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DE AMOR LOCURA Y MUERTE CICLO DE LECTURAS
El otro mundo Marcos Tabossi
Lecturas a la sombra
El otro mundo Marcos Tabossi Mi mamá me pregunta si quiero agua. Nunca me pregunta eso en casa, pero ahí sí me pregunta. Juego a darme vuelta en el banco y mirar por abajo cómo camina la gente. Mis pelos tocan el suelo y se ve todo al revés, es divertido. Pero mi mamá me dice sentate bien, portate como una señorita y mirá cómo tenés el vestido. Sentarse bien es aburrido. Además yo no estoy cansada y sentarse sirve para cuando uno está cansado. Cuando mi papá llega a mi casa y se sienta en el sillón yo le digo que venga a jugar conmigo a la pieza, pero él me dice que está cansado y por eso se sienta en el sillón. La señora de al lado ya no se suena tanto los mocos pero sigue con los anteojos puestos y no puedo verle los ojos. Me pregunta cómo me llamo y me dice que soy una princesa. Yo le digo Martina y le sonrío. Ella saca una frutilla de su bolsa y me la da, pero mi mamá la agarra y me dice que más tarde, que cuando lleguemos a casa, y la guarda en su cartera. Yo voy a hacer mucha fuerza para acordarme de pedirle la frutilla a mamá y que no pase como pasó con el pan que me regaló la panadera y que mamá terminó dándoselo a un croto. Yo me había olvidado del pan pero cuando vi 7
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que se lo dio al chico que siempre se sienta en la puerta del supermercado me acordé y me enojé con mi mamá y ella me dijo que se lo había dado porque estaba todo manoseado. Yo le dije que la señora me lo había regalado a mí, y no a ella, y que por qué no me lo dio. Y mi mamá me dijo que la nenas bien no andan comiendo por la calle y que si quería ser como los nenes de la bici. No, yo no quiero ser como esos nenes, aunque un poco sí, porque nadie los reta. Los nenes de la bici son unos nenes que siempre vienen a pedir y andan los dos en una bici. Mi mamá le da algún pan viejo que ya no usemos o a veces galletitas y ellos lo aceptan, aunque prefieren que le demos plata. Después se lo van comiendo mientras andan en la bici. Esos nenes son pobres y por eso comen en la calle. Yo no quiero ser pobre. Un día le pregunté a mi papá si los pobres, que andaban siempre en la calle, tenían papás y él me dijo que sí, pero que los dejan salir para pedir, que eso estaba muy mal y que no le parecía. Yo también quiero salir a pedir, pero con ropa linda. A mi papá no le gusta que pregunte por qué hay pobres. Me doy cuenta porque me contesta como hace con mi mamá: yéndose a otro lado para no charlar de eso. Me dice que el mundo es así, que siempre fue así, y que no hay que burlarse de los pobres. Pero yo nunca me 8
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burlé. Dice también que es una injusticia que haya pobres y se pone a ver la tele. Yo pienso que para eso están los abogados y que un día no va a haber más pobres. ¿Y por qué los pobres son pobres? Mi mamá una vez dijo que es más fácil pedir que buscar trabajo y que a la larga se vuelven pobres porque no quieren crecer. Pero mi papá le dijo que no hable así. Hay días que yo tampoco quiero crecer, porque no quiero vivir trabajando y estar siempre cansada. No. Prefiero tener más tiempo para jugar a las cosquillas con papá. Pero no quiero ser pobre. Los días que me acuerdo de los pajaritos sí quisiera ser grande, para irme lejos sin pedir permiso y volver cuando me diera ganas. Como los nenes de la bici. Ya no digo que quiero ser grande, me lo guardo para mí. Porque cuando digo que quiero ser grande se ríen de mí, especialmente mi mamá que me dice que cuando sea grande voy a querer ser chica. Pero ella no quiere ser chica, porque dice que no quiere volver a comer pan duro. Por eso, cuando tenemos pan duro, se los damos a los nenes de la bici.
El presente texto es un fragmento de la novela aun inédita del autor “El otro mundo”
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