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Bienvenido el tren

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Una de las mayores inversiones chinas en Argentina es en el revitalizado Belgrano Cargas, que movilizará las más grandes riquezas productivas argentinas.

• Verónica Rímuli

El ferrocarril arrancó temprano por

estas tierras. Tanto, que nació antes que la república misma. En 1857, con el Estado de Buenos Aires todavía separado de –y enfrentado a- la Confederación (aunque ya se había aprobado la Constitución en 1853), un grupo de capitales bonaerenses puso en marcha la primera formación que unía las estaciones del Parque –donde hoy se emplaza el Teatro Colón, en la CABA- con la de Floresta, distante a 9,8 kilómetros. Poco después, integrada ya la nación y disciplinada por la ciudad puerto, la red ferroviaria se extendió veloz y radialmente al impulso de los capitales ingleses y la necesidad de contar con un transporte eficiente y barato que trajera la producción primaria hasta la puerta exportadora.

Así, con más de 47 mil kilómetros, llegó a ser una de las más extensas del mundo. Y, hasta 1946/48, cuando fue nacionalizada, propiedad de una decena de empresas privadas. Ya a fines de la última dictadura militar y especialmente en la década del ’90, la red salió de la órbita estatal y fue prácticamente desmantelada.

Tras la debacle de 2001 y con la asunción del gobierno de Néstor Kirchner, cambiaron los vientos de esta historia. En su primer viaje a China, en 2004, el ex presidente firmó con su entonces par Hu Jintao cinco acuerdos marco, entre ellos uno sobre ferrocarriles, buscando consolidar una alianza estratégica. Para julio de 2005 se firmaron los primeros acuerdos que incluían el proyecto de recuperación del transporte ferroviario de cargas, objetivo estratégico para el desarrollo productivo y la integración tanto a nivel Mercosur como entre las economías regionales argentinas. Y entre 2010 y 2014, luego de varias visitas recíprocas de los primeros mandatarios de ambos países –ahora Cristina Fernández de Kirchner y Xi Jinping- se confeccionan y aprueban los contratos que apuntan a concretar ese objetivo.

Hoy el viejo Belgrano Cargas es parte de Trenes Argentinos Cargas y Logística (TACyL) y opera las principales líneas cargueras que atraviesan 17 provincias: Salta, Jujuy, Chaco, Santiago del Estero, Formosa, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, San Juan, San Luis, Córdoba, La Rioja, Tucumán, Santa Fe, Catamarca, Mendoza, Buenos Aires y llega hasta la terminal de Retiro, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Este tendido está integrado por la línea Belgrano, al norte del país; la San Martín, que cubre la zona Central y Cuyo, y la

D E S EMB ARC O

Así quedará. La planta ya está terminada en cuanto a la obra civil y para 2016 estará lista la primera etapa productiva,

En esta primavera que está por llegar a la Argentina, Esteban Turic se subirá a un avión e irá al otoño de China, a Shanghai, para instalarse junto con su familia en un desembarco de alto significado para la ciencia argentina. Médico veterinario con maestrías en microbiología y doctorado en farmacología en la Universidad Nacional de La Plata, trabaja desde hace varios años en Biogénesis Bagó y en China esa empresa de capitales argentinos está instalando una planta ultra moderna para fabricar vacunas antiaftosa.

La firma, de la que el laboratorio Bagó posee el 50 por ciento del capital accionario pero que operativamente funciona en forma independiente con sus plantas en Garín y Monte Grande, tiene un gran desarrollo internacional, pero esta iniciativa es su gran desafío global.

Exporta ya 40 por ciento de lo que produce, y es la líder en Argentina y la tercera en América Latina, donde compite con dos grandes multinacionales, en el segmento veterinario para rumiantes, que refiere básicamente a ganado vacuno.

Vacunas a Yangling

Biogénesis Bagó monta en China una planta ultra moderna para producir vacunas antiaftosa. De la mano del Senasa, ciencia y valor agregado.

Desde 1997 viene exportando a Taiwán vacunas antiaftosa para el ganado porcino, y allí ya controla 30 por ciento del mercado. Pero el desembarco en la República Popular China supone un gran salto para la empresa y para Argentina, ya que estos emprendimientos son imposibles sin una articulación entre los sectores público y privado, como señala Turic.

