nº23
Especial Infantil - enero 2014
elmuro [3] andénuno [4]
Canción para dormir al bosque, Carlos Reviejo. Editorial SM Los sonidos del bosque, Carlos Reviejo. Editorial SM andéndos [8]
Recetas de lluvia y azúcar, Eva Manzano. Thule Ediciones andéntres [10]
La concha paraiso, Valérie Karpouchko. Takatuka, S.L., Virus Editorial Tuareg, Valérie Karpouchko. Takatuka, S.L., Virus Editorial andéncuatro [12]
El elefante marino, Jacques Prévert. Editorial Libros del Zorro Rojo andéncinco [14]
Leucanthemum musicale [Margarita musical], Iban Barrenetxea. Editorial A buen paso
Gira tu dispositivo. Te recomendamo ideasdedragón [28]
novedades
Ideas de Leo, el dragón lector
Cuentos, poesía, juegos, consejos, recetas... Todo para niños. Gira tu dispositivo. Te recomendamos lectura horizontal.
Edita: grupo andén comunicación C/ Feijoo, 6 - 4ºA - 28010 Madrid | edicion@cuentosparaelanden.com | www.grupoanden.com Comité editorial: Alejandro Moreno, Víctor García Antón, Leticia Esteban. Publicidad: publi@cuentosparaelanden.com | Diseño: www.jastenfrojen.com Ilustración portada: © Leticia Esteban | www.leticiaestebanilustracion.com
Con la colaboración de:
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elmuro
os lectura horizontal para disfrutar de este número Este Número Especial es un homenaje que Cuentos para el andén quiere hacer a los lectores más pequeñuelos, una invitación a refugiarnos todos durante un ratito bajo el paraguas del cuento, donde caben grandes y chicos, donde se puede leer solo o en compañía. Con este número queremos invitar a los adultos que ya nos leían a que lo hagan ahora con las pequeñas personillas que les rodean. También queremos responder a los deseos que los lectores nos han mostrado durante nuestros dos años de andadura, de leer, en esta revista de relatos, una buena colección de contenidos para niños. Te escuchamos: Cuentos para el andén @cuentosanden
Hemos contado con la colaboración de El Dragón Lector, que ha prestado sus maravillosas voces a esta revista donde podremos saborear cuentos, leerlos y también escucharlos.
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tw grupo andén comunicación
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andĂŠnuno
andénuno
Canción para dormir al bosque EL sueño ha venido al salir la Luna, y el bosque no duerme, pues no tiene cuna. Los brazos del aire cuna le han traído, y, al instante, el bosque se quedó dormido. Al llegar el alba se calló la nana. El sueño se ha ido y vendrá la mañana.
tw Canción para dormir al bosque, del libro Versos del bosque © Texto: Carlos Reviejo | © Ilustraciones: Jesús Gabán. Ediciones SM, Madrid, 2013
andénuno
Los sonidos del bosque EL viento gime entre las ramas y en los arroyos el agua canta. Aúlla el lobo, el ciervo brama. Se oye el crujido de la hojarasca. Gritos y trinos, ruidos de alas… Con mil sonidos, el bosque habla.
tw Los sonidos del bosque, del libro Versos del bosque © Texto: Carlos Reviejo | © Ilustraciones: Jesús Gabán. Ediciones SM, Madrid, 2013
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El miedo La cueva en la que nunca entra nadie El miedo está siempre escondido porque es muy asustadizo. A veces se esconde tanto que no sabes por qué tienes miedo. No hay que asustarse de tener miedo porque lo tienen hasta los más valientes. Cuando el miedo nació, ayudaba a protegerse de los posibles peligros, pero nunca iba solo: le acompañaban la sensatez y la lógica, dos primas poco divertidas y muy amigas.
Un día se fue el miedo solo, sin esperarlas. En mitad del camino el viento del norte le rozó por la espalda: se asustó tanto que se volvió inmenso como una montaña y se escondió dentro de sí mismo. Fue entonces cuando se convirtió en cueva. El miedo, cuanto más desconfía, más profundo se vuelve y menos sirve para protegerse. Por eso nunca hay que dejarlo solo.
Receta para perder el miedo . enfadar al león para que ruja 1) Tres rugidos de león. Hay que mo. mis tú r rugi co, puedes Si no vives cerca del zoológi asma. Pregúntale a tu abuela 2) Medio kilo de lágrimas de fant si conoce alguno. ar, ogro. Son difíciles de encontr 3) Un pellizco de melancolía de no algu r tene s emo aunque pod suelen vivir en los cuentos, de vecino. le da mucha rabia. 4) Cantar en voz alta. Al miedo arla con rebanadas de gritos. 5) Hacer una mermelada y tom
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tw Del libro: Recetas de lluvia y azúcar. © Texto: Eva Manzano | © Ilustraciones: Mónica Gutiérrez Serna. Thule Ediciones, Barcelona. Sexta edición, noviembre de 2012.
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JUEGO DE AZAR, A PARTIR DE DOS JUGADORES. MUY FÁCIL, A PARTIR DE 5 AÑOS. BREVE HISTORIA Es un juego de origen desconocido muy apropiado para jugar en la arena. Como en el juego de la hiena, se usan conchas a modo de dados. El uso de las conchas de cauri (Cypraea moneta) como dado se remonta a la Antigüedad (las conchas de cauri se parecen a los granos de café).
PARA JUGAR NECESITAS • Un bastón por jugador que representa un padre; al padre se le pueden hacer marcas o decorarlo. • Dos conchas “dado”. • El trazado del camino hecho con una decena de círculos concéntricos.
El círculo central representa el paraíso y los bastones que hacen de fichas simbolizan los padres.
Objetivo del juego: ser el primero en llevar al padre al paraíso Mecánica del juego: Al principio, los bastones se clavan en la arena, fuera de los círculos. El primer jugador tira las dos conchas que hacen de dados.
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• Si las conchas caen por la cara redondeada, el padre avanza dos círculos. • Si caen, una por la cara redondeada, la otra por la cara abierta, el padre avanza un círculo. • Si las dos caen por la cara abierta el padre no se mueve.
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JUEGO DE ESTRATEGIA, MUY FÁCIL BREVE HISTORIA El tuareg es un solitario que los pueblos nómadas dibujan en la arena del desierto del Sáhara.
Objetivo del juego: eliminar todas las fichas excepto una.
PARA JUGAR NECESITAS • Un círculo dibujado en la arena o en una hoja de papel con doce puntos (como un reloj).
• Once fichas (canicas, conchas, pernos, piedrecitas, botones...)
EMPIEZA LA PARTIDA Coloca una ficha en cada hoyo excepto en uno, que quedará libre. Para eliminar una ficha hay que saltar por encima de ésta (como en las damas), siempre y cuando la casilla de llegada esté libre. 1. Se salta por encima. 2. La canica naranja queda eliminada.
Este juego es un pequeño rompecabezas que se resuelve rápidamente. Para añadirle dificultad, elige, antes de empezar, la ficha que quieres que quede la última (una piedrecita de otro color o que tenga una forma particular, por ejemplo).
tw Del libro: Juegos de África. Juegos tradicionales para hacer y compartir. Valérie Karpouchko. (Título original: Jeux d'Afrique. Jeux traditionnels à réaliser et à partager). Traducción: Rosa Martínez Alfaro. Fotografía de las figuras Marc Torres - L'oeil du Sud - i Mèli Cervantès. © Le Sablier Editions, Francia, 2006; ©De la edición en castellano, Takatuka, S.L., 2008. Virus Editorial, Barcelona.
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El elefante marino Ese es el elefante de mar, pero él no lo sabe. Ser un elefante de mar o un caracol de jardín, para él no tiene ningún sentido. Se burla de esas cosas, no quiere ser nadie importante. Está sentado sobre la barriga, porque se encuentra cómodo de ese modo: cada cual tiene derecho a sentarse como le plazca. Está muy contento porque el guarda le da peces, peces vivos. Todos los días come kilos y kilos de peces vivos. Para los peces es una tragedia, porque después están muertos, pero cada cual tiene derecho a comer lo que le guste. Los come sin remilgos, muy deprisa, mientras que el hombre, cuando come una trucha, la echa antes en agua hirviendo y después de comerla sigue hablando de ella durante días y días, y hasta por años. —Ah, qué trucha, amigo, te acuerdas, ¿verdad? Etcétera, etcétera.
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Él, el elefante marino, come con sencillez, y tiene ojos bonitos, pero cuando se enfada, su nariz en forma de trompa se dilata y asusta a todo el mundo. El guarda que lo cuida no le hace daño.¡Nunca se sabe lo que puede pasar! Si todos los animales se enfadaran, protagonizarían una buena historia. Os lo podéis imaginar, amiguitos, el ejército de los elefantes de tierra y de mar llegando a París. ¡Un auténtico caos! El elefante marino no sabe hacer otra cosa más que comer peces, pero es algo que hace muy bien. Parece ser que, antiguamente, había elefantes marinos que hacían malabarismos con armarios, pero resulta imposible saber si es verdad… ¡Ya nadie quiere prestar el suyo para comprobarlo! El armario podría caerse, el espejo romperse y eso sería muy costoso; porque al hombre le gustan mucho los animales, pero le tiene más cariño a sus muebles. El elefante marino, cuando no lo molestan, es feliz como un rey; mucho más feliz que un rey, porque puede sentarse sobre la barriga cuando le da la gana, mientras que el rey, incluso en el trono, siempre está sentado sobre su trasero. tw Del libro: Cuentos para niños no tan buenos. Jacques Prévert. (Título original: Contes pour enfants pas sages). Traducción: Juan Gabriel López Guix. © Ilustraciones: Elsa Henríquez. Editorial Libros del Zorro Rojo, Barcelona - Madrid, 2011.
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Leucanthemum musicale [Margarita musical] MARAGARITA extremadamente sensible a la música. Capaz de producir flores que contienen las más hermosas melodías; siempre, claro está, que los músicos sean capaces de interpretarlas a la altura de su exquisito gusto. Cierto caballero, conocido por una pasión por el canto que no se corresponde con su oído musical, se topó una mañana con que en su margarita había florecido una fuga a cuatro voces que decía: «Piedad, piedad, ponga fin a este espanto jamás creímos que fuera posible cantar tan mal y desafinar tanto.»
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andéncinco
tw Del libro Bombástica Naturalis ©Texto e ilustraciones Iban Barrenetxea. Editorial A buen paso, 2010.
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ideasdedragón
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Si el niño crece con el libro, el libro crecerá con él