Mirar el fuego

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DE AMOR LOCURA Y MUERTE CICLO DE LECTURAS


Mirar el fuego Daniel IbaĂąa




Lecturas a la sombra

Mirar el fuego Daniel Ibaña

Yo lo vi; estaba él solo con un bolso y una silla al costado del lago, creo que había unas cañas de pescar. Había un poco de basura a su alrededor. Yo estaba tomando fotos de pájaros, como hago todos los domingos, y me interné caminando en el monte. Él no me vio. Si no, no habría hecho lo que hizo, y lo que hizo fue una locura. Me di cuenta que había alguien porque escuché que hablaba y creí que eran dos personas. Me acerqué despacio. Quería ver quiénes eran y escuchar lo que hablaban, pero estaba él solo y me quedé a ver lo que hacía. Y no hacía nada. Comía algo y quemaba palitos en el fuego y hablaba solo. Decía cosas como que Maradona y Batistuta no sé qué cosas habían comprado; la verdad que de fútbol sé poco y nada. Más nada que poco, en realidad. Y él estaba ahí, sentado en la silla plástica. Y sacó una botella de la conservadora. Claro, no era un bolso. Era una conservadora. La destapó y la olió, la dejó a su lado y se sacó la camisa. Una botella chica, como de medio litro. Hacía calor y no había nadie que lo pudiera ver; no sé por qué no se había sacado antes la camisa. Era gordo, no mucho, pero tenía panza. Y además, peludo. Eso ayudó 7


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un montón. Los pelos. Pelos en el pecho y en la panza y la barba bastante crecida. Yo estaba lejos y no llegaba a ver bien porque tengo miopía y la miopía provoca que uno de lejos vea mal, así que me acerqué lo más que pude. Me iba escondiendo tras los árboles y los arbustos y él no se daba cuenta. Ahora no estoy seguro si tenía cañas de pescar o unos palos para tirar al fuego. Me acerqué lo más silenciosamente posible, pero se ve que algún ruido habré hecho porque el hombre me vio y se sobresaltó, se puso de pie y me asusté porque creí que iría a golpearme, pero en vez de hacer eso, destapó la botella de vidrio y se la volcó encima. Está loco, pensé. Está loco este hombre. Y cuando puso un pie arriba de la fogata, automáticamente se prendió fuego por completo como si hubiese estado empapado con nafta o alcohol. Empezó a correr por todos lados y gritaba desesperado, seguro que por el dolor de sentir cómo se le calcinaban las carnes. Alcanzó a correr bastante antes de desplomarse en el suelo, por eso lo encontraron alejado de la fogata y de la silla y de la conservadora. Yo quedé paralizado viendo cómo se consumía, sintiendo el olor a… ¿cómo decirlo? churrasco carbonizado. El fuego es atrapante ¿vio? Uno se puede quedar horas mirando el fuego, como hipnotizado y no se da cuenta de las cosas que pasan alrededor. A mí me sucedió algo así: lo miraba en llamas, miraba el fuego envolviendo su 8


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cara, arrasando con todo el pelo que había en su cuerpo, veía cómo ganaba intensidad a medida que el pobre tipo aumentaba la carrera hacia el lago, pero al que nunca iba a llegar. Qué misterio ese del fuego ¿no? Digo, porque tiene algo casi mágico, algo atrapante, como si uno se enamorara de lo que ve. Y ese lazo que tiene con ciertos líquidos es de lo más curioso. Con algunos son enemigos y con otros, una especie de aliados. Y entre estos últimos, hay que saber discriminar. No es lo mismo lo que puede hacer la bencina o el alcohol, que bien sirven para iniciar fogatas y prender antorchas caseras; o el kerosene, que tiene resultados muy buenos, pero si se presta un poco de atención se puede notar que no es tan inflamable como la nafta. Y de las naftas, no hay como la súper. La común es buena, eh. Pero si usted quiere entretenerse un rato viendo cómo algo se consume por completo, no dude en comprar medio litro de nafta súper. Y si puede, no la guarde en envases plásticos porque la nafta es bastante brava con los plásticos. Una botellita de vidrio es lo mejor. Una botella de nafta, una fogata y un lugar abierto es todo lo que necesita para disfrutar de un momento agradable.

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Lecturas a la sombra Catálogo 1. Miguel Angel Silva

Cap74 de Cuadros

2. Claudia Aboaf

El rey del agua de El rey del agua

3. Eduardo Vardé

La que baja casi corriendo

4. Graciela De Mary

5. Celina Abud

Y sin embargo se mueve Música de rieles

6. Miguel Ángel Di Giovanni Los sueños, los viajes 7. Diego Rotondo

El pendenciero de Mamá no me odia

8. Victoria Mora

Basural

9. Marcos Tabossi

El otro mundo de El otro mundo

10. Fabiana Duarte

Viento norte

11. Inés Keplak

Adolfo

12. Lucas Gelfo

Andy Warhol y la difícil

13. Marcelo Rubio

El caracol

14. Jada Sirkin

Deja que esas manos te toquen de Yo, cuento (y otros cuentos)

15. Marcelo Filzmoser

Vecinos

16. Cristian Acevedo

La adivinanza



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