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Agua y minería del litio

Agua

y minería del litio

En este primer capítulo discutiremos los temas asociados al uso del recurso hídrico en la explotación del litio en el Salar de Atacama, aunque los elementos de discusión son igualmente válidos para la explotación de otros salares en el futuro (como, por ejemplo, el Salar de Maricunga). Para entender los potenciales impactos de la explotación del litio en el Salar de Atacama se debe tener en primer lugar una visión holística de la cuenca. Esto, pues no puede comprenderse el impacto de dicha explotación sobre el recurso hídrico si no se analizan y controlan los impactos de los restantes actores de la cuenca, así como las interacciones de todos los subsistemas que la componen. En la figura 1 se aprecia de forma conceptual la cuenca del Salar de Atacama, donde se destacan los principales usuarios del agua. Entre estos se encuentran: el turismo, la actividad silvoagropecuaria, el consumo residencial, y la extracción de agua para la minería del cobre y del

Por Juan Ignacio Guzmán, académico del Departamento de Ingeniería de Minería de la Pontificia Universidad Católica.

potasio/litio. En este último caso, dos empresas (SQM y Albemarle) consumen agua para sus procesos industriales desde acuíferos ubicados en la cuenca. Sin embargo, dichos acuíferos se encuentran en el borde este-sur del salar, y están desconectados de los acuíferos ubicados en las zonas más pobladas, particularmente en San Pedro de Atacama. De este punto de vista podemos pensar en las salmueras bajo el núcleo del salar y las lagunas hipersalinas como subsistemas conectados entre sí, pero desconectados a su vez de otros subsistemas de la cuenca, como

Cuenca del Salar de Atacama y usuarios de agua.

En este primer capítulo se discute la problemática del cambio climático sobre la disponibilidad del agua en la cuenca del Salar de Atacama y el rol que juega la minería del litio.

Índice de estrés hídrico en la cuenca del Salar de Atacama según aporte de usuarios San Pedro de Atacama. Lo anterior es clave de entender, porque dentro de las críticas que ha recibido la explotación del litio en el Salar de Atacama se encuentra el que estas operaciones dejarían sin agua a los pobladores de la cuenca. Esto, no obstante, es una percepción que surge de una base errónea ya que asume que los acuíferos afectados por la explotación del litio han afectado del país, es el cambio climático. De hecho, desde 1940 (prácticamente 40 años antes que se iniciaría la explotación de agua para la minería del litio) el caudal de los ríos San Pedro y Vilama ha disminuido en más de 44% (tendencia que fue más pronunciada entre 1940 y 1980). Los modelos de cambio climático que posee Chile proyectan que esta situación seguiría intensificándose las próximas

A nivel científico es claro que el gran responsable de la creciente sequía en la cuenca del Salar de Atacama, así como en gran parte de las zonas norte y centro del país, es el cambio climático.

a los demás acuíferos de la cuenca. A nivel científico es claro que el gran responsable de la creciente sequía en la cuenca del Salar de Atacama, así como en gran parte de las zonas norte y centro décadas, lo que genera una problemática real asociada a la escasez de agua en la cuenca, soportando de esta forma la realidad sufrida por las comunidades locales y los demás actores relevantes de la cuenca. La escasez de agua, sin embargo, no es un problema contingente solo al mundo industrial moderno, sino que más bien es algo con lo cual los pobladores de la cuenca del Salar de Atacama han tenido que luchar a lo largo de su historia. Hoy se reconoce que al menos en dos instancias anteriores en el Holoceno (entre 6.000 y 1.500 años antes de Cristo y hacia el año 1.000 d. C.) en el que la cuenca del Salar de Atacama ha atravesado por sequías tan pronunciadas que secaron completamente las lagunas hipersalinas que hoy sustentan una biodiversidad única, obligando a las tribus indígenas a abandonar la cuenca durante un tiempo prolongado. Precisamente con la esperanza de combatir el cambio climático mundial es que la industria del litio se proyecta como una industria del futuro. Esto, debido a que el uso de este commodity para la electromovilidad permitirá reducir las emisiones de gases invernadero, contribuyendo a la reducción de la temperatura de la tierra y con esto a la sequía que amenaza a una parte significativa del planeta habitado. Como muestro con un grupo de coautores de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en un artículo científico reciente, el estrés hídrico de la cuenca del Salar de Atacama

