Máfil
Retratos de la Memoria María Inés Gutiérrez Mora
Máfil
Retratos de la Memoria María Inés Gutiérrez Mora
Créditos
Investigación: María Inés Gutiérrez Mora Ejecutado por la Casa de la Cultura de la Ilustre Municipalidad de Máfil Dirección Editorial Jaime Hernández Ojeda Diseño Daniela Díaz Gallardo Ilustre Municipalidad de Máfil, 2013. Arte Sonoro Austral Ediciones, 2013. 1ª Edición Tiraje: 300 ejemplares www.artesonoroaustral.cl Avda. Simpson 421, Barrio estación, Valdivia. Fono: 56 - 63 - 2204857 Derechos de imágenes exclusivos para la edición de este libro. Queda prohibida la reproducción de las imágenes en medios digitales. ISBN: 978-956-8716-07-3 Registro de Propiedad Intelectual: Nº xxxx pendiente
DISTRIBUCIÓN GRATUITA Este proyecto ha sido financiado con subvención otorgada por el Gobierno Regional de los Ríos, Plan de Gestión Cultural 2011.
Agradecimientos Se agradece a cada una de las personas que nos abrieron su álbum familiar para entregar parte de sus fotos, y a quienes aportaron sus relatos orales, con lo cual han hecho posible publicar este registro fotográfico como resultado de la investigación de nuestra comuna. Vayan mis agradecimientos para Esteban Gutiérrez, quien apoyó la digitalización de las fotografías en reiteradas oportunidades; Daniela Senn, antropóloga que colaboró en la clasificación del material fotográfico e introducción; Lorena Liewald, Directora de la Carrera de Historia y Geografía de la Universidad San Sebastian de Valdivia, por la presentación de este libro; Especiales agradecimientos a quienes facilitaron sus fotografías, sin las cuales este álbum nunca habría existido: Adriana Sánchez Agustín Lara Alberto Fehlandt Cecilia López Boegeholz Constanza Ojeda Ellen Fehlandt Gabriel Ormeño Montecinos Gerardo Haverbeck Merz Guido Navarrete Jaramillo
Ilse Meneses Irma Sánchez Vásquez Lucia Guinatti Leighton Manuel Carimán Marcela Alarcón María Soto Martel María Luisa Gómez Marisol Kraber Marta Pérez Mercedes Fuente
Merlin Velásquez Herwitt Mildael Kraber Miriam García Nelly Cárdenas Matus Norma Parra Párroco Humberto Fuentealba Pedro Chávez Silvia Cabrera Yolanda Navarrete
No puedo dejar de agradecer a cada uno de colaboradores de la Casa de la Cultura, a los amigos y profesionales que de una u otra forma con sus sabias palabras aportaron al registro plasmado en estas páginas, para que la comunidad de Máfil, recuerde y conozca parte de nuestro pasado y su territorio. A la Maestra y amiga Beda Meneses (Q. E. P. D.) por haber compartido durante varios años su persistencia y tenacidad en este espacio cultural. A mis familiares, por su paciencia ante la cantidad de tiempo dedicado a este proceso. Al Gobierno Regional de Los Ríos por el Financiamiento de esta edición para la Municipalidad de Máfil.
