Andy Warhol y la difícil

Page 1


El copyright de los textos publicados corresponde a los autores, quienes responden a la autoría de los mismos. Todos los autores que participan de esta edición digital nos autorizaron a publicar sus obras. Esta edición es de distribución gratuita. Diseño de tapa e interior: Corina Vanda Materazzi deamorlocuraymuerte@gmail.com


DE AMOR LOCURA Y MUERTE CICLO DE LECTURAS


Andy Warhol y la difĂ­cil

Lucas Gelfo




Lecturas a la sombra

Andy Warhol y la difícil Lucas Gelfo

Mi papá nunca fue una persona de dar demasiados consejos, pero me acuerdo que siempre decía que un hombre tenía que estar atento y aprovechar las oportunidades que se le presentasen, porque esos momentos, pasan una sola vez en la vida. Hoy en día creo que esas palabras podrían haber pasado a la historia, sin pena ni gloria, si no fuera por culpa de mi hermana Florencia y los posters de su habitación. Ella siempre fue rara y unos años más grande que yo, y me acuerdo que tenía colgadas fotos de músicos y artistas colgadas por toda la habitación. De todos ellos, el que más recuerdo es un poster muy grande de Andy Warhol que colgaba detrás de la puerta. A los ocho años yo me paraba enfrente y lo miraba quietito, casi como cuando iba al zoológico y me quedaba horas enfrente de la jaula del león sin mover un solo músculo. En el poster, miraba su pelo rubio y los lentes de sol. Por aquellos tiempos, yo no sabía quién era ni qué hacía Andy Warhol pero tenía algo de imán, se notaba que era de ese tipo de personas que atraen a las otras. Ellos se sientan, y la gente, al verlos, sufre de una necesidad inmediata de ir hacia ellos para hablarles. Yo nunca fui así, y tal 7


Lecturas a la sombra

vez por eso me llamaba la atención. Yo no sabía cuál era su mérito para estar en un poster pero me acuerdo la frase que tenía escrita a sus pies, esa de los cinco minutos de fama. Me costó un tiempo largo entenderla hasta que finalmente le pregunté a Florencia y ella me aclaró que era más o menos lo mismo que decía papá. En el colegio, yo siempre fui un personaje del montón, de mitad de tabla, para entrar en clima futbolero. No era lo suficientemente lindo como para que todas las nenas se enamoren de mí, ni era el que mejor jugaba a la pelota, ni tampoco el que tenía más juguetes. Es decir, nada para sobresalir positivamente en tercer grado. Pero, al mismo tiempo, tampoco era de los peores; porque no era ni el más gordo, ni el más feo, ni el de los anteojos, ni tampoco al que siempre tomaban como blanco de las bromas. Entonces, era simplemente uno más del montón pero eso empezó a cambiar (yo sin saberlo) una tarde mientras merendábamos la chocolatada con merengadas en lo de Luciana. Yo le conté que en las figuritas del Mundial de Italia me había tocado la del colombiano de rulos. Ella dejó de masticar y soltó la galletita que estaba mojando y salpicó la mesa. Me miró fijo, con los ojos redondos como las merengadas, sin decir nada. Al día siguiente en el colegio, abrigado con bufanda, gorro y campera en el patio esperando para entrar al aula, noté cómo todos me miraban y señalaban. Se sentía raro, 8


Lecturas a la sombra

no sabía bien qué pasaba, pero me daba cuenta de que hablaban de mí. ― ¿Es verdad que te tocó la del colombiano? Te la cambio ―impuso el Chiqui al acercarse sin siquiera saludar, aunque tal vez no supiese mi nombre. ―No... pero no la cambio, ¿quién te dijo? ―Dale nene, te digo que te la cambio. Es el de rulos, ¿no? Te doy dos por la del colombiano ―comenzó a negociar el Chiqui con tono casi mafioso. ―No, en serio, te digo que no la cambio. ―Pero dale... ¡te doy dos y un escudo! Dale que ésa es la difícil... La campana para entrar al aula sonó y me salvó la vida cuando sabía que estaba a punto de recibir una oferta que no iba a poder rechazar. Adentro del aula, la situación seguía igual, todos hablando por lo bajo. Durante las horas de matemática y naturales difícilmente pude concentrarme y, para cuando se hizo la hora del recreo, las ofertas intimidatorias ya habían llegado en todos los formatos, pero principalmente en modo de papelitos arrojados y pasamanos. Aquellos que en cuatro años (contando el jardín de infantes) nunca me habían dirigido la palabra o invitado a su cumpleaños, ahora no solo me hablaban y conocían mi nombre, sino que estaban pendientes de mí. En el recreo llegué a recibir todo tipo de ofertas, dos figuritas y un escudo, o dos, un escudo 9


