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Muerte de su padre ........................................................................ 44/46
hacía cada vez más profundo. Tuvo entonces la impresión de percibir una voz que dulcemente le llamaba; prestó atención y en pocos instantes vio una magnífica estrella encima de él que chispeaba con mil fuegos. Esta estrella se puso a brillar después sobre su frente y durante esta extraordinaria visión, unas voces cantaban para él maravillosos cánticos celestiales, que le llevaron poco a poco a un estado de éxtasis y armonía interior excepcionales. Fue en ese preciso momento cuando sintió un gran poder divino inundar todo su ser, y así, totalmente inmerso en un océano de amor y luz, fue transfigurado, mientras recibía definitivamente la confirmación de su misión divina.
Alrededor de sus veinte años le fue conferida su primera gran iniciación en el templo de Makyo Sanji en Itsumi. Después, tres meses más tarde, tuvo su segunda iniciación en Nara, en el santuario de To-Dai-Ji que era un centro importante de la secta Kegon. Esto no debe extrañarnos ya que Kukai, como todos los grandes iluminados, poseía una gran agilidad de espíritu, que le permitía tomar aquello que era bueno, donde era posible, a fin de reunirlo todo en una síntesis armoniosa. Por otra parte, la secta Kegon, derivada de la doctrina de Avatamsa (el gran vehículo), era portadora de una cierta influencia esotérica.
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Además, las sectas Kegon y Shingon, emanadas del Yogakaria, incluyen el reconocimiento común de una entidad suprema: Dainichi Mahavairocana. En fin y cerrando este triángulo sagrado, otra iniciación fue transmitida a Kukai en el templo de Kumadera en el Dai-Nikkyo (Nara). Este templo enseñaba el esoterismo pero en un débil grado; de ahí, se dice, que Kukai descubrió un ejemplar del Dainichikyo (Mahavairocana-Sutra}, que no pudo traducir perfectamente, lo que le impulsó aún con más fuerza a partir hacia China. Como todos los hermanos avanzados sobre el sendero de la tradición mística, Kukai tuvo que someterse a un largo período de preparación y de iniciación (Iniciación quiere decir aquí extensión progresiva de la conciencia divina). Este período precede generalmente a un importante trabajo de servicio a la Humanidad sufriente. Kukai partió por ello hacia el sur del Japón, hacia la bella isla de Shikoku, al cabo de Misaki, para estudiar los altos preceptos del confucionismo, acabando por convertirse definitivamente al buddhismo. Antes de hacerse ermitaño, decía a menudo al ver las riquezas de los burgueses: jAgua! .Todo ello es sólo agua!, pues la riqueza, como el agua de un estanque, reflejan ambas la ilusión. La miseria espiritual y material de los seres que fue la tela de fondo de toda su juventud, le incitó a meditar sobre las posibilidades de un mejoramiento de la vida, a menudo trágica, de sus hermanos. Y así, queriendo con toda su alma descubrir las leyes que rigen la vida de los seres, se hizo ermitaño.
Las crónicas no se ponen de acuerdo al establecer exactamente las actividades de Kukai durante este gran retiro de seis años (798-804). Sin embargo, se unen al decir que al fin de su retiro tuvo una visión que le instaba a partir hacia China donde residían en aquella época los más grandes maestros espirituales, tanto chinos como hindúes. Durante este largo período de comunión tuvo revelaciones en