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Transmitir amor con la biblioteca
Ella ve con curiosidad cada detalle que le rodea y siempre sonríe. Camina entre los libros y los roza con los dedos de su mano derecha y vuelve a sonreír.
Su nombre es Abigail, tiene 15 años, cursa el noveno grado, vive con el Síndrome de Turner, un trastorno genético que afecta el desarrollo de las niñas debido a un cromosoma X ausente o incompleto, pero ella es una niña maravillosa, contadora de historias, artista del dibujo, adora leer y ama la biblioteca Blue Lupin de su escuela.
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«Mi madre me comentó que harían una biblioteca Blue Lupin. Me contó que en otras
comunidades ya existían esas bibliotecas y que eran muy lindas. Un día dijeron que formarían clubes artísticos y yo me anoté en el Club de Dibujo» comienza a contar Abigail entre la luz opaca de diciembre que entra por los ventanales. En una mesa vecina, una mujer la ve, la escucha y llora. «Es de alegría», nos dice «La biblioteca ha sido el mejor regalo para mi hija, se ha vuelto muy sociable, conversadora y está motivada por leer todo el tiempo» expresa la mujer.
Abigail frota sus manos y continúa conversando, «Recuerdo que dijeron que haríamos un dibujo en una pared de la biblioteca, pero que antes el dibujo debía ser un cuento. Fue entonces cuando me inventé el “El mundo de Aby”, un cuento donde existe un Pez Arcoíris que cumple deseos. Es un cuento de una niña de nombre Kali, me encanta ese nombre. Yo me re�lejo en Kali. Ella era tímida, no tenía amigos, vivía en el campo, y cuando salía de la escuela se acostaba bajo la sombra de un árbol para soñar y explorar el mundo. Un día, ahí, bajo el árbol, la niña imaginó un Burropiano que tocaba melodías hermosas. Otro día imaginó a un conejo pescador que junto a Kali pescaron al Pez Arcoíris para pedirle un deseo. Lo lograron. Ella pidió un deseo: tener una amiga. Tiempo después Kali caminaba hacia la escuela y vio a otra niña llorando, se acercó, la consoló y se hicieron amigas; se llamaba Mía y vivieron muchas aventuras. Es un cuento lindo. Mi madre me ayudó con algunos detalles. Lo que yo quiero con este cuento es que aprendamos la amistad y el respeto».
Abigail asiste a una biblioteca Blue Lupin y es parte del grupo de dibujo que mezcla
los relatos de la tradición oral, las opiniones y las historias de los libros, además de la técnica de Jitanjáforas para crear nuevas narrativas de �icción que luego se convierten en dibujos hermosos, caracterizados por su plasticidad, imaginación y poder evocativo. «El club de dibujo lo llevo en el corazón, es muy bonito. Aprendí a dibujar, a pintar, a conocer los tonos, las sombras. Lo mejor es que las niñas pintan y dibujan muy bien. El mural hace que la biblioteca se vea más bonita. Dan ganas de entrar. Ya he leído cuatro libros, veo que las niñas y los niños entran y pasan mucho tiempo leyendo, disfrutan los cuentos y las enseñanzas que nos dejan. En los libros siempre se aprende algo nuevo».
Abigail tiene sueños que cumplir «aunque me encantan las matemáticas, quiero estudiar Educación Especial para ayudar a niñas como yo, porque sé que somos importantes y podemos realizar lo que nos proponemos. Yo sé que es complicado, me ha tocado ir con muchos doctores, pero soy fuerte. Me da pesar con mi madre que se preocupa, pero me siento feliz y los doctores dijeron que mi corazón está sano. La lectura nos tiene ilusionados a los niños y niñas, porque podemos transmitir amor con la biblioteca».