BENEMERITA ESCUELA NORMAL “MANUEL AVILA CAMACHO” LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PREESCOLAR
PRIMER SEMESTRE
EL SUJETO Y SU FORMACIÓN PROFECIONAL COMO DOCENTE
Producto final: LA FORMACION Y EL DESARROLLO PROFECIONAL DEL PROFESORADO.
Profesora: Patricia Guerreo
Alumna: Danna Gabriela Jaime Flores.
LA FORMACION Y EL DESARROLLO PROFECIONAL DEL PROFESORADO HACIA UNA NUEVA CULTURA PROFECIONAL
2. MAESTRO DE TODO, SABIO DE NADA. LA FUNCIÓN DOCENTE La estratificación de diversos cuerpos y categorías genera ese proceso subalterno de los que ejercen la docencia en los niveles mas bajos, pero la insistencia de nuestro sistema educativo en establecer diferencias de categorías según los niveles en que se desarrolla el trabajo, es una prueba de la debilidad del colectivo, cuando debería representar una reivindicación constante de demanda de unificación. Un nuevo concepto de profesión y función docente que iguala a todos los que se dedican a la tarea educativa, y lo que argumenta con los siguientes puntos: 1.- trata de una actividad laboral permanente y que sirve como medio de vida; el profesor como profesional, será sinónimo de profesor trabajador. 2.- trata de una actividad pública que emite juicios y toma decisiones en circunstancias sociales, políticas y económicas determinadas, lo que significa que esta enmarcada en un contexto determinado que la condiciona, que requiere un a formación específica en diversas conocimientos y capacidades que además . 3.- es una actividad compartida. La educación ya no es una tarea exclusiva de los especialistas, sino que es un problema sociopolítico, en el cual intervienen agentes, grupos y medos diversos.
La función docente es el ejercicio de unas tareas de carácter laboral educativo al servicio de la colectividad, con unas competencias en acción de enseñarme en la estructura de las instituciones en as que se ejerce ese trabajo y en el análisis de valores sociales. Los elementos contextuales y las crisis estructurales de los actuales sistemas educativos comportan una indefinición de las competencias de la función docente con una sobreabundancia o hiperresponsabilidad de funciones y una deslegitimación, provocando una (profesión a la expectativa). Diversos autores han tratado de analizar qué tipo de conocimientos profesionales debería poseer el profesorado y todos coinciden en la necesidad de un conocimiento polivalente que comprenda distintos ámbitos: todo lo referente a lo que podríamos denominar el sistema educativo. Los problemas que originan la construcción del conocimiento, el pedagógico general entendido como la cultura educativa, el metodológico-curricular como intervención práctica, el contextual y el de los propios sujetos de la enseñanza.
La autonomía y la globalidad son dos elementos destacados que se introducen con fuerza y poco analizados críticamente en el nuevo concepto de las funciones docentes en esa nueva cultura aprofecional que abogamos. <el sistema educativo requiere un profesor con alto grado de capacidad de actuación y de reflexión sobre su práctica, de adaptabilidad a las situaciones conflictivas y cambiantes de aula y del contexto social. Los conocimientos propios de la profesión docente se sitúan en la intersección de la teoría y de la práctica, de la técnica y del arte. Se trata de un conocimiento complejo y practico, de un saber y de un saber hacer> ¿EXISTE UN CONOCIMIENTO PROFECIONAL PEDAGOGICO ESPECIFICO? El conocimiento pedagógico vulgar no se da únicamente entre el profesorado, sino que existe lógicamente en la estructura social, forma parte del patrimonio oricos que, unidos a la experiencia, lo legitimen, lo cuestionen, lo analicen, etc. El contenido del conocimiento pedagógico especializado de la función docente puede ayudar a establecer, de forma flexible, marcos concretos para la formación del colectivo. La labor colegial comportara el saber trabajar dentro del ecosistema, considerado un conjunto complejo de interacciones humanas. La competencia profesional, necesaria en todo el proceso educativo y en todo el 4tconocimiento especializado, se formará en ultimo termino en la interacción que se establece en un proceso consigo mismo y en el seno de la colegiabilidad, interactuando en la práctica de la función docente en un contexto determinado. La competencia es un conocimiento adquirido que se aplica a un proceso, pero la heterogeneidad de la practica educativa es múltiple, de modo que el concepto de competencia se aplicara al saber reflexionar, organizar, seleccionar e integrar lo que puede ser mejor para realizar la actividad profesional, resolviendo una situación problemática o realizando un proyecto. La competencia no implica homogeneidad sino aplicación diversa según la situación y el saber escoger y organizarse según las capacidades y conocimientos adquiridos. Hablar de competencias necesarias es hablar de competencias entendidas como habilidades profesionales, las cuales, además de la capacidad de trabajar en grupo, se van interiorizando en el pensamiento teórico y práctico del profesorado por distintas vías, entre ellas la formación desde la propia experiencia. “el silencio que rodea la feminización de la enseñanza es significativo. Con la poca atención que se le presta, el profesorado aparece como un ser humano desprovisto de sexo y la feminización de la profesión es ignorada por completo”. Si la cultura profesional del profesorado está en relación directa con el ejercicio de su práctica profesional, también esta mediatizada por una red de relaciones de
poder. Pero la profesionalización ha de servir para generar un poder interno que posibilite la colegiabilidad, no el privilegio. La advertencia de Carry Kemmis <la practica educativa se convierta en instrumental, en una actividad técnica, bajo el aspecto de una teoría educacional cada vez mas pura o académica y no controlada por el colectivo, sino por elementos que, aunque hayan salido de él, permanecen fuera de los procesos de profesionalización>.