Prólogo Es para mí un honor escribir estas líneas a petición de la señora María Inés Gutiérrez Mora en su calidad de investigadora y promotora de las páginas que continúan a mis palabras. Ello puesto que la historia de la Región de los Ríos se vincula usualmente con la de la ciudad capital Valdivia y los hitos que han determinado su desarrollo: Fundación, 1552; destrucción, 1599; fortificación y repoblación, 16451647; incorporación a la República, 1820; colonización alemana y desarrollo industrial, 1850-1940 y finalmente, el cataclismo de 1960. Lo anterior evidencia, a nuestro juicio, la ausencia de estudios y trabajos que de una u otra forma integren el conjunto de la región y releven aquellos aspectos que no sólo se presentan en la ciudad capital sino a nivel general en todo el territorio. Efectivamente, en nuestro territorio, es decir, la interacción del espacio geográfico y la gente que lo habita, se ha vivido una experiencia de aprendizaje distinta en relación al resto del país, lo cual ha sido determinante para el surgimiento de nuestra identidad. Identidad, en la cual convergen nuestros ancestros indígenas, los conquistadores hispanos y los colonos del siglo XIX construyéndose así un territorio con manifestaciones culturales disímiles a otros puntos del país. Ello puesto que como plantea Kottak, “La cultura también puede tener un tamaño menor al nacional. Aunque las personas de una misma sociedad o nación comparten una tradición cultural, todas las culturas contienen también la diversidad. Los individuos,
las familias, los pueblos, las regiones, las clases y otros subgrupos dentro de una cultura tienen diferentes experiencias de aprendizaje al mismo tiempo que comparten otras” (Kottak 1994: 40) Con dicha premisa, al revisar algunas fuentes, nos damos cuenta que nuestra historia es mucho más compleja que lo que habitualmente conocemos de ella. Al respecto, hago nuestras las palabras de Koselleck quien establece que: “la historia se temporaliza en el sentido de que, en virtud del tiempo que transcurre se modifica el hoy respectivo y, con la distancia creciente, también el pasado o, mejor dicho, el pasado se revela en su verdad respecto del presente correspondiente” (Koselleck. 1998:44). En esta misma línea, debemos recordar que la memoria histórica es: “una memoria prestada de acontecimientos del pasado que el sujeto no ha experimentado personalmente y que se construye y modifica mediante lecturas, fotografías, videos y otro tipo de registros” (Menjívar 2005:11). Por otra parte, debemos asumir que, al recordar reconstruimos el pasado desde un presente que, de acuerdo a su estructura simbólica “modela, recrea, olvida e interpreta de diversos modos” (Menjívar 2005:12). En esa búsqueda de enmendar la historia y de preservar nuestra memoria es que la Casa de la Cultura de Máfil ha escogido para este trabajo denominado “Máfil: Retratos de la memoria”, la fotografía, como el medio para transportarnos hacia su pasado y proyectarnos
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hacia el futuro. Un pasado en el cual se mezclan momentos de éxito y de frustraciones; auge minero y agrícola, cruzados por el desarrollo del ferrocarril; visitas presidenciales y religiosas; tradiciones, fiestas y paseos. Cada uno de esos episodios, así como sus protagonistas, han modelado ese territorio al cual llamamos Máfil.
Lorena Liewald Dessy Magíster en Ciencias Sociales Directora Pedagogía Media en Historia y Geografía Universidad San Sebastián sede Valdivia
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Índice Agradecimientos
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Prólogo
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Máfil, retratos de la memoria
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¿Por qué hacer un rescate fotográfico?
