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Recuerdos del ayer, Fermín Solano Casero
Recuerdos del ayer
Carta abierta a mi amigo y hermano Martín García González
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FERMÍN SOLANO CASERO
Tú nos dijiste que la muerte No es el final del camino Que aunque morimos no somos Carne de un ciego destino Tú nos hiciste, tuyos somos Nuestro destino es vivir Siendo felices contigo Sin padecer ni morir.
¿Te acuerdas, Martín, cuando cantábamos en algún funeral o en cualquier otra celebración apropiada esta canción de Cesáreo Gabaraín? Y, ¿te acuerdas de esta otra?
Resucitó, resucitó, resucitó, aleluya Aleluya, aleluya, aleluya, resucitó La muerte, ¿dónde está la muerte? ¿Dónde está mi muerte? ¿Dónde su victoria? Resucitó, resucitó, resucitó, aleluya Aleluya, aleluya, aleluya, resucitó Gracias sean dadas al Padre Que nos pasó a su reino donde se vive de amor.
Sí; ésta la cantábamos cada año en el domingo de Pascua al reiniciar la Procesión del Encuentro, una vez que éste, se había realizado. Antes, por la noche, aquellas noches maravillosas de Pascua, una vez terminada la Vigilia, íbamos al campo o a los cercados más cercanos en busca de los jaramagos para adornar la Calle Real. Luego, pasado los años, ¿te acuerdas cómo me tomabas el pelo cuando yo instituí en Don Benito la Procesión del Encuentro (copia de la nuestra de Orellana, la más bella y bonita del mundo) por haber puesto yo su celebración el lunes de Pascua en lugar del domingo de Resurrección?
¡Cuántos recuerdos! ¡Cuántos inolvidables recuerdos! Porque te recordaré siempre, mientras viva. Pero aún más: Es que además de Pepita y José Antonio, además de Julia y Martín, tus nietos, te recuerda todo el pueblo. Desde que nos dejaste, cada vez que me encuentro con algún paisano de Orellana, lo primero que evocamos es tu recuerdo. Porque tú te metiste en el alma del pueblo, en sus entrañas, de donde es difícil salirse o escapar.
Por eso, porque “nuestro destino es vivir, siendo felices contigo”, (letra de la canción) tú sigues viviendo en el corazón de Dios al que amaste, porque previamente habías sentido su amor, y en el corazón del pueblo, de este pueblo de Orellana al que serviste de mil formas, deseando siempre su bien, el bien de todos.
“Gracias sean dadas al Padre que nos pasó a su reino donde se vive de amor”. (Verso de la 2ª canción).
Sí, ya vives plenamente en el Reino; reino que significa y es la plenitud del Amor, porque viviste tu vida aquí en la tierra anunciándole y construyéndole. ¿Te acuerdas de la canción?
Tu reino es vida, tu reino es verdad, Tu reino es justicia, tu reino es paz, Tu reino es gracia, tu reino es amor, Venga a nosotros tu reino, señor Venga a nosotros tu reino, señor.
Que los montes traigan la paz, Que los collados traigan la justicia, Que él defi enda a los humildes del pueblo, Que socorra a los hijos del pobre, Que él defi enda a los humildes del pueblo, Y quebrante al explotador.
Recuerdo cómo tratabas, desde tu compromiso y militancia en la JARC (Juventud de Acción Católica Rural) y MRC (Movimiento Rural Cristiano), de construir la paz y defender la justicia. De cómo trabajabas por construir el reino de la libertad desde tu compromiso en el Club Juvenil. Cómo te entregabas, desde Cáritas, en la construcción del reino derrochando amor y defendiendo una mayor equidad e igualdad entre todos los seres humanos, para hacer realidad lo que leemos en los Hechos de los Apóstoles: “No había entre ellos ningún indigente.” (4, 34)
Recuerdo cómo te implicabas por el reino de la vida y la verdad en todas las acciones de tu vida. “Reino que ya ha comenzado, reino que sufre violencia y que no tendrá fi n”. Por eso, por todo ello, te veo disfrutando ya de la plenitud del Reino en la compañía de los santos. Ruega desde allí por todos nosotros.