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Junio - Julio

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CARTA DE LA MADRE NATURALEZA Sofía Isabella Vivanco Ortiz. 8 años. Segundo Grado. Colegio Valenciana.

Hola, yo me llamo Tierra, mejor conocida como Madre Naturaleza, estoy muy orgullosa de terminar con este desastre ecológico. Yo me estoy acabando por culpa –nada más y nada menos- que de mis hijos humanos que creen que porque son más inteligentes pueden lastimar a sus hermanos animales y plantas matando y dañándolos. Y además, todavía lo ven como un juego. Inventaron la cacería de cualquier animal; en cuanto a las plantas, las cortan, y llenan todo con desechos de basura. Algo que afecta a todos son los incendios forestales y la contaminación. ¡Así que me puse manos a la obra! Observé a unas personas comiéndose un murciélago y se me ocurrió un gran invento: Coronavirus, así que lo envié en busca de justicia para que mis hijos, los humanos, se queden en sus casas. Debo admitir que se me pasó la mano y me salí de control con mi invento. Cuídate y no salgas de casa, necesito sanar. Gracias.

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MARÍA FEMINISTA Alonso Emiliano Cano Morales. 10 años. Cuarto Grado. Colegio Valenciana.

En una época no muy lejana la sociedad creía que las mujeres debían quedarse en casa recogiendo o cocinando, en vez de ir a estudiar o trabajar, aquí te muestro un ejemplo que te platico: había una niña llamada María que nació en Chile un 16 de junio de 1746 en una pequeña casa de madera. Su padre murió poco después de que naciera gracias a una fea enfermedad que se llamaba cólera, así que su madre se casó con un hombre duro , malo y de negro corazón.

María tuvo un hermano a los cinco años de edad, a diferencia de su hermano a María no le celebraban su cumpleaños cada año como le hacían con su hermano. O cuando las pocas veces que su padre jugaba con su hermano la obligaban (y a su madre) a preparar botanas.

Un día, en la comida, María reveló su molestia contra su padrastro:

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− ¡Estoy cansada de hacer los deberes! ¿por qué no puedo jugar? − ¿Por qué? ¡Porque eres una mujer. Y las mujeres solo sirven para recoger la casa y atender a los hombres, no para jugar!!! Así que cuida tus modales jovencita ¡Y ve a tu cuarto!

Como María sabía que no podía hacer nada subió a su cuarto y observó por la ventana un cartel que decía que en el sur de la ciudad habría reuniones feministas el siguiente sábado a las dos y siete y media de la tarde. María decidió ir.

Aquel sábado para salir de casa puso de excusa que saldría de compras, al llegar conoció a las integrantes del grupo y platicó su situación. Cerca de cien integrantes pensaban lo mismo.

Al regresar a casa, lamentablemente, su mal padre ya sabía lo del grupo y estaba muy enojado. − Te saliste sin permiso y te inscribiste a un grupo feminista, ¿Qué te pasa hija mía? –dijo su padre algo enojado. − ¿Tu hija? No, te equivocas ¡El único que me manda soy yo! ¿Me entendiste? − ¡Cuida tus modales! Si no, verás cómo te va… − ¡Si quieres ver, vamos al juzgado!

Así, ella y él fueron al juzgado y tras una larga lucha María salió victoriosa. Arrestaron a su padrastro y al crecer, María luchó por los derechos de las personas.

LA CEBRA MIMÍ Isabel Sae González Takami. 5 años. Tercero de Preescolar. Colegio Valenciana.

Había una vez una cebrita que se llamaba Mimí, tenía unas rayas negras muy bonitas en su cuerpo. Un día, la vio un niño lobo llamado Pipo, le dieron mucha envidia las rayas de Mimí y pensó en robárselas. Primero Pipo se acercó a Mimí y la invitó a jugar “serpientes”. Pipo la siguió desde atrás tratando de agarrar las rayas, pero no pudo.

Así que otro día la visitó en su casa, entró a su cuarto ¡Encontró las tayas de Mimó! Las robó y regresó a su casa…

Las rayas que robó Pipo era la pijama de Mimí. Días después se lo encontró disfrazado de cebra. ---¡Mi pijama! –dijo Mimí

Pipo se disculpó con Mimí explicándole que quería sus rayas. Mimí le regaló su pijama y así jugaron a las cebras.

LAS AVENTURAS DE AGUSTÍN TOSEYO Felipe Rivero Rozada. 11 años. Sexto Grado. Colegio Valenciana.

Hola, soy Agustín Toseyo. Tras un viaje por barco y un huracán he quedado varado en una isla desierta. He estado buscando comida, refugio y solo encontré algunos pedazos de barco y las provisiones.

Seguí buscando, y con varios pedazos del barco logré hacer un refugio. Luego encontré un árbol hueco y con diferentes materiales hice una casa. Seguí adentrándome en la selva y encontré las ruinas de un templo, entré, ya que llovía muy fuerte.

Al explorarlo escuché un ruido, me acerqué a él y me encontré a un tigre que salió para atacarme. Corrí…corrí y perdí en un pasadizo. Encontré debajo de una piedra una escotilla, la abrí y bajé por ella. Vi muchos túneles y arriba de una estatua lo que más me sorprendió; un mono sentado en un avión, me acerque a él y el mono gritó: “ya no me gusta este juguete” Y al verme dijo “Te regalo mi juguete si me llevas a tu mundo”.

Lleno de felicidad me subí al avión y salí volando de la isla con el mono. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

El silencio se hizo para romperse y yo, que estoy en tercero de secundaria, que mi única salida era ir a la escuela, me he frustrado… he estado bajoneado en muchos aspectos, las pocas cosas que podía hacer ya no las hago por la cuarentena. No estoy bien.

Últimamente he estado muy triste y enojado con todo, a un punto de querer romper algo o desquitarme con algo, pero no quiero hacerle daño a nadie o a algo material, por eso prefiero hacerme sufrir de distintas maneras. No quiero ser una carga y finjo estar bien, aunque reconozco que necesito ayuda. Además el internet es un problema, en fin prometo hacer lo mejor y… entregar mis tareas.

Anónimo

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