Núm. 1 01/11/2016
CUENTO CUENTOS CONTIGO
Reto semanal microrrelatos temáticos
No hay premio, ni ganador ni perdedor solo el placer de escribir y ser leído por un semejante. Se trata de escribir un micro semanalmente de no más de 200 palabras sobre un tema que se propondrá los lunes. Durante la semana y hasta el sábado por la noche (24:00 h) se podrán colgar los relatos que habéis escrito. En el encabezamiento del mensaje tendréis que poner el tema de la semana y el número del reto que se trata. El domingo lo reservamos para comentarios, chascarrillos, besazos y abrazos virtuales y dar sin complejos a “me gusta”. El que más “me gusta” o emoticono haya recibido el domingo antes de las diez de la noche, pone tema el lunes y lo hará acompañándolo de su relato; ese será el pistoletazo de salida. En caso de empate, los empatados deberán ponerse de acuerdo vía interna con la mayor diligencia posible.
¿Os apetece jugar?
SEMANA 1 26 de octubre 2016
RETADOR: Cristina Flantains
TEMA:
DORMIR (soñando o sin soñar, consiguiéndolo o no, desnudo o vestido, en cama propia o ajena, solo o acompañado, de día o de noche…)
Autora: Cristina Flantains
V
eamos, dijo Marieta, tumbada boca arriba: ¡Una!, pasa y quédate ahí; ¡dos!, noooooo, tú eres la cinco, dos salió del rebaño royendo una brizna de
hierba; ¡tres! , estaba entre las primeras, con cara cansada pero feliz, “¿qué nos traes aquí, tres?… preciosa corderilla; ya la pondremos número: tres que sois dos. ¡Cuatro! El rebaño amarrado a un errático murmullo bovino, observa a Marieta. Dan las cinco en el reloj de la iglesia. Cuatro no aparece… ¿cuatro o catorce? Veinticuatro. Beeeeeee. Uf, esta no me suena de nada. ¿Eres tú? Beeeeeeeeee. Pasa, anda. Dan las siete en el reloj de la iglesia. Lunática ya no juega con los hilos retorcidos de las cortinas que Mimi va sacando con sus uñas cuando trepaba por ellas. Marieta se despereza, el gesto preocupado… la veinticuatro vuelve a faltar.
Autora: Puri Sánchez Título: De Madrid al (séptimo) cielo
E
l ruido tras la ventana apenas la dejaba dormir y, sin embargo, el sueño a esas horas de la madrugada pesaba sobre sus párpados como una losa sobre un
sepulcro de piedra. “Bebí demasiado anoche”, se recriminaba en silencio. Para mayor escarnio, el tal Felipe, el tipo ese tan guapo que había conocido el día anterior, roncaba a su lado como un orangután. “Los tíos, por más guapos que sean, son todos iguales cuando duermen, joder”, se decía mientras chasqueaba su lengua contra el paladar en un intento de que cesara en su ronquido. “No, si me va a tirar al suelo el tío”, se lamentaba mientras notaba el peso del hombre al cambiar de postura, robándole su espacio. “Ni me muevo, al menos ahora no ronca el muy cabrón”… Fue lo último que se dijo antes de quedarse dormida, exhausta. Se durmió, sí. Se durmió hasta que… ─ Señorita, despierte. El tren llegó al final de su trayecto.
“¡Mierda, otro día que llego tarde al curro!, ¡seré idiota!”. Se maldijo mientras corría por la estación a toda prisa para coger el tren de vuelta hacia su destino. Se había pasado tres estaciones.
Autora: Macamen De Vega Título: Alivio
¿
Qué me ocurre? No siento los pies, no puedo moverlos, es como si los tuviera atrapados en un bloque de cemento. ¿Y los dedos? Están dormidos, como muer-
tos. ¿Qué voy a hacer? No podré levantarme, no podré caminar...
Menta se despierta, se despereza estirando las patas delanteras y levantando el trasero. Se peina los bigotes y camina a sus anchas por encima de su dueña hasta llegar a su cara y le da tres o cuatro golpecitos con su suave almohadilla haciéndola tomar consciencia inmediatamente de sus pies dormidos una mañana más por el peso de su gata sobre ellos durante la noche.
Autor: Erika Patricia Título: Y vino la paz
U
n día cualquiera, uno de esos días donde la nostalgia y la melancolía se apoderan del ser sin ninguna razón aparente, cuando las lágrimas ciegan los ojos
y se desbordan los mares por ellos. Un día de esos donde mi vida estaba completamente rota, sola, abandonada. Un día de esos, llegaste TÚ a mi vida, con tu andar rápido, tus rubios cabellos, tu mirada inquieta, tu sonrisa a cuestas. Y me extendiste la mano, sin saber quien era ni que traía en mí. Un día tras otro y otro, seguías allí a mi costado, no sabía si dormía, si soñaba, si era real, Tú estabas allí y yo ¡que tan sólo tenía ruinas!, pero no huiste, te quedaste a descubrir lo que debajo del dolor existía. Decidiste abrirte a mi vida, decidiste quererme. Sin más. Tan solo quererme. Y vino la paz.
