14 minute read

Más allá de los shows clandestinos: una aproximación al dragqueenismo como nueva manifestación artística dentro del arte no-objetual, por Anggi Geraldine Gálvez Olazábal.

Más allá de los shows clandestinos:

una aproximación al dragqueenismo como nueva manifestación artística dentro del arte no-objetual

escribe Anggi Geraldine Gálvez Olazábal1

¿Cómo escribir la historia del arte queer en Latinoamérica? ¿Quiénes la están escribiendo? ¿Podemos llamar arte a las prácticas artísticas disidentes en Latinoamérica? ¿Existen archivos o recursos institucionales que nos sirvan de registro para su estudio? Estas son algunas de las preguntas que me hago en torno a las producciones culturales y artísticas disidentes que se han venido realizando desde hace muchos años pero que lamentablemente no han sido percibidas ni estudiadas como manifestaciones culturales artísticas y por ende terminaron dejándose de lado, olvidándose y ocultándose sin darles la relevancia y el respeto necesario que merecen. Por ello, en este presente ensayo pretendemos reivindicar la práctica del dragqueenismo con el objetivo de presentar estas producciones como una manifestación artística dentro del arte no-objetual propuesto por Acha. En ese sentido, iniciaremos explicando de manera breve la historia del drag haciendo una distinción entre el travestismo y el drag, para luego explicar cómo se relacionan dichas prácticas con la teoría queer y las prácticas no-objetualistas, y por qué ésta manifestación, dragqueenismo, debe considerarse como parte del arte no-objetual.

Primero, comencemos por diferenciar entre lo que vendría a ser el travestismo del dragqueenismo. Travestismo es la práctica de travestir que según el Diccionario de la RAE, consiste en vestir a alguien o vestirse con la ropa del sexo contrario, esto puede ser por diversión o por alguna necesidad de transición entre lo femenino y lo masculino.

Dentro de la historia del arte tenemos artistas que han representado el travestismo

1 Estudiante de Historia del arte en la UNMSM con estudios en la Universidad de Guadalajara, México. Ha trabajado en distintas entidades privadas y públicas vinculadas al sector cultural, artístico y educativo, además de participar en talleres y seminarios vinculados al arte contemporáneo, literatura y estudios de género. Actualmente se encuentra elaborando una tesis de Licenciatura vinculada al arte y la comunidad LGBTIQ.

Aquiles descubierto por Ulises y Diómedes. Pedro Pablo Rubens, 1918. Museo Nacional del Prado.

Retrato de Winckelmann. Anton von Maron, 1768. Castillo de Weimar, Alemania.

en sus obras como Pedro Pablo Rubens2 y la escena de Aquiles entre las hijas de Licomedes3 quien travestido con ropas femeninas es escondido entre las hijas de Licomedes por su madre Tetis para no ir a la guerra de Troya, hasta que es descubierto por Ulises cuando este lleva obsequios femeninos para las hijas del rey y Aquiles se traiciona a sí mismo al escoger las armaduras que Ulises había introducido estratégicamente para despertar su masculinidad.

Es así que Aquiles al asumir la apariencia de mujer, asume también la condición social de una mujer, pero su estoicidad se mantiene intacta, pues su masculinidad no se ve afectada por la conducta sexual, en cambio es realzada su creatividad estratégica al usar los atuendos femeninos.

Otra representación del travestismo la encontramos en la obra de Anton Van Maron4 donde retrata a Joaquín Winckelmann5 con vestimentas femeninas: con un turbante distintivo y una bata de terciopelo y peluche rosa. Lo retrata realizando unas anotaciones, frente a él y entre sus notas se encuentra un grabado de Antinoo, el célebre amante del emperador Adriano.

Más allá de las artes plásticas, además de estas dos representaciones, quedan muchos otros ejemplos sin mencionar como las actuaciones en época de Shakespeare por parte de hombres en papeles femeninos o el teatro Kabuki japonés, más vinculados al dragqueenismo, entre otros. Pero con los dos ejemplos que hemos mencionado queda de evidencia que dentro de la historia del arte se representó el travestismo desde hace muchos siglos, siendo incluso muchas de ellas

2 Obra de 1618 de Peter Paul Rubens en colaboración, posiblemente, con su discípulo Anton Van Dyck, y otra obra de 1630-1635 realizado con su taller. 3 Fuente del Museo Nacional del Prado. 4 Pintor austriaco especializado en retrato. Fue discípulo y cuñado del maestro Anton Raphael Mengs. 5 Arqueólogo e historiador del arte alemán, considerado como el fundador de la Historia del arte y de la Arqueología como disciplina moderna.

Drag Queen Nebulah (@nebulahknowles).

representadas en épocas de restricciones religiosas.