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Formas de vida y personajes
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Patrimonio arquitectónico y ferroviario
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Historia política y administrativa de la comuna de Máfil
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Alcaldes de Máfil
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Glosario
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Referencias
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Máfil, Retratos de la Memoria A 45 minutos de la ciudad, los lunarios del alma marcan todos los años que la memoria es capaz de recordar: Es 1925, 1964, 1986 y 2011 al mismo tiempo. Pues no vivimos tan sólo en un presente huérfano de pasado, sino que en un presente cargado de recuerdos, experiencias, enseñanzas y saberes. Así, llevamos a cuestas todos los años que somos capaces de rememorar. Sin embargo, el territorio en el cual habitamos siempre tendrá más misterios de los que nos imaginamos: ¿Cuántas experiencias, costumbres, formas de vivir la vida han sido contadas? ¿Formarán parte de nuestro cotidiano? ¿O es acaso el pasado sólo un momento de frágil permanencia? Recordamos todo lo que de alguna manera nos ha sido transmitido, ya sea a través del relato, las costumbres, del arte, la música, la educación, y por supuesto, a través de la fotografía. No obstante, el no poseer registros de todas las épocas, no quiere decir que antes de la fotografía –o incluso- antes de la escritura, no se hayan desarrollado formas de vida en un territorio. ¿Cuántos serán entonces los años de Máfil? Quizás muchos más de los que la historia cuenta. La fotografía como registro es la primera imagen técnica que apareció en la historia, la cual existe en un desfase temporal con la realidad, pues lo que ahí vemos simplemente ya sucedió. Ese momento, ese encuadre y ese recorte de la realidad fueron entregados a nosotros –muchas veces- con rostros humanos, con paisajes,
Recordar: Del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón
acciones y sensaciones que, a través del recuerdo, son re-vividos. Las fotografías que nos heredan los más antiguos de un pueblo se inscriben como imaginación colectiva, como una imagen presente en la memoria de cada uno de sus habitantes. Es así como imaginamos a Máfil con muchos rostros, paisajes, actividades y sentires: Vemos familias caminando en grupos al encuentro con el ferrocarril, mientras los ancianos esperan en las fachadas de sus casas ver a todo el pueblo desfilar. Vemos cómo los alemanes se enamoran de esta tierra que atrás deja las tristezas del viejo mundo. Y se van tiñendo de blanco y negro, al tiempo que el recuerdo se abre camino en el presente. Máfil, entre 1925 y 1960 era un territorio de alta actividad industrial, el cual alimentaba de luz eléctrica a la gran Valdivia y exportaba materias primas y manufacturas. El poblado se dedicaba a diversas tareas relacionadas con la actividad campesina e industrial, y con el pasar de los años, fue transformándose en lo que hoy en día conocemos como la comuna de Máfil, que en mapudungun significa “abrazo”, y es traducido como “abrazado por los ríos”, haciendo alusión a los ríos Iñaque y Máfil. Ciertamente, el nombre del paradero Pidey, como se le denominó en ese entonces por ser el nombre del territorio que cruza la línea férrea, comienza a llamarse paradero Máfil, por la similitud que guardaba Pidey con el paradero de Purey. Para evitar
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confusiones, un inspector de Ferrocarriles consultó al jefe de estación cuál era el río más cercano al territorio, y fue así como comenzaron a llamar a Pidey por el nombre del río Máfil. Curiosamente, el río más cercano al paradero no era efectivamente el Máfil, sino el río Iñaque. Por lo tanto, podría afirmarse que el nombre de este territorio surgió por una afortunada equivocación que posicionó a Máfil abrazado entre dos ríos. Gran parte de las fotografías que vemos en este libro pertenecen al período entre los años 1925 a 1960, cuando Máfil ocupaba un importante lugar en la economía regional, dotando de materias primas, manufacturas y energía al resto del territorio. Así también, varias fotografías nos hablan de tiempos más cercanos al nuestro, de acontecimientos, costumbres, del cotidiano, personajes y por sobre todo, del patrimonio cultural del pueblo. Si la memoria tuviese un retrato, este sería su rostro. Este libro surge gracias a la iniciativa de su autora, quien dió lugar al trabajo de investigación en los ámbitos de imagen y texto. La iniciativa fue ejecutada por la Ilustre Municipalidad de Máfil a través de la Casa de la Cultura, y la colaboración de toda la comunidad mafileña que decidió hacerse parte de este rescate de la memoria, abriendo generosamente sus baúles y compartiendo sus más preciados recuerdos.
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Daniela Senn Jiménez Antropóloga – Magíster en Comunicación Instituto de Estudios Antropológicos Universidad Austral de Chile
IV- Klasse Deutsche Schule. Curso de Bruno Wearmann, de pie extremo superior derecho.
