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El cuerpo miente, por BPM
MICRORRELATO
El cuerpo miente
escribe: BPM
Cuando me masturbo no toco un clítoris sino un pene. Es más o menos grueso. No es tan grande. Tiene el color de mis brazos y encaja perfecto en mis manos. Su cabeza es suavecita. Segrega el líquido transparente que los penes escupen cuando se excitan. Cierro los ojos y encojo los pies. Eyacula semen en fragmentos.
Hace unos días mirando a S en mi cama, mientras me bajaba el elástico para sacarme el dildo y echarme a su lado, le dije:
- Cuando te lo meto siento que de verdad es una parte de mí. - No digas eso. Claro que eres tú. El cuerpo miente.
Comentario (por Gia Lujuria):
El título de este microrrelato resume en tres palabras un mantra que las personas trans llevamos a todos lados cuando reflexionamos sobre nuestros cuerpos, o cuando nos embargan las inseguridades.
Como persona trans, me gusta la apropiación de los nombres de nuestros genitales, como rebeldía al género y la castración de nuestros cuerpos. Me recuerda a cuando las trans nos referimos a nuestros penes como «clítoris» sobre desarrollados. Efectivamente, el cuerpo miente, pero más lo hace la sociedad y la cultura machista-conservadora, que nos obliga a asimilarnos a «cuerpos no correspondientes», roles heterosexuales y géneros binarios, como si fueran verdades absolutas.
Me gusta también cómo BPM hace referencia explícita a su clítoris, sin duda una de las partes de los cuerpos socialmente asumidos femeninos, más invisibilizada y prohibida; cómo revierte la masculinidad que se le impone a un pene, o a la negación de una posible masculinidad a un cuerpo con vulva. También podemos romper con las imposiciones que la sociedad aplica sobre nuestros cuerpos, a través de la poesía. Como una forma implícita de escupir nuestra rebeldía y libertad sobre las reglas biologicistas.
Esa irruptora aclaración de decir «Cuando me masturbo no toco un clítoris sino un pene», no es más que una reafirmación de una de mis frases personales favoritas: «Tu placer es político», otro de mis mantras. Este microrrelato nos insta a disfrutar de nuestro placer y a llamar o distinguir a las partes de nuestro cuerpo como mejor queramos, a nosotrxs mismxs desbaratar esas mentiras que el cuerpo nos cuenta. / /