Autor: Cristi Cri Cri TĂtulo: Lo que quiero es dormir
B
ueno, a ver cĂłmo les hago entender yo a estos dos que lo que me apetece es dormir un ratito... no pido una siestaca de 3 horas... solo 10 minutitos de tre-
gua... y vuelvo a estar "on fire", ÂĄÂĄlo prometo!!... EstĂĄ claro que lo de frotarme los ojos no funciona. QuizĂĄs sea demasiado sutil. ÂżY si me quedo mirando al infinito?... nada, siguen hablando y hablando. Pero no ven que no estoy prestĂĄndoles atenciĂłn!!? Voy a soltar un gritito de vez en cuando a ver si asĂ... ÂĄEspera! ÂĄEspera! ÂĄque esta canciĂłn me la sĂŠ!! ... đ&#x;ŽśtĂłn tĂłn tĂłn... que encontrĂł MartĂn tĂn tĂn...đ&#x;Žś jajaja ÂĄquĂŠ tĂos, cĂłmo saben dĂłnde ateclarme para hacerme reir! Y ahora...ÂżdĂłnde vamos? ¿¿¥Es verdad lo que ven mis ojos??! ÂĄSi si si! ÂĄYa era hora!!! ÂĄPor fin puedo echarme un ratito en la hamaca! ÂĄY SOBAR! En fin... quĂŠ le voy a hacer... mis papis son primerizos... tendrĂŠ que quererles asĂ.
Autor: Marcelo Óscar Barrientos Tettamanti
O
tro despertar, otra vez la rutina y la tristeza de una vida repleta de carencias. Me despierto y acaba el sueño en el que soy dueño de mi tiempo, en el que
nada me falta. Cuando me acuesto con hambre, sueño que como los más ricos manjares, sueño con el amor verdadero al que no pueden las deudas y con los juguetes que no le compro a mi hijo. Estoy vivo cuando sueño; ahora, despierto, solo sobrevivo.
Autor: Fernando Montes Pazos Título: La vigilia del vago
Y
sin lograr reprimir un bostezo que hacía que su boca pareciera del tamaño de la del león de la Metro, el vago abrió un ojo, miró el reloj y exclamó vi-
siblemente preocupado: -¡Qué raro! Ya es casi la hora de ir al trabajo, y todavía no ha venido nadie a despertarme.
Autor: Flor Méndez
24
A
NUNCIO URGENTE:
Se ha encontrado una oveja perdida en mi sueño. Lleva una marca: “24”. Se ruega que si alguien la echa de menos en el suyo, pase a recogerla. La muy puñetera no hace mas que balar y así no hay quien DUERMA.
Autor: Mª José Montero Núñez
E
n la cama de al lado mi alma gemela dormía plácidamente. La oía respirar, roncar, silbar... Toda ella era una sinfonía en la orquesta del mundo de los
sueños. Yo era el director y estaba de vigilia. Ni una cabezada pude dar. El director no duerme durante el concierto.
Autor: Nuria Antón Título: Soñar
S
ueño, divino momento en el que mi mente descansa, bueno, a veces. En otras ocasiones las neuronas ni duermen: piensan, despiensan, pronostican,
imaginan, urden, maquinan, hacen planes, los deshacen… y sueñan en sueños. Sueño, divino momento en el que la cabeza reposa sobre la almohada y los ojos se cierran, y entonces sí, cuando lo consigo, cuando consigo entrar en ese dulce mundo de la inconsciencia… soy feliz, etérea, irrompible…fuerte, veloz, ágil… Sueño que no recuerdas: lo has disfrutado durmiendo: y cuando lo recuerdas, se convierte en anhelo.
Autor: Cony Salomón
H
oy me he levantado antes de despertarme, mi cuerpo deambula por la casa, mientras la mente sigue en la almohada devanando un sueño
inacabado… -“Es una idílica isla plagada de árboles frutales, manantiales cristalinos y una comunidad humana viviendo en armonía. Al amanecer los pájaros esparcen sus trinos llamando a la vida, acompañados por los cálidos rayos de sol. Al caer la noche, una mujer canta una suave melodía que acuna a todos los habitantes y una ligera brisa acaricia la isla”. Este grupo de humanos habían sido desprovistos del sentido de la propiedad, del ansia de poder y del patético ego que oscurece la humanidad. Ninguno, de los muchos males que adolecen el mundo existía en la isla. No me quería despertar.
