Misión y Misionología

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Teología de la misión y misiología

Formación Pastoral Iglesia Metodista Libre Latinoamérica



Teología de la misión y misiología

Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra! Génesis 12:2-3 NVI

FORMACIÓN PASTORAL Iglesia Metodista Libre Latinoamérica


Equipo Directivo Directora de área Dra. Delia Nüesch-Olver Equipo de Formación Pastoral Latinoamérica Dr. Paul Olver, Dr. Glenn Lorenz y Dr. Ricardo Gómez Coordinador de proyecto John Jairo Leal Rincón Equipo de Trabajo Beth Gómez, Jennifer Porras Pabón, Luis Fernando Pérez Rojas, Luz Mery Moscote Miranda y Shirley Yomara Cadena Maldonado Diseñador Johan Ferney Ríos Arboleda

Permitimos a otros distribuir, remezclar, retocar y crear a partir de esta obra de modo no comercial, siempre y cuando nos den crédito y licencien sus nuevas creaciones bajo las mismas condiciones. Elaborado en Medellín, Colombia 2018


INTRODUCCIÓN A lo largo de distintas asignaturas hemos estado hablando del propósito de Dios con su creación. Esta asignatura tomará muchos de esos comentarios y los sistematizará de tal forma que puedan ser digeribles y consecuentes. Reconocemos que en este módulo tenemos una gran deuda con el pastor presbiteriano Timothy Keller, especialmente por su libro “Iglesia Centrada”. Este nos ha servido como fuente para casi todas las lecciones y aconsejamos su lectura a quienes quieran profundizar más en el tema. A su vez en la lección cuatro hemos adaptado parte del material sobre la iglesia del volumen 1 del Curso Omega, entrenamiento práctico para sembradores de iglesia. Se sugiere que este módulo se enseñe usando la metodología de aula invertida porque es la que mejor ayuda a desarrollar los materiales y lograr las metas. En esta, los plantadores o pastores-estudiantes reciben los materiales previamente al encuentro (el tiempo presencial de clase), hacen la lectura comprendiendo el contenido y realizan todas las asignaciones dadas. En el encuentro se socializan los materiales, se profundiza en los contenidos, se revisan los ejercicios y se solucionan interrogantes que hayan surgido. Preferiblemente esta asignatura se debe realizar en grupo y bajo la supervisión de un formador debidamente avalado por la Iglesia Metodista Libre; para una excepción, por condiciones especiales, debe comunicarse con la persona a cargo en su iglesia, distrito o conferencia. Este material está dirigido tanto para personas que están en el proceso de Plantación de Iglesias Comunitarias, como para pastores en iglesias ya establecidas que están camino a la ordenación. El diseño del módulo presupone que cada lección de esta asignatura corresponde a 3 horas de encuentro de grupo (incluyendo un tiempo de descanso por lección); por ello es ideal seguir una de las siguientes modalidades para completar esta asignatura: Plan extendido: 12 encuentros semanales de 1 hora y media cada uno. Esta modalidad es ideal cuando un mismo grupo está realizando 2 o más asignaturas al mismo tiempo. En esta modalidad recomendamos que en una semana se revise la asimilación del contenido (use las actividades de evaluación llamadas “preguntas de reflexión” y “lecturas complementarias”), y en la siguiente revise el desarrollo de los ejercicios de evaluación personal y los planes de acción. Plan regular: La asignatura se puede completar en 6 encuentros semanales de 3 horas cada uno (una variante a esto son 2 encuentros semanales de 1 hora y media cada uno). Antes de cada encuentro usted deberá completar todas las actividades indicadas para la lección. Plan intensivo: La asignatura se puede completar en 1 encuentro de aproximadamente 18 horas. En esta modalidad se espera que el estudiante sea muy disciplinado de tal forma que, durante cada una de las 6 semanas previas al encuentro, lea completamente el contenido del manual, desarrolle las actividades de evaluación tocantes al pensamiento (preguntas de reflexión e informes de lectura) y evaluación personal. En el encuentro el formador indicará cuándo y cómo completar y reportar las actividades de evaluación llamadas planes de acción.


A lo largo de todos los manuales podrá encontrar algunos de los siguientes íconos. En ocasiones puede encontrar dos de estos íconos fusionados, esto implica que tiene el significado de los dos. A continuación se los presentamos con su significado:


CONTENIDO Sílabo ..................................................................................................................................................... 7 1 Bases Bíblicas de la Misión................................................................................................................ 11 • Introducción ......................................................................................................................................... 12 • Definición de misiología ...................................................................................................................... 12 • Creación y separación de Dios ............................................................................................................. 13 • Promesa cumplida ................................................................................................................................ 14 • La restauración en el Antiguo Testamento ........................................................................................... 15 • El plan redentor de Dios ...................................................................................................................... 16 • Implicaciones misiológicas de Abraham y la iglesia ........................................................................... 16 • Implicaciones misiológicas de Cristo .................................................................................................. 17 • Actividades de evaluación ................................................................................................................... 20 2 Historia de la Misión ......................................................................................................................... 21 • Introducción ......................................................................................................................................... 22 • El reino de Dios, la iglesia y la misión ................................................................................................ 22 • La historia de la misión de Dios .......................................................................................................... 24 • Medios por los que se expandió rápidamente el evangelio ................................................................. 25 • Los movimientos de renovación y sus aportes .................................................................................... 26 • Actividad de evaluación ....................................................................................................................... 30 3 La Misión: el Evangelio y la Contextualización ............................................................................ 31 .... • Introducción ......................................................................................................................................... 32 • Lo que no es el evangelio .................................................................................................................... 33 • El significado verdadero del evangelio ................................................................................................ 34 • La contextualización del evangelio ...................................................................................................... 35 • La contextualización bíblica ................................................................................................................ 37 • Etapas de la contextualización ............................................................................................................. 39 • Cruzando las fronteras culturales ......................................................................................................... 41 • Actividades de evaluación ................................................................................................................... 42 4 La Iglesia en la Misión de Dios ......................................................................................................... 43 • Introducción ......................................................................................................................................... 44 • El establecimiento de la iglesia ............................................................................................................ 44 • La naturaleza y papel de la iglesia hoy ................................................................................................ 46 • El propósito de la iglesia ...................................................................................................................... 49 • Forma y función ................................................................................................................................... 51 • Implicaciones para los líderes o plantadores de iglesias ...................................................................... 55 • Actividades de evaluación ................................................................................................................... 56


5 La Misión Urbana ............................................................................................................................ 59 .. • Introducción ......................................................................................................................................... 60 • Bases bíblicas de la misión urbana ...................................................................................................... 60 • Bases sociales de la misión urbana ...................................................................................................... 61 • Beneficios de la vida urbana ................................................................................................................ 62 • Los cristianos y la urbanidad ............................................................................................................... 63 • Desafíos del ministerio urbano ............................................................................................................ 64 • Características de una iglesia para la ciudad ....................................................................................... 67 • La misión y práctica ............................................................................................................................. 68 • Actividades de evaluación ................................................................................................................... 69 6 La Misión Integral ............................................................................................................................. 71 • Introducción ......................................................................................................................................... 72 • La misión integral ................................................................................................................................ 72 • Respeto por los seres humanos ............................................................................................................ 73 • El llamado de Cristo: la ley del amor .................................................................................................. 75 • Cuidado a los niños .............................................................................................................................. 75 • Cuidado a las mujeres .......................................................................................................................... 77 • Falta de respeto al ser humano: el tráfico humano ............................................................................... 80 • Proyecto de misión integral ................................................................................................................. 82 • Actividades de evaluación ................................................................................................................... 84 Bibliografía ........................................................................................................................................... 85


Sílabo Sílabo 1. Asignatura Teología de la misión y misiología 2. Descripción del curso En este curso el estudiante explorará la necesidad de comprender a cabalidad y compartir la misión integral dejada por el Señor. De tal manera que contribuya en la restauración de la relación con Dios, con el prójimo, con el resto de su creación y consigo mismo. 3. Objetivos generales Al dominar el contenido de este curso el estudiante: • Conocerá la historia y las bases de la misión bíblica comprendiendo sus implicaciones en el rol de la iglesia hoy. • Evaluará y reenfocará la forma como ha entendido la misión integral teniendo en cuenta el contexto de la comunidad donde vive. • Responderá al llamado de la misión integral a favor de las personas más vulnerables de la sociedad. 4. Evaluación • El estudiante empleará un cuaderno de reportes (físico o digital) donde realizará todas las actividades que se encentran en los recuadros bajo el título “Ejercicios”. Deberá llevar al día los ejercicios de cada lección y estar disponible para cuando el formador requiera algún reporte. • El estudiante analizará y responderá algunas preguntas pertinentes al ver y leer algunas historias de vida que le retarán a realizar la misión de manera integral. • A partir de la lección 4, el estudiante planificará y ejecutará un proyecto de misión integral. Antes de ejecutar el proyecto el estudiante deberá justificarlo en dos dimensiones: 1) ¿Por qué este es un proyecto importante para la comunidad? y 2) ¿Por qué este es un proyecto que la iglesia debe abordar a la luz del evangelio? Luego de ejecutar el proyecto, el estudiante deberá presentar una autoevaluación en la que mencione los logros y asuntos a mejorar. Revise los criterios de evaluación para tener más detalles. Lecturas complementarias • Howard, S. “Misión, Sanación y El Fin de la Escatología”. En La Salvación de toda la Creación. Ed. Howard A. Snyder, Págs. 215-243. Buenos Aires, Argentina: Kairos, 2016.

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Sílabo Recursos cibergráficos La vida de Gladys Aylward https://www.youtube.com/watch?v=_c8cf6oXqTo C. S. Lewis: académico, autor y apologista https://www.youtube.com/watch?v=JBOQDxbzrvE John Wesley: escritor, teólogo, pastor y fundador del metodismo https://www.youtube.com/watch?v=36az8KoxSZs Criterios de evaluación – Teología de la misión El núcleo de esta evaluación es un proyecto local desarrollado y ejecutado para mostrar el amor de Jesús a un subgrupo marginado de la comunidad de una manera tangible. En otras palabras, se le pide al estudiante que dirija un proyecto en el que se haga visible la naturaleza integral del mensaje del evangelio. Por lo tanto, este requisito no se puede cumplir sin la ejecución de un proyecto de misión. Una vez completado el proyecto, el estudiante debe enviar un ensayo que contenga tres elementos. 1) La evidencia anecdótica y/o la justificación estadística del proyecto (en otras palabras, demostrar que es una necesidad genuina en la comunidad). 2) La justificación bíblica y teológica del proyecto (en otras palabras, ¿por qué es un problema que el evangelio debe abordar?). 3) Una autoevaluación de la planificación y ejecución del proyecto. Describa el proceso y los resultados en términos de efectividad, desarrollo de liderazgo e impacto evangelístico.


SĂ­labo

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BASES BÍBLICAS DE LA MISIÓN

Propósito de la lección

Ayudar al estudiante a participar de la misión de Dios con una comprensión de las bases bíblicas y un análisis de sus efectos y demandas para la iglesia hoy.

Resultados de la lección

Al terminar la lección el estudiante: • Entenderá lo que dice la Biblia sobre la misión de Dios. • Comprenderá que es imperativo para los cristianos participar en la misión de Dios. • Se apropiará y participará activamente en la misión de Dios.

Contenido

• Introducción • Definición de misiología • Creación y separación de Dios • Promesa cumplida • La restauración en el Antiguo Testamento • El plan redentor de Dios • Implicaciones misiológicas de Abraham y la iglesia • Implicaciones misiológicas de Cristo • Actividades de evaluación


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Bases Bíblicas de la Misión INTRODUCCIÓN

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magine que va hoy al médico y él le informa que solo le quedan algunos días de vida, ¿qué haría? ¿A qué dedicaría los últimos días de su vida sobre la tierra? Definitivamente invertiría en aquello que considere más importante para usted: familia, amigos, viaje o carrera. Ahora bien, se ha imaginado haciéndole esa misma pregunta a Jesús. Lucas 24 ofrece gran parte de la respuesta a esta pregunta. El versículo1 comienza diciendo: “El primer día de la semana…”, y hasta el versículo 49 nos relata uno tras otro los encuentros que tuvo Jesús con sus discípulos en aquel primer domingo de resurrección. A través de los evangelios veamos una síntesis sobre los hechos que Jesús realizó en sus últimos días en la tierra: • Se encontró con dos mujeres (Mt. 28:1-10). • Apareció a María Magdalena (Mr. 16:9-11). • Caminó junto a los discípulos que estaban apesadumbrados y tristes por su muerte (Lc. 24:13-32). • Se entrevistó en privado con Simón Pedro (Lc. 24:33-34; 1Co. 15:5). • Y finalmente se les apareció a los once y otros que estaban con ellos (Lc. 24:33, 35, 36-49). Lo que Jesús hizo, en aquel domingo después de resucitar, fue explicar de nuevo a sus discípulos, aquello que para Él era de importantísimo valor. Es decir: • El plan divino de salvación para el mundo (Lc. 24:45-49). • La evangelización del mundo (Mr. 16:15-16). • El plan misionero de Dios para todas las naciones (Mt. 28:18-20). Jesús repitió y explicó nuevamente a sus discípulos el mandato de la predicación para el arrepentimiento y el perdón de los pecados de todas las naciones (Lc. 24:47). En ese sentido, lo más importante luego de su resurrección, era que sus seguidores entendieran perfectamente el plan divino de salvación establecido no solo para los judíos, sino también para todas las naciones (Mt. 16:21; Lc. 24:44-49). Es por esto que tenemos la urgencia de profundizar en el llamado que Dios nos ha hecho para continuar su misión aquí en la tierra.

DEFINICIÓN DE MISIOLOGÍA Justo González define misiología como “la disciplina que estudia la misión” (2010, pág. 189). También se define como el estudio detallado de los métodos o procesos humanos usados para la expansión del evangelio en sus orígenes y a través de la historia bíblica (Glasser, 2013). La misiología hace referencia a la participación de la iglesia en la misión de Dios. La Misión de Dios tiene que ver con todo lo que Él desea cumplir en el mundo, para que su nombre sea glorificado (Ef. 3:21) y su reino se expanda universalmente (Jn. 3:16).


Bases Bíblicas de la Misión La narrativa bíblica relata cuál es la misión de Dios, sin misión no hay una narrativa bíblica. En otras palabras, la Biblia no contiene historias de la misión de Dios; la Biblia es la historia de la misión de Dios. Como consecuencia, entender la historia de la misión de Dios significa estudiar la Biblia desde el principio (Génesis) hasta el final (Apocalipsis). El propósito con esta reflexión es proveer un resumen de cómo la misión de Dios se ha desarrollado a través de la historia de la humanidad.

CREACIÓN Y SEPARACIÓN DE DIOS En Génesis 1 y 2 luego de terminar toda su creación, Dios la calificó con el adjetivo bueno; pero, de manera singular calificó la creación del ser humano como buena en gran manera, porque lo hizo a su imagen y semejanza. Dios creó la humanidad con la capacidad de establecer relaciones en cuatro áreas específicas: con el creador, consigo mismo, con el prójimo y con el resto de la creación. Pero en Génesis 3 la desobediencia de la humanidad produjo su condenación y la separación entre Dios y el hombre, entre nosotros mismos, nuestro prójimo y el resto de la creación. El pecado concebido como la rebelión del hombre contra la autoridad de Dios trajo consigo el sufrimiento, la tristeza, la soledad, la violencia y la injusticia. Sin embargo, el hombre no fue apartado de su amor, misericordia y compasión, pues, Dios ya tenía un plan de salvación (Gn. 3:15). La condición pecaminosa de la humanidad creció hasta el punto que el Señor vio que la maldad era muy grande en la tierra y que todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal. Por ello, fue castigada con el diluvio (Gn. 7) pero la naturaleza pecaminosa persistió en el corazón de la humanidad. En resumidas cuentas, podemos decir que los primeros once capítulos de Génesis presentan el principio de un gran problema: la rebelión del ser humano contra Dios (Gn. 3:1-11:32). En Génesis 12 Dios llama a Abraham y hace un pacto (acuerdo legal entre dos o más personas) con él y sus descendientes, es a través de este pacto que Dios restablece la esperanza para toda la humanidad. El entendimiento de esta promesa es indispensable para comprender la Biblia y la misión del cristianismo. Todo el propósito de Dios está condensado en el llamado a Abraham. Vemos que hay una promesa (Abraham será fuente de bendición a todas las familias de la tierra) y segundo, su cumplimiento (como Dios cumplió: en Cristo, y seguirá cumpliendo su promesa a través de su iglesia).

Antes de continuar, debemos tener claro el concepto del “pueblo escogido”. El concepto de pueblo escogido tiene implicaciones hasta nuestros días. Es decir, tiene la función de interceder por las demás naciones y realizar la misión de Dios (Ex. 19:6 cf. 1P. 2:9). Es a través de la elección de un pueblo que el plan redentor de Dios se hace real en la historia. La narrativa bíblica nos cuenta cómo este plan ha sido desarrollado en las

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Bases Bíblicas de la Misión generaciones siguientes a través de Isaac, Jacob, José, Moisés, David, los profetas y finalmente Jesús, Emmanuel (Dios con nosotros). El Nuevo Testamento declara que la iglesia es el nuevo pueblo escogido (1P. 2:9). Este pueblo debe reflejar el carácter de Dios; los valores de aquel que los salvó y comisionó para ser pueblo escogido y enviado. En este tiempo, es a través de la iglesia que todas las familias de la tierra serían bendecidas (Gn. 12:2 cf. Dt. 7:7). ¿Cuál es la promesa que Dios dio a Abraham? Es una promesa con varias partes: 1. Es una promesa para el futuro: Dios afirma que haría de él una gran nación. Y como prueba de esa promesa le cambia su nombre de Abram (padre exaltado) a Abraham (padre de multitudes) (Gn. 17:5). 2. Es una promesa por la tierra: la promesa exigía que Abraham debía abandonar su propia tierra; a cambio, Dios le mostraría y entregaría otro territorio (Gn. 11:3132, 15:7, 12:1) 3. Es una promesa de bendición: cinco veces la palabra bendición y bendito ocurre en Génesis 12:2-3. La bendición que Dios dio a Abraham se derramaría sobre todo lo creado: En primer lugar, la tierra, luego su descendencia y por último todas las naciones de la tierra (Gn. 13:14-15, 15:6b, 12:3). Dios les dio la circuncisión como símbolo de este pacto y señal visible de su promesa. Esta fue la primera alusión en las Escrituras al pacto, y luego vemos que se repite en varias ocasiones la frase: “Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”.

PROMESA CUMPLIDA La promesa de Dios a Abraham recibió su cumplimiento histórico inmediato en sus descendientes, el pueblo de Israel. Esto es confirmado por algunos textos en el Antiguo Testamento: Éxodo 1:7; 1 Reyes 3:8 y Jeremías 33:22. Sin embargo, el Antiguo Testamento deja ver que algunas de las promesas dadas a Abraham y a sus descendientes no se cumplieron. Por ejemplo, Israel es descrita como la luz que alumbraría a las naciones y tenía la misión de llevar justicia a las naciones (Is. 42:1-4, 6; 49:6). Es solo cuando Jesucristo aparece en la historia que estas promesas son cumplidas, ya que Israel falló en su misión de ser luz a las naciones. Jesús como el verdadero Israel incluye a las naciones en la comunidad redimida (Jn. 15:1). Podemos decir que la promesa de Dios hecha a Abraham recibe un cumplimiento inmediato en Cristo y luego en la iglesia. Sin embargo, antes del nacimiento de Jesucristo, Dios continuó desarrollando su plan de restauración de la humanidad narrado en el Antiguo Testamento.


Bases Bíblicas de la Misión LA RESTAURACIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO Si damos una mirada panorámica al Antiguo Testamento, encontraremos que el problema del pecado nunca fue resuelto. El pueblo escogido por Dios falló una y otra vez en su misión de ser santos como Dios es Santo (Lv. 11:44 cf. Ex. 19:6; Jos. 24:14-27). Israel estaba sumido en cultos a otros dioses, eran corruptos en carácter y asociados con la inmoralidad. Esto había dado lugar a que se descuidara las prácticas de adoración al Dios verdadero. La abundancia económica y el éxito hacían pensar al pueblo que Dios estaba con ellos. Pero esto no era así. El mensaje de Amós representa malas noticias para el reino de Israel. Debido a la multiplicación del pecado Dios castigaría a Israel destruyendo su reino a través de una acción militar (no mencionada en el libro, pero llevada a cabo a través de Asiria). Este castigo fue comunitario e individual, así como también fue un juicio físico y espiritual para Israel. Sin embargo, Dios promete dejar un remanente llamado: “la casa de Jacob”. Este se refiere a la casa caída de David (Am. 9:11). El castigo que Dios asignó para Israel consistió en que fueron llevados cautivos por los babilonios, este evento histórico recibe el nombre de exilo. El exilio no fue visto como una devastación política, pero sí fue visto profundamente como una crisis teológica y espiritual. Esto fue así principalemente por razones siguientes razones: 1) Perdieron la tierra. 2) La línea davídica fue terminada. 3) Jerusalén fue destruida. 4) El templo fue destruido y profanado. Así, el exilio representó para el pueblo el fin de un período y el comienzo de una nueva era de esperanza. La proclamación de un nuevo pacto y restauración a través de Jesús (Jer. 30-33). De lo anterior podemos afirmar que Dios tenía un propósito doble: castigar a Israel por su pecado y traer salvación a través de los deportados (Jer. 29:1-11). En este mismo sentido de salvación, Dios continúa su promesa: “todas las naciones donde se invoca mi nombre”, podemos ver una restauración universal (Am. 9:12b). La palabra naciones significa “todos los pueblos de la tierra” y la expresión:“donde se invoca mi nombre” significa que “las naciones un día le invocarán”. Podemos concluir que la promesa de restauración cubre no solo a Israel, sino también a las demás naciones. Es a través de Israel que vendría el juicio y la salvación. Los verbos como: “restaurar”, “reparar”, “reconstruir” y “levantar” muestran la activa participación de Dios en el proceso de restauración. En cierta forma, es aquí donde vemos el cumplimiento de la promesa hecha a Abraham (Gn. 15:9-21). Dios proclama una bendición a todas las familias de la tierra a través de los descendientes de Abraham.

