Cuentos para el andén Nº53

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nº53

enero2017

elmuro [3] andénuno [5]

Dos microrrelatos de José de la Colina andéndos [8]

Palos, George Saunders andéntres [11]

Dos microrrelatos de Lola Vivas cuentoscomochurros [14] lapuertadelanevera [16] diccionariodesaturno [17] Sttorypics [18] sinopsis [19] brevemente [20]

Relatos en cadena dindondin [24] decamino [26] entrecocheyandén [28]

novedades

El homenaje, Luis Ángel Pérez

En este número habita Blef, un extraterrestre que cree en el poder de los cuentos para que los niños exploren sus emociones. Nos lo encontramos cuando íbamos de camino...

Edita: Grupo Andén C/ Feijoo, 6 - 28010 Madrid | edicion@grupoanden.com | www.grupoanden.com Comité editorial: Alejandro Moreno, Víctor García Antón, Leticia Esteban | Editora: Natalia Muñoz. Asesores de contenidos: Sergi Bellver, Juan Carlos Márquez y Kike Cherta (España), Juan Martini y Mónica Pano (Argentina), Mª Luz Carrillo (México) Publicidad: edicion@grupoanden.com | Diseño: www.jastenfrojen.com Ilustración: Coordinación: www.leticiaestebanilustracion.com Ilustración portada e interior: Leticia Esteban | www.leticiaestebanilustracion.com

Con la colaboración de:


elmuro

Finalistas:

Tema: Escritorio

Escritorio1. Inmaculada Núñez - Madrid (España) Escritorio Matrioska. Fco. Enrique Pérez - Madrid (España) Fantasia Painting. Rossana Favero - Depanama (Sri Lanka)

Ganadora: Antisistema - Juan García - México DF (México)

Concurso de fotografía Participa enviando tus fotos a lector@grupoanden.com Consulta las bases y mira las fotos en Facebook y grupoanden.com Tema del próximo concurso: Rojo

Te escuchamos: Cuentos para el andén @cuentosanden lector@grupoanden.com

www.grupoanden.com

El 53 de Cuentos para el andén va de mudanzas, de cambios de rumbo: los de tres autores de relato que, por suerte para nuestros ojos, organizaron un magnífico chaparrón de letras del que os mostramos aquí algunos charquitos escogidos. José de la Colina, un grande del relato que tuvo que exiliarse a México y del que se conoce muy poco en España, su país de origen; George Saunders, un ingeniero de minas estadounidense que dejó la petrolera para entregarse a las letras, y lo hizo (y lo hace) con mucho éxito, y Lola Rivas, una artista plástica que acogió la escritura primero como una afición y ahora como profesora y escritora. No te quitamos más tiempo, esperamos que lo disfrutes.

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andénuno

Dos microrrelatos de José de la Colina

El perdido TRAS arduas buscas un aviador lo percibió a la mitad del desierto, allá abajo, en la gran extensión de fulgurante arena y muy lejos del avión caído. En el viaje de retorno fue hundiéndose en un terco silencio, fijando la mirada en las nubes que pasaban como gigantescas ballenas espectrales tras la redonda ventanilla del avión del rescate. Se mantuvo indiferente a los flashes de los fotógrafos y a las preguntas de los reporteros, a las exclamaciones de sorpresa y de alegría de los amigos, a los abrazos de los hermanos y a los besos de la esposa y las caricias de los hijos. Tardó meses en adaptarse a la, como suele decirse, vida común y corriente, y a la ciudad, a la oficina, a la tertulia, a los partidos de fútbol vistos por la tele y al coito conyugal del sábado en la noche. Y todo, al parecer, iba bien, pero a veces, en la alta noche, salía del lecho procurando no despertar a la esposa, iba a la salita, se servía una copa de coñac, fumaba un lento cigarrillo y se enfrentaba al gran espejo de encima del trinchador para escudriñarse la mirada, y si aquella era su noche feliz veía surgir de sus ojos reflejados en el espejo un vasto, un silencioso, un soleado desierto, al que retornaba durante el tiempo de un parpadeo, y, así, en pijama, con la copa en la mano y el cigarrillo en los labios, tarareando mentalmente una vieja y querida cancioncilla, caminaba gozosamente sin rumbo y se perdía en el horizonte de infinita arena que se confundía con el horizonte de infinito cielo que era en realidad (¿en realidad?) el horizonte del infinito espejo.

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andénuno

Marilyn LA blanca la rubia la sonriente la suicida. Tenía entonces quince años y toda la alegría de vivir, de respirar en el mundo, y cuando la encontrábamos en la calle y le silbábamos nuestra admiración, nuestro gusto de que existiera, ella reía, luminosa, y me pedía que le prestara la bicicleta, se montaba y salía pedaleando, gozosa de que el viento le diera en la cara y le hiciera aletear la falda y el cabello, y luego se eclipsaba tras una esquina y esperábamos un rato que apareciera por la esquina contraria, un poco inquietos, ¿y si no volvía?, y sí, siempre volvía, pedaleando con brío y riendo como si supiera que nos había asustado un poco, pero yo sé que, de otra manera, en una de esas vueltas a la manzana ya no volvió, que se fue a Hollywood y a la fama y a la desesperación y la muerte, y han pasado los años y yo guardo la bicicleta en la que no hemos vuelto ni yo ni nadie a montar, y beso el sillín que tuvo su cálido peso y me digo: Quién sabe, cualquier día de éstos, ella da la vuelta a la esquina y viene pedaleando hacia mí, el viento moviéndole la falda y el rubio cabello acariciándole la cara...

tw Del libro: Yo también soy Scherezade. Ed. Menoscuarto, 2016. José de la Colina (Santander, 1934). Hijo de un tipógrafo anarquista, desde 1941 vive en México, donde compartió amistad y convicciones con Luis Buñuel, Juan José Arreola y Octavio Paz. Escritor autodidacta, pertenece a la generación mexicana del medio siglo y a la llamada segunda generación de los exiliados republicanos. Entre su prolífica obra se cuentan Traer a cuento (2004), Muertes ejemplares (2005) y Portarrelatos (2007).

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andéndos

Palos George Saunders

CADA año, la noche de Acción de Gracias, seguíamos todos a Padre en procesión mientras él iba arrastrando el traje de Santa Claus hasta la carretera para después apuntalarlo sobre una especie de crucifijo que había construido con un poste de metal en el jardín. Durante la semana de la Super Bowl, el poste se vestía con el casco de Rod y con un jersey, y Rod tenía que vérselas con Padre si quería descolgar el casco. El Cuatro de Julio el poste era el Tío Sam, en el Día de los Veteranos de Guerra, un soldado; en Halloween, un fantasma. El poste era la única concesión de Padre a la alegría. Se nos permitía coger un solo Plastidecor de la caja cada vez. En Nochebuena le gritó a Kimmie por desperdiciar una rodaja de manzana. Aleteaba por encima de nosotros mientras vertíamos el kétchup y decía: "Ya está bien, ya está bien, ya está bien". Los cumpleaños se celebraban con magdalenas, no con helado. La primera vez que traje una chica a casa me dijo: "¿Qué tiene tu padre con ese palo?". Y yo me quedé allí sentado, parpadeando. Nos fuimos de casa, nos casamos, tuvimos hijos, descubrimos que la simiente avariciosa germinaba también en nosotros. Padre empezó a revestir el poste con más complejidad y con una lógica menos discernible. El Día de la Marmota lo cubrió con una especie de abrigo de piel y colocó un foco para garantizar que hiciera sombra. Cuando un terremoto azotó Chile, tendió el poste en el suelo y pintó con aerosol una serie de fallas a su

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andéndos

alrededor. Madre murió y vistió el poste como la Muerte y colgó del travesaño fotos de cuando era un bebé. Pasábamos a visitarlo y descubríamos extraños fetiches de su juventud colocados alrededor de la base: medallas del ejército, entradas de teatro, viejos jerséis, tubos de maquillaje de Madre. Hubo un otoño que pintó el poste de amarillo chillón. Aquel invierno lo cubrió de hisopos de algodón para darle abrigo y le dio al poste retoños, clavando por el patio seis estaquitas con sus correspondientes travesaños de palo. Tendió cordel entre el poste y los palos y fijó con cinta adhesiva cartas de perdón, reconocimientos de culpa, súplicas para ser comprendido, todo escrito con una letra desquiciada sobre tarjetas de cartulina. Escribió en un cartel la palabra AMOR y lo colgó del poste y pintó otro que decía ¿PERDÓN?, y luego murió en el pasillo con la radio puesta y vendimos la casa a una pareja de jóvenes que desclavaron el poste de un tirón y lo dejaron junto a la carretera para que lo recogiera el camión de la basura.

tw Del libro Diez de diciembre. Ediciones Alfabia, 2013. George Saunders (1958) es uno de los escritores norteamericanos de mayor prestigio. Especialista en relato corto, ha publicado sus historias en revistas como The New Yorker, Harper's Bazaar o GQ, entre otras. Ganó cuatro veces el National Magazine Award. Ha reunido sus relatos en diversas colecciones que le han valido la aceptación unánime de crítica y público.

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andéntres

Dos microrrelatos de Lola Vivas Desplazamiento ESTA mañana, al amanecer, los cuatro cipreses del jardín habían cambiado de lugar. No te preocupes, ha dicho Mario; son cosas que a veces pasan. Así que he bajado a desayunar. En la cocina, he puesto dos trozos de pan negro en la parrilla y he apretado varias veces el interruptor de la cafetera hasta que me he dado cuenta de que se había atascado. Aun así, he molido el café, he abierto el cajón de los manteles y he sacado un hule que hace años tenía unas flores carmesí sobre un fondo celeste. Con él he cubierto la mesa. Una mesa de cristal muy grande. Y he colocado las tazas. Las cucharillas. Cada una en su plato tan pequeño. Finalmente, todo ha quedado dispuesto casi igual a como queda cada día. Pero cuando Mario ha bajado, cuando nos hemos sentado frente al ventanal en silencio y en silencio hemos untado las tostadas sobre el pan tan despacio, es cuando me ha parecido que hacía falta un punto de luz en esta parte de la cocina. Y de golpe, me he girado hacia la ventana. Cada día, los rayos del sol rebotan sobre la hierba verde y esparcen sus reflejos a través del cristal inundando de luz toda la estancia. Hoy, sin embargo, no ocurre nada de eso. Los cuatro cipreses que se han desplazado, están ahora a pocos metros de la entrada principal de nuestra casa como cuatro largas sombras que no dejan pasar ni el más leve de los destellos. Y todo está muy oscuro.

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andéntres

Zapatillas A veces, mi madre me regala alguna cosa. Por ejemplo, esta misma mañana, unas medias de seda. Son medias alemanas, dice mi madre, de altísima calidad. ¿No ves, hija, lo bien que están hechas?, repite, ¿te fijas en los acabados, en la cinturilla? Me las pruebo. Lo hago con mucho cuidado, poniéndome calcetines en las manos para no estropear las medias alemanas con mis uñas. Pero me quedan grandes. Me hacen pliegues en los muslos y el elástico me sube más arriba del ombligo y me comprime la tripa. Eso, sí, se nota. Por la textura, la semitrasparencia humosa. Se nota que son de altísima calidad. Un espejo. Quizá otras medias. Otro espejo. Unos pantalones vaqueros. Zapatillas. Mi coche es pequeño. Mi casa es pequeña. Yo soy pequeña. Pero estas medias alemanas, le digo a mi madre,

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andéntres

son grandes, me quedan grandes, son alemanas, mamá. Ella cruza las piernas. Las descruza. Su pelo teñido de rojo se estira en las puntas, se arquea el vello depilado de sus cejas. A mí me quedan perfectas, me dice. Suena un clic. Otro clic. Clic, clic. El definitivo clic. Y el salpicadero se enciende en mi coche pequeño. Se alarma de que una de las dos no lleva puesto el cinturón de seguridad. La miro a ella, en mi pie derecho su miedo. Y acelero. Me pasa siempre que recibo un regalo de los suyos. Mi madre es alemana. Tiene unas piernas larguísimas. Una casa grande. Y no soporta las zapatillas. No me soporta a mí. Pero tampoco la velocidad.

twMicrorrelatos inéditos. Lola Vivas pertenece a la cuarta promoción del Máster de la Escuela de Escritores donde actualmente es profesora. Autora de dos novelas, Hola tesoro y Oscilación, algunos de sus relatos han sido publicados en varias antologías. Actualmente trabaja en un libro de relatos.

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cuentoscomochurros

De ausencias y abandonos

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cuentoscomochurros

CUANDO un escritor abandona a sus personajes, se muere un gatito. En alguna parte del mundo, da igual si es Persa o Siamés, el gatito se desploma y eso ya no es tan gracioso. Ya no hay más gatito. Ya no volveremos a verlo tocando el piano en Youtube. Pero eso no es lo peor. Cuando un escritor abandona a sus personajes, se apaga una estrella. A simple vista apenas se nota porque hay miles de millones, pero esa estrella que acaba de convertirse en plancton galáctico, por insignificante que pudiera parecernos ahí arriba, no volverá a brillar nunca más. Y la familia y todos sus parientes estelares orbitarán alrededor durante años luz, en señal de luto, rezando para que ese apagarse de repente no genere ningún tipo de fenómeno extraño, como por ejemplo, un agujero de gusano. Siempre se van las mejores. Pobre Gamma Orionis. Pero eso no es lo peor. Cuando un escritor decide no seguir escribiendo una historia, naufraga un barco en medio del océano. No naufraga en el Mar Muerto, no, donde todo flota y es imposible ahogarse, sino en mitad del océano, con lo que eso conlleva: las balsas hinchables, las mujeres y los niños primeros, maricón el último, tiburones asesinos; en el mejor de los casos se salvarán unos cuantos, supervivientes de barbas ralas y mirada infinita, cubiertos con ropa de marca hecha jirones, habitantes de islas desiertas sin conexión wifi ni duchas en la playa. Pero eso no es lo peor. Lo peor es que, cuando un escritor abandona a sus personajes, los está enterrando vivos y ellos no lo saben. Por eso miran hacia el cielo y hablan como el que habla con dios, reclamando un poco de atención con palabras nunca escritas. Y así pueden pasarse años, hasta que el escritor se decide a retomar la historia. Entonces encontrará a esos personajes en el mismo sitio donde los dejó, en la misma postura, solo que más viejos, más sabios, con arrugas en la frente y las uñas astilladas de rascar, noche tras noche, la cubierta del cuaderno.

tw Colaboración mensual con Cuentos como Churros: ellos eligen una de las cuatro fotografías seleccionadas de El muro y cocinan con ella un rico churro que publicamos aquí. I Rossana Favero, finalista de nuestro Concurso de Fotografía de este mes.

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lapuertadelanevera

Engordar Luna Para no engord ar coger sólo del último cajón.

Elisabet Jiménez ás tu Me engorda m e ausencia qu el chocolate. spot.com.es/ argodelcafe.blog https://deloam

https://lunapani agua.wordpress.c om/

Torpe Laura A No soy torpe, soy un prototipo en pruebas. https://enelj ardiningles.w ordpress.com/

Luna y torpe, so o N para llamar zo ie op tr tu atención. press.com aniagua.word https://lunap

Olvidar Pepe Olvidar es sencillo, lo difícil es no recordar.

Remy Martín Lánzate al vacío .Y luego, recuerda olvidar porqué lo hicis te.

Mavi Gómez Olvidar son surcos en nues tra mente.

Alma Rural llas Olvida las cebo . iso gu el ra pa Esta noche solo ocolate. usaremos el ch press.com/ ralblog.word https://almaru

Déjale una nota al mundo en La puerta de la nevera: www.grupoanden.com

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diccionariodesaturno

Una nueva civilización está empezando de cero en Saturno, aún no tienen claros algunos conceptos, ¿les echas una mano con el diccionario? Participa en www.grupoanden.com

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de s tivo de lo loe j b d g n el o a eda ol o a y u / n h l c o es i . o c ial do de e alc mús spot.com c o a s ien ia d n l .blog s to STA en pend esenc a falta rseida14 salto o i E I m e F r n e p c y a n/ p rup irse. D es la r. Nun d http:/ ebida to de sintié g A ert nt ria avi e a, b l obj pero d i div ticipa de va Cad e te m par s pue Chelo ca, co s con guien sana e i s si os al bo aso. mú rup día z. R pay la de s y g da al te feli na zc ale na en lgu . a Me ividu e de dam a s r lne ucha untaner ind rdars rema u v e a m onm aco se ext atna l qu ulner entinbay e do runar a al v par que /users/v Ka o r l r m N cie a e x.co es ISIÓ e en o par sttorybo m. R . P t.co s d w o a p r w gs blo 2 Lugya, y de ipn http://w azada. to. ien m le lent en nsa s) pe un tale entos Va i r amivir. . do n a g l i a u d ri o ibuj v l (o hamb Yug a sin iviend http://d e p d Vi rir v rcía pa es de e ser Mo si Ga s o dd at Ro ECA de pl osida tis. T IO nte curi .B. gra / L n B M ra la BI sió es/s tau aciar . Pepa diver ot.com. s e s 3 R ara íritu esta o.blogsp p esp ari pr ue ://placid de q p r t a ht Lug cido á l P

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Sttorypics

Sttorypics @Marrodriguez De la misma manera que leía los labios para conversar, leía las manos del músico: los tiempos, la cadencia del clarinete, los dedos bailando con los botones. Cuando nadie más quedaba, él tocaba descansando los pulmones, apenas audible para él mismo, y ella, ajena a los sonidos de la calle, seguía escuchándole. @rossanakar Viene de Hamelín. Su melodía hipnotiza a todos.

Cada mes Sttorybox elige una imagen de nuestro concurso de foto, sus usuarios escriben microhistorias en Sttorypics sobre ella, y nosotros publicamos las mejores aquí. I Sin título. Ángel Téllez - Hidalgo (México)

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sinopsis

«La chimenea» Pocos en el pueblo recuerdan cuándo se levantó la fábrica, hace años abandonada. Ahora no es más que una mole de ladrillos rojizos, carente de actividad en su interior. Sin embargo, desde hace unos días, un denso humo negro surge de su chimenea. ¿Qué misterios se esconderán en su interior?.

Arturo Villar Campos

Completamos la saga. Tras "Sótano sin luz" y "Desván sin fantasma” llega la fantástica: "La chimenea", sin agujero. Una desternillante historia donde Santa Claus lo pasa canutas para hacer su trabajo. Tras varios libros de autoayuda, aprendió a usar las puertas, mostrando su capacidad resiliente sin abandonar jamás la Navidad.

Rosi García | http://dibujandounpensamiento.blogspot.com.es

No fue solamente la columna de humo entre la bruma de la distancia, fue la aceleración en la generación de ansiedades, emociones y expectativas lo que, en las entrañas de la noche cerrada, volvió a poner en marcha un corazón ya casi rendido...

Amonrá

Tenemos el título del próximo éxito editorial, nos falta la sinopsis ¿nos ayudas? Participa en www.grupoanden.com

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noviembre

brevemente

Hiperrealismo Semana 9 de concurso: 21 de noviembre de 2016 Ganador: Ricardo Hierro No era el mar pero se le parecía. Quizá el azul resultaba impostado, demasiado luminoso. El pintor decidió oscurecerlo. Corrigió a trazos rápidos la pintura. Se alejó un par de metros del caballete y miró complacido la obra. Fue entonces cuando el estudio se llenó de aroma a marea. Se espumó la tarde. Un pez de plata brincó desde el lienzo y, de un certero bocado, le arrebató el pincel.

diciembre La sala Semana 10 de concurso: 5 de diciembre de 2016 Ganador: Mer Barrera De un certero bocado, le arrebató el pincel y ambas quedaron inmóviles. El silencio que reinaba en la sala se hizo ruido de repente. Empezó a notar que le zumbaban los oídos y sintió un leve mareo. Se apoyó como pudo en la mesa. Llevaba una década entre brochas y paletas y creía haberlo visto todo. Siempre silencio, ella, sus herramientas y el trabajo a realizar. Ambiente frío, inerte y luz azul. Ella con movimientos suaves y certeros conseguía dar vida a cada uno de los rostros que maquillaba. Dos cuerpos en la sala. El de ella joven, esbelto y vital. El otro, hombre o mujer, siempre muerto.

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brevemente

Consejos maternos Semana 11 de concurso: 12 de diciembre de 2016 Ganadora: Carmen Quinteiro Moreno …el otro, hombre o mujer, siempre muerto, eviscerado y en raciones individuales listas para meterlas en el congelador, que luego llegan los exámenes y no tienes tiempo para cocinarte algo decente; que te conozco, cariño. Y la sal y el toque de pimienta justo antes de ponerlos sobre la plancha bien caliente. Y que si llevan tatuajes quítales la piel, no te la comas, que por muy churruscadita que esté, esas tintas tienen que ser tóxicas. Y por favor, revisa que no lleven piercings: la última vez tu padre y yo pagamos un dineral por ese colmillo nuevo. Te quiere, Mamá.

Imborrable Semana 12 de concurso: 19 de diciembre de 2016 Ganador: Pepe Cano Te quiere, mamá. Pliego el papel respetando los perfectos dobleces que ella ha hecho. Lo devuelvo al sobre. Sentado en el sofá, con la mochila del instituto aún colgada del hombro, intento llorar. No me sale. Hace rato que no me sale. Que procure perdonarla… Pateo la mesa de cristal como si eso desdibujara mi rabia. Como si estuviera escrita con la tinta de los bolis borrables. Se hace añicos con un estruendo exagerado. Las astillas se me clavan al cubrirme los ojos. No me importa. Necesito ocultar las facciones azuladas y el vaivén de su cuerpo suspendido desde una viga del techo.

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brevemente

Mapa de calor Semana 13 de concurso: 26 de diciembre de 2016 Ganador: Victor Manuel Sanguino Mateos Desde una viga del techo, los ojos del mosquito trazan el mapa de calor de tu cuerpo, desnudo en la noche de agosto. Como los míos, recorren cada trozo de tu piel, sudorosa y brillante en la penumbra de la ventana abierta. Sé que irá a por ti, y espero con media sonrisa y la mano dispuesta. El zumbido crece, y sobre tu piel, donde el cristal refleja un sendero de luz de luna, veo una sombra negra que antes no estaba. Con un sonoro manotazo, lo espachurro sobre tu cadera. Tú entreabres los ojos, sonriendo, para decirme: "Hmmm, ¿es que no tuviste bastante?".

enero Voraz Semana 14 de concurso: 9 de enero de 2017 Ganador: Lorenzo Rubio "¿Es que no tuviste bastante con la bronca de ayer?". Él encuentra la reprimenda entre las sábanas, la dobla palabra por palabra y se la traga. Debajo de la cama ve un "Me las pagarás". Lo ingiere, sin masticar. Abre el cajón de la mesita de ella. Allí su esposa acumula los insultos que recibe. Los devora empezando por los más hirientes. En la cocina, entre las sartenes saca otro puñado de amenazas y se las come también. Engulle las pullas escondidas bajo los muebles. Y, cuando ya se ha tragado todos sus reproches, llama arrepentido a su mujer para implorarle que vuelva a casa.

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brevemente

Mensajes de amor desesperado Semana 15 de concurso: 16 de enero de 2017 Ganador: Ernesto Ortega Garrido Para implorarle que vuelva a casa se ha cortado una oreja y se la ha hecho llegar con una nota escrita a mano. "Si no es contigo, no merece la pena escuchar el canto de los pájaros". Como no ha conseguido ablandar su corazón, se ha cortado una mano y se la ha enviado, con otro mensaje: "Puedo vivir sin manos, pero no podría hacerlo sin ti". Por fin, unos días después ha llegado la esperada respuesta. Era una cajita. Dentro solo estaban sus ojos y una nota que decía: "No quiero volver a verte nunca más".

tw Relatos finalistas de noviembre y diciembre de 2016 y enero de 2017 del concurso Relatos en Cadena, organizado por la Cadena SER y Escuela de Escritores. Puedes leer todos los seleccionados en www.escueladeescritores.com o www.cadenaser.com.

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dindondin

I Concurso de relato corto "Atenea" Premio: 700€. Hasta el 9 de febrero de 2017 Ayuntamiento de Armilla. Granada. (España) http://www.escritores.org/

Quique y Angie. La pareja imperial más mentiras el musical. Hasta el 29 de abril de 2017. Foro A Poco No. Ciudad de México http://www.cultura.cdmx.gob.mx/

I Concurso literario de relato fantástico San Agustín Premio: 500€. Hasta el 10 de febrero de 2017 Colegio Cooperativa San Agustín. Calahorra. (España) www.agustinoscalahorra.org

Certamen internacional Almagro Off. Teatro. Premio: 6.000€ y representación. Hasta el 12 de febrero de 2017 Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. (España) www.festivaldealmagro.com

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decamino

www.emonautas.com

Emonautas es una editorial infantil especializada en cuentos de educación emocional y en valores. Tras las historias de Blef —un extraterrestre al que le cambian de color los tentáculos cuando le pasan cosas— y muchos otros personajes están Teresa Arias y Eva Clemente, dos admiradoras del poder de los cuentos que crearon este proyecto con dos objetivos: acompañar a los niños a explorar las emociones —enseñando a reconocerlas, entenderlas y expresarlas de manera sana y divertida—y ofrecer una herramienta pedagógica a padres y educadores.

tw Ahora que acabamos de cumplir un año, sentimos esa emoción empoderadora de ser "un niño mayor". Nuestros primeros pasos zigzagueantes ya quedaron atrás y queremos seguir caminando con un sueño: crecer, aprender y sobre todo disfrutar de lo que hacemos. Este año vamos a enfocarnos en nuestra colección de Los tentáculos de Blef. También publicaremos otros títulos de cuentos sobre valores y alguna otra sorpresa más que aún no podemos desvelar. Ahí os dejamos la semillita...

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entrecocheyandén

El homenaje Luis Ángel Pérez Alumno de Fuentetaja, talleres de escritura creativa

LA fiesta había empezado hacía horas. La casa de nuestros anfitriones desbordaba amplitud y encanto. Adriana me había ayudado a ponerme el esmoquin. Ella se había arreglado con esmero y esa noche iba especialmente elegante y especialmente guapa. Habíamos llegado muy pronto, para eso era yo el homenajeado. Nos habían pedido que estuviéramos antes para recibir, junto con los dueños, al resto de los invitados. Era un detalle del protocolo que había resultado bastante pesado. Pero no teníamos otra opción. Lo más selecto de la ciudad se reunía allí, en aquel jardín exuberante, lleno de camareros, parejas que se querían, parejas que se engañaban y gente suelta buscando a quién cortejar. No me gustaba beber tanto, no suelo hacerlo, pero una felicitación lleva a otra, una conversación lleva a otra, un vaso lleva a otro. Casi sin descanso, casi sin dejar de sonreír tanto a personas conocidas como a extraños. Es lo que tiene que a uno le hagan un homenaje, que sea el centro de la reunión. Esa noche era mía, nadie podía quitarme la gloria que merecía y que tanto me había costado conseguir. Adriana se había ido hacía mucho rato a por algo sólido para acompañar la bebida. No entendía muy bien por qué tardaba tanto en volver. Creo que perdí la noción del tiempo pero tampoco me importaba. Me había quedado disfrutando de mi pasajera soledad en una esquina de la terraza-mirador, contemplando una luna llena que siempre me había fascinado. No sé por qué, pero así había sido desde que era pequeño. Justo cuando una nube empezaba a cubrir la cara de la luna, alguien me tocó el hombro.

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entrecocheyandén

—¿Es usted el señor Ruipérez? —Sí -respondí mientras me volvía y descubría una cara seria que no creía haber visto antes en mi fiesta. Me mostró un objeto que no pude reconocer en un primer momento, sólo vi que era una tela de color negro. —¿Es esto suyo? -dijo el desconocido con un tono casi admonitorio. Cogí la tela y vi que era un fajín de esmoquin empapado en sangre. Por eso tenía manchas rojizas. Iba a responderle que no cuando me di cuenta de que mi fajín había desaparecido. Debía de ser mío. Lo que no lograba entender era por qué yo no lo tenía y por qué ese señor me lo traía justo en ese momento, manchado de sangre. —¿Puede acompañarme, por favor? -más que sugerir, ordenó. —Sí, claro, balbuceé todavía confuso. Me llevó al interior de la casa, me condujo por dos o tres pasillos hasta que llegamos a una habitación donde esperaba otra persona también desconocida para mí. Me llamó la atención que vestía casi igual que mi extraño interlocutor. Me miró a los ojos y, por un momento, parecía que dudaba. Por fin, me dijo: —Siento tener que mostrarle esto, Sr. Ruipérez. Abrió la puerta y pude ver un espectáculo realmente horrendo. Adriana estaba tendida en el suelo, desnuda, bañada en sangre, con un puñal clavado en el pecho. Junto a ella yacía el dueño de la casa, también desnudo, con el rostro congestionado como de haber sido estrangulado. —¿Conoce a estas personas? En lugar de responder, empecé a reír sin control ante la cara de estupefacción de mi interlocutor. Reconozco que no fue la reacción más adecuada ante ese espectáculo pero no podía parar de hacerlo. El hombre que solamente unos minutos antes había tocado mi hombro

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entrecocheyandén

reaccionó por fin y, sin saber si hablar con dureza o con lástima, me dijo: —¿Está usted bien? —Sí, creo que respondí, muy bien. Esto de que mueran así dos enamorados es como de risa, ¿no le parece? —¿Puede acompañarme a la comisaría, por favor? —¿Sabe usted con quién está hablando? Esto no se hace a alguien que está celebrando una fiesta en su honor, ¿por qué no se toma una copa, amigo? Fue lo último que dije antes de verme arrastrado hacia la entrada de la casa por los dos hombres que vestían de forma parecida y a los que no conocía hasta aquella noche en que mi anfitrión organizó mi merecido homenaje.

tw Luis Ángel Guerras Martín es profesor de universidad. Siempre le gustó escribir. Tiene publicados varios libros de texto de temas aburridos aunque algunos dicen que son interesantes. Sólo recientemente ha empezado a escribir cuentos y relatos breves en los talleres de Fuentetaja. Le gustaría tener más tiempo para disfrutar escribiendo.

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