Monte Hellman en la actualidad, y en pleno rodaje, año 1970 (fotos: Monte Hellman y Nashville International Film Festival)
APROVECHANDO EL 45 ANIVERSARIO DE SU PELÍCULA MÁS FAMOSA, HABLAMOS CON ESTE CINEASTA DE CULTO EN EL NASHVILLE INTERNATIONAL FILM FESTIVAL. RECORDAMOS LOS CLAROSCUROS DEL CINE NORTEAMERICANO DE LOS SETENTA Y EL RODAJE DE TWOLANE BLACKTOP JUNTO A DOS ESTRELLAS DEL ROCK.
N A M L L E H E T MON De algún modo,
A
l reflexionar sobre la leyenda de una película tan célebre como Carretera asfaltada en dos direcciones, debemos remontarnos a principios de la década de los setenta, cuando Hollywood estaba en plena efervescencia creativa y absolutamente todo era posible en la meca de los sueños. Por primera vez
TODOS NACIMOS en 1969 24 | 03-16 | RUTA 66
RUTA 66 | 03-16 | 25
D A V I D T E X T O :
Le propongo que nos remontemos a los inicios de su carrera profesional. ¿Cuándo decidió que quería ser director de cine? Al principio me daba miedo admitir que quería dedicarme al cine, puesto que no creía que hubiera ninguna opción de lograrlo. Por este motivo, mi primera gran ambición fue dirigir obras de teatro y trabajé durante tres años en una compañía que organizaba giras de verano. Representábamos cada obra durante dos semanas y aprovechábamos las tardes para ensayar el siguiente guión, así que al final del verano habíamos hecho cuatro obras. Después creé mi propia compañía de teatro en Los Ángeles y uno de los inversores era Roger Corman… hasta que, un día, nuestro teatro fue derribado y Roger me sugirió la posibilidad de empezar a dirigir películas. Aunque yo ya lo tenía bastante claro, porque una vez terminé mis estudios de teatro en la Universidad de Stanford, me gradué en cine en la UCLA. Roger Corman es una de las grandes leyendas del cine americano y redefinió el concepto de película “exploitation” en los años cincuenta y sesenta. ¿Qué aprendió trabajando para él? Era el tipo de productor que daba libertad a los directores para que hicieran su propia película. No intentaba influirte de ninguna manera, puesto que quería que sacaras lo mejor de ti mismo. Lo más divertido es cómo nos conocimos… por aquellas fechas yo trabajaba como aprendiz de montador en los American Broadcasting Studios y mi trabajo consistía en mantener ordenados los archivos de películas antiguas de gente como Charlie Chaplin o Douglas Fairbanks. A la hora de comer iba a Griffith Park y una mañana vi a ese joven director rodando una película y resulta que era Roger Corman. Ese día no lo saludé, pero en aquella época yo estaba casado con una actriz y ella empezó a trabajar en una de sus producciones. Fue entonces cuando nos conocimos. Muchos directores famosos empezaron su carrera bajo la tutela de Roger Corman, entre ellos Francis Ford Coppola. ¿Coincidió con él en aquellos días? Sí, somos muy amigos. En varias ocasiones me ha pedido consejo para terminar sus películas, entre ellas Apocalypse Now. En aquellos días, Francis pasaba mucho tiempo en la sala de edición y, como yo también trabajaba de montador, quería saber mi opinión sobre los cambios que hacía o si era mejor la idea original. Tenemos mucho respeto el uno por el otro, incluso hice un cortometraje documental sobre Francis, y nuestra amistad empezó en aquellos días que
]
en la historia del cine norteamericano, los directores eran las grandes estrellas de los estudios y disponían de todos los medios imaginables para rodar sus películas, por muy arriesgadas, comprometidas y caras que estas resultaran. Éxitos como Easy Rider, Tiburón, Taxi Driver y Star Wars encumbraron a una nueva troupe de cineastas visionarios, la primera que salía directamente de las escuelas de cine y que había crecido bajo el influjo del rock’n’roll, de la contracultura y de la fiebre del ácido. Aquellos jóvenes barbudos que idolatraban por igual a Hitchcock, a los Rolling Stones y a Robert Crumb aún no lo sabían, pero sus obras se convertirían en clásicos modernos y cambiarían para siempre la manera de entender el séptimo arte. Visto en perspectiva, el destino fue caprichoso con sus elecciones y el exceso de glamour pasó factura a muchos de aquellos directores que soñaban con destripar las entrañas de la sociedad occidental escondidos detrás de sus cámaras de 35mm. en Technicolor. Algunos de sus trabajos coronaron las taquillas de medio mundo en el momento de su estreno y después cayeron en el olvido más absoluto como productos de un momento histórico tan apasionante como fugaz. Por el contrario, otros proyectos nacieron con vocación de clásicos, fueron malinterpretados por la crítica y, con el paso del tiempo se transformaron en obras de culto sin hacer demasiado ruido. Este es el caso de Carretera asfaltada en dos direcciones, la “road movie” existencialista que Monte Hellman dirigió en 1971 y que hoy se considera uno de los puntos álgidos del cine independiente gracias a que está protagonizada por dos músicos de excepción: el cantautor James Taylor y Dennis Wilson, el famoso batería de los Beach Boys. Así mismo, su director es reverenciado como uno de los artistas más coherentes que salieron de Hollywood durante aquella época tan idealizada, puesto que siempre ha vivido al margen del circo mediático que rodea la industria del entretenimiento y todavía se codea con personajes ilustres como Roger Corman, Francis Ford Coppola y Quentin Tarantino. A pesar de que no ha gozado del mismo éxito comercial que tuvieron otros compañeros de generación, sus filmes siempre han desafiado las normas establecidas y han transportado a los espectadores al corazón de viajes asombrosos —ya fuera por carretera, por desierto o inducidos por sustancias psicotrópicas—, con la curiosidad añadida de que es el único cineasta que puede alardear de haber trabajado cinco veces seguidas con Jack Nicholson en los inicios de su carrera.
