salarios mínimos. Asimismo, de los 460.000 docentes que hay en el país, el 67% son mujeres (Carátula, 2013).
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En este contexto de movilizaciones, fue lamentable la omisión, presumiblemente involuntaria, de la condición del maestro rural, condición, por lo general, relacionada con las dinámicas propias del conflicto social y armado que se manifiesta en gran parte de la ruralidad colombiana y que afecta, de manera directa, los maestros en forma de amenazas, desaparición, extorsión y asesinatos. Teniendo este escenario en mente, se abordará el contexto del docente rural, relacionándolo con sus condiciones de trabajo, su formación, sus apuestas e intereses y los retos que se presentan en la cotidianidad de muchos caseríos y asentamientos rurales, donde el tema del conflicto hace parte del día a día.
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Foto 2. Los niños y el caserío Fuente: Fundación Manduco (2012)
• Patricia Gómez Nore •
En Colombia, se estima que la población rural sobrepasa el 25% (DANE, 2009). Los índices de escolaridad señalan que, en las áreas rurales y urbanas, se garantizó, para el 2014, el 105% de cobertura escolar en educación preescolar y primaria [Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), 2014]; sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, Antioquia presenta un 16,7% de analfabetismo funcional, representado mayormente en la ruralidad, donde se puede registrar el doble de analfabetas que en las áreas urbanas; y un 18% con respecto a su población total. El porcentaje de gasto público en educación del total del PIB en Colombia, para el 2014, fue de 4.9%, comparado con países con calidad educativa alta como Dinamarca (8.8%) o Cuba (12.8%) (Banco Mundial, s.f.).
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Las personas que ejercen la docencia en el contexto rural no lo hacen por amor a la labor o por la representación social, mucho menos por la compensación y estabilidad económica, sino porque es la opción menos peor. A manera de ejemplo, se abordarán las experiencias de vida de maestros de la zona rural del Nordeste Antioqueño, región caracterizada por la minería artesanal y a gran escala (Distrito Minero Segovia Remedios - DMSR), lugar relacionado con las explotaciones de oro desde hace más de 150 años. Más del 16% de PIB del departamento de Antioquia proviene de esta zona y esta actividad dinamiza los demás sectores económicos de la región (Rivera & Molina, 2006). No obstante, la consolidación de una zona agrícola en esta región ha sido un asunto pendiente, ya que gran parte de esta zona depende de la extracción de madera y minería artesanal, quedando rezagado el desarrollo de cultivos de gran potencialidad como caucho, café, cacao, aguacate antillano, higo, guadua y maíz; el cultivo de este último fomentaría el desarrollo de la avicultura y porcicultura en la zona (Plan de Desarrollo Departamental, 2012).
Así pues, siendo una de la regiones más ricas de Antioquia e incluso de Colombia, los índices de pobreza y de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) son cercanos al 47.84% de la población rural antioqueña [Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), 2011], aspecto que se evidencia en la carencia de viviendas dignas e infraestructura de servicios sanitarios, difícil acceso a la educación, y bajos e insuficientes ingresos de los habitantes rurales.
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Foto 3. En medio de las dificultades y las carencias, los niños gustan de estar en la Escuela Fuente: Fundación Manduco (2012)
•EDUCACIÓN EN LA RURALIDAD •
Estos datos nos sirven para contextualizar el sector educativo en Colombia y para argumentar que, en efecto, Colombia tiene pendiente una tarea importante en términos de inversión y políticas sociales para la ruralidad. Debido al contexto armado de muchas zonas rurales en Colombia se puede presumir que esta inversión este siendo destinada al gasto militar. Por ende, con ese 4.9% de inversión en educación se deben hacer milagros puesto que este porcentaje se va reduciendo a medida que pasa por cada uno de los niveles gubernamentales.
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El Congreso de Colombia, por medio de la Ley 715 de 2001, reformó el sistema de transferencias de la Nación a las entidades territoriales y definió las competencias en educación para el nivel municipal, siendo la administración de recursos en los niveles de preescolar, básica y media, el financiamiento de programas y proyectos educativos, y la evaluación del servicio educativo. Los departamentos, además de administrar y evaluar el servicio educativo conjuntamente con los municipios, están relacionados con la distribución del situado fiscal, la promoción y la evaluación de la oferta de capacitación docente, y la administración de currículo y los recursos educativos (Congreso de Colombia, 2001).
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Estas cifras pueden ayudar a explicar por qué, en términos de desarrollo social, la ruralidad del país se ha visto rezagada no solo en términos económicos sino sociales. A pesar de que los maestros rurales son quienes, en primera medida, tienen sobre sus hombros la responsabilidad que le ha designado el Estado para superar las barreras sociales, relacionadas con la pobreza, la desigualdad y el conflicto social, son múltiples las vicisitudes que se constituyen alrededor de su práctica y ejercicio docente, sumadas a las precarias condiciones de trabajo y formación, las cuales hacen más difícil algún tipo de cualificación o la continuación de estudios con el ánimo de fortalecer su práctica educativa para enfrentar estos desafíos.
El porqué de la docencia “O era profesora o iba de guerrillera y eso no me gusta” [Ángela, Comunicación personal (CP), Septiembre de 2011]. De esta manera una de las profesoras describe cómo fue el proceso por el cual llegó a ser maestra. Inicialmente, vivió en Ituango, municipio cercano a la región del Nordeste; siendo hija de colonos, aprendió las tareas relativas al campo: cultivar, cuidar animales, cosechar y los cuidados de la finca. Por eso, lamentó mucho cuando fue trasladada hace casi 4 años a un caserío del nordeste: “la gente no cultiva, todo lo traen de afuera” (Ángela, CP, Septiembre de 2011). Comenta sin titubear que, para ella, no fue muy grato saber que tenía que seguir estudiando hasta noveno para poder tener el título de normalista y ejercer la docencia: “la Normal me quedaba a dos horas de camino, y yo soy la mayor de 6 hermanos, así que debía arreglarles la comida y estar pendiente de ellos” (Ángela, CP, Septiembre de 2011). Al preguntarle sobre las ventajas o beneficios que tiene el trabajo en el campo, manifiesta que para la persona que le gusta y está acostumbrado al campo, está bien, pero “los profesores que son de afuera no saben qué es esto, los nombran por aquí en estas lejuras, duran un mes por mucho y se van” (Ángela, CP, Septiembre de 2011).
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Escuela, conflicto social y armado “Las escuelas fueron utilizadas por la tropa, aquí se quedaban y cocinaban, podían durar meses” (Ángela, CP, Octubre de 2011). El desafío es lograr articular los esfuerzos de la gente que está retornando y enfocarla, no solo en la reconstrucción física de la escuela, sino en hacerla participe del proceso de formación de los niños y jóvenes del campo, y comprendiendo su importancia.
“Mucha gente vio que mi llegada aquí no era importante ni buena, incluso pensaron que yo era enviada de los paramilitares, así que yo me propuse que la comunidad me ayudara con la construcción de la escuela, hicimos bazares, fiestas, vendíamos comida, de todo para ir recogiendo plata” (Ángela, CP, Octubre de 2011). Así pues, extramuros, son muchas las vicisitudes que debe enfrentar un maestro rural, desde empezar con la construcción de la escuela, hasta realizar censos casa por casa, finca por finca para garantizar el mínimo de niños que justifican su permanencia en la vereda. Este trabajo, invisible y nunca compensado, resulta siendo parte de la cotidianidad de su labor, acompañada por la incertidumbre que pesa día tras día y al temor latente que caracteriza las poblaciones que retornan, “me produce angustia cuando suenan los helicópteros tan cerca”, comenta un líder campesino que se quedó en la vereda (Adolfo, CP, Agosto de 2011).
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Comenta que las dificultades son más que las ventajas, pues debe iniciar en cero, con una escuela que, en la mayoría de los casos, está destruida o en ruinas ya que en esta zona se presentó una fuerte incursión y enfrentamientos armados entre guerrilla y ejército desde el 2002, momento en que gran parte de la población se desplazó hacia los centros urbanos cercanos como Remedios y Segovia.
