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ARDE NOTRE-DAME

de la cabeza ese fuego voraz y despreciable que abatió sobre el suelo, abominable, la esbeltez y elegancia; la belleza.

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Se recortó en el cielo la nobleza de una silueta erguida, inalcanzable, hasta que un humo negro, deleznable, la hizo desvanecerse con presteza.

Y quedará grabada en la retina el símbolo católico que arde y la desolación que nos abruma; una aguja abatida que se inclina, plegarias que se elevan en la tarde, y su contorno envuelto por la bruma.

Concha Ortega

HACE 36 AÑOS A mi hija Elena

Hace ya 36 años, como si hubieran pasado 36 siglos, eones, estrellas, mientras el vientre materno se rajaba entre entremetidas sucias y verdes sábanas en la Córdoba también eterna, París corría a chorros por los bulevares, por el Barrio Latino y Saint-Germain, por el puente de Alejandro, la Universidad y la Cité, donde florecía el alma, toda revolución tiene su alma, en otro mayo del 68 redivivo al revés, con adoquines en los pies y fuego en las manos, voces en coro y banderas volando.

Ahora no hay estudiantes del 68 ni el 86, las banderas en Saint-Denis no son negras y rojas sino rojas y blancas, y lo cuerpos jóvenes y viejos encienden sus fuegos en el suelo al paso del extranjero voceando sus equipos como lobos aullando. París es otra París, es la sombra de un estadio, la revolución de un fracaso de miles de gentes que miran de soslayo, que arden en el centro de la ciudad y lloran en los arrabales desolados.

Negros, magrebíes, asiáticos, se preguntan decepcionados

¿por qué?, ¿por qué este desgarro?

Muchos vinieron y muchos fueron abandonados.

París es el rostro de Juliette Binoche, el día y la noche sus mil caras, sus ojos tristes y bellos, la mirada derrochando, y el dolor de la ausencia, et si tu n’existais pas, dis-moi pourquoi j’existerais ?

Nada permanece, nada ha cambiado en el tren que llega entre la niebla para recordar el pasado.

Antonio Varo Baena

Paris

Calligraphie: sur les lignes de la Seine, la Lune –point du i–.

Agustín María García López

MEMOIRES D’ UNE FEMME INFINIE

À mon fils Manuel, empereur de mes jours.

Querida Marguerite:

Tú, mujer sola, y, al unísono, mujer engarzada con todo, alma flotante, tierna, compañera tímida del orbe, pisaste regio, por las sendas angostas de la Tierra.

Tú, solo tú, transitaste, insigne, por la memoria fecunda del hombre interior que se vistió de emperador por más de cuatro décadas.

Tú, solo tú, prestaste tu voz al deber consciente de crecer para los adentros.

Tú, solo tú, mujer infinita, esculpiste la Via Adriana, «encrucijá» melancólica de la paz verdadera que nace del alma.

Tú, Marguerite, tejiste un puente de palabras que cruza Hispania hasta llegar a la Galia, en un camino entreverado que partió de Itálica, la vieja.

Isabel María González Muñoz

La Huida

Siento tu luz casi cortada cuando te alejas entre las calles de la PLACE D’ALIGRE. Siento tu aura sensible por el rigor del frío.

Leo cada una de tus ideas dibujadas en el infinito, vuelo casi sin aliento por el dolor de tu lejanía.

Y ya no vivo en el juego marcado por tus ojos, déjame que sufra tu íntima huida en silencio. Pablo N. Camero

Cuando Te Arrancan De Tu Tierra

Tenía apenas 16 años y la vida me arrancó de mi pueblo.

Sin darme tiempo a descaminar sus calles, sin darme tiempo a llenarme de sus olores, sin darme tiempo a grabar en mi memoria sus atardeceres.

Pasaron los años, seguía añorando ese olor a jara seguía añorando a sus gentes seguía añorando sus colores.

Tardé años en regresar, pero fue como si nunca me hubiera marchado.

Volví a caminar sus calles, volví a disfrutar de sus olores, volví a ver sus colores.

Sentí una paz inmensa. Un reencuentro necesario entre la niña de ayer y la mujer de hoy.

Cuántas almas arrancadas de su tierra por miedo a perder la vida, por hambre de libertad, por amor a sus familias.

Podía haber ocurrido en 1955, de Sevilla a París, pero ocurrió en 1982, de Almadén a Esplugues.

Y da igual, vengas de donde vengas, vayas a donde vayas, cuando te arrancan de tu tierra. Victoria Castellanos Núñez

Par S

Metálico ciprés que hiere al cielo proclama tu grandeza al universo. Vivero eres de luz, de formas, de color, del arte que a tu sombra se cobija.

Vibraron en tu seno los pinceles, se hizo música al aire en tus confines, en tu arteria los barcos hacen flores de espuma.

