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Pensar la didáctica de la lengua y la literatura en un paradigma de transición Por Carlos Sánchez Lozano
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Resumen La latente presencia de las TIC y la forma como estas afectan los textos, los modos de leerlos y escribirlos, exigen pensar diversos cambios en la formación de docentes de pregrado y en ejercicio. Este ensayo hace una reflexión básica sobre los nuevos retos que implica ser maestro de lengua castellana y literatura. Palabras clave Didáctica de la lengua y la literatura – Pedagogía crítica – TIC – Formación de docentes Nuevo entorno, nuevos desafíos Colombia está viviendo un notorio cambio educativo. En la segunda década del siglo XXI se hace visible el choque entre dos variables centrales que utiliza el Estado para medir el impacto de sus políticas públicas en educación: cobertura y calidad. Las cifras indican que en educación básica (es decir, hasta noveno grado) se ha alcanzado una cobertura del 99 por ciento (Ministerio de Educación Nacional, 2014). Ello implica que, incluso en las regiones con menor PIB y difíciles condiciones de acceso físico, hay una institución educativa estatal que responde porque se cumpla el mandato constitucional: “La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura” (Constitución Nacional, artículo 67). Diversos analistas han indicado que si bien esto es un logro, la calidad de la educación – sobre todo pública- deja mucho que desear. Uno de estos expertos –exministro de Hacienda- es enfático: La mayoría de los muchachos de Colombia no aprenden nada o casi nada en la escuela y de allí salen ignorantes a su vida laboral, incapaces de mejorar sus condiciones de vida, condenados a la pobreza. El sistema educativo colombiano, que gasta billones de pesos, emplea a cientos de miles de maestros
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Profesor de la Universidad Santo Tomás. Correo: cslozano@gmail.com
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y acapara los mejores años de vida de millones de jóvenes, es un fracaso. (Montenegro, 2014). La calidad de la educación de un país determina, en un entorno globalizado, no solo su posición estratégica en economías competitivas, sino su avance democrático. A mayor calidad de la educación, mayor calidad de vida y mayor nivel de conciencia para ejercer la ciudadanía y la participación. Colombia, en este sentido, se ha quedado rezagada. Los penosos resultados obtenidos en la Prueba Internacional Pisa de 2012, así lo atestiguan. Entre 65 países participantes, Colombia ha ocupado el puesto 57 en lectura, 62 en matemática y 59 en ciencias naturales (Icfes, 2013, página, 45). Es evidente, entonces, la necesidad de proponer un cambio. Un cambio que parta de una reflexión rigurosa sobre lo que está pasando en varios niveles de la educación colombiana y que ese conjunto de expertos emita un conjunto de medidas urgentes para superar el capítulo anterior. Uno de esos cambios conlleva a la urgencia de revisar la formación de maestros en pregrado y la de quienes están en ejercicio. Las TIC y la formación de docentes de lenguaje y literatura En el caso de la Licenciatura a Distancia en Lengua Castellana y Literatura de la Universidad Santo Tomás también deberemos reflexionar alrededor de la pregunta: “¿Qué esperamos que sea un maestro de lenguaje y literatura hoy”. Es una pregunta compleja que tendremos que resolver entre todos los actores de este proceso: directivos, docentes, estudiantes, autoridades estatales. Pero quisiera adelantar una condición que, desde mi perspectiva, es necesario valorar ya: hemos entrado desde hace una década y estamos viviendo un frenético cambio con la llegada de las TIC que afecta todos los ámbitos de la educación y en particular de la enseñanza de la lengua nativa. Uno de esos bruscos cambios implica el cambio del soporte que, fundamentalmente, durante 500 años ha sido el vehículo de información y literario más poderoso con que contábamos: el libro. Ahora ya hablamos de libros electrónicos (ebooks), soportes para leerlos (las tabletas, los celulares, el computador) y, desde luego, cambios en las formas de leer y escribir. Estas son las nuevas lecturas y escrituras digitales, basadas en un entorno multimedial que incluye texto alfabético, imágenes, movimiento, sonido.
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¿Ha llegado el fin del libro analógico (impreso)? Desde luego que no y sería ingenuo pensar que un invento tan portentoso (Eco y Carriere, 2012) tenga su ocaso porque una nueva tecnología lo remplace. Ninguna creación humana de valor desaparece: se fusiona y adquiere nuevas formas de expresión. También asistimos a la presencia de inéditas formas de comunicación y de nuevas textualidades que afectan nuestros modos de aprender: las plataformas virtuales, las wikis, los blogs, los chats, los SMS, la mensajería instantánea, las redes sociales. En el caso de la Licenciatura de Lengua Castellana y Literatura es válido preguntarnos cómo las usaremos para enseñar mejor a nuestros estudiantes de educación a distancia y para que ellos, cuando sean maestros activos, las utilicen en sus aulas de clase con sus estudiantes de preescolar, primaria y secundaria. Conclusión Parece claro, en consecuencia, que visto que vivimos un nuevo paradigma, el digital, hemos de revisar nuestra formas de interactuar con él (esto no será fácil, desde luego) y asumir que como maestros tenemos que desarrollar nuevas competencias en beneficio de mejorar nuestro estilo de enseñanza. En un entorno en el que está tan desvalorizado ser maestro, habrá que pensar si el docente es un mero instrumento de políticas externas y un reproductor del sistema imperante de desigualdad y exclusión, o un agente del cambio. El maestro debe ser un activo protagonista de la sociedad, con capacidades críticas para valorar el entorno en el que trabaja. Es decir, un intelectual, empoderado de su tarea, idóneo para revisar sus propias prácticas pedagógicas y capaz de producir conocimiento, más que depender del conocimiento reproductivo ofrecido por la industria del texto escolar. Leer y escribir no son tecnologías estáticas. Lo ha dicho de modo enfático una reconocida investigadora argentina: Los verbos leer y escribir no tienen una definición unívoca. Son verbos que remiten a construcciones sociales, a actividades socialmente definidas. La relación de los hombres y mujeres con lo escrito no está dada de una vez por todas ni ha sido siempre igual: se fue construyendo en la historia. Leer no ha tenido ni tendrá la misma significación en el siglo XII y en el XXI. (Ferreiro, 2001, página 41).
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Si esto es así, será necesario prepararnos en la Licenciatura para el cambio de lo que hoy significa leer y escribir en el entorno de las TIC. La naturaleza social, filosófica y comunicativa de la Universidad así lo exigen. Bibliografía consultada MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL (2014). Estadísticas sectoriales Educación básica y media. En: http://bit.ly/LemQB2. Revisado el 27 de enero de 2014. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA (2012). Constitución política de Colombia 1991. Bogotá: Legis. MONTENEGRO A. (2014). Desastre educativo. En: http://www.elespectador.com/opinion/desastre-educativo-columna-462830. Revisado el 27 de enero de 2014. ECO, U y CARRIÈRE, J. C. (2012). Nadie acabará con los libros. Barcelona: Lumen. FERREIRO E. (2001). “Pasado y futuro del verbo leer”. En: Pasado y presente de los verbos leer y escribir. México: Fondo de Cultura Económica ICFES (2013). Colombia en Pisa 2012. Informe nacional de resultados. Resumen ejecutivo. En: http://bit.ly/1huhn2r. Consultado el 28 de enero de 2014.