Surf Shacks

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M U ND O SU RF

TEXTO

oto ñ o 2 01 7

David Moreu

En casa de los que cabalgan las olas

Mark Wiesmayr & Eileen Peters se mudaron a una casa de Venice Beach, California, que solamente habían visto por internet y en seguida se convirtió en su hogar gracias a la proximidad a la playa (foto de Matt Titone)

L Mason St. Peter es un arquitecto que ha redefinido por completo el concepto tradicional de “cabaña para surfistas” gracias a su espectacular casa de madera en las colinas de Topanga Canyon, California (foto de Matt Titone)

a historia moderna del surf siempre se ha relacionado con la figura del deportista aventurero y su búsqueda incansable de la ola perfecta. Mucha gente se pregunta cómo es el día a día de estas personas cuando no están recorriendo el mundo con sus tablas o tomando el sol en playas de ensueño. La respuesta se encuentra en el libro Surf Shacks, editado por el sello alemán Gestalten, que nos adentra en las casas de algunos de los surfistas más célebres del panorama actual y demuestra que esta filosofía de vida todavía es un referente de la moda, del arte e, incluso, de la arquitectura. Los primeros protagonistas de este relato son Mark Wiesmayr y Eileen Peters, una pareja que comparte la misma pasión por el diseño, el arte, la cultura de playa y, obviamente, el surf. Ambos se trasladaron a California y encontraron el sitio ideal para empezar a vivir juntos en el distrito de Venice Beach. Su casa desprende una imagen minimalista, que solo se ve alterada por el ajetreo de su perro, llamado Hank Moody. “Cuando nos conocimos, Eileen residía en Nueva York y yo vivía en Sídney”, comenta Mark en el libro. “Teníamos varios amigos en Venice y nos mudamos a una casa que solamente habíamos visto en internet. De eso hace ya siete años y ha sido una época genial”. Una historia parecida es la de Mason St. Peter y su esposa, Serena Mitnik-Miller. Sus carreras profesionales coincidieron en General Store, un estudio de diseño y arquitectura (con oficinas en

DAPPER LUXURY LIFESTYLE

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El surf es un estilo de vida que ha invadido todos los rincones del planeta. Sin embargo, pocas veces tenemos la oportunidad de admirar las casas donde residen algunos de los surfistas más famosos del mundo. Os proponemos un recorrido fotográfico donde la pasión por las olas se funde con la magia de la arquitectura

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Hiromi Matsubara vive en los frondosos bosques de Chiba, Japón, y compagina su pasión por el surf con la cocina macrobiótica (foto de Matt Titone)


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David Moreu

En casa de los que cabalgan las olas

Mark Wiesmayr & Eileen Peters se mudaron a una casa de Venice Beach, California, que solamente habían visto por internet y en seguida se convirtió en su hogar gracias a la proximidad a la playa (foto de Matt Titone)

L Mason St. Peter es un arquitecto que ha redefinido por completo el concepto tradicional de “cabaña para surfistas” gracias a su espectacular casa de madera en las colinas de Topanga Canyon, California (foto de Matt Titone)

a historia moderna del surf siempre se ha relacionado con la figura del deportista aventurero y su búsqueda incansable de la ola perfecta. Mucha gente se pregunta cómo es el día a día de estas personas cuando no están recorriendo el mundo con sus tablas o tomando el sol en playas de ensueño. La respuesta se encuentra en el libro Surf Shacks, editado por el sello alemán Gestalten, que nos adentra en las casas de algunos de los surfistas más célebres del panorama actual y demuestra que esta filosofía de vida todavía es un referente de la moda, del arte e, incluso, de la arquitectura. Los primeros protagonistas de este relato son Mark Wiesmayr y Eileen Peters, una pareja que comparte la misma pasión por el diseño, el arte, la cultura de playa y, obviamente, el surf. Ambos se trasladaron a California y encontraron el sitio ideal para empezar a vivir juntos en el distrito de Venice Beach. Su casa desprende una imagen minimalista, que solo se ve alterada por el ajetreo de su perro, llamado Hank Moody. “Cuando nos conocimos, Eileen residía en Nueva York y yo vivía en Sídney”, comenta Mark en el libro. “Teníamos varios amigos en Venice y nos mudamos a una casa que solamente habíamos visto en internet. De eso hace ya siete años y ha sido una época genial”. Una historia parecida es la de Mason St. Peter y su esposa, Serena Mitnik-Miller. Sus carreras profesionales coincidieron en General Store, un estudio de diseño y arquitectura (con oficinas en

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El surf es un estilo de vida que ha invadido todos los rincones del planeta. Sin embargo, pocas veces tenemos la oportunidad de admirar las casas donde residen algunos de los surfistas más famosos del mundo. Os proponemos un recorrido fotográfico donde la pasión por las olas se funde con la magia de la arquitectura

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Hiromi Matsubara vive en los frondosos bosques de Chiba, Japón, y compagina su pasión por el surf con la cocina macrobiótica (foto de Matt Titone)


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San Francisco y Venice Beach) donde dejan volar libremente su imaginación para todo tipo de clientes. Hace unos años, este matrimonio también cumplió el sueño de miles de surfistas al construir una espectacular cabaña de madera en las colinas de Topanga Canyon con unas vistas asombrosas a la playa. En el extremo opuesto del mundo encontramos a Hiromi Matsubara, la CEO de Surfrider Foundation en Japón. Esta joven compagina su trabajo para proteger los océanos con las clases de yoga y su pasión por la comida macrobiótica. Hoy vive en una casa en la región boscosa de Chiba, que se ha convertido en un lugar de referencia para surfistas, artistas y activistas medioambientales. “Esta zona es tan tranquila que puedo escuchar el sonido de los árboles y el canto de los pájaros”, comenta Hiromi. “La naturaleza es muy poderosa y, cuando llega el cambio de las estaciones, me siento plenamente viva”. En una remota isla de Hawái residen Jess Bianchi y Malia Grace, un cineasta y una diseñadora de joyas que han encontrado el paraíso cerca de la costa. Su casa fue proyectada por un artista de San Francisco llamado Jay Nelson, que se propuso combinar pequeños detalles decorativos con elementos artesanales en una construcción hecha completamente de madera. Un lugar que refleja el espíritu viajero y sofisticado de sus propietarios. La vertiente más bohemia la aporta Ty Williams, un dibujante que se ha hecho famoso gracias a sus ilustraciones con temas tropicales y de surf. Después de recorrer el mundo con su longboard bajo el brazo, pidió a su padre que le ayudara a construir una pequeña casa en la ciudad de St. Augustine, en el estado de Florida. Se trata de un lugar perfecto para potenciar su creatividad y bajar a la playa cuando hay buenas olas. “Encontré una parcela minúscula en el distrito histórico y decidí comprarla”, comenta en el libro. “Pasamos muchas horas dibujando ideas y buscando la inspiración en apartamentos pequeños con el objetivo de maximizar el espacio y hacer una estructura resistente”. Cada vez es más frecuente que parejas jóvenes abandonen el ritmo frenético de la gran ciudad para instalarse en lugares perdidos en medio de la naturaleza. Este es el caso de Matthew Olerio y Joanna Zamora, un matrimonio que ha fundado

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Arriba. Joanna Zamora en su casa de Rhode Island (foto de Read McKendree). A la derecha. Ryan Lovelace y su autobús reformado (foto de Will Adler)

una empresa de cera para tablas de surf llamada East Surf Co. y que reside en una antigua casa de pescadores en la costa de Rhode Island (el Estado más pequeño de los Estados Unidos). El espíritu rebelde de este deporte todavía pervive gracias a gente como Ryan Lovelace, un fabricante de tablas de surf que decidió abrir una tienda cerca de la playa en Santa Barbara para vender sus creaciones. Hasta hace pocos años, él y su novia vivían en un autobús reformado que bautizaron con el sugerente nombre de Cosmic Collider, siguiendo la tradición hippie de California. “El dormitorio es un espacio mágico”, afirma Ryan. “Resulta extremadamente acogedor y cálido, un pequeño rincón privado que se convierte en un mundo cuando pasas las noches en el autobús”. Finalmente, encontramos a Raimana Van Bastolaer, un surfista y empresario que vive a escasos metros de una de las olas más famosas del planeta en la isla de Tahití. Una vez al año, este paraíso se convierte en el escenario de una de las pruebas del campeonato del mundo de surf y él ha habilitado su casa para acoger a algunos de los profesionales más destacados de este deporte.

Arriba. Jess Bianchi & Malia Grace en el porche de su casa en Hawái (foto Matt Titone). Abajo. Ty Williams ha construido su casa de Florida con el apoyo de su padre (foto de Jason Gregory)

Surf Shacks

Arriba. Raimana Van Bastolaer vive en una casa en la zona de Teahupo’o, en la isla de Tahití (foto de Ron Thompson)

(Gestalten) es un libro que adentra a los lectores en la vertiente menos conocida del surf y permite descubrir por qué este legendario deporte se ha posicionado como un referente de la creatividad, del diseño e incluso de la moda, tanto dentro del agua como fuera de ella. Un recorrido fotográfico apasionante a través de las casas, cabañas, apartamentos, garajes y furgonetas que algunos de los surfistas más destacados de la actualidad han convertido en su vivienda habitual. Porque cada espacio encierra su propia historia y demuestra que perseguir olas sigue siendo un estilo de vida único.

