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LAS APORTACIONES DE ARABIA MEDIEVAL A LA PSIQUIATRÍA Autores: Dra. Roxana Gabriela Jiménez Arrieta / Dra. Gabriela Nohemí Pardo Hernández

LAS APORTACIONES DE ARABIA MEDIEVAL A LA PSIQUIATRÍA

Dra. Roxana Gabriela Jiménez Arrieta

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Residente de cuarto año de psiquiatría de la CPDENP.

Dra. Gabriela Nohemí Pardo Hernández

Residente de segundo año de psiquiatría de la CPDENP

INTRODUCCIÓN

La palabra en español psiquiatría está formada por las palabras del griego psiqué, alma, e iatréia, curación. De manera similar, las palabras que en lengua árabe denominaban a la especialidad propia de la medicina islámica medieval dedicada al estudio de las enfermedades mentales, involucraban significados similares: era conocido como al-’ilaj al-nafs (curación / tratamiento de las ideas / alma / mente vegetativa), al-tibb al-ruhani (“la curación del espíritu” o “salud espiritual”) y tibb al-qalb (“curación del corazón / yo” o “medicina mental”).

En los escritos de los eruditos musulmanes, el término Nafs (sí mismo o alma) se usó para denotar la personalidad individual y el término fitrah para la naturaleza humana. Nafs abarcaba una amplia gama de facultades que incluían qalb (corazón), ruh (espíritu), aql (intelecto) e irada (voluntad). El término árabe para los enfermos mentales era majnoon, que se deriva del término Jenna, que significa “cubierto”.

CONTEXTO HISTÓRICO

Si bien la época medieval es conocida frecuentemente como un periodo de oscurantismo, esta visión limitada omite el reconocimiento de sus desarrollos positivos, incluyendo los que se llevaron a cabo fuera de Europa. Para la cultura árabe medieval, la naturaleza es parte del islam, la humanidad y el mundo; es por ello que existió la búsqueda del conocimiento científico durante la época medieval.

La medicina árabe en sus inicios, estaba muy relacionada con la religión y con los usos, costumbres y cultura de la sociedad. Fue en el siglo IX en que se comenzó a combatir a la charlatanería y se empezó a fomentar el uso de la observación; la formación de los médicos con una visión de lo que hoy conocemos como salud pública. La erudición médica musulmana estuvo fuertemente influenciada por la filosofía de Grecia e India, así como por el estudio de las Escrituras; basándose particularmente en la comprensión de Galeno de los cuatro humores del cuerpo. Para los médicos árabes medievales, los trastornos mentales eran causados por disfunciones en el cerebro; a diferencia de las concepciones que imperaban en otras regiones en la misma época, donde se les daba una explicación sobrenatural.

Esta mentalidad de la mayoría de las sociedades antiguas y medievales, que creían que la enfermedad mental era causada por posesión demoníaca o como castigo de un dios; condujo a una actitud negativa hacia la enfermedad mental en las sociedades judeocristianas y grecorromanas. Por otro lado, la ética y la teología islámicas tenían una actitud muy diferente hacia los enfermos mentales. En el mundo islámico, se otorgaron protecciones legales especiales a los enfermos mentales. Esta actitud era reforzada por las Escrituras, como se describe en el Corán:

Este verso ilustra las actitudes del islam hacia los enfermos mentales, a quienes se consideraba no aptos para administrar propiedades, pero con el derecho de ser tratados con humanidad y bajo la custodia de un tutor o del estado. Los médicos árabes consideraban a los enfermos mentales como “niños protegidos por el profeta”, lo que propició a un trato más humanitario con los pacientes.

Cabe destacar que fue en la cultura árabe donde se llevó a cabo la creación de la primera institución de acogida para personas con enfermedades mentales conocida, en el Bagdad del año 792, llamada Dayr Hizquil, “casa para locos”, durante la dinastía Omeya. Se encuentran otros asilos en El Cairo (873), Damasco (800), Alepo (1270) o Granada (1365).

No entregues a los locos su propiedad que Dios le asignó para administrar: sino alimenta y viste “ “ a los locos con esta propiedad y diles palabras espléndidas

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Entre los médicos del islam medieval, en el siglo XII se encontró a Avicena (Ibn Sina) quien mencionó en su Canon de medicina algunas enfermedades mentales y desarrolla un intento de correlación de estas con algunas alteraciones orgánicas, realizando una clasificación de los “sentidos internos”; que involucraban facultades mentales como la cognición, la memoria y la imaginación, a los cuales atribuyó una localización especifica en el cerebro. Así también, definió la condición del majnoon como “alguien que padece una condición en la que la realidad se sustituye por fantasía”. Creó una clasificación de las enfermedades mentales dividiéndolas en a) inflamaciones del cerebro, como el frenesí o la letargia, b) perturbaciones de los sentidos (facultades mentales), como manía y melancolía y c) perturbaciones del movimiento, como la epilepsia y la apoplejía.

