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Sentires y sueños en migración, por Marco Antonio Ordaz González
Sentires y sueños en migración
texto y foto: Marco Antonio Ordaz González
Marco Antonio y sus padres.
Mi familia es peculiar: somos una chica bisexual peruana, un niño de cuatro años peruano dice que es de Caracas, un gato llamado Gary y yo, un chico transmasculino venezolano. Esta es la familia que conocí y empecé a amar aquí en Perú. Yo amo mucho y lo hago igual, aunque tal vez para el resto del mundo no sea válido.
Nací en Caracas y viví en Carúpano desde los cinco años. Un pueblo de la costa de Venezuela donde «la vida es más sabrosa». En el 2015 me fui porque iba a presentarme a la universidad. Me puse a estudiar y cuando me presenté quedé en dos carreras. La universidad de allá es bien polémica porque es una universidad autónoma. Cuando entrábamos a huelga nos lanzaban bombas lacrimógenas. Allá estudiaba Cine y ya estaba en 4to ciclo. Tenía trabajo y ganaba tres o cuatro veces más que una persona promedio, pero la plata no alcanzaba para nada. Pude seguir por allá, pero decidí venir a Lima.
Vivo en Lima hace tres años. Viví casi todo el tiempo en el Callao, hace algunos meses vine junto a mi familia a Villa María del Triunfo. En casa tenemos rutinas y siempre hay música. Cuando se es padre, o padrastro, hay que hacer lo mejor que se pueda para que ese niño sea feliz y aprenda formas de afrontar la vida cuando sea grande. Trabajo, leo y veo videos de todas las cosas que me interesan para nunca dejar de aprender, soy muy curioso. Siento que me estoy convirtiendo en una mezcolanza de Francisco y Yahaira, mi carácter y mi día a día es un yo siendo Francisco con la cara de mi mamá y el corazón de ambos.
Extraño a mis padres y amigos que siguen allá en Venezuela, también extraño el clima, la comodidad de habitar la cultura de mi tierra y la facilidad de movilizarme entre sus calles. Antes era mucho más hermético, un poco más frío a la hora de tocar cualquier tema. Colocaba mi trabajo por encima de todo y eso me trajo consecuencias. La gran diferencia es que ahora he podido conocerme y me he dado la oportunidad de amar, de crear vínculos de amistad sin prejuicios.
Las cosas cambiaron cuando fui a una reunión de transmasculinos. Había muchos, era la primera vez en mi vida que veía tantos chicos trans y bueno, ahí les conocí a todes. Entendí que no estoy solo, y que había muchas cosas que no conozco de la vida, de la sexualidad y de la empatía. Algunos de ellos ahora son mis amigos. Después de eso pasaron muchas cosas que me mostraron que sentir es válido. Ahora estoy conociendo verdaderamente la empatía y eso ha cambiado mi vida entera, en serio no es cursilería. Creo que donde ellos estén estaré seguro.
Ahora mismo tengo miedo porque ningún panorama político me agrada y todo lo que he vivido aquí me dice que existe mucho resentimiento entre los mismos peruanos. Hay toda una guerra entre limeño y provinciano. Incluso más que eso, es contra la diversidad, porque no solo está en lo LGBTIQ+ y eso aún no lo ve ningún partido.
Quiero estar en un sitio seguro y agradable para mí y mi familia, si no es aquí será en otro país. Me encantaría montar un lugar de encuentro, donde puedas pasar el rato, tomar algo y escuchar poesía y música en vivo. Me lo imagino con un huerto urbano que permita tener elementos frescos en la comida y también con productos de otros compañeres, como postres y bebidas artesanales.
Creo que el amor es lo que mueve al mundo, por eso sigo. Cuando todo esté mal, hay que amar. Amar con todas las fuerzas, amar desde el alma. / /