RETO SEMANAL CCC PARAÍSO

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Núm. 15 20/02/2017



CUENTO CUENTOS CONTIGO

RETADOR Manuela Bodas



Autora: Manuela Bodas Puente (relato fuera de concurso)

Reptó varios metros hasta llegar a su tronco favorito. Como cada tarde, se instalaba allí para que el sol calentara sus coloridas manchas. Aquello era el paraíso. Estaba tan feliz, que hasta cerró los ojos para dejarse atrapar por la calma que aquellos rayos transmitían a su cuerpo. El silencio reposaba sobre las hojas del árbol, como si fuera la semilla de la felicidad. En cierto modo lo era, ya que no hay mayor felicidad que sentirse a gusto, aunque sea por momentos. La felicidad no es continua, es una línea quebrada por los sobresaltos, tales como la no aceptación de uno mismo, la locura de querer ser mejor que el de al lado o el que está a mil kilómetros aunque no te avale la razón, en fin, que eso, que la felicidad son


esos momentos en los que nos aceptamos, a pesar de soportar al peor enemigo, nuestro propio ego. Eso, o algo parecido estaba pensando la sierpe en su tronco favorito, cuando una tal Eva vino a tocarle las narices.


Autora: Macamen de Vega

Su corazón latía más despacio pero con más fuerza, de tal modo que con cada latido podía sentir como llegaba el calor de la sangre a cada rincón de su cuerpo. Hasta los lugares más recónditos de su ser despertaban del letargo cobrando vida extra. Y se llenaban de colores y de música. Y entonces volaba, sintiéndose liviana y esponjosa, a la vez que firme, como la clara bien batida a punto de nieve. Su alma, tan abstracta y etérea la mayor parte del tiempo, se volvía palpable, casi material, para poder ser entregada, para poder acariciar. Y se daba cuenta entonces de que era grande y pequeña al mismo tiempo. Grande, porque en esos momentos podía con todo, era casi invencible. Pequeña, porque se sentía abarcada toda entera. No había una pizca de su ser, buena o mala, comprensible o incomprensible, física o


espiritual que quedara fuera de aquellos brazos. Sin duda ese, el abrazo de su amado, era uno de sus paraĂ­sos.


Autora: María José Montero Núñez

Deseaba todo lo que no podía tener, creyendo que la felicidad se escondía entre las paredes de un paraíso de bienes materiales. El día que se despertó sin poder caminar lo entendió todo. Había desperdiciado el tiempo, no había gozado del único paraíso que merece la pena: Un cuerpo saludable y una mente privilegiada. Ahora, tocaba reiniciar la marcha ayudada de una silla de ruedas y un alma generosa. Rebobinar los hilos del cerebro y crear una nueva tabla de valores: La única, la auténtica. Pintar una vez más el arco iris y empezar de cero.

El paraíso se construye, desde dentro y día a día.


Autora: Marisol Valladares Blanco

Nació tarde, inesperada e inoportunamente. Su madre tenía muchas faenas y no podía prestarle atención suficiente. Para Isos todo era difícil. El no sabía que eso era vivir. Su primer intento de caminar, fue un desastre, se espatarró y fue a caer resbaloso y untuoso a los pies de Abril. Ella estaba contenta pero es que esta cría era tan fea... La reina siempre había parido burritos con cara amable y menos patosos. Mirándolo bien, su cabezota era como un triángulo isósceles, y decidió llamarlo Isos. Claro que sí luego era chica... Bueno, daba igual. Aquella primavera, para Isos Abril fue su paraíso y todas las tardes al regresar de la escuela, salía a recibirla y sólo se escuchaba la misma cantinela entre risas: ¡¡¡Para Isos, para!!!


Autor: Luis Fernández González

Buscaba la tierra prometida, el mejor sitio donde parar, la calma perfecta, sin agobios, sin teléfono móvil, con clima perfecto y temperatura ideal. Lo buscaba todas las noches mientras dormía y sus sueños le venían a buscar. Pero cuando despertaba y el sol cálido le daba en el rostro acariciando y broceando sin piedad su piel volvía a desesperar. ¿Cómo salir de esa maldita isla solitaria y tropical? y vuelta otra vez a buscar el Paraíso terrenal.


Autora: Puri Sánchez

VÍCTIMA NÚMERO 95 Una vecina de la víctima, sorprendida por la noticia, aseguró que la pareja parecía vivir en un idílico paraíso de amor.