¿Por qué hacer un rescate fotográfico? La imagen ha servido al ser humano desde tiempos inmemoriales para retratar lo que de alguna manera configura su imaginario colectivo. Podríamos decir que la primera forma que tuvieron los hombres y las mujeres de representar su entorno fue justamente a través de pinturas rupestres ilustradas en los muros de sus cavernas. La imagen, por lo tanto, podríamos entenderla como imaginación colectiva, como la manera que tenemos de ilustrar el mundo. Es, por lo tanto, un producto simbólico que sintetiza la manera que tiene una cultura de ver su propia realidad.
que fueron tomados en la última parte de este libro bajo la figura de hitos y grandes acontecimientos de la comuna. Todo el material que se muestra acá es resultado de un trabajo conjunto entre la Ilustre Municipalidad de Máfil a través de la Casa de la Cultura y la misma comunidad mafileña, pues fueron ellos quienes hurgaron en sus más valiosos recuerdos para compartirlos con el resto y hacerlos públicos a través de este libro. La investigación que culmina con el libro que hoy tiene usted en sus manos fue realizada en dos periodos, durante los años 2010 y 2011.
El hecho de contar con un archivo fotográfico marca una ventaja enorme en la reconstrucción de la memoria histórica de un pueblo. Hay muchísimos aspectos o actividades que, por considerarse cotidianos, no son tomados en cuenta por los cronistas y por la historia que podemos encontrar en cualquier enciclopedia. Sin embargo, son esas mismas prácticas cotidianas las que configuran la cultura y la identidad de un pueblo, pues son las formas de vida, las construcciones, los medios de transporte, las festividades, los oficios, los saberes y las costumbres las que de alguna manera delatan la forma de vivir y pensar de un grupo humano.
Cabe reiterar el agradecimiento a cada uno de los que hicieron posible este rescate fotográfico, este mosaico habitado de rostros, aromas, sentires y tonos. Nuevamente, si la memoria tuviese un rostro, este sería su retrato.
Muchas de las fotografías que se muestran en este libro retratan la cultura e identidad mafileña de la manera más fiel posible. Todo esto, claramente, enmarcado en contextos sociales, políticos y económicos
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Formas de Vida y Personajes ¿Cómo mejor nos reconocemos si no es a través de nuestras formas de vivir, con oficios, saberes y formas de representar el mundo? La cultura no solamente implica aquellos aspectos de la realidad que han sido oficializados como historia, patrimonio, herencia, norma o sentido común sino que es también aquello que –muchas veces-- se aleja de nuestros esquemas lógicos de pensamiento.
del libro encontraremos fotografías que hablan de estas formas de vivir de los mafileños, además de los personajes que tuvieron un rol importante en la transmisión de dicho oficio, saber o práctica cultural.
La forma que tenemos de nacer, aquellas creencias o convicciones que dan sentido a nuestras vidas, las formas de amar e incluso, nuestro modo de morir, de recordar y olvidar, tejen entre sí una urdimbre de significados que configuran el tono de un pueblo, su forma de pensar y de ser. Es por eso que en el actuar cotidiano es cuando más evidencias vemos de nuestra cultura: los modos de producción, las actividades en las que se ocupa la población, el significado que le dan a su propio territorio y a aquellos aspectos que trascienden al mundo terrenal, a los ríos y a la tierra. La historia, por lo tanto, la vemos como una narración de procesos sociales, y no solamente como una línea de tiempo cargada de acontecimientos. Pues cada mafileño no es tan sólo un receptor de decisiones políticas o económicas, sino que es un actor social, un personaje que formó parte de cada etapa de la vida del pueblo, cada uno gestó e hizo posible que Máfil desarrollara diversas actividades, desde el hacendado hasta el inquilino. Es por eso que en esta parte