M O R E U
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Monte Hellman en la actualidad, y en pleno rodaje, año 1970 (fotos: Monte Hellman y Nashville International Film Festival)
APROVECHANDO EL 45 ANIVERSARIO DE SU PELÍCULA MÁS FAMOSA, HABLAMOS CON ESTE CINEASTA DE CULTO EN EL NASHVILLE INTERNATIONAL FILM FESTIVAL. RECORDAMOS LOS CLAROSCUROS DEL CINE NORTEAMERICANO DE LOS SETENTA Y EL RODAJE DE TWOLANE BLACKTOP JUNTO A DOS ESTRELLAS DEL ROCK.
N A M L L E H E T MON De algún modo,
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l reflexionar sobre la leyenda de una película tan célebre como Carretera asfaltada en dos direcciones, debemos remontarnos a principios de la década de los setenta, cuando Hollywood estaba en plena efervescencia creativa y absolutamente todo era posible en la meca de los sueños. Por primera vez
TODOS NACIMOS en 1969 24 | 03-16 | RUTA 66
RUTA 66 | 03-16 | 25
D A V I D T E X T O :
Le propongo que nos remontemos a los inicios de su carrera profesional. ¿Cuándo decidió que quería ser director de cine? Al principio me daba miedo admitir que quería dedicarme al cine, puesto que no creía que hubiera ninguna opción de lograrlo. Por este motivo, mi primera gran ambición fue dirigir obras de teatro y trabajé durante tres años en una compañía que organizaba giras de verano. Representábamos cada obra durante dos semanas y aprovechábamos las tardes para ensayar el siguiente guión, así que al final del verano habíamos hecho cuatro obras. Después creé mi propia compañía de teatro en Los Ángeles y uno de los inversores era Roger Corman… hasta que, un día, nuestro teatro fue derribado y Roger me sugirió la posibilidad de empezar a dirigir películas. Aunque yo ya lo tenía bastante claro, porque una vez terminé mis estudios de teatro en la Universidad de Stanford, me gradué en cine en la UCLA. Roger Corman es una de las grandes leyendas del cine americano y redefinió el concepto de película “exploitation” en los años cincuenta y sesenta. ¿Qué aprendió trabajando para él? Era el tipo de productor que daba libertad a los directores para que hicieran su propia película. No intentaba influirte de ninguna manera, puesto que quería que sacaras lo mejor de ti mismo. Lo más divertido es cómo nos conocimos… por aquellas fechas yo trabajaba como aprendiz de montador en los American Broadcasting Studios y mi trabajo consistía en mantener ordenados los archivos de películas antiguas de gente como Charlie Chaplin o Douglas Fairbanks. A la hora de comer iba a Griffith Park y una mañana vi a ese joven director rodando una película y resulta que era Roger Corman. Ese día no lo saludé, pero en aquella época yo estaba casado con una actriz y ella empezó a trabajar en una de sus producciones. Fue entonces cuando nos conocimos. Muchos directores famosos empezaron su carrera bajo la tutela de Roger Corman, entre ellos Francis Ford Coppola. ¿Coincidió con él en aquellos días? Sí, somos muy amigos. En varias ocasiones me ha pedido consejo para terminar sus películas, entre ellas Apocalypse Now. En aquellos días, Francis pasaba mucho tiempo en la sala de edición y, como yo también trabajaba de montador, quería saber mi opinión sobre los cambios que hacía o si era mejor la idea original. Tenemos mucho respeto el uno por el otro, incluso hice un cortometraje documental sobre Francis, y nuestra amistad empezó en aquellos días que
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en la historia del cine norteamericano, los directores eran las grandes estrellas de los estudios y disponían de todos los medios imaginables para rodar sus películas, por muy arriesgadas, comprometidas y caras que estas resultaran. Éxitos como Easy Rider, Tiburón, Taxi Driver y Star Wars encumbraron a una nueva troupe de cineastas visionarios, la primera que salía directamente de las escuelas de cine y que había crecido bajo el influjo del rock’n’roll, de la contracultura y de la fiebre del ácido. Aquellos jóvenes barbudos que idolatraban por igual a Hitchcock, a los Rolling Stones y a Robert Crumb aún no lo sabían, pero sus obras se convertirían en clásicos modernos y cambiarían para siempre la manera de entender el séptimo