EL MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL 98 Los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX son un período difícil en la historia de España. Tras la muerte de Alfonso XII (1885), María Cristina asumió la regencia hasta la mayoría de edad de su hijo Alfonso XIII (1902). Liberales y conservadores, en torno a Sagasta y Cánovas respectivamente, alternaron en el poder con el objetivo de garantizar la estabilidad en España. Sin embargo, surgieron nuevos problemas, como la agudización del caciquismo y los movimientos obreros (socialistas y anarquistas). La decadencia española, iniciada siglos atrás, se hizo manifiesta tras el “Desastre del 98”, es decir, el momento (1898) en que España pierde las últimas posesiones fuera de sus fronteras: Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Culturalmente, el Regeneracionismo fue la ideología dominante en estos últimos años de siglo. Su mentor, Joaquín Costa, consideraba que el país necesitaba un “cirujano de hierro”, es decir, una especie de dictador ilustrado que encarrilara España. Los pensadores regeneracionistas, como veremos, fueron el precedente de los escritores de la generación noventayochista dado que defendían ideas comunes (concentración en los problemas internos del país e impulso de reformas agrarias, educativas y políticas). EL MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL 98 son las tendencias literarias que surgen en este contexto como reacción frente a la desastrosa realidad española; sin embargo, los críticos no se ponen de acuerdo en considerar si ambos son un único movimiento o dos distintos. Entre los que defienden la existencia de un solo movimiento se alega que en los dos se observa la misma actitud ante la situación: sensación de malestar ante el momento histórico, angustia por el sentido absurdo de la vida, rechazo de la estética anterior,…etc. Entre los que defienden la segunda postura se esgrime que mientras los modernistas se refugian en el esteticismo, en la búsqueda de la belleza formal y en la huida de los problemas, los noventayochistas optan por un estilo sencillo, sobrio y austero, proponiendo soluciones políticas, sociales o morales para superar la postración nacional. En cualquier caso, tal distinción no es tan evidente pues ambos grupos mantuvieron una relación personal y literaria constante, sin diferenciarse unos de otros y de hecho hubo casos como Machado que pasaron de ser modernistas a noventayochistas en su evolución. Aun así, por simple afán didáctico, expondremos las características particulares de cada tendencia. El MODERNISMO Es un movimiento artístico y cultural, de clara filiación romántica, que nació a fines de siglo XIX y principios del XX en Hispanoamérica y que se afianzó en España gracias a la figura de Rubén Darío. Tuvo una existencia bastante fugaz pues en torno a 1915 ya se da por concluido y afectó especialmente a la poesía, aunque ello no quita que también se pueda ver cierta huella en el teatro o la narrativa. Se suele considerar un movimiento sincrético pues aúna las principales tendencias artísticas europeas del momento, especialmente de Francia e Italia, y algo menos de Inglaterra y EE.UU. Las influencias francesas fueron fundamentales para su gestación: por un lado, el Parnasianismo (“El Arte por el Arte”), que basaba la creación en el culto a la perfección formal y al cultivo de temas refinados (mitos griegos, lo oriental); y por otro, el Simbolismo, que propone descubrir, a través de los símbolos, los significados ocultos tras las cosas. Otras tendencias fueron: el Decadentismo, en el que sabedores de estar viviendo en las postrimerías de la civilización, les atrae lo morboso y enfermizo y el Post-romanticismo, con la presencia de simbolismo, subjetivismo y tono intimista.
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La literatura adquiere un aire aristocrático y se consagra a la exaltación de la belleza, tanto formal como de contenido. El escritor adopta un estilo acorde a su concepción del arte: es el mundo de los bohemios, de tertulias, de cafés…y desprecia el sentido burgués y comercial de la vida. A pesar de su altivez, muchos sufrieron penurias económicas. Las CARACTERÍSTICAS básicas del Modernismo las podemos resumir en: •
Temática Se van a encontrar dos tendencias que, aunque contrapuestas, manifiestan su deseo de escapar de la realidad y la huella del Romanticismo: -
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Línea Escapista: es la más representativa; mundos exóticos y épocas antiguas (China, Japón, Edad Media). Decorados con pagodas, estanques , palacios y jardines por los que desfilan princesas, caballeros legendarios, faunos, ninfas, sátiros..Fuerte presencia del erotismo y sensualidad como modo de reaccionar frente a la burguesía. Línea intimista: presencia de la parte más personal del autor. El amor y el mundo son vistos con ojos melancólicos y llenos de tristeza. Poesía introspectiva con paisajes crepusculares y otoñales de clara raíz romántica.