No obstante, con la llegada del psicoanálisis, a estas representaciones de personas travestidas se le comenzó a mirar, fuera de su carácter teatral, desde el enfoque de la sexualidad al punto de ser considerado una perversión clínica. Es en el año de 1910 cuando aparece formalmente el término travestismo definido por Magnus Hirschfeld6 como el acto de vestir con propósitos sexuales prendas del sexo opuesto7. Al ser este conceptualizado de dicha forma se le otorga de lleno matices de índole sexual, pues las mujeres ya representaban a personajes femeninos en los teatros y también cada vez abarcaban más terrenos en lo social.

Es así que, dentro del imaginario colectivo de una sociedad occidental moderna, quien se traviste o accede a conductas y atuendos femeninos, con una simple prenda o accesorio, es relacionado directamente con la homosexualidad, la depravación y con el trabajo sexual, y ya no se le percibe como una ingeniosa hazaña al igual que en el ejemplo de la historia de Aquiles.

Aun así, dentro del espectáculo occidental el travestismo no pierde lugar en las artes escénicas, en favor de la comicidad, puesto que el travesti masculino se convierte en cierta caricatura que hace burla de su sexualidad. Una burla integral, que rompe el esquema, que a partir de su vestimenta, el travesti teatral, ya más cercano a lo que hoy conocemos como drag, desafía los cánones morales, se burla en un mismo acto de la masculinidad, de la feminidad, de la homosexualidad y de todo dogma patriarcal o feminista. Esto no quiere decir

6 Fue un famoso médico, sexólogo y judío alemán, activista defensor de los derechos de los homosexuales. 7 Magnus Hirschfeld no solo consideraba el travestismo desde una postura sexual sino que también lo estudiaba como un tema psíquico, dividiendo lo que él denominó como transiciones sexuales entre hombres y mujeres en cuatro grupos: Genitales (hermafroditismo en sentido estricto, si existiera, y las variantes a él asociadas), Somáticas (es lo que Hirschfeld llama androginia y ginandria), Psíquicas (travestismo), y Psicosexuales (homosexualidad, la bisexualidad y el metatropismo). (Llorca, p.66)

Giuseppe Campuzano. Aparición. 2007. Performance. Fotografía de Alejandro Gómez de Tuddo. Museo Travesti.

que el travestismo deviene en dragqueenismo, sino más bien, esta última toma elementos y la acción de travestir para realizar sus prácticas artísticas, activistas y transgresoras.

El dragqueenismo, según Iván Villanueva8, surge como palabra según el patrón que se utiliza en construcciones, como travestismo, vedetismo o transformismo, refiriéndose así a las prácticas y acciones realizadas por les drag de manera performática, creativa y artística, que transgrede desde la práctica las normas heterosexuales. En la segunda mitad del siglo XX se populariza el término drag queen9 en los EE.UU., para diferenciarse del travesti cotidiano y se erige como una manifestación político-satírica de las condiciones sociales a través de los atuendos femeninos extravagantes, muchas veces encaminados a lo estético y artístico. El drag a partir de la década de los 60‘s sale del cabaret y se enfrenta a los ordenamientos morales conservadores de la época, para exigir los derechos civiles negados para los homosexuales.

En la búsqueda de visibilización y de reconocimiento civil, este fenómeno toma importancia en EE.UU. a finales de la década de los 60‘s después del hostigamiento que tiene su cúspide en los disturbios de Stonewall.

El conflicto constó de una redada policiaca en un bar neoyorquino llamado Stonewall Inn, y a partir de este conflicto la comunidad homosexual de New York empezó a movilizarse en manifestaciones y protestas, que generalmente iban encabezadas por travestis y drag queens10 . Entre ellas estuvo Silvia Rivera, activista estadounidense que luchó por los derechos de las personas transgénero, y Marsha P. Johnson, drag queen afroamericana, quien logró un papel fundamental en el activismo en pro de los derechos a la diversidad sexual. De ahí que las marchas del orgullo gay sean celebradas en

8 Villanueva, p.5. 9 El término «drag» es la abreviación de «Dress as a girl», mientras que «Queen» hace referencia a que los personajes a caracterizar son, en su mayoría, relativos a la realeza (Cépeda y Flores, p.18). 10 Gonzáles, 2001.

el marco de la conmemoración de estos disturbios y lleven en pedestales a Queens o travestis.

En este sentido, el drag queen y el travesti se relacionan con la estructura social y moral a partir de su inmersión en el activismo en pro de los derechos de la diversidad sexual.