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Bases Bíblicas de la Misión EL PLAN REDENTOR DE DIOS La narrativa del Antiguo Testamento nos presenta el contexto en el cual el mensaje del evangelio de Jesucristo tomó lugar. No todos los judíos estaban viviendo en Israel, algunos de ellos todavía estaban esparcidos en otras naciones (Jn. 7:35) pero la identidad de los judíos estaba basada en el templo, la ley, y la tierra de Israel. Sin embargo, esta identidad no estaba completa hasta que llegara el Mesías, quien según el pensamiento judío era el líder político enviado por Dios para traer libertad a Israel del poder romano. Por ello, muchos de los judíos estaban todavía esperando que la promesa dada por los profetas Amós, Jeremías e Isaías se cumpliera. Estaban esperando al Mesías, el ungido de Dios para que llevara a cabo su misión de traer libertad y establecer el reinado de los judíos. De esta manera traería una era de paz y prosperidad para el pueblo (Youngblood, 1986). El término “ungido” es una palabra tomada de los tiempos del Antiguo Testamento. Parte del ritual de la comisión de una persona para una labor en particular era ser ungida con aceite. Ellos pensaban que el Mesías vendría pronto a realizar señales (Jn. 7:31) y a liberar a su pueblo, con quien él viviría y gobernaría por siempre (Jn. 12:34). En resumidas cuentas, muchos esperaban que el Mesías fuese un líder político, un rey que derrotaría a los romanos y proveería para las necesidades físicas de los israelitas. Sin embargo, el Mesías no cumplió las expectativas políticas del pueblo de Israel. Aunque podemos ver que, en la persona de Jesucristo, el problema humano del pecado encontró solución. En Cristo, encontramos la misma figura que nos presentan los profetas. Cristo es crucificado, castigado por nuestros pecados, pero este castigo tiene propósitos redentores. En otras palabras, es gracias a la cruz que hay una resurrección; es gracias a Cristo que hay esperanza, una solución al problema del pecado presente en la naturaleza humana.

IMPLICACIONES MISIOLÓGICAS DE ABRAHAM Y LA IGLESIA Jesucristo y posteriormente la iglesia, son el cumplimiento de la promesa de Dios hecha a Abraham: “Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición” (Gn. 12:2). Es a través de esta promesa que la bendición vendría a toda la humanidad. Este pasaje de Génesis es paralelo a Hechos 1:8: “Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra”. Es a través de esta nueva comunidad, la iglesia, que Dios continuaría la expansión de las buenas noticias, el evangelio. La respuesta al problema del pecado haya la solución en la persona y la obra de Jesucristo. Es a través de la iglesia que Dios bendecirá a la humanidad. La iglesia llega a ser la mayordoma del mensaje de salvación, aunque no es la iglesia misma la que da esta salvación. Sin embargo, sí es el canal de comunicación a través del cual la salvación de Jesucristo viene.


Bases Bíblicas de la Misión La tarea de la iglesia como la comunidad de Dios es llegar a ser el pueblo escogido, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que ellos puedan declarar las virtudes de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable (1P. 2:9-10). Así, la iglesia llega a ser el nuevo recipiente y el mayordomo de la bendición de Dios. La bendición dada a Abraham es ahora extendida a la iglesia. Como en los tiempos de Abraham, la iglesia, el pueblo de Dios, es claramente visto como una nueva alternativa levantándose en medio de la humanidad. De lo anterior podemos decir que la bendición a Abraham tiene dimensiones religiosas y morales. Esto significa que el llamado a Abraham era una invitación a ser una sociedad contracultural, el establecimiento del pacto estaba basado en el carácter santo de Dios. Así que su pueblo debía ser santo. De esta manera, cuando los pueblos alrededor de Israel veían su comportamiento y carácter debían ver el carácter y comportamiento de Dios mismo. Fue aquí donde Israel falló una y otra vez (Ez. 20:39b). De la misma forma, la iglesia es la embajadora o representante de Dios ante las naciones (2Co. 5:20). Lo que significa que la iglesia debe tener un estilo de vida diferente al resto del mundo, es decir un carácter santo como el de Dios (cf. Hch. 2:43-47). La visión bíblica no es solamente una santidad privada e individual. Dios salva individuos que viven en comunidad. De esa manera, el pueblo de Dios da testimonio salvífico a toda la humanidad. Por esta razón, el concepto de pueblo de Dios es fundamental en el plan redentor de Él. La función principal de la iglesia y su esencia es ser una comunidad de creyentes en donde Dios, en la persona del Espíritu Santo, habita. La vida en comunidad incluye un sentido de dependencia mutua. En otras palabras, implica compartir en el sentido integral. Por consiguiente, somos el pueblo de Dios, escogidos para dar fruto y ser testigos del poder, amor, salvación, redención y justicia de Dios para reconciliación de toda la humanidad. Esto significa hacer un ministerio integral, invitando a personas alrededor del mundo a ser parte de la nueva comunidad de Jesús, la iglesia.

IMPLICACIONES MISIOLÓGICAS DE CRISTO El hecho de que Jesús se hizo carne (encarnación), significa identificación de Dios mismo con el ser humano. La encarnación significa la necesidad de redención, motivación basada en compasión, misión y propósito misional. ¿Cuál es el propósito de Jesús al encarnarse? El propósito por el cual Dios llega a un ser humano es para: 1. Revelarse completamente a la humanidad (Jn. 1:18, 14:7-11). 2. Proveer un sumo sacerdote quien interceda por nosotros y quien es capaz de identificarse con la debilidad humana (Heb. 4:14-16). 3. Ofrecer a la humanidad un ejemplo, un camino de completa realización humana (1P. 2:21; 1Jn. 2:6). 4. Proveer un sacrificio suficiente y adecuado por los pecados de toda la humanidad (Heb. 10:1-10).

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Bases Bíblicas de la Misión 5. Destruir las obras del diablo (1Jn. 3:8). 6. Proveer a la humanidad un juicio final en la culminación de los tiempos (Jn. 5:22-27). En la encarnación, Jesús también asumió el rol de mediador. Un mediador es uno que se interpone entre dos partes en disputa para reconciliarlos. La encarnación misma es el principio de la mediación, uniendo la humanidad con la divinidad en una persona, trayendo a Dios a la humanidad y la humanidad a Dios (Oden, 1992 , pág. 102). En ese sentido, solo el verdadero mediador puede hacer el trabajo de mediar entre Dios y los hombres, solo aquel quien es verdaderamente humano y verdaderamente divino es capaz de hacer lo que es necesario para reconciliar al hombre con Dios El Hijo de Dios se encarnó para cumplir la profecía mesiánica en tres maneras diferentes: en su rol profético, sacerdotal y real. Como profeta Cristo tuvo que comprender las consecuencias profundas del pecado, llamando a la humanidad al arrepentimiento. Como verdadero sacerdote, Cristo se presentó así mismo delante del Padre, en nuestro lugar, tomando nuestros pecados, asumiendo la responsabilidad por ellos y reconciliándonos con el Padre. Como rey, Jesucristo completó aquella redención, (salvación a través de la muerte de Jesús) asumiendo autoridad legítima y gobernando en el presente y los eventos futuros de toda la historia. Finalmente, en Cristo, Dios une todas las cosas bajo una cabeza. La iglesia, el pueblo de Dios, es también partícipe en su misión y labor, como los resalta en Efesios 1:2223. Así, Jesucristo es la cabeza y la iglesia, la comunidad de Jesús, el cuerpo de Cristo, el cual está llamado a continuar la obra que Jesús inició. ¿Cuál obra?, ser agentes de reconciliación, llevar y predicar la palabra de Dios a todos los pueblos, tribus, lenguas, y culturas de todo el mundo como está escrito en Colosenses 1:28: “A Cristo nosotros proclamamos, amonestando a todos los hombres, y enseñando a todos los hombres con toda sabiduría, a fin de poder presentar a todo hombre perfecto en Cristo”. La expansión de la iglesia en el libro de Hechos La iglesia primitiva entendió y actuó conforme a la misión de Dios, en donde Israel falló, la iglesia respondió. Observemos el resultado de la misión de Dios en el libro de Hechos. Notemos la transición a través de la expansión a otras ciudades: 1. En Jerusalén: Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén. . . (1:1-6:7).


Bases Bíblicas de la Misión 2. En Palestina: “Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo” (6:8-9:31). 3. Más allá de las fronteras judaicas: “Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba (a pesar de la persecución)” (9:32-12:24). 4. En Chipre y hasta Asia Menor Central: “Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día” (12:25-16:5). 5. A Europa, Grecia, y Asia Menor Occidental: “Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor” (16:6-19:20). 6. El viaje de Pablo a Jerusalén, su encarcelamiento y su viaje a Roma: “y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” (19:21-28:31). En síntesis, en este capítulo, hemos definido el concepto de misiología y los principios misiológicos que están fundamentados en la Palabra de Dios. Aprendimos que una correcta interpretación de la misión de Dios se basa en un correcto entendimiento de la naturaleza de Dios. Vimos como Dios escoge a Abraham y su descendencia para llevar a cabo la promesa de la salvación y bendecir a todas las naciones de la tierra a través de él y su descendencia. Luego, mostramos la realidad de cómo el pueblo de Dios falló en cumplir el propósito de Dios. Pero mostramos en Cristo, que Dios cumple su promesa a través de la encarnación, vida, muerte y resurrección en Cristo Jesús. Ahora la iglesia surge como el agente de la misión, que se hizo posible a través del Espíritu Santo e inicia en el pentecostés y cuyas implicaciones tienen dimensiones universales.

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Bases Bíblicas de la Misión ACTIVIDADES DE EVALUACIÓN Ejercicio 1 Lea Génesis 12:1-9 e identifique los cinco aspectos que incluye la promesa de Dios hecha a Abraham.

Ejercicio 2 ¿Cree que el pueblo de Israel cumplió con la misión que Dios le encomendó en el Antiguo Testamento? (Justifique su respuesta). Comúnmente, se ha creído que la promesa y el favor de Dios en el Antiguo Testamento eran exclusivos para el pueblo de Israel. Lea los siguientes textos y analice su propósito en la historia bíblica: Génesis 38, Éxodo 12:38, Éxodo 18:1-12, Josué 2:1-21, Rut 1:1-5, 2 Samuel 11:1-5 y Jonás. Finalmente, reflexione en la razón por la cual Dios escogió al pueblo de Israel entre tantas naciones. Escriba su respuesta y compárela con lo que se afirma en los siguientes textos: Deuteronomio 7:7-9, Éxodo 9:19 y Romanos 9:17,18.

Ejercicio 3 Al analizar la expansión de la iglesia primitiva en el libro de Hechos reflexiona en las siguientes preguntas: 1) ¿cuáles fueron los elementos fundamentales que contribuyeron a dicha expansión? 2) ¿Cuáles de esos elementos son evidentes hoy en su comunidad y cuáles deben ser integrados y desarrollados? 3) Finalmente, elabora un plan de acción para integrar y desarrollar los elementos que son fundamentales para la expansión de la iglesia en la actualidad según el libro de Hechos.


Bases Bíblicas de la Misión

2 HISTORIA DE LA MISIÓN Propósito de la lección

Inspirar y confrontar los estudiantes mediante la comprensión del desarrollo histórico de la misión de Dios y los movimientos de renovación que cambiaron profundamente el mundo.

Resultados de la lección

Al terminar la lección el estudiante: • Conocerá parcialmente la historia de la misión de Dios. • Valorará los movimientos de renovación. • Se identificará con la misión de Dios.

Contenido

• Introducción • El reino de Dios, la iglesia y la misión • La historia de la misión de Dios • Medios por los que se expandió rápidamente el evangelio • Los movimientos de renovación y sus aportes • Actividades de evaluación


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Historia de la Misión INTRODUCCIÓN

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n la historia de la misión de Dios hay todo tipo de historias que sorprende. Una de estas es la historia del fundador de la Iglesia Metodista Libre B.T. Roberts. Él fue miembro de la Iglesia Metodista Episcopal, pero fue excluido de su membresía por abogar formalmente por las doctrinas y prácticas del metodismo histórico. Roberts entendió la misión de Dios y observó que el metodismo histórico había realizado muy bien la misión de Dios. Roberts analizó que los ricos y los dirigentes de la iglesia apelaban a la Biblia para apoyar la esclavitud. Además, percibió la preferencia por los ricos que alquilaban las primeras bancas de la iglesia y a los pobres les tocaba sentarse en el piso de la iglesia por falta de dinero para comprar o alquilar las sillas. Por otro lado, Roberts creía en el ministerio de la mujer y observaba que el metodismo primitivo dejaba que las mujeres ejercieran el liderazgo eclesial. En consecuencia, Robert comenzó una publicación de una revista mensual, “El cristiano ferviente”. Allí se oponía a todo tipo de esclavitud, de desigualdad en la iglesia con los pobres y apelaba al liderazgo de la mujer. Roberts no quería separarse de la iglesia, sino que buscaba que la iglesia se diera cuenta que necesitaba una reforma. Al ser excluido de la Iglesia Metodista Episcopal, Roberts funda la Iglesia Metodista Libre, sin esclavistas y sin esclavos y en donde los pobres y mujeres sean tenidos en cuenta como personas con los mismos derechos. Roberts ayudó a lanzar un movimiento que defendiera por los derechos de los agricultores. Además, abogó por una reforma económica y propuso que se retiraran las restricciones de la ordenación de la mujer. Años más tarde, se publica un libro en beneficio de la ordenación de las mujeres y en 1894 Ellen Roberts es elegida la primera presidenta de la sociedad de mujeres misioneras. Roberts entendió que la misión de Dios era de todos y para todos y eso lo llevó a trabajar de la mejor manera para extender el reino de Dios. El llamado es formar comunidades contraculturales en el camino hacia el reino de Dios.

EL REINO DE DIOS, LA IGLESIA Y LA MISIÓN Tome unos momentos para reflexionar en las siguientes preguntas ¿Cómo entiende la expresión “reino de Dios”? ¿A qué hace referencia? ¿Cuál cree que es la misión de la iglesia en el mundo? El Reino es primordialmente el gobierno real de Dios sobre todas las cosas, las cuales quedan sometidas a su voluntad. En el lenguaje bíblico la iglesia es la comunidad del reino, pero nunca el reino mismo. Los discípulos de Jesús pertenecen al reino ya que este les pertenece, pero no son el reino. El reino es el gobierno de Dios sobre todo lo creado, la iglesia es una sociedad de personas sometidas al reino de Dios (Ladd, 1974, pág. 152).


Historia de la Misión Lo anterior refleja la relación fundamental y la distinción entre la iglesia y el reino de Dios. Hay muchos paralelos entre el reino de Dios y la iglesia, pero estos no deben considerarse como iguales. Refiriéndose a este punto, Howard A. Snyder enfatiza que: “la iglesia no es el reino, pero esta es cobijada por este (2004, pág. 68). Así, podemos decir que la iglesia no es lo mismo que el reino de Dios, pero tampoco puede existir separada de él. El tema central del Nuevo Testamento es que Jesús ha venido a cumplir las profecías del Antiguo Testamento y que, en su persona y obra, el reino de Dios se ha hecho presente. Al partir Jesús ordena a la comunidad de creyentes (apóstoles) continuar con su misión (Mt. 28:18-19). En ese sentido, la misión de la iglesia es glorificar a Dios a través de continuar la labor del reino que Jesús inició (Mt. 5:16). Hablar del reino de Dios es hablar del propósito redentor de Dios para toda la creación. El llamado de la iglesia es cumplir con esa misión aquí y ahora. En cuanto a la misión de la iglesia hay dos asuntos relevantes que debemos comprender: 1. La iglesia continúa la misión de Cristo. En términos de René Padilla: “la misión de la iglesia es una extensión de la misión de Jesús” (1985, pág. 186). Esto significa que la iglesia no es solo el agente de evangelización y cambio socia, sino que la iglesia es el agente total de todo el propósito de Dios en todo el universo. Es a través de la iglesia que Dios alcanza su plan universal, esto implica que la iglesia cumple su misión al proclamar el evangelio de forma integral: siendo visible en las comunidades al modelar la imagen de Cristo. 2. La misión de la iglesia es presente y futuro según el pensamiento del Nuevo Testamento el reino de Dios no es exclusivamente una realidad futura, es también una realidad presente. De acuerdo a la voluntad de Dios, la iglesia es llamada a manifestar el reino de Dios aquí y ahora en su forma de vida y en lo que esta proclama. Podemos concluir que la iglesia no es el reino de Dios, pero sí está llamada a ser una comunidad del reino de Dios. La iglesia es compañera de trabajo del evangelio, nosotros como parte de la iglesia somos compañeros con Dios en la venida del reino (2Co. 6:1). Necesitamos entender que nosotros, como miembros de la iglesia de Cristo, no construimos el reino, pero sí somos trabajadores del reino. Dios quien trabaja en nosotros es aquel quien completa el reino. El reino empieza, permanece y termina en Jesucristo. El reino de Dios es construido en los eventos salvíficos del pasado (la muerte de Jesús por el mundo pecador, la labor misiológica de los apóstoles y la iglesia primitiva, la labor misionera por parte de los movimiento de renovación, entre otros), el trabajo misionero del presente y su marcha hacia su cumplimiento en el futuro. La iglesia es una protagonista activa de esta realidad. ¡Qué privilegio tan enorme tenemos!

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Historia de la Misión LA HISTORIA DE LA MISIÓN DE DIOS La historia de la misión de Dios la podemos dividir en diez periodos. 1) Patriarcas. 2) Éxodo. 3) Jueces. 4) Reyes. 5) Cautividad y Posexilio. 6) Roma. 7) Bárbaros. 8) Vikingos. 9) Sarracenos. 10) Los confines de la tierra. Observemos cómo lo resume Ralph D. Winter: Los patriarcas: comprende alrededor de 400 años, e inicia con el llamado y promesa a Abraham de ser un pueblo para bendecir a las naciones, aquí inicia la misión. La historia de Abraham continúa con sus hijos Isaac, Jacob y José. Por esta razón este periodo lleva su nombre porque la historia que se cuenta es la historia de los descendientes de Abrahán, los padres de las generaciones siguientes. Los patriarcas tenían la misión de ser de bendición para las demás naciones, a través de su testimonio y convivencia con las comunidades vecinas. A pesar de que este mandato (ser bendición a todas las naciones) se repite a cada uno de los descendientes de Abraham, este no se cumple totalmente (Gn. 12:1-3, 18:18, 22:18, 26:4, 28:14-15). Por su parte, el patriarca José, al llegar a Egipto es usado para preservar la vida, es de bendición para Egipto, pero esa no había sido la obediencia misionera que Dios había pretendido. En los cuatro periodos siguientes, Dios realiza su propósito a través de y a pesar de la desobediencia voluntaria y la falta de santidad de su pueblo. Ellos no obedecen su misión, pero Dios cumple su designio aun por medios involuntarios. La nación entera es llevada cautiva, realizando la tarea de misioneros involuntarios, utilizados por Dios para llevar a cabo la participación de la bendición a todas las naciones. En cada una de las épocas vemos el interés activo de Dios en hacer que se cumpla su misión con la completa cooperación de su pueblo escogido o sin ella. En su momento, Jesús fue bien acogido en Nazaret hasta que hizo mención de la misión de Dios de bendecir a los gentiles. Los judíos se habían quedado cortos en ser bendición de Dios para las naciones, además en su labor de formación no se aseguraban de que sus convertidos siguieran fielmente la Ley de Dios. Bajo estas circunstancias prevalecientes, Jesús no vino a dar la Gran Comisión sino a redefinirla. A pesar del rechazo general de la nación misionera escogida, muchas personas fueron tocadas y transformadas a través del ministerio de Jesús, en el que también observamos la inclusión de los gentiles en el reino de Dios. Esta nueva comunidad (gentiles) también es llamada a ser de bendición a las demás naciones (Mt. 28:19-20). Todas habían de ser subyugadas por el poder del evangelio y se esperaba que compartieran sus bendiciones con otros. Las cinco épocas siguientes no son tan diferentes de las primeras. Estas cinco épocas corresponden a los últimos dos mil años de la expansión de la fe cristiana. En estos cinco periodos Dios continúa presente en la historia de la misión. De allí que nuevas comunidades son alcanzadas por el mensaje de reino, pero aun así el cristianismo se sigue quedando corto en ser bendición de Dios a las demás naciones.


Historia de la Misión MEDIOS POR LOS QUE SE EXPANDIÓ RÁPIDAMENTE EL EVANGELIO A través de toda la historia, el evangelio se expandió por las siguientes razones: 1. Por los agentes • Los apóstoles: anunciando el evangelio y formando nuevos líderes para la misión en otras comunidades • Evangelistas: individuos que estaban dispuestos a ser enviados de un lugar a otro para compartir el evangelio. • Maestros: presentaron el evangelio como una filosofía a todas las comunidades donde llegaban. • Laicos: agentes primordiales de la misión, eran creyentes comunes que en medio de sus vidas y labores cotidianas compartían el mensaje del evangelio dentro de sus comunidades. • Viajeros no voluntarios: eran esclavos y personas exiliadas de sus tierras los cuales donde quiera que eran llevados compartían su fe en Jesucristo con otros. • Mártires: creyentes en Cristo que a causa de su fe fueron expuestos al sufrimiento y a la muerte, lo que impresionó a muchas comunidades por la valentía de estos hombres y mujeres y como resultado muchos creyeron en Cristo. 2. Por la forma y actitud de comunicar el evangelio • Dispuestos a predicar en diversos lugares y comunidades (Hch. 13:5, 14:1, 17:1, 19:8). • Su organización sencilla, pero efectiva (obispos, pastores, diáconos). • Fueron incluyentes, atrajeron a todas las razas y clases. • Capacidad de ajustarse a culturas diferentes. • Preocupación por los necesitados de la sociedad. • Deseo ferviente de modelar a Cristo • Abiertos a la obra del Espíritu Santo. • Generosidad de los creyentes hacia los pueblos. 3. Por la firmeza de su fe • Fueron acusados de ser destructores de la civilización y enemigos de la sociedad. • No querían servir en el ejército ni en posiciones políticas porque tendrían que meterse en la idolatría. • No participaron en los festivales religiosos de los otros pueblos, lo que implicaba adorar otros dioses • Su convicción de que tenían “la verdad” les pareció ridículo a los filósofos.

