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Carmen Mina
from COSAS 376
diosa de ébano
ierra los ojos. Se traslada al pasado por un instante y sonríe. Ahí ve a la pequeña Carmen, rodeada de sus tres hermanos mayores, Andrés, Antonio y Anselma. Su pa - dre había fallecido cuando ella tenía apenas tres años. Sin embargo, fue una infan - cia feliz. Sin excesos, pero tampoco con carencias. Tenía 7 años y recuer - da que fue el programa America’s Next Top Model su primer acercamiento a la moda; lo veían en familia y era un evento en sí mismo. Y aunque el show le resul taba inspirador, aún no te - nía idea que faltarían pocos años para que ella fuera la protagonista de muchas campañas y portadas. A punto de deslumbrar en las pasarelas de Brasil, la modelo ecuatoriana habla sobre su carrera, sus recuerdos, sus logros y expectativas. Hay miedos, pero prefiere hablar sobre todo aquello que le da seguridad. Conoce de su potencial y no tiene duda C alguna que es el mejor momento de demostrarlo… Fotografía: Soledad Rosales. Maquillaje y post producción: Alejandro Pineda. Producción y Estilismo: Gabriela Paredes J. Accesorios: Cartier; MACP Jewelry, Dulfari Joyería y Rippa de Piso Rosá. Vestuario: Florencia Dávalos, Azzar de The Designers Society, Mónica Campaña y Kawit de Piso Rosá. Agencia: Dismanagement.
le iban a permitir tener una visión más global para en frentarse a la realidad labo - ral actual y tener una mirada más seria frente a los nego - cios de su familia. El esfuerzo fue grande, pero los frutos no han tardado en llegar… Curiosamente, dice que esa niña también soñaba con ser grande. Era la única forma de que sus sueños dejaran de ser sueños para convertir - los en realidad. “Hay mucha gente que me dice que desea volver a su infancia. No es mi caso. Tuve una niñez muy linda, pero yo sé que solo en la vida adulta uno puede cumplir con los anhelos, tra - bajar duro por lo que se desea y así ha sido. Fui una niña fe - liz y ahora de adulta, soy más feliz aún…” Su incursión en el mundo del modelaje fue gracias a su mamá quien le pagó por un curso en uno de los mejores institutos de Guayaquil. Si bien en el colegio sus amigos le decían que “tiene la talla de modelo”, ella no acababa
Su memoria luego la lleva a pasear por el taller de su madre, Nora Mina, ahí con feccionaba uniformes esco - lares y de oficina; muchas telas, colores y bocetos eran parte de la cotidianidad. Dice que empezó siendo algo pe queño y fue creciendo pau - latinamente, eso tal vez de una manera indirecta era el universo dándole pistas. Hace una pausa y otro re cuerdo llega como un relám pago: “mi niñez también es - tuvo marcada por la cocina. Tengo grabadas escenas de recetas, olores, el sonido del trajín diario. A todos en mi familia nos encanta cocinar y tuvimos un restaurante de almuerzos. Mis sueños y aficiones estaban divididos: quería ser profesora o chef.” Carmen se graduó del co - legio de Bellas Artes -fue la presidenta del Consejo Estudiantil- y siguiendo su sueños y aptitudes estudió Administración Turística y Diseño de Modas simultá - neamente; ambas carreras
Leo mucho, sobre todo libros de filosofía . Me gusta entender todo lo que me rodea ”. “
Directo a L spo t L ight Al preguntarle por sus ini - cios, ríe como si la anécdota fuera casi de ficción. “Rober - to Pacurucu, el fotógrafo, me había visto en un desfile. Me contactó por Instagram para hacer unas fotos que eran para un test. Luego, increí - blemente, esas imágenes salieron en un editorial de una revista online de Esta - dos Unidos. Fue él quien, de manera profesional, vio mi potencial y ese fue mi des - pegue. ‘¡Quién es ella!’, decía la gente ¡y era yo!” Efectivamente, luego Car - men sería la protagonista de importantes campañas de marcas y diseñadores loca les e incluso tuvo un impor - tante despliegue fotográfico en las páginas de la revista Vogue de Portugal. Ahora acaba de cumplir 23 años y dice que Ecuador le ha dado todo, pero es hora de partir. Río de Janeiro, Bra - sil la espera para que ella
de creérselo. “Era un poco por la influencia de la tele - visión y los programas (ríe). Me decían que tenía po - tencial y yo respondía que tal vez, que sería algo para después… mira cómo son las cosas de la vida”, afirma mientras se da una pequeña pausa durante la sesión de fotos y cuenta que, más allá de las poses, el maquillaje o la pasarela, ella siempre ha sido una mujer segura de sí misma y de todo aquello que la rodea. Que no es de carácter volátil y es eso lo que le ha permitido tomar decisiones e incluso asumir riesgos con calma; que la fama no la obnubila porque sabe que es pasajera, que su cabeza siempre está en el presente pero no por eso deja de pensar en el futuro. Todo lo dice con una se - guridad tajante, pero que no tiene rastro alguno de arro - gancia. Sus ojos y su sonrisa aún delatan a una Carmen soñadora.