Familia Haverbeck Demmerer, 1893 Colonos alemanes radicados en el Fundo Las Lomas. Atrás: Federico, Alfredo, Guillermo, Reinaldo Adelante: Edmundo Haverbeck Demmerer, Edmund Haverbeck Grube, Paula Haverbeck Demmerer, Marie y Otto Haverbeck Demmerer. Archivo Gerardo Haverbeck
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Puerto Putabla en Máfil, Década de 1920 Bruno Wearmann a la edad de 10 años practicando remo. Archivo Luisa Obando Yaeger
Coche de familia Haverbeck, 1924 Medio de movilización utilizado hasta la década de 1950 en el Fundo Las Lomas. Hoy se encuentra en el Museo Histórico de Valdivia. Archivo Gerardo Haverbeck
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Trilla de trigo con locomóvil en el fundo “Las Lomas”, propiedad de la familia Haverbeck, 1926 En esta época, muchos cortaban el trigo a mano con hechona (hoz), luego se hacían atados y se trasladaba en carreta hasta donde estaba instalada la máquina de planta, la que separaba el grano de la paja. Los Haverbeck fueron grandes productores que utilizaban las lanchas para el traslado del grano hacia Valdivia hasta la década de los años 50. Posteriormente se contamina el río y deja de ser navegable. Archivo Gerardo Haverbeck
Faluchos cargados con leña en el histórico Puerto de Putabla, 1925 Las lanchas y faluchos eran el medio de transporte para el traslado de leña, carbón, maderas y productos de la agricultura. Todavía hay quienes mantienen viva la imagen del Puerto de Putabla y los atracaderos de las embarcaciones, con sus actividades y personajes cotidianos. Archivo Luisa Obando Yaeger
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Matrimonio Matus - Lovera en sector de Tren Tren de Huillicohue, Década de 1930 (imagen página 24) Las familias realizaban celebraciones que tenían una duración de varios días, donde participaban y amenizan las fiestas, cantores y músicos autodidactas. Archivo Nelly Cárdenas Matus
Matrimonio Nicanor Sánchez Castro y Griselda Sánchez Sánchez, Década de 1930 A la edad de 16 años, Nicanor vivía en Huillón y trabajaba como “maletero” para don Gustavo Exss, trasladando maletas desde la estación. El señor Exss le pide que cuide un campo suyo ubicado en la localidad de Huichaco. Él acepta y luego don Gustavo, al pasar el tiempo, le vende el fundo con facilidades, el cual fue pagado en forma de bienes y trabajo. Así don Nicanor con doña Griselda formaron una gran familia de 9 hijos y se convierten en dueños este terreno dando inicio a muchas generaciones de esta familia. Instalaron en su propiedad el cementerio familiar, que también sirvió luego a los habitantes del sector, lo que significó una gran ayuda social, considerando la enorme distancia y la ausencia de caminos para trasladar a sus difuntos hasta Máfil. Actualmente, este campo santo se encuentra cubierto de árboles. Archivo Adriana Sánchez
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Trabajadores de Millahuillin, Década de 1940 Trabajadores encargados de la mantención de rieles de la trocha angosta en la zona minera del carbón en la zona industrial de Millahuillin, territorio donde funcionaban las minas, una fábrica de loza fina, la fábrica de ladrillos Mafilita y una planta termoeléctrica, hoy en ruinas. Relato de don Guido Navarrete Jaramillo, ex trabajador de la planta termoeléctrica e impulsor de la creación de la comuna, reuniendo voluntariamente más de 1.000 firmas de apoyo. Archivo Casa de la Cultura
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Cr贸nica en el Diario Austral, 14 de noviembre de 1993 Archivo Casa de la Cultura de M谩fil.