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Historia de la Misión La firmeza de la fe y esperanza en Jesucristo de estos creyentes, fue puesta a prueba a través de las múltiples exposiciones al martirio y el sufrimiento por parte de sus perseguidores, lo que permitió que nuevos creyentes se unieran a la fe en Cristo y también ganaran la admiración y el respeto de muchas personas y comunidades

LOS MOVIMIENTOS DE RENOVACIÓN Y SUS APORTES Antes de estudiar de lleno los movimientos de renovación que han cambiado al mundo, necesitamos definir qué es un movimiento de renovación. De forma general, podemos decir que un movimiento es un grupo informal de personas y organizaciones siguiendo un propósito o una causa común. Los movimientos surgen cuando las personas sienten que las cosas deben cambiar, un movimiento cambia personas, y las personas cambian al mundo. Un movimiento de renovación es un despertar que ocurre al interior de una pequeña o gran comunidad cristiana. Esta comunidad llega a experimentar cambio y a conocer en su propia vida, el poder de Dios y el poder de una comunidad cristiana genuina. El principal agente de un movimiento es la obra de renovación del Espíritu Santo en la iglesia y en el mundo. Generalmente, un movimiento de renovación se convierte en un movimiento misionero, donde la iglesia se convierte en un ejército de liberación que progresivamente está liberando y despojando el terreno de los controles demoniacos, a través del anuncio del mensaje del evangelio. A lo largo de la historia, la misión de Dios corre directamente a través de cada creyente en cada comunidad de fe que se adhiere a la renovación dada por Dios por medio de su Espíritu. La misión de Dios a través de un movimiento de renovación tiene tres realidades a saber: 1. Hay un mensaje, nuestro mensaje se centra en Jesucristo, el Hijo de Dios, quien es el único medio de salvación para nuestro mundo perdido. 2. Involucra a una comunidad de verdad con un estilo de vida diferente. Como un movimiento renovación Jesús llama a todos quienes deseen seguirle a una nueva vida de obediencia a su voluntad. 3. El propósito de la misión es la conversión. La misión implica la conversión del individuo y su inclusión dentro del cuerpo de Cristo, que es la iglesia, el pueblo de Dios. En esta ocasión, al adentrarnos en el estudio de la historia de los movimientos de renovación, subrayaremos cada uno de los aportes que estos realizaron a la historia de la misión. Es pertinente aclarar que estos movimientos serán desarrollados a profundidad en el manual de Historia y Expansión de la Iglesia I y II.


Historia de la Misión Algunos movimientos relevantes en la historia de la misión cristiana son: El movimiento monástico (s. III) modeló una devoción profunda en Cristo en medio de un nominalismo (personas que se identificaban como cristianos, pero solamente de nombre) creciente en la iglesia de su época. El movimiento carismático (s. IV) fue otro de los primeros movimientos de renovación. Los aportes de este movimiento son: una nueva apertura al Espíritu Santo y la invitación a vivir una vida de santidad. El movimiento franciscano (s. XI) le regaló a la iglesia una preocupación genuina por el pobre. Los reformadores (s. XVI) restauraron la autoridad de la Escritura y restauraron la verdad de la salvación por gracia por la fe. El movimiento anabaptista (s. XVI) enfatizó la importancia del discipulado del creyente dentro de la iglesia. El movimiento de reforma (s. XVI) generó varios movimientos que impactaron la iglesia hasta hoy día. Grupos como los pietistas (s. XVII), moravos (s. XVIII), y más tarde los metodistas (s. XVIII) dieron a la iglesia un sentido de renovación. Los aportes para llevar acabo la misión de Dios van desde formar pequeños grupos en la vida de la iglesia, fundaciones para refugiados, iniciar nuevas escuelas para alfabetizar y compartir el mensaje del evangelio. El movimiento metodista dirigido por Juan Wesley dentro de la iglesia anglicana (en Inglaterra). Enfatizó un alto compromiso de comunidad, la predicación en los campos, predicadores laicos (proveyendo de esta forma la oportunidad para el desarrollo de líderes nuevos), reuniones de clases (Bandas), ministerio a los enfermos y una comunidad estructurada. Todo esto generó un avivamiento donde nacieron las sociedades metodistas en Gran Bretaña, que luego se extendió por Escocia, Estados Unidos y a otras partes del mundo con el lema misionero: “el mundo es mi parroquia”. El movimiento pentecostal (s. XIX) redescubrió el poder descuidado del Espíritu Santo. ¿Dónde estaríamos hoy sin la influencia de estos movimientos misioneros? Dentro del movimiento pentecostal surgió un movimiento misionero con el avivamiento de la calle Azusa (s. XX) en Los Ángeles, California. Este avivamiento comenzó con William J. Seymour, un predicador afroamericano. Nació con una reunión el 14 de abril de 1906, en la Iglesia Metodista Episcopal Africana y continuó hasta casi 1915. El reavivamiento espiritual de la calle Azusa es considerado por los historiadores cristianos como el principal catalizador para la propagación del cristianismo protestante fundamental (evangélico pentecostal) hacia los cinco continentes. El avivamiento de la calle de Azusa se convirtió en una de las más eficaces motivaciones de los misioneros de la iglesia en África. El avivamiento hizo arder los corazones de los creyentes por los perdidos que salieron como misioneros a Calcuta, India, China etc. Otros visitantes dejaron el reavivamiento para ser misioneros en zonas remotas en todo el mundo. Muchos misioneros salieron de Azusa y en dos años, el movimiento se había extendido a más de cincuenta países.

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Historia de la Misión Historia de San Patricio San Patricio es un personaje sobresaliente de los movimientos de la historia de la iglesia. Él nació en Gran Bretaña, hacía parte de una familia adinerada, su padre era dueño de muchas tierras y pertenecía a la aristocracia británica. Su abuelo había sido pastor de la iglesia y su padre era un magistrado y un líder de la iglesia. Lo que se esperaba era que un día Patricio heredara toda la fortuna y fuera parte de la aristocracia romana en Inglaterra. Sin embargo, a sus 16 años unos invasores irlandeses lo persiguieron, lo capturaron y lo vendieron como esclavo en Irlanda. En los siguientes seis años Patricio vivió una vida solitaria y dura como esclavo. Su oficio fue ser pastor de ovejas. Desolación, hambre y mucho frío lo llevó a estar en la miseria que le enseñó humildad. Dios trabajó fuertemente en la vida de Patricio en medio del sufrimiento y dolor y lo transformó de adentro hacia fuera. Liberó a Patricio de la dependencia de la riqueza, la comodidad, y de la clase aristocrática. Los diarios de Patricio registran que antes de este hecho él no conocía de Dios, irónicamente la tierra de su cautividad llegó a ser la tierra de su libertad en Cristo. El esclavo de hombres llegó a ser un hijo de Dios. Una noche Dios le habló en un sueño y le reveló que había un barco esperándolo en el muelle para llevarlo de regreso a casa, aunque había muchas barreras, finalmente Patricio logró escapar y emprendió un largo camino a casa rumbo a la libertad. Así logró volver a su tierra natal y reintegró su vida en la sociedad británica. Una noche Patricio despertó y escuchó una voz con acento irlandés que decía: “¡te rogamos, ven y camina con nosotros otra vez!”. Este clamor hizo un hueco en su corazón. Dios le estaba llamando a regresar y él lo hizo. En poco tiempo, a pesar de la oposición de los líderes de la iglesia, la poca educación y experiencia, él fue ordenado como pastor y obispo. En contraste, la iglesia de Roma no estaba interesada en llevar el evangelio fuera de las fronteras del imperio, Patricio vio la necesidad y la oportunidad de alcanzar a estos irlandeses bárbaros. Él viajó por toda la isla, a través de lugares peligrosos y remotos, predicando, bautizando y ordenando clérigos para las nuevas iglesias. Miles de ellos respondieron positivamente al mensaje de Patricio y se volvieron de su idolatría para servir al Dios vivo. A pesar de la baja preparación teológica y del poco manejo del latín el corazón de Patricio revelaba el corazón de un hombre comprometido por la obra de Cristo, guiado por el Espíritu Santo y por las Escrituras. Patricio le dio a los irlandeses el regalo de un cristianismo no ligado a Roma. Patricio presentó el evangelio en forma fresca y que penetró los corazones de los irlandeses. Les enseñó que ellos podían ser seguidores de Cristo sin llegar a ser romanos. Hizo que las estructuras de la iglesia sirvieran a su misión y no viceversa. Patricio descentralizó la iglesia, imitando con esto los modelos usados por Cristo, Pablo y la iglesia del libro de Hechos. La iglesia de Irlanda se tornó en un movimiento misionero. La mayoría de misioneros no fueron grandes teólogos, pero sí eran conocidos por su autoridad espiritual y su sello


Historia de la Misión misionero. Por cientos de años Irlanda fue un centro de misiones; esto debido a que estudiantes procedentes de muchos países fueron a Irlanda para ser inspirados y así llegar a ser misioneros. El alcance del ministerio de San Patricio fue impresionante, pero lo fue aún más su legado, el movimiento misionero, inspirado por él. El movimiento misionero céltico continuó y fue el formador del monje irlandés Colombano (521-597). El abuelo de Colombano fue bautizado por San Patricio. Colombano y doce de sus compañeros abandonaron Irlanda y se establecieron en la costa de Escocia. Desde allí establecieron una base misionera que les ayudó a alcanzar a los escoses. Por años este lugar sirvió de base para las misiones en norte de Europa. Características de un movimiento de renovación En definitiva, podemos afirmar que donde quiera que hayamos visto un movimiento misionero en la historia de la iglesia hemos visto las siguientes características de una u otra forma: • Dios es quien toma la iniciativa. • Él escoge las personas menos apropiadas, lejos del centro del poder religioso. • El movimiento usualmente inicia con un individuo cuya vida ha sido revelada y redirigida por la revelación de Dios. • Él obra de una forma extraordinaria en las personas desde su interior hacia fuera. • Dios inspira verdades innovadoras referentes a su misión y cómo debe llevarse a cabo. • Las verdades y prácticas bíblicas son redescubiertas. • Compromiso ferviente. Un grupo creciente de personas comunes surgen, quienes tienen una fe extraordinaria y un sello misionero que no conoce fronteras. Eran incansables y sin temor, comprometidos en ser agentes de cambio en el mundo. • Rápida movilización. A pesar de los problemas, barreras e inconvenientes internos o externos a la iglesia el evangelio es esparcido en campos no alcanzados. • La iglesia existente es renovada y la sociedad es transformada. • Estos movimientos, con el tiempo, llegan a ser bien estructurados y tienen los recursos necesarios, pero por lo general no inician así, y se convierten en una base misionera de donde salen más misioneros a otros países o campos no alcanzados. • Métodos adaptables. Los movimientos más efectivos están preparados en cambiar cualquier cosa alrededor de ellos mismos, excepto el corazón del evangelio. • Relaciones contagiosas. Redes, relaciones y contactos es la forma como un movimiento se extiende. • El avivamiento tuvo lugar en la vida de una persona o de un grupo de personas • En la mayoría de los casos estos líderes tenían un liderazgo no tradicional y fueron abiertos a los dones del Espíritu. Para concluir, la historia de B. T. Roberts, la historia de la misión de Dios, la historia

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Historia de la Misión de los movimientos de renovación y la historia de San Patricio. Resumen una serie de aportes y de características que dan vida y potencian los movimientos de renovación en la historia. Características y aportes que deben ser integrados en los presentes y futuros movimientos de renovación. Sin embargo, creemos pertinente subrayar que la misma historia nos cuenta que tales movimientos tienden al declive y a su muerte por algunos factores importantes como los son: el aumento de las riquezas, el remplazo de la autoridad de las Escrituras, la alianza con el pecado, la corrupción y la desolación por parte de los reformadores, las rivalidades internas entre otros. Dios nos invita hoy a participar en un nuevo movimiento de renovación para alcanzar a América Latina para Cristo. No queremos repetir las fallas que vemos en la historia, pero sí queremos que Dios renueve su obra en nuestros tiempos y estamos listos para hacer nuestra parte.

ACTIVIDAD DE EVALUACIÓN Teniendo en cuenta las características de un movimiento misionero a través de la historia, reflexiona en las siguientes ideas: 1. Analice y evalúe cómo ha implementado esto en la iglesia y/o Casa de Paz. 2. ¿Cuál de estas características requiere ser integrado y desarrollado en la iglesia o en la Casa de Paz? 3. Elabora un plan de acción para crecer y seguir avanzando en la misión dada por el Señor.


Historia de la Misión

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LA MISIÓN: EL EVANGELIO Y LA CONTEXTUALIZACIÓN

Propósito de la lección

Ayudar al estudiante a comprender y contextualizar el evangelio en su campo ministerial.

Resultados de la lección Al terminar la lección el estudiante: • Comprenderá la esencia del evangelio.

• Comprenderá la importancia de la contextualización. • Contextualizará el evangelio en su cultura.

Contenido

• Introducción • Lo que no es el evangelio • El significado verdadero del evangelio • La contextualización del evangelio • La contextualización bíblica • Etapas de la contextualización • Cruzando las fronteras culturales • Actividades de evaluación


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La Misión: el Evangelio y la Contextualización INTRODUCCIÓN

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no de los retos al que nos enfrentamos cada día al realizar la misión de Dios es la contextualización. Cuando usamos el término contextualización hacemos referencia a la labor de traducir y adaptar un mensaje a una cultura en particular, sin poner en peligro la esencia del mensaje original. Saber contextualizar el evangelio y todo el mensaje de la Palabra de Dios es muy importante, ahí está el éxito. No podemos desviarnos del camino rechazando la cultura con los mitos, dichos populares o pensamientos de filósofos. Al contrario, lo debemos redimir. En ese sentido, no podemos desviarnos del camino discutiendo y entrando en tantos detalles que pierden la esencia del evangelio. Dios quiere de nosotros una interrelación con los habitantes de la región donde vivimos, una interrelación basada en el amor de Dios y al prójimo. Por esta razón, debemos usar todo lo que nos sirva de la cultura para comunicar el mensaje. Veamos la historia de un misionero que llegó a una comunidad que tenía una cultura diferente y no conocían a Cristo y su mensaje de salvación. Bruce Olson nos cuenta su experiencia a la hora de contextualizar el mensaje de la encarnación de Cristo a un pueblo motilón (tribu indígena del Catatumbo-Nororiente colombiano) que no tenía escritos ni templos religiosos. Pero si tenían la conciencia de un ser supremo que creó al ser humano, que los defendía de sus enemigos desde los cielos, y era allí donde querían ir cuando murieran. Pero estaban angustiados porque había seguido un falso profeta lo que implicaba que estaban lejos de Dios. Olson se preguntó, pero, ¿cómo podía yo explicarle el evangelio? ¿Cómo podía mostrar que Dios, en Jesús, se había hecho como nosotros para darles un camino de regreso a Él mismo?

Olson, recordó una vieja leyenda de los motilones acerca de un hombre que se había convertido en hormiga. El hombre había estado sentado en el camino después de su jornada de caza y había observado a algunas hormigas que trataban de construir un hogar. Él había querido ayudarlas a hacer una buena casa, como las casas de los motilones, así que comenzó a cavar en la tierra. Pero debido a que él era tan grande y tan poco familiar, las hormigas habían tenido miedo de él y habían huido. Entonces, milagrosamente, él se convirtió en hormiga. Él pensaba como hormiga, tenía aspecto de hormiga y hablaba el idioma de las hormigas. Vivía con las hormigas y ellas llegaron a confiar en él. Un día, él les dijo que no era realmente una hormiga, sino un motilón, y que en una ocasión había tratado de ayudarles a mejorar su casa, pero que las había asustado. Las hormigas dijeron: ¿no nos engañas?, ¿aquel eras tú? y se burlaron de él, porque no tenía el aspecto de aquella cosa inmensa y terrible que anteriormente había movido la tierra. En ese momento, mientras hablaba con las hormigas, él fue convertido en un motilón y comenzó a mover la tierra y darles la forma de una casa de los motilones. Aquella vez las hormigas lo reconocieron y le dejaron hacer su trabajo, porque sabían que él no les haría daño. Por eso, según la historia, las hormigas tenían colinas que se parecerían a las casas de los motilones.


La Misión: el Evangelio y la Contextualización Cuando me vino a la mente esa historia, entendí que ella ilustraba perfectamente lo que Dios había hecho en Jesús. [...] Así que tomé la palabra para “hacerme como hormiga” y la utilicé para la encarnación. Dios se ha encarnado en hombre –dije. Ellos dieron un grito ahogado. Hubo un tenso silencio. La idea de que Dios se hubiera convertido en hombre les sorprendió. -¿Dónde caminó? –Preguntó uno de ellos en un susurro. Cada motilón tiene su propio camino, el cual es su punto de identidad personal. Uno camina en el camino de otros si quiere encontrarlo y seguir su ejemplo. Los motilones llaman a eso: seguir tras los pasos de un jefe. Como el jefe mayor de todos, Dios también tendría un camino. Y si uno quería encontrar a Dios tenía que caminar en su camino. [...] Jesús es Dios hecho hombre –dije yo–. Él puede mostrarles el camino a Dios. Una mirada de asombro, casi de terror hubo por parte de los oyentes (Olson, 2007, págs. 10-13) Lo anterior es un excelente ejemplo de contextualizar el evangelio sin perder su esencia. Para realizar esta tarea es importante lo siguiente: conocer las malas interpretaciones del evangelio, comprender el verdadero significado del evangelio y conocer la cultura para saber cómo contextualizar el mensaje sin que se pierda la esencia del evangelio.

LO QUE NO ES EL EVANGELIO Constantemente han existido dos peligrosos y sutiles sustitutos que suelen confundirse con el evangelio: el legalismo y el libertinaje. Estos tienen el propósito de “corromper el mensaje y robarnos el poder del evangelio” (Keller, 2012, pág. 35). El legalismo enseña que se debe cumplir una serie de reglas que llevan a vivir una vida “santa” y “buena” para tener méritos y así obtener la salvación. Al otro extremo se encuentra el libertinaje, este enseña que podemos vivir de cualquier manera (sin reglas), porque la salvación depende 100% de la obra de Cristo en la cruz. Para cuidarnos de caer en cualquiera de estos dos errores debemos comprender realmente el evangelio y proclamar la esencia del mismo. Ser conscientes del peligro del legalismo y del libertinaje debería llevarnos a una fresca renovación de nuestra comprensión del evangelio. Dios nos ha mostrado una vez más su inmenso amor y gracia al hacernos partícipes de tan grande misterio. La buena noticia de nuestra salvación debe maravillarnos, de tal manera que cada día procuremos amarle más y considerar todas las demás cosas como basura solamente por conocer más a Cristo (Fil. 3). De ahí depende la renovación personal del evangelio porque “experimentamos de verdad las doctrinas del pecado y la gracia del evangelio, y no simplemente se les conoce intelectualmente” (Keller, 2012, pág. 60).

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La Misión: el Evangelio y la Contextualización De esta manera, descansamos en que la salvación no depende de nosotros, si dependiera de nosotros sería idolatría porque toda la seguridad y confianza no estaría en Dios (Lc. 18:18-30). Debemos tener en cuenta que: “una comprensión nueva y adecuada del perdón y la gracia de Dios a medida que nos despojamos de esas actitudes y prácticas malsanas, descansamos solo en Cristo para salvación” (Keller, 2012, pág. 60). Al experimentar la renovación del verdadero significado del evangelio y conocerlo realmente podemos ser más eficaces a la hora de comunicar el evangelio y contextualizarlo.

EL SIGNIFICADO VERDADERO DEL EVANGELIO El término evangelio significa literalmente “buena nueva”. Esta buena nueva consiste en que hemos sido redimidos del pecado a través de la sangre derramada por Jesucristo. El evangelio es el mensaje de la maravillosa redención de los seres humanos, quienes mereciendo la muerte, fuimos rescatados del castigo venidero (1Ts. 1:10). La buena noticia que anuncia el evangelio es que, a pesar del pecado que nos separaba de Dios, hemos sido reconciliados con Dios, a través de la muerte y la resurrección de su Hijo amado. Como resultado de esto, tenemos vida eterna en él (Ef. 2:5). La vida eterna no se alcanza por un estilo de vida “correcto”, ni mucho menos por lo “bueno” que seamos. Al contrario: “no es por obras para que nadie se gloríe” (Ef. 2:8-10), sino que descansa en la fe en Cristo, en su obra en la cruz. Es decir, Dios salva a pecadores que no tienen ningún mérito propio. Como consecuencia de la obra de Dios en la vida de las personas, estas son llamadas a vivir diferente. Es decir, llamados a vivir cada día transformando su forma de pensar, pareciéndose más a Dios y menos al mundo (Ro. 12:2). Ser transformados implica pensar y obrar diferente a como lo hacen el resto de personas que no creen en la obra de Cristo. Las buenas obras nos deben distinguir y conectar con el resto del mundo, pero nunca confundirnos (Keller, 2012). La fe produce buenas obras, pero las obras nunca producen salvación; por el contrario, son el resultado de la acción de Dios en nosotros. En ese sentido, las buenas obras son la respuesta de los creyentes en acción de gracias y alabanza a Dios por el regalo de salvación. La relación entre fe y obras es necesaria, puesto que es evidencia de una comunidad llena de amor hacia el prójimo; a su vez, sirve como señal poderosa para los no creyentes que observan el amor de Dios a través de ellos (Jn. 13:34, 35, 17:23).


La Misión: el Evangelio y la Contextualización

LA CONTEXTUALIZACIÓN DEL EVANGELIO La contextualización del evangelio es un elemento necesario que demanda observación, cuidado y atención para que sea efectivo. Pablo es un buen ejemplo de esto, observemos cómo contextualizó el evangelio a las diferentes audiencias en 1 Corintios 1:22-25. Pablo explica que cuando les enseñó a los judíos confrontó: “su ídolo de poder y de alcanzar cosas con la ‘debilidad’ de la cruz, y luego introdujo el evangelio como el verdadero poder” (Keller, 2012, pág. 49). Nótese que el evangelio se ajustaba a las necesidades de las personas en cada cultura. Pablo era un experto en comunicar el evangelio de diversas formas, para esto, utilizó la naturaleza misma de la cultura e ilustró de manera clara lo que estaba afirmando (Ro. 1:18-32). Cuando Pablo dirigió su mensaje a los gentiles, no citó el Antiguo Testamento porque su audiencia no lo conocía, pero sí acudió a él cuando se dirigió a judíos concretamente (Hch. 28:23-29). En este mismo sentido, en el libro de Hechos observamos la contextualización del mensaje de Pablo de manera magistral a sus diferentes audiencias: 1. Pablo enseña a los judíos y gentiles temerosos de Dios (Hch. 13). 2. Pablo se dirige a paganos sin educación (Hch. 14). 3. Pablo se dirige a filósofos y paganos educados (Hch. 17). El evangelio es tan relevante y rico que afecta todo lo que somos. Es tan rico que puede comunicarse en todas las culturas y habla directamente a las necesidades de cada persona y comunidad. El evangelio “trabaja en la transformación masiva de actitudes, moralidad, relaciones e interacciones culturales y demás” (Keller, 2012, pág. 52). Contextualización intencional Saber contextualizar el evangelio es muy importante porque de ahí depende el resultado de la misión de la iglesia. La contextualización no es darle a las personas lo que quieren oír, sino que es “traducir y adaptar la comunicación y el mensaje del evangelio a una cultura en particular sin poner en peligro la esencia y los rasgos del evangelio mismo” (Keller, 2012, pág. 97). Recuerde cómo lo hizo Bruce Olson ante los motilones. El peligro está en hacer mal la contextualización y echar a perder el mensaje del evangelio. Toda contextualización debe adaptarse a la cultura, pero ¿qué es cultura? La cultura es el conjunto de creencias, música y arte, costumbres culinarias y folclóricas de cada región. Sin embargo, bien entendida toca aspectos más profundos de cómo vemos el mundo y cómo vivimos.

