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PARÍS. SUBURBANO
from PARÍS
Cada mañana ofrezco mi cuello al transeúnte.
Al hombre sesentón de siempre gabardina al que ya empiezan a temblarle las costuras; al joven oscuro, casi malva, perdida la mirada entre música invisible; a la madame de otoño de guantes sempiternos que nunca rozan nada; a la esquiva dependienta, con uñas imposibles y restos de carmín entre los dientes.
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Pero nadie me repara.
Mi cuello es un vacío de envase transparente, no más que levísimo disloque de garganta.
Nada sobre nada.
Y de nuevo las puertas automáticas se cierran. Antonio Aguilar
Dreizehnter Feber. Im Herzmund erwachtes Shibboleth. Mit dir, Peuple de París. No pasarán.
Trece de febrero. En la boca del corazón despierta un shibbólet. Contigo, Peuple de París. No pasarán.
Paul Celan
Existencia De La Tour Eiffel
Era esa fina cerilla erguida en el horizonte de mi infancia, entre chimeneas desaparecidas y cielo de gigantes efímeros que deshilachaba el viento.
Entraba, inmensa, por la alta ventana de mi amante de Charonne. Ella decía: Tu viens pour la Tour, tu ne viens pas pour moi.
Su amplio pelo negro envolvía la fábula de acero, curvándola con la onda de su cuerpo.
Le dieron a la torre un potente rayo de luz que barre la oscuridad de la región. Ya no la puedo ignorar, no puedo olvidar mis promesas selladas bajo su centelleo de noche.
Contemplo París desde le pont des Arts y, como Apollinaire, intento arrojar al rio la esperanza violenta y las miradas amargas que sellaron en mi alma las mujeres que he querido.
Tres de febrero. Père-Lachaise. Se entierran comunistas; se entierran humoristas. El pueblo se hace Presencia soberana en el caudal de los bulevares. Su luto es el shibbólet.
Soy parte de ti, Peuple de Paris.
Alberto Arricruz
PÈRE-LACHAISE
Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo.
César Vallejo
Allí perdura la felicidad. Sus vidas yacen entre níveas lápidas: Balzac, Edith Piaf, Apollinaire, Paul Eluard, Gilbert Becaud, Godoy, Chopin, Meliés, Jim Morrison, María Callas…
Un plano los sitúa en el espacio como lienzos de un museo.
Llamaradas de amor que hoy abriga el silencio en la penumbra de la eternidad.
Ana Recio Mir
CARTOGRAFÍA PARISINA N.º XX:
Je Suis Comme Je Suis
Je suis comme je suis
Je suis faite comme ça
Quand j’ai envie de rire
Oui je ris aux éclats
Jacques Prévert
Jean se volvía a convertir en un naufrago de si mismo, buscó en las profundidades oscuras del canal el rostro sonriente de Juliette que había abandonado la peniche, de nombre Atalante, en la que vivían los dos. El deseo de libertad que ella tenía le hizo perderse por la ciudad en un viaje que le haría recorrer todos los distritos parisinos. En el XX, en el belvedere de Belleville se encontró con Georges que intentaba inventariar cada esquina de París, cada calle, plaza, bulevar o parada de metro. Escribía sobre un cuaderno todo aquello que ocurría en ese lugar durante tres días, lo llamaba Tentativa de agotamiento de un lugar parisino. La semana anterior hizo el mismo experimento en la plaza Saint-Sulpice en el
VI distrito. Aquel día Willy fotografiaba una pareja de enamorados que imagina una vida imposible en una minúscula buhardilla. Ahora en el belvedere de Belleville La Gioconda abraza a Pelé sobre el horizonte calcinado de París. La Monalisa parece susurrar al oído del futbolista los inconfesables secretos de la ciudad, mientras observa todo lo que ocurre en el mirador y se sigue escuchando la voz de Juliette cantando «Je suis comme je suis».
Antonio Acedo
Ya solo esperas noticias de mi muerte, las cenizas del amor. Rue Mouffetard con aguacates, plano de Godard, habitación de hotel por horas, belle de jour himnótica. Una página en blanco para decir París.
Lluvia en las mansardas y los acordeones: la pequeña horterada de ser felices.
Y un largo adiós que dura el resto de dos vidas.
Sin ti, sin mí, sin noticias ni abrazos, en ese espacio desierto donde se juntan el amor y la muerte, incluso.
Antonio Molina Flores