Otro valioso aportador fue Rhamzés (siglo XII-XIII), un médico persa quien se destacó por su interés en la prevención de enfermedades y por su comprensión sobre el tratamiento “moral” en las enfermedades mentales. También creó una clasificación de las enfermedades mentales; y destacó por proponer, como parte del tratamiento, una forma primitiva de psicoterapia, ya que consideraba que la autoestima jugaba un papel crucial en la mejoría de estos pacientes. Es por ello que se resaltó la importancia de una comunicación a nivel personal entre el médico y el paciente, más allá que simplemente hacerles conscientes de su enfermedad. Asimismo, motivaba a los médicos a brindar a sus pacientes confianza y esperanza.

Existieron otros aportadores en diferentes regiones, como lo fueron Ishaq ibn-Imran, Ibn al Jazzar y Alí ibn-al Abas, quienes escribieron en el siglo XI tratados sobre enfermedades mentales. Posteriormente, en el siglo XIII, aparecieron los tratados de Avenzoar (Ibn Zuhr) y Averroes quienes implicaron la importancia de la dieta para la curación de las enfermedades. Más tarde Maimónides, alumno de Averroes y quien fue un judío hispano en un entorno cultural islámico, mencionó en su obra algunos aspectos sobre la higiene mental. En los siglos XII y XIII, diferentes traductores, al ocuparse de estas versiones de los autores clásicos, sus comentadores y las obras científicas árabes, las hicieron accesibles a la Europa cristiana y facilitaron el desarrollo de la Escolástica y la ciencia medievales.

Otra gran aportación de la cultura árabe es la creación de los bimaristanes o maristanes islámicos (bimar- enfermo, istán- lugar, casa, asilo), los cuales eran centros de asistencia para enfermos mentales; además de fungir como centro de educación y formación para médicos en esa rama. Se cree que el primer maristán fue creado por el califa Omeya al-Walid ibn `Abd al-Malik en la ciudad de Bagdad en el año 714. Posteriormente en el año 1367 el emir Muhammad V. fundó el hospital Maristán de Granada en la península Ibérica, institución que fue uno de los principales centros de atención psiquiátrica que tuvo relevancia para los musulmanes. Todos los bimaristanes contaban con personal de salud enfocado a diferentes actividades y áreas, precedente importante de los cuidados de enfermería que conocemos actualmente.

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TRATAMIENTOS

Se buscaba brindar a los pacientes un ambiente favorecedor, con sitios adecuadamente ventilados e iluminados; por lo que se comenzó a crear una sección destinada a los enfermos mentales en los hospitales. Los tratamientos tendrían como uno de sus objetivos la recuperación del equilibrio de los cuatro humores del cuerpo, cuyo desequilibrio podría provocar psicosis. Uno de los métodos para lograr recuperar el equilibrio era la realización de sangrías, para evacuar el “humor excesivo”, en ocasiones se realizaban purgas y con esto se creía que se podía lograr una eliminación de los humores alterados en el enfermo.

También se utilizaría medicación, con hierbas medicinales, muchas veces a base de opio. El tratamiento incluía la actuación sobre la causa psicológica, lo cual podía puede incluir baños, música y terapia ocupacional.

Por ejemplo, para el caso de la melancolía se procuraban al paciente alegrías, por medio de música y relatos. Además de esto, se le dio una importancia a la dieta, terapia con danza, teatro, baño, trabajos sencillos, lecturas donde se incluían las del Al-Corán y relatos como “las mil y una noches”.

CONCLUSIÓN

Si bien la correspondencia entre regiones cerebrales y aptitudes cognitivas de Avicena resultó errada, es un mérito de los médicos árabes medievales el haber concebido la enfermedad mental como un fenómeno somático, más allá de explicaciones sobrenaturales, y el haber buscado explicaciones fisiológicas. No solamente este aspecto científico es valioso, sino también la visión naturalista y humanista de los árabes que incluía el apoyo personal y social que se buscaba brindar a los pacientes a los cuales no se estigmatizó como en otras culturas, y las circunstancias que lo facilitaron: las diferencias en la mentalidad con respecto a la visión dominante de la enfermedad mental en otras partes del mundo.

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