Núm. 4 21/11/2016
CUENTO CUENTOS CONTIGO
Reto semanal microrrelatos temáticos
No hay premio, ni ganador ni perdedor solo el placer de escribir y ser leído por un semejante. Se trata de escribir un micro semanalmente de no más de 200 palabras sobre un tema que se propondrá los lunes. Durante la semana y hasta el sábado por la noche (24:00 h) se podrán colgar los relatos que habéis escrito. En el encabezamiento del mensaje tendréis que poner el tema de la semana y el número del reto que se trata. El domingo lo reservamos para comentarios, chascarrillos, besazos y abrazos virtuales y dar sin complejos a “me gusta”. El que más “me gusta” o emoticono haya recibido el domingo antes de las diez de la noche, pone tema el lunes y lo hará acompañándolo de su relato; ese será el pistoletazo de salida. En caso de empate, los empatados deberán ponerse de acuerdo vía interna con la mayor diligencia posible.
¿Os apetece jugar?
SEMANA 4 14/19 nov 2016
RETADOR: Gelines De Blanco Tejerina
TEMA:
AGUA Hoy, después de tanto dormir y soñar, creo que necesitamos un poco de agua para despejarnos. Venga, que corran ríos de tinta...
Autora: Gelines de Blanco Tejerina Título: Tormenta interior ( Relato fuera de concurso)
Cartas. Letras saladas. Lágrimas que se deslizaban por tu mejilla. ¿Por qué lloras, mamá? No lloro, me llueven los ojos, decías, y me permitías acompañar con mi dedo la gota, hasta perderse en tu boca. Entonces, me mordías, yo fingía enfadarme y tú fingías reír. Guardabas la carta en el sobre, preparabas la merienda de papá y se la llevábamos al porche, donde esperaba en su silla, bajo la manta que cubría sus inútiles piernas.
Muchas meriendas después, papá murió como vivió, sentado. Nos quedamos solos, yo creciendo; tú, sumida en tu mundo epistolar. En tus últimos días me entregaste las cartas, pidiéndome que enviara la última. Llevo años releyendo tus tormentas. Reviviendo el mundo que inventaste para nosotros. A mí me tocó ser niño feliz. A él le permitiste ejercer de esposo y padre desde su invalidez. Y para ti… nada. Un amor clandestino al que ocultaste su paternidad para compensar a papá el daño que le hizo la guerra.
Hoy me llueven los ojos, mamá, por el padre que amé. Por el que amabas tú. Por tu vida entre dos aguas. Agitadas por dentro. Serenas por fuera para que flotara tu familia. Suavemente... Así llegó tu calma. Mamá.
Autor: María José Montero Núñez
Viajero es el pez dentro del agua. El río de las cosas que conozco se desliza incansable hacia el mar de su nada y el inicio del todo. Tengo sed y bebo en cada fuente la nostalgia del útero, refuerzo mi energía en cada sorbo. Soy un árbol que amarra sus raíces en la capa freática del principio. Planta baja sobre el manto humedecido de la tierra que pisas sin mirar. Pretérito y futuro en un presente doloroso. Desierto en busca del oasis. H2O: Oxígeno e Hidrógeno como un chorro de vida o como el único cheque que todo lo sostiene. Me dirijo a las puertas de madera de todos los seres vivos del planeta portando un cántaro lleno de agua bajo el brazo. Golpeo suavemente y, si alguien me responde, le ofrezco un vaso de agua: Bebe, compañero, porque el agua es la vida.
Autor: Tomás Ángel Título: El desafío
Tarareandouna cancioncilla, Omar alcanza el puente sobre el río. Como cada vez que pasa por él, a su mente acude el recuerdo de todas las historias que le han contado sobre aquellos infortunados que perdieron la vida en sus aguas. Algunos fueron arrastrados por una crecida, otros perdieron el equilibrio y se zambulleron para no volver. Omar detiene la marcha y escudriña el flujo tratando de encontrar respuestas. Pero no halla ni tan siquiera preguntas. El río ruge caudaloso y reluciente, limpio de culpa. Puede oler el barro a los pies de la vegetación que habita en su orilla agitándose dócilmente. Tal vez las ramitas y las hierbas tratan de impulsar las aguas. El chico toma distraídamente una piedra y desapasionadamente la arroja. El río la traga indiferente con un sonido sordo. Como cada vez que lo visita, no acepta el desafío. Omar encoge sus hombros y se aleja tarareando su cancioncilla.