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Festival de la Leche, Década de 1980 Competencia de calidad animal y producción lechera. En la foto inferior la Vaca Pachacha obtiene el Primer Lugar. Aquí posa junto a su dueño Claudio Cabrera, pequeño agricultor participante activo de esta muestra desde 1980. Archivo Silvia Cabrera
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Patrimonio Arquitectónico y Ferroviario El patrimonio lo comprendemos como la herencia que la historia nos deja; es la riqueza con la que cuenta un pueblo, pues cuando hablamos de patrimonio, nos referimos a un conjunto de bienes que le pertenece a alguien. Entonces, ¿qué sería el patrimonio cultural? Nada más ni nada menos que aquellos bienes, saberes y huellas que la cultura ha dejado sobre el territorio y que, por lo tanto, le pertenece a todo el pueblo.
tan sólo una locomotora, sino que también formó parte de la vida cotidiana de los mafileños, y dentro del patrimonio ferroviario podemos encontrar, además de huellas materiales, oficios asociados a ese medio de transporte, prácticas culturales y costumbres. En esta parte del libro, conoceremos parte del patrimonio arquitectónico y ferroviario de la comuna de Máfil.
Dentro del patrimonio cultural encontramos diversos tipos: el patrimonio inmaterial, que sería el conjunto de saberes, costumbres y formas de vida descritos en la sección anterior de este libro; el patrimonio material, dentro del cual aparece el patrimonio arquitectónico, el ferroviario y el patrimonio arqueológico, el cual consiste en los sitios de interés arqueológico y los objetos o huellas de cultura material que puedan encontrarse en dichos sitios. También encontramos en nuestro territorio el patrimonio indígena, el cual en el caso de Máfil, se refiere a todas las costumbres, saberes y huellas materiales que nos hablan de la cultura mapuche huilliche.
Casa Fehlandt en Fundo Lefian, 1938 Casa habitación y tienda de don Hans Fehlandt Reincke (1878-1960) que aquí aparece junto a familiares. El señor Fehlandt, se dedicó a la agricultura y explotación de los bosques; impulsó la creación de la subdelegación de Máfil y luego de la comuna junto a muchos lugareños. La casa forma parte del inventario en el fundo Lefian-Pidey a contar de 1928. Esta infraestructura es parte del patrimonio local y actual sede de la Casa de la Cultura de Máfil.
A pesar de estas divisiones por componente, resulta difícil categorizar al patrimonio de una manera tan estricta, pues cada aspecto de la realidad está siempre ligado a una totalidad que le otorga sentido a las partes. Por ejemplo, el patrimonio ferroviario es también parte del patrimonio inmaterial, pues el ferrocarril no es
Archivo Ellen Fehlandt
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Casa Haverbeck, DĂŠcada del 1930 Casa ubicada en Las Lomas perteneciente a Federico Haverbeck Archivo Gerardo Haverbeck
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Locomotora a carbón, 1935 Locomotora que utilizaba carbón de las minas de Millahuillin. Aparece la familia Escobar, quienes se radicaron en Máfil en su calidad de abasteros para la zona industrial de este sector. Archivo Casa de la Cultura de Máfil.
Paso sobre-nivel norte. Data de 1903 Ver descripción en crónica página 27
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Alcaldes de Máfil 1964-2012
Germán Emilio Fehlandt Berkhoff
Maximiliano Lara Lara
Perfecto López Cea
Primer Alcalde comuna de Máfil
Período: 21-05-1967 al 17-05-1971
Período: 17-05-1971 al 11-09-73
Período: 18-09-1964 al 20-05-1967
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Carlos Fernando Leal
Cecilia López Boegeholz
Angelino Leal Ríos
Período: 11-09-73 al 09-04-75 – Período de
Período: 18-04-1975 al 27-09-1992
Períodos: 28-09-1992 al 27-09-1996
Transición
28-09-1996 al 05-12-2000 06-12-2004 al 05-12-2008