Métrica Buscan la musicalidad en el verso, de ahí que experimenten con el ritmo, rima, acentos… Emplean versos de 9,10, 12, 14, 15 sílabas; emplean estrofas tradicionales con alguna modificación…;usan esquemas acentuales marcados para grandes asuntos, y suaves para emociones delicadas; en ocasiones también imitan la métrica clásica.
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Estilo
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Sensualidad, pues se busca la belleza de forma sensible mediante efectos sonoros (aliteraciones, onomatopeyas, vocablos esdrújulos), sinestesias y el cromatismo de imágenes y adjetivos. Léxico plagado de cultismos, neologismos, alusiones a realidades exóticas, nombres de héroes mitológicos, materiales preciosos…
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Sin embargo, el Modernismo español se caracterizó por una menor brillantez externa y por el predominio del intimismo (hay más Simbolismo y menos Parnasianismo). El introductor de las ideas modernistas en nuestro país fue el nicaragüense Rubén Darío (1867-1916). La publicación de Azul (1888) lo convirtió en el poeta modernista por excelencia. Pero sus obras emblemáticas sin ninguna duda fueron Prosas profanas (1896) y Cantos de vida y esperanza (1905). La primera contiene todas las imágenes tópicas y esteticistas del Modernismo: princesas, cisnes, aventuras galantes, jardines dieciochescos…y el lenguaje presenta todas las características reseñadas; en la segunda evoluciona hacia un mayor intimismo y una preocupación por los problemas del hombre, la religión, la política de su tiempo…En general, se ha de valorar su papel como renovador de la poesía, su sensibilidad, su sentido del ritmo, su lenguaje lleno de color y musicalidad, su innovación en el uso de estrofas lo que le ha valido el ser fuente de inspiración no sólo de los Machado o Juan Ramón Jiménez sino también de los hombres del 27.
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Seguidores del Modernismo en España fueron: -
El poeta Manuel Machado Alma y Ars moriendi Los dramaturgos Francisco Villaespesa (El alcázar de las perlas) y Eduardo Marquina (Las hijas del Cid). Y autores de la Generación del 98 como Antonio Machado y Valle-Inclán y de la Generación del 14 como Juan Ramón Jiménez que se mostraron apegados a esta estética en sus primeras obras.
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Respecto a Antonio Machado hemos de destacar la primera etapa de su trayectoria. En 1903 publica la obra Soledades, pero unos años más tarde la reelabora con el fin de quitarle ese tono modernista bajo el título de Soledades, galerías y otros poemas; suprime trece composiciones y añade otras nuevas, pero aún así la obra sigue siendo modernista por cuestiones temáticas, métricas y estilísticas: la muerte, el paso del tiempo, Dios, la nostalgia de la infancia, paisajes evocados…; versos dodecasílabos y alejandrinos; lenguaje brillante y cromático; presencia de símbolos acorde con el modernismo intimista. Con la publicación de Campos de Castilla, el autor da paso a su etapa noventayochista a la que luego aludiremos.
En España surgió también a finales de siglo la GENERACIÓN DEL 98, que agrupaba a aquellos escritores que antepusieron las preocupaciones de tipo social, político y filosófico a las puramente estéticas. Todos ellos coincidían en la idea de modernizar España y participaban de las ideas del Regeneracionismo (redistribución de la tierra, extensión de la educación y rechazo del sistema parlamentario vigente) Entre las principales CARACTERÍSTICAS de la Generación del 98 podemos citar: -
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Intento de cooperar a la generación de un nuevo estado social en España desde su propia creación (ideología regeneracionista). Entronque con las corrientes irracionalistas europeas: Nietzsche, Schopenhauer, Kierkegaard. Actitud meditativa y reflexiva, por lo que adquieren especial relieve las preocupaciones existenciales: interrogantes sobre el sentido de la vida, el destino del hombre, por lo que fueron considerados precursores del existencialismo. Reconocimiento del magisterio de Larra como precursor de la necesidad de la regeneración del país y admiración por su capacidad de crítica e independencia. Interés por la realidad española; por ello viajaron por sus tierras, especialmente por Castilla, que inspiraría muchas de las páginas más conseguidas, y que era el lugar en el que creyeron encontrar la esencia íntima de España. Su cauce de expresión más adecuado fue el ensayo y la novela. Esta última se caracteriza por: estar protagonizada por personajes insatisfechos, predominio de las ideas sobre la narración, interés por reflejar el interior de la conciencia y la no causalidad entre los hechos. Sentido de la sobriedad y voluntad antirretórica. El estilo es muy cuidado, pero muy diferente entre los distintos componentes del grupo.
