cine
una road movie para la historia
Otoño 2018
C ‘two-lane blacktop’ UN VIAJE POR LA AMÉRICA DE LA CONTRACULTURA
El director Monte Hellman tenía el sueño de rodar una película en la famosa Ruta 66 de los Estados Unidos con dos estrellas del rock como protagonistas. El resultado fue Two-Lane Blacktop, que se convirtió en un emblema de los años 70 y reflejó los grandes cambios sociales de aquella época. Texto David Moreu
50
orrían los últimos compases de los 60 y la sociedad norteamericana estaba cambiando al ritmo que marcaban la contracultura, las protestas en contra de la Guerra de Vietnam y el movimiento por los derechos civiles. El sueño dorado de los hippies se había desvanecido por completo en medio del caos político que conmocionaba al país tras la llegada de Nixon al poder, aunque los estudios de Hollywood permanecían ajenos a todas esas contradicciones que se vivían en las calles. Entonces, Monte Hellman era un joven director de cine especializado en westerns y películas de terror de bajo presupuesto que quería asumir nuevos retos creativos y retratar aquella realidad social en su siguiente proyecto detrás de la cámara. “En aquellos días hubo una gran explosión de creatividad. Se respiraba un sentimiento de libertad y creíamos que todo era posible”, afirma con voz seria. “Las cosas cambiaban tan deprisa que si cerrabas los ojos, cuando los volvías a abrir ya no reconocías el mundo que te rodeaba. Así de fugaz era todo lo que sucedió”. En agosto de 1970 se embarcó en el rodaje de Two-Lane Blacktop (traducida en nuestro país como Carretera asfaltada en dos direcciones) con la voluntad de reflejar la actitud de una generación que seguía buscando su destino en medio del desconcierto. El argumento giraba en torno a dos amigos, apodados el conductor y el mecánico, que financian su viaje a través de Norteamérica participando en carreras ilegales de coches con su Chevy de 1955. Además, en el guion tampoco se especificaba el nombre de la autoestopista que recogían en Arizona ni el de su eterno rival, otro trotamundos que conducía un Pontiac GTO de 1970. “El argumento estaba condicionado por la geografía, así que empezamos a rodar en California, viajamos hacia el este, pasamos por Tennessee y llegamos a Carolina del Norte”, nos explica el director. “Lo más complicado fue que tuvimos que rodarla en orden cronológico, cuando lo habitual es rodar todas las escenas de un actor al
“Nadie imagina que una película seguirá levantando pasiones más allá del momento de su estreno, por este motivo es muy gratificante como director”
UN ICONO DEL CINE. Cuando la película Two-Lane Blacktop se estrenó en 1971, el público norteamericano quedó sorprendido por su cartel transgresor y por su argumento existencialista. Hoy está considerada una de las road movies más famosas de la historia del séptimo arte.
mismo tiempo para reducir costes de producción. Fue una experiencia única”. Con el objetivo de que la película se convirtiera en un éxito y llamara la atención de los jóvenes, Monte Hellman decidió ofrecer los papeles protagonistas a dos estrellas del rock para que su fama de rebeldes conectara bien con las aspiraciones de un público que deseaba experimentar cosas nuevas en los cines. El personaje de el conductor cayó en manos de James Taylor, que justo se había consagrado con su disco Sweet Baby James. “Habitualmente veo cosas en las caras a partir de una simple fotografía y eso fue lo que me sucedió con James Taylor”, recuerda el director. “Vi una foto suya en
una valla publicitaria de Sunset Strip y me llamó la atención, después nos conocimos y me transmitió mucho más cara a cara”. La elección del actor que debía interpretar el papel de el mecánico fue más complicada. Necesitaban a alguien con un aura casi mística, pero que también transmitiera honestidad y confianza con su mirada. El elegido no fue otro que Dennis Wilson, un músico imprevisible que vivía cerca de la playa en California y era el batería de los Beach Boys, una de las bandas de rock más importantes del mundo. “Dennis era el actor más inusual que he conocido, puesto que no tenía consciencia de sí mismo”, rememora con una sonrisa. “No prestaba atención a la cámara, simplemente vivía su propia vida, ya fuera en pleno rodaje o una vez habíamos terminado la jornada de trabajo”. Two-Lane Blacktop se estrenó en julio de 1971 y fue un fracaso de taquilla porque la gente no entendió su mensaje existencialista. Sin embargo, con el paso de los años, ha ido ganando prestigio y hoy está considerada una de las películas más importantes que se rodaron en aquella época tan decisiva. Además, su director es reverenciado como uno de los artistas más coherentes que salieron de Hollywood, puesto que siempre ha trabajado al margen del circo mediático que rodea la industria del entretenimiento y se codea con celebridades como Francis Ford Coppola y Quentin Tarantino. “Nadie imagina que una película seguirá levantando pasiones más allá del momento de su estreno. Por este motivo es muy gratificante como director”, reflexiona Monte Hellman. “Puedo entenderlo, porque la rodamos en la famosa Ruta 66 y se ha generado cierta nostalgia hacia ese trayecto que ya no existe como tal. Además, la imagen de América que muestra la película también ha desaparecido”. 51