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Editorial
from Revista AQUA 265
REVISTA AQUA quaForum Puerto Montt 2022 tuvo grandes figuras internacionales invitadas incluyendo a la presidenta de la Global Salmon Initiative, Sophie Ryan; el embajador de Noruega en Chile, Jostein Leiro; y el representante de Aquafil Chile, Sasa Muminovic, quienes dieron vida a un foro que ha sido elogiado por quienes tuvieron la oportunidad de estar presentes.A Dentro de los expositores nacionales, una de las presentaciones más esperadas y que mayor impacto causó fue la del subsecretario de Pesca y Acuicultura, Julio Salas, quien expresó durante su discurso de apertura que “como Gobierno nos interesa abrir un diálogo de cuál es la estrategia de desarrollo que la industria acuícola está pensando para los próximos 20 o 30 años. Es decir, queremos conversar sobre cuáles son los desafíos que enfrenta este sector productivo y cuáles son los imperativos regulatorios indispensables, para que el sector sea sustentable y sostenible en el largo plazo”. El subsecretario explicó que la manera de materializar estas conversaciones será a través de “avanzar en una mejora legislativa o una Ley General de Acuicultura, para ser presentada como proyecto de ley en el último trimestre de 2023”. Esta declaración ha generado dos impresiones distintas en diversos actores de la industria. La primera es de escepticismo respecto al proceso y a lo que una nueva legislación pueda implicar, debido a que esto generaría un nuevo ordenamiento, en el amplio sentido de la palabra, de la acuicultura nacional, lo que por supuesto decantará en algunos que queden más conformes que otros con lo que sea entregado al final del día.
La otra es más bien optimista. Las palabras del subsecretario entregaron la perspectiva de que desde el punto de vista del Gobierno, la salmonicultura seguirá existiendo en el largo plazo, creando una ley ad hoc que permitiría el desarrollo sustentable y sostenible de la actividad. Para la industria esta es una oportunidad de oro para poner sobre la mesa las necesidades legislativas y de apoyo del Estado que tienen para su continuo desarrollo competitivo que nos permita mantener el lugar de liderazgo a nivel mundial, pudiendo con esto crecer para poder satisfacer la demanda de alimentos sanos y nutritivos para el mundo. En este sentido se podrá generar un nuevo ordenamiento de concesiones que sean de áreas más grandes y más alejadas entre sí, con un ordenamiento basado en ciencia que a la vez permita un cultivo con un menor impacto en el medio ambiente y con mejores condiciones para el bienestar animal. Esto, por supuesto, también significará un mayor esfuerzo de la industria para mostrarse con una operación sustentable y que puede convivir con otras actividades productivas, como son la pesca artesanal y la mitilicultura; o culturales, como son las llevadas a cabo por los pueblos originarios o los habitantes de la extensa costa donde se lleva a cabo la producción. En diciembre comenzarán las mesas de trabajo que decantarán en una nueva Ley de Acuicultura, y se espera que la colaboración público privada sea nuevamente motivo de orgullo para que nazca desde ahí un texto que permita el desarrollo de una industria con una ley pensada en el siglo XXI.