¡Todos Arriba!

Page 1

Simรณn Calderรณn, Julian Oliveros, Juan D. Lozano, Daniel Rojas


Érase una vez, un jar estanques y varios ár rayos de sol. En es hermosos y había estaba al c qu


rdín muy bello y muy bien cuidado. Tenía dos rboles donde la sombra cubría de los grandes ste jardín habitaban muchos animales muy an muchas plantas grandes y verdes y todo cuidado del jardinero Gonzalo. Gonzalo decía ue adoraba a todos los animales que habitaban en su jardín. Desde los caracoles y hormigas, siempre trabajando, hasta las coloridas aves que simplemente se sentaban en los árboles a arrullar a Gonzalo con sus cantos cuando este tomaba la siesta bajo su árbol favorito, un robusto nogal, que había sembrado hace muchos años y que siempre apreció.

3


En este robu contribuían jardín de G lo más alto color de s

Las ardi mal tie árbol, estaba

4


usto y noble nogal, vivían muchos animales y todos n a que el árbol siempre fuera el más bello del Gonzalo. Las aves, como Simón el sirirí, siempre en o del árbol, llenaban desde ahí todo el jardín con el sus plumas y la melodía de sus cantos.

illas como Alicia, siempre agitadas por si llega el empo, buscaban huecos en el tronco de este gran para hacer de estos sus hogares y, en lo más bajo, an los caracoles como Charlie…

5


Charlie y su familia siempre quisieron m nogal. Siempre lo mantenían limpio de base para que las ardillas y las aves pudieran viv Además, les traían todas las nueces y fruto alrededores, para que las aves como simó ardillas como Alicia, no tuvieran que preocu nunca por pasar hambre.


mucho ese e a punta, vir en ĂŠl. os de los Ăłn y las uparse

7


El abuelo de Charlie le contaba, orgulloso, que desde que aquel nogal tan solo un retoño, los caracoles habían estado en la base, siempre limpiando el suelo de malezas que pudieran maltratar a la planta en crecimiento, y junto con las hormigas, siempre mantenían todas las ramas pulcras y listas para que las aves llegaran a cantar sus trinos y gorjeos. S in embargo, nunca habían estado en las ramas más altas del árbol, ya muy frágiles y pequeñas, para que las aves se posaran en estas o para que las ardillas las usaran para moverse por el árbol. Estas ramas eran ideales para caracoles y hormigas. Ahí podrían construir sus hogares, y no tendrían que preocuparse de que el suelo, donde actualmente vivían, se secara o se inundara por el clima. Charlie quería que su familia viviera ahí donde nadie más tenía razón alguna para vivir. 8


A Gonzalo le gustaba que su jardín estuviera como él quería y cuando veía a Charlie y a su familia tratando de subir a las puntas del nogal, los bajaba tan rápido como podía. “Ese lugar no lo pensé para caracoles” Decía Gonzalo. Aun así, se daba cuenta de que Charlie buscaba siempre algo en lo alto del árbol, pero no entendía que era, porque no sabía hablar caracol.

9


Otras veces, árbol. “En n puntas” decía oye tan bien otras veces a Alicia la ard ocupa


eran las aves las que los devolvían a la base del ningún otro árbol hemos visto caracoles en las a Simón el sirirí “Seguro que nuestro canto no se si hay caracoles en las ramas más altas!” le decía Charlie. dilla tampoco ayudaba mucho. Siempre estaba ada pensando en sí misma y en lo que haría cuando llegara el mal tiempo. Alicia no se daba cuenta que el mal tiempo estaba en la base del árbol, pero que nunca llegaría hasta la parte del tronco donde ella y las otras ardillas vivían, así que ignoraba a Charlie cuando trataba de hacerlas caer en cuenta para que los ayudara.

11


Las únicas que le prestaban atención a Charlie Camila, la menor, siempre observaba a todos lo curiosidad e interés, y le encantaba anotar tod familia siempre buscaban llegar a lo alto del no quería llegar allá.

Primero le preguntó a su papá si sabía por qu alto, a lo que Gonzalo le respondía: “No sé hija buena razón, me parece que incomodaría a la así que no me interesa tanto”. Esta respues molestaba a Camila mucho, porque no era algo que ayudara a Charlie, pero como también era muy tímida, nunca se había atrevido a decirle a su papá que debían hacer algo, pues no creía que estuviera bien ignorarlo.

12


e eran Laura y Camila, las hijas de Gonzalo. os animales del jardín de su papá con mucha do lo que hacían. Ella vio que Charlie y su ogal y se empezó a preguntar por qué Charlie

ué Charlie, el caracol, quería llegar a lo a, pero aún si fuera por una as ardillas y aves, sta le o


Por otro lado, a Laura le encantaba ayudar a todos, y como era la mayor, a veces lograba que su papá le creyera y decidiera ayudar también, pero casi nunca sabía cómo hacerlo porque se distraía con cualquier cosa que le contaba su papá, incluso con los problemas en otro jardín. Laura quería mucho a su hermana Camila, pero como ella era muy tímida, casi nunca le contaba lo que descubría. Camila seguía sin saber por qué quería Charlie, el caracol, llegar a esas ramas del árbol, pero estaba decidida a averiguarlo, porque veía que a nadie más parecía importarle. Por esta razón, Laura decidió investigar a fondo la historia del nogal y de los animales que vivían ahí.

