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Lakita y los orígenes de las historietas LTGB+ peruanas, por Julio Lossio
Lakita y los orígenes de las historietas LTGB+ peruanas
El cómic peruano más antiguo que trata el tema de la diversidad sexual, hasta donde conocemos, es «Sueño» de Jaime Higa, que gana el Primer Premio del Concurso de Historietas del Club Nazca en 1988, aunque no se publica hasta el 2010.
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De los 90 existen numerosas viñetas de Pedro Santillana (1968-2014) aka Palanca, que tuvieron restringida distribución en el Perú. La más antigua es una de 1993 titulada Hunter y Fuxindy, que cuenta la historia de un rockero millonario que deja a su esposa por irse con su antiguo amigo de la infancia, de condición humilde. Palanca envía sus dibujos a revistas del exterior en donde llega a ser publicado y adquiere notoriedad.
En la segunda mitad de los 90, con la aparición de mangas hechos en el Perú aparecen también historias yuri hentai, historias eróticas de amor entre mujeres. La revista Warmi, de la editorial Imaginería Producciones, que se publica de 1994 hasta fines de 1997, publica «Colegialas» de Oscar Choquecota. En la revista Tamia, de la misma editorial, el año 1998 aparece «Hermanas» de Roger Galván y «Ciudad salvaje» de Iván Visalot. Y en la revista Yada de 1998, del grupo Sugoi, apareció «Una nueva ilusión para Candy» de Sandro Arias. Visiones masculinas de relaciones lésbicas sin mucho más trasfondo.
En 1999 César «Chechi» Chávez es finalista en el VII Concurso de Historietas de Calandria con el cómic de dos páginas «Desde mi ventana» donde expresa un sentimiento gay contenido (reprimido). Era el siglo XX aún. Esta historieta no se publica hasta el 2003.
A partir del año 2000 el grupo Punto Aparte empieza a incorporar personajes gays en sus historias gore, como un añadido más a sus tramas perturbadoras. Empieza el boom del manga en Lima y revistas como Dirty Time! (en el 2007), Suggestion (2008) y Delikatessen (2009) incorporan tramas yaoi, amor entre chicos. Todas ellas iniciativas sin una clara identificación política LTGB+, solamente respuestas a un mercado que se acaba de descubrir.
Hasta que el domingo 6 de diciembre del año 2009 ocurre algo significativo. A las 5:30 p.m. se presenta, en la Feria del Libro Ricardo Palma (realizada en el Museo de la Nación), y a sala llena (se pueden ver fotos en tribadistas.blogspot.com) el fanzine Tribadistas.
Según ha contado Lakita a Crónicas de la Diversidad, venía trabajando Tribadistas desde hacía varios años. Como Mafalda, su inspiración, es la historia de una niña que cuestiona el mundo a su alrededor. Tribiana es lesbiana («La típica chica de clóset» nos dice en la primera página) y le conflictúa el vivir en un país racista y homofóbico. Sus amigues son La Machi, bastante práctica, y Bambureta.
— ¡Ay La Machi! ¿Cuál crees tú que sería el mejor momento para decirle a mi Ma que soy les? — Cuando tengas una flaca, vivas recontra lejos… ahhh y tu vieja no sepa la dirección.
El fanzine se posiciona claramente combativo, acompañan las historias de Tribiana poesía lésbica (Violeta Barrientos, Melissa Ghezzi, Doris Moromisato, Morella Petrozzi), pinturas (de Nemiye Pérez y Andrea Barreda), la historia de Rainbow Girl (una superheroína defensora de los derechos LGBT) y publicidad del Movimiento Homosexual de Lima, de la radio Peruesgay y de una discoteca lésbica.
Tribadistas no es la primera historieta lésbica en el Perú como hemos visto, pero sí es la primera hecha con sensibilidad lésbica, es decir, que no solo habla del amor entre mujeres, sino también de lo que significa ser disidente en un país como el Perú. Es la primera historieta LTGB+ peruana que habla claramente de sentires que son impactados por la política y la sociedad contemporáneas.
Su autora, Lakita, en una carrera tenaz desde entonces, no dejaría de escribir y dibujar sobre la diversidad.
Julio Lossio Quichiz Director de Crónicas de la Diversidad issuu.com/cronicasdeladiversidad