Por otra parte, en Latinoamérica, específicamente en Perú11 , el travestismo y el dragqueenismo, se han seguido manifestando en los terrenos artísticos y políticos-activistas, teniendo como miembros de la comunidad LGTBIQ+ a grandes representantes de estas prácticas artísticas disidentes, como Cuco Morales, Jaime Romero, Javi Vargas, Giuseppe Campuzano y Héctor Acuña (Frau Diamanda), por mencionar algunos ejemplos.

En ese contexto, la cuestión drag de a poco ha ido saliendo a la superficie como un espectáculo y como una manifestación artística poco habitual pero cada vez más normalizada o asimilada por una sociedad occidental heteronormativa. Logrado a su vez por el apoyo e impulso del activismo de las disidencias en pro de la visibilización y reivindicación.

Pero definitivamente, aun así, hablar sobre el dragqueenismo en el Perú significa hablar de privilegios y focos de poder, de historia y resistencia femenina, de estigmas y prejuicios socioculturales, de visibilidad y activismo LGTBIQ+, de identidad, arte y política, así como de testimonios y realidades de esta comunidad que no dejan de estar sujetos a procesos de normalización de conductas discriminatorias y violentas que ha sucedido a lo largo de la historia y sigue sucediendo. Sin embargo, durante estos últimos años el dragqueenismo ha ido apareciendo con más frecuencia en nuestro país y se ha convertido en un arte que propone el transformismo como acto de rebeldía y de diversión.

Pues el dragqueenismo problematiza en su performance las características atribuidas a las distintas masculinidades y feminidades que se han construido en la clase media del Perú y que a través de la diversión, el humor o el entretenimiento en sus shows-presentaciones pone en evidencia los temores inherentes a la construcción de la masculinidad y la burla a la feminidad, creando para ello un alter ego donde se muestran a sí mismas de manera libre, siendo más lúdicas y ¿por qué no? sacando también a relucir su coquetería y sensualidad sin estar subordinada a un consumo en particular: el público masculino.

De este modo, el dragqueenismo ha demostrado tener un vínculo más

Drag King Alezzandro (@alezz.andro).

11 En el Perú, los primeros drags hacen su aparición consolidada en la escena limeña a partir de la década de 1990, muy ligados a la movida underground (Cépeda y Flores, p.20).

cercano al arte y específicamente al arte no-objetual12 que al carácter sexual atribuido, destinado específicamente a eventos de entretenimiento y shows nocturnos sexuales y clandestinos como muchas personas aún lo consideran. Y este vínculo al arte no-objetual o los no-objetualismos y la teoría de Acha no solo se da en la acción práctica de travestirse y transgredir sino también teóricamente desde la teoría queer.

La teoría queer explica que tanto el género como la sexualidad son una construcción social, preestablecida y funcional a una sociedad capitalista que se sirve de definiciones binarias para su eficiente funcionamiento. Plantea la deconstrucción de las identidades estigmatizadas, ya que estas pueden ser tantas como personas hay en el mundo. El término era utilizado como ofensa hacia homosexuales, travestis, transexuales y todas las personas que se desviaban de la norma cis-heterosexual. De alguna forma esa minoría decide apropiarse del insulto y con ello nace la teoría queer, que empieza a consolidarse alrededor de 1990, con la publicación del libro Problemas de Género de Judith Butler.

En general, es un conjunto de ideas sobre el género y las sexualidades humanas cuyo término inglés queer es usado para referirse a la diversidad sexual existente. Así el término queer como diversidad sexual, se debe a que una de sus premisas rechaza la clasificación de los individuos en categorías universales y fijas, como varón, mujer, heterosexual, homosexual, bisexual, transexual, etc., pues considera que están sujetas a restricciones impuestas por una cultura en la que la heterosexualidad es obligatoria, así como la heteronormatividad y el heteropatriarcado.

Es así que, partiendo de la teoría de la diversidad sexual, proponemos el dragqueenismo como una acción corporal planteada en los no-objetualismos pues ambos desde su diversidad sexual y artística han perdido sus diferencias poniendo al límite sus producciones.

Le Reve Japonais, performance intervención por Frau Diamanda en Cusco, Perú, 2007. Fotografía por Álvaro Romero (@fraudiamanda).

12 El no-objetualismo, concepto acuñado por el crítico peruano-mexicano Juan Acha a mediados de los 70, designa ciertas producciones artísticas creadas en Latinoamérica, que surgen como respuesta a los efectos alienantes del capitalismo de posguerra, socialmente identificables en fenómenos como el consumismo y la expansión de los medios masivos de información. Globalmente, el noobjetualismo está asociado a ciertas formas desmaterializadas del arte, tales como el arte conceptual, el arte de archivo, la performance, las intervenciones urbanas, el arte experimental, entre otros que distan de ser derivaciones o compañeros de la pintura. Juan Acha las dividió en cuatro categorías: Conceptos o arte conceptual (arte lenguaje, arte de procesos, arte informático y ready made), Espacios y materiales (ambientaciones, arte pobre, arte térreo y arte de sistemas), Acciones corporales (eventos, actuaciones y arte corporal) e Imágenes lumínicas y electrónicas (proyecciones múltiples, cine artístico visual y video). (Acha, pp.139-140).