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Foto 4. La Educación como herramienta para sensibilizar y evidenciar que la guerra no es la única salida Fuente: Fundación Manduco (2012)
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La educación a la que puede acceder la población rural inicia desde preescolar y primaria, es decir, del grado 0 al grado 5; además, el mínimo de estudiantes para justificar la estadía de un profesor es de 20. El dato de la cantidad de niños, que el docente tiene en su escuela, debe ser reportado por el maestro ante la Secretaría de Educación municipal, junto con la “papelería” de cada uno de los niños, principalmente el registro civil. La dificultad deviene cuando muchos de estos niños han nacido lejos de un centro hospitalario o del casco urbano de un municipio; por esto, son niños no registrados, en pocas palabras, no existentes para el estado colombiano. “Salir pa’l pueblo es costoso y peligroso” son algunos de los argumentos expresados por los padres. A este escenario se suma el permanente cerco militar del Ejército y los paramilitares, cerco caracterizado por las restricciones de movilización, de entrada de alimentos y productos, además del cobro de “vacunas” y extorsiones. Estás situaciones fueron cotidianas en la zona y, en la actualidad, esta dinámica se presenta en algunos sectores rurales y de la cabecera municipal de los municipios del nordeste antioqueño. El 25.7% de la población colombiana vive en el campo. De 35 estudiantes que inician la primaria en zonas rurales, solo 7 culminan el ciclo completo de educación básica (9°) (Perfetti, s.f.), “al principio me era difícil, yo quería que los niños fueran al pueblo y terminaran de estudiar, hubo una época que se iban para el ejército o para la guerrilla, espero que los que están aquí por lo menos terminen la primaria para que puedan trabajar en la mina” (Ángela, CP, Octubre de 2011).
Consideraciones finales En este artículo, se presentó, de forma sucinta, la situación laboral y vivencial del docente rural. Para ello se tomaron en cuenta las reflexiones de una maestra, con las cuales se exaltan algunos de los aspectos más importantes de la cotidianidad del docente rural; así mismo, se espera que estas aporten en la construcción de espacios de paz; especialmente, porque, al ser una zona veredal transitoria de normalización (ZVTN), EL Estado, por medio de sus diferentes instituciones, puede reconocer, diagnosticar e implementar políticas que correspondan y fortalezcan la ruralidad del país. Además de ser una invitación a la reflexión, este texto caracterizó algunas de las problemáticas comunes, cotidianas y determinantes a la hora de ejercer la labor del docente en un contexto rural. Dentro de estas se destaca el conflicto social y armado, aspecto estrechamente relacionado con la carencia de políticas públicas eficientes, de voluntad política y de recursos económicos que logren incidir positivamente en diversos aspectos de la ruralidad.
• Patricia Gómez Nore •
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DESDE LAS AULAS
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“Jamás acepté que la práctica educativa debería limitarse sólo a la lectura de la palabra, a la lectura del texto, sino que debería incluir la lectura del contexto, la lectura del mundo” Paulo Freire
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28 Padre e hijo // Ibar Silva
LA ADMINISTRACIÓN ENTRE DOS POSTURAS
Paula Andrea Cañón Farieta1
E Administración tradicional, administrador, impacto social, cultura, política.
1 Estudiante de Administración de Empresas, Universidad Nacional de Colombia. Correo electrónico: pacanonf@unal.edu.co
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Palabras clave
n la actualidad, se reconoce la importancia de la administración y del sujeto que la desempeña (el administrador), debido a los impactos que sus decisiones tienen en la sociedad, las cuales, por medio del siguiente texto, se presentarán en cuatro dimensiones: la dimensión laboral, la dimensión cultural, la dimensión ambiental y la dimensión política; a través de un constante debate entre la administración tradicional, con sus objetivos de rentabilidad financiera, maximización y eficiencia de los recursos, y el rescate de la administración como posibilidad de cambio y de fuerza transformadora.
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Resumen
•LA ADMINISTRACIÓN ENTRE DOS POSTURAS•
Introducción Reconocer al administrador como sujeto activo en el devenir de la sociedad, es rescatar la trascendencia social de sus decisiones debido al papel participativo que ejerce como líder o dirigente en los diversos campos de su accionar profesional y, en consecuencia, es preguntarnos por su formación para develar los impactos de la visión dominante en el quehacer administrativo, a fin de encontrar alternativas desde las cuales se comprenda la importancia de la administración, y del sujeto que la desempeña, en la construcción de sociedad.
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La visión dominante de la administración concibe, como su único, indiscutible y sagrado objetivo, la rentabilidad financiera de las organizaciones2, por medio de la maximización y eficiencia de los recursos de los cuales dispone, sin distinción, en algunos casos, de la naturaleza de sus actividades, ya sean de carácter privado o público, debido a la injerencia del “‘gerencialismo’, es decir, el sistema de descripción, explicación e interpretación del mundo a partir de las categorías de la administración” (Chanlat, 2002, p. 16), el cual reduce la compresión de las dinámicas sociales a la obtención de instrumentos técnicos para lograr el objetivo señalado.
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Tal búsqueda, además, se encuentra alineada con los intereses de un grupo particular y reducido, en detrimento del bienestar y desarrollo de otros actores de la organización, es decir, la búsqueda del placer privado a expensas del bien público, bajo la premisa fundamental de la maximización de beneficios, lo cual conlleva a reconocer a priori un sistema económico, sin discutir las consecuencias de su adopción y sirviendo como “vehículo de transmisión ideológica inconsciente, al legitimar y erigir en valores sociales los simples criterios de construcción del modelo o propuesta teórica de turno” (Muñoz-Grisales, 2011, p. 49).
2 La palabra organización en este artículo, se utiliza para referirse a todas las formas que emplean las lógicas de la administración tradicional, ya sean de carácter público o privado.
Los objetivos de rentabilidad financiera y la legitimación del sistema económico, en todas las esferas de la vida social, hacen de la administración tradicional una mera herramienta de uso particular, y del administrador, el sujeto de aplicación de instrumentos y técnicas, “a partir del aprovechamiento de los progresos sucesivos en el conocimiento del comportamiento humano con el fin de obtener mejoras sustanciales en la productividad y, por consiguiente, en la rentabilidad de la empresa” (Muñoz-Grisales, 2011, p. 112), reduciendo, nuevamente, el alcance de la administración a factores de eficiencia. Por tal motivo, se realizará un análisis de las implicaciones que esta visión reduccionista ha provocado al ser humano, a través de cuatro dimensiones: la laboral, la cultural, la ambiental y la política, a fin de reconocer la importancia de la administración y del administrador en la sociedad; las cuales permitan encaminar nuevas propuestas hacia objetivos más humanos, en especial, “en el mundo de hoy, [que] es un mundo de organizaciones y, por consiguiente, administrado” (Muñoz-Grisales, 2011, p. 16).
Dimensión laboral Las actividades laborales son el primer campo de acción de la administración, pues a ella se le encomienda la gestión de las personas que trabajan en las organizaciones, bajo el precepto de obtener de ellas la mayor eficiencia y productividad a través de diversas técnicas, las cuales desconocen al sujeto que hay detrás del mal denominado, recurso humano, con una historia y un desarrollo particular, a partir del abuso que, de las ciencias humanas, se comete para manipular la naturaleza humana en beneficio de la lógica productiva (Muñoz-Grisales, 2011), reduciendo a las personas a simples objetos y receptores de mandatos de un grupo de dirigentes, investidos de una supuesta aura de dominación.
• Paula Andrea Cañón Farieta •
La administración, dentro de su quehacer, desconoce los ámbitos culturales de cada comunidad a través de dos acciones: la primera, es la implementación acrítica de las modas administrativas provenientes de otros países, y la segunda, es la tendencia a homogeneizar la cultura de cada una de las regiones en las que se insertan las empresas, desconociendo el desarrollo histórico y particular de cada pueblo, bajo la premisa de construir estándares de vida mundiales.
