Leer, interpretar y hacer poesía en el aula Juan Sánchez-Enciso El autor se inclina por un enfoque holístico de la enseñanza de la poesía. Procura convertir el aula en un espacio literario vivo, negociado y centrado en el alumno y la alumna, en sus emociones estéticas, emociones que el proceso didáctico deberá respetar para poder ampliarlas y enriquecerlas. Leer poemas, indagar individualmente y colectivamente su sentido, crearlos o recrearlos, expresar los propios sentimientos... El docente abandona el papel transmisor, divulgador -con más o menos éxito- de supuestas "verdades críticas" incuestionables y se convierte en facilitador de experiencias artísticas centradas en el placer de la palabra y en la búsqueda, siempre parcial y problemática, de sus fundamentos. *
De modelos didácticos y prácticas en el aula
Como ya sabemos, hay un modelo académico de la enseñanza de la poesía, mayoritario entre el profesorado de lengua, , al igual que hay un modelo académico de la enseñanza de la literatura. Dicho modelo se basa en la contextualización histórica de movimientos, autores y textos y en el comentario de textos, y suele plasmarse en el aula en la explicación cronológica, generalmente sucesiva, de periodos históricos, concepciones dominantes de la literatura, autores y obras. Como complemento se trabajan textos literarios -completos o fragmentarios- que habitualmente confirman el marco teórico y permiten descubrir aspectos artísticos de la literatura. Se entrena al alumnado, básicamente, a estudiar periodos y aislar los rasgos argumentales, temáticos y estilísticos que confirman la ubicación de los textos comentados en un género literario y un contexto histórico y artístico. Los textos han sido seleccionados para que esta inclusión no resulte problemática, y a menudo se llega a una precisión entomológica: la "especie" poema amoroso del Siglo de Oro contiene todos los atributos que en la clase teórica sobre el Siglo de Oro habíamos procurado que presentara. Este trabajo tiene interés, porque estimula la capacidad de identificación, análisis de variables y síntesis, pero -pienso- se pierde la conciencia del poema como arte, como totalidad estética; es decir, a pesar de que utilizamos procedimientos para la valoración artística de una obra, obtenemos un resultado que poco tiene que ver con la naturaleza de lo artístico. El alumnado acaba identificando comentar un texto con una actividad de "pesca": una metáfora por aquí, un juego de palabras por allí... Es como si quisiéramos sensibilizar a alguien hacia la naturaleza y ante un paisaje espléndido le pidiéramos que focalizara un árbol, una nube densa o un campo de trigo. Es evidente que esto debería constituir una segunda fase del análisis. La primera -disfrutar, emocionarse, aprehender el paraje- sí que es mucho más que una simple yuxtaposición de elementos. No queremos caer en fáciles antinomias, ni estamos descalificando la historia literaria ni el comentario de textos. No queremos una clase de literatura ingenua, ni bárbara. Es un problema de secuenciación (cuándo lo hacemos) y de forma (cómo lo hacemos). En mi opinión, lo que hace que el alumnado se desinterese de la poesía y de la literatura en general, e incluso las odie, es el hecho de proporcionarle un montón de datos históricos y estéticos y de criterios de valor sobre objetos inicialmente extraños (un poema, el capítulo de una novela, etc.), cuyo sentido no ve claro y que parecen justificarse por su misma