BOGOTÁ. CIUDAD MODERNA Y PATRIMONIO

Page 1

FOTOGRAFÍA NICOLAS JACOB

BOGOTÁ CIUDAD MODERNA Y PATRIMONIO

EL CENTRO URBANO ANTONIO NARIÑO C AR LOS E DUARDO HE RNÁNDE Z RODRÍ G U E Z


HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL

BOGOTÁ. CIUDAD MODERNA Y PATRIMONIO. EL CENTRO URBANO ANTONIO NARIÑO. CARLOS EDUARDO HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ La ciudad como conjunción de la totalidad de los hechos urbanos, ha tenido que guardar la memoria de generaciones completas de seres humanos. Esta memoria se eleva en la ciudad no solamente en arquitectura histórica o pasada, es el resultado de la decantación de muchos procesos que atañen a una sociedad y que se encuentran en permanente cambio. Es en esta dirección donde la noción de Patrimonio aparece como un reconocimiento a una construcción colectiva de un proceso de valoración de bienes materiales e inmateriales, que adquieren significado en una sociedad y que en el caso de la ciudad, afectan el espacio urbano, construyen lecturas y asociaciones complejas con la cultura, entendida esta, como producto de la totalidad del acontecer del ser humano y de su registro como memoria.

Al acercarse a ciudades como Bogotá desde esta noción, se abre un espacio donde cobran valor espacios, arquitecturas e infinidad de procesos que le subyacen a su producción. No es necesario remitirse siglos atrás para encontrar ejemplos que puedan apoyar consideraciones patrimoniales y es precisamente en el ejercicio de otorgar a la arquitectura o a cualquier obra humana, la capacidad para dar valor y sentido a una sociedad, donde procesos de diversa naturaleza adquieren real valor patrimonial. Uno de estos procesos, es el caso particular de las arquitecturas que existen actualmente en la ciudad de Bogotá y que han adquirido el rótulo o la denominación de”modernas”. Arquitecturas y hechos urbanos, que permiten reconstruir la memoria y develar los modos de vida que se configuran a partir de discursos e ideas instaladas en la ciudad bajo la denominación de ”moderno” y que se presentan como un cambio

7


BOGOTÁ. CIUDAD MODERNA Y PATRIMONIO. EL CENTRO URBANO ANTONIO NARIÑO

en estructuras que presuponen un mundo definido como no moderno, donde la no existencia de determinados valores y comportamientos son los que definen la diferencia de estas apreciaciones.

es posible encontrar, en el resultado físico de una disposición de arquitecturas que construyen una manera muy particular de entender el espacio urbano y los problemas planteados allí en torno al habitar.

Una de las maneras como ha sido reconfigurado el espacio urbano desde la mirada de la arquitectura y el urbanismo moderno ha sido la manera como se ha desarrollado la conceptualización de la habitación familiar en la ciudad. Como lo anota la profesora Ana Patricia Montoya1”La estructura interna de la familia urbana e industrial llevó a dejar de pensar en la casa unifamiliar y a dirigir la mirada hacia la casa de departamentos de varios pisos y finalmente al edificio de viviendas con servicios comunitarios como alternativa de solución masiva al problema habitacional urbano”.

Una propuesta que tiene su génesis en doctrinas que son desarrolladas en otras latitudes, décadas atrás y que son respaldadas en el país años después, en manos de jóvenes arquitectos formados en Europa y en Estados Unidos, así como de propuestas urbanas desarrolladas en Colombia, en cabeza de algunos de los mayores exponentes del movimiento moderno, como lo son Le Corbusier, José Luis Sert y Paul Lester Wiener, quienes participaron activamente en la difusión de las ideas del movimiento del urbanismo moderno en varios lugares del mundo.

