SOUL EL ALMA DEL SIGLO XXI TAMBIÉN ES NEGRA
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La música soul ha crecido hasta convertirse en un referente de la modernidad. No en vano, los clubes más selectos sueñan con sus ritmos salvajes y los mayores festivales se pelean por tener a sus artistas. Un sonido vanguardista que aspira a cambiar el mundo mientras se apodera del ciberespacio. POR DAVID MOREU
Cerremos los ojos y dejemos bailar el alma. No se me ocurre una mejor manera para adentrarnos en un género musical del que ya se ha contado prácticamente todo, aunque siempre nos depara algunas sorpresas. Si miramos hacia atrás en el tiempo, es evidente que la música soul tuvo su momento de esplendor en la década de los sesenta, cuando los Estados Unidos estaban divididos por la segregación racial y aquellas canciones hicieron bailar a blancos y a negros por igual. Artistas legendarios como Aretha Franklin, Otis Redding y James Brown crearon la banda sonora de aquella época, cuando la televisión era en blanco y negro, la música se escuchaba en vinilo y el hombre aún no había pisado la Luna. Pero entonces llegaron la explosión del funk, la fiebre disco y la chulería del hip hop, unos géneros que eclipsaron la magia del soul y la convirtieron en un recuerdo del pasado. Han tenido que pasar muchas modas para que la música del alma resurja de sus cenizas, gracias a cantantes que recuperan su esencia original y la mezclan con todas las influencias imaginables. Hace un par de años se hablaba de los artistas que vampirizaban el sonido y la estética de los clásicos (Amy Winehouse y la explosión comercial del nuevo soul británico), pero también existe otra vertiente que ha evolucionado por el camino de la experimentación y la electrónica, convirtiéndose en la banda sonora del nuevo siglo. Como en toda escena musical en ebullición, encontramos nombres que marcan tendencia y que comparten ciertos rasgos generacionales, más allá de triunfar en las pistas de baile y ser aclamados en los grandes festivales. Estos nuevos abanderados del soul se han empapado del
En la página de la izquierda, un elegante y exitoso Aloe Blacc. [Foto: Dan Monick] Aquí, Mushinah durante su última visita al Sónar de Barcelona. [Foto: Roger del Sol]
mensaje de respeto e igualdad que proclamaban los éxitos de Stax y Motown. Asimismo, están comprometidos con los problemas que afectan al mundo y han decidido mantener intacto el espíritu reivindicativo de antaño. Rebeldes con causa Cantantes como Stacy Epps tienen muy claro que el soul es diversión, pero también el género perfecto para hacer llegar un mensaje a la gente. La historia de esta joven afroamericana, con raíces asiáticas e indias, no tiene desperdicio, puesto que se licenció en Derecho en la Universidad del Sur de California y lo dejó todo para dedicarse a la música. Al principio colaboró en varios discos de hip hop, hasta que encontró su camino en el soul más vanguardista y la prensa la encumbró como una artista de culto sin haber grabado ningún álbum. En 2008 editó The awakening, un disco transgresor que la ha llevado a tocar por todo el mundo, aunque ella se sonroja al escuchar sus canciones cada vez que entra en un club. El resurgir del soul ha coincidido con el naufragio de la industria musical y la mayoría de artistas han tomado la opción de la independencia para crear la música que realmen-
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te les apasiona. Esta alternativa al show business ha encumbrado un nuevo prototipo de estrella que no duda en componer, producir y autoeditar sus propias canciones. «Antes trabajaba en un estudio de grabación, pero un día me fui a comer y ya no regresé —comenta Muhsinah, con una sonrisa—. Hacer tantas cosas tú misma te ofrece muchas posibilidades y te permite expresar lo que deseas. Cuando eres tu propia jefa, eres más libre, aunque también debes ser disciplinada para levantarte cada mañana». Su primer EP fue descrito como una hermosa bofetada en la cara del hip hop y el R&B más comerciales, hecho que la ha convertido en la portavoz de una generación de rebeldes del soul que funden a la perfección los ritmos electrónicos con los arreglos del jazz. Su última entrega discográfica se titula The Oscillations: Triangle y salió al mercado en 2009 con críticas entusiastas. ‘Groove’ para cambiar el futuro El espíritu independiente ha permitido que estos jóvenes graben temas asombrosos, pero también los ha obligado a buscar nuevas maneras de promocionar su música. MySpace sigue siendo una herramienta fundamental para llegar al gran público y nadie duda en ofrecer sus canciones de forma gratuita, conscientes de que el verdadero negocio está en los conciertos. Pero no nos engañemos, todo el mundo sueña con la fama y la mayoría de los artistas de soul venderían su alma al diablo (como hiciera el genio del blues Robert Johnson) para que su música apareciera en una película o en una serie de éxito. Aloe Blacc es uno de los pocos afortunados que lo ha logrado con su canción I need a dollar, que suena en los créditos iniciales de la serie How to make it in America (producida por la HBO) y ha arrasado en los clubes más prestigiosos. Este cantante de mirada triste es hijo de unos inmigrantes panameños que salieron de su país persiguiendo el sueño americano y se ha convertido en una estrella gracias a su segundo álbum, Good things. Ritmos elegantes con ecos de hip hop que aspiran a remover la conciencia del público. Girará por Europa en marzo y abril. En este selecto grupo de amantes del soul no todo son cantantes atormentados o divas rebeldes, también hay espacio para productores que hacen evolucionar
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la música y no dudan en contar con colaboraciones para las voces o en samplear la colección de vinilos de sus padres en busca del beat perfecto. Detrás de Lack of Afro encontramos a Adam Gibbons, un multinstrumentista, productor y DJ que ha logrado mezclar con descaro los sonidos retro con el espíritu de la música de baile. Este artista ha editado dos álbumes de culto, la prensa lo ha alabado hasta cotas inimaginables y sus temas se han incluido en decenas de recopilatorios. Un visionario de la música que mira al pasado para hacernos disfrutar del presente y que sueña con cambiar el futuro a base de groove.
Arriba, Mayer Hawthorne tras su primer concierto en Barcelona. [Foto: Roger del Sol] Sobre estas líneas, Stacy Epps. En la página siguiente, Aqeel, líder de AAMP.
Seducidos por el hip hop Aunque la mayoría de los artistas acostumbran a reafirmar sus orígenes en las letras de las canciones, tampoco dudan en recorrer el mundo en busca de nuevas experiencias y de sonidos más exóticos. Este es el caso de Aqeel, un cantante de Los Ángeles que descubrió su pasión por la música cuando acompañaba a su madre a la iglesia. La leyenda cuenta que trabajó en una barbería, que colaboró con Erykah Badu en un álbum que nunca se grabó y que hizo los coros en un disco de Dr. Dre hasta que viajó a España y trabajó
con los mejores productores nacionales. «Los viajes lo representan casi todo. Me veo como una esponja y todo lo que me pasa, escucho o veo se refleja en mis canciones —comenta el artista—. La vida te pone a prueba cuando dejas un lugar y su pequeño universo para viajar a otro nuevo sin tener ni idea de qué va a ocurrir. Entonces esperan que madures, aunque yo sigo siendo un niño grande con actitud». Ahora se presenta por todo lo alto con una nueva banda llamada AAMP y el 28 de marzo debutan con The fantastical revenge, un álbum que bucea en los rincones más perversos de la sociedad actual
a ritmo de soul distorsionado. Chocolate Tiffani será, probablemente, el single de presentación y ya se perfila como un éxito alternativo sin haber visto aún la luz. El 22 de abril actúan en el Polifonik Sounds de Huesca y el 11 junio estarán en el Festival de los Sentidos de La Roda, Albacete. Por último, no debemos pasar por alto la gran influencia del hip hop en los artistas que actualmente se han apoderado del soul. La mayoría fueron aficionados a las rimas y al breakdance, hasta que descubrieron que el 99% de los samples que utilizaban los DJ provenían de temas clásicos. Así fue como se sumergieron en los orígenes de la música negra y decidieron
lanzarse a componer canciones de manera promiscua y sin rumbo aparente. «Crecí en los años ochenta y noventa escuchando rap, como Public Enemy, Nas, Mobb Deep y todo eso. Durante los últimos diez años he trabajado de DJ de hip hop y como productor. Eso es lo que siempre había querido hacer —se sincera Mayer Hawthorne—. Toda esta movida de la música soul es algo que hacía simplemente por diversión, como un experimento, pero resulta que un día estalló y aquí estoy». Así de fácil resume este cantante de Michigan su pasión por los ritmos negros y los inicios de una carrera meteórica que lo han convertido en el soul man más atípico de la galaxia indie. No en vano, en el 2009 presentó A strange arrangement, un disco de debut con sabor vintage que ya se considera un clásico del género. Ahora que el álbum What’s going on de Marvin Gaye cumple cuarenta primaveras, sería interesante saber lo que opina su creador de los nuevos caminos que ha tomado el soul. Un género que él encumbró en 1971 con aquel disco legendario y que hoy sigue siendo un referente gracias a estos jóvenes artistas sin complejos. Un caleidoscopio musical que no deja indiferente a nadie y que parece no tener fin.
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