2 minute read

Por fin vuelves, por Ken Rugra

Por fin vuelves

escribe: Ken Rugra

Y hoy regresas a mí, con tu sonrisa tristona, con la que armas mis sentidos rotos, aquellos que estuvieron guardados y vieron pasar muchas fiestas sin tu compañía.

Y regresas a mí, con tu sonrisa sincera, aquella que me dice que no tema, que por fin podremos combatir juntos, que hoy serás solo para estar en mis sueños.

Y regresas a mí, con tu sonrisa clandestina, con la que mantiene en calma mis fantasmas y demonios ya algo cansados por perseguirte como sabuesos de la noche, cuando me siento tan solo sin tus besos.

Y solo regresas a mi con tu sonrisa nocturna, en esa tez cual noche oscura, con cierta esperanza vacía de no tenerte.

¡Sí! Por fin, hoy regresas a mí, con tu sonrisa de niño bueno, la que dice que ya no soy otra vez parte de tu tonto juego, con la que me enamoras, me destruyes y me mientes cuando dices que ya no te marcharás otra vez, cuando solo es para irte lejos sin mirar atrás una vez más.

Sí, hoy regresas a mí, por fin puedo escuchar tu dulce voz, como las notas compuestas por los arcoíris que provocas en mi interior al tocarme con tu tierna calidez y Tu voz, la que me llama por la noche de luna llena y con la cual podría quedar ciego al ver tus ojos cual miel fresca.

Tu voz, aquella música paulatina que conquista mis odios y la que hace que me quede rendido ante los susurros a mis oídos.

Tu voz, cual cántico de guerra, me avisa que debo prepararme para sufrir y esperar que mis tropas sean exterminadas, para que tú entres en mi castillo saques mis tesoros ocultos y me dejes vacío y en una crisis a punto de morir a la espera de regreso de tus besos, mi amor prohibido.

Y hoy por fin regresas, luego de mil noches vagando por un río lleno de estrellas y cometas, hoy por fin apareces cuando la luna ilumina el sendero, hoy por fin puedo ir a tu encuentro para dejar que me llenes con tus eclipsados besos.

Hoy llegas como si no hubiera pasado nada, pero aún tengo miedo de susurrarte que aún te pienso, que en mis sueños te veo, que eres tú con quien calmo mis más íntimos deseos, que me gustas y que eres el lucero que me guía cuando descubro mi cuerpo, y que sigo con miedo, miedo de amarte, miedo de que me digas que no estoy en tus sueños, que ya seas parte de otra arte, miedo que ya no me ames pero lo que más tengo miedo es que me grites sin lágrimas en los ojos que deje por fin de extrañarte.

This article is from: