Superhéroes

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S O L N O S S O L EL La historia de cuatro dibujantes de cómic españoles que triunfan en la industria americana aportando un punto de vista personal al universo de los superhéroes. Un recorrido por la creatividad detrás de sus viñetas texto Da vid Moreu


S O L N O S S O L EL La historia de cuatro dibujantes de cómic españoles que triunfan en la industria americana aportando un punto de vista personal al universo de los superhéroes. Un recorrido por la creatividad detrás de sus viñetas texto Da vid Moreu


LIFE�STYLE Cómic

Cómic LIFE�STYLE

despegó definitivamente con creaciones para Catwoman y la saga de X-Men. Actualmente, cuando la mayoría de gente está más pendiente de la crisis que del mundo de los tebeos, Javier Pulido se enorgullece de haber recuperado la continuidad de antaño en su trabajo y ahora está dibujando la serie regular de She-Hulk con gran éxito, algo que no sucedía desde hacía una década. Pero el universo del cómic ha evolucionado mucho en este período de tiempo. “Yo empecé a finales de los noventa, cuando los dibujantes eran más importantes que los guionistas. Ahora se ha dado la vuelta a la tortilla y parece que ellos son los que hacen los cómics”, nos comenta con una sonrisa. “La labor editorial también tiene más peso, pero es una cuestión cíclica. Espero que en algún momento la importancia vaya a los narradores, porque eso sería bueno para la industria”.

H D

ACE MUCHO TIEMPO, en una galaxia muy muy lejana, un grupo de dibujantes de cómic españoles tomaron la decisión de viajar a los Estados Unidos para demostrar su talento en la meca de los sueños. Poco imaginaban que las grandes editoriales los recibirían con las puertas abiertas y, aún menos, que acabarían poniendo su imaginación desbordante al servicio de los superhéroes más famosos de todos los tiempos, como Spider-Man, Batman, Capitán América y Daredevil. Con el paso de los años, el público ha ido creciendo, han llegado nuevos lectores arrastrados por la magia de Hollywood y las técnicas de ilustración se han adaptado al entorno digital, pero ellos siguen viviendo su trabajo de manera apasionada. Bienvenidos a un viaje frenético por la trastienda del cómic, que empieza con un simple dibujo a mano alzada y termina en las mayores convenciones internacionales, donde cientos de fans esperan a que les dediquen sus obras. # JAVIER PULIDO. Sin perder el inconfundible acento de Gran Canaria, las viñetas de Javier Pulido se han alzado como un referente para los aficionados a los superhéroes de todo el mundo. No en vano, este dibujante se mudó a los Estados Unidos a finales de la década de los noventa y su trazo a lápiz se volvió inseparable de algunos de los justicieros más emblemáticos, aunque no dudó en regresar a su tierra natal para estar cerca del océano que tanto ama. “El salto a la industria norteamericana fue posible gracias al contacto con profesionales de ese país en los salones de cómic que se celebraban en varios lugares de la península”, nos comenta por teléfono. 102

“Hasta que un guionista se interesó por mis muestras, las pasó a la editorial Marvel y empezaron a llegarme encargos”. Visto con perspectiva, el primer viaje que hizo a Nueva York fue esencial para su desarrollo profesional, aunque le llevó bastante tiempo entender que el cómic era una gran industria y que su trabajo también dependía de otra gente. “Lograr que mi obra encajase dentro de esa maquinaria sin desvirtuarse fue lo más complicado”, nos explica con voz seria. “Entonces decidí tener más control sobre mis creaciones y eso pasaba por entintarme yo mismo. Hice nuevas muestras y conseguí que mi estilo interesara a los editores de DC”. Gracias a esa apuesta tan arriesgada tuvo la oportunidad de desarrollar una visión más personal de los guiones que le llegaban y su carrera

Una reciente página sin colorear de la serie de cómics protagonizados por She-Hulk, la famosa superheroína del sello Marvel que ha convertido a Javier Pulido en uno de los dibujantes más destacados de la industria norteamericana