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Tradicionalmente, la crítica agrupa en la nómina de escritores noventayochistas a autores como Unamuno, Baroja, Azorín, Antonio Machado y Valle-Inclán •
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Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864 – 1936) es un autor existencialista cuya preocupación básica es la angustia del hombre por no saber que hay más allá de la muerte. Destacó fundamentalmente por sus ensayos y novelas, aunque no desdeñó ni la poesía (El Cristo de Velázquez) ni el teatro (El otro). Sus ensayos más relevantes fueron: En torno al casticismo (1895) – donde reivindica frente a la historia oficial de los grandes hechos, la revalorización de la “intrahistoria”, es decir del conjunto de pequeños hechos que constituyen la verdadera esencia y tradición de la nación española – y La agonía del cristianismo (1925). Sus novelas son tan innovadoras que él mismo decidió llamarlas “nivolas” (alejamiento de los cauces narrativos para ser vehículo de las reflexiones del autor); las más representativas: Amor y pedagogía (1902), Niebla (1914), La tía Tula (1921) y San Manuel Bueno, mártir (1936). Pío Baroja (San Sebastián, 1872 – 1956) es el único escritor del grupo dedicado casi exclusivamente a la novela, género que le permitió transmitir una visión de España muy negativa: inmovilismo, incapacidad para la investigación, insociabilidad y pobreza. En su opinión, la reforma del país tendría que hacerse a través de la ciencia. Entre sus novelas más representativas podemos citar Zalacaín el aventurero (1909) –donde defiende la acción como ideal de vida – y El árbol de la ciencia (1911) – que incluye numerosos paralelismos con su vida –. José Martínez Ruiz “Azorín” (Monóvar, 1873 – 1966) ha sido calificado como “escritor impresionista”, pues a través de sus minuciosas descripciones buscaba la sensación y la impresión subjetiva. Su prosa es un híbrido entre la novela y el ensayo. Su novela La voluntad (1902), protagonizada por un personaje abúlico, sin voluntad, refleja el pensamiento de muchos intelectuales noventayochistas. Los pueblos (1905) y Castilla (1912) son colecciones de artículos y pequeños relatos que recrean episodios literarios, rememoran recuerdos… Antonio Machado (Sevilla, 1875 – Colliure, 1939) destacó principalmente como poeta. Su obra evolucionó desde el intimismo simbolista hacia una progresiva apertura hacia la realidad y la gente de su tiempo que se ve muy claramente en Campos de Castilla (1912); aquí el paisaje castellano le ofrece la oportunidad de reflexionar sobre la historia y los pueblos de España, aunque no renunciará a la efusión sentimental (A un olmo seco”). Ramón María del Valle-Inclán (Vilanova de Arosa, 1866 – 1936) fue el dramaturgo más significativo del grupo, que consiguió crear una original lengua literaria en la que confluyen distintos tonos y registros (metáforas, jergas callejeras, americanismos, neologismos…). Creó el esperpento, original subgénero teatral que se definía como una deformación grotesca de la realidad. La obra en la que expone su teoría del esperpento y lo lleva a la práctica es Luces de Bohemia (1920), que cuenta la última noche en la vida de Max Estrella, poeta bohemio, en el marco del Madrid degradado de la época
De todo lo expuesto sobre el Modernismo y el 98 podemos concluir que ambas tendencias, coincidentes en el mismo espacio temporal, representan dos estéticas complementarias que, en realidad, participan del mismo movimiento de ruptura y renovación estética, acentuando algunos rasgos y no otros en cada caso.
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