Autor: José Manuel González Naveiro Título: Padre-Estabas dormida cuando me fui.
No recuerdo el porque de tanta tristeza, ni la razón ultima y profunda de aquel descontento, tan solo que por la calle pasaba ,con gran estrépito, un camión del ejercito.
Un desfile de denso silencio, a la luz rosicler del alba, en búsqueda del sosiego y la libertad que a tu lado creí haber perdido, olvidando todas las palabras de algodón y chocolate que en nuestro lecho tantas veces pronuncié. Hoy son como estrellas que comienzan a desvanecerse en un firmamento distante e inexplorado, tan solo un recuerdo extraviado, una luz tan bella como frágil.
Ahora, ya, tan lejano en el tiempo todo aquello, la nostalgia es un tenebroso tocado de encaje, que nimba de remordimientos cada noche mi cabeza, a medida que la claridad se desvanece en un líquido oscuro y lechoso y un enjambre dorado picotea en un cielo, casi siempre cargado de humaredas y lluvia.
Mi amor, mi amor, ya no es hora para sueños ni visiones.
Ya nunca tendré un gato azul, ni veré tu firme cuerpo rosado reflejado de nuevo en el espejo de mi alcoba. Ya nunca tu piel de oro iluminara mi jardín en las largas tardes de estío, a la orilla de aquel estanque donde habitan, reencarnados en forma de pez, todos los amantes que no fueron capaces de saciar su amor en vida. Siempre tan cerca, siempre sin poder tocarse.
Mi amada, mi amor, mi hogar, mi risa y mi sentido ,mi consuelo. Guardo arropado tu recuerdo; perfecta.
Y llega de nuevo la oscuridad temida, entre brochazos de luna llena, y voy perdiendo dulcemente la consciencia de mi mismo, mientras a mi mente acude firme y clara esa pregunta constante que oxida mis noches.
Autor: Juan Carlos García Crespo
¿Dormir? No quiero dormir. Por qué cada vez que cierro los ojos y duermo, no sueño contigo. Dejo de pensar en tu sonrisa y en la luz de tus ojos, dejo de sentir el roce de tu piel y el aroma de tu cuerpo. Olvido tus andares, olvido tu voz y olvido que te amo. No quiero dormir porque cuando duermo dejo de besarte, dejo de mirarte y dejo de hacerte el amor con todos mis sentidos. Cuando duermo mi alma vaga por el vacío sin rumbo fijo y se pierde buscándote entre las sombras del infierno. Estaré toda la vida sin dormir para amarte en cada instante por qué sin ti mí vida no tiene sentido. Aunque tú nunca llegues a ser mía.
Autor: Tomás Ángel Título: La cabezadita.
Aquel sería un buen sitio para sentarse. Una señora voluminosa dormía plácidamente en un extremo del mismo, pero aunque dicha "actividad" en un banco del parque no le parecía en absoluto adecuada, hizo el esfuerzo de ignorarla y se sentó. En realidad ignorar a su vecina de banco no resultaba fácil. Yacía acomodada de una manera en exceso desinhibida. Desparramaba su blanda persona hacia los cuatro puntos cardinales. De no ser porque el banco se encontraba intacto, bien hubiera creído que la dama en cuestión se había caído de un avión. Si el parque tenía dueña no había duda de que estaba ante ella. ¡Qué vergüenza! Ni leer podría con aquellos ronquidos que espantaban a los gorriones. ¿Se habría tragado un tractor? Algo así no debía consentirse. ¡El parque es de todos! Una voz llamó su atención. "Caballero... ¡caballero!" No había duda, alguien le llamaba ¿Pero quién? Poco a poco abrió los ojos. Un reguero de babas en su barbilla delataba que la siesta no había sido discreta. Media
docena de pares de ojos inquisidores se lo confirmaban, en especial los de una oronda señora. ¿Por qué le acusaban? ¡El parque es de todos!.
y, por último,…
EL RELATO GANADOR DE LA SEMANA Autor: Gelines Dbt Título: Cuento para d-m-o-r-m-i-r
De niño, me gustaba colarme en la cama de mi abuela. Acurrucado en el ronroneo de sus cuentos, me despeñaba sueño abajo antes del colorín colorado. Los finales felices llegaban por la mañana, menos aquel día que se metió en el papel de Bella durmiente y no supo despertar. Ni siquiera mi beso de Principito logró calentar sus labios. Desde entonces ocupo los insomnios reescribiendo cuentos para ella: Pinocho carcomido por el paro, Caperucitas cosiendo ropa en sótanos de casas de chocolate, Blancanieves con corona de aislamiento tras rechazar al Príncipe macarra. Mis protagonistas tienen frio y duermen en cajas… como tú. Para que no te sientas sola… como yo.
FIN
Puri Sรกnchez para
cuento cuentos contigo