El reduccionismo cultural de estas prácticas administrativas rivaliza con la formación de los sujetos y la imposibilidad de someterlos a una compresión lineal de sus acciones; sin embargo, la interacción que los individuos tienen con las organizaciones a diario, ya sea nivel laboral o por medio de los medios de comunicación, inclinan la balanza a favor de una sola cultura mundial, que obliga a rescatar la importancia de las decisiones de los administradores y su trascendencia social.
(…) no puede seguir ignorando la gran responsabilidad que tiene hacia sus semejantes. Ya no puede cerrar los ojos a la dimensión ética de sus actividades y a la importancia de su forma de conducirse respecto a los demás, así como respecto al medio natural. (Aktouf, 2009, p. 566)
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Dimensión cultural
Para el caso de la homogeneización de la cultura, las organizaciones crean modelos universales para ser seguidos por todas las comunidades, las cuales permitan llegar a todos los lugares sin grandes cambios en los productos o servicios que ofrecen, como lo expresa Naomi Klein (2001, p. 151), “sus enemigos son las costumbres nacionales, las marcas locales y lo gustos característicos de cada región”, pues tendrían que sacrificar parte del sacro objetivo de rentabilidad, y deberían cuestionar la estandarización del proceso de globalización, que amenaza con borrar todas las diferencias culturales.
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Este reduccionismo conlleva a una serie de perjuicios, tanto físicos como mentales. La sobrecarga a la que es expuesta la persona, con el fin de aumentar los indicadores de productividad, llevan el cuerpo al límite de su capacidad, ocasionando un desgaste progresivo; este, sumado a las condiciones laborales infrahumanas de ciertos trabajos, despojan de humanidad a las personas. Por ello, estas prácticas merecen una discusión crítica, con respecto a la formación del administrador, quien
Para el primer caso, se pretende, desde el accionar administrativo, aplicar indiscriminadamente las mismas prácticas en todas las organizaciones y en todos los lugares del sistema planetario, desconociendo las dinámicas de cada comunidad; el cual, aunado a la implementación de las herramientas reduccionistas antes mencionadas, tratan de aislar a los sujetos de su entorno para ubicarlo en un nuevo contexto histórico y cultural, es decir, en el ámbito organizacional, a través del uso de mecanismos manipuladores, ignorando que estas son construcciones sociales que se van formando por medio de la interacción entre los individuos, tomando relevancia la frase de Muñoz Grisales (2011, p. 170) “la administración debe ser más una teoría generada alrededor de las especificidades culturales de los pueblos que la practican, que una teoría de validez universal, como tradicionalmente se ha pretendido”, sin pretender caer en relativismos paralizantes.
•LA ADMINISTRACIÓN ENTRE DOS POSTURAS•
Dimensión ambiental El impacto que determinadas decisiones han ocasionado en el ambiente es producto del afán de las organizaciones por aumentar los niveles de rentabilidad, sin considerar los daños ambientales ni las limitaciones físicas de los recursos necesarios, tanto de las materias primas, como de la energía necesaria, para emprender toda acción productiva, que no cuestiona las ansias del crecimiento económico ilimitado, como lo expone Aktouf:
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Ahora bien, el principio de crecimiento indefinido (de los ingresos individuales, de la rentabilidad de la empresa, del PIB) implica un vínculo de retroacción positiva, y la creencia en una reserva indefinida o inagotable de recursos y energía. Implica, además, una suerte de ausencia de interdependencias, como si todo el mundo pudiera enriquecerse, indefinida e independientemente, con lo que les sucede a los otros (individuos, grupos o naciones) y al entorno (2009, p. 577)
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La creencia de un planeta inagotable o la deliberada ignorancia de las consecuencias de un uso indiscriminado de los recursos, no solo ignoran las leyes físicas de la termodinámica, sino que condenan a la sociedad, tanto actual como futura, a la reducción de su bienestar en provecho de la satisfacción de intereses privados presentes y ajenos a la preocupación del bien común, transformando al administrador en simple ejecutor de mandatos ajenos, investidos de naturalidad Precisaremos primeramente que ellas cumplen un rol que desde el inicio falsea las formas de pensar y conducir un razonamiento, ya que las premisas se toman como indiscutibles cuando son incluso muy discutibles, y en más de un aspecto. Así, hay palabras, nociones, conceptos llamados básicos que remiten a ciertas prácticas, instituciones o formas de ser, que se trata de hacer pasar por “naturales”, “dadas” y por incuestionables pilares del pensamiento, o como atributos de la sociedad, sino de la “naturaleza humana”. (Aktouf, 2009, p. 588)
Dimensión política En la dimensión política, la administración interviene de dos formas: la primera, se relaciona con la importancia que han adquirido los administradores en la formulación de políticas de los gobiernos, representando intereses de organizaciones multinacionales; la segunda involucra directamente al ejecutor de las prácticas administrativas como actor que legitima una estructura económica dominante, asumiendo una postura política de perpetuación de las dinámicas de desigualdad social y amenaza al medio ambiente. La intervención en la política mundial se presenta porque (…) las grandes empresas han adquirido tanto poder, que se han hecho más fuertes que los gobiernos. Que, a diferencia de ellos, no tienen que rendir cuentas más que a los accionistas; que carecemos de mecanismos para obligarlas a responder ante el público en general (Klein, 2001, p. 18), Imponiendo una visión de mundo, donde los intereses de la sociedad deben someterse al cumplimiento de los intereses particulares de este grupo de accionistas, en detrimento del bien común y de los lazos sociales, por la satisfacción de intereses egoístas. En relación con las acciones de legitimación, el administrador ha aceptado el papel de paladín del sistema económico, al asumir como propio el objetivo de rentabilidad, sin evaluar las consecuencias de esta posición, pues al ser “los ‘administradores’, funcionarios ya sea de la política o de la empresa privada, quienes, mediante sus decisiones y los medios, cada vez más considerables de que disponen, imprimen su rumbo y su contenido a nuestra vida diaria y nuestro futuro” (Aktouf, 2009, p. 24), sus decisiones tienen impactos sociales de gran escala. Por lo tanto, si en sus manos se concentra la posibilidad de transformación, debería propender por acciones de emancipación.
• Paula Andrea Cañón Farieta •
A modo de conclusión
Para finalizar, sin pretensión de concluir el tema, puesto que es necesario una discusión de mayor envergadura, se rescata la frase de Aktouf: “corresponde a los administradores dar el primer paso, pues son ellos quienes poseen la iniciativa de la decisión, las palancas de acción y, por lo tanto, la potestad de lanzar el cambio” (2009, p. 566)
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La trascendencia de las decisiones de los administradores es evidente; sin embargo, no lo es tanto para la administración tradicional que practica visiones reduccionistas en todos los ámbitos (el laboral, el cultural, el ambiental y el político), haciendo imperativo revisar la base sobre la cual se construye la formación administrativa, con miras a transformarla en una visión humanista que privilegie al ser humano en su construcción con la naturaleza, la cultura y la política; además, propenda por “una visión de totalidad de las implicaciones de los actos administrativos en todos los planos posibles: el individual, el organizacional, el social, el plano de la humanidad y el planetario” (Muñoz-Grisales, 2011, p. 100)
No obstante, esto no es posible sin cuestionarse por la ética y el accionar político de quienes asumen este rol, “pues, no hay duda que la eficiencia es un principio rector de la gestión administrativa, pero el escollo que debe superar para realizarla es de naturaleza política, y desde luego, también la solución” (Carvajal-Baeza, 2008, p. 108); una solución que permita emprender cambios reales en las estructuras organizacionales, tan importantes en la vida de cada individuo.
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Referencias bibliográficas • Aktouf, O. (2009). La administración entre tradición y renovación. Cali: Artes Gráficas del Valle Ltda. • Carvajal-Baeza, R. (2008). Kuhn y Weber: una apuesta por la trágica dignidad de la formación administrativa. En: F. Cruz Kronfly (Ed.). Racionalidad instrumental y gestión (pp. 91-133). Cali: Universidad del Valle. • Chanlat, J. F. (2002). Ciencias sociales y administración. En defensa de una antropología general. Medellín: Fondo Editorial Universidad EAFIT. • Klein, N. (2001). No logo. Barcelona: Paidós. • Muñoz-Grisales, R. (2011). Formar en administración. Por una nueva fundamentación filosófica. Bogotá: Siglo del Hombre Editores, Universidad EAFIT.