"Ella siempre iba de su brazo y él parecía ¡tan enamorado!", declaró a los medios a las puertas del tanatorio.


Autora: Julia Álvarez

MI PARAÍSO Quiero volver al paraíso perdido del vientre de mi madre, sentir los latidos de su corazón cargados de amor y ternura hacia mí. Quiero volver a oír la cadencia de su ritmo vital para reconfortar mi alma adulta cargada de turbulencias y sinsabores, y de nuevo recuperar el bebe que fui. Sentir la calidez del líquido amniótico como un mar de aguas tranquilas y placenteras donde dejarme arrullar por sus palabras que llegan a mí como una brisa suave. Sentirme segura en ese paraíso natural, completar mi círculo existencial y retornar a esa esencia sin maldad, amor en estado puro, amor incondicional como nunca más he conocido. Cerrar los ojos y hacerme muy pequeña, respirar despacio. Gozar de ese lugar mágico que solo comparten madre e hijo, al que nadie más puede lle-


gar, que es único e irrepetible. Esa complicidad que se genera tan intensa entre ambos y que nos hace estar tan vinculados a nuestras madres y añorarlas cuando no las tenemos cerca. Ese es mi paraíso, mío nada más.


Autora: Crsistina Flantains

ÚLTIMA PARADA Salió del “El Paraíso” como alma que lleva el diablo. Sí. No pensaba más que en llegar a casa y ponerse a salvo mientras corría batiendo con sus poderosas piernas, la noche oscura. El aire caliente y dulzón del suburbio le arañaba la cara, le tiraba del pelo, se metía por cada pliegue de la ropa como un aliento infernal y abrasador mortificando cada zancada. Salió de aquella callejuela como ratón que se libera de la pinza de la ratonera. Tomó un taxi y el último tramo, hasta su destino, lo hizo febril, con los ojos cerrados y pensando que quería no pensar. Subió las escaleras de dos en dos. Entró en su apartamento y se precipitó al cuarto de baño abriendo la ducha antes de empezar a quitarse la ropa. El espejo, detrás de él, se fue empañando diluyendo su espalda poderosa, abatido y desnudo se volvió a su imagen, tan naufragado, re-


conociendo en ella, a pesar de la bruma, al viejo amigo que nunca más volvería a ver. Y con el terror infinito prendido en la punta de los dedos se los pasó por el cuello y tocó la mordida: por los dos orificios por donde se había derramado en la boca de aquel espejismo con forma de mujer, le cabían los dedos. —Estoy muerto —se dijo, mientras se desdibujaba dejando solo la niebla y el ruido de las gotas chocando contra la piedra.


Autor: Juan Carlos García Crespo

Uuuuuffffff, toda la semana pensando algo que escribir para un paraíso perdido, algo que hacer de comida y de cena para los niños, los horarios del personal de la semana, la factura de la luz inesperada, más comida y más cena, la plancha, la niña que no tiene ropa, el niño que se hace mayor, el trabajo, aguantar gente y más gente. Y por fin una idea. Uno que llega a casa después de un duro día de trabajo y se la encuentra vacía, los niños y la mujer de paseo. Diez minutos, treinta, quien sabe si una o dos horas. Que relax, que lujo, que placer, que suerte. El mando, la nevera y el sofá para él solo. Antes de querer tener tiempo para desarrollar la historia me doy cuenta que apenas me quedan unas horas. Leo antes los retos y comprendo que no tengo oportunidad. Otra vez que no voy a ganar.


Así que me recuesto en la silla, ¿para qué pensar?, el tímido sol calienta mi sombra, pido otra cerveza y mientras pico algo sigo leyendo a Martínez Oria. Otro gran placer, todo un lujo tenerlo en mi paraíso.


EMOTIJURADO ha decidido que el ganador de esta semana sea el relato de…

Flor Méndez Villagrá

Léelo a continuación…


El Km.325 de la Nacional VIII, fue catalogado como “punto negro” dentro de la red de carreteras de la Comunidad; en él un gran cartel visible varios metros a la redonda, anunciaba con numerosas luces parpadeantes: “Paradise night club. Salida en la próxima curva”. No todos los que salieron, llegaron; alguno arde en el infierno.


“Todo objeto amado es el punto central de un paraíso” Novalis


Editado por Puri Sรกnchez para


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