9 minute read

Lo que me ha dado el deporte

Next Article
DesDe el poDio

DesDe el poDio

En los últimos años se han empezado a comercializar una gran cantidad de suplementos nutricionales y de salud y muchos de nosotros sucumbimos a ellos, sin saber realmente por qué nos serán supuestamente beneficiosos. Hablamos con Gabriela Moreno, Médico Deportóloga y especialista en Alimentación funcional, para saber distinguir cuándo nos serán útiles y cuándo serán un desperdicio de nuestro dinero.

Redacción VidactiVa Fotos: 123F

SuplementoS

¿Necesidad o marketiNg?

Debemos considerar que estamos en un momento en el que el mundo se está volcando a la búsqueda de la salud. Pero, antes que nada, debemos preguntarnos si realmente necesito ese producto, o lo voy a tomar solo porque me dijo la vecina que es bueno. Además, todos debemos procurar consumir las cosas de manera natural, es decir, directamente de la fuente vegetal o animal, antes de que pase por un " proceso bioquímico. Debemos saber, además, que el mundo de los suplementos es una industria millonaria, por lo que hay que recordar que no hay mejor medicina que la alimentación adecuada y conocer nuestro propio cuerpo porque no todos los productos son útiles para todas las personas. Ir a un médico y tener chequeos periódicos es vital, así como investigar sobre las características y efectos del suplemento que voy a consumir” explica Gaby para empezar. ¿Qué es un suplemento? El suplemento intenta, justamente, suplementar lo que la alimentación no consigue completamente. puede haber alimentos que pueden ser alimentos y suplementos a la vez, como, por ejemplo, la cúrcuma y el jengibre. Vienen de un alimento, pero el momento en que concentramos este tipo de productos (ya sea una raíz, o una sal), para ponerla en una cápsula o en una versión en donde tengo mayor control de los miligramos, se transforma en un suplemento con medidas exactas.

¿Qué información deberían contener sus etiquetas? Este es un punto súper delicado, sobre todo cuando tenemos suplementos basados en alimentos naturales, como la cúrcuma, justamente. No hay muchas organizaciones que estén comprobando que los productos cumplan con lo que deben, pues, al ser suplementos, solo sirven para suplementar, pero no son considerados directamente medicamentos. Lee la etiqueta con atención y fíjate en lo que no te están diciendo. Estas reglas básicas nos servirán para navegar a salvo en el mar de suplementos actuales.

Regla númeRo uno No confíes ciegamente No podemos confiar siempre en lo que se lee en la etiqueta. Puede haber ciertos excipientes que no están nombrados en la etiqueta, porque no siempre se necesita incluirlos, por ley. “Si quiero confiar en un producto debo buscar uno que tenga grado farmacéutico, es decir que está elaborado con todas las especificaciones y cuidados que un farmaceuta va a tomar en cuenta. Eso me ayuda a certificar calidad e indicaciones. Por ejemplo, nos va a decir en la etiqueta que el producto no debe estar sometido al calor, porque perderá su efectividad, entre otras cosas. Es decir, el producto debe contar con una certificación externa a la de sus propios fabricantes; en especial para deportistas, porque si voy a empezar a consumir estos productos debo tener mucho cuidado en saber que los componentes de este suplemento no van a interferir con lo que la Asociación Antidopping regula” explica Gaby.

Regla númeRo dos Investiga Siempre ve más allá. Investiga; pregunta, busca. Por ejemplo, la certificación NFS, explica Gaby, tiene un portal online. Es una agencia ajena que busca certificar que estos productos son específicos para deportistas: nfs.org. Pero, además, debemos buscar que el productor de suplementos sea súper claro en su mensaje de no tener excipientes externos a los mencionados en la etiqueta.

Regla númeRo tRes No todo es para todos Por ejemplo, en el caso de la cúrcuma, que tiene poderes antiinflamatorios, va a ser un coadyuvante muy útil si estoy pasando por procesos inflamatorios. Pero no todas las personas toleran bien la cúrcuma; por lo que es importante prestar atención a cualquier reacción adversa como exceso de calor o hiperemia, que se manifiesta como un color rojo en la piel. “Tampoco recomiendo la cúrcuma si es que ya estoy utilizando productos antiinflamatorios, como paracetamol o ibuprofeno. Si los quiero reemplazar por cúrcuma, funciona muy bien. Pero si ya estoy tomando mucho de eso, no puedo también agregarle cúrcuma

porque es un proceso anti-inflamatorio exagerado y produce muchos radicales libres en mi sistema, que puede ser perjudicial. Por otro lado, es preferible consumir la cúrcuma en grado alimenticio, es decir, echando un poco de cúrcuma en mis comidas, lo cual me dará sus beneficios, pero no de manera tan agresiva como una cápsula concentrada” explica Gaby.