LA OTRA CARA DE MI PUEBLO “Dialécticamente, la historia ha de servir para relacionar lo que ha pasado con lo que está ocurriendo, ya que no existe pasado que pase del todo y cuyas leyes y raíces no condicionen la vida histórica de los pueblos” Antonio García Nossa
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Feria de flores/silleteros // Felipe Martínez
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LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA EN EL VALLE DEL RÍO CIMITARRA: TERRITORIO QUE APUESTA POR LA PAZ
María Alejandra Millán Franco1
Resumen
Economía social solidaria, ZRC del Valle del río Cimitarra, Ecobúfalo Campesino.
1 Estudiante de Administración de Empresas, Universidad Nacional de Colombia. Correo electrónico: mamillanf@unal.edu.co
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Palabras clave
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L
a región del Valle del río Cimitarra es el territorio acotado para la Zona de Reserva Campesina ZRC-VRC y por tradición tiene una historia de conflicto, en la que se han denunciado acciones violentas contra las comunidades, originadas en la acción colectiva por la defensa de los derechos y el territorio. Aun así, el campesinado de esta región se encuentra organizado, proponiendo estrategias de desarrollo productivo, basándose en principios comunitarios propios, en articulación con las prácticas de la economía solidaria, entre ellas se destaca el proyecto Ecobúfalo Campesino. Con el fin de visibilizar este ejercicio organizativo, este documento identifica cómo la comunidad de la ZRC-VRC ha contribuido a la construcción de paz, haciendo un análisis desde algunos principios de la economía social y solidaria (ESS) que han orientado el proyecto en estudio. Inicialmente, se hace una descripción de la ZRC, los referentes y los procesos que viabilizaron su constitución. Posteriormente, se conceptualiza el enfoque teórico de los principios de la economía social y solidaria; finalmente, se aborda el caso de Ecobúfalo, siendo uno de los proyectos productivos referentes en la región.
•LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA EN EL VALLE DEL RÍO CIMITARRA•
La Zona de Reserva Campesina del Valle del río Cimitarra (ZRC-VRC) La Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra (ACVC), a partir del acervo histórico regional de conflicto y en articulación con las demandas políticas, sociales y económicas de los campesinos, implementa la figura de Zona de Reserva Campesina (ZRC), legislada a partir de la Ley 160 de 1994, como una oportunidad legal e instrumento para garantizar los derechos de los campesinos, el ordenamiento y la planeación territorial, la legitimidad de las actividades productivas y el uso de los recursos naturales como la conservación de los mismos. (Arboleda-Velázquez, 2013).
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La ZRC-VRC se estableció a partir de la resolución 028 del 10 de diciembre del 2002, cumpliendo con los requisitos exigidos por el INCORA2, dentro de los cuales se encuentra la elaboración de un Plan de Desarrollo Sostenible, el cual se enmarcó, por un lado, en el compromiso de los campesinos en la conservación del territorio y, por el otro, en el fomento de proyectos productivos sostenibles, para la defensa y la preservación tanto del territorio, como de los derechos humanos (Arboleda-Velázquez, 2013). Además de la realización de la audiencia pública, la delimitación geográfica, y la respectiva presentación ante la junta directiva del INCORA.
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No obstante, dicha resolución fue suspendida el mismo año, por un conjunto de problemáticas entre el gobierno nacional, el desarrollo de megaproyectos productivos y los pobladores de la región (Molina-Portuguez, 2011). Posteriormente, en el 2011, se levantó la suspensión mediante el Acuerdo 240 del 22 de febrero de 2011, negándose los factores por los que fue suspendido. A pesar de la inestable decisión y apoyo institucional, la ACVC buscó llevar a cabo los proyectos propuestos en el Plan de Desarrollo Sostenible del 2000, y la respectiva actualización del mismo, junto con las comunidades (López, 2015).
2 Hoy conocido como el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (INCODER).
La ZRC-VRC está conformado por los municipios de Yondó y Remedios, en el departamento de Antioquia; San Pablo y Cantagallo, en el departamento de Bolívar, comprendiendo 184.000 hectáreas y 35.810 habitantes (Humanidad Vigente & ACVC, 2010), donde se articulan procesos comunitarios de carácter cultural, político, ambiental y económico. Esto ha permitido desarrollar iniciativas para la consolidación de proyectos productivos, la participación y el arraigo territorial de los campesinos de la región. Empero, la implementación de la ZRC-VRC ha tenido dificultades en el desarrollo y ejecución de los proyectos planeados; y pese a que el impacto legal de la figura parece ser muy amplio, realmente no ha resultado completamente satisfactorio, ya sea por la estigmatización, los conflictos existentes frente a la propiedad y titulación de la tierra en la región, o el insuficiente apoyo estatal, no solo desde las políticas públicas, sino también en la destinación de inversión pública que esta figura comprende. (Molina-Bustos, 2015). En consecuencia, la ACVC, como una iniciativa organizativa de las comunidades campesinas que promovieron la ZRC-VRC, ha buscado alternativas a partir del trabajo mancomunado de las juntas de acción comunal, las organizaciones sociales locales, las cooperativas, los comités ambientales, los arroceros y los demás actores de la región, con el fin de incidir en la consecución de recursos y espacios, que le permitan, al campesinado, participar y proponer acciones o proyectos en la región; por ejemplo, hacer veeduría de los recursos regionales, y la creación de espacios de interlocución entre el campesinado y los gobiernos locales, como lo muestran las mesas comunales por la vida digna. (Martínez, 2014).
• María Alejandra Millán Franco •
La economía social y solidaria (ESS) La conceptualización de la economía social y solidaria (ESS) en América Latina está dada por las diferentes luchas de los sectores sociales, frente a la liberalización del mercado. En las áreas rurales, a partir del reconocimiento de las problemáticas existentes (i.e. los conflictos territoriales por la concentración de la tierra, el desarrollo de proyectos de carácter extractivista, la exclusión y la segregación social), los grupos étnicos han impulsado acciones alternativas para el mejoramiento y la defensa de las condiciones de vida, y, así, garantizar la permanencia en los territorios.
La ESS ha sido acogida por las organizaciones y movimientos sociales, como un ejercicio alternativo, de cooperación y solidaridad en las diferentes facetas de la economía (producción, comercialización y consumo); considerando la economía como un instrumento que contribuye en la calidad de la vida de las personas, y no como un fin, sino como un medio para el desarrollo comunitario y la relación armónica con la naturaleza; considerando a los actores sociales involucrados como sujetos activos, con derechos, con la capacidad de crear relaciones económicas propias, y capaces de incidir política y socialmente sobre su territorio (Caballero, Dumrauf, González, Mainella & Moricz, 2010).
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Por medio de la ACVC, la ZRC-VRC se ha desarrollado gracias a la gestión y organización del campesinado de la región, a través de acciones colectivas, con base en la solidaridad, la igualdad, la participación, la construcción de la paz, etc. En coherencia con la lucha por el reconocimiento del campesinado como sujeto político y de derechos, y la gestión sostenible de los recursos territoriales, en torno a la soberanía y seguridad alimentaria.
La construcción de formas organizativas, el uso de instrumentos colectivos para la participación comunitaria, y la toma de decisiones políticas y económicas, que parten de las necesidades de los territorios, han sido base para el desarrollo de la ESS en Latinoamérica. Por ejemplo, en países como Ecuador y Bolivia, se ha logrado tener una noción de ESS a nivel institucional, reconociéndose dentro de la constitución política de cada país, por medio de principios basados en el buen vivir y el bien común, tales como la reciprocidad, la solidaridad, la comunidad, la justicia y el equilibrio en el intercambio con la naturaleza (Coraggio, 2013).