ha aumentado en las últimas dos décadas. Dicho crecimiento se ha debido fundamentalmente a un aumento en el consumo del recurso hídrico en la cuenca, más que a una caída en las precipitaciones. No obstante, la minería del litio utiliza hoy menos del 10% del agua que se consume en la cuenca y en las últimas décadas el incremento en dicha extracción ha variado poco. De hecho, el uso del agua para actividades silvoagropecuarias, así como de un turismo creciente en la zona, junto con el aumento en la extracción de agua de la minería metálica, explican el 78,6% del mayor consumo evidenciado entre el año 2002 y 2017. Más aún, cuando se considera el agua caída en forma de precipitaciones en la cuenca del Salar que se gatilla producto de la operación de salmueras a partir de las operaciones de SQM y Albemarle, no se puede descartar incluso que el impacto neto de las operaciones del litio genere en la cuenca más agua que la que extrae. En la figura 2 se presenta una estimación realizada en el artículo antes mencionado del índice de estrés hídrico de la cuenca Salar de Atacama, donde queda en evidencia cómo la minería del litio ha contribuido o bien de forma positiva o, en el peor de los casos, solo marginalmente negativa al estrés de la cuenca. Lo anterior demuestra que la minería del litio cuando mucho es parte del problema de la escasez hídrica de la zona, pero en ningún caso es la responsable de dicha escasez. Anuncios recientes realizados por una de las empresas productoras de litio en el Salar de Atacama (SQM), tendientes a reducir la extracción de salmueras y el consumo de agua, van en la dirección requerida por la industria de la electromovilidad para posicionar de esta forma al Salar de Atacama como el recurso más sustentable del mundo. No obstante, ningún esfuerzo que realicen los productores del litio resolverá la problemática de la escasez del agua en la cuenca del Salar de Atacama. Para esto, y para otras cuencas del país que sufren de una problemática similar, se requiere de una planificación y gestión integrada que permita a todos los actores relevantes (residentes, agrícolas, turismo, minería) enfrentar coordinadamente la crisis del cambio climático, en la cual el litio del Salar de Atacama está llamado a cumplir un rol destacado a nivel mundial.

“Con la esperanza de combatir el cambio climático mundial es que la industria del litio se proyecta como una industria del futuro”, analiza Juan Ignacio Guzmán.

 Mitos y verdades

• La salmuera es agua. La salmuera por definición no es agua, sino que un líquido compuesto de una mezcla de agua con sales, donde estas últimas pueden alcanzar el 29% del peso total. Es decir, la salmuera del Salar de Atacama es casi 10 veces más salina que el agua de mar, por lo que su consumo no es apropiado para el ser humano, animales o plantas. • La salmuera y el agua se mezclan. Debido a su distinta densidad la salmuera y el agua en

general no se mezclan, salvo en una región conocida como la interfaz salina. Esto explica por qué la salmuera bajo el núcleo del Salar de Atacama coexiste en equilibrio con el agua hipersalina de las lagunas aledañas. • No existe recarga de agua en el Salar de

Atacama. Esto es falso, ya que distintos estudios científicos demuestran que el Salar de Atacama posee una recarga en función de las precipitaciones y una recarga lateral subterránea.

REFERENCIAS COMPLEMENTARIAS: Para un estudio en profundidad del impacto de la explotación del litio en el Salar de Atacama sobre el ciclo hidrológico de la cuenca véase Guzmán, J.I., Faúndez, P., Jara, J. y Retamal, C. (2021). Role of lithium mining on the hydrological cycle of the Salar de Atacama basin. Working paper, Pontificia Universidad Católica de Chile.

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AVA MONTAJES ES RECONOCIDA ENTRE LAS “MEJORES EMPRESAS CHILENAS 2020-2021”

La compañía nacional, fundada en 1990, fue incluida en el selecto grupo de 40 compañías destacadas por Deloi e en conjunto con el Banco Santander y la Universidad Adolfo Ibáñez. Además fue distinguida por el Ministerio de Bienes Nacionales tras cumplir su compromiso de instalar un centro de trabajo en Calama.

