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Viaje a Mongolia con Deguchi ........................................................ . 50/56

aumentó tanto que le pedían que llevara sobre sus espaldas a los niños enfermos hasta el médico del pueblo más cercano, a unos sesenta y cinco kilómetros de allí.

Su padre era miembro del consejo local y el principal funcionario del pueblo. Los llamados matones del pueblo, cabecillas de la oposición política a su padre, solían venir a su casa a negociar y a veces le maltrataban severamente. A los doce años, el Fundador, viendo que esta sucedía con demasiada frecuencia, tomó una firme decisión: juró hacerse fuerte a toda costa y expulsar a los ofensores de su padre.

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Morihei aprendía de su padre, que era maestro de armas de la familia Kii y descendiente de una antigua tradición marcial, la Aoi-Ryu-Ju-Jutsu, (probablemente una rama de la Sekiguchi ryu) gracias a las historias que le contaban de su abuelo, un famoso exponente de dicho arte. Este sistema y otros relacionados con él subrayan la importancia de aplicar libremente la fuerza o la suavidad según las circunstancias de cada situación en particular. Aunque Morihei quería ser muy fuerte.

El primer entrenamiento verdadero de Morihei en las artes marciales comenzó con el sumo, la lucha tradicional japonesa. Fue por los golpes en la cabeza, frecuentes en el sumo, por lo que Morihei comenzó a endurecer su cráneo dándose golpes contra una madera o una piedra cientos de veces al día. Como para el sumo hacían falta unas caderas y piernas muy fuertes, el joven Morihei corría sobre la arena y el agua de la playa para endurecer estos músculos. Otro requisito en el sumo es un buen equilibrio; uno no debe dejar que ninguna parte de su cuerpo (menos los pies, claro) toquen el suelo. Esto descarta las “proyecciones con sacrificio", en las cuales uno cae primero con la intención de que la propia inercia arrastre al suelo a su oponente. Uno tiene que dominar al oponente para vencerle. Aunque en el sumo existe un factor de flexibilidad, ya que montañas de carne de doscientos kilos han de ser capaces de tocar con la frente en el suelo con las piernas estiradas, suelen tener más importancia los factores <<duros>> de empujar, entrar y levantar.

En 1896, a los trece años después de graduarse fue admitido en la recién establecida escuela media de la prefectura de Tanabe, pero movido por su inquietud la abandona sin terminar los estudios del primer año. Era demasiado impaciente para seguir un currículum establecido y odiaba estar todo el santo día entre cuatro paredes. Después de un año empieza en el instituto Yoshida Abacus,

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