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Adicionalmente, se han llevado a cabo proyectos productivos, algunos con continuidad en la actualidad y otros que fueron temporales, o han sido limitados por factores presupuestales, y que se han articulado a procesos cooperativos de producción y comercialización, entre estos proyectos, se encuentra, por un lado, la cría de búfalos, contando con más de 500 animales, repartidos entre los campesinos; un proyecto de ganado de doble propósito; una trilladora y cultivos de arroz; trapiches paneleros para el consumo interno; el proyecto de especies menores, como el fomento de la piscicultura y la avicultura, con miras a las especies nativas; por otro lado, se tienen proyectos de vivienda digna, y proyectos de educación, con miras a no perder su visión como campesino, (Humanidad Vigente & ACVC, 2010). Por último, existen iniciativas como el fomento del ecoturismo. (Agencia Prensa Rural, 2014 / Vanguardia Liberal, 2014).
•LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA EN EL VALLE DEL RÍO CIMITARRA•
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No obstante, afirmar que la ESS tiene un concepto definido, inamovible o estático, sería errado, puesto que esta, ha tenido diferentes desarrollos de acuerdo con los intereses que la han dirigido o promulgado; tal es el caso de las políticas de MERCOSUR o UNASUR3, las cuales buscan institucionalizarla, y promoverla dentro de los países miembro, por medio de la constitución de formas asociativas y cooperativas, limitándose al reconocimiento de estas formas e ignorando otras formas organizativas y proyectos que van en contra vía de los modelos de producción capitalista. Esto demuestra cómo la definición de la ESS, es dinámica y conflictiva entre las connotaciones de las agendas de política regional en Latinoamérica, con una perspectiva de cooperación, y los procesos nacionales con proyectos de ESS más amplios y de carácter político. (Saguier & Brent, 2014).
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Por ende, se considera que, para hablar de la ESS, se hará énfasis en los principios que la han guiado a partir de varias experiencias, pero reconociendo que la ESS es un proyecto de alcance político y con incidencia en la transformación de las estructuras sociales, políticas y económicas de las sociedades. Además de identificar los principios de algunas experiencias de la ESS en Latinoamérica, se considera que estos están sujetos al contexto territorial, de las apuestas coyunturales de las organizaciones y los movimientos sociales. A partir del análisis de Coraggio (2013), se identifican los siguientes principios, basados en algunas experiencias en Latinoamérica:
3 La diferencia más importante entre UNASUR y MERCOSUR, a pesar de ser organismos internacionales de integración, es que UNASUR va más dirigido a aspectos culturales, económicos, sociales y políticos, mientras que MERCOSUR está enfocado específicamente en la integración del Mercado Suramericano.
• Bolivia. “Hacia un sistema económico de raíz comunitaria” se basa en la complementariedad, la reciprocidad, la solidaridad, la redistribución, la igualdad, la seguridad jurídica, la sustentabilidad, el equilibrio, la justicia y la transparencia. • Venezuela. “Desde un proyecto de re-construcción de economía y sociedad desde el Estado” se basa en principios como la democracia participativa, la complementariedad, la primacía de los intereses colectivos, la cogestión, la autogestión, la cooperación, la solidaridad, la eficacia, la eficiencia, la efectividad, el control social, la defensa y la protección ambiental. • Ecuador. “Hacia un sistema económico social y solidario” está basado en el Buen vivir y el bien común, por medio del interés colectivo, el comercio justo, la equidad, el respeto, la autogestión, la responsabilidad social, la solidaridad, la distribución equitativa y solidaria de excedentes, y los derechos de la naturaleza. Adicionalmente, se identifican acciones colectivas, de integración local, regional, nacional, las cuales, además, han trascendido a las esferas internacionales, con la idea del consumo responsable y solidario, como el caso del Comercio Justo. Donde se identifican dos niveles: por un lado, el nivel micro, haciendo referencia a los intercambios, trueques y demás experiencias localizadas (i.e. comunitarias, barriales, indígenas, campesinos, emprendimientos familiares), que son marginalizadas, y, por otro lado, un nivel macro, el cual se evidencia desde las empresas sociales, cooperativas, federaciones y algunos productores privados, los cuales poseen redes internacionales de comercialización solidaria, basándose en la redistribución económica como principio de la ESS. (Palfox-Moyers, EspejelBlanco & Ochoa-Noriega, 2014).
• María Alejandra Millán Franco •
De acuerdo con los principios antes mencionados, se identifica que los procesos organizativos y los proyectos que de ahí nacen y se desarrollan, se sustentan en las relaciones socio-culturales entre los actores a través de un interés común o compartido, los cuales generan colectividad. Caballero et al. (2011), desde un análisis de la Agricultura Familiar, consideran que los actores allí involucrados son complejos y multivariados, y, por tanto, se deben analizar desde la acción colectiva, siendo esta, la concertación de acciones para el alcance de objetivos comunes, por medio de formas organizativas basadas en la solidaridad, y las particularidades del territorio donde se desarrollan.
El campesinado colombiano ha sido la principal víctima del conflicto armado, debido al desplazamiento, el despojo forzado y las confrontaciones armadas que vulneran la vida de la población. Por ejemplo, el Magdalena Medio ha sido una zona conformada por muchos de los campesinos desplazados de otras regiones desde los años 50; empero, la estigmatización, la persecución, las amenazas, los asesinatos y la exclusión han sido constantes en la región, en contra de la organización campesina en la defensa de los derechos y del territorio, limitando su participación en el desarrollo de la región (Molina-Portuguez, 2011).
Por esto, tomar el caso del proyecto Ecobúfalo, desarrollado por la ACVC en la ZRC-VRC, en el marco de la construcción de la Paz, como una forma ejemplar de combatir la pobreza, de sustituir la producción de cultivos ilícitos, de fortalecer la economía campesina, además de ser un ejemplo que no separa el ejercicio económico del ejercicio político del campesinado, es una acción colectiva importante, la cual permite identificar cómo se expresa, en términos de los principios de la economía social y solidaria, la Economía Campesina de VRC en la construcción de Paz.
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Principios de la economia social y solidaria en la ZRC-VRC: caso proyecto Ecobúfalo
Todo lo anterior permite reconocer los constantes conflictos que se presentan en la zona en términos generales; no obstante, en un escenario como el actual, donde la construcción de la paz debe realizarse desde los territorios, los proyectos liderados desde las ZRC son estratégicos para la promoción de la Paz, mediante la organización y el reconocimiento del campesinado en su ejercicio social, político, económico y ambiental sobre los territorios.
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Por tanto, la ESS se expresa desde diferentes escenarios y formas en los territorios; en muchos casos, es conocida como ‘economía social’, debido a que la forma que se acoge es la cooperativa; sin embargo, en muchos casos, sin importar que sea cooperativa u otra forma organizativa, es llamada ‘economía solidaria’. Esto quiere decir que depende meramente de la forma y de los alcances, puesto que la Economía Social y Solidaria, que aquí se plantea, es vista desde los principios, involucrando las dos perspectivas anteriores con la popular, la plural, entre otras mencionadas por Coraggio (2013); además es vista como una apuesta de modelo alternativo de economía, capaz de articular la acción social y económica con la acción política, para la construcción social desde el reconocimiento del sujeto y del medio natural.
La zona del Magdalena Medio es una zona estratégica, dada la disposición de recursos naturales (oro y petróleo), además de ser una zona en la que la producción de cultivos ilícitos, como la coca, era el sustento de muchos campesinos. Mas, la existencia de grupos armados como el Ejército nacional, las guerrillas y los paramilitares, y la presencia de multinacionales e intereses privados sobre dichas actividades han generado muchos inconvenientes para el campesinado y el medio ambiente, provocadas por las fuertes disputas por el dominio territorial y el uso de la tierra (Molina-Portuguez, 2011). Por consiguiente, con la constitución de la ZRC-VRC, se ha buscado proteger y conservar el territorio; legitimar la propiedad y el uso de la tierra por parte del campesinado; fortalecer la economía campesina, y permitir la participación ciudadana y la toma de decisiones desde lo local.
•LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA EN EL VALLE DEL RÍO CIMITARRA•
Ecobúfalo Campesino Ecobúfalo Campesino es un proyecto productivo de la ZRCVRC, el cual se lleva a cabo en la vereda de Puerto Matilde, del municipio de Yondó Antioquia, con el apoyo financiero del programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD)4, el laboratorio de Paz de la Unión Europea5 y el trabajo del campesinado de la región (VerdadAbierta.com, 2015). Esto permite evidenciar la cogestión y la búsqueda de alternativas de financiamiento a las que el campesinado de la ZRC-VRC ha tenido que recurrir para llevar a cabo sus iniciativas, en el marco del plan de desarrollo sostenible, para el cual, el Estado Colombiano no ha invertido, como le correspondería, de acuerdo con la Ley 160 de 1994. ( Agencia Prensa Rural, 2014 / Vanguardia Liberal, 2014).
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En Puerto Matilde, la ACVC ha establecido una aldea comunitaria, con el fin de llevar a cabo proyectos productivos (como la bufalera en el 2000), los cuales, a pesar de los conflictos de la región, se venían llevando a cabo con anterioridad, como una estrategia para sustituir la producción de cultivos de coca para uso ilícito, el cual fue el sustento de muchos campesinos de la región.
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La propuesta de la bufalera consistió en la adquisición de búfalos para la producción de carne y leche,
4 El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) es una agencia de desarrollo que busca contribuir con la erradicación de la pobreza, la desigualdad y la exclusión, en pro de mejorar y transformar las condiciones de vida de las poblaciones más vulnerables, en este caso por medio del apoyo en proyectos de desarrollo rural integral. (Para mayor información se puede consultar: http://www.co.undp.org) 5 Los laboratorios de Paz Unión Europea son una herramienta de cooperación técnica y financiera de la Unión Europea, siendo el proyecto Ecobúfalo Campesino el primero que se llevó a cabo, en el 2002, en el Magdalena Medio. Los laboratorios de Paz se consideran un proyecto político territorial, los cuales, desde la cooperación internacional, buscan fortalecer la capacidad de las organizaciones e instituciones para apropiarse y llevar a cabo un propósito común. (Para mayor información se puede consultar: https://programadesarrolloparalapaz.org)
(…) con 200 millones de pesos, los campesinos adecuaron dos fincas que habían comprado para la cría de los animales, también una báscula, cercas eléctricas, construyeron un corral, una bodega y tocaron a las puertas de la bufalera de José Henao, en Barrancabermeja, a quien le compraron los 70 búfalos para comenzar con el proyecto (VerdadAbierta.com, 2015). El plan productivo que se planteó con el proyecto bufalero, reside en el “capital semilla”6 donde los campesinos que están asociados en la ACVC, adquieren 10 hembras y un macho, con el compromiso de que, en 4 años, debe retornar a la organización el capital semilla, y, con esto, garantizar la continuidad del proyecto, vinculando a más asociados, “en quince años aumentaron los 70 búfalos a 900, de los cuales 145 están en la finca de cría y el resto distribuidos en las parcelas de las 47 familias que en la actualidad son socias.” (VerdadAbierta.com, 2015). 6 El capital Semilla consiste en que uno o varios asociados adquieren una parte del factor productivo, para ponerlo a producir en beneficio propio ,y así, garantizar la continuidad y réplica del proyecto.
• María Alejandra Millán Franco •
A modo de conclusión
La organización colectiva del campesinado y la resistencia, en sus territorios, han hecho que la economía campesina se desarrolle, sin considerar este el eje principal de la organización, pero sí una herramienta de subsistencia campesina, que tiene una relación armónica con la naturaleza, y que, desde una estructura política y social propia, construida sobre bases comunitarias y campesinas, da solución a sus necesidades y problemáticas urgentes, desde una perspectiva territorial.
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De esta forma, por un lado, se considera que la ESS se refleja en este proyecto, comenzando por el reconocimiento del campesinado como promotor y sujeto político de derechos, con la capacidad de decidir sobre el modo de vida y las formas propias para el desarrollo en su territorio; por otro lado, reconoce el conflicto territorial y los demás actores involucrados; pero, lo más importante es la visión y lucha por la paz que hace día a día el campesinado, por medio de proyectos no solo productivos, sino también educativos, de salud, de infraestructura, es decir, de corte transversal para contribuir con la construcción de la paz de un país que se alimenta del campo.
Por lo tanto, los principios que se identifican son: la solidaridad, la cooperación, la autogestión, la acción política, la acción colectiva, la memoria histórica, la soberanía alimentaria, la redistribución, el perdón, la reconciliación, el reconocimiento, la conservación y preservación de la naturaleza, la comunidad, el derecho al territorio, la integración, y, sobre todo, la paz.
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Este proyecto ha sido una construcción colectiva de los campesinos del Valle del río Cimitarra, asociados a la ACVC. En este, se evidencia que está basado en principios como la solidaridad, el cooperativismo y, sobre todo, en considerar esta actividad económica como un modo de vida de sustento más que de acumulación de capital; además de una forma para garantizar la soberanía alimentaria no solo de la región, sino que, además, trasciende al espacio urbano, por medio de redes solidarias, donde el campesinado es el principal actor en cada uno de los procesos económicos.
Se considera, entonces, que en la ZRC-VRC y, específicamente, en el proyecto Ecobúfalo Campesino, se identifican principios de una economía campesina, los cuales hacen parte de un proyecto de ESS y responden, no solo a las condiciones del Valle del río Cimitarra, sino que hacen parte de una agenda para la construcción de paz desde los territorios, que, hoy, son un reto que el país debe estar dispuesto a empezar a realizar.
•LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA EN EL VALLE DEL RÍO CIMITARRA•
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Referencias bibliográficas
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UN ANÁLISIS HISTÓRICO DEL CAMPESINADO EN CARMEN DE CARUPA (CUNDINAMARCA, COLOMBIA)
Jehison Felipe Ramos Patiño1
Resumen
Palabras clave
1 Estudiante de Economía de la Universidad Nacional de Colombia. Correo electrónico: jframosp@unal.edu.co
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Campesinado, Carmen de Carupa, distribución del ingreso, estructura agraria, análisis histórico.
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artiendo de la necesidad innata del ser humano por conocer su historia, este ensayo pretende dar luces teóricas respecto a la dinámica y naturaleza de la estructura agraria en el municipio de Carmen de Carupa. Tras dos centurias de colonización sobre la "Mesa de Carupa" alrededor de haciendas, se ha terminado por consolidar una estructura bimodal. El fuerte arraigo de este sistema de distribución del producto y la propiedad de la tierra será el origen de la cuestión fundamental a resolver: ¿Cómo incide la estructura agraria bimodal en la distribución del ingreso del municipio de Carmen de Carupa? Tal vez, uno de los acercamientos más apropiados para resolver esta cuestión es el histórico. No sería ninguna sorpresa hallar, en la fuerte influencia de los procesos de fundación y desarrollo de la población, una explicación a los problemas de distribución; no obstante, sería más interesante aun evaluar, también, el papel de las instituciones en la formación de los mismos. Será, por tanto, el momento adecuado para preguntarse ¿Cuál ha sido el verdadero papel del campesinado a lo largo de la historia del municipio?
• UN ANÁLISIS HISTÓRICO DEL CAMPESINADO EN CARMEN DE CARUPA•
Introducción La manera como los procesos históricos han afectado el Municipio, a la luz de los avances académicos respecto al análisis de la estructura agraria y del desarrollo, posibilitará un acercamiento teórico a la pregunta planteada. Ya que es posible ver que las estructuras de poder y la situación en la que llegó cada uno de los pobladores del municipio al mismo, desde un inicio, consolidó las relaciones de dominio que articulan actualmente una estructura bimodal. La perpetuación de la misma, bajo estas teorías, sería un efecto directo de las trampas de pobreza2, en las que se mantienen estás relaciones de producción. Es justamente esta estructura, de larga duración, acrecentada además por normas gubernamentales que validan dichos comportamientos, la que ha venido determinando y seguirá fijando (salvo algún cambio) la alta y creciente concentración de la riqueza en pocas manos. Por ello, es necesario fundamentar las bases de un estudio que permitirá, más adelante, constituir un cuerpo de estudio amplio, vital y acorde con la necesidad de entender la historia de Carmen de Carupa.