# RAMÓN F. BACHS. Después de estudiar ilustración en una de las escuelas más prestigiosas de Barcelona y participar en diversos fanzines, Ramón F. Bachs tuvo la suerte de debutar en la incipiente industria del cómic nacional, aunque su objetivo desde adolescente era dar el salto a los Estados Unidos, donde actualmente se ha consolidado como un artesano de las viñetas protagonizadas por los superhéroes más famosos. “Viajar a convenciones y visitar editoriales norteamericanas es muy habitual y tuve la suerte de entrar en aquel mercado en un momento en el que era bastante extraño que un español trabajara para ellos”, nos explica con una sonrisa cómplice. “Entonces hacía muy poco que teníamos internet y todo el contacto se hacía por teléfono o fax, una cosa que ahora resulta bastante inaudita”. A pesar de la imagen de glamur que desprende esta profesión, muchas veces magnificada por el éxito efímero de las películas de Hollywood, la rutina diaria de un dibujante consagrado como Ramón F. Bachs sigue siendo frenética e impredecible. “Hay artistas y artesanos que viven de sus obras, pero en este mundillo de trabajo en cadena es una suerte ganarte la vida con lo que te apasiona”, se sincera desde su estudio. “Glamur es lo que tengo cuando me levanto a las cinco de la mañana y empiezo a dibujar porque no llego a las fechas de entrega. Creo que nos falta cierto reconocimiento”. No en vano, él siempre se ha mantenido fiel a las técnicas tradicionales de ilustración basadas en el lápiz, el papel y la tinta, porque adaptarse al mundo digital requiere un período de aprendizaje demasiado largo.Y el tiempo perdido son viñetas sin dibujar. Para la posteridad han quedado sus aportaciones a series tan relevantes como Batman, StarWars y Shrek, que han cautivado a una nueva generación de lectores muy jóvenes. “Siempre hay una sensación de responsabilidad cuando dibujas un personaje icónico de la cultura popular, pero intento tomármelo como un reto”, nos explica gesticulando. “Cuando se trata de dibujar a Batman, Spider-Man o

El proceso de creación que ha seguido el dibujante Ramón F. Bachs para dar vida a los protagonistas del cómic ‘Fiction Squad’, desde los trazos iniciales a lápiz hasta el coloreado final, pasando por el entintado a mano alzada

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despegó definitivamente con creaciones para Catwoman y la saga de X-Men. Actualmente, cuando la mayoría de gente está más pendiente de la crisis que del mundo de los tebeos, Javier Pulido se enorgullece de haber recuperado la continuidad de antaño en su trabajo y ahora está dibujando la serie regular de She-Hulk con gran éxito, algo que no sucedía desde hacía una década. Pero el universo del cómic ha evolucionado mucho en este período de tiempo. “Yo empecé a finales de los noventa, cuando los dibujantes eran más importantes que los guionistas. Ahora se ha dado la vuelta a la tortilla y parece que ellos son los que hacen los cómics”, nos comenta con una sonrisa. “La labor editorial también tiene más peso, pero es una cuestión cíclica. Espero que en algún momento la importancia vaya a los narradores, porque eso sería bueno para la industria”.

H D

ACE MUCHO TIEMPO, en una galaxia muy muy lejana, un grupo de dibujantes de cómic españoles tomaron la decisión de viajar a los Estados Unidos para demostrar su talento en la meca de los sueños. Poco imaginaban que las grandes editoriales los recibirían con las puertas abiertas y, aún menos, que acabarían poniendo su imaginación desbordante al servicio de los superhéroes más famosos de todos los tiempos, como Spider-Man, Batman, Capitán América y Daredevil. Con el paso de los años, el público ha ido creciendo, han llegado nuevos lectores arrastrados por la magia de Hollywood y las técnicas de ilustración se han adaptado al entorno digital, pero ellos siguen viviendo su trabajo de manera apasionada. Bienvenidos a un viaje frenético por la trastienda del cómic, que empieza con un simple dibujo a mano alzada y termina en las mayores convenciones internacionales, donde cientos de fans esperan a que les dediquen sus obras. # JAVIER PULIDO. Sin perder el inconfundible acento de Gran Canaria, las viñetas de Javier Pulido se han alzado como un referente para los aficionados a los superhéroes de todo el mundo. No en vano, este dibujante se mudó a los Estados Unidos a finales de la década de los noventa y su trazo a lápiz se volvió inseparable de algunos de los justicieros más emblemáticos, aunque no dudó en regresar a su tierra natal para estar cerca del océano que tanto ama. “El salto a la industria norteamericana fue posible gracias al contacto con profesionales de ese país en los salones de cómic que se celebraban en varios lugares de la península”, nos comenta por teléfono. 102