En 2001 –recuerda- se desató una emergencia epidemiológica en Argentina por brote de aftosa “y desde Biogénesis Bagó dimos 120 millones de dosis de vacunas. En 1999 nuestro país había sido declarado libre de aftosa, pero apareció esa nueva circunstancia. Y a nivel internacional se valoró mucho nuestra actividad frente a la emergencia, en términos de capacidad tecnológica y calidad . Eso permitió que en 2006 fuéramos adjudicatarios de la licitación internacional del Banco de Antígenos y vacunas de Norteamérica, que asiste las necesidades de Estados Unidos, México y Canadá. Es decir, gracias al vínculo privado público pudimos convertirnos en el banco antígeno y de vacunas para el mercado NAFTA, somos su reserva por si tienen emergencia”.

Con China, que tuvo en cuenta esos antecedentes para elegir a Biogénesis Bagó para que se instale en su exigente territorio, hubo largas negociaciones. “El camino lo recorrimos junto con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, Senasa, en una muy buena articulación. En la RPCh ya hay siete empresas locales, estatales, que hacen vacunas, pero no resuelven el tema: China es un país no libre, infectado. Nosotros seremos los octavos, aportaremos tecnología y la experiencia que hemos ido ganando estos años”, dijo Turic a Dang Dai.

Las tratativas con China se iniciaron hacia 2008, luego Argentina y el país asiático firmaron un acuerdo de cooperación binacional y ahí comenzó a intervenir la empresa privada de la mano de los organismos estatales. Para llegar a la idea de construir una planta hubo que formar un joint venture con la empresa privada china Hile Biotechnology, que hace vacunas para cerdos y aves pero sin experiencia en aftosa. La planta está en Yangling, cerca de Xi’an.

Turic contó que “la obra civil ya está terminada, ahora está en la fase de farmacéutica. Es una planta nivel 3 en seguridad, quiere decir en condiciones para que no haya ningún escape de virus. Es una planta

Trayectoria

Biogénesis Bagó es una firma de capitales nacionales, que, según sus directivos, con visión de largo plazo creció reinvertiendo sus utilidades y con gran articulación con el Estado y sus institutos públicos, que tienen gran mérito en todo esto, como el Senasa. La empresa es del Grupo Insud, que lidera Hugo Sigman; laboratorio Bagó y las familias Gold y Zito, accionistas locales. Biogénesis y Bagó se fusionaron en 2006 después de que, en 1994, Biogénesis se uniera a Chemotécnica Sintyal, que en 1952 registró la primera vacuna antiaftosa en el país. En China el socio es Hile.

de muy alta calidad en seguridad y de muy alta complejidad técnica. Es similar a la que tenemos en Garín, pero como esa ya tiene 20 años, la de China refleja los cambios y mejoras introducidos estos años”.

La planta de Yangling atenderá 80 por ciento a cerdos y el resto, a rumiantes. Tendrá el doble de producción que Garín por esas mejoras, más automatización, y “será una planta world class y lo último en tecnología, con una inversión de 60 millones de dólares”, informó Turic. Biogénesis Bagó es dueño de 40% de la empresa, y 60% es capital chino. “La parte nuestra será aportada a través de tecnología, conocimiento de procesos, propiedad intelectual, entrenamiento de personal, etc.”, agregó.

Para fines de 2016 la planta ya estará funcionando en una primera etapa y un par de años después estará a plena capacidad, lo que significará 400 millones de dosis por año, es decir una cuarta parte de las necesidades de China, donde hay 700 millones de porcinos (récord mundial), el doble de vacas que en Argentina (unos 110 millones de cabezas) y 300 millones de rumiantes pequeños (para comparar, en Argentina sólo hay 8 millones).

Desde Shanghai, Turic será el director de Innovación (como lo es ahora en Argentina) pero además, el director de Negocios para Asia, ya que la firma buscará crecer en toda la región.

“Es un gran desafío, China es el mayor mercado mundial en cerdos y el mayor mercado mundial en demanda de proteínas animales”, dice Turic, ya con un pie en el avión para participar de una iniciativa como tanto se le reclama a las empresas argentinas: que con China hagan negocios con valor agregado.

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