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La Misión: el Evangelio y la Contextualización De ahí que, conocer y entender la cultura es imprescindible a la hora de contextualizar el evangelio. Al conocer la cultura podemos: 1) utilizar los puntos de contactos como plataformas para compartir el mensaje del evangelio. Y 2) podemos tener en cuenta los aspectos de la cultura para confrontarla con el evangelio. Observemos un ejemplo de confrontar la cultura. En muchos países o regiones de Latinoamérica nos dicen que los hombres no deben llorar. Literalmente nos dicen: “los machos no lloran”. Eso nos dice la cultura. Sin embargo, Jesús confronta la cultura, él nos dice: “bienaventurados los que lloran porque ellos recibieran consolación” (Mt. 5:4). Es una bienaventuranza llorar y expresar las emociones porque recibiremos consolación. El evangelio no nos dice que todo va a estar bien, sino que el camino va a ser duro. Sin embargo, el evangelio no nos deja ahí lamentándonos, sino que nos llama a gozarnos en medio de los sufrimientos porque nuestro galardón será grande (Mt. 5:1112). El trabajo de contextualizar debe de ser creativo, pensado y reflexionado. Es decir, cómo hago el evangelio relevante para determinada cultura, esto requiere tiempo para reflexionar. La contextualización “adecuada muestra a las personas cómo los argumentos narrativos de las historias de sus vidas solo pueden tener un final feliz en Jesucristo” (Keller, 2012, pág. 98). Contextualización en peligro La sociedad siempre está inmersa en la cultura. El peligro de no reconocer que toda la sociedad está inmersa en una cultura es pensar que una persona está libre e independiente de la cultura, no comprometida con las obligaciones morales y cosmovisiones definidas por la sociedad. Ninguna persona está libre de la cultura, ella es poderosa y persuasiva en los valores y cosmovisiones. Con el fin de notar que estamos inmersos en la cultura y muchas veces no estamos conscientes de eso, podemos utilizar una ilustración bien sencilla: nos “relacionamos con la cultura de igual manera que los peces, cuando se les pregunta acerca del agua, dicen: “¿qué es el agua?”. Porque si usted nunca ha estado fuera del agua nunca sabrá que está adentro” (Keller, 2012, pág. 105). Por esta razón, debemos conocer la cultura para una correcta contextualización. Veamos algunos de los errores más comunes a la hora de contextualizar el evangelio: 1. Aceptar la cultura sus valores y cosmovisiones sin una evaluación o pensamiento critico. 2. Pensar que la Biblia y la cultura tienen la misma autoridad. 3. Adaptar en exceso la fe cristiana a la cultura. 4. Preferencia a los valores de una cultura sobre la autoridad de la Biblia. 5. No darle la relevancia del evangelio en la trasformación de la sociedad. 6. Caer en el legalismo, es decir, juzgar y criticar en todo a la cultura. 7. No ser consientes a la hora de contextualizar, distorsionar el ministerio. Esto lleva a repetir los métodos y programas que han ejercido influencia personal en nosotros


La Misión: el Evangelio y la Contextualización y copiamos métodos y programas de otras regiones o países sin contextualizarlo a nuestra cultura. 8. No adaptar el evangelio a una cultura en particular, sino más bien someterlo totalmente y trasformar el cristianismo en una religión diferente, al acomodarlo a una cosmovisión extraña. Lo inevitable de la contextualización No hay una forma de expresar la fe cristiana que sea universal, y a su vez, sea relevante para todas las culturas. Sin embargo, las verdades del evangelio juzgarán a todas las culturas humanas. Al comprender que todas las culturas son diferentes, nos vemos en la necesidad de contextualizar el evangelio para cada cultura. De tal manera que sea comprensible a través de ilustraciones y conceptos en particular que sean significativos para esa cultura. Es decir, tomar los conceptos de ellos, los puntos de contacto para compartir desde ahí la fe cristiana. Recuerden cómo utilizó Bruce Olson la leyenda de “hacerse como hormiga”. Esta leyenda la utilizó para hablar de la encarnación de Jesús, que se hizo hombre para enseñarnos el camino a Dios. La contextualización debe tener contenido bíblico que confronte sus creencias y responda las objeciones y preguntas que las personas tienen de la fe. Es decir, estas personas son racionales y necesitan que sus dudas sean aclaradas. En resumen, la verdadera contextualización incluye el idioma, el vocabulario (una palabra puede tener distintos significados de una región a otra), las expresiones emocionales, las ilustraciones y la forma de razonar y de ver el mundo (Keller, 2012, págs. 101-104).

LA CONTEXTUALIZACIÓN BÍBLICA La contextualización bíblica demanda la construcción de un puente que va desde las Escrituras hasta el mundo actual. Es decir, es el acto de traer una doctrina bíblica y hacerla coherente y relevante para la cultura en donde vivimos. Los conceptos y reflexiones surgen del significado del texto bíblico y conecta la verdad bíblica con el corazón de las personas, tratan necesidades modernas y sentidas de todo ser humano. La Biblia habla a la realidad del ser humano y tiene autoridad sobre la cultura en donde estamos inmersos, la Biblia nos enseña verdades absolutas y universales. Las Escrituras son la autoridad suprema y al interactuar con la cultura tiene el propósito de dar a entender el texto con más exactitud, sin perder la fidelidad completa del mensaje. Esto nos lleva cada vez más a un entendimiento de la Palabra de Dios y nos reta a comunicarla de tal forma que tenga en cuenta la cultura. La contextualización bíblica es permitir que la Escritura confronte nuestros valores y cosmovisiones. Ella misma nos enseña qué es lo aceptable o no de cada cultura. Para conocer nuestra cultura es necesario: 1( escuchar a las personas: qué hablan, qué están diciendo, qué piensan de la vida, de Dios, del futuro, cuáles son sus necesidades,

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La Misión: el Evangelio y la Contextualización sus esperanzas y aspiraciones. 2) Interactuar con otras culturas: las interacciones entre distintas culturas nos ayudan a quitar la venda de nuestros ojos, y con lentitud pero con seguridad, pasamos a un cristianismo bíblico más completo (Keller, 2012, págs. 109-114).

Principios de contextualización Es importante comprender que la cultura es mixta, es decir, toda cultura tiene costumbres buenas y malas. Así que, debemos evitar rechazar ciertos aspectos de una cultura por la sencilla razón de que esta es diferente a la nuestra. Al tratar de realizar una contextualización bíblica debemos tener en cuenta los siguientes principios: • Es importante comprender que todos estamos privados de la gloria de Dios, judíos como gentiles, estamos perdidos, lejos de la presencia de Dios (Ro. 3:23). Esto sugiere que en nuestra actitud hacia la cultura debemos reconocer y celebrar las expresiones de justicia, sabiduría y belleza. Sin embargo, es apropiado acercarnos con cautela porque esta ha sido distorsionada por el pecado, en particular por la idolatría (Keller, 2012, págs. 117-118). • Recordar que todos los seres humanos poseen un conocimiento innato de Dios: tienen escrita la ley de Dios en el corazón (Jer. 31:33; Heb. 10:16, 8:10). Por esta razón tienen un sentido innato de justicia, honestidad, amor y la regla de oro.

Porque somos creados a imagen de Dios (Gn. 1:26-28), todo ser humano sabe que hay un Dios, que somos su creación y que debemos servirle y rendirle cuentas. Universalmente existe un conocimiento de Dios, pero este conocimiento no salva. La doctrina bíblica del pecado deja sin argumento alguno tanto al creyente como al no creyente.

• Nuestro motivo para la contextualización debe ser una expresión de amor. Para esta labor es importante: 1) estar comprometidos con el proceso de adaptación del mensaje del evangelio a la cultura. Es decir, donde no hay nada indicado en la Biblia, no debemos poner normas culturales humanas para convertirlas en reglas absolutas. Recordemos que cada cultura tiene elementos buenos y malos. 2) No cambiar la esencia del mensaje, lo que la Biblia enseña clara y definitivamente no podemos suavizarlo ni descartarlo, si lo hacemos nos hemos adaptado a la cultura (Keller, 2012, págs. 118-119). • Nuestra contextualización debe ser equilibrada, es decir, afirmamos y confrontamos la cultura. Observemos como Pablo asume la naturaleza mixta de la cultura: Los judíos piden señales milagrosas y los gentiles buscan sabiduría, mientras que nosotros predicamos a Cristo crucificado. Este mensaje es motivo de tropiezo para los judíos, y es locura para los gentiles, pero para los que Dios ha llamado, lo mismo judíos que gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana. 1Co. 1:23-25


La Misión: el Evangelio y la Contextualización En pocas palabras lo hace negativamente y positivamente. Confronta cada cultura por sus ídolos (negativamente), pero destaca positivamente sus aspiraciones y valores supremos. Elogia sus anhelos generales más básicos al demostrarles que solo Cristo es la verdadera sabiduría para los griegos y el verdadero poder para los judíos. No solo censura el orgullo de los griegos por el intelecto y el orgullo de los judíos por el poder, sino que también muestra que las formas de procurar esas cosas buenas les llevan a su propia destrucción. Revela las contradicciones fatales y la idolatría subyacente de sus culturas, y luego señala la solución que solamente puede encontrarse en Cristo (Keller, 2012, págs. 119-120).

ETAPAS DE LA CONTEXTUALIZACIÓN La contextualización implica un proceso de tres etapas. 1) Entrar en la cultura. 2) Hacer frente los patrones culturales no bíblicos. 3) Finalmente apelar a los oyentes (Keller, 2012, pág. 129). A continuación, según el pensamiento de Keller describiremos en qué consiste cada una de las etapas y daremos algunas pautas para su desarrollo. Etapa 1 Entrar en la cultura: esta es la etapa inicial, cundo tenemos la entrada a una nueva comunidad. En esta etapa es importante tener en cuenta los siguientes elementos: • Entrar con cautela para ganar la habilidad de hablarle a la cultura que estamos buscando alcanzar. • Sumergirnos en la cultura llegando a amar y buscando comprender e identificarnos con sus habitantes tanto como nos sea posible. • Entender sus historias, sus mitos y sus leyendas, sus ideas, sus ilustraciones y conceptos. • Entrar con una actitud de amor y humildad. • Buscar a alguien que pueda ser puente o intérprete de la cultura. • Mantener una estrecha relación con las personas escuchándoles atenta y respetuosamente. • Involucrarse en la vida, las preguntas y preocupaciones de las personas, para poder dar una respuesta bíblica centrada en el evangelio. Etapa 2 Hacer frente los patrones culturales no bíblicos: nuestra crítica de la cultura no tendrá poder para persuadir a menos que se base en algo que podamos afirmar en las creencias y valores de esa cultura. Esta etapa consiste en destacar los valores de la cultura con el fin de presentar las verdades de la Escritura frente a esos valores. En esta etapa recomendamos seguir las siguientes pautas: • Nunca hacemos frente a los patrones culturales no bíblicos sin antes entrar a la cultura.

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La Misión: el Evangelio y la Contextualización • Nuestra postura debe derivarse en su totalidad del contenido bíblico. • Conocer muy bien las doctrinas bíblicas. • Conocer muy bien las doctrinas de la cultura que buscamos alcanzar. • Afirmar y confrontar revelando las contradicciones internas en la compresión de las personas. • Revelar con sabiduría las inconsistencias en las creencias y suposiciones culturales acerca de la realidad teniendo como fundamento el contenido bíblico. • Revelar las verdades bíblicas con amor. • Reconocer que ninguna cultura tiene todos los requisitos mentales para comprender el evangelio y por lo tanto debemos comunicarlo en un leguaje que sea comprensible para ellos • Debemos conectarnos con los más profundos deseos de los oyentes. • Vincular las verdades bíblicas con las necesidades de los oyentes. • La comunicación debe adaptarse al mundo de los oyentes. • Nuestra tarea no consiste en juzgar la cultura, consiste en presentar las verdades de la Escritura a esa cultura. • Recordar que, al hacer frente a los patrones culturales no bíblicos, no se intenta cambiar la conducta moral, la forma de vestir o el estilo de música, sino la cosmovisión de las personas, sus creencias. Etapa 3 Apelar a los oyentes: esta etapa consiste en invitar a la cultura al arrepentimiento y a creer en las verdades bíblicas. En esta etapa es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones: • Enfatizamos a la cultura que el camino que están siguiendo es incorrecto y les llevará a su propia derrota. • En esta etapa consolamos a la cultura mostrando que lo que están buscando lo encuentran en Cristo. • Demostrar que lo que Cristo ofrece encaja perfectamente con los deseos y necesidades más profundas que la cultura. • Mostrar que la fe no es contraria a la razón. Al adentrarnos en la cultura buscamos conocer, amar, valorar e identificarnos con la comunidad. Trabajamos para que la comunicación del mensaje se adapte al mundo de los oyentes, por ello, las ideas y conceptos que utilizamos en la comunicación se toman del mundo social de las personas. Con el fin de contrarrestar adecuadamente el pecado cultural y señalar la solución a través del evangelio de Jesucristo.


La Misión: el Evangelio y la Contextualización CRUZANDO LAS FRONTERAS CULTURALES La misión de Dios es que todas las personas lleguen a conocerle y para esta labor debemos cruzar las fronteras. Observemos las fronteras que nos muestra Samuel Escobar (1975): 1. La frontera cultural: hay regiones importantes de concentración de comunidades indígenas, en zonas de altura o de selva, donde la presencia misionera extranjera se ha vuelto indispensable, porque las iglesias nacionales no han podido o no han querido cruzar esa frontera cultural. 2. La frontera social: el abismo entre unos pocos que tienen mucho y una mayoría que no tiene lo suficiente ha aumentado en Latinoamérica y en el mundo. 3. La frontera urbana: el cruce de las fronteras sociales y culturales se da muchas veces en el ámbito de la grandiosa realidad urbana de nuestro tiempo. 4. La frontera del poder espiritual: vemos como la hechicería o la adoración de demonios, y el retorno al paganismo florece en el mundo occidental, incluyendo a Latinoamérica. 5. La frontera religiosa: uno de los hechos más relevantes de los últimos veinte años ha sido el surgimiento del islam, el budismo y el hinduismo. No nos olvidemos que a veces ese renacimiento es una manera de rechazar el materialismo consumista, la obsesión sexual, y la desintegración de la familia que caracteriza a los países occidentales. Realizar la misión de Dios requiere cruzar las barreras mencionadas anteriormente. Para ser conscientes de esas barreras debemos hacernos algunas preguntas bien prácticas: 1. ¿Qué instituciones, escuelas, teologías, cosmovisiones, culturas regionales, expresiones artísticas, ministerios, iglesias y líderes me han moldeado? 2. ¿Qué puedo adaptar y que puedo desechar? 3. ¿Dónde necesito desintoxicarme y rehabilitarme de estás influencias? 4. ¿Qué tanto estoy moldeado por el evangelio? La inteligencia cultural requiere un corazón moldeado por el evangelio: un corazón suficientemente libre de idolatrías de nuestra cultura original y de la necesidad de aprobación de la nueva cultura. (Keller, 2012).

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La Misión: el Evangelio y la Contextualización ACTIVIDADES DE EVALUACIÓN Ejercicio 1 Teniendo en cuenta el relato de Bruce Olson responda las siguientes preguntas; compartirá sus respuestas con su grupo de formación. • ¿Cómo hizo la contextualización Bruce Olson? • ¿Cómo entender que “Jesús se hizo un motilón”? • ¿Cómo hizo Bruce para compartir de Jesús sin cambiar su cultura? • ¿Qué fue lo que más le impactó de la historia de Bruce Olson? • ¿A qué lo reta esta historia? • ¿Qué aspectos de los que realizó Bruce puede llevar a cabo en su Casa de Paz o iglesia? Ejercicio 2 En una frase sencilla, corta y clara describa qué es el evangelio. Seguidamente analice la tabla a continuación, escriba qué extremo es (legalismo o libertinaje). Luego reflexione y articule la respuesta bíblica que usted daría a cada una de esas situaciones y la razón por la que violenta el mensaje esencial del evangelio.


La Misión: el Evangelio y la Contextualización

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LA IGLESIA EN LA MISIÓN DE DIOS

Propósito de la lección

Ayudar al estudiante a comprender el rol de la iglesia y su relación con los propósitos en la misión de Dios.

Resultados de la lección Al concluir esta lección el estudiante: • Comprenderá la naturaleza y el propósito de la iglesia.

• Analizará la importancia de la forma y la función en la iglesia. • Replanteará la forma en la que está ejecutando las diferentes funciones en la Casa de Paz y/o la iglesia

Contenido

• Introducción • El establecimiento de la iglesia • La naturaleza y papel de la iglesia hoy • El propósito de la iglesia • Forma y función • Implicaciones para los líderes o plantadores de iglesias • Actividades de evaluación


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La Iglesia en la Misión de Dios INTRODUCCIÓN

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a solución de Dios para el pecado del hombre es la obra redentora de Jesucristo (Col. 1:20, 2:9). En Jesucristo, Dios está reconciliando las personas consigo mismo, restaurando su relación con Él (Ef. 1:9-10). Él ha dado este ministerio de reconciliación a su iglesia. De hecho, el establecimiento de la iglesia es el paso más reciente en el plan redentor de Dios. A través de la historia, Dios ha levantado hombres y mujeres para el establecimiento y expansión de su iglesia. En esta ocasión subrayaremos el ejemplo de Susana Wesley. Susana Wesley es considerada la madre del metodismo por ser la madre de los fundadores del movimiento metodista, Juan y Carlos Wesley. Movimiento que debe su éxito a los fundamentos bíblicos y sociales que Susana Wesley proporcionó en la educación de sus hijos. Susana Wesley es un ejemplo de devoción, compromiso con Dios y su familia, un ejemplo digno de imitar hoy en día. Veamos cómo Susana Wesley realizó esta labor. La excelente educación de Susana le permitió desarrollar a muy temprana edad un profundo interés por el ámbito social y teológico. Por esta razón, los estudios y métodos de enseñanza bíblica que Susana empleaba con su familia pronto adquirieron fama y reconocimiento entre los habitantes del pueblo. Mientras que su esposo Samuel estaba de viaje, en ausencia prolongada. Algunas personas del pueblo le pidieron a Susana que les enseñara de la Biblia como lo hacía con sus hijos. Esta reunión se inició en la cocina de la casa con un pequeño grupo de personas. Muy pronto, vecinos, adultos y niños comenzaron a asistir con regularidad a la “cocina de Susana” para aprender de ella las verdades bíblicas. El número de este grupo llegó a crecer hasta cerca de doscientas personas, muchas más de las que Samuel tenía en su iglesia durante el servicio dominical. Este éxito de Susana desagradó al supervisor de Samuel, quien le escribió una carta pidiéndole que le dijera a su esposa que dejara de hacer este tipo de reuniones que iban en contra de la tradición y buen nombre de la Iglesia Anglicana (Magallanes, 2005). En estas reuniones Susana leía un sermón, oraba y hablaba con las personas. Este método en la “cocina de Susana” hizo aumentar la asistencia a los servicios de la iglesia. El método de Susana había traído más personas a la estructura parroquial que ninguna otra cosa en tan corto tiempo. Los asistentes a la iglesia antes eran de veinte o treinta personas, ahora había aumentado entre doscientos y trecientos. La historia de Susana Wesley, ilustra cómo la iglesia se ha venido desarrollando a lo largo de la historia. Pero surge la pregunta ¿En qué momento nace la iglesia ¿Quién la estable y cuál es su misión?

EL ESTABLECIMIENTO DE LA IGLESIA Al pensar en el establecimiento de la iglesia debemos destacar la relación de la iglesia con el pueblo de Israel. La relación que hay entre la iglesia e Israel es que de Israel vendría el Mesías que traería bendición para todas las naciones, dando así cumplimiento a


La Iglesia en la Misión de Dios la promesa dada a Abrahám y a sus descendientes. En ese sentido, la iglesia hace parte del propósito misional de Dios para llevar las buenas noticias de bendición a todas las naciones. El período de tiempo entre la primera y la segunda venida de Cristo ha sido llamado la “Era de la iglesia”, o el tiempo cuando Dios está obrando para llevar a cabo su reino y sus propósitos de redención a través de su iglesia. La iglesia no es un plan “B”, tras el fracaso de Israel de llevar a cabo su misión. Él la planeó en la eternidad, provista por la muerte y resurrección de su Hijo, Jesús (Ef. 1:19-23). Cristo hizo preparativos, para su formación y desarrollo, mediante la instrucción a sus seguidores como su misión (Jn. 16:5-15; Mt. 28:18-20). Él la creó en el día de Pentecostés (Hch. 2:1-13) y les dio poder (Hch. 1:8) mediante su Santo Espíritu que mora en nosotros para siempre. La iglesia es el instrumento escogido de Dios para llevar las buenas nuevas del evangelio hasta lo último de la tierra (Ef. 3:10-11). La iglesia es el plan de Dios para alcanzar al mundo hoy, para manifestar su victoria sobre Satanás y para abrazar a aquellos que serán parte del pueblo de Dios. Gráfico 4.1 Contraste entre Israel y la iglesia

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La Iglesia en la Misión de Dios

LA NATURALEZA Y PAPEL DE LA IGLESIA HOY En el Evangelio de Mateo, Jesús predice el establecimiento de la iglesia y anuncia de ante mano cuál será su fundamento (16:18-19). A continuación, estudiaremos con mayor profundidad este texto bíblico el cual es útil para comprender el papel de dirigir o plantar una iglesia y cuál debe ser su fundamento. 1. La iglesia está construida en la roca: “Sobre esta roca” El significado del término “roca” ha desatado mucha discusión a través de la historia. La controversia se centra en la interpretación de “petra”, la palabra griega para “roca”, de donde viene también el nombre de Pedro. Pero existe una diferencia entre el significado de los dos términos. El término griego “petra” significa literalmente “piedra grande”, “roca” (Mt. 7:24-25; 27:60; Mr. 15:46). A diferencia de “petros” (Pedro) que significa “piedrita” que puede ser fácilmente movida. A pesar de la diferencia que existe, se le han dado muchas interpretaciones al posible significado del término “roca”, entre las más destacadas se encuentran: • Roca se refiere a Cristo: Jesús el Mesías (1Co. 10:4; Ro. 9:33; 1P. 2:8). • Roca se refiere a la confesión de Pedro acerca de Cristo. • Roca se refiere a Pedro. La mayoría de los teólogos evangélicos históricamente han interpretado la “roca” como la confesión de fe de Pedro acerca de Cristo. De cualquier forma, la metáfora de una roca encierra la importancia de un cimiento sólido, lo cual es fundamental para la iglesia actual. 2. La iglesia pertenece a Cristo: “Yo edificaré mi iglesia” Jesús es la cabeza de la iglesia. Él es su fundamento y le pertenece por completo. Él se dio a sí mismo y murió en la cruz para que la iglesia pudiera nacer (Ef. 5:25; Jn. 12:24). Jesús compró la iglesia con su propia sangre (Hch. 20:28). Jesús llama a su iglesia


La Iglesia en la Misión de Dios del mundo, pone a sus miembros juntos y la santifica en preparación para su presentación y propósito final (Ef. 5:26-27). Pablo dijo que le fue dada autoridad por Cristo para edificar su iglesia, no para destruirla (2Co. 10:8). A pesar de que los líderes de la iglesia hacemos un papel importante en la plantación y edificación de la iglesia, esto de ninguna manera significa que la iglesia depende de nosotros. Definitivamente, Jesús es el pastor, principio y fin de su iglesia, no el líder, pastor o plantador de una iglesia. 3. Jesús edifica su iglesia a través de nosotros: “Yo edificaré mi iglesia” Jesús mismo edifica la iglesia, es la misión principal de Jesús en la tierra hoy en día. Jesús usa a hombres y mujeres nacidos de nuevo como instrumentos de edificación (1P. 2:5). Jesús acomodará y construirá estas piedras vivientes como un edificio de Dios (1Co. 3:9), una morada de Dios en el Espíritu (Ef. 2:21-22). Jesús usa a líderes con dones para equipar a su pueblo y edificar a su iglesia (Ef. 4:11-12; 1Co 3:12). 4. La iglesia será vencedora: “las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” Esta frase expresada por Jesús mismo tiene un gran significado. Es la base para la fe vencedora y la esperanza que todos nosotros debemos tener. Aunque ahora estemos batallando, algún día la iglesia será completamente victoriosa (Ro. 16:20). Hasta entonces debemos armarnos con la armadura que Cristo ha provisto y depender de su fuerza para obtener la victoria en la tarea que Él mismo hace a través de nosotros (Ef. 6:10-18; 2Co. 2:14). Características de la iglesia como un agente universal La predicción de Jesús en Hechos 1:8: “y me seréis testigos hasta lo último de la tierra” se cumplió en Hechos 2 cuando el poder del Espíritu Santo se derramó sobre las personas de diferentes naciones, dando nacimiento a la iglesia. El milagro de hablar en lenguas en el día del Pentecostés simbolizaba que este nuevo evento en el plan redentor de Dios alcanzaría a todo el mundo; de esta manera se unirían hombres y mujeres de cada lengua en la iglesia. La iglesia entonces es internacional desde su nacimiento. Ahora bien, este asunto nos lleva a abordar varias características que debemos mencionar: 1. La iglesia está conformada por personas llamadas con una manifestación local y universal En el Nuevo Testamento, “ekklesia” (palabra griega que traduce iglesia) nunca es usada para denotar un edificio o una denominación (dos de las formas más comunes en las que nosotros utilizamos la palabra “iglesia” hoy en día) pero siempre se refiere a un grupo de personas llamadas por Dios para responder a una vocación local y universal. En el Nuevo Testamento se usa 109 veces la palabra “ekklesia”, la mayoría de estas veces se refiere a un grupo de creyentes en un lugar particular o una iglesia local (por lo menos 63 veces). Los creyentes somos responsables de reunirnos en comunidades locales (Heb. 10:25). De hecho, era lo que hacían los apóstoles para alcanzar personas para Cristo y reunirlas en nuevas comunidades eclesiásticas.

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La Iglesia en la Misión de Dios Noten que la iglesia local puede ser definida de diferentes formas: • Iglesia en casas: la iglesia se reunía en la casa de Aquila y de Ninfas (1Co. 16:19; Col. 4:15). • Iglesia de una ciudad: la iglesia de los Tesalonicenses, Corinto y Antioquía (1Ts. 1:1; 1Co. 1:2; Hch. 13:1). • Iglesias regionales: las iglesias por toda Galacia, Judea, Galilea, Samaria y Asia (Ga. 1:2; Hch. 9:31; 1Co. 16:19). Figura 4.1 Diferentes conceptos de iglesia

Finalmente, debemos tener claro que solo hay una “ekklesia” (1Co. 12:13; Ef. 4:4-5). Es decir, debemos entender su significado como realmente lo expresa el término original: la iglesia universal (por lo menos 27 veces). Esta iglesia universal es el cuerpo invisible de creyentes en Jesucristo, vivos y muertos, de cada tribu, lengua, pueblo y nación. El Nuevo Testamento de ninguna manera muestra que es posible ser parte de la iglesia universal y no involucrarse en la iglesia local. Por el contrario, la iglesia universal se hace visible a través de las iglesias en cualquier lugar del mundo. 2. La iglesia es el cuerpo de Cristo La iglesia es descrita como el cuerpo de Cristo en diferentes pasajes de las Escrituras (Ro. 12:4-5; 1Co. 12:12-31; Ef. 1:22-23, 4:4-16). Una de las mayores formas de ver a Cristo obrar en el mundo hoy es a través de su cuerpo, la iglesia. ¡Nosotros! (Ef. 1:22-23, 3:10-11). Note las siguientes implicaciones que trae consigo usar esta metáfora: a. El cuerpo es interdependiente Como cuerpo de Cristo, la iglesia tiene muchas partes que trabajan juntas en una forma muy completa e interdependiente. Las partes efectúan diferentes funciones, pero tienen el mismo propósito final, muy semejante a como es todo el cuerpo humano (Ro. 12:3-8; 1Co. 12:12-31). La iglesia necesita todas las partes de su cuerpo


La Iglesia en la Misión de Dios para que funcione de acuerdo a su diseño divino, y poder llevar a cabalidad el propósito encomendado. b. El cuerpo tiene una cabeza Cristo es la cabeza de la iglesia (Col. 1:18). Como un cuerpo, la iglesia no puede tener más de una cabeza. Ningún pastor ni plantador de iglesias es verdaderamente la cabeza de la iglesia a la que sirve. Todas las partes del cuerpo, incluyendo a los líderes, están sujetas al liderazgo de Cristo. c. La iglesia es el instrumento principal de Dios para expandir el evangelio La iglesia es el instrumento elegido por Dios para llevar las buenas nuevas del evangelio hasta lo último de la tierra. Antes de la cruz, las naciones estaban alejadas de la esperanza de la salvación (Ef. 2:11-13). Pero después de la muerte y resurrección de Cristo, la iglesia tiene la responsabilidad de llevar el evangelio a las naciones (Mt. 28:19-20). En el Nuevo Testamento Jesús le asignó a la iglesia esta responsabilidad, y la iglesia la asumió muy seriamente. Era la misión de la iglesia llevar el evangelio desde Jerusalén, a Judea, a Samaria y hasta lo último de la tierra (Hch. 1:8). Hoy, desafortunadamente se habla de las iglesias y las misiones como si estuvieran separados. En el Nuevo Testamento la misión era la iglesia y la iglesia era la misión. Las estrategias evangelísticas que no están conectadas a la iglesia están mal encausadas desde el principio. Dios ha establecido a la iglesia para que, a través de ella, las naciones sean discipuladas. La iglesia es el plan de Dios para alcanzar al mundo hoy, para manifestar su victoria sobre Satanás y para abrazar a aquellos que serán parte del pueblo de Dios (Ef. 3:10-11).

EL PROPÓSITO DE LA IGLESIA Jesús ha establecido a su iglesia con un propósito en mente. Es un propósito maravilloso fijado en el pasado y destinado para un futuro glorioso. Desde una perspectiva teológica podemos resumir el propósito de la iglesia diciendo que la iglesia existe para glorificar a Dios al edificar a los creyentes y evangelizar a los perdidos. Gráfico 4.2 El propósito de la iglesia

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La Iglesia en la Misión de Dios Exaltar al Señor La Biblia deja al descubierto el propósito principal en el cual gira toda la creación: glorificar a Dios. La gloria de Dios representa todo lo que es verdadero de Él; su naturaleza, atributos, carácter y acciones. Glorificar a Dios es su intención principal para la eternidad y el propósito central de la existencia del ser humano. (Ro. 15:6, 9; Ef. 1:5; 2Ts. 1:12; 1P. 4:11; Jn. 4:23; Sal. 50:23; 1Co. 10:31). 1. Edificar a los creyentes La Biblia enseña que la iglesia también tiene un propósito interno. Es la edificación de sus miembros. Efesios 4:11-16 explica bien el propósito interno de la iglesia de edificar a los creyentes. El entrenamiento y la capacitación del pueblo de Dios como una comunidad (en adoración, enseñanza, compañerismo y funciones de nutrición) son la base para el cumplimiento del propósito externo. 2.Evangelizar a los que no conocen de Cristo La Biblia enseña claramente que hay un propósito externo para la iglesia. Es un propósito que pone el enfoque de la iglesia fuera de sí misma. Es la razón por la cual Jesús vino a alcanzar a los perdidos (Lc. 19:10). Jesús dijo: “Como me envió el Padre, así también yo los envío” (Jn. 20:21). Este propósito externo de la iglesia es alcanzar a los perdidos a través del evangelismo y las misiones. El propósito de la iglesia se puede sintetizar así: exaltación, edificación y evangelización. La iglesia de Dios se reúne para la adoración, la edificación y para poder extenderse y hacer el trabajo de evangelismo. Estos son propósitos interrelacionados. Ninguno debe existir aparte de los otros dos. El propósito interno (edificación) sirve de base para el propósito externo (evangelismo) y ambos sirven para glorificar a Dios (adoración). Cuando los seguidores de Jesús se juntan para el propósito interno de edificarse (Ef. 4:11-16), amarse (Jn. 13:34-35) y practicar las funciones del Nuevo Testamento (Hch. 2:42-43) son mejores equipos para la tarea externa de alcanzar al mundo perdido. La iglesia es un agente de movilización para la evangelización del mundo. El papel del liderazgo en la iglesia es capacitar a los miembros para el servicio en el mundo. Este es el propósito de la edificación en la iglesia. Los creyentes se reúnen para adorar al Señor, crecer en su fe, aprender la Palabra de Dios, animarse, ayudarse y orar el uno por el otro. Estos miembros desarrollan el carácter espiritual y las habilidades necesarias para evangelizar a los perdidos (el propósito externo). El cumplir la gran comisión no es simplemente el trabajo del pastor, ni es el trabajo de unos pocos en la iglesia, sino es la función del cuerpo entero de Cristo, la iglesia.


La Iglesia en la Misión de Dios FORMA Y FUNCIÓN Una función es una actividad que se requiere realizar. Esta actividad puede variar desde una tarea difícil como obtener alimentos o criar niños, hasta algo muy sencillo como dormir. Estas son cosas que deben ser realizadas. Una forma es el método o procedimiento elegido para llevar a cabo esa función. Ilustremos un poco este concepto. En los días primitivos se podría cazar o cultivar los alimentos, estos son dos diferentes formas o maneras para obtener algo, pero ambos cumplen la función de obtener alimentos. Otro ejemplo es el transporte, esta es una función que puede ser llevada a cabo de muchas formas posibles: por medio de bicicleta, metro, taxi, bus, etc. Forma y función en la iglesia Para una mayor comprensión de estos conceptos en su relación con la iglesia a continuación puntualizaremos los conceptos de función y forma dentro del contexto eclesial y en la labor de plantación de iglesias. 1. Funciones de la iglesia El Nuevo Testamento incluye muchos mandatos, leyes, instrucciones, preceptos, prohibiciones y principios que la iglesia necesita llevar a cabo. Algunos ejemplos de funciones de la iglesia son: adoración, compañerismo, ordenanzas, oración, evangelismo, discipulado, el ofrendar, enseñanza, etc. Estas funciones son eternas, irreducibles y supra-culturales. Nunca cambian y son obligatorias para todo creyente, sin considerar la cultura, raza, edad y lengua. 2. Forma En el proceso de planeación eclesiástica las formas son estrategias, planes de acción y métodos de programas para llevar a cabo la esencia y la misión de la iglesia asignada en la revelación bíblica. Estas formas varían grandemente entre las iglesias locales, resultando en varias formas aceptables para realizar las funciones de la iglesia. Ejemplos: Función de evangelismo: • Forma de hacer evangelismo: evangelismo puerta a puerta, evangelismo relacional, impactos evangelísticos en los parques y hospitales, evangelismo en grupos pequeños y grupos grande, cruzadas, entre otros. • Función: oración. • Formas de orar: de pie, sentado, arrodillado, caminando, individual, grupal.

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La Iglesia en la Misión de Dios Teniendo en cuenta la anterior conceptualización, la vida de cualquier iglesia local no puede separarse de su contexto particular cultural e histórico. Nuestra experiencia de lo que es iglesia, no es solamente bíblica. La forma en la que hacemos iglesia se basa en una mezcla de tradiciones históricas, prácticas culturales y convicciones bíblicas. Cuando hablamos de funciones bíblicas (como adoración, oración, compañerismo, enseñanza, evangelismo y ministerio) es muy difícil hacerlo sin tener que describir las formas, tradiciones, métodos, estructuras y organizaciones en las que estas funciones se han realizado a lo largo de la historia. La labor del plantador de iglesias es definir las formas como cumplirán sus funciones primeramente desde una base bíblica y luego a la luz de las prácticas culturales pertinentes. Esto es debido a dos razones. Primero, porque hay muchas formas posibles para llevar a cabo cada función. Segundo, la forma necesita estar sujeta a cambios, en la medida que cambia la sociedad que la iglesia se propone alcanzar. Así, la figura puede verse diferente de acuerdo al contexto específico. Figura 4.2 Forma y función

Evaluar las formas y funciones en la iglesia En la siguiente tabla ilustramos las diferencias entre función y forma. En esta tabla, algunas funciones se anotan a la izquierda y algunas posibles formas para cada función se ponen en la columna a la derecha. Gráfico 4.3 Formas y funciones


La Iglesia en la Misión de Dios

La lista de las diferentes formas de realizar una actividad no es exhaustiva hay muchas más posibilidades. ¿Es una forma mejor que las otras? No. Todas pueden ser apropiadas o no en determinada circunstancia o cultura. Ninguna de estas formas es mandada por la Biblia como el único método. Solamente las funciones son mandamientos. Debemos escoger la forma que sea mejor para realizarla y que sea más apropiada para la audiencia.

Principios en cuanto a forma y función A continuación, resaltaremos algunos principios claves que ayudarán a la integración de los conceptos de forma y función en la labor práctica de liderar o plantar una iglesia. 1. La función es más importante que la forma En la Biblia se recalca la función. Jesús estaba más interesado en la función que en la forma. Aquellos que más le resistían eran los seguidores de la forma, los rituales y las tradiciones. Usualmente las formas no se determinan en la Biblia. Existe la excepción del servicio en el templo donde el diseño del tabernáculo y su mobiliario fue ordenado con cierto detalle; pero esto fue hecho con un propósito diferente. Fueron utilizados para enseñar acerca de Dios, su obra, sus atributos. 2. Las funciones son absolutas y transculturales; las formas no son absolutas y son variables Cuando en la Biblia se describen formas, podemos ver que más tarde se les hacen cambios. Por ejemplo, la Pascua era un recordatorio de la liberación de Dios de su pueblo de Egipto. Jesús cambió esto en la última cena y lo utilizó para resaltar la liberación que Dios estaba por llevar a cabo con la muerte de Jesús. En la iglesia del primer siglo nuevamente cambió y se convirtió en una fiesta de amor, en el que se compartía la comida. Sin embargo, esto comenzó a tener un mal uso (1Co. 11:17-34), así que la práctica se redujo a compartir la copa y el pan. Pero, aun así, esto toma diferentes formas. Algunos utilizan una copa común y otros utilizan copas individuales. Algunos utilizan vino y otros, jugo de uva. La forma puede ser diferente mientras se lleve a cabo la función el mandato absoluto y eterno.

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La Iglesia en la Misión de Dios Figura 4.3 Función bíblica

2. Las personas se identifican más con la forma que con la función Desafortunadamente las personas tienden a apegarse a la forma y a perder la función. Ellos pueden perpetuar formas que han perdido eficacia, en sus respectivas culturas. Se cuenta la historia de una mujer recién casada que fritó su primer pescado para su esposo. Cuando ella le sirvió, había cortado los extremos del pescado, la cola y la cabeza. Él le preguntó por qué lo hacía. Ella respondió que su mamá siempre lo hacía de esa forma. Cuando el recién casado le preguntó a su suegra por qué lo hacía de esa manera, su respuesta fue “no lo sé; mi mamá siempre lo hacía de esa manera”. Cuando el esposo le preguntó a la abuela por qué cortaba los extremos del pescado, su respuesta fue que “El sartén era muy pequeño para fritarlo”. Cuando las personas creen que hay absolutos para la forma de realizar las funciones, ellos tienden a volverse irrelevantes en sus planteamientos. Frecuentemente, la resistencia al cambio de forma es causada más por inseguridad y temor al cambio que por verdades teológicas. Esta puede ser una forma de idolatría. Un entendimiento de la forma y función puede ayudar a que la persona vea que el cambio no es siempre amenazante. 3. Las formas no se deben cambiar descuidadamente Pensemos en un joven, recién salido de un seminario o una universidad bíblica, sin experiencia pastoral, que luego se convierte en un pastor de una iglesia y piensa que sabe exactamente cómo debe ser realizada cada cosa. Él tiene una idea de lo que es la forma perfecta y está pensando en cambiar todo de acuerdo a sus ideas. Él no tiene idea de lo que son las personas ni tiene idea de lo que ellos quieren hacer. Además, podría no saber si sus ideas ya han sido probadas anteriormente y sus resultados no fueron los esperados. Esto puede llevar a una situación en donde las personas comiencen a sentir que su pastor no los valora, que los ve como parte de un experimento y puede crecer un resentimiento contra él. Razón por la cual comienzan a preferir que el pastor se vaya o de lo contario lo harán ellos. Las formas deben ser cambiadas solo para resaltar o realizar bien la función. Para ejemplificar esta idea, en una ocasión, un pastor comenzó el servicio con un himno, como lo hacía de costumbre y después dio el sermón. El sermón normalmente era al final del servicio, después de un especial de música, un período largo de cantos, la bienvenida y los avisos, pero este pastor eligió hablar de Dios y de sus maravillosas obras, luego invitó a la congregación a adorarle y agradecerle mediante la oración, cantos de alabanza (himnos) y la cena del Señor. El cambio fue muy efectivo. Esto no significa que lo hizo


La Iglesia en la Misión de Dios cada domingo. Fue hecho en esa ocasión en particular para que las personas se detuvieran y pensaran en un nuevo patrón acerca del tiempo de adoración en el servicio. Como consecuencia, regresaron a su forma habitual. 5. Cuando las formas se congelan, la iglesia muere Una forma es solo una de muchas maneras aceptables para llevar a cabo una función. Las formas pueden cambiar porque son una expresión de la sociedad. Sin embargo, hay ocasiones cuando la importancia de las formas puede crecer hasta llegar a ser preocupantes porque las personas no permitirán que las cambien. Cuando las formas se convierten en algo que no se puede cambiar por nada, la iglesia pronto morirá, porque la sociedad cambiará y la iglesia parecerá sin importancia. Si la iglesia no puede cambiar su forma para llevar a cabo sus funciones eternas, no tendrá nada que decir a la sociedad actual.

IMPLICACIONES PARA LOS LÍDERES O PLANTADORES DE IGLESIAS Los plantadores de iglesias deben pensar con mucho cuidado los conceptos de forma y función. Muchas de las formas establecidas cuando nace una iglesia pueden llegar a entretejerse en la vida y el crecimiento de la iglesia, llegando a ser difíciles de cambiar. Si no son efectivas, solo tendrán que tolerarse. Y más aún, si los sembradores de iglesias no ejercitan la flexibilidad en lo que concierne a forma y función, entonces el proceso de plantar una iglesia se vuelve muy lento, costoso y difícil. Los plantadores de iglesias tienden a ir a dos extremos en su ministerio: 1. Utilizar solamente las formas tradicionales de la iglesia. Aquí se usa la misma forma de la predicación, el estilo de música y métodos de evangelismo de las iglesias existentes en la región. Los resultados pueden ser que la iglesia alcance el mismo tipo de personas, en lugar de las personas que planeó alcanzar. 2. Adoptar solamente las formas importadas de otras culturas que son difíciles de reproducirse en su comunidad. Cuando los plantadores de iglesias asumen que ciertos programas, equipo o estilos de música son necesarios porque son efectivos en otras circunstancias o comunidades, entonces la iglesia puede tener una apariencia de extranjera desde sus inicios. Las formas que elija influenciarán grandemente en los sectores de la sociedad que alcanzará. Las formas deben surgir naturalmente de la cultura, de tal manera que las personas que se piensas alcanzar entiendan lo que se quiere decir con poca o ninguna explicación. Parte de la investigación es observar quiénes viven en el sector a alcanzar, quiénes no han sido alcanzados por otras iglesias ya existentes en el área y encontrar cómo atraerlas a la iglesia debido a las formas que tengan sentido para ellos y sean fieles a las funciones bíblicas.

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La Iglesia en la Misión de Dios ACTIVIDADES DE EVALUACIÓN Ejercicio 1 Es hora de evaluar su proceso ministerial ya sea como pastor, líder o plantador. Para ello reflexione, conteste y modifique lo que sea necesario: • Analice cuál ha sido el fundamento de su ministerio hasta ahora ¿Hay cosas por cambiar? ¿Es necesario volver a Cristo como el fundamento de la iglesia? • ¿Con qué propósito está haciendo el ministerio? ¿Para su beneficio y gloria? Analice las intenciones de su corazón y lo que le motiva a realizar el ministerio. • ¿Está cumpliendo cabalmente con los tres propósitos principales de la iglesia? ¿Cómo está haciendo para exaltar a Dios con su labor, para compartir el evangelio con quienes no conocen de Cristo y para edificar en la fe a las personas que han creído en él? Ejercicio 2 En el siguiente cuadro se da la función o mandamiento bíblico, anote algunas posibles formas de llevar a cabo esas funciones. Luego comparta con su formador.


La Iglesia en la Misiรณn de Dios En el siguiente cuadro se dan una serie de formas, analiza cuรกl es la funciรณn para cada una de ellas. Luego comparta con su formador.

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5 LA MISIÓN URBANA Propósito de la lección

Ayudar al estudiante a comprender y responder a las oportunidades y los retos del ministerio en las ciudades como un elemento clave dentro de la misión de Dios.

Resultados de la lección

Al concluir esta lección el estudiante: • Comprenderá la importancia de realizar la misión urbana. • Responderá al llamado de la misión urbana de manera integral.

Contenido

• Introducción • Bases bíblicas de la misión urbana • Bases sociales de la misión urbana • Beneficios de la vida urbana • Los cristianos y la urbanidad • Desafíos del ministerio urbano • Características de una iglesia para la ciudad • La misión y práctica • Actividades de evaluación


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La Misión Urbana INTRODUCCIÓN

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n el Antiguo Testamento observamos la misión urbana a un pueblo violento. Dios llama a Jonás a que se levante, vaya a Nínive y pregone en aquella gran ciudad, porque la maldad ha subido delante de Dios. Y Jonás muy obedientemente se levantó, pero para no ir a aquella ciudad. Dios le dijo “sube a allá” y él bajó a Jope. Jonás compró un pasaje de ida en dirección contraria a aquella ciudad. Dios le estaba pidiendo que fuera a predicarles a esos “asirios”, a esos “terroristas”. Los asirios eran la cultura más violenta de esa época. Cuando el ejército asirio invadía una ciudad, les sacaban los ojos a los ancianos, les sacaban los hijos a las mujeres embarazadas y asesinaban a las mujeres y niños delante de ellos. De manera que los hombres enceguecidos podían escuchar los gritos de muerte de sus familias. A este pueblo Dios envía a Jonás para que predique. En otras palabras, los asirios eran los nazis de esa época. Jonás se convierte en el misionero de un pueblo terrorista. Esa es la misión de Dios, salvar hasta a los más violentos. Irónicamente Jonás se convierte en el más grande evangelista que se pone bravo porque la misión urbana tuvo éxito. Los violentos se arrepienten y Dios tiene compasión de ellos, juntos con sus animales y su tierra. Esta es la misión de Dios en la ciudad.

BASES BÍBLICAS DE LA MISIÓN URBANA Dios comenzó la historia del ser humano en el huerto del Edén (Gn. 2), pero la terminará en una ciudad (Heb. 11:10; Ap. 21-22). La idea de la ciudad es por lo tanto una iniciativa de Dios. Dios estableció las ciudades con varios propósitos. 1) Eran lugares de refugio y seguridad para las personas con menos poder económico (niños, mujeres, extranjeros (Jos. 6:1; 2R. 7:25; Neh. 1:3-4; Sal. 107). 2) Eran lugares de justicia. En la puerta de la ciudad se hacían los juicios (Nm. 35:9-24; Pr. 22:22). 3) Eran lugares donde la cultura era importantísima. En las plazas de mercado se hacían todas las relaciones comerciales, sociales, políticas y culturales (Keller, 2004, pág. 92). 4) Eran lugares de fe. Cada ciudad tenía un templo (1R. 6; Hch. 17:19:27, 21:27). En la actualidad, las ciudades siguen siendo un lugar de refugio para los desplazados y los pobres, aun son lugares donde se crean las leyes y se ejercen; todavía son el centro de encuentros de multitud de culturas y creencias. Pero el pecado ha arruinado las ciudades de tal manera que estas no están cumpliendo con los propósitos originales (Keller, 2004). La Biblia denuncia las ciudades como lugares de violencia, injusticia, e incredibilidad (Mi. 3:9-11). Aunque en las ciudades se encuentra gran diversidad de culturas, no se da gloria a Dios, sino que se glorifica otras cosas o seres humanos antes que su creador (Keller, 2004, pág. 92). La idea de Dios es restaurar a las personas que habitan en la ciudad y que las ciudades cumplan su propósito.


La Misión Urbana Jesús estableció su iglesia como una “ciudad en el monte” la cual muestra la gloria de Dios al mundo con la proclamación del evangelio y las buenas obras (Mt. 5:14-17). Además, los cristianos fuimos establecidos para ser un buen ejemplo de ciudadanía y alternativa terrenal. La misión urbana enfoque del ministerio de Pablo El libro de Hechos nos deja ver que el apóstol Pablo ejerció su ministerio en varias ciudades (14:6, 21; 16:8-9, 12, 14, 16:20; 21:30; 24:12). Se evidencia que las personas estaban abiertas a nuevas ideas y dispuestas a escuchar (Hch. 17:19). Pablo enseñó en el Areópago (un centro público en Atenas, Grecia), las sinagogas, las escuelas y los centros de leyes (Hch. 17:1, 19; 19:9; 23:1, 24:1-27; 26:1-23). Pablo también enseñó y estableció iglesias en Atenas centro intelectual del mundo antiguo, en Éfeso, Corinto, que eran grandes ejes del comercio internacional y con alta fama mundial por sus centros religiosos (Hch. 18-20). “Hacia el año 300 d.C. el 50% de la población de las ciudades eran cristianas, mientras que el campo era pagano (pagano significa habitante rural, que no creía en Jesucristo)” (Keller, 2004, pág. 92). En síntesis, los primeros cristianos ejercieron la misión de Dios ayudando en las necesidades específicas de cada ciudad. En este mismo sentido Rodeny Stark afirma: El cristianismo sirvió como un movimiento de revitalización que se levantó en respuesta a la miseria, caos, miedo y brutalidad de la vida en el mundo urbano grecorromano. El cristianismo revitalizó la vida en las ciudades al proveer nuevas formas y nuevas clases de relaciones sociales capaces de hacer frente a los muchos problemas urbanos urgentes. A las ciudades llenas de gente sin hogar y empobrecidos, el cristianismo ofreció caridad, así como esperanza. A las ciudades llenas de recién llegados y extranjeros, el cristianismo ofreció una inmediata red de relaciones. A las ciudades llenas de huérfanos y viudas, el cristiano proveyó un nuevo escenario familiar. A las ciudades rotas por las violentas luchas étnicas, el cristianismo ofreció una base de solidaridad social. Y a las ciudades enfrentadas a epidemias, fuegos y terremotos el cristianismo ofreció un efectivo servicio (Keller, 2004, pág. 94).

BASES SOCIALES DE LA MISIÓN URBANA Hoy día no es raro observar que las pequeñas poblaciones están creciendo cada día más. Algunas de estas poblaciones han crecido tanto que ya no se distingue el pueblo de una ciudad. Las Naciones Unidas en el 2014 expresaron que más del 50% de la población del mundo vive en las ciudades y prevé que para el 2030, dos tercios del mundo vivirán en ciudades, ya que, algunas ciudades han triplicado su población en pocos años (ONU, 2018). Es decir que, muchas familias que han vivido generación tras generación en el campo se están mudando a la ciudad. Esto se debe quizá por las mayores posibilidades de estudio que se ofrece en las ciudades para sus hijos, por beneficios económicos y sociales, por las grandes comodidades que ofrece la vida en la ciudad. El mundo cada día es más urbano de lo que fue hace 20 o 30 años. Por esta razón, las ciudades están ejerciendo una influencia cada vez mayor en cómo se ha de vivir la vida.

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La Misión Urbana En vista de esto, la ciudad es una de las prioridades más altas para la misión cristiana del siglo XXI. Sin embargo, la realidad es que las ciudades están menos y peor atendidas por la iglesia que los pueblos (Keller, 2012). Nuestro llamado como agentes de Dios en la tierra es a plantar nuevas iglesias en la ciudad, y esto permitirá atender las necesidades de las personas que viven allí. “Dios nos quiere para encarnar y testificar su evangelio y su reino dondequiera que vivamos. No hay lugar más importante para hacer esto que la ciudad” (Keller, 2004, pág. 91). En este mismo sentido Roger Greenway expresó: A través de la migración mundial a la ciudad, Dios posiblemente está colocando el escenario más grande para las misiones cristianas y quizás la hora final, ahora que una mayoría de la población no alcanzada del mundo vive en ciudades. Ignorar la situación de las masas urbanas o rechazar luchar contra las desgracias y complejidades de la vida de la ciudad. Esto es una inconsciente desobediencia a Dios, quien por su providencia dirige los movimientos de la gente y crea oportunidades misioneras (Keller, 2004, pág. 94).

BENEFICIOS DE LA VIDA URBANA Para entender las dinámicas de la ciudad y cómo afectan la vida del cristiano debemos tener en cuenta los siguientes aspectos: 1. La ciudad nos vincula con muchas personas que son como nosotros. “Los retos y las oportunidades que ofrece la ciudad atraen a personas talentosas, ambiciosas e inquietas...” (Keller, 2012, pág. 179) . Por lo tanto, usted se verá retado siempre a dar lo mejor, todo su potencial. Las ciudades atraen y reúnen los recursos humanos, aprovechando su potencial para el desarrollo cultural. En la medida en que esto crece, el pecado toma las fortalezas de las ciudades y las convierte en un lugar contaminado por la arrogancia destructora, la envidia y la competencia por demostrar quién es mejor. En pocas palabras, es una perversión de lo bueno, es allí donde se necesita con urgencia el evangelio. 2. La ciudad nos vincula con muchas personas que “no” son como nosotros. En la ciudad se evidencian muchas subculturas y minorías de la sociedad que se agrupan en busca de apoyo mutuo. Estas personas se ven enfrentadas a las diferentes costumbres y creencias de la ciudad, y se ven retadas a permanecer en sus creencias o a identificarse con nuevos pensamientos. En ese contexto, el pecado también toma la fortaleza de la ciudad para trasformar la cultura y la convierte en un lugar que debilita los principios, valores y la cosmovisión. Por esta razón, necesitamos el evangelio para resistir el lado oscuro de esta realidad, los cristianos debemos responder con el evangelio con gozo y no con temor. Al compartir el evangelio a la ciudad, ella nos retará a descubrir el poder verdadero que encierra creer y seguir a Cristo. Por otro lado, en la ciudad encontramos personas que espiritualmente no tienen ninguna esperanza. Por ello, nuevamente hay que repetir que la salvación es por gracia y que todos somos pecadores, tanto el incrédulo como el cristiano. Aquí ninguno es mejor que el otro, la única diferencia es que el cristiano es consciente de que es pecador, pero el incrédulo no es consciente de su pecado.


La Misión Urbana La razón fundamental es que el no creyente está inmerso en las costumbres de la sociedad en donde algunas prácticas son “normales” y hasta “comunes”. Al observar en la ciudad la mezcla de valores y antivalores debemos ser humildes al reconocer que, si hoy somos personas ejemplares es solamente porque hemos sido moldeados en realidad por la historia y el evangelio. Así que, solo el evangelio puede darnos: 1) humildad: tengo mucho que aprender de la ciudad. 2) Confianza: tengo mucho que dar a la ciudad. “Ejerceremos un impacto para el evangelio si somos como las personas que nos rodean, y al mismo tiempo, profundamente diferentes a ellos” (Keller, 2012, pág. 298). 3) Valor: no tengo nada que temer de la ciudad. Estos tres puntos nos ayudan a realizar un ministerio eficaz que honra a Dios y bendice a otros (Keller, Iglesia centrada, 2012).

LOS CRISTIANOS Y LA URBANIDAD Para responder con mayor eficacia a las necesidades de las personas que viven en la ciudad, los cristianos tenemos que considerar varios aspectos importantes de vivir en una sociedad urbana: 1. Amar e involucrarnos en la comunidad que ofrece la ciudad. Esto implica no meternos en una burbuja cristianizada, aislados de personas que necesitan ser impactadas. Deberíamos involucrarnos muchísimo más con las actividades que hacen normalmente los ciudadanos. Además, podríamos predicar y enseñar las ventajas y privilegios que trae vivir en una ciudad y evitar quejarnos tanto de todas las desventajas. 2. Convertirse en una contracultura dinámica. Es decir, en personas que hacen frente a los patrones culturales no bíblicos y se convierten en personas que marcan la diferencia por donde quiera que van. La sociedad urbana que Dios quiere se fundamenta en el servicio, no en el egoísmo. Estamos llamados a modelar cómo las clases sociales y las razas no tienen diferencia alguna en Cristo. 3. Comprometerse radicalmente con el bien de la ciudad. Debemos poner a disposición de la ciudad y de todas las personas que habitan en ella, todos los recursos de nuestra fe y vida. Comprometernos sacrificialmente por el bien de toda la ciudad y de manera especial por los pobres y más necesitados. Los cristianos debemos trabajar en pro de la paz, la seguridad, la justicia y la prosperidad de nuestros vecinos y comunidades. Esto nos permitirá evidenciar el amor en nuestras acciones y no solamente de palabra (Jer. 29:5-7), aunque esto implique emplear los recursos de la iglesia para lograr una ciudad grande y próspera. Este principio lo vemos cuando José buscó la riqueza y el bien de Egipto, gracias a su labor llegó la salvación al pueblo de Dios y otras naciones vecinas (Gn. 42-49).

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La Misión Urbana 4. Cuidar fiel y radicalmente su identidad. Por ningún motivo podemos olvidar que somos principalmente ciudadanos del reino de Cristo (Ef. 2:10,19-20). Debemos ser radicalmente diferentes de las personas que no conocen de Cristo. No obstante, nos debe caracterizar el compromiso en pro del beneficio de la comunidad. Los cristianos estamos llamados a contrarrestar la cultura del individualismo, la religiosidad, el egoísmo, el miedo, la hostilidad, la corrupción etc. En este mismo sentido: Si los cristianos van tras el poder y la influencia, crearán miedo y hostilidad. Si por el contrario buscan el amor y tratan de servir, sus vecinos les otorgarán bastante influencia, un regalo que se le da gratuitamente a la gente digna de confianza (Keller, 2012, pág. 183).

DESAFÍOS DEL MINISTERIO URBANO Desarrollar el ministerio de Cristo en una ciudad implica muchos retos. Entre ellos está el pensar y desarrollar estrategias adecuadas para llevar a cabo una correcta evangelización. Las ciudades están llenas de emigrantes y migrantes, por ello evangelizar en una ciudad es la manera eficaz para llevar el evangelio a otras partes del mundo. Estas personas, al conocer a Cristo sienten el deseo, la pasión, el gozo y la responsabilidad de compartir su fe a sus familias y amigos. Las ciudades son como un corazón gigante: atraen a las personas y luego las envían. El desafío de los cristianos es aprender a realizar la evangelización de forma eficaz en la ciudad. Al igual que aprovechar las oportunidades únicas que esta ofrece. Observemos cuatro grupos estratégicos de personas que se deben alcanzar para tener mayor impacto en nuestra misión urbana. 1. La generación más joven Estos son los estudiantes que migran a la ciudad con el propósito de estudiar. No alcanzar esta población juvenil es perder una nueva generación de personas capaces de hacer cambios radicales para la sociedad. Además, es perder personas con gran potencial para ser los futuros líderes de las iglesias urbanas. Estos jóvenes, en su mayoría, se establecen en la ciudad de forma permanente por las posibilidades que allí hay para un crecimiento social y personal. No obstante, hay casos donde después de estudiar, regresan a su lugar de origen y estos llevan el evangelio consigo. Observemos un ejemplo de lo que puede suceder cuando impactamos a la generación más joven. Samir Majan, es un joven musulmán que creció en el Medio Oriente, pero adquirió sus estudios universitarios en una universidad en Estados Unidos. Después de graduarse de la universidad, Samir regresa a casa con su familia. Un cambio drástico había sucedido en su vida durante su estadía en América, pues había conocido a Jesucristo. Samir sabe el problema y la persecución que le espera al haber hecho lo inconcebible para su familia, convertirse en cristiano. Sin embargo, ante la persecución de la familia y las autoridades de su país Samir decide quedarse allí para trabajar en la extensión del evangelio (Saharig, 2009).


La Misión Urbana 2. Las élites culturales Este grupo lo constituyen las personas que tienen poder e influencia en la sociedad. Esto puede ser porque ejercen algún tipo de dominio en el comercio, las publicaciones, los medios de comunicación, la academia, el arte, la música, etc. Actualmente los valores y la cultura de cada ciudad han sido influenciados por la alta tecnología y el internet. Estas mantienen a personas de todo el mundo conectadas, y compartiendo diferentes valores. Así que, las personas que tienen influencia en la sociedad al rendir su vida a Cristo, trasmiten su fe y sus valores a su audiencia. Algunos ejemplos de esta realidad son los cantantes Juan Luis Guerra, Ricardo Montaner, y el futbolista Radamel Falco que comparten su fe abiertamente a los medios de comunicación y modelan una vida integral. De ahí que, es necesario que los cristianos influyan en la cultura de su nación de una forma sencilla, eficaz y radical. Para lograr esto, es necesario que más cristianos comprendan la esencia del evangelio y de la misión de Dios. Además, que se establezcan estratégicamente en ciertos puntos de la ciudad para que impacten a las élites culturales. 3. Los grupos de personas “no alcanzados” pero accesibles Una gran población de emigrantes provenientes de diferentes lugares del mundo están llegando a las ciudades. Algunos emigrantes salen desplazados por alguna situación de emergencia como lo son: la guerra, la escasez de alimentos, medicinas, etc. Algunos emigrantes provienen de zonas donde es prohibida la evangelización. Estas personas que emigran quizá están más dispuestas a aceptar la fe cristiana de lo que estaban en su lugar de origen. La mayoría de estas personas han tenido que dejar su ambiente familiar y tradicional. Estos grupos necesitan ayuda y apoyo para enfrentarse a las presiones morales, económicas, emocionales y espirituales de la vida en la ciudad. Estas son las mayores oportunidades para que la iglesia les sirva como una comunidad compasiva. La comunidad de fe puede llegar a ser su nueva familia espiritual que provee alimento tanto físico como espiritual. Los emigrantes necesitan el mensaje liberador del evangelio, ya que sus cargas son difíciles de llevar. Los inmigrantes tienen muchas razones para empezar a asistir a una iglesia, razones que no tenían en su ambiente original (Keller, 2012). El Señor constantemente nos llama a mostrar su carácter: “Muestren, pues, amor al extranjero, porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de Egipto” (Dt. 10:19). Además: “Recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios” (Ro. 15:7). De ahí que, lo primero que debemos hacer es considerar las necesidades básicas de los emigrantes. Es decir, las necesidades físicas como: alimentación, hospedaje, trabajo, educación. Las necesidades emocionales como: respecto, amistad, afecto y amor. Y las necesidades espirituales, es decir, la necesidad de una relación personal con Jesucristo. Estas mismas necesidades aplican para cada ser humano. 4. Los que viven en pobreza En una ciudad, la gran mayoría son poblaciones que se estima que se han desarrollado como invasiones o sectores de muy escasos recursos. Allí la iglesia tiene un papel fun-

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La Misión Urbana damental porque su trabajo con los pobres será la señal visible si realmente se obedece al llamado de Cristo de hacer buenas obras (Mt. 5:16; 1P. 2:12). Una vez que las personas con mayor estabilidad económica hayan sido ganadas para Cristo, se discipulan para que gasten su riqueza y poder en las necesidades del pobre y la ciudad en vez de enfocarse solamente en ellos mismos. Son necesarios los recursos económicos y culturales de las poblaciones con mayor riqueza económica para ayudar al pobre y aportar para satisfacer las necesidades de la sociedad (Keller, 2012, págs. 171-174). A continuación, presentamos algunas ideas prácticas para suplir las necesidades básicas de estos grupos: • Involucrar a toda la comunidad: se convoca tanto a los creyentes como a los no creyentes para que se unan para donar un alimento o dinero semanal, quincenal o mensual para los emigrantes y los pobres. Por otra parte, podemos involucrar a los líderes comunales o barriales para que presten los lugares en donde se reúnen para darle hospedaje temporal a los emigrantes. Esta labor social puede llegar a ser una fundación sin ánimo de lucro que ayuda a los necesitados. • Crear proyectos que sean sostenibles: una micro-empresa de costura, tejer a mano, o producir algún alimento, dulce o producto, o tal vez una micro-empresa de helados, comidas típicas del país o región. Al tener los proyectos podemos gestionar recursos con la iglesia, las empresas privadas y el gobierno para ayudar a dicha comunidad. • La iglesia debe involucrar a toda la población para enseñar lo que sabe. Es decir, si alguien de la comunidad barrial sabe trabajar la madera, el músico, el famoso en artes o algún oficio práctico. La idea es desarrollar y fortalecer las habilidades de los necesitados para que sean productivos (Myers, 2005). Así trabajamos las necesidades emocionales de ser valorado y respetado. • Además, podemos poner a disposición las profesiones de la comunidad. Al psicólogo, la enfermera, al peluquero, al médico, al profesor, al ingeniero ambiental para que den charlas a la comunidad o se unan en una brigada de salud por los emigrantes y pobres. Aquí se establecen relaciones fuertes con la comunidad y es una forma de discipular. De igual manera, la iglesia puede ofrecer charlas orientadas a la familia, la relación de parejas y la relación con los hijos. Todo esto produce confianza en la comunidad y hace que la iglesia sea visible y relevante al dar respuesta a las necesidades físicas, emocionales y espirituales de la ciudad.


La Misión Urbana CARACTERÍSTICAS DE UNA IGLESIA PARA LA CIUDAD Las iglesias que están establecidas en la ciudad deben cumplir con algunas características que benefician y honran la cultura de ese lugar, a continuación, enumeraremos algunas: 1. Respeto por la sensibilidad urbana Es de gran beneficio tener la experiencia de visitar o vivir en otra cultura diferente a la nuestra. Ya que nos ayuda a observar las diferencias culturales, los puntos ciegos que dentro de la misma cultura de origen no puede ver. Es necesario entender, valorar y respetar genuinamente la cultura, lo bueno y lo malo de ella. Esto ayuda a presentar los sermones y enseñanzas de tal forma que podamos hacer frente a los patrones culturales no bíblicos (Keller, 2012, págs. 184-185). 2. Sensibilidad hacia las diferencias culturales Es necesario tener un conocimiento de los grupos existentes de la zona: etnia, edad, vocación, religión, deportes, música, pasatiempos, etc. El notar estas diferencias y no darlas por sentado ayuda a que el ministerio sea más fructífero y relevante. Entender que todos somos diferentes debe llevarnos a tratar a las demás personas con respeto, compartiendo el evangelio sin violentar su cultura. El reto siempre presente es el de trabajar para que el ministerio urbano sea atractivo y profundamente inclusivo para las distintas culturas como sea posible. Una forma de hacerlo es tener líderes con diversidad racial (Keller, 2012, págs. 185-186). 3. Compromiso con el vecindario y la justicia La iglesia debe preparar y enseñar a sus miembros a ser personas que buscan las maneras de fortalecer el bienestar de la salud física, emocional, espiritual, económica, familiar y social de sus vecinos. Esto de cierta manera garantiza que los lugares sean más seguros y con cálidas relaciones. Para esta razón, usted debe conocer sus vecinos, su vecindario y estar familiarizado con toda la ciudad en donde está ubicada la iglesia y su residencia. Se necesita el compromiso integral de parte de los cristianos para mantener una buena calidad de vida en la ciudad (Keller, 2012, págs. 186-187). Una forma práctica es tener jornadas constantes de limpieza y cuidado del medio ambiente del barrio. Una jornada de reciclaje puede producir recursos económicos pero que también produce conciencia ambiental y social en el barrio y en la iglesia. Un buen mantenimiento de las zonas de recreación y deporte trae bienestar al barrio y hacen visible a la iglesia. 4. Integración de fe y trabajo La mayoría de las iglesias no saben cómo discipular a sus miembros sin sacarlos esencialmente de sus vocaciones e invitarlos a participar en actividades de la iglesia. Las iglesias urbanas deben ayudar a que los feligreses formen redes de creyentes dentro de sus campos laborales. Y asistirlos en la resolución de las cuestiones teológicas, éticas, y prácticas a las que se enfrentan en sus trabajos. El cristianismo se involucra e

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La Misión Urbana influencia la cultura de tal manera que se expresa hasta en la vida pública (Keller, 2012, págs. 187-188). 5. Predicación que atrae y a la vez reta a las personas urbanas Las iglesias de las ciudades son receptoras de personas que viven solas y que experimentan la soledad y estrés por el ritmo de la ciudad. Por tal razón, las personas urbanas buscan a menudo lo espiritual y anhelan la conexión humana. De ahí que, nace la necesidad de pertenecer a un grupo donde se mitigue un poco la soledad. El reto del predicador urbano es predicar de tal manera que edifique y comprometa a los creyentes. 7. Compromiso con el arte y la creatividad En primer lugar, deben desarrollar habilidades artísticas en sus cultos de adoración y ministerios para atraer a los artistas de la región. En segundo lugar, tome tiempo para escuchar a los artistas y músicos en su iglesia para así entender algo de la naturaleza de la comunidad artística local. En tercer lugar, esfuércese al máximo para trabajar con artistas y músicos locales, escuche sus consejos sobre cómo habría de hacerse en cuanto a la música y el arte. Dios nos ha dado la ciudad para sus propósitos. A pesar de que el pecado la ha dañado deberíamos emplear los recursos del evangelio para reparar las ciudades (Keller, 2012, págs. 189-190).

LA MISIÓN Y PRÁCTICA La misión urbana la puede realizar cada uno desde sus lugares de trabajo o desde el lugar en donde vive. La idea es ser más abiertos y amables con las personas, en vez de criticarlas y alejarnos de ellas por la forma en que viste o porque es diferente en sus creencias, culturas, etc. Esto no debería ser un estorbo para la amistad. El verdadero evangelismo se hace persona a persona, creando relaciones intencionales. A continuación, presentamos ideas prácticas para la misión de Dios a través de las relaciones intencionales: 1. Identifique la persona que necesite el evangelio. Aquí puedes observar en el lugar en donde usted trabaja, estudia o vive. Lo primero que debe hacer es crear lazos de amistad. Haga una lista de las personas con las que interactúa e identifique la Persona de paz. La Persona de paz se caracteriza por su amabilidad, su escucha atenta al mensaje del evangelio y su influencia en su círculo familiar, de amigos o de trabajo. Lo que debe hacer es ganarse su amistad. Invítele un café o a comer algo para que tengan tiempo de charlar y alimentar una amistad. Identifique los gustos y las necesidades de la Persona de paz y trate de responder a través del evangelio a sus necesidades. Cree diferentes espacios para cultivar la relación de amistad. 2. Invierta tiempo y recursos económicos en la Persona de paz. Toda inversión debe ser siempre intencional. Invertimos tiempo y dinero invitando a la Persona de paz a tomarse un café con la intención de cultivar la amistad y crear espacios para hablar de la fe y de la experiencia. “La misión urbana tiene un alto costo. Sí, el discipulado es caro. Reclutar y evangelizar a las personas en necesidad y en situación de riesgo siempre nos cuesta... Uno nunca deja de pagar por los nuevos convertidos, de un modo o de otro. La


La Misión Urbana evangelización de ciudades solo se establece a un alto precio” (Bakke, 2002, pág. 124). 3. Invite a la Persona de paz a obedecer y conocer a Cristo. Involucre a los creyentes a que estén pendientes de la Persona de paz y le ayuden a conocer a Cristo a través de cada creyente. Invítele a un estudio bíblico o Casa de paz. Anímele a seguir conociendo a Cristo y a tener relaciones que hacen discípulos. 4. Incremente el hacer discípulos enviando a la Persona de paz a hacer más discípulos. Es decir, invítale a: 1) identificar otra Persona de paz. 2) Invertir tiempo y recursos económicos en la Persona de paz. 3) Invite a la Persona de paz a asistir a un grupo de estudio. 4) Incremente el hacer discípulos enviando a la Persona de paz (Willis & Coe, 2014, págs. 115-160). Involucre a los nuevos creyentes en llegar a personas y comunidades necesitadas.

ACTIVIDADES DE EVALUACIÓN Actividad 1 En pro de avanzar en la elaboración del proyecto, realice una investigación sobre las personas a alcanzar en la ciudad, pueblo o región donde está la Casa de Paz. Allí debe incluir los siguientes aspectos de la población: 1) generación más joven: ¿Qué hacen? ¿Qué les gusta? ¿Dónde se reúnen mayormente? etc. 2) Élites culturales: los diferentes grupos sociales. 3) Inmigrantes: ¿De dónde provienen? ¿Por qué migraron? ¿Cómo se sustentan? 4) el pobre: ¿Qué cantidad hay? ¿Cómo se les está ayudando? ¿Qué necesidades requieren solución urgentemente? Identifique la población más vulnerable en su sector y repase si le son útiles algunas de las funciones y las formas vistas en la lección anterior para brindar una solución a esa problemática.

Actividad 2 Investigue si la iglesia (ya sea a la que asiste o las que hay en el sector donde está plantando la nueva iglesia) cumple con todas las características de una iglesia para la ciudad. Si cree que es más débil en uno de esos aspectos, trace un plan donde identifique cómo puede mejorar y tener una mayor contribución y ministrar a la sociedad de manera positiva.

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6 LA MISIÓN INTEGRAL Propósito de la lección

Concientizar y empoderar al estudiante para realizar la misión de Dios de manera integral.

Resultados de la lección Al concluir esta lección el estudiante: • Conocerá en qué consiste la misión integral.

• Reconocerá que cada ser humano es valioso por ser imagen de Dios. • Se comprometerá con tratar con dignidad a las personas más vulnerables en la sociedad.

Contenido

• Introducción • La misión integral • Respeto por los seres humanos • El llamado de Cristo: la ley del amor • Cuidado a los niños • Cuidado a las mujeres • Falta de respeto al ser humano: el tráfico humano • Proyecto de misión integral • Actividades de evaluación


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La Misión Integral INTRODUCCIÓN

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uan Wesley, el fundador del metodismo comprendió la misión de Dios y eso lo llevó a actuar. Él comprendió que la evangelización no podía ser meramente un discurso sino que debía ir acompañada con obras de misericordia. Es decir, las buenas obras, visitar a los presos, a los enfermos, ayudar económicamente a los necesitados, entre otros. De la misma forma que debía responder a las problemáticas sociales como la educación, por eso inició clases para niños pobres. Pero su misión integral no se quedó allí, sino que se preocupó por la salud de la población entera. Wesley escribió un libro con recetas medicinales para contribuir a la mejoría de la población que sufría por las enfermedades y no tenían recursos económicos para pagar un médico y comprar medicinas. Wesley se organizó para responder a las necesidades espirituales y físicas de una sociedad que se industrializaba rápidamente. Para Wesley el trabajo social era una expresión del deseo de reflejar y buscar la santidad.

LA MISIÓN INTEGRAL El reino de Dios se hizo presente en la persona y obra de Jesucristo. Y sigue haciéndose a través de la vida de las personas que han creído en él. La obra de Cristo fue completa: perdonó, redimió, liberó y dio redención a toda su creación. Es decir, a través de Cristo se alcanzó la restauración cósmica de todas las cosas. Él fue proclamado como Señor de toda la creación (Col. 1:20). Saber esto exige vivir en un reino que refleja los valores y sigue las pisadas del rey. Jesucristo estableció un reino que se preocupa por los necesitados, los pobres, los enfermos y aquellos que no tienen esperanza. Este reino tiene una gran responsabilidad social, política y ecológica, puesto que su reinado es cósmico (Ro. 8:21-22). Un reino donde los seres humanos son liberados para servir y percibir cada necesidad de su prójimo. Este reino no se limita a la proclamación audible de las buenas nuevas. Al contrario, este reino está comprometido en el cuidado y restauración del prójimo y de toda la creación (Stg. 2:14-15). La responsabilidad social, política y cósmica es un aspecto esencial de la misión de la iglesia (Padilla, 2012). Nosotros como ciudadanos del reino de Dios debemos actuar conforme a lo que dice la Escritura, ya que es un reino integral. En este sentido, el reino de Dios consiste en un cambio de mentalidad y de comportamiento. Es adoptar y vivir los principios y valores del rey para ayudar al resto de la creación a tener una restauración integral aquí y ahora. Por lo tanto, el reino de Dios debe influenciar todas las esferas de la sociedad: la educación, la política, la economía, las ramas judiciales y todo aquello que afecte el desarrollo del ser humano y del ecosistema. La misión integral abarca la buena mayordomía de los recursos naturales del planeta.


La Misión Integral En conclusión, la misión integral significa discernir, proclamar y vivir las verdades bíblicas confirmadas a través de la cruz y la resurrección de Jesucristo. Estas incluyen esperanza para cada persona individualmente, pero también para la sociedad y toda la creación. Integridad relacional La iglesia como cuerpo visible de Cristo debe encarnar su obra misional en la ciudad. Cristo lleva su obra acabo a través de su cuerpo, es decir, la iglesia. Este es el organismo que entiende la misión urbana y encarna la misión a través de: Sus miembros durante la semana, son capaz de hacer muchísimo más que cualquiera de nosotros solos. Yo puedo responder al llamado de Cristo en una o dos formas, pero soy parte de un organismo y una organización que puede responder y servir de un millón de formas (DeYoung, 2015). Todos los miembros necesitan estar preparados para la misión urbana, puesto que la iglesia está rodeada por una cultura radicalmente no cristiana. Por esta razón, “necesitan mucha más preparación para formar un ‘pensamiento cristiano’ en cuanto a todo lo relacionado con la vida pública y privada de nuestra cultura (Keller, 2012, pág. 350). Los cristianos debemos responder bíblicamente a las necesidades de cada ciudadano, los cuales se enfrentan a la desesperanza, la amargura, la falta de perdón, la soledad y demás. En ese sentido, la calidad de nuestras vidas marcada en Cristo con la esperanza, el amor, el servicio y una integridad evidente, siempre ha sido la condición necesaria para la evangelización y para dar respuesta a las comunidades sin Cristo. (Keller, 2012, pág. 301). Como en el ministerio de Jesús, las misiones de hoy deberían ocuparse de la persona completa. La compasión de Cristo por las personas que viven en pobreza debe ser una parte esencial de la proclamación del evangelio en su nombre. No debería haber separación entre lo espiritual y lo social. Unificar el evangelismo con un trabajo de asistencia y desarrollo social es efectivo si el objetivo es construir el reino de Dios.

RESPETO POR LOS SERES HUMANOS ¿Qué significa respetar? ¿Cómo sé que alguien me está tratando con respeto? Cuando respetamos a una persona le demostramos que reconocemos su dignidad como ser humano racional. También le damos el valor que Jesús le dio al morir en la Cruz. Valoramos su dignidad y le honramos, ya que ha sido creada a imagen de Dios (Gn. 1:27). El respeto implica tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros mismos. Mostrar respeto por otra persona es mostrar preocupación por sus pensamientos y emociones. Por consiguiente, implica reconocer y estimar la imagen de Dios en el otro. Cada persona es un ser humano único y como tal, merece ser tratada con respeto.

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La Misión Integral Profundicemos un poco en el significado de la creación de la humanidad a la imagen de Dios. Creados a la imagen de Dios Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó (Gn. 1:27). Dios creó a los seres humanos a su imagen. Pero ¿Qué significa ser creado a la imagen de Dios? Llevar la imagen de Dios en nosotros significa que tenemos algunas características de la naturaleza de Dios tales como: el intelecto, la voluntad, la memoria, ser en relación, libertad, creatividad, responsabilidad ética y moral y responsabilidad de gobierno. Contamos no solo con la imagen de Dios, sino también con toda la humanidad. Por esta razón, cada persona es merecedora de respeto porque es creada a la imagen de Dios. Tomás de Kempis, un cristiano de la edad media, escribió: “No existe criatura tan pequeña y despreciable que no refleje la bondad de Dios” (Kempis, 1982, pág. 115). Lo que quiere decir es que cada ser humano es algo maravilloso. Es un reflejo de la divinidad de Dios, porque está hecho a su imagen. Cada ser humano que vive y respira es una imagen de Dios y merece gran respeto. Dentro de la misión de Dios para su pueblo, está el respetar y velar para que se cumplan los derechos de las personas menos dignificadas dentro de la sociedad. El respeto de Jesús por toda la humanidad Como cristianos, nos comprometemos a seguir a Cristo y usar su vida como modelo para nuestras acciones. Jesús, hablando con los líderes religiosos de la época, dijo que toda la ley judía dependía de dos mandamientos: amar a Dios y amar al prójimo como a sí mismo. El hombre preguntó: Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente —le respondió Jesús—. […] El segundo se parece a este: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Mt. 22:36-39 En el texto anterior, Jesús nos está designando una gran responsabilidad: pensar en los demás, así como pienso en el beneficio propio. Jesús reconocía la dignidad y el valor único dado por el Padre a todos los humanos. También dejó en claro que esto no depende de su género, raza o etnia. El mandamiento de amar al prójimo como a sí mismo es un llamado para que los cristianos sigamos el ejemplo de Jesús y le demos valor a cada persona. En el Nuevo Testamento vemos que Jesús no pasó la mayor parte de su tiempo con aquellos que eran ricos y que se creían “santos”. Él, en cambio, invirtió mayor cantidad de tiempo con toda clase de personas, incluso con los marginados por la sociedad: pobres, prostitutas, pecadores, etc. Con sus actos, Jesús le estaba diciendo a la cultura que a Él no le preocupaba el “estatus social” o la “reputación” de aquellos con quienes se juntaba. Lo que realmente le importaba a Jesús era hacer la voluntad de su Padre. Esto era amar a quienes según las normas sociales no “merecían” amor ni respeto. Jesús es nuestro mayor ejemplo, y así debemos actuar nosotros, siguiendo sus pisadas. Su misión fue integral, nos enseñó el reino de Dios, tratar con respeto y proveer recursos y amor para los menos favorecidos.


La Misión Integral EL LLAMADO DE CRISTO: LA LEY DEL AMOR A través de los evangelios, vemos que Jesús trató a todas las personas con respeto. Él sabía que para Dios ninguna mujer, hombre o niño era más o menos que otro. Jesús amaba a los hombres, mujeres, niños, pecadores, enfermos o marginados socialmente. En la última cena, Jesús les dio a sus discípulos una nueva orden que nosotros también debemos cumplir: “Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros” (Jn. 13:34). Esta orden es un modelo alto para cumplir. Amar a alguien como lo hizo Jesús significa que estamos obligados a dar nuestra vida sacrificialmente por otros. Así como Él sacrificó su vida por nosotros en la cruz. De esta manera, su vida es ahora el modelo de la misión integral de Dios que debemos imitar (1P. 2:21). Cuando Jesús nos dice que amemos como Él nos amó, nos pide que tratemos a cada ser humano como Él lo hizo: con gran respeto. No debemos rechazar a la persona enferma y marginada. No debemos ser injustos o irrespetuosos con las mujeres. No debemos descuidar ni minimizar a los niños. Jesús trató a cada persona con el respeto que merece como ser humano y nosotros no tenemos excusa si hacemos lo contrario. El amor a todos los seres humanos es el verdadero amor de Dios. No estamos siguiendo a Cristo si tratamos de manera irrespetuosa a una persona. Juan escribe: “Si alguien afirma: ‘Yo amo a Dios’, pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto” (1Jn. 4:20). No podemos amar a Dios, el creador invisible y preservador de la humanidad, si no amamos a los niños, las mujeres y los hombres que están cerca y son visibles; que poseen la imagen de Dios (Gn. 1:27). Amar verdaderamente a Dios y seguirle a través de Cristo significa que debemos tratar a cada persona con el respeto que se le debe como un ser humano.

CUIDADO A LOS NIÑOS Jesús habló a menudo de la importancia de los niños. En un momento dado de su ministerio, los discípulos rechazaron los niños por ser indefensos, por lo que reprendieron a algunas personas que le traían niños. Marcos describe la respuesta de Jesús: “… Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos’” (Mr. 10:14). Jesús no solo quería que los niños fueran a Él, sino que los valoraba. Para Jesús, los niños, tienen un lugar especial en el reino de Dios. Jesús continuó diciendo: “Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño de ninguna manera entrará en él” (Mr. 10:15). Esta es una advertencia severa para quienes pretenden ser adultos maduros y tener el control sobre sus vidas, deseos y emociones. Los niños representan la inocencia, la sencillez y la dependencia. Los niños confían plenamente y siempre buscan aprender. De la misma forma, debemos comportarnos

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La Misión Integral como niños y actuar con humildad en lo que sabemos, con inocencia en nuestras acciones y con plena dependencia en nuestro Padre celestial. Debemos esforzarnos para ser como niños en los asuntos de Dios y también debemos reconocer su valor en la misión integral de Dios. Amor a los huérfanos En nuestras comunidades, aunque la mayoría de niños viven en familias, otro gran número viven solos. Estos niños huérfanos pueden estar solos porque sus padres han muerto o porque los han abandonado. Dios siente un profundo amor y respeto por estos niños que pueden estar viviendo solos o incluso haciéndose cargo de sus hermanos y hermanas menores. En Génesis, una mujer llamada Agar no podía alimentar a su hijo, por lo que iba a dejarlo bajo un arbusto para que muriera (Gn. 21:15-16). Agar era esclava de Abraham y tuvo este hijo porque Sara era infértil y el embarazo se organizó para asegurarse de que él tuviera descendencia. La esposa de Abraham, Sara, tuvo un bebé y entonces toda la situación cambió. Agar ahora era despreciada en la casa y ella y su bebé fueron enviados al desierto. Agar era una madre soltera con un bebé, echada fuera de su hogar y comunidad. Sin embargo, justo cuando estaba lista para dar a su bebé por muerto se dio cuenta de que Dios veía sus problemas (Gn. 21:15-50). Dios escuchó el llanto del niño, vio las necesidades del bebé y consoló a Agar. Les proporcionó agua, pero también prometió bendecir a Ismael y convertirlo en una gran nación, a pesar de que fuera un marginado. Dios se preocupa por todos los huérfanos, así como Él se preocupó por Ismael. Nuestro llamado a respetar a los huérfanos y a cuidar de ellos Ismael no solo estaba clamando a Dios cuando su madre lo iba a abandonar, sino que también estaba llamando a su comunidad. Había sido abandonado por su comunidad y luego por su madre para morir solo. Sin embargo, Dios no nos llama a tratar a los huérfanos así. En el Antiguo Testamento, Dios les dice a los israelitas: No explotes a las viudas ni a los huérfanos, porque, si tú y tu pueblo lo hacen, y ellos me piden ayuda, yo te aseguro que atenderé a su clamor: arderá mi furor y los mataré a ustedes a filo de espada. ¡Y sus mujeres se quedarán viudas, y sus hijos se quedarán huérfanos! Ex. 22:22-24 Dios ordena a los israelitas que provean comida a los niños sin padres: Cuando sacudas tus olivos, no rebusques en las ramas; las aceitunas que queden, déjalas para el extranjero, el huérfano y la viuda. Cuando coseches las uvas de tu viña, no repases las ramas; los racimos que queden, déjalos para el inmigrante, el huérfano y la viuda. Dt. 24:20-21 De la misma manera, estamos llamados a proporcionar alimentos a los huérfanos necesitados. No solo se nos ordena alimentarlos, sino que también debemos traerlos a nuestra comunidad y cuidarlos. Santiago escribe: “La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es esta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y con-


La Misión Integral servarse limpio de la corrupción del mundo” (Stg. 1:27). Esto quiere decir que cuidar de los huérfanos forma parte del deber esencial de un cristiano. Si descuidamos a estos niños, no estamos siguiendo los mandamientos de Dios y no podemos amar verdaderamente a Dios. Si no lo obedecemos, no estamos haciendo la misión integral de Dios.

CUIDADO A LAS MUJERES Jesús marcó la diferencia en su trato con las mujeres. Durante el período transcurrido entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, la mujer judía estuvo casi siempre en un lugar de inferioridad en la vida cotidiana. “En la vida religiosa, contrariamente a la práctica del Antiguo Testamento, las mujeres fueron excluidas en gran medida de la participación en la adoración pública. Se consideraba que no eran aptas para aprender y que no era apropiado enseñarles” (Bacchiocchi, 1995). Jesús, sin embargo, trató a las mujeres con el respeto que merece cualquier ser humano, sea hombre o mujer. Por ejemplo, Jesús sanó a muchos hombres y también sanó a muchas mujeres (Mr. 1:29-31). En el Evangelio de Mateo, Jesús sanó a una mujer que sufría una hemorragia crónica. La mujer al tocar su manto quedó sana y Jesús sintió que de Él salió poder y les preguntó a los discípulos quién le había tocado (Mt. 9:18-26). La pregunta no es para recriminar, Jesús no estaba enojado. Al contrario, lo que deseaba era devolverle la dignidad social a la mujer. Así que no le condenó. Más bien, le alentó en su fe (Mt. 9:22). Más adelante en el Evangelio de Mateo, Jesús se encontró con una mujer cananea cuya hija estaba poseída por un demonio (Mt. 15:22-28). Esta mujer no solo era socialmente inferior debido a su género, sino que también era gentil. Es decir, alguien que no es del pueblo de Israel. Los discípulos, hombres que decían seguir a Cristo, le pidieron que la reprendiera porque estaba haciendo un escándalo. Jesús reconoció su gran fe y la trató con respeto, independientemente de su género y etnia. Por otro lado, los evangelios nos cuentan que las mujeres participaron activamente del ministerio de Jesús. Ellas apoyaron el ministerio con actos y recursos económicos (Lc. 8:1-4). Ellas permanecieron junto a Jesús durante su crucifixión (Jn. 19:25). Las primeras personas en darse cuenta que Jesús había resucitado fueron María Magdalena, Juana y María, la madre de Jacobo (Mt. 28:1). Estas mujeres regresaron para decirles a los discípulos varones que Cristo había resucitado. Pero estos no les creyeron, a pesar de que venían a comunicarles una maravillosa verdad que Jesús ya había anunciado (Mr. 16:11). Teniendo en cuenta las historias narradas en los evangelios, es evidente que Jesús tiene un gran amor y respeto por las mujeres, así como por los hombres. Él dedicó tiempo a las mujeres, las sanaba y les ofrecía el perdón. En todos los relatos de los evangelios, el trato que Jesús da a las mujeres nos muestra la dignidad especial de estas y nos debe motivar a hacer lo mismo y tratarlas con respeto.

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La Misión Integral Falta de respeto a la mujer La falta de respeto puede aparecer de muchas maneras en nuestra experiencia diaria. Los hombres, en particular, deben ser cautos en su trato para con las mujeres. Los hombres son culpables de no brindarles el valor y respeto digno de cada mujer, cuando son tratadas como objetos solo para el uso y conveniencia. La actitud de cosificación es muy pecaminosa porque, cuando un hombre ve a una mujer como algo de utilidad, ya no la valora como ser humano ni como hija de Dios. La dignidad de la mujer como ser humano proviene de la imagen de Dios en ella, una imagen que no forma parte de los objetos inanimados. Pablo les escribe a los corintios acerca de esto: El hombre no debe cubrirse la cabeza, ya que él es imagen y gloria de Dios, mientras que la mujer es gloria del hombre. De hecho, el hombre no procede de la mujer, sino la mujer del hombre; ni tampoco fue creado el hombre a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre. Por esta razón, y a causa de los ángeles, la mujer tiene autoridad sobre su cabeza. Sin embargo, en el Señor, ni la mujer existe aparte del hombre ni el hombre aparte de la mujer. Porque así como la mujer procede del hombre, también el hombre nace de la mujer; pero todo proviene de Dios. 1Co. 11:7-12 Tanto el ser hombre como ser mujer son dádivas de Dios y son iguales bajo su mirada. Ninguno es mejor o tiene prioridad ante Dios. Eva fue creada a partir de Adán, pero ahora cada hombre nace de una mujer. Dios nos muestra que ni el hombre ni la mujer son mejor que el otro, sino que ambos fueron creados con diferentes roles para necesitarse y ayudarse mutuamente. La discriminación y el abuso en el hogar hacen que las mujeres se vuelvan una presa más fácil de cazar para los traficantes de personas. Esto se debe a que ya están atrapadas en la explotación sexual y la servidumbre doméstica. De modo que, “si se tolera la violencia y el abuso sexual en el hogar o la comunidad, es más fácil para los hombres ver a las mujeres como mercancías y aceptar que las compren y vendan” (Blair, 2009). Otra manera común de faltarle el respeto a las mujeres es a través de la forma como son vistas. Las mujeres ya no son reconocidas como seres humanos valiosos, sino que ahora son tomadas como un conjunto de partes de un cuerpo al servicio de la satisfacción masculina. Nuestra misión exige que nuestras acciones y palabras no afecten negativamente o minimicen a las mujeres. La misión de Dios es traer un cambio de cosmovisión (forma de ver el mundo) a la sociedad donde se le dé el lugar de honor y dignidad a la mujer dado por Dios. Una sociedad que practica el respeto es la única solución para tales injusticias. Además, debemos denunciar el abuso y no aceptarlo bajo ninguna circunstancia. Lo que un hombre hace en su propio hogar no es un asunto privado. Debe ser el trabajo de la comunidad eliminar la opresión y el abuso que se origina en el hogar y la cultura sobre las mujeres. El ministerio de la mujer En Pentecostés (día en el que descendió el Espíritu Santo sobre los creyentes en Cristo) tanto las mujeres como los hombres que oraban fueron llenos del Espíritu Santo (Hch. 1:14, 2:4). De esta misma forma, en la iglesia de Corinto, la realidad seguía muy parecida. Allí las mujeres y los hombres dependían plenamente de los dones dados por el


La Misión Integral Espíritu Santo para la edificación de la iglesia (Ef. 4:12; 1P. 4:10). Tanto las mujeres como los hombres compartían responsabilidades en común, entre ellas están: 1. Orando y profetizando (1Co. 11:4-5). Las mujeres podían orar y profetizar en la asamblea siempre y cuando mantuvieran su cabeza cubierta de manera apropiada, a fin de no ofender sensibilidades culturales de aquel tiempo y lugar (1Co. 11:2-16). 2. Las mujeres jugaban un papel activo en la enseñanza, en la profecía y en ministerios en otras comunidades. Por ejemplo, Febe en Cencrea (Ro. 16:1-2), Priscila en Corinto (Ro. 16:3-4; Hch. 18:18-28), Junia, junto con su marido, compañera de misión de Pablo (Ro. 16:7) y Evodia y Sintique en Filipos (Fil. 4:2-3) y otras (Driver, 2018). En el plan de Dios, tanto hombres como mujeres son importantes en la misión integral. Cada uno contribuye desde sus dones y aptitudes a la misión de Dios, desconocer y rechazar a la mujer en la obra misionera no es una forma integral de ejercer la misión de Dios. El trabajo misionero de la mujer en el Nuevo Testamento (Voelkel, 1994, pág. 78) ¿Qué del trabajo misionero de la mujer en el Nuevo Testamento? Quizás por razones culturales y el peligro que hubo para que una mujer viajara en aquella época, el papel del ministerio transcultural neo-testamentario se identifica más con los hombres. Sin embargo, si buscamos, podemos encontrar por lo menos tres ilustraciones llamativas de misioneras en el Nuevo Testamento. 1. Febe (Ro. 16:1-2). Presentada como diaconisa de la iglesia en Cencrea, su nombre indica que probablemente era de un trasfondo pagano. El contexto del pasaje sugiere que tenía una cierta posición social de economía e independencia (Cranfield, 1979, pág. 783). Además, de su liderazgo en una iglesia local de Grecia fue enviada por Pablo a Roma para efectuar un ministerio “misionero” especial. “El historiador Eusebio dice que ella supervisaba dos iglesias y viajó extensamente en el ministerio” (Osborn, 1994, pág. 13). 2. Junia (Ro. 16:7). Esta mujer, quizás fue la esposa de Andrónico y llamada una “apóstol”. Es definida junto con un grupo así: “estos misioneros itinerantes que fueron reconocidos por las iglesias como un grupo distinto entre los participantes en la obra de extender el evangelio” (Cranfield, 1979, pág. 789). Además, notamos que Pablo resalta que ella y su esposo eran apóstoles sobresalientes (v.7), cuyo ministerio incluyó estar encarcelados, como él, por su testimonio. 3. Priscila (Ro. 16:3; Hch. 18:18-28). Priscila es la misionera sobre la cual tenemos más información, es la esposa de Aquila. Puesto que su nombre se menciona antes que el de su esposo, subraya su liderazgo y capacidad. El ministerio de esta pareja fue verdaderamente transcultural. Después de vivir en Roma, pasaron a Corinto (Hch. 18:2). Eran anfitriones de iglesias en su casa tanto en Corinto (1Co. 16:19) como en Roma (Ro. 16:3). Pablo subraya la profundidad de su entrega cuando les llama sus colaboradores. . . que expusieron su vida por mí, a los cuales no solo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles (1Co. 16:3,4).

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La Misión Integral Tres mujeres, tres misioneras transculturales, quienes a través de su dedicación, liderazgo y fidelidad participan en la extensión del evangelio en el primer siglo de la historia de la iglesia. ¡Gracias al Señor por ellas y por las otras misioneras fieles a través de los años! (Voelkel, 2012). El papel saludable del liderazgo masculino Cuando Dios creó al hombre, le otorgó la responsabilidad de proveer y dirigir su familia (Gn. 2:23-25). Pero, los hombres pueden interpretar estos roles de manera equivocada, llevándolos a ser controladores y hasta manipuladores. Dios ha diseñado a los hombres de forma única para que sean líderes en sus familias y comunidades, lo que implica a su vez una actitud de gobierno saludable. Sin embargo, muchos de los problemas causados contra las mujeres provienen de un deseo equivocado de ejercer dominio sobre ellas (Gn. 3:16). Allí es cuando los hombres piensan que tienen que demostrar su hombría dominando a las mujeres y tomando el control. Esto prueba que no están realmente seguros de su posición de liderazgo dado por Dios. Los hombres con un carácter firme saben cómo respetar, amar y valorar a sus familias y amigos porque confían en su papel de liderazgo. Saben cuál es la manera correcta de valorar a las mujeres y apreciarlas tanto en su vida familiar como ministerial (Ga. 3:28; Ef. 2:14-15; 2Co. 5:17).

FALTA DE RESPETO AL SER HUMANO: EL TRÁFICO HUMANO Al hablar de tráfico humano hacemos referencia al acto de comprar y vender personas para obtener una ganancia. Los que viven en pobreza son los blancos principales del tráfico de personas por su situación de vulnerabilidad. Los traficantes compran y venden personas usando la fuerza, el engaño y la extorsión. El tráfico de personas no implica necesariamente el traslado de la víctima fuera de su lugar de origen. Esto también puede darse dentro del mismo pueblo o ciudad. En general, las personas son llevadas a otros países (tráfico internacional), pero algunas víctimas son explotadas en su propio país (tráfico doméstico). En Hebreos recibimos la siguiente instrucción respecto a la misión integral: “Acuérdense de los presos, como si ustedes fueran sus compañeros de cárcel, y también de los que son maltratados, como si fueran ustedes mismos los que sufren” (Heb. 13:3). El verdadero significado de la compasión es llevar la carga de los demás y sufrir junto con aquellos que sufren. Cristo nos demostró lo que es la compasión y la misericordia verdadera dándonos como ejemplo su vida de pureza y justicia. Si somos sus seguidores, nosotros también debemos seguir su misión integral. ¿Cuáles son algunas formas en que las personas podemos hacer frente a la injusticia del tráfico humano? Algunas sugerencias prácticas pueden ser: 1) iniciar un grupo de oración que se reúne habitualmente para orar por las víctimas. 2) Iniciar un programa de formación y prevención en la comunidad para concientizar a las personas sobre el trá-


La Misión Integral fico de personas. 3) Fundar o participar en un programa de cuidado y acompañamiento para víctimas y sobrevivientes del tráfico humano. Es pertinente señalar, que la Iglesia Metodistas Libre (IML) nació en la era de la esclavitud de personas de África en los Estado Unidos (EE.UU). Los fundadores de la IML se involucraron en el movimiento anti-esclavista y esa es una de las razones de la palabra “Libre” en el nombre. Por otro lado, aunque muchos piensan que la esclavitud fue acabada en el siglo XIX, estudios demuestran que hay más personas en esclavitud hoy que en cualquier otra época de la historia humana. Esta realidad social requiere con urgencia la participación en el planteamiento de respuestas por parte de la iglesia de Cristo. Tipos de tráfico de personas A menudo uno puede pensar que solo hay un tipo de tráfico de personas, pero en realidad se da en algunas formas en la sociedad como: • Explotación laboral: es el acto de tomar a una persona usando la fuerza, el fraude o la extorsión para la explotación laboral. Los hombres, las mujeres y los niños pueden ser víctimas de esta clase de tráfico. Estas son algunas de las varias formas en que las personas son explotadas para prestar servicios laborales. Por ejemplo: servicio doméstico (cuidado del hogar o de niños), talleres clandestinos (fábricas que exigen horarios de trabajo excesivos a cambio de sueldos muy bajos o inexistentes), salones de belleza, trabajos de construcción, agricultura, restaurantes y bares, mendicidad (es común que se causen heridas a los niños y después los lleven a la calle a mendigar para ganar dinero para los traficantes), fabricación de ladrillos, explotación militar de niños etc. En algunos países de Latinoamérica, a miles de niños les roban la inocencia y los fuerzan a convertirse en asesinos contra su voluntad. En tiempos de guerra y conflicto, los niños son forzados a asesinar a ciudadanos inocentes. Los niños deben “iniciarse” cometiendo algún acto de violencia, como una violación sexual o un asesinato y de ese modo prueban su lealtad. Los grupos al margen de la ley lavan el cerebro de estos niños para que combatan. Así mismo, algunos son utilizados como mensajeros o espías en el contexto de las drogas. Y otros los utilizan para robar en los almacenes o a las personas que caminan en la calle. • Explotación sexual: consiste en el uso de seres humanos para la explotación sexual a través de la prostitución, la pornografía y otras formas de explotación sexual comercial. Las mujeres, las niñas y los niños son víctimas del tráfico sexual en prácticamente todos los países del mundo. La gran mayoría de las víctimas son de sexo femenino. Esta clase de tráfico incluye elementos como la violencia sexual, lo que conlleva a diferentes enfermedades de trasmisión sexual. Por otro lado, les niegan el agua y los alimentos son limitados. A esto se suma falta de atención médica, tortura, abuso y amenazas verbales. El tráfico sexual degenera a las mujeres, las niñas y los niños, y los trata como objetos que pueden ser vendidos y comprados. Los consumidores del sexo comercial no demuestran respeto por el valor de la persona como ser humano. Las mujeres y las niñas que son sometidas a prostitución a través del comercio sexual son obligadas a mantener relaciones sexuales con un promedio entre 10 y 30 hombres por noche.

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La Misión Integral Los traficantes suelen extorsionarlas amenazándolas con lastimarlas a ellas y/o sus familias. Por ejemplo, el traficante puede decir que, si la víctima intenta huir, él matará a su familia. Mientras más persistentes son las amenazas, más se convence la víctima de que, si huye, sufrirán daños sus seres queridos. Es muy común que mujeres y niñas sean engañadas con propuestas de trabajo como “modelos” en la gran ciudad. En realidad, terminan trabajando para la industria del sexo como bailarinas eróticas o actrices pornográficas. La oportunidad de ir a la gran ciudad es un sueño hecho realidad para muchas mujeres extranjeras y por eso no piensan en la posibilidad de que las estén engañando para introducirlas en la industria de sexo. Según el pensamiento del Antiguo Testamento el plan original de Dios es bendecir a todas las familias de la tierra (Gn. 12:3). En el Nuevo Testamento Jesús a través de su ministerio le dio cumplimiento a la misión de Dios y antes de su partida comisionó a la iglesia para que continuara con esta misión hasta lo último de la tierra (Hch. 1:8). La iglesia primitiva a pesar de sus desaciertos se convirtió en un gran modelo de obediencia a la misión de Dios, ya que la persecución, y aun la misma muerte no obstaculizaron su misión. La historia de la iglesia registra que muchos movimientos con una fe firme y perseverante nacieron en respuesta a la misión asignada por Dios. Estos trayeron consigo la paz, la esperanza y la salvación provista por Jesucristo a través de la cruz a muchas naciones y generaciones En la actualidad, la misión integral de Dios implica responder a las necesidades humanas a través del mensaje del evangelio con el fin de trasformar al ser humano en todas las dimensiones de su vida (espiritual, materia, social, psíquicas). Esto quiere decir, que el plan de salvación de Dios continúa vigente para nuestros tiempos, y requiere de hombres y mujeres que estén dispuestos a asumir el costo de esta misión. La historia cuenta que Jesús, los apóstoles, San Patricio, B. T. Roberts, Juan Wesley, Susana Wesley, Bruce Olson, Samir Majan y muchos hombres y mujeres más se unieron y colocaron sus vidas al servicio de la misión integral de Dios ¿Cómo responderá usted a este llamado?

PROYECTO DE MISIÓN INTEGRAL Dios en su soberanía actúa de muchas maneras que el ser humano no las puede explicar, pero también actúa normalmente mediante la acción fiel de comunidades que ponen en práctica los valores del reino en sus proyectos de vida cotidiana. Para hablar del cumplimiento de la misión integral de Dios es indispensable hablar de proyectos. Según el pensamiento de Padilla, un proyecto es un instrumento que procura realizar una acción a partir de la formulación clara y coherente de una idea que sirve de orientación. Los proyectos tienen la finalidad de ayudar a concretar en hechos aquellos objetivos y planes que a veces son difíciles de lograr por falta de planeación y organización. El proyecto para la misión debe ser una propuesta de vida sustentada en valores del reino de Dios y su justicia. La idea es que la iglesia se haga visible entre la comunidad y aporte a su desarrollo, en todas las esferas de la comunidad. Todo proyecto a realizar, como apunta Padilla, debe incluir los siguientes pasos:


La Misión Integral 1. Conocer el contexto: necesitamos observar y comprender la sociedad en la que estamos inmersos. Es decir, los grupos o actores principales que están presentes, sus valores, desvalores, necesidades, riquezas y falencias. 2. Identificar las necesidades: necesitamos realizar una correcta identificación de la necesidad. Las siguientes preguntas nos ayudan a identificar el problema: ¿cuál es el problema central o es solo una manifestación de un problema más grave? ¿Qué condiciones hacen más grave el problema? 3. Identificar el significado del problema: cuál es el significado del problema para las personas involucradas. Las siguientes preguntas nos ayudan a relacionar el problema con la práctica y programación de la iglesia: ¿Quiénes se ven afectados por estos problemas? ¿Por qué se ven afectadas estás personas y no otras? ¿A qué cantidad de personas afectan? ¿En qué forma se ven afectadas estas personas por los problemas señalados? ¿Por qué la iglesia se ocupa de estos problemas y/o por qué no se ocupa de ellos? ¿Qué aspectos del problema quiere tratar la iglesia? ¿Nuestra acción está dirigida a todos los aspectos de estos problemas? ¿Sobre cuáles de estos aspectos tenemos las competencias para actuar y sobre cuáles no? ¿Quién atiende los otros aspectos y por qué? ¿Quién decide sobre cuáles aspectos de un problema se actúa y con qué base se toman estas decisiones? ¿Qué podemos hacer para cambiar aquellos aspectos del problema sobre los cuales debemos actuar? Lo que hacemos es poner el problema en relación con las personas que lo viven, la iglesia y nuestra acción ministerial. Esta respuesta permite observar cómo están viviendo el problema la iglesia y los afectados por el mismo, y el significado de nuestra acción. Permite identificar quiénes están interesados en su tratamiento y quiénes no, y el porqué. Sobre qué aspectos vamos a trabajar. Por qué vamos a trabajar en esos aspectos y cómo vamos a intervenir. 4. Definir su visión y misión: la idea que responde a las necesidades de acuerdo con el diagnóstico de situación. 5. Elaborar una propuesta del proyecto e involucrar a la comunidad: buscar recursos humanos y económicos entre toda la comunidad. 6. Desarrollar el proyecto entre y con la comunidad (Padilla & Yamamori, 2006).

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La Misión Integral ACTIVIDADES DE EVALUACIÓN Ejercicio 1 Reflexione acerca de cómo ha entendido y desarrollado la misión que Dios le encomendó. ¿Ha trabajado teniendo en cuenta que la misión va mucho más allá de compartir con palabras el evangelio? Haga una lista las acciones que ha hecho para impactar la ciudad o lugar donde está establecida la iglesia o Casa Paz. Ejercicio 2 Observe cuidadosamente los vídeos en los links y responda los siguientes aspectos: ¿Qué población impactó? ¿Qué función cumplió y cuál fue la forma que usó teniendo en cuenta el contexto en el que se encontraba? ¿Encontró dificultades al cumplir la misión de Dios? ¿Cómo logró superarlas? ¿Qué recursos necesitó para cumplir con la misión? ¿Compartió la esencia del evangelio de manera integral? ¿Cómo lo hizo? ¿A qué le motiva conocer esta historia de vida? ¿Hay personas en su comunidad que necesitan que se les predique el evangelio de manera integral? ¿Como siervo de Cristo qué desea hacer para cumplir con la misión? Ore y pídale a Dios que le muestre las necesidades que hay en su comunidad y cómo puede cumplir la misión de manera integral. La vida de Gladys Ailward https://www.youtube.com/watch?v=_c8cf6oXqTo C. S. Lewis: académico, autor y apologista https: //www.youtube.com/watch?v=JBOQDxbzrvE John Wesley: escritor, teolólogo, pastor y fundador del metodismo https: //www.youtube.com/watch?v=36az8KoxSZs Ejercicio 3 Teniendo en cuenta que en las lecciones anteriores ya investigó y tiene seleccionado el grupo a impactar, proceda a elaborar y ejecutar un proyecto donde pueda ayudar de manera integral a la población que se encentra en alta vulnerabilidad. En este proyecto debe incluir los siguientes aspectos: propósito del proyecto, grupo a impactar, medio y forma para hacerlo, los recursos que necesitará, cómo conseguirá dichos recursos, cuándo y dónde lo hará. Evalúe con su formador la viabilidad del proyecto, ejecútelo y entregue un informe verbal de su experiencia.


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