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El pez-lluvia conoce a Yeyri

Pareciera que la lluvia es un gran pez transparente que baja de la Montaña de Celaque, entra a la biblioteca Blue Lupin, ondea entre las mesas de colores, se sumerge en los libros dormidos y su claro corazón se llena de historias. Pero está triste. Algo extraño pasa en la biblioteca Blue Lupin: no hay niñas, ni niños y no está su libro favorito Cuca y el abrigo marrón.

El Pez-Lluvia no sabe que ha llegado la enfermedad del COVID-19 y que la escuela ha sido cerrada para prevenir que las niñas y niños se infecten. El Pez-Lluvia sale de la biblioteca y comienza a recorrer casa por casa; encuentra a muchos niños y niñas que tienen libros en sus mesas, los llevaron en su “Bolsito Lector”, pero no encuentra su libro. Por �in, llega a una casa en la colina, entra, ve a una niña que tiene guardados varios libros y entre todos está Cuca y el abrigo marrón, su libro amado, su libro favorito, y con mucha prudencia y humildad el Pez-Lluvia entra a escondidas a la casa; por eso cuando el personal de Plan International Honduras llega a la comunidad, descubren una leve llovizna sobre la casa de Yeyri, una niña lectora de 12 años.

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El Pez-Luvia ve que entran las visitas a la casa, saludan y comienzan a conversar con la niña.

—«¿Cuántos libros has leído?» —Pregunta el hombre de la libreta.

—«He leído 189 libros». —Dice la niña.

—«¿Y cuál es tu libro favorito?» —Vuelve a preguntar el hombre.

—«Tengo muchos libros favoritos, pero el que me gusta a pesar de que es un poco triste, es Cuca y el abrigo marrón, la historia de una perrita que es mamá soltera. Yo relaciono esta historia con la realidad de muchas niñas, ya que aquí los hombres las embarazan y las abandonan». —Contesta mientras muestra el libro.

El Pez-Lluvia comprende por qué su libro no estaba en la biblioteca y también es feliz de saber que su libro le fascina a una niña.

—«En esta cuarentena he leído cinco libros. En este momento leo “Inteligencias Múltiples”, estoy �inalizando la parte donde se habla de la inteligencia corporal; he aprendido que esta inteligencia la desarrollan los deportistas, pero que hay más inteligencias.» —Agrega la niña.

El Pez-Lluvia nada en el viento de la tarde y guarda silencio para escuchar lo que la niña cuenta…

«Cuando leo me emociono porque aprendo. Leer me ayudó a tener buena ortogra�ía y ritmo, por ejemplo; a hacer las pausas en las comas y los puntos. Leer es lindo. Leer me ayuda a decidir un mejor futuro».

—«¿Y hoy que está cerrada la escuela cómo hacen para tener libros en casa?» —Pregunta el hombre de la libreta.

«Los docentes acordaron venir cada quince días. Nosotros esperamos con alegría ese día. Vamos con mascarilla y con las manos lavadas, no podemos acércanos, ni platicar mucho, hacemos una �ila, llegamos a la biblioteca, sólo puede entrar un niño o una niña a la vez, pero no podemos tocar los libros como antes, sino sólo dos libros que prestaremos».

—«Signi�ica que la Biblioteca Blue Lupin no ha dejado de funcionar» —Comenta el hombre.

«Siempre leemos y también intercambiamos libros. Uno comenta con sus amigas, amigos y familiares: “¡Mira qué libro más bonito…!”»

—«¡Qué bueno que compartan los libros!» —Agrega el hombre de la libreta muy contento.

«Si. Yo hablé con muchas niñas y niños de la comunidad, los organicé. Les dije que como sólo nos prestan dos libros a cada niño y niña, que hiciéramos como una red y que así nos pasemos los libros, o sea que, en este momento, aunque no vengan docentes nosotros en esta comunidad tenemos muchos libros y los padres han hablado entre ellos para cuidar bien los libros en los hogares. Es bonito porque intercambiamos. Pero estos libros no sólo los leen quienes estamos en la escuela,

también les leemos a nuestros hermanitos, primos y a toda la familia. A mi madre y a mi padre les leo o les cuento lo que aprendo; ellos no pueden leer, pero los estoy motivando para que aprendan con los libros que traigo.»

—«¿Te queda tiempo de leer en casa?» —Dice el hombre.

«Me gusta leer después de ayudar en la casa. Las tareas del hogar las hacemos todos: mi hermano Jony arregla su cama, asea su cuarto, barre el patio y lava los trastos. Mi mamá dice que los hombres deben ayudar en la casa y yo pienso igual»

—«¡Qué piensas de la pandemia!» —Pregunta otra vez el hombre.

«Estoy muy triste por la gente que está encerrada con hambre en casas pequeñas y que no pueden salir. La libertad nos da felicidad».

Ahora el Pez-Lluvia ha descubierto que su libro Cuca y el abrigo marrón está en el mejor sitio del mundo: en el corazón de una niña muy inteligente y noble.

El Pez-Lluvia da un salto por sobre el techo de la casa y se marcha con rumbo a la montaña de Celaque. Antes de entrar a la niebla, voltea y aún puede ver a la niña que sonríe mientras le toman una fotogra�ía abrazando su libro favorito.

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