Regla númeRo cuatRo Conoce el origen de tu suplemento Si, por ejemplo, voy a consumir proteína, quiero saber cuál es su origen: ¿Es animal? ¿Es vegetal? “Las proteínas en polvo se dividen en veganas y de origen animal. Pero, además, debo saber el origen específico. Las proteínas vegetales normalmente son de arroz, o de arveja o de chocho, que es muy popular. Y los granos, si bien son una gran fuente de proteína cuando son aisladas (es decir, se dan ciertos procesos químicos y de ingeniería alimenticia se extrae solo la proteína de ese grano), tienen un perfil que no es completo. El objetivo de las proteínas en polvo es darme todo el perfil de aminoácidos que mi cuerpo necesita. Una proteína completa debe tener veinte aminoácidos y de esos veinte, nueve son esenciales, en el sentido en que necesitamos absorberlos de nuestra dieta. La mayoría de proteínas de origen vegetal, no tienen estos nueve aminoácidos. Si la proteína no tiene un perfil completo, necesito saber cómo suplemento para conseguir los nueve aminoácidos en mi día a día” dice Gaby, contundente. Si hablamos de proteína animal, también debemos hacernos la misma pregutna: “La mayoría son de suero de leche o de colágeno y yo necesito saber qué garantías tengo de que la vaca de donde se sacó esa leche haya estado sana, ganado que no haya sido tratado con antibióticos u hormonas. Porque hay un potencial de toxicidad ahí. Por eso es importante entender la calidad y entender de dónde viene tu producto” observa Gaby.

Regla númeRo cinco Averigua qué elementos se adicionaron a tu suplemento Muchas veces, en las proteínas en polvo, se adicionan otros elementos, como azúcar, con sabores y otros elementos adicionados. Es importante saber qué más tiene y si no estoy abusando de esos ingredientes adicionados.

Regla númeRo seis Los suplementos NO son atajos Si apenas estás empezando a hacer ejercicio NO necesitas proteína adicional. “Si estoy empezando en el deporte, lo primero que tengo que hacer es comenzar por limpiar mi comida, no empezar a suplementar. El objetivo de la proteína es ayudar a construir el músculo que estoy desgastando día a día y la idea de la proteína en polvo es hacer que los aminoácidos sean más digeribles, cuando no puedo obtenerlos de mi alimentación diaria. Si siento que, por algún motivo, en mi alimentación no estoy consumiendo suficiente proteína y creo que necesito suplementar, empezaría por buscar la proteína en polvo más pura y más básica. Y si no conozco lo suficiente sobre ese suplemento de proteína, primero debo ver cómo lograr incluir más proteínas en mi comida del día a día. Debo empezar por enamorarme de la comida real, antes que de los suplementos. No todos necesitan una cantidad elevada de proteína y, además, el hecho de que consumas proteínas no significa que vas a bajar de peso. Los suplementos son para suplir las necesidades, no para ganar músculo o perder grasa de manera más acelerada” ecplica Gaby.

Regla númeRo siete Evita las proteínas recomendadas por el mercado masivo o por las celebridades Ya que este tipo de proteínas se manejan como productos de consumo masivo, no necesariamente se toman el tiempo de cuidar cada detalle de su composición. “Este tipo de empresas tienen un imperio porque tienen muy buenos vendedores o porque son productos recomendados por celebridades del fitness. Si me amparo en un nombre o en la fama de quien promueve la proteína, corro el riesgo de llenar mi cuerpo con un montón de ingredientes que no solo no necesita, sino que pueden provocarle un shock tóxico, porque no sabe qué hacer con todas esas cosa” advierte Gaby. Regla númeRo ocho Pregúntate si realmente eres el candidato ideal para consumir proteína Pregúntate: ¿Necesito perder peso o necesito construir músculo? Eres candidato si estás perdiendo más músculo del que puedes suplir. “Esto pasa cuando dices: estoy haciendo mucho ejercicio por mucho tiempo y estoy teniendo ruptura muscular por mucho tiempo. El ejemplo perfecto es un triatleta, o un atleta de crossfit competitivo, no recreacional. Regla númeRo nueve PIensa en tu peso y edad “La edad también es importante. Con la edad empezamos a perder músculo, en hombres cerca de los cuarenta años y en las mujeres diez años antes de su menopausia. En cuanto a tu peso, en teoría, si pesas, por ejemplo, 130 libras, deberías consumir 130 gramos de proteína, pero solo si eres un deportista activo. Ahí es cuando digo que puedo consumir 20g de proteína al polvo porque no puedo comer y digerir tanta proteína en forma de carne o pollo.También hay que recordar que la proteína es algo que se consume a largo plazo. Lo que debo suplir día a día son las grasas y los carbohidratos. Eso es lo que debo consumir de manera adecuada, para que el cuerpo no tenga la necesidad de romper músculo y sacar energía de ahí porque ese es un proceso que le cuesta mucho al cuerpo y lo inflama” dice Gaby. Regla númeRo diez Aprende a usar el colágeno Los suplementos de colágeno se han vuelto muy populares y su consumo puede ser beneficioso, siempre que sea inteligente: “El colágeno es la proteína más abundante del cuerpo humano. Pero al consumir el colágeno no es que entra al cuerpo directamente en forma de colágeno, sino que entra

como un perfil de aminoácidos. Tengo el aminoácido A, B y C en el colágeno y cuando como colágeno tengo un mayor flujo de estos aminoácidos en mi cuerpo. Es importante saber que hay una mayor absorción de colágeno si lo acompaño de vitamina C. En ese sentido, los suplementos de colágeno pueden ser útiles. Sin embargo, al igual que con el resto de suplementos, quiero, inicialmente, buscar formas de producir ese colágeno naturalmente. El movimiento estimula la producción de colágeno, por ejemplo.También, es muy importante saber el origen de ese colágeno porque los metales pesados se almacenan en los huesos de los animales y el colágeno está hecho de huesos. Es preferible que venga de vacas de pastore”.

This article is from: