calle20#75 LA REVISTA DE LA NUEVA CULTURA febrero 2013
Una espalda
con mil caras
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C215 «La libertad es como el amor o la esperanza: no se puede comprar» Esta combinación de cifras y letras es el álter ego de Christian Guémy, uno de los artistas urbanos más inquietos y populares del momento. Descubrimos la realidad que hay detrás del mito. POR DAVID MOREU FOTO LAURA CHACÓN
uchas veces se afirma que una imagen vale más que mil palabras y en este caso es completamente cierto. Durante años, C215 ha ido dejando un rastro inequívoco de stencils por las calles de medio mundo y ha hecho volar la imaginación de todas las personas que se han cruzado con ellos sin previo aviso. Una obra evocadora y efímera que le ha convertido en la nueva estrella del street art, aunque él prefiere vivir al margen de las modas y disfrutar de este sueño hecho realidad. Bienvenidos a una utopía de color y de cultura pop. Remontémonos a los inicios de esta aventura, ¿cómo surgió tu afición por el arte y cuándo empezaste a dibujar? Cuando era pequeño veía los dibujos de Walt Disney en televisión, igual que muchos niños de mi generación. También tenía ese juguete llamado Cinexín en el que girabas una manivela y podías ver animaciones del Pato Donald y Mickey Mouse. Ese es mi primer recuerdo de algo que podríamos considerar arte. Mi madre murió cuando cumplí cinco años y fue mi abuela quien me animó a empezar a dibujar casi de inmediato. En alguna ocasión has comparado tu manera de trabajar con la de los DJ... Sí, porque tomo material de otras realidades, lo sampleo sin utilizar el ordenador y lo convierto en un stencil que ofrece una nueva experiencia visual cuando está en la calle. Entonces alguien lo fotografía y hace un loop al colgar esa imagen en Internet. Esto es una parte esencial del arte contemporáneo. Lo que más me gusta de utilizar plantillas es que me permiten reproducir la misma escena sin tener la sensación de repetirme. También el hecho de ser capaz de hacer un retrato muy complejo y realista, pero de una manera rápida. Si no, se convertiría en una caricatura. ¿Quieres transmitir algún tipo de mensaje con tu obra? Creo que el arte urbano está repleto de demagogos que hablan sobre causas sociales o ideas pacifistas y eso es una mierda. La guerra es mala, los bancos no son buenos, el liberalismo es una estafa, todos somos el 99%... es una tontería y no me gusta. Se ha convertido en un engaño que forma parte de la cultura pop y llega a un público masivo. Aunque también existe una nueva cultura más utópica del street art, pero siempre acaba perdiendo su significado. Así que prefiero centrarme en la vertiente poética. ¿Se vive de una manera distinta el arte urbano en Estados Unidos y en Europa? Bombardear trenes o hacer grafitis en las calles es algo arraigado a la cultura del hip-hop y nació en Estados Unidos, pero
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el hecho de poner arte en un contexto dentro del centro urbano es más europeo. Todo depende de cómo interactúas con el sitio y creo que hay ciudades que no valoran el street art, aunque podrían llegar a apreciarlo. Me han arrestado muchas veces en Barcelona, Ámsterdam, Brooklyn o Estambul, porque pinto a la luz del día, pero la justicia cada vez es más abierta de mente y entiende que somos artistas y no vándalos. ¿Cómo planteas tu obra a la hora de mostrarla en galerías? Siempre que preparo una exposición, trabajo sobre objetos reciclados porque tienen una historia detrás, igual que las calles donde pinto. Yo no hago el producto, sino que plasmo la imagen sobre algo que ya existe y genero emociones para compartirlas con las personas que lo ven. Los museos sirven para guardar las obras de una colección y la calle tiene la finalidad de promover un cambio con la participación de la gente. ¿Crees que los artistas deben ser rebeldes para que su obra tenga más notoriedad? No creo en la rebeldía. Mucha gente pinta en la calle, pero después ganan fortunas vendiendo sus obras. Es más fácil parecer un héroe si dices que sales a la calle porque quieres cambiar la sociedad, pero lo que queremos la mayoría es cambiar
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C215 afirma que el arte ha sido su propia Odisea (como sucede en el relato clásico de Homero) y que gracias a los viajes ha aprendido a ser francés y a encontrarse a sí mismo. www.c215.com
nuestra propia situación. Acepto cualquier tipo de encargo si soy consumidor del producto. Por ejemplo, he bebido mucha Coca-Cola y les he dado mucho dinero, así que estoy impaciente por que me propongan hacer un anuncio y me devuelvan todo lo que he invertido. ¿Te atreverías a definir la palabra libertad? La libertad es como el arte, el amor o la esperanza: algo que no se puede comprar ni vender, que no se puede regalar y que no puedes colgar en una pared. Pero sí que te permite compartirla y viajar a través de ella. A veces, lo que no me gusta de mi trabajo es que no queda claro el mensaje, aunque puede que prefiera insinuar las cosas antes que decir tonterías. Por último, ¿cómo llevas lo de ser un artista famoso? Empecé a pintar en las calles porque quería compartir un mensaje que desarrollé junto a mi hija, que ahora tiene nueve años. Por este motivo resulta muy raro recibir e-mails de personas desconocidas que quieren ser mis amigos, aunque nunca lo serán. También he visto cómo cierta gente actúa distinto conmigo o cómo una relación cambia por el hecho de ser, supuestamente, famoso. Me gustaría estar tranquilo, sin que nadie se metiera en mi vida… aunque supongo que esto forma parte del juego.