Autor: Cristina FLANTAINS
Volvió a oír el ruido de un motor acercarse desde dios sabe dónde. Al pasar por debajo de la ventana de su dormitorio, veloz, además, pisó el enorme charco que se formaba allí los días de lluvia y, sacando gran parte del agua la lanzó a estrellarse contra la pared de su casa:
Si este sonido fuera un lugar intentaría por todos los medios vivir en él, componerse y descomponerse en ese instante. Ser el agua saliendo, recorriendo ese espacio a gran velocidad en forma de miles de gotas en las que se refleja sin esfuerzo cada detalle, en cada instante, en una secuencia infinita y perfecta aprovechando la nimiedad de un destello pasajero. Y golpearse contra la pared para multiplicarse por diez, por mil… un millón y caer al suelo y verterse, otra vez, en el socavón. Es de noche, dándose la vuelta se amarra a su cintura, la respiración relajada y profunda vuelve a ser el único ruido en la oscuridad. Se oye el ruido de un motor acercarse desde dios sabe dónde.
Autor: Ana Santamaría Título: El lago
Apenas oigo en el lago el chapoteo de algunos peces o alguna rana que se acerca a la orilla. Es de noche y hace frío. Me siento sobre la manta que cubre la hierba y me froto las manos a la lumbre. Tengo miedo y es hora ya de que se aleje de mí o yo me acerque a él. Siendo niño casi me ahogo en este mismo lugar. Era un buen nadador y cuando me sacaron del lago no se explicaban qué pudo sucederme. Jamás les conté nada de aquella mujer que vivía en las profundidades. Todos los días de mi vida he recordado sus ojos y es hora de que vuelva a ella. El sol de noviembre acaricia su cuerpo desnudo, sin vida, a la orilla del lago. El pastor lo descubre y da la voz de alarma. Confirman su muerte y las gentes del pueblo se lamentan por su temible y malograda hazaña. En lo más profundo del lago, la dama sonríe y guiña un ojo a su caballero.
Autor: Flor Méndez Título: LAGUA, LA NUBE VIAJERA
Si pudieraelegir, elegiría quedarme siempre a la derecha del tercer rayo de luna; a la izquierda del 15 rayo del sol tampoco se está mal, pero allí no puedo jugar al escondite con mis muy mejores amigas las estrellas. El viento del norte a veces viene a jugar, pero es muy bruto, y me quita del medio soplando con tal fuerza que acaba convirtiéndome en pequeñas gotitas de agua. A veces resisto hasta que mis amigas las estrellas desaparecen bajo el primer rayo del sol, el mismo que utilizo para deslizarme lentamente hasta la tierra, lanzándole un guiño en forma de arcoíris al fanfarrón del viento a la vez que le grito: —Volveremos a vernos muy pronto, amigo. Aprovecho, entonces mi breve estancia en la tierra, poniéndola adornos bellos. Unas veces escojo ser manantial fresco de montaña, otras elijo los azules mares o los lagos inmensos, a veces me convierto en iceberg o en carámbano de hielo.
Cuando me aburro y echo de menos a mis estrellas e incluso al viento, mi amigo el sol me abraza fuerte y vuelvo a ser yo, Lagua la nube, que sube a jugar al cielo de nuevo.
Autor: Julia Álvarez
A este otoño le faltaba frío y humedad, debía de ser el cambio climático que era el tema de moda en los medios de comunicación, y le sobraba negrura del alma. Añoraba salir al campo a recoger setas en medio de nieblas y montones de hojas secas, era un juego divertido madrugar para caminar apoyado en un bastón, otear entre la hojarasca y sentirse bien cada vez que aparecía una, preludio de un goce culinario. Esa mañana se calzo las botas y salió. Había llovido toda la noche, llevaba varios días haciéndolo. Pasear con el paraguas bajo la cortina intensa de lluvia le producía paz, el silencio solo quedaba roto por la fuerza del agua derramándose sobre la tierra. Agua generosa que limpiaba el aire y el espíritu. Agua en abundancia para dejar arrastrar la angustia y el miedo.
Autor: Mariví Rodríguez Gómez
La cabezaemergía en el agua, le gustaba la sensación de inspirar, después de zambullirse en el río. Esperaba al atardecer, los rayos de sol todavía llegaban con la calidez suficiente, para no tener frío, cada día, acudía a la cita perfecta; la sinfonía del agua al encontrarse con las rocas, la luz perfecta del atardecer, el agua cristalina, en ella se sentía libre. Disfrutaba de los secretos de la profundidad, donde se divertía con los movimientos veloces de pequeños pececillos, los simpáticos cangrejos movían sus pinzas. Al tumbarse sobre el río, como balsa a la deriva, dejaba el peso acumulado del día, llenándose de energía como si de una batería se tratase. Al salir se sentaba en una roca, escuchando bellas canciones compuestas por los pajarillos, las hojas de los chopos y el sonido del agua. Cerraba los ojos y dejaba volar su mente, la calma interior le invadía, sólo existía aquel mágico lugar, sus sentidos agudizados, despiertos, para disfrutar de cuanto le rodeaba. Sí, la felicidad existía después de un agotador día, el agua era su liberación.
Autor: Marisol Valladares Blanco Título: Al borde del abismo
No tenía donde caerme ni adónde ir. Era un despojo al borde de una pestaña. No tenía un destino definido pero ahí estaba, abocada al abismo, aunque algo me retenía al borde. De pronto, algo hizo que la pestaña se cerrara y un aluvión de compañeras se peleaba para salir, por fin libres, ligeras, liberadoras, sin fronteras... Voy deslizándome por su rostro, pero algo hace compuerta en su labio. Las otras gotas me venían empujando pero yo no podía ir más allá, estaba estancada en ese rostro sin piedad. Pienso en lo banal de mi sinuoso y deslizante destino, que permitía que una vez nacida, dejara de ser una gota útil. Y mientras mis compañeras de dolor fluyen y se desparraman libremente, a mi me toca mirar y esperar. Cuando, de repente ese rostro se inclinó, y allí estaba mi abismo, ahora si, una lenta caída hacia la hoja donde por fin se realizaba mi líquida condición, emborronando una sola palabra: "adiós"...
Autor: Marcelo Óscar Barrientos Tettamanti Título: Fiesta del agua
El frenillode mi lengua fue el culpable de que en mi pequeña aldea me señalaran como al “tonto del pueblo”, no importaba que fuera yo el campeón de ajedrez de la comarca, llevaría ese estigma de por vida. Aunque el tiempo lo cura todo y uno aprende a perdonar, cierto es que me ayudó a este respecto organizar en el pueblo el día de la fiesta del agua, una tradición que lleva ya tres años. Por increíble que parezca ese día subo por la montaña por un sendero sin peligro alguno acompañado de todos los niños del pueblo. Lo que no saben mis queridos paisanos que tanto se divierten llamándome “tonto” es qué una vez arriba nos dirigimos al nacimiento del manantial que nutre la fuente del pueblo y allí en un ritual establecido, algunos niños y yo orinamos en el agua, es mi pequeña venganza, esas pequeñas maldades que tienen como efecto una sonrisa pícara como la de todos los niños cuando de regreso ven a los mayores beber de la fuente. Es curioso como los niños se ponen de mi la-
do, a veces les oigo susurrar cuando alguien durante el aùo me llama tonto – Beberås en la fiesta del agua.
Autor: Puri Sánchez (relato fuera de plazo y concurso)
Escuchóel ruido de la puerta al abrirse. Unos segundos después, una luz cegadora inundó el espacio circundante. “¿Me tocará a mí esta vez?”, se preguntó aterrorizado. No era de extrañar su miedo. Cada vez que esa maldita puerta se abría, uno de ellos desaparecía. La mayoría de las veces, varios de ellos. Se los llevaban en contra de su voluntad y eran llevados al exterior, sin mediar palabra o explicación alguna. Ninguno sabía cuál era su destino ni si era para bien o para mal su viaje, pero el caso es que ninguno de ellos había regresado jamás desde que el hecho sucediera. “¡Dios mío, qué calor!”, pensó, una vez fuera. Efectivamente, esta vez le había tocado a él. Le hacinaron, junto a otros, en un recinto acristalado y vertieron sobre él un líquido abrasador que le dejó sin aliento al instante. A los pocos minutos se fundió sin remedio en aquel río incandescente y, de pronto, sintió que aquella era su verdadera naturaleza. Y alcanzó el clímax.
Autor: Yolanda Nava (relato fuera de plazo y concurso) Título: Cien años de sequía
El planetaes un erial reseco.
La tierra, herida de
muerte, se cuartea bajo los arañazos de los jaramagos que ruedan extraviados sobre su corteza. Un viento abrasador barre las calles en busca de abrevaderos donde calmar la sed. Los humanos que sobreviven han mutado. Sus pieles, de tan quemadas, son gemelas al color ambarino de sus pupilas ciegas.
Al
anochecer,
cuando el enemigo dorado les da tregua, salen de sus guaridas y reptan, en busca de un atajo que los conduzca hasta otro lugar donde curar su ardor con ese bálsamo que describen los más ancianos: el agua.
y, por último,…
EL RELATO GANADOR DE LA SEMANA Autor: Macamen de la Vega Título: Agua que cuentas
Lavabas la ropa cada mañana en el río. Yo te miraba embelesado cada vez que subía al mercado el primer domingo de cada mes. Reías, cantabas y contabas historias con hermosas palabras mientras enjuagabas la ropa una y otra vez en el agua limpia. Y así, cada día, dos pueblos más abajo y a la orilla del mismo río esperaba yo, con la ilusión de un niño, que el agua que tu tocabas trajera un poquito de ti a mi lado. Metía mis pies descalzos y dejaba que la corriente los acariciara mientras escuchaba tu risa y tu voz en su murmullo. Una mañana durante mi ritual algo me golpeó suavemente en los tobillos. Era un pequeño cuenco de madera de los que tallaba tu padre. Dentro llevaba una nota que decía «canto y río para llegar hasta ti, mi amor». Fue así como supe que tu también me amabas...
FIN
Editado por Puri Sรกnchez para
cuento cuentos contigo