pueda continuar con la si - guiente faceta en su carrera. El despegue internacional es inminente. De hecho, ya se la esperaba para el New York Fashion Week de esta temporada, pero con los cambios a consecuencia de la pandemia, su debut inter - nacional también tuvo que esperar. ¿ e s tás nerviosa, feliz, preocupada? Estoy muy feliz; la verdad quisiera contar más cosas, pero trato de ser muy cauta porque hay cosas que pue den darse y otras no. Siem - pre manejo mis emociones y me gusta analizar con cal - ma las posibilidades, pero ¡claro! me da una alegría enorme todo lo que se va dando en el camino.
Nació en Guayaquil hace 23 años , pero es Manta definitivamente la ciudad que más le gusta: “ amo el mar , el entorno natural, el calor …”
esa óptica. Estudiar en una escuela de negocios me ha dado esa mirada; hay otras modelos que lo ven como racismo, pero no siempre el asunto va por ahí. e l modelaje , desde una mirada más tradicional, tiene una fecha de cadu cidad muy rápida… Sí. Yo siempre he pensado que de esto me jubilo a los 26 o máximo a los 30 (Risas) Creo que hoy el giro que se le ha dado a esta industria que es tan versátil, ha permiti - do que las modelos sigan haciendo su trabajo hasta mucho tiempo después y desde diferentes facetas. Eso es lo que yo también espero porque me he formado para eso. Tengo mis estudios, voy ganando experiencia y me veo a futuro haciendo algo en este rubro: ya sea con di seño, con negocios, etc. Vuelve a cerrar sus ojos, se imagina que sale a pasarela. Su transformación es im pactante, es como si la pose - yera algo sobrenatural que le permite dominar la esce na. Su mejor traje es la segu - ridad y sus mirada seduce a la cámara. Abre los ojos, no es un sueño. Es su realidad.
e cuador aún no es un buen país para ejercer como modelo… No. Hay muchas limi - taciones en general en la industria y hay que buscar otros destinos para poten - ciar esta carrera. Aquí no se gana o se gana muy poco, incluso hay el riesgo de ‘quemarse’ o encasillarse si se trabaja con todos. Yo tra - bajo con pocas marcas, pero de gran nivel. ¿ h as sen tido que hay discriminación por el tema étnico? Es complejo. Aquí, a pesar de ser colonizados hace tan tos años y con una pobla ción mestiza, las marcas si - guen buscando a la modelo rubia, de ojos claros cuando esa no es su gente, o es la mi noría. Yo no me lo tomo per - sonal, siempre pienso que si no me escogen pues ellos se lo pierden (risas). Nunca me victimizo. Hay marcas que no se quieren arries - gar a tener un modelo más real para llegar a su cliente meta; sin embargo también se lo entiende porque talvez su público final no son los afros. Punto. Esto es un ne - gocio y hay que verlo desde