Epicentro de toda inspiración, meca de ilustres plumas y cinceles, flor de la arquitectura y los deseos, puerto ansiado de todo navegante, antorcha siempre viva, imán de las miradas. Y ya maduro julio: un enjambre de ruedas en los Campos Elíseos; se reflejan laureles sobre el sudor de músculos tostados.

Juanjo Maíllo

Rikardo González Mestre / Arde Notre-Dame

Jugando va con las olas mi amor en el blanco cielo. Sobre las nubes, las ondas.

(Soleá. Juan de Mañara)

Sirena Del Sur

Perla de sal y luz. Sirena Isleña

Que cambiaste las aguas del Estrecho

Por el vuelo cabal, recto y derecho

De aquella Torre Eiffel que es Santo y Seña.

Sangre que, en lo profundo, es tan sureña

Como la claridad dentro del pecho

O la espuma del mar que, trecho a trecho, De las playas con blanca sed se adueña.

Regrese hasta esta tierra en la que el viento

Es látigo furioso y, por peñones, Tenemos un Peñón. Ni entro ni salgo

En políticas cuitas. No es momento.

Solo le expongo en verso mis razones.

Regrese a Cádiz ya, Madame Hidalgo. Enrique Barrero

PARÍS… QUÉ LEJOS Y QUÉ CERCA

Amor, París qué lejos queda, él que siempre nos espera y lo sentimos tan cerca, sobre todo tú, con sus «bateaux-mouches» remontando el río Sena. Con sus barrios y avenidas para pasearlas sin prisa, para saborearlas sin tiempo, donde nadie te conoce, donde nadie te mira.

Amor, París qué lejos queda, él que siempre nos encuentra.

Amor, París lo llevamos tan cerca, como si todas las primaveras camináramos por sus aceras, encontrando juntos qué hay detrás de ese cuadro de Eugène Delacroix; subiendo andando al Sacré-Cœur, paseando por Montmartre, impregnándonos de su bohemia y de su melancolía. Nos gusta frecuentar Montparnasse con sus bistrós y sus creperías, como también lo hacían Hemingway y Jean-Paul Sartre. Amor, París qué lejos está, aunque, en nuestro corazón, siempre tan cerca.

Manuel Sánchez Herrera

PARIS-BREST

Permisos de residencia, visas, entradas; y vuelve a ser migrante mi linaje.

Tan solo quiero herirte por nueve meses, el tiempo que tarda en germinar la vida.

Si grito muy fuerte, ¿notarás mi presencia?

El vientre preñado de sueños esperando florecer en suelo fértil.

París, dame cobijo en algún rincón de tu pecho de hierro. Hace frío en la ciudad de la luz.

Sara Márquez Hidalgo

París era el trozo de mundo que le faltaba a tu pueblo chico. Cuando llegaste, por primera vez en aquel tren negro a la gare d’Austerlitz, amanecía la vida. Allí nadie te conocía. Eras un emigrante de sueños. En París había buhardillas donde pasaban la vida los bohemios que salían en los libros después de morirse.

En París estaba Françoise Hardy esperándote en un boulevard para pasear solos de la mano. Y sentado en un café estaba Jacques Brel que se acababa de enamorar de la mujer más hermosa del mundo.

En París estaba Albert Camus escribiéndole a María Casares cartas de amor y muerte. En París estaba esperándote el otro que nunca llegarías a ser.

Francisco Gallardo

Epitafios

De Montparnasse

E. M. Cioran

Cuando llegues a una ciudad, visita su mercado y su cementerio. Pero procura no perder el camino de salida.

Julio Cortázar

Final del viaje: Para mí no hubo ni habrá otro Cielo que la décima casilla de la rayuela.

De Père-Lachaise

Honoré de Balzac

Víctor Hugo escribió mi panegírico, Rodin donó mi busto, Courbet y los Dumas lloraron ante él.

Solo el viejo enterrador de Père-Lachaise se ganó unas monedas con mi muerte.

Edith Piaf

Canté: no te arrepientas. Tampoco este silencio conoce el arrepentimiento.

Guillaume Apollinaire

Vine al mundo en Roma de madre polaca. Crecí en Mónaco, París me hizo escritor. Una bala alemana me alcanzó en Verdún, pero solo acabó conmigo la gripe española. Sobre mi féretro, os lo ruego, no pongáis banderas. Unas cuantas hojas secas irán que ni pintadas.

Alejandro Luque

Se terminó de imprimir este número 104 de Cuadernos de Roldán, el día 14 de febrero de 2023, hermanando las ciudades de Sevilla y París en la poesía, la pintura y la música. Fue coordinado desde la ciudad del Sena por Alberto Arricruz y desde la ciudad del Betis por Ana Llorca y Antonio Molina Flores.

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