13


Primero miró las fotos viejas que había en su casa, y vio que, desde el principio, las aves estaban en lo alto y los caracoles en lo bajo. También notó que las ardillas llegaron después. Luego, se preguntó qué quería cada animal en el árbol. Las aves no dormían en ese árbol, pero sí se la pasaban en este para que todos las escucharan. Las ardillas sí dormían en este árbol, pero preferían no meterse con los otros animales y que ni las aves ni los caracoles las molestaran. A Camila le daba risa eso, porque eran los caracoles los que les traían las nueces a ellas. “¡Ardillas!” les decía Laura “¿por qué no ayudan a los caracoles que las están ayudando a ustedes?”

14


15


Camila también sabía que los caracoles vivían en la base del árbol, pero tampoco entendía por qué. “Allí está todo frío y mojado cuando llueve” pensaba. Había visto caracoles antes en otras partes del jardín, pero el mal tiempo que había hecho en los últimos años, hacía que solo pudieran refugiarse cerca del nogal. “¡No entiendo ni a las ardillas, ni a las aves, ni a papá!” le dijo una vez a su hermana Laura. “¡Charlie y los demás caracoles son tan buenos con todos!” dijo frustrada, “traen comida, limpian el árbol y evitan que las malezas lo enfermen”, seguía diciendo “¡Los están ayudando a todos!”.

16


Laura, que le encantaba ayudar a todos incluyendo a su hermana, se dio cuenta de que ayudar Charlie alegraría mucho a Camila, así que le dijo: “Camila, no te preocupes. Tú dime como nos toca ayudar a esos caracoles y yo te prometo que eso se cumplirá”.

17


Camila estaba muy feliz de que Laura la ayudara, porque cuando ella se metía en algo, siempre se llegaban a grandes soluciones, así que le contó a Laura lo que sabía. “Las aves les encanta este árbol, porque se oyen sus cantos muy bien desde lo alto, pero no usan algunas ramas porque son muy delgadas para posarse en ellas” empezó. “A las ardillas les interesa vivir en el árbol, pero no quieren ayudar a nadie, ni siquiera a los que les ayudan como Charlie el caracol, y a Charlie y los demás, les cuesta vivir en la base de árbol desde hace mucho tiempo, ¡y aun así no los dejan subir!” y por último añadió entristecida: “A papá parece que no le importa más que el canto de las aves”.

18


Todo esto lo escuchó Laura y luego dijo: “Si todos te escucharan como yo te escucho, seguro que entienden hasta los sordos… Además, yo creo que los caracoles podrían vivir bien en lo alto del árbol sin estorbarle a nadie y se nota que ellos necesitan el árbol más que las aves o las ardillas”. “Laura tiene razón” pensó Camila. “Si nos escuchan papá y los animales, seguro cambian de parecer”. El problema es que a Camila solo la escuchaba su hermana. “Si tan solo papá me escuchara como te escucha a ti” le dijo Camila. En ese momento a Laura se le ocurrió una gran idea.

19


“No te tienen que escuchar” exclamó. “Pueden escucharme a mí ¡y seguro me creen! ¡Solo tienes que decirme qué contar y yo creo que lo lograremos!”. La idea le gustó a Camila, así que entre las dos empezaron a crear un discurso sobre porqué era más importante para Charlie y los caracoles vivir en lo alto y por qué no afectaba a nadie. Una vez estuvo listo, Camila llamó a los animales del nogal y Laura a Gonzalo, su papá. Cuando estuvieron todos reunidos, Camila le pasó el discurso a Laura y esta lo recitó con alegría y emoción.

20


Una vez terminaron, Gonzalo dijo: “Niñas, estoy muy orgulloso de ustedes. No pensé que fuera tan importante para los caracoles estar en las ramas del árbol. Voy, de ahora en adelante, a velar porque los caracoles tengan un lugar apto para vivir, incluso si las aves ya no cantan tan bello. Al mismo tiempo, Simón el sirirí y Alicia la ardilla bajaron a la base del nogal y le dijeron a Charlie y a su familia: “Discúlpanos, Charlie, ¡no sabíamos que les estaba causando daño vivir allá abajo! De ahora en adelante, vamos a ayudarles siempre con lo que podamos. Gracias a Laura y Camila, ahora entendemos la realidad”.

21


Desde ese día, Charlie y su familia compartió el nogal con las aves y las ardillas y todos se beneficiaban del trabajo de los demás. Y Camila y Laura fueron muy felices, porque su trabajo en conjunto logró ayudar a los que tanto lo necesitaban, pero a quienes nadie escuchaba.

FIN.


Colombia: espacio, tiempo, diferencia Universidad de los Andes 2019_01


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.