Fotografías de ‘Surf Shacks’, Copyright Gestalten 2017

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San Francisco y Venice Beach) donde dejan volar libremente su imaginación para todo tipo de clientes. Hace unos años, este matrimonio también cumplió el sueño de miles de surfistas al construir una espectacular cabaña de madera en las colinas de Topanga Canyon con unas vistas asombrosas a la playa. En el extremo opuesto del mundo encontramos a Hiromi Matsubara, la CEO de Surfrider Foundation en Japón. Esta joven compagina su trabajo para proteger los océanos con las clases de yoga y su pasión por la comida macrobiótica. Hoy vive en una casa en la región boscosa de Chiba, que se ha convertido en un lugar de referencia para surfistas, artistas y activistas medioambientales. “Esta zona es tan tranquila que puedo escuchar el sonido de los árboles y el canto de los pájaros”, comenta Hiromi. “La naturaleza es muy poderosa y, cuando llega el cambio de las estaciones, me siento plenamente viva”. En una remota isla de Hawái residen Jess Bianchi y Malia Grace, un cineasta y una diseñadora de joyas que han encontrado el paraíso cerca de la costa. Su casa fue proyectada por un artista de San Francisco llamado Jay Nelson, que se propuso combinar pequeños detalles decorativos con elementos artesanales en una construcción hecha completamente de madera. Un lugar que refleja el espíritu viajero y sofisticado de sus propietarios. La vertiente más bohemia la aporta Ty Williams, un dibujante que se ha hecho famoso gracias a sus ilustraciones con temas tropicales y de surf. Después de recorrer el mundo con su longboard bajo el brazo, pidió a su padre que le ayudara a construir una pequeña casa en la ciudad de St. Augustine, en el estado de Florida. Se trata de un lugar perfecto para potenciar su creatividad y bajar a la playa cuando hay buenas olas. “Encontré una parcela minúscula en el distrito histórico y decidí comprarla”, comenta en el libro. “Pasamos muchas horas dibujando ideas y buscando la inspiración en apartamentos pequeños con el objetivo de maximizar el espacio y hacer una estructura resistente”. Cada vez es más frecuente que parejas jóvenes abandonen el ritmo frenético de la gran ciudad para instalarse en lugares perdidos en medio de la naturaleza. Este es el caso de Matthew Olerio y Joanna Zamora, un matrimonio que ha fundado

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Arriba. Joanna Zamora en su casa de Rhode Island (foto de Read McKendree). A la derecha. Ryan Lovelace y su autobús reformado (foto de Will Adler)

una empresa de cera para tablas de surf llamada East Surf Co. y que reside en una antigua casa de pescadores en la costa de Rhode Island (el Estado más pequeño de los Estados Unidos). El espíritu rebelde de este deporte todavía pervive gracias a gente como Ryan Lovelace, un fabricante de tablas de surf que decidió abrir una tienda cerca de la playa en Santa Barbara para vender sus creaciones. Hasta hace pocos años, él y su novia vivían en un autobús reformado que bautizaron con el sugerente nombre de Cosmic Collider, siguiendo la tradición hippie de California. “El dormitorio es un espacio mágico”, afirma Ryan. “Resulta extremadamente acogedor y cálido, un pequeño rincón privado que se convierte en un mundo cuando pasas las noches en el autobús”. Finalmente, encontramos a Raimana Van Bastolaer, un surfista y empresario que vive a escasos metros de una de las olas más famosas del planeta en la isla de Tahití. Una vez al año, este paraíso se convierte en el escenario de una de las pruebas del campeonato del mundo de surf y él ha habilitado su casa para acoger a algunos de los profesionales más destacados de este deporte.

Arriba. Jess Bianchi & Malia Grace en el porche de su casa en Hawái (foto Matt Titone). Abajo. Ty Williams ha construido su casa de Florida con el apoyo de su padre (foto de Jason Gregory)

Surf Shacks

Arriba. Raimana Van Bastolaer vive en una casa en la zona de Teahupo’o, en la isla de Tahití (foto de Ron Thompson)

(Gestalten) es un libro que adentra a los lectores en la vertiente menos conocida del surf y permite descubrir por qué este legendario deporte se ha posicionado como un referente de la creatividad, del diseño e incluso de la moda, tanto dentro del agua como fuera de ella. Un recorrido fotográfico apasionante a través de las casas, cabañas, apartamentos, garajes y furgonetas que algunos de los surfistas más destacados de la actualidad han convertido en su vivienda habitual. Porque cada espacio encierra su propia historia y demuestra que perseguir olas sigue siendo un estilo de vida único.

Fotografías de ‘Surf Shacks’, Copyright Gestalten 2017

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