“Hasta que un guionista se interesó por mis muestras, las pasó a la editorial Marvel y empezaron a llegarme encargos”. Visto con perspectiva, el primer viaje que hizo a Nueva York fue esencial para su desarrollo profesional, aunque le llevó bastante tiempo entender que el cómic era una gran industria y que su trabajo también dependía de otra gente. “Lograr que mi obra encajase dentro de esa maquinaria sin desvirtuarse fue lo más complicado”, nos explica con voz seria. “Entonces decidí tener más control sobre mis creaciones y eso pasaba por entintarme yo mismo. Hice nuevas muestras y conseguí que mi estilo interesara a los editores de DC”. Gracias a esa apuesta tan arriesgada tuvo la oportunidad de desarrollar una visión más personal de los guiones que le llegaban y su carrera

Una reciente página sin colorear de la serie de cómics protagonizados por She-Hulk, la famosa superheroína del sello Marvel que ha convertido a Javier Pulido en uno de los dibujantes más destacados de la industria norteamericana

# RAMÓN F. BACHS. Después de estudiar ilustración en una de las escuelas más prestigiosas de Barcelona y participar en diversos fanzines, Ramón F. Bachs tuvo la suerte de debutar en la incipiente industria del cómic nacional, aunque su objetivo desde adolescente era dar el salto a los Estados Unidos, donde actualmente se ha consolidado como un artesano de las viñetas protagonizadas por los superhéroes más famosos. “Viajar a convenciones y visitar editoriales norteamericanas es muy habitual y tuve la suerte de entrar en aquel mercado en un momento en el que era bastante extraño que un español trabajara para ellos”, nos explica con una sonrisa cómplice. “Entonces hacía muy poco que teníamos internet y todo el contacto se hacía por teléfono o fax, una cosa que ahora resulta bastante inaudita”. A pesar de la imagen de glamur que desprende esta profesión, muchas veces magnificada por el éxito efímero de las películas de Hollywood, la rutina diaria de un dibujante consagrado como Ramón F. Bachs sigue siendo frenética e impredecible. “Hay artistas y artesanos que viven de sus obras, pero en este mundillo de trabajo en cadena es una suerte ganarte la vida con lo que te apasiona”, se sincera desde su estudio. “Glamur es lo que tengo cuando me levanto a las cinco de la mañana y empiezo a dibujar porque no llego a las fechas de entrega. Creo que nos falta cierto reconocimiento”. No en vano, él siempre se ha mantenido fiel a las técnicas tradicionales de ilustración basadas en el lápiz, el papel y la tinta, porque adaptarse al mundo digital requiere un período de aprendizaje demasiado largo.Y el tiempo perdido son viñetas sin dibujar. Para la posteridad han quedado sus aportaciones a series tan relevantes como Batman, StarWars y Shrek, que han cautivado a una nueva generación de lectores muy jóvenes. “Siempre hay una sensación de responsabilidad cuando dibujas un personaje icónico de la cultura popular, pero intento tomármelo como un reto”, nos explica gesticulando. “Cuando se trata de dibujar a Batman, Spider-Man o

El proceso de creación que ha seguido el dibujante Ramón F. Bachs para dar vida a los protagonistas del cómic ‘Fiction Squad’, desde los trazos iniciales a lápiz hasta el coloreado final, pasando por el entintado a mano alzada

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LIFE�STYLE Cómic

Cómic LIFE�STYLE

Superman, el editor confía en que sigas una serie de reglas preestablecidas, aunque tienes bastante libertad narrativa y gráfica”.

Portada especial del Capitán América que Marcos Martín dibujó en el 2009 para celebrar el 70 aniversario del sello Marvel. Tres años después también se encargó de hacer las portadas conmemorativas del 50 aniversario de Spider-Man

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# MARCOS MARTÍN. La meteórica carrera de Marcos Martín siempre se ha desarrollado en las editoriales norteamericanas y actualmente está considerado como una de las estrellas del firmamento del cómic gracias a sus originales recursos visuales que han creado escuela. Como sucede en las grandes historias, esta aventura profesional empezó con un viaje iniciático. “Fui a Nueva York, estuve tres meses en casa de un amigo y me presenté a DC y a Marvel con las páginas de prueba que había dibujado”, nos explica tras citarnos en un bar cool de Barcelona. “Entonces me di cuenta de que para los americanos tengo un estilo europeo, aunque para un europeo mi estilo es claramente americano, y corría el riesgo de no encontrar mi lugar”. Más allá de las dudas existenciales, si nos adentramos en su obra es fácil descubrir guiños cómplices con el lector, como nombres de actores famosos y grupos de rock que acaban de lanzar un disco al mercado. Una práctica que acostumbra a pasar desapercibida, pero que lo distingue de sus compañeros de profesión. “Siempre he sido un amante de la cultura pop en todas sus vertientes, porque me fascina su capacidad para destilar la esencia de conceptos muy sofisticados y convertirlos en productos accesibles”, afirma con una sonrisa. “Se trata de simplificar sin caer en la trivialización, que es algo muy distinto”. Esta concepción tan particular del mundo del cómic y su manera vanguardista de narrar las historias lo convirtieron en el dibujante de cabecera de la popular serie The Amazing Spider-Man en un momento de cambio en la editorial Marvel. “No era el dibujante que más números hacía, pero parece ser que por repercusión fui el que más impacto causó”, nos cuenta con cierta modestia. “Cuando se relanzó la colección, la mayoría de dibujantes eran nombres consagrados y yo era el outsider que les permitía experimentar”. A pesar de las críticas entusiastas y de los premios, hace un año decidió romper con todo y lanzarse al vacío con una obra de ciencia-ficción titulada The Private Eye, pensada para el mercado online. “Me di cuenta de que era un engranaje más de esta industria y tomé la decisión de crear una obra que fuera mía”, nos explica con voz seria. “Me siento muy orgulloso de este proyecto y, más allá del éxito comercial, valoro la reflexión que ha generado por el cambio de concepción dentro de la industria del cómic”. En este caso, cada lector paga el precio que considera justo y debe responsabilizarse de sus consecuencias, porque en internet todavía hay mucho riesgo por parte de los autores.

# JAVIER RODRÍGUEZ. Siempre escondido detrás de sus gafas de pasta y un sombrero, Javier Rodríguez empezó su carrera como dibujante de fanzines alternativos y colaborando en revistas humorísticas, al mismo tiempo que grababa varios discos con su banda de rock, los legendarios Kactus Jack. Pero todo cambió en el 2007, cuando debutó en el mercado internacional del cómic como colorista y se consolidó como uno de los artistas más prometedores de la editorial Marvel gracias al renovado éxito de Daredevil. “La aventura norteamericana empezó gracias a mi antiguo editor, que se interesó por mi faceta de dibujante y me animó a hacer una prueba. Luego me pasó varios encargos y así se inició todo”, nos explica delante de su mesa de trabajo. “No sé por qué Daredevil es tan querido, pero lo que sí tengo muy claro es que, junto con Spider-Man, Fantastic Four y Hulk, es uno de mis preferidos”. En su estudio de Barcelona destacan los discos de vinilo de música soul ordenados en una estantería y el universo del cómic se respira con total normalidad, puesto que al ser un artista freelance no vive plenamente integrado en la industria americana, “aunque es impresionante lo interiorizado que tenemos el modo de funcionar de este género porque lo hemos leído desde pequeños”, afirma apasionadamente. “Incluso a veces tengo la sensación de que algunos personajes los he inventado yo mismo”. Como sucede con todas las contradicciones fascinantes de la vida cotidiana, Javier Rodríguez disfruta mucho más la música en analógico y necesita el contacto directo con la guitarra eléctrica, pero en su faceta de ilustrador hace años que ha dado el salto al formato digital. “Es cierto que utilizo una libreta para hacer la planificación básica y distribuir la información de las viñetas, aunque después lo paso todo al ordenador”, nos explica con un cuaderno en la mano. “Trabajo mucho en bruto porque, al principio, se trata de una cosa abstracta que voy puliendo y lo más importante es saber dirigir la mirada del lector”. Por este motivo, lo que más le apasiona de los cómics es aquello que no está dibujado, ese espacio en blanco entre viñetas que dice más cosas que una simple burbuja de diálogo.

Una página de Daredevil, con dibujo de Javier Rodríguez y entintado de Álvaro López. En solo tres viñetas se puede apreciar la manera tan personal que tiene este ilustrador para narrar historias a través de la acción costumbrista del superhéroe

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Superman, el editor confía en que sigas una serie de reglas preestablecidas, aunque tienes bastante libertad narrativa y gráfica”.