Lecturas a la sombra

y una de equipos. Los más osados ofrecían tres o más y otros, incluso ampliaban el rubro agregando figuritas de otros álbumes o tal vez un camión Duravit. Al volver del recreo, entendí que mi momento había llegado, era lo que había estado esperando, mi momento Andy Warhol estaba sucediendo. También entendí que mi vida corría peligro por tener algo que todos querían. Entonces hablé con los más grandotes del curso y les prometí que la figurita podía ser de ellos si me protegían. En el segundo recreo, no me separé de mis nuevos guardaespaldas y ni siquiera iba a hacer pis por miedo a una emboscada. Tenía miedo de todos, e incluso de las nenas, que intentaban usar todos sus dotes para convencerme de que les cambiase la figurita o, incluso, se las regalase. Anabela hasta llego a decirme que lograría convencer a Luciana para que me diera un beso si le daba la figurita. Ella no juntaba las figuritas del Mundial de Italia pero quería regalársela a Marcos para que le diera un beso a ella. De esta forma conseguí mi primer beso, pero quiero aclarar que no estoy orgulloso al respecto, la situación fue incómoda. Le dije a Anabela que la figurita se la iba a dar en un mes, que la anotaba y después se la daba. Ella no consiguió el beso de Marcos pero bueno, así es la vida. Prometiendo mi figurita difícil del colombiano, obtuve muchas otras que me faltaban e incluso, Santiago, me ofreció un trato que consistía en que yo debía poner mi figurita difícil de garantía para conseguir las que a él le fal10


Lecturas a la sombra

taban y él, a cambio, me pagaría la garantía con otras que me faltasen a mí. Como verán, con mi figurita, activé la economía del curso y, al mismo tiempo, un mercado negro de intercambio. Cuando las figuritas nos quedaron cortas, se extendió a favores e, incluso, otros bienes. Así, obtuve alfajores, una bicicleta nueva, la colección entera de los muñecos de los Superamigos, dos cartucheras de tres pisos y hasta los deberes de matemática por una semana entera. Ahora iba a todos los cumpleaños y todos los días tenía invitaciones para ir a jugar a la casa de alguien distinto. Finalmente era famoso. Todos me conocían y mi imperio se sostenía sobre mi figurita, la difícil, la del colombiano de rulos, y mi papá y Andy Warhol definitivamente habían tenido razón respecto a aprovechar las oportunidades. Lo que para entonces había olvidado, era que Andy Warhol decía que esa fama, podía ser tan solo de cinco minutos. En mi caso, duró hasta que terminó el mundial y perdimos la final con Alemania. Los ánimos no eran los mejores y todos a los que les prometí la figurita difícil, empezaron a exigirla. Un colegio entero reclamaba que entregase la figurita y todos decían ser sus verdaderos dueños. Tuve que devolver la bicicleta, la colección de los Superamigos (menos Batman, que lo había perdido) y las cartucheras de tres pisos. La situación llegó a su peor momento cuando, un mediodía en la puerta del colegio, me vi acorralado por 11


Lecturas a la sombra

una turba iracunda que, al grito de largá la figurita, estafador, si no te rompemos la jeta, no me dejó otra opción que sacarla del bolsillo y entregarla. Resultó ser que había dos colombianos de rulos y yo justo fui a tener al que tenían todos, al arquero. La cara me la rompieron igual pero, por suerte, cuando me cambié de colegio, pude volver a ese rdidouía igual, todos hablando si no fueracómodo y mullido sillón que es el anonimato.

12


Lecturas a la sombra Catálogo 1. Miguel Angel Silva

Cap74 de Cuadros

2. Claudia Aboaf

El rey del agua de El rey del agua

3. Eduardo Vardé

La que baja casi corriendo

4. Graciela De Mary

Y sin embargo se mueve

5. Celina Abud

Música de rieles

6. Miguel Ángel Di Giovanni

Los sueños, los viajes

7. Diego Rotondo

El pendenciero de Mamá no me odia

8. Victoria Mora

Basural

9. Marcos Tabossi

El otro mundo de El otro mundo

10. Fabiana Duarte

Viento norte

11. Inés Keplak

Adolfo



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.