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María Angélica Fernández
Moira Henzi Becker
Período: 06-12-2000 al 05-12-2004
Período: 06-12-2008 al 05-12-2012
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Glosario Cariman: Curü: verde. Mañque: cóndor. Cóndor de color verde. Es el nombre dado a un Lonco o Cacique noble de accesibles sentimientos. Cudico: Cudi: piedra para moler. Co: estero, aguas. Aguas de donde provienen las piedras para moler. Nombre dado a fundo al sur del río Máfil. Challa: Utensilio artesanal para la limpieza de oro. Encatrao: Caserio a orillas del río Putabla, talvez de con-trau, conn: entrar y traun: unirse, confluencia. Huichaco: Huitran: tirar. Co: agua. Agua de pozo. Nombre dado al fundo cuyo límite sur forma el estero Pilpeo. Huillicoihue: Huilli: sur. Coihue: el coihue del sur. Localidad de Máfil que colinda por el Este con Tren Tren y por el Sur con el río Iñaque. Iñaque: Ina-que-n (inan): Seguir a alguno. Nombre de uno de los ríos que cruza a Máfil. Lefian: Lefn: correr. Antü: sol. Corre el sol. Nombre de cacique que vivía en las tierras en donde se instaló el fundo Lefian. Máfil: Abrazo. La comuna de Máfil se encuentra cruzada por dos ríos, y es por eso que su nombre hace justa referencia a su posición: Máfil sería el nombre para un territorio abrazado por los ríos. Millahuillín: Milla: oro. Huillín: nutria. Nutria dorada. Nombre dado al esterito que se junta con el estero El Curi y ese con el Rucapichío, tributario del río Iñaque. Ñocha: especie bromeleasea. Paillapan: Paila, pailla: tendido. Pangui: puma. Puma tendido en el suelo.
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Pidey: Pin: hablar. Deu: ratón. Chillido de ratón. Antiguo nombre de la estación Máfil, nombre del territorio con el que se conocía a la actual comuna de Máfil. Pupunahue: Pu: signo de plural. Pëña: Hongo comestible globoso que se produce en los robles. Hue: paraje donde abundan los hongos pena. Nombre dado a fundo ubicado en la ribera del Calle Calle. Purey: Pu: signo de plural. Reu: ola. Muchas Olas. Nombre dado a la estación del ferrocarril longitudinal en la orilla izquierda del río Calle Calle. Putabla: Pu: signo de plural. Montones de tablas. Se le llamaba Putabla al puerto donde se cargaban los barcos con maderas. Tren tren: Ovillado. También es conocido como el nombre de la serpiente de tierra Tren Tren Vilú que, según el mito fundacional mapuche, es capaz de dominar la tierra y sus volcanes.
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Referencias Bibliografía Aliaga, Paula; Sepúlveda, Cristian.2009. Memorias Bajo Tierra. Valdivia. Sin Editorial. Belting, Hans. 2007. Antropología de la Imagen. Madrid. Katz Editores. Fierro, Marcia. 2009. Máfil en la Historia y la Memoria. Valdivia. Sin Editorial. Meyer, Walterio. 1982. Diccionario Geográfico-Etimológico Indígena de las Provincias de Valdivia, Osorno y Llanquihue. Santiago. Editorial Wilhelm de Moesbach, Ernesto; Meyer, Walterio. 1952. Los Huilliches a través de sus Apellidos. Osorno. Sin Editorial. Libro Chile y Alemania II Tomo, Cautín Llanquihue y Chiloé, año 1921. Archivos Casa de la Cultura Archivo Histórico Fotográfico Casa de la Cultura. Crónica Héctor Orlando Henríquez, Diario Austral de Valdivia. 1994. Meneses, Beda; Gutiérrez, María Inés. Crónica de la Parroquia de Máfil. Documento sin editar. Suplementos Diario Austral de Valdivia. Diario el Correo de Valdivia, febrero de 1969.
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Universitaria.
Suplemento Diario La Naciรณn ( 24 de agosto 1988) Suplemento Festival de la Leche Entrevistas A Luisa Obando Yaeger, 2011. A Marcelo Sรกnchez Matus, diciembre de 2011. A Mora Matus Modesto, noviembre de 2011. A Olivia Sรกnchez, 2011.
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Interior de Casa de la Cultura de M谩fil, que abri贸 sus puertas a la comunidad en 1986.