Una sólida cultura organizacional y la fortaleza de sus pilares como compañía, que le permitieron sortear exitosamente los complejos desafíos que impuso la pandemia de COVID-19, fueron las razones que motivaron a Deloitte, junto al Banco Santander y la Universidad Adolfo Ibáñez, a reconocer a Ingeniería AVA Montajes dentro de las “Mejores Empresas Chilenas 2020-2021”.

Enmarcado en un programa internacional presente en 16 países, la distinción busca galardonar la excelencia de las firmas locales medianas y grandes que no están listadas en bolsa.

A nivel nacional las tres instituciones mencionadas evalúan a las empresas en base a cuatro pilares: Estrategia; Capacidades e Innovación; Cultura y Compromiso, y Gobierno Corporativo y Finanzas.

CONTEXTO COMPLEJO

La versión 2020-2021 estuvo marcada por cómo las compañías lograron sobreponerse ante las dificultades que presentó la pandemia, y la incertidumbre en materia económica y de seguridad para las personas.

“En nuestro caso, quienes nos evaluaron se enfocaron principalmente en nuestra cultura organizacional para administrar el capital humano. Ésta nos permitió darle continuidad a las operaciones y cumplir con nuestros clientes, sin generar focos de contagio”, señala Alejandro Vega, Gerente General de Ingeniería AVA Montajes.

Fue asimismo valorada su condición de empresa regional, la que a través de su casa central en Hualpén, Región del Biobío, y sus oficinas en Los Andes y Calama e Iquique, provee de servicios a la gran minería en proyectos EPC, greenfield y brownfield, precomisionamiento, comisionamiento y puesta en marcha.

“Precisamente, estar cerca de nuestros clientes es uno de nuestros principales pilares y un elemento diferenciador en la industria, que en el contexto del COVID, nos permitió coordinarnos con ellos en muy buenos términos para implementar las medidas pertinentes en cada obra, logrando el cumplimiento de los plazos y cronogramas pese a los nuevos desafíos a los que nos enfrentó la pandemia”, indica Vega.

DESAFÍOS SUPERADOS

El ejecutivo recuerda que al momento de la llegada del COVID-19 a Chile, la compañía se encontraba en plena ejecución del tercer espesador para Minera Collahuasi, con una dotación de 1.100 trabajadores a 4.200 msnm. “Se trata del primero que se construye a nivel mundial con pendiente de 25%. Ya está en etapa de terminaciones para que entre en operaciones en abril”, precisa Vega.

Además, estaba a cargo de la planta de carbonato de litio de Albemarle, la más grande del mundo, con 700 trabajadores, mientras participaba también en el proyecto SGO-Servicios Misceláneos para Minera Spence de BHP, con otros 400 empleados.

“Son cerca de 2 mil trabajadores que siguen integrando nuestra firma pese a la pandemia. Ha sido un gran desafío la logística para trasladarlos a los lugares de trabajo, desde distintos puntos del país, y evitar contagios”, resalta Vega.

Destaca que la compañía creó un Comité COVID para analizar semanalmente el desarrollo de las faenas. “Gracias a la preparación con la que contamos, por ejemplo en temas tecnológicos y de comunicaciones, logramos una gestión eficiente. Pudimos evidenciar la solidez de los pilares que teníamos como compañía, lo que nos ayudó a enfrentar lo que vivimos el año pasado y el presente”, sostiene.

INSTALACIONES EN CALAMA

Además de integrar el grupo de las “Mejores Empresas Chilenas 2020-2021”, el Ministerio de Bienes Nacionales reconoció a la firma por haber cumplido con los compromisos asumidos en el proyecto presentado en 2005 para postular a unos terrenos en el sector industrial de Calama. El propio ministro, Julio Isamit, visitó sus instalaciones en dicha ciudad de la Región de Antofagasta.

“Fuimos una de las primeras empresas anclas que llegó al sector, que en ese entonces era solo desierto y que hoy está lleno de industrias”, dice Vega.

Agrega que “quisimos apostar por la ciudad e invertir donde se produce y se genera el trabajo. Por ello instalamos allí nuestro centro de gestión con oficina de operaciones, galpones, casino y sala de capacitación”.

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