El Centro Urbano Antonio Nariño (CUAN) complejo de habitación desarrollado en la ciudad de Bogotá, es uno de estos ejemplos, que se presenta como parte de la huella y la memoria de un proceso de ideas y discursos en torno a la modernidad en la ciudad y que finalmente deja una huella concreta que

1 Montoya Ana Patricia. Vivienda moderna en Colombia. Centro Urbano Antonio Nariño. Bogotá. Revista Textos. No 10. Pág 21. Documentos de Historia y Teoría. CIDAR. Facultad de Artes. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 2004

8

El CUAN, complejo de vivienda, que apareció en la ciudad como una aproximación urbana de carácter moderno,”nació como una propuesta de vivienda para la clase media, profesionales jóvenes y empleados públicos. Fue un proyecto autosuficiente en el que el único contacto cotidiano de sus habitantes con la ciudad sería el trabajo, ya que todo lo que tenía que ver con abastecimiento, educación, recreación y algunos servicios e incluso los primeros niveles de salud eran suplidos dentro de la misma unidad habitacional.”2 2

Ibid 1.Pág 76.


HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL

Para acercarse a la propuesta del Centro Urbano Antonio Nariño, en tanto corresponde cercanamente a la doctrina expuesta por el discurso moderno, se propone un filtro de análisis como la Carta de Atenas, documento que intenta consignar las máximas del movimiento moderno y que surge en el año de 1944, redactado por el propio Le Corbusier. Esta será una oportunidad para entender la forma como se acoplaron ideas construidas principalmente en Europa, a una ciudad Americana. “A comienzos de 1951, durante el gobierno de Laureano Gómez y bajo su iniciativa, el Ministro de Obras Públicas, Jorge Leyva, adelantó la construcción de una gran unidad habitacional de carácter ´moderno´ dentro de los conceptos más innovadores que se aplicaban en aquel entonces”.3 Quince bloques de vivienda se dispusieron en un terreno de 150,815m2 del cual sólo 16,589 m2 fueron construidos, ocupación que planteaba una redefinición de la relación entre la arquitectura y el espacio que esta dejaba libre y que se destinaba para parques, calles y plazas y que en el caso del CUAN necesitaría de otra explicación para soportar esta diferencia planteada en la ciudad. De los quince bloques de vivienda, nueve se planteaban de trece pisos y seis de cuatro pisos, así como una serie de edificios de apoyo donde funcionarían equipamientos como la escuela, el mercado, lavandería, cine, kinder y la iglesia con elementos de 3

Ibid 2. Pág 75.

apoyo como parqueaderos y espacio para juegos infantiles. El restante porcentaje de área corresponde a un vacío planteado para la naturaleza donde se implanta una red de caminos peatonales que comunican a todo el sistema. El desarrollo del CUAN, se da de 1951 a 1958 y discurre su comienzo en los años finales de la elaboración del Plan Director de Bogotá, liderado este, por Le Corbusier en su fase del Plan Piloto y por José Luis Sert y Paul Lester Wiener en la fase final llamada del Plan Regulador. En este Plan se concentran los planteamientos de la ciudad futura de Bogotá y su desarrollo para cincuenta años. La propuesta planteada por Le Corbusier en la primera fase hace explícita su relación con La Carta de Atenas y su vínculo con planteamientos como las cuatro funciones: habitar, trabajar, recrear el espíritu y circular. Algunos de los apartes y soportes plantean una ciudad para ser concretada a través de proyectos que como en el Centro Antonio Nariño, pueden entablar una relación diferente entre el espacio edificado por la arquitectura y el espacio que se concreta en el vacío que deja la disposición de la misma. Un sistema arquitectónico de esta naturaleza, que tiene una correlación con los principales argumentos consignados en La Carta de Atenas, permite plantear un análisis sobre dos aspectos que son esgrimidos por la misma Carta: La liberación del suelo con la incorporación de la naturaleza en la ciudad y la abolición de la calle corredor.

9


BOGOTÁ. CIUDAD MODERNA Y PATRIMONIO. EL CENTRO URBANO ANTONIO NARIÑO

LA ABOLICIÓN DE LA CALLE CORREDOR Y LA LIBERACIÓN DEL SUELO El reconocimiento de los problemas resultado de la explosión urbana en Europa y de su relación con los denominados males generados por la aparición de la revolución industrial en la ciudad, como el hacinamiento, la aparición de ambientes mal sanos de los que se ocupan miradas como el higienismo, la aspiración a recobrar el aire limpio o la misma noción de tranquilidad pérdida por la irrupción de la máquina, son oportunidades para acoger planteamientos como los expuestos por el movimiento moderno donde en un proceso de más de cuarenta años se logra depurar un discurso que se proyecta mundialmente y que basa su aproximación en torno a la crítica a elementos que ha producido la ciudad a lo largo de la historia como el caso de la calle corredor. La calle corredor, como producto físico de la relación arquitectura y vacío es criticada y llevada al punto de plantear su disolución, con la aparición de arquitecturas que se esfuerzan por comportarse como elementos individuales, dentro de un espacio no contenido y donde la noción de contenedor es cambiada por la de un espacio continuo.

10

Con la aparición de ejemplos como la Unidad de Habitación, edificio propuesto por Le Corbusier y que es puesto a prueba en diferentes lugares del mundo, aparece el referente que posibilita garantizar la concentración de la densidad de población en edificios especializados para la habitación con una consecuente liberación del suelo. Este suelo liberado, se ocupa de nuevas preocupaciones, como la incorporación de la naturaleza en la ciudad y es capaz de absorber las circulaciones del peatón con la construcción de una dupla hombre y naturaleza. Este comportamiento espacial aparece en un momento, donde la arquitectura y el urbanismo buscan reivindicar al hombre en la ciudad, conectándolo con la producción de un espacio más acorde a los tiempos de los nuevos medios de comunicación y las nuevas técnicas constructivas. El CUAN en Bogotá, refleja estas preocupaciones, comportándose como un planteamiento de una porción de ciudad que redefine el espacio que la ciudad ha construido sobre la relación entre arquitectura y vacío y donde la respuesta plantea nuevos comportamientos y nuevas interacciones hombre y espacio. La abolición de la calle corredor es asumida por el CUAN por barras de edificios de habitación que se disponen aisladas unas de otras y que no conforman bordes definidos como calles.


FOTOGRAFÍA NICOLAS JACOB

HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL

11


HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL

La ciudad es transformada estructuralmente, la concepción del espacio de la calle es revaluada y sus elementos constitutivos son redefinidos por una espacialidad diferente, que apunta a incorporar los nuevos medios de transporte como el vehículo particular y las nuevas arquitecturas que se instalan en este nuevo espacio natural, comportándose individualmente y dotados de características monumentales.

El Centro Antonio Nariño de la ciudad de Bogotá incorpora esta argumentación, convirtiendo esta porción de ciudad en el espacio por excelencia para el habitar, el recrearse y el circular a nivel peatonal. La conexión que se plantea con el resto de la ciudad se define en el Trabajar soportada por la circulación vehicular, siendo las bolsas de parqueaderos el filtro de conexión con las actividades internas del complejo.

Estas nuevas características de la arquitectura son entendidas como nuevas e innovadoras, más si se observa que ciudades como Bogotá conservaron arquitecturas modestas que correspondían a continuidades que apoyaban la construcción de los frentes de calles y de plazas a la mejor manera de los trazados iniciales fundacionales.

Cabe mencionar en este análisis, que la misma Carta de Atenas abre un espacio para indagar sobre el”Patrimonio Histórico de las Ciudades” reflexionando sobre la posibilidad de dar cabida a una noción de arquitectura patrimonial en ciudades como las Europeas sometidas a los rigores de la guerra: ”… Si su conservación no implica el sacrificio de poblaciones mantenidas en condiciones malsanas...” puntualización que es ratificada en varios de los ejemplos de intervenciones de los años veinte y treinta del siglo XX donde la disolución de la calle y la liberación del suelo aparecen en zonas consolidadas de centros históricos como Berlín o París. En el caso del CUAN este desarrollo es dado en la periferia, presentado como el inicio de la nueva ciudad y sin generar conflictos con la ciudad existente. Hoy se instala en uno de los puntos centrales de una urbe cercana a los nueve millones de habitantes.

Así mismo, la defensa de la jornada solar, que corresponde al sistema condicionado por las actividades desarrolladas en el marco de las 24 horas del día, justifica la separación de los edificios para aprovechar al máximo la orientación y las horas del sol en la habitación. Así mismo, es posible encontrar afinidad en la incorporación de la reflexión sobre las cuatro funciones en la ciudad, que han sido conocidas como el pilar del funcionalismo del movimiento del urbanismo moderno: habitar, trabajar, recrearse y circular.

12


BOGOTÁ. CIUDAD MODERNA Y PATRIMONIO. EL CENTRO URBANO ANTONIO NARIÑO

EL CUAN Y SU VALOR PATRIMONIAL. LA APARICIÓN DEL TIEMPO Y LA INCORPORACIÓN DE NUEVOS ELEMENTOS. EL CERRAMIENTO. La incorporación de un cerramiento en malla a todo el perímetro del complejo en años posteriores, es la oportunidad para plantear el paso de transformaciones en el tiempo, como parte integral del análisis de la misma propuesta, donde cobra mayor fuerza la definición del valor patrimonial de este hecho urbano. El cerramiento, de aparente fragilidad y transparencia, se convierte en el elemento de ruptura con la propuesta original y se instala como parte integral de la mayoría de las propuestas de las supermanzanas que plantean los conjuntos residenciales de la ciudad en las últimas décadas. El cerramiento instalado años después en el complejo, plantea la transformación de la disposición urbana y una fractura de la continuidad espacial, surgida por la necesidad de otorgar una seguridad que no tenía antecedentes en la propuesta inicial. El nuevo elemento del cerramiento, crea un espacio confinado al interior y se encarga de definir el borde de las mismas calles que desde su concepción habían sido replanteadas, construyendo un límite que ha generado espacialidades sin vitalidad, convertidas hoy en día, en el prototipo de la relación del conjunto habitacional actual con la ciudad: el espacio natural fluido ha pasado a ser un espacio introvertido y entre rejas, que construye una noción de calle sin actividades, sin sentido y sin vitalidad para la ciudad.

“Las construcciones levantadas a lo largo de las vías de comunicación y en las proximidades de los cruces son perjudiciales para la habitabilidad: ruidos, polvo y gases nocivos.”4 Con este enunciado la Carta de Atenas justifica la decisión de disolver la calle corredor, la liberación por parte de la arquitectura del suelo y la aproximación a la conformación de un espacio que incorpora la naturaleza. Con el pasar de los años, muchos de estos planteamientos con elementos como los cerramientos, configuraron los mismos espacios que pretendieron abolir y terminaron siendo los frentes que definieron calles, con una clara redefinición de la relación entre lo público y lo privado. La calle se convirtió de esta manera, en un sistema cerrado para el circular de los vehículos, apartando al peatón y planteando una nueva relación entre la arquitectura y el espacio que esta construye en la ciudad. Una nueva propuesta de calle, con calidades muy inferiores a las ya vistas por la historia de la ciudad. El CUAN, arquitectura de valor patrimonial, que revela parte de la memoria de la ciudad en torno a temas como el habitar. Su presencia, supera la génesis de su concepción y se incorpora a diversos procesos que la misma ciudad ha propuesto con el paso de los años, constituyéndose en hecho urbano de importancia y registro del acontecer de una sociedad. 4 La Carta de Atenas. Pag 21. Edt Ariel, S.A. Quinta Edición 1981. España

13


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.