Portada especial del Capitán América que Marcos Martín dibujó en el 2009 para celebrar el 70 aniversario del sello Marvel. Tres años después también se encargó de hacer las portadas conmemorativas del 50 aniversario de Spider-Man

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# MARCOS MARTÍN. La meteórica carrera de Marcos Martín siempre se ha desarrollado en las editoriales norteamericanas y actualmente está considerado como una de las estrellas del firmamento del cómic gracias a sus originales recursos visuales que han creado escuela. Como sucede en las grandes historias, esta aventura profesional empezó con un viaje iniciático. “Fui a Nueva York, estuve tres meses en casa de un amigo y me presenté a DC y a Marvel con las páginas de prueba que había dibujado”, nos explica tras citarnos en un bar cool de Barcelona. “Entonces me di cuenta de que para los americanos tengo un estilo europeo, aunque para un europeo mi estilo es claramente americano, y corría el riesgo de no encontrar mi lugar”. Más allá de las dudas existenciales, si nos adentramos en su obra es fácil descubrir guiños cómplices con el lector, como nombres de actores famosos y grupos de rock que acaban de lanzar un disco al mercado. Una práctica que acostumbra a pasar desapercibida, pero que lo distingue de sus compañeros de profesión. “Siempre he sido un amante de la cultura pop en todas sus vertientes, porque me fascina su capacidad para destilar la esencia de conceptos muy sofisticados y convertirlos en productos accesibles”, afirma con una sonrisa. “Se trata de simplificar sin caer en la trivialización, que es algo muy distinto”. Esta concepción tan particular del mundo del cómic y su manera vanguardista de narrar las historias lo convirtieron en el dibujante de cabecera de la popular serie The Amazing Spider-Man en un momento de cambio en la editorial Marvel. “No era el dibujante que más números hacía, pero parece ser que por repercusión fui el que más impacto causó”, nos cuenta con cierta modestia. “Cuando se relanzó la colección, la mayoría de dibujantes eran nombres consagrados y yo era el outsider que les permitía experimentar”. A pesar de las críticas entusiastas y de los premios, hace un año decidió romper con todo y lanzarse al vacío con una obra de ciencia-ficción titulada The Private Eye, pensada para el mercado online. “Me di cuenta de que era un engranaje más de esta industria y tomé la decisión de crear una obra que fuera mía”, nos explica con voz seria. “Me siento muy orgulloso de este proyecto y, más allá del éxito comercial, valoro la reflexión que ha generado por el cambio de concepción dentro de la industria del cómic”. En este caso, cada lector paga el precio que considera justo y debe responsabilizarse de sus consecuencias, porque en internet todavía hay mucho riesgo por parte de los autores.

# JAVIER RODRÍGUEZ. Siempre escondido detrás de sus gafas de pasta y un sombrero, Javier Rodríguez empezó su carrera como dibujante de fanzines alternativos y colaborando en revistas humorísticas, al mismo tiempo que grababa varios discos con su banda de rock, los legendarios Kactus Jack. Pero todo cambió en el 2007, cuando debutó en el mercado internacional del cómic como colorista y se consolidó como uno de los artistas más prometedores de la editorial Marvel gracias al renovado éxito de Daredevil. “La aventura norteamericana empezó gracias a mi antiguo editor, que se interesó por mi faceta de dibujante y me animó a hacer una prueba. Luego me pasó varios encargos y así se inició todo”, nos explica delante de su mesa de trabajo. “No sé por qué Daredevil es tan querido, pero lo que sí tengo muy claro es que, junto con Spider-Man, Fantastic Four y Hulk, es uno de mis preferidos”. En su estudio de Barcelona destacan los discos de vinilo de música soul ordenados en una estantería y el universo del cómic se respira con total normalidad, puesto que al ser un artista freelance no vive plenamente integrado en la industria americana, “aunque es impresionante lo interiorizado que tenemos el modo de funcionar de este género porque lo hemos leído desde pequeños”, afirma apasionadamente. “Incluso a veces tengo la sensación de que algunos personajes los he inventado yo mismo”. Como sucede con todas las contradicciones fascinantes de la vida cotidiana, Javier Rodríguez disfruta mucho más la música en analógico y necesita el contacto directo con la guitarra eléctrica, pero en su faceta de ilustrador hace años que ha dado el salto al formato digital. “Es cierto que utilizo una libreta para hacer la planificación básica y distribuir la información de las viñetas, aunque después lo paso todo al ordenador”, nos explica con un cuaderno en la mano. “Trabajo mucho en bruto porque, al principio, se trata de una cosa abstracta que voy puliendo y lo más importante es saber dirigir la mirada del lector”. Por este motivo, lo que más le apasiona de los cómics es aquello que no está dibujado, ese espacio en blanco entre viñetas que dice más cosas que una simple burbuja de diálogo.

Una página de Daredevil, con dibujo de Javier Rodríguez y entintado de Álvaro López. En solo tres viñetas se puede apreciar la manera tan personal que tiene este ilustrador para narrar historias a través de la acción costumbrista del superhéroe

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