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Castillo de Alarcos
De castillos por España Vicente Nuñez
de Alarcos
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El castillo de Alarcos se encuentra en la cima del cerro de Alarcos está situado en el margen izquierdo del río Guadiana, a 8 kilómetros de Ciudad Real capital. Allí se encuentra un yacimiento de los más espectaculares de la región, no sólo por su extensión –22 ha de espacio intramuros– sino también por la importancia de los restos hallados
En 1195 se dio aquí una gran batalla, la Batalla de Alarcos contra los almohades, en la que Alfonso VIII tuvo que huir herido en una pierna. Tras la contienda, Alarcos y su entorno quedaron en poder almohade o musulmán, lo que retrasó la reconquista varios decenios. Construido sobre una plataforma artificial, su planta es rectangular y tiene nueve torres, siete cuadradas y dos pentagonales en proa. Fue ocupado por íberos, romanos y
árabes. Actualmente pertenece al Parque Arqueológico de Castilla-La Mancha. También se encuentra la ermita. Está dedicada a la Virgen de Alarcos, datada también en el medievo, situándose a los pies del cerro; es de estilo gótico y planta de cruz latina y sobre su puerta se abre un rosetón de tracería.
Aldea íbera
También se encuentra una aldea íbera que data de la Edad de Bronce (lo podemos fechar entre los VI al III a.C) fue primeramente de la tribu de los Oretanos y después “Oppidum” o población aliada de Roma. Según fuentes romanas participó como aliado en la segunda guerra púnica contra Asdrúbal Barca, hermano del Aníbal.
Se ha hallado armamento romano como “soliferrum”, lanzas “Pilum”, cascos y escudos. Parte de este ajuar se expone en el Museo arqueológico provincial de Ciudad Real.
Este poblado es uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de Castilla-La Mancha y de España en general.
La ciudad medieval
Con 22 hectáreas alrededor del Castillo, se levantaba una muralla de 3 metros de espesor para proteger la nueva ciudad que iba a albergar Alarcos. Las esquinas se reforzaron con sillares, que tras el abandono de Alarcos sirvieron para construir la ermita y algunos de los edificios públicos más antiguos de Ciudad Real.
Una ciudad en construcción en el momento de la batalla y que una vez reconquistada tras las Navas de Tolosa iba a ceder su protagonismo a la Villa Real que más tarde pasó a llamarse Ciudad Real.
Los musulmanes al mando de Yusuf llega a la península Ibérica
El mismo año 1195 desembarca Yusuf en por Tarifa y se dirige a Córdoba. Por el camino amplia el grueso de su ejército que como mínimo tenía 30000 hombres. Poco después de un mes desde la llegada a la península cruzaba Sierra Morena por Despeñaperros y se plantaba en el Castillo de Salvatierra donde muchos caballeros de la Orden de Calatrava son derrotados contundentemente en batalla.
Alfonso VIII se dirige hacia el Castillo de Alarcos
Alfonso VIII ya comenzaba a sudar la gota gorda y a pensar si no había ido un poco lejos en la afrenta. Al ver la importancia de lo que se le venía encima pidió ayuda a los Reyes de León, Navarra y Aragón (esto parece las Navas de Tolosa pero con final no feliz), mientras parte rápido hacia el Castillo de Alarcos con todos los hombres que pudo reunir en Toledo y alrededores.
En Alarcos se juntan ambos ejércitos y se plantea batalla con el error del rey cristiano de no retirarse a Talavera donde había llegado el de León y esperar al resto de ejército, ya que los almohades eran muy superiores en número. La batalla finalizó con victoria almohade principalmente por el uso de la técnica del «tornafuye». Se trataba de esperar el ataque cristiano de su caballería pesada y en ese momento comenzar una aparente huída que daba una euforia momentánea al atacante, en ese momento la caballería musulmana ligera comienza a abrirse para girar rápidamente sobre sus pasos y envolver al enemigo mientras sufre un ataque de flechas.
Los cristianos perdieron esta batalla y como consecuencia el control del enclave, al que no regresarían hasta el año 1212 en el que, gracias a la victoria en las Navas de Tolosa, el poder cristiano se consolidó definitivamente. Desde ese momento y hasta mediados de siglo los intentos por repoblar Alarcos fueron numerosos e infructuosos y por ello Alfonso X El Sabio decidió trasladar su fundación, en el año 1255, a la vecina aldea de Pozuelo Seco de Don Gil, posteriormente Villareal y finalmente Ciudad Real.