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Contexto
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Carmen de Carupa es un municipio perteneciente al departamento de Cundinamarca, ubicado en la rama occidental de la Cordillera Oriental, el cual limita, al norte, con el departamento de Boyacá y tiene una temperatura media de 12ºC. Se encuentra a una altura mínima de 2.600msnm y a una altura máxima de 3.700msnm, debido a esta última medida, ciertas regiones de las 26 veredas que integran el municipio son consideradas páramo (Alcaldía del Carmen de Carupa, 2016b). Por ende, en el actual plan de desarrollo del municipio (PDM) se plantea que:
2 Para más información consultar Rodríguez (2009), Cuesta (2006), Ocegueda (2000), Sala-i-Martin (2000) y los Informes Anuales de la ONU sobre países desarrollados.
Es clara la tarea por eso dentro del plan de gobierno, “Carmen de Carupa, por un Futuro Mejor” en cuanto a la gestión en la protección del medio ambiente, implementará y gestionará diferentes campañas y en la inversión para el mejoramiento de las condiciones ambientales, aun así y en general, el municipio se ve afectado, en su componente natural, debido a la ley de paramos y el acuerdo 022 de 2008 de la CAR. En la cual los habitantes de las veredas de Salinas, Hato, Llano grande, Tudela, Casablanca, Mortiño, Papayo, Alto de Mesa, Nazaterh y San José de manera concertadas junto con la administración municipal presentaremos una propuesta en la que sean tenidas en cuenta las comunidades afectadas y los entes territoriales, teniendo como base la actualización del Plan de ordenamiento Territorial, donde queje plasmado el uso del suelo, dicha propuesta permitirá a las personas que viven en la veredas afectadas tener una opción de vida. (Alcaldía del Carmen de Carupa, 2016a, p.141).
Aunque necesarias, las medidas ambientales implican externalidades, las cuales van más allá de la propiedad individual de la tierra. Estas representan un problema para los campesinos alejados de la cabecera del municipio (gráfica 1), puesto que, desde que comenzó a regir esta Ley y el acuerdo complementario, no se pueden realizar actividades agropecuarias que atenten contra los ríos y nacederos de agua característicos de la región. Esto se trata de una noción coherente, sabiendo que son recursos necesarios para la subsistencia de no solo un Municipio, sino de toda la región del valle de Ubaté, del cual hace parte el municipio.
• Jehison Felipe Ramos Patiño •
cultivo
área sembrada (ha)
área cosechada (ha)
rendimiento (t/ha)
producción (t)
20
18
4
72
Cebada
50
48
1,5
72
Haba
8
8
5
40
Maíz
10
8
3,5
28
Papa
2000
1950
20,5
39975
Trigo
10
8
1,8
14,4
TOTALES
2098
2040
36,3
40201,4
Tabla 1. Área, rendimiento y producción por cultivo. Fuente: Alcaldía de Carmen de Carupa, 2016a, p. 36.
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A pesar de tener esto claro, el problema fundamental recae en que el cultivo de papa, como el principal producto producido y comercializado en el municipio, se reconoce como la fuente de sustento de, posiblemente, el total de la población rural (tabla 1) y tal como lo dice el PDM, la opción de vida de más de seis mil personas que se deben a este tubérculo. De hecho, la cabecera municipal cuenta con una plaza de mercado llamada “Plaza de la Papa” donde solamente se comercializa este producto. Allí, se faculta al campesino con un poder de negociación mayor que el del pequeño productor no organizado, quien no tiene la posibilidad de realizar lazos de intercambio. Desde esta plaza, se distribuye el tubérculo a pueblos cercanos y a la mayor distribuidora nacional, “Abastos” (ubicada en la Capital, a hora y media de camino).
Gráfica 1. Distribución poblacional según su ubicación. Fuente: Alcaldía de Carmen de Carupa, 2016a, p.11.
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En la tabla 1, se presentan datos referentes y, aunque los datos representan un valor aproximado, representar la magnitud e importancia de este producto, que representa más del 95% del área sembrada y cosechada. Paralelo al cultivo de estos productos, en el municipio existe una gran proporción de tierras, donde las vacas pastan y, a partir de su cría, se obtienen beneficios (carne, leche y sus derivados); y, de esta forma, los campesinos tienen la oportunidad de participar en el mercado. De allí, se obtienen un sustento que, si bien no puede ser comparado con sus vecinos cercanos, sí le permite al trabajador agrario (como lo reconoce el gobierno mediante la Ley 160 de 1994 y el Artículo 64 de la Constitución Política de Colombia 1991) utilizar este excedente para necesidades básicas.
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En el municipio el 80% de las granjas dedicadas a la explotación bovina, tiene orientación exclusivamente lechera, solo el 5% a la producción de carne y el 15% restante se dedica a las dos explotaciones. Posee una población bovina considerable comparada con otros municipios del departamento. (Alcaldía del Carmen de Carupa, 2016a, p. 36).
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Empero, en este contexto, se presenta un problema de información imperfecta para con los pequeños productores. Estos venden directamente su producto a las grandes comercializadoras de leche y derivados, con sedes en la Sabana de Bogotá, a un precio ínfimo, si se compara con el valor final cobrado a los consumidores en la ciudad. Partiendo de la información del ‘portal lechero’, la página web encargada de presentar información actualizada de lo que ocurre en el sector (tal y como lo hacen ciertas instituciones del gobierno como AGRONET, CELUAGRONET y SISPA), es posible, por tanto, darse una idea de la magnitud de diferencia: Mientras la industria paga entre $950 y $1.100 pesos por litro a los productores de la región, reconocido su producto como de calidad superior, se vende en la ciudad a 2.800 pesos. (Cálculos propios con base en información de: portal Lechero)
Antecedentes Históricos El municipio de Carmen de Carupa fue fundado el 20 de julio de 1808, a menos de cinco kilómetros de donde actualmente se encuentra la cabecera municipal, en un sector reconocido como Betania, alrededor de una iglesia con su correspondiente casa cural. Antes de su fundación y según las leyendas del hablar popular, en las veredas más lejanas había varias guacas y cementerios indígenas de donde se obtuvieron riquezas en oro. Se dice que estas fueron acaparadas en el siglo pasado por individuos que conocían de su existencia. De forma similar, se habla de la existencia de minas de esmeraldas, de donde se obtenían piedras preciosas, cuyo valor era desconocido por parte de los campesinos, a pesar de que las comercializaban en el casco urbano; esto evidencia una de las primeras brechas dentro de la misma comunidad: quienes tenían el dinero para costeárselas y quiénes no. A pesar de lo anterior, los datos y relatos históricos encontrados revelan un panorama totalmente diferente, ya que nunca hablan de una comunidad indígena considerable y ni siquiera existente. González-Abril menciona que “No se tiene conocimiento de que en Carmen de Carupa hubiese existido pueblo indígena. Por allí pasaban los Tausas y Ubatés que comercializaban en sal con los Turtur y otras tribus: Musus” (2001, web). A su vez, Alcaldía del Carmen de Carupa indica: El Municipio de Carmen de Carupa registra una persona indígena en su territorio y no registra datos de la existencia de resguardos indígenas, igualmente registra once (11) habitantes que corresponden a población negra, mulata o afrocolombiana y no reporta población rom, raizal ni palenquera, lo cual en resumen indica que la población étnica del municipio solo corresponde al 0.1% del total poblacional. (2016a, p. 12).
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De acuerdo con esta información, es comprensible que, para un análisis académico, no sea obligatorio entender su pasado de larga duración; especialmente, porque la carencia de datos verídicos que corroboren la información ‘del boca en boca’ (siendo los adultos mayores los encargados de darle a conocer a las comunidades venideras el papel de los primeros habitantes de la “mesa de Carupa”) se vuelven un problema metodológico difícil de resolver.