«(...) el arte de acciones corporales es producto de la crisis actual del arte. Y en buena cuenta esta crisis consiste en la desaparición de los límites establecidos por la cultura occidental entre el arte como facultad humana (o actividad sensitiva diaria), que se concreta en determinadas condiciones sociales, y el arte como fenómeno sociocultural con milenios de cambios y de constantes que hoy, profesionalizados, zozobran en un mundo colmado de las más dispares diferencias, como zozobran también toda designación idiomática de arte o de obra de arte.» (pp.164-165)

Ante estas diferencias y diversidad, muchos artistas han combinado todas estas acciones con elementos que van más allá del uso de elementos corporales propio del happening, performance y body art para, de acuerdo con Acha (2012), «llevar su no-objetualismo a las últimas consecuencias y producir nuevas manifestaciones artísticas» (p.160), como lo sería el dragqueenismo. No obstante y para terminar, muchas de las nuevas producciones que surgieron como el cabaret, las variedades, el striptease y la pantomima, que son, además, más afines al arte de acciones corporales, e incluyendo el dragqueenismo, que incluso toma como referencia a dichas producciones culturales y artísticas, carecían de la dignidad cultural necesaria para poder considerarlas como parte del arte y hasta de los no-objetualismos, quedándose básicamente como eventos de espectáculos y shows de entretenimiento nocturno pero más aun manteniendo muchas veces su condición de clandestinidad relacionado a lo sexual como hemos podido ver. Por ello, nos es pertinente reivindicar estos espectáculos y shows queer como parte de las nuevas manifestaciones artísticas que Juan Acha profesaba y en su momento no fueron apreciadas y valoradas, además, con el segundo objetivo de visibilizar y tener registro de estas producciones artísticas latinoamericanas. Pues éstas tienen carácter transgresor, estético y artístico al igual que muchas otras performances y prácticas artísticas que se han realizado a lo largo de la historia del arte.

Virgen (aparición para vestir) - detalle. Artesano cusqueño, 2006. Fotografía por Antonio Núñez Jiménez. Museo Travesti del Perú.

• Acha, Juan. (2012). Arte y sociedad latinoamericana: El producto artístico y su estructura. México: Trillas. Pp. 139-186. • Anton von Maron. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Anton_von_Maron • Caro Romero, Felipe César Camilo.(2020). Más allá de Stonewall: El Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia y las redes de activismo internacional, 1976-1989. Historia Crítica, núm. 75, pp.93-114. Recuperado de: https://www. researchgate.net/publication/338613565_Mas_alla_de_Stonewall_el_Movimiento_de_Liberacion_Homosexual_de_Colombia_y_las_redes_de_activismo_internacional_1976-1989 • Cépeda, Mario y Flores, Ximena. (2011). Terrorismo de género: aproximaciones al movimiento drag en Lima. Revistas PUCP, Collections Anthropía, Núm. 9, pp.16-27.

Recuperado de: http://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/77974 • Drag queen. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Drag_queen • González, C.O. (2001). La identidad gay: una identidad en tensión. Una forma para comprender el mundo de los homosexuales. Desacatos, núm. 6, primavera-verano, pp. 97-110 Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social. Distrito Federal, México. • Johann Joachim Winckelmann. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Johann_Joachim_Winckelmann • Llorca Díaz, Ángeles. (1996). La teoría de intersexualidad de Magnus Hirschfeld: los estadios sexuales intermedios. Anuario de sexología, núm. 2, pp. 59-67.

Recuperado de: https://sexologiaenredessociales.files.wordpress.com/2013/08/a2-4llorca.pdf • Magnus Hirschfeld. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Magnus_Hirschfeld • Rubens, Pedro Pablo (y taller). Aquiles descubierto entre las hijas de Licomedes, 1630-1635. Museo Nacional del Prado. Recuperado de: https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/aquiles-descubierto-entre-las-hijas-de-licomedes/754 91513-370c-45db-ad48-86b10e1a59f5?searchMeta=aquiles%20entre%20las%20 hijas%20de%20licomedes • Travestir. Real Academia Española. Recuperado de: https://dle.rae.es/travestir?m=form • Villanueva Jordán, Iván Alejandro (2014). Poética y política del dragqueenismo limeño: Discursos y performance legitimadores. (Maestría). PUCP, Lima. Recuperado de: http://hdl.handle.net/20.500.12404/5635

This article is from: