Cuentos para el andén nº21

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nº21

noviembre 2013

elmuro [3] andénuno [5]

Tres microrrelatos de Ángel Olgoso andéndos [7]

Mujer enjambre, Patricia Figuero andéntres [10]

Concurso “Entre copas” de PradoRey nueva estación

elbigotedelmaquinista [12]

Un amor en primer plano, Esther Seco crowdfunding:agradecimiento [17] dindondin [18] decamino [19] brevemente [20]

Relatos en cadena entrecocheyandén [23]

Destierro, Laura García metroligero [26] pormotivosajenos [27]

novedades

Usun Yoon

Publicamos en este número los relatos ganadores del concurso “Ente copas” de PradoRey, que convocamos durante el mes de octubre, y al que se han presentado 1.905 microrrelatos.

Edita: grupo andén comunicación C/ Feijoo, 6 - 4ºA - 28010 Madrid | edicion@cuentosparaelanden.com | www.grupoanden.com Comité editorial: Alejandro Moreno, Víctor García Antón, Leticia Esteban. Publicidad: publi@cuentosparaelanden.com | Diseño: www.jastenfrojen.com Ilustración: Coordinación: tiagertrudis.wordpress.com Ilustración portada e interior: © Silke De Vivo | http://www.silkedevivo.com

Con la colaboración de:


elmuro

Finalistas:

Tema: Tocar el cielo

Alas en Madrid - Rafael Plaza (Madrid) Asomándose - Otoño Suzume (Bogotá) Una escalera inclinada hacia el cielo Rosa García (Gran Canaria)

Ganador: Árbol by IP - Irma Penilla (Madrid)

Concurso de fotografía Participa enviando tus fotos a lector@cuentosparaelanden.com Consulta las bases y mira las fotos en Facebook y grupoanden.com Tema del próximo mes: Luces en la noche

Te escuchamos: Cuentos para el andén @cuentosanden lector@cuentosparaelanden.com

www.grupoanden.com

En Cuentos para el andén, estamos pegando saltos de alegría porque cumplimos dos años como dos soles. Cuanta más gente lo celebre con nosotros, mejor, por eso en este número 21 abrimos las puertas al cuento infantil, porque bajo el paraguas del cuento cabe mucha gente. De todas las estaturas. No te quitamos más tiempo, esperamos que lo disfrutes. tw grupo andén comunicación

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andénuno

Tres microrrelatos de Ángel Olgoso

El vuelo del pájaro elefante AVANZO a través del túnel que excavé durante meses en la toba blanda. Me arrastro por este nauseabundo arroyo con la desesperación de los que se saben imantados por fuerzas fatales, de los que han infligido dolor, de los que han sido martillos inclementes para numerosos clavos. Después de dos horas de angustia, mi cuerpo asoma fuera de la boca del túnel. El zumbido de los oídos desaparece. Logro esquivar los reflectores en el mortal damero del patio de la prisión. Me muevo como un veneno recién inoculado. Acometo sin respiro los vastos y resbaladizos muros de cantería. Tras ocultar las sábanas encordadas, atento a los paseos de los guardianes, me interno en las sombras reconocibles de la tercera galería. Puedo escuchar el roce de mis pisadas y el frotecillo asombrado del mecanismo de la suerte. Por fin estoy ante los barrotes. Inspiro profundamente, adelgazándome, y me deslizo entre ellos. Con infinito alivio regreso a las dulzuras de mi celda, a salvo de la aturdidora, extenuante y espantosa libertad.

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andénuno

Perspectiva EN la habitación del hospital el padre contempla, por primera vez y con infinita dulzura, a su hijo recién nacido. Es hermoso, de una inocencia irradiadora, rozagante. El padre nota cómo una corriente de júbilo asciende desde algún lugar de su interior y amenaza con desbordarse y reventar cada grieta hasta que levanta un poco los ojos y ve, bajo el techo, levitando pacientemente, con esos acerados destellos de sus filos, cientos de espadas de Damocles que cuelgan justo sobre el cuerpecito de su hijo. Vuelve la cabeza hacia su mujer y sabe al instante que ella lo sabe, pero ninguno dice nada.

La derrota PARA qué huir de ella. No puedes guardarte ni escapar. Antepone tu persecución a toda otra idea. Más pronto o más tarde, a la menor oportunidad, te atrapará. Con paso poderoso, como una sombra leonada, buscará hasta encontrarte. De nada te sirven la Capa de Invisibilidad y su caperuza cubierta de rocío, las Botas de Siete Leguas con las que corres treinta y dos veces más rápido que el más veloz de los hombres, la Hierba de Glauco que hace saltar las cerraduras de todas las puertas, el Tapete de Rolando que te permite convocar cualquier alimento que desees, la Flor Mágica capaz de colorear y perfumar cada una de tus desdichas. De nada te servirán cuando ella -ávida, arrogante, burlona- cierre los caminos y te cerque con infalible celeridad. Puede que llegue sin aliento -es vieja y seca-, que su jadeo delate lo agotador de la incesante tarea que la ocupa desde siempre, pero no puedes albergar dudas sobre el desenlace. tw El vuelo del pájaro elefante pertenece a Astrolabio (Ed. Cuadernos del Vigía, 2007). Perspectiva y La derrota pertenecen a La máquina de languidecer (Ed. Páginas de Espuma, 2009). Ángel Olgoso (Granada, 1961) es autor de una docena de libros de relatos, entre los que destacan Cuentos de otro mundo, Los demonios del lugar, Astrolabio, La máquina de languidecer y Las frutas de la luna. Se le ha incluido en cuarenta antologías del género y ha sido traducido al inglés, alemán, italiano, griego y rumano.

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andéndos

Mujer enjambre Patricia Figuero

CADA invierno, los días en que nieva, la misma mujer se arranca trozos de sí con idéntico gesto vacilante y esperanzado; pedazos de carne suya que arroja, sin más, por la ventana. Después, la misma mujer espera, inmóvil, mientras sus ojos en fuga observan la nieve sobre las remotas montañas y su carne extirpada, que ya no le pertenece, se congela lentamente junto a los arbustos. No pasa mucho tiempo hasta que llegan. De uno en uno, a lo lejos, la mujer los ve aparecer. Deambulan entre la nieve con ojos sombríos; pequeños pájaros con las plumas pegadas al pecho que cargan minúsculas ramas entre sus picos de aguja. De uno en uno llegan y de uno en uno la anidan; cuidadosamente, en los huecos que ella ha abierto en su cuerpo, colocan las ramas y allí la habitan, al calor de su sangre. Y así cada invierno: la misma zumosa nieve sobre las montañas, la misma mujer enjambre, idéntico brillo en los ojos.

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andéndos

En el transcurso del frío las aves viven en la mujer y ella pasa las horas dando paseos que le duelen en los huesos. Sería mejor si se quedara quieta con la voluntad de rama, para no despertarlos; es incómodo el aleteo de los pájaros dentro de su cuerpo o cuando caminan con sus diminutas patas por el interior de sus piernas o picotean alegremente sus tendones a la hora del amanecer. Pero sólo caminando ella logra olvidar a los pájaros. Negarlos. Sólo así consigue la mujer extraviarse a la llegada del calor; despistar el instante en que de nuevo, una a una, todas las aves la abandonarán dejando tras de sí agujeros-nido de despojos y plumas inservibles para el vuelo. Cuando eso ocurra, cuando el sol calcine la nieve de las montañas y ella recuerde con nostalgia los días en que le dolían los huesos llenos de pájaros, bajará al jardín. Cerrará todas las ventanas y acudirá junto a los arbustos. Allí, de aquella carne sin vínculo esparcida sobre la hierba, la mujer verá brotar diminutos lirios, inmensamente pálidos.

tw Relato inédito Patricia Figuero es de Madrid. Licenciada en Publicidad, cursó estudios cinematográficos en la Escuela Universitaria TAI. Ha publicado en las antologías Relatos 04 (Ed. Tres Rosas Amarillas) y La carne despierta (Gens Ediciones). Otro de sus cuentos estará en Relatos de mujeres 7 (Ed. Torremozas).

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andéntres

Ganador Autorretrato Alicia Machado CON la Kodak nueva sacó una foto al perro de Luis, miró la imagen en el visor de la cámara y al volver la vista a la vereda, el perro había desaparecido. Enfocó entonces la moto de Raúl, y sucedió lo mismo. Comenzó a fotografiar cosas que le molestaban: calles, gente, negocios, automóviles, casas. Caminando sin rumbo llegó a la estación de trenes al atardecer. Miró hacia atrás y vio con alivio que ya no quedaba nada. Con nostalgia enfocó el sol amarillo, las vías, los galpones, la vieja locomotora. Después, tomó una copa de vino y buscó un espejo.

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andéntres

Finalistas Al otro lado de la barra Miguel Pontaque Rodríguez TRABAJABA de camarero en el mismo bar que frecuentaba cuando era estudiante. Conocía a todos sus clientes y a todos les encontraba algún parecido a un primo, amigo o profesor suyo, pero aquel muchacho que entró por la puerta, a quien se parecía realmente era a él mismo diez años atrás. El muchacho pidió una copa de vino y se sentó con una chica asombrosamente similar a su ex novia. Aunque no, no podía ser ella, pensó; la misma chica desalmada que terminó abandonándole por el camarero, la misma que ahora le sonreía insinuándose al otro lado de la barra.

Pro Serenitate Concha Montes Martín LA señorita Severina es ciertamente precavida. Por eso los días de lluvia calza de inmediato sus katiuskas y viste impecable su gabardina azul. Y con una copa de vino aguarda tras la ventana que deje por fin de llover.

tw Relatos ganadores del concurso “Entre copas” de PradoRey, al que se presentaron 1.905 microrrelatos, que viajaron desde todos los rincones de habla hispana del planeta.

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NOTA: Este cuento se ha escapado del libro "El cine Doré", uno de los títulos de la colección "HITOS DE MADRID", editados con la intención de acercar monumentos emblemáticos de Madrid a madrileños y visitantes a través de un relato con bellas ilustraciones. Para lectores de 0 a 100 años, lectura en soledad o en compañía. El Cine Doré, sede de la Filmoteca Nacional, toma vida en este caso convirtiéndose en narrador y personaje.

Un amor en primer plano Esther Seco De una taquillera que se llamaba Cosmina, me acuerdo con nostalgia en blanco y negro. Fui amigo y consejero, incluso. Ella despachaba las entradas en su pecerita de cristal. Parecía una muñeca en una vitrina, con sus dos ojos con puntillas y su piel color crema pastelera. Un día, vendiendo entradas, su mirada latió como un corazón muy rojo, al ver una mano con un billete que asomaba por el hueco de la taquilla. Siempre le pasaba lo mismo a Cosmina, se enamoraba de un detalle: podía ser una peca, el borde de unos labios o una solapa en flor. Eran los suyos, amores en un plano corto, que es como ella veía la vida desde la taquilla. Esta vez, se trataba de una mano geométrica, con uñas de lunares. -Por favor, señorita, una entrada con final feliz -pidió la mano.

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© Esther Seco

-Lo siento en el alma, pero sólo me quedan entradas de finales tristes. Venga mañana un poquito antes -le contestó Cosmina con voz nerviosa. Y al día siguiente: -Buenas tardes, señorita, ¿tiene hoy entradas con final feliz? -Sí, hay una -respondió la taquillera. -¿A usted también le gusta que todo acabe bien? -le preguntó a Cosmina la voz expresiva de aquella mano. -Para serle sincera, no creo en los finales felices -contestó ella, dejando caer sus párpados azules. -Nada de esto que usted me dice concuerda con su sonrisa.

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-Ya ve, contradicciones. Que disfrute de la sesión de hoy, señor Mano. -Muchas gracias. Me acordaré de usted. Cosmina se miró en el espejo de su polvera para ver si era verdad que tenía sonrisa de final feliz. Y dudó, pues sí le pareció ver una media luna en su boca. La tarde siguiente, mi amiga atendió a todas las manos que depositaban el dinero de la entrada por la ventanilla. Pero la mano feliz no apareció. La luna de sus labios se transformó en leve línea eclipsada. Y, según pasaban los días, Cosmina me empapaba de lágrimas la pantalla, lo que hacía que las pelis fueran como dunas o como las olas del mar. -¿Ves, Doré, cómo es lógico que no crea en los finales felices? -se lamentaba Cosmina, bañada en llanto salado. -Mujer, ten paciencia. Seguro que, cuando menos lo esperes, tu mano de uñas moteadas vuelve -intentaba consolarla yo. -Pero si es que casi temo que aparezca, porque se acabará enterando de lo de mi hermana. -Bueno, lo mismo no le importa. -De sobra sabes que mis pretendientes acaban siempre huyendo por ese motivo -me contestó la infeliz Cosmina. -No adelantes acontecimientos, que tal vez en esta ocasión te equivoques -Y se lo decia yo, no sólo para darle ánimos, sino porque tenía pruebas. -¡Ay, Doré, qué corazón tan dorado tienes! -exclamó ya algo más animada ella, dándome un abrazo mojado. Efectivamente, pasados unos días, la mano asomó por el hueco de la taquilla con una rosa rosa-fucsia. Cosmina cerró sus ojos enamorados y suspiró en francés. Aquel amor en plano corto parecía que funcionaba. Sí. Porque otro día, la mano optimista le llevó una figurita de cristal, y al día siguiente una caja de pétalos glaseados y al otro...

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Al otro día, un anillo con dos perlitas. -No me puedo comprometer contigo. Ni tan siquiera nos conocemos físicamente del todo -exclamó titubeante Cosmina. -Eso no tiene importancia. -Sí la tiene. Eeee... es que soy un poco especial... -se atrevió a decir ella, casi a punto de llorar- O, más bien, somos. Porque ya no sé si soy una o dos. -Eres dos en una. Es tu atractivo -dijo la mano apasionadamente. -¿A qué te refieres con lo de dos en una?... No es una metáfora, no creas. Verás... es que tengo una hermana... - ... que vive contigo -se apresuró a decir la mano. -Bueno... más que vivir conmigo, vive pegadita a mí -precisó Cosmina cabizbaja. -Claro. Para eso es tu hermana siamesa. -¿Y no te importa? -Más que no importarme, es que forma parte de tu encanto. Por eso me fijé en ti. Me fascina tener una novia tan original, además de una cuñada con la que charlar mientras tú trabajas. Mi vida se llenará de simetría y equilibrio. -¿Tú qué opinas, Malina? -preguntó Cosmina a su hermana siamesa, que siempre se mostraba muy discreta, casi invisible. -Pues que por fin tendré un cuñado -respondió Malina, asomando su cara por la ventanilla y soltando tres risitas. -¿Ves, Cosmina, cómo los finales felices sí existen? -dijo aquella mano sin pies ni cabeza.

tw Del libro: "El cine Doré", escrito e ilustrado por Ester Seco, editado por la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil junto con el Ayuntamiento madrileño, en 2009. Esther Seco es profesora de Teoría del Arte, pintora y autora de varios textos que acompañan a sus ilustraciones. La libertad creativa y el cuidado de la forma configuran su arquitectura estilística, de la que emerge el absurdo y la plasticidad como elementos expresivos.

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crowdfundingagradecimiento

muchas

gracias a los que nos habéis apoyado

Son embajadores de Cuentos para el andén

Nos apoyaron: Giuseppe Favale, Mercedes Postigo Bretón, puntocompra, Paloma Gaspar, ceciangelessr, Patizas, denisobrevilla, Nat Muñoz, Kike Lapido, miguelangelbrotherthebest, Luz Bolado, Daniel Martínez Ortega, Mónica Ramírez Martín, pablovazquez, Nuria Sierra Cruzado, Ángela Marcos, serapia, Malek Aro, Rabuja, Livia, rosagloria, Marta Fernández, Luis Urbano, sucaro, Fernando Gupayo Trejo, Gema M García, marisus, Amalia Santizábal, Viganton, Carmela Tortajada Serra, maragata, Pablo Rivero, alvarodrv, blanquiqui, José Javier Rodríguez Hernández, besodelagarto, TallerdeEscrituraFuentetaja, Manuel Labrador Pro, argamasa, Javier Yohn Planells, Teresa Raventos, eugenia20, maricarmenalonso, Andrew MacFarlane, Tere Susmozas, Mariví Aguado, ibayo, maldonado, IciarFernando, celiafm, ricardoalonsom, Miguel Nadal, Ricardo Hierro, Agaragorri, Igor Prieto Hernández, LaGateradelaVilla, jesusbh, mariaescritora, AmigosdeLASLETRAS, escrituracreativa, EdEscritores, Antonio Fernandez Masanes, Wibooki, Luis Miguel Morales Peinado, Ediciones Traspiés, LibreroJavier, Álvaro Piédrola Nadal, Poetisapetisa, Jasten Fröjen, Rokio, crisostomo, Groria Farinas, TallerEscritura, ElLápiz.

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dindondin

LudiMates Matemáticas lúdicas para niños Talleres abiertos http://ludimates.jimdo.com

VII Premio Internacional de Novela Gráfica Fnac y ediciones Sins Entido Hasta el 29 de noviembre de 2013 http://www.clubcultura.com

XVI Edición de MECAL PRO Festival Internacional de Cortometrajes y Animación de Barcelona Hasta el 8 de diciembre de 2013 http://www.mecalbcn.org

Micromusicales Madrid, detrás de la Gran Vía Presentación 27 de noviembre de 2013 http://www.teatropordinero.com

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decamino

Web: http://enpapeldeestraza.es Blog: http://mundoestraza.es

Enpapeldeestraza es un lugar que alberga los olores y los colores de los tradicionales mercados de abastos, recuperando el sabor y la salud mediante una alimentación más sana, dando un lugar a pequeños productores ecológicos y artesanos que aman los productos que trabajan, que están apartados del sistema actual de producción y condenados a abandonar lo que da sentido a su trabajo, al no poder satisfacer las exigencias que impone la distribución actual. Pensamos que internet nos da una nueva oportunidad para reunir ambos mundos y recuperar el diálogo.

tw Queremos ayudar a que la gente coma bien y para ello apoyamos los sistemas locales de alimentación y favorecemos el desarrollo rural y la comida fresca, sana y de temporada. http://www.lanzanos.com/proyectos/en-papel-de-estraza/

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brevemente

Candela Semana 4 de concurso: 23 de octubre de 2013 Ganadora: María Pámpanas Rivero

-Si, papá, pero, ¿y esa? Cada muñeca era exacta a la anterior. En el largo del pelo, en la ropa, en la mueca del rostro. -Papá, ¿y esa? -preguntó de nuevo Candela con los ojos vivos, curiosos. -Esa está rota, cariño, no es tan bonita como las demás. Candela examinó la muñeca descartada por su padre. Era más pequeña que las otras, estaba descalza y la camiseta que cubría su cuerpo, nada tenía que ver con los vestidos de sus inertes compañeras. Su padre cogió las tres muñecas restantes. -Papá, ¿yo estoy rota? -preguntó Candela mientras su padre cerraba la tapa del contenedor.

Los secretos Semana 5 de concurso: 6 de noviembre de 2013 Ganadora: Rocío Romero Peinado

Mientras su padre cerraba la tapa del contenedor, Roberto vigilaba los portales. Miraba fijamente las ventanas con luz y apuntaba con el dedo si alguien se asomaba. Pum. Después volvían a casa de la mano y preparaban palomitas en el microondas. Esperaban los estallidos en completo silencio; ese ruido de algo blando que revienta y que se rinde después de cierto alboroto. Pum, pum. Esos días papá se quedaba mucho rato con él y jugaban a dispararse hasta morir. Le abrazaba muy fuerte y nunca le recordaba lo que no se debía contar.

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brevemente

Memoria forzosa Semana 6 de concurso: 13 de noviembre de 2013 Ganador: Ignacio Feito Benedicto

Y nunca le recordaba lo que no se debía contar, pero reducía la velocidad del coche hasta que pareciera poco más que un paseo y el anciano pudiera contemplar durante un largo rato la interminable cuneta. A veces, incluso, se detenía por completo y salía del auto, se situaba delante, iluminado por los potentes faros y hacía un característico gesto de frío juntando las manos, como alguien que suplicase. Luego volvía, reiniciaba la marcha y acostumbraba a preguntarle: "papá, ¿tú no tienes frío?".

El héroe desnudo Semana 7 de concurso: 20 de noviembre de 2013 Ganador: Pedro Luis Puigrós Flores

Papá, ¿tú no tienes frío? -preguntó el niño sorprendido al ver a su padre desnudo entrando por la ventana de su habitación. Se había despertado sobresaltado por los gritos del vecino que preguntaba a su mujer sobre unas ropas que no eran suyas. Su padre cerró la ventana, le dio un beso y salió sin hacer ruido. Un minuto más tarde oyó a su madre preguntarle sobre su tardanza en tirar la basura. ¿No sería su padre un superhéroe volador que volvía de salvar al mundo? Se durmió soñando que él también podía volar.

tw Relatos finalistas del mes de noviembre del concurso Relatos en Cadena, organizado por la Cadena SER y Escuela de Escritores. Puedes saber quién ganó y consultar las bases en www.escueladeescritores.com o www.cadenaser.com.

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entrecocheyandén

Destierro Laura García Alumna de Escuela de Escritores

ME hago el café de madrugada. Esta noche ni siquiera he intentado dormir. Hasta que no venga Sara, esperaré en la cocina a oscuras mirando la televisión apagada. Esta situación me asusta pero es una costumbre que tengo desde que se hizo adolescente y faltó su madre. Antes, era ella la que se mantenía alerta con la niña pero hace años de aquello; ya no lo recuerdo bien. Me pica el muñón de la pierna. Se lo he dicho a Jorge, mi fisioterapeuta, al que visito todos los martes desde hace cinco años, que la desazón es más intensa por las noches, mientras espero a Sara sentado en la cocina. No es un dolor intenso, solo una sensación incómoda, como hormigas carcomiendo. Sobre la mesa está la cartera de Sara, qué mala cabeza, tiene bordada una de esas hojas de cannabis. Descorro la cremallera, dentro hay un par de billetes de cincuenta y un preservativo. Me parece demasiado dinero para su edad. Es curioso, para algunas cosas prefiero que siga siendo una niña, y para otras quiero que crezca. Tendría que ser ella la que se preocupase por mí. Soy un viejo. Fue vergonzoso pero también le dije a Jorge que no dejo de imaginarme a los bichos mordisqueando, y tengo que mirar al muñón por repugnancia que me dé, para asegurarme de que no están ahí. Oigo pasos, mi cuerpo se tensa y cojo el muñón con las dos manos preparado para, para qué. Si es Sara, entrará, me hará un gesto 23


entrecocheyandén

desde la puerta y se encerrará en su habitación. Si no es ella, los pasos irán perdiéndose hasta que deje de oírlos y ahí habrá acabado todo. Y bueno, hay una tercera posibilidad, que alguien trate de entrar en casa, lo consiga, y yo me quedaré paralizado con el muñón bien apretado entre las manos. Tras sopesar todas las posibilidades, del ruido solo queda un eco en mi imaginación. Mi cuerpo se relaja y dejo colgando el trozo de pierna. Sara sale todas las noches a la misma hora, no sé con quién ni tampoco adónde va. Cuando le pregunto, emplea términos vagos que no me aclaran nada y me dejan más preocupado que antes de nuestras breves conversaciones. Pero sigo insistiendo cada vez, con la esperanza de que se abra por fin a mí. Creo que tiene edad suficiente para madurar. Me gustaría que me recordase a su madre pero no es así, no se parecen ni en el pelo brillante y negro que tenía Andrea cuando éramos jóvenes y yo… todavía podía correr. No se parecen en lo apagada que tiene Sara la piel, la toqué en el brazo ayer cuando salía de casa para volver a no sé qué hora, y sentí que se arrugaba como un papel quemado bajo mi mano. Ni veo en los ojos traslúcidos y rojizos de Sara, el fulgor que tenían los de Andrea. Apuro el café en el mismo momento en que la cerradura estalla en la noche muda. A Sara se le caen las llaves al suelo. Se agacha y tardo demasiado en volver a verla desde el otro lado de la mesa de la cocina. Aunque hoy no me ve, ha de saber que estoy aquí, como todas las noches.

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entrecocheyandén

Recorre el pasillo que le lleva a la caverna de su habitación con la respiración excitada. Me recojo para hacer lo mismo pero tardo algunos años más. Me llevo la mano al corazón, desde que ha entrado, mi cuerpo se ha relajado y ya no estoy asustado, ni por la oscuridad ni por los ruidos del otro lado de la puerta. Podría estar en un iceberg donde la paz, seguro, es inigualable. En la cama, salvo por el café, estoy preparado para dormir y, sin embargo tengo los ojos abiertos, me fijo en la araña que se balancea en el techo. La he dejado engordar, hacer su telaraña que va creciendo rápido, me gusta pensar que duermo con alguien. Me pregunto quién morirá primero. ¿Cuánto duran las arañas? Sin pensar, me levanto y me arrastro pegado a la pared para alcanzar la puerta de Sara. Ha quitado las letras de cartulina que pintaban su nombre. Las pegamos cuando su madre todavía vivía aunque con la ayuda de un respirador. Ya no recuerdo aquello. Abro sin llamar. Está sentada en la cama, mirando al suelo. Y de repente me doy cuenta de algo: no se parece a su madre porque a quien se parece es a mí. Le pregunto qué tal lo ha pasado. No es lo que quería preguntarle pero es lo que sale de mi boca. Ya ha amanecido y Sara todavía no ha vuelto. Esperaré en la cocina.

tw Laura García: En relato, nos asomamos a un espacio efímero, bizantino en la vida de esos personajes que transitan por las hojas, antes en blanco; son títeres maltratados a nuestro antojo. ¿Y qué esperamos, sin embargo, los titiriteros? que esos seres insignificantes trasciendan, como lo harían héroes y dioses.

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metroligero - holakokoro

Š Jasten FrÜjen

tw Kokoro es un personaje singular, que se cuela en CpA, para contarte historias en pocas palabras.

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pormotivosajenos

Usun Yoon 10/10/13

Leo libros infantiles para mejorar mi dicción P- ¿En qué tren estás subida ahora? R- Un tren sin ningún destino concreto pero a la expectativa para poder elegir la mejor parada en un futuro cercano. P- ¿Cuál es el peor aprieto en el que te has encontrado? R- Cuando quería volver a casa después de cenar en un restaurante, me encontré con un grupo de aficionados de fútbol saliendo del estadio de Santiago Bernabéu. Fue un imposible encontrar cualquier transporte. Tuve que ir andando a casa unos 5 kilómetros de distancia ¡¡en tacones!! Ahora, si hay cualquier partido en Madrid, no salgo de mi casa, jaja. P- ¿El programa en el que hayas trabajado con el que más te has divertido? R- En la sección "mi país en la mochila" en El Intermedio. Nos reíamos durante las 24 horas. P- Completa la frase: Yo para ser feliz… R- Necesito aclarar de vez en

cuando mi mente porque es muy caprichosa cuando quiere. Odio lo contradictorio de ella. P- Los trenes que se pierden ¿vuelven a pasar? R- Sí. Incluso puede volver uno mejor si te esmeras durante la espera. P- Lo breve si bueno… R- Mucho mejor, prefiero las respuestas breves a que me cuentes tu vida. P- ¿Qué libro te ha marcado? R- La Marquesa Rosalinda de Valle Inclán. Recuerdo haber sufrido tanto al no comprender lo que leía… porque en aquel momento mi castellano era muy pobre. Entonces decidí empezar a leer la obra en voz alta sin preocuparme del idioma. Parecía un monje budista meditando… jojo. P- ¿Qué libro estás leyendo ahora? R- Un libro infantil de Gianni Rodari. Me gusta leer los libros infantiles para mejorar mi dicción. P- Cuéntanos un truco infalible R- Para reparar las grietas en las

tw Usun Yoon está doctorada en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Es licenciada en Politica Exterior y ha trabajado como actriz, modelo y reportera.

paredes, hay que remojar la pared con una mezcla de Aguaplast y mucha agua para que se humedezca bien. Luego raspas con una espátula donde estén las grietas, y evitas que se expandan. P- ¿Cuál es la mejor forma de contar un cuento? R- Visualizar lo que vas contando. P- ¿Un medio de transporte que prefieras? R- El mini autobús eléctrico. Me resulta muy simpático. ¿Será porque me fascinan las miniaturas? P- ¿Hacia dónde te orientas cuando buscas refugio? R- Hacia las montañas haciendo trekking, sobre todo cuando hace mucho frío. Soy fan de las temperaturas bajas. P- ¿Cuál es la ciudad donde te encuentras mejor? ¿Qué es lo que más te gusta de ella? R- Barcelona, es donde inicié mi aventura ibérica. Madrid, es donde yo cultivo mi vida diariamente. Huelva, es donde disfruto mi tiempo sabático.

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