Tal y como lo plantea Katherine Legrand (1989), en la época de la conquista y a inicios de la colonia, se comenzaron a constituir grandes propiedades en la Sabana de Bogotá. Encontrándose en sus alrededores blancos pobres, indígenas ajenos a la encomienda y la mita, y negros libres, capaces de vender su fuerza de trabajo a la hacienda; estas poblaciones lograban hacerse a un pequeño ingreso (en dinero o en especie) que permitía mejorar su condición social. Esto se corrobora en la Enciclopedia histórica de Cundinamarca, donde Roberto Velandia concluye que:
Actualidad Carmen de Carupa posee pocas haciendas o grandes propiedades; sin embargo, los dueños están inmersamente relacionados con la comunidad del pueblo de dos formas extremas: en la primera, se encuentran aquellos propietarios que poco o nada tienen que ver con el gobierno municipal; por lo que no les interesa lo que suceda en el exterior de su círculo social; solo poseen tierras para la producción-especulación y para su descanso. En la segunda, se encuentran los que hacen parte del consejo; ellos determinan las políticas públicas que los afectan directamente; por ello busca consigo un mayor beneficio, yendo en contra de todos aquellos reformistas quienes quieren realizar cambios en el Municipio. 3 Tal y como lo llamó Alejandro López en Problemas Colombianos (1927).
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Para la teoría económica hegemónica y ortodoxa, aquellos que tienen dinero son agentes cuyas decisiones ha recompensado el mercado; han sido capaces de aprovechar las oportunidades y evitar las pérdidas, pensando solo en su bienestar y en sus ingresos. Sin embargo, esta abstracción pierde validez al incorporar una realidad histórica necesaria a la hora de reconocer el papel de todos los individuos que hacen parte de aquel multicosmos llamado Carmen de Carupa.
Entonces, si se trata de una característica común a la sociedad Colombiana, en este municipio, también, se reconoce dicho fenómeno como el principio de una subdivisión social y la determinación de la posesión o no de tierra, de acumulación de capital de larga duración y, por ende, como un índice de poder y jerarquía en el país. En consecuencia y partiendo de esta información, se pueden señalar algunos antecedentes de una estructura agraria bimodal que, actualmente, predomina y genera discordias entre las personas que viven en el casco urbano y los campesinos. Se trata de más de 200 años de historia de estos primeros habitantes, quienes, usando el hacha, defendieron sus pequeñas propiedades del papel sellado3.
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Superado el problema documental anterior a la fundación del Municipio y dado que los datos sobre la historia republicana del asentamiento son algo más sencillo de encontrar. Es ahora obligatorio realizar una revisión de lo que sucedió a lo largo de todo el siglo XIX, de lo que terminó por configurar una estructura agraria, si bien no unimodal, tampoco puede ser considerada como bimodal.
Desde finales del S. XVIII Don Martín de Urdaneta Caballero de la orden de Carlos III y alto funcionario del virreinato, era dueño de las haciendas “la Huerta” y “el Carrizal” que comprendían un latifundio de 3.210has… A un lado de los aposentos o casa de la hacienda, en la que había una capilla, quedaba el sitio llamado “Alto de la Mesa” o “Mesa de Carupa” o “Mesa de Ubaté” (…) el cual se fue poblando de gentes que allí trabajaban… (1979, p. 25, negrillas propias)
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Dentro de este último grupo, se encuentra el actual alcalde Alejandro Ortiz P., quien en tan solo medio año de gobierno ha realizado cambios y transformaciones por y para la comunidad. Dentro de estos cambios, tal vez, el proyecto más importante ha sido la pavimentación de la vía secundaria Carmen de Carupa – Susa, la cual conecta estos dos municipios y que permitirá dinamizar el comercio, así como disminuir las enfermedades respiratorias por el efecto del polvo que levanta la carretera, promover el turismo y ser reconocido a nivel regional como un pueblo próspero que busca un “futuro mejor”, tal y como lo plantea el PD.
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Más allá de analizar la institucionalidad del Municipio, es necesario comprender la mirada de los pequeños agricultores; por esto, se hará referencia a los campesinos arraigados a su tierra, quienes luchan por salir adelante. Como en otros lugares, son ellos mismos los que realizan transformaciones tecnológicas que fomentan el crecimiento económico de la comunidad, junto con las organizaciones productoras de la leche, los colectivos procampesinos, y la ya mencionada plaza de mercado de la papa. Por ende, y a manera de ejemplo a seguir, se presentará a continuación un breve sondeo que refleja la personalidad del campesino y su arraigo a la tierra (Tabla 2). La dinámica de estos resultados ayuda a comprender, al menos parcialmente, la manera como entienden la vida los capuranos. Y ¿cómo más hacerlo si no es preguntándoles directamente? Ellos, como representantes directos de los primeros antecesores, quienes, a través de la agricultura y con una actitud luchadora, han logrado salir adelante a pesar de las adversidades y de una sociedad global que los quiere inmiscuir a un ambiente ajeno al que pertenecen, ¿en qué radica esto?
Nombre
¿Qué es ser campesino?
¿Cuál es la importancia de la tierra?
Flor María Castiblanco de Patiño
Trabajar en el campo y amarlo.
La tierra es la que se trabaja y es un orgullo para mí ser campesina.
Ana Cleotilde Fandiño Gómez
Persona que labra la tierra para sacar el sustento de las familias.
La tierra es el medio de subsistencia de todo un país. Gracias a esto puedo vivir bien.
Daniel Jair Patiño Castro
Como campesino veo la tierra como una forma de vida, y no solo como un medio de producción.
La tierra es primordial porque de ella puedo obtener mis alimentos.
Luz del Carmen Cortés R.
Mi economía depende de ella.
Vivir en el campo y trabajar la tierra representa lo que soy.
Carlos Julio Patiño Castiblanco
Persona que vive en el campo, respira el aire puro y cuida de la naturaleza.
La tierra es la que sustenta la vida de todos los seres vivos.
Tabla 2. Sondeo. Definición de campesino y la importancia de la tierra Fuente: Elaboración propia con base en las respuestas de los capuranos.
Para todos los consultados existe un marcado sentimiento de orgullo, que refleja la importancia del campo como factor de producción.
• Jehison Felipe Ramos Patiño •
Las Gravilleras En los alrededores del casco urbano, existen varias gravilleras, siendo estas grandes empresas las encargadas de extraer grava y fisurar la tierra. El problema recae en las externalidades negativas. Eventualmente, son bastos los efectos nocivos frente a un desastre natural, tipo terremoto, en el municipio, debido a que este se encuentra en una particular meseta, bajo la cual existe la piedra usada en la construcción.
Este ensayo es solo un documento preliminar en el estudio del tema, un proyecto que, posiblemente, se puede constituir como una tesis de grado en un futuro cercano para mi vida académica. Empero, más allá de todo lo anteriormente planteado, es una oportunidad para quienes como yo, interesados en conocer su propia historia, pretenden inmiscuirse en relatos, historias y cuentos fantásticos que reflejan la vida de cientos de miles de individuos, quienes, sin ser reconocidos a nivel nacional, siguen estando presentes en cada uno de los carupanos; en su forma de ser, en su verraquera, en su capacidad de lograr salir adelante a pesar de las adversidades. Agradecimientos a la Alcaldía Municipal de Carmen de Carupa, y a todos aquellos, quienes con paciencia y dedicación contribuyeron con relatos, resolución de preguntas y a darle consistencia a un texto que va más allá de un ensayo final.
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Las gravilleras, actualmente, afectan el paisaje y generan enfermedades respiratorias para cientos de habitantes; no obstante, aunque sea una de las principales fuentes de regalías para el municipio, no se genera cita alguna en el PDM con respecto a la destinación de estos ingresos. Como es lógico, esto genera sentimiento de inconformidad para todos, quienes esperan que la mega minería deje de afectar a Carmen de Carupa.
Conclusión
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Referencias bibliográficas
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CONCIENCIA CRÍTICA # 7 se terminó de imprimir en las instalaciones de GRACOM Gráficas Comerciales ubicada en la Ciudad de Bogotá, Colombia en la carrera 69K nº 70-76 en el mes de mayo de 2017. El tiraje es de 300 ejemplares en papel bond. Las familias tipográficas usadas fueron: Akzidenz Grotesk Condensed en sus variantes Light y Bold, en Regular e Itálica; y American typewriter en su variante Regular. Bogotá, Colombia, 2017.