arte. Visto en perspectiva, el destino fue caprichoso con sus elecciones y el exceso de glamour pasó factura a muchos de aquellos directores que soñaban con destripar las entrañas de la sociedad occidental escondidos detrás de sus cámaras de 35mm. en Technicolor. Algunos de sus trabajos coronaron las taquillas de medio mundo en el momento de su estreno y después cayeron en el olvido más absoluto como productos de un momento histórico tan apasionante como fugaz. Por el contrario, otros proyectos nacieron con vocación de clásicos, fueron malinterpretados por la crítica y, con el paso del tiempo se transformaron en obras de culto sin hacer demasiado ruido. Este es el caso de Carretera asfaltada en dos direcciones, la “road movie” existencialista que Monte Hellman dirigió en 1971 y que hoy se considera uno de los puntos álgidos del cine independiente gracias a que está protagonizada por dos músicos de excepción: el cantautor James Taylor y Dennis Wilson, el famoso batería de los Beach Boys. Así mismo, su director es reverenciado como uno de los artistas más coherentes que salieron de Hollywood durante aquella época tan idealizada, puesto que siempre ha vivido al margen del circo mediático que rodea la industria del entretenimiento y todavía se codea con personajes ilustres como Roger Corman, Francis Ford Coppola y Quentin Tarantino. A pesar de que no ha gozado del mismo éxito comercial que tuvieron otros compañeros de generación, sus filmes siempre han desafiado las normas establecidas y han transportado a los espectadores al corazón de viajes asombrosos —ya fuera por carretera, por desierto o inducidos por sustancias psicotrópicas—, con la curiosidad añadida de que es el único cineasta que puede alardear de haber trabajado cinco veces seguidas con Jack Nicholson en los inicios de su carrera.
M O R E U
| RUTA 66
Dennis Wilson, surfin’ boy
MONTE HELLMAN | RUTA 66
Vida de un rebelde Para conocer la influencia que Dennis Wilson tuvo en la saga de los Beach Boys y en la cultura popular, debemos remontarnos a principios de los años sesenta en la ciudad californiana de Hawthorne, donde entonces vivía la familia Wilson. Brian, el hermano mayor, quería montar un grupo de rock para interpretar sus canciones, pero aquel sueño no se hizo realidad hasta que Dennis le propuso escribir letras sobre surf, coches descapotables y aventuras en la playa. No en vano, él era el único surfista de la banda y personificaba mejor que nadie la imagen del adolescente rebelde que vivía inmerso en un verano sin fin. Curiosamente, él fue el encargado de tocar la batería porque era el único instrumento que quedaba libre en el garaje de su casa y logró aportarle una dosis de glamour inédita en aquella época. En 1962 publicaron un single titulado «Surfin’ Safari», se convirtieron en grandes estrellas y mantuvieron un gran nivel creativo hasta el lanzamiento de «Good Vibrations» en 1966. Por aquellas fechas, Brian Wilson se sumergió en una profunda depresión que le impidió terminar las sesiones del álbum Smile y Dennis tomó apresuradamente las riendas de la banda, demostrando su enorme potencial como compositor. Actualmente, nadie pone en duda que el mediano de los hermanos Wilson compuso las mejores canciones de los siguientes lanzamientos de los Beach Boys, pero entonces pocos imaginaban que detrás del surfista indomable se escondía un artista en mayúsculas. Evidentemente, esa concepción cambió gracias al tema «Forever», incluido en el álbum Sunflower de 1970, que compuso una noche por teléfono junto a su amigo Gregg Jakobson. Después de la resaca de sexo, drogas y rock’n’roll de los sesenta, de haber convertido su casa en una comuna de hippies, de haber salido de fiesta con actores como Steve McQueen y de haber entablado amistad con el mismísimo Charles Manson, parecía que Dennis Wilson había reconducido su vida y encaraba la nueva década con diversos proyectos apasionantes, como la película de culto Carretera asfaltada en dos direcciones. Entonces se iniciaba la etapa más creativa de su carrera, que culminaría con la edición de Pacific Ocean Blue en 1977. Un álbum que recibió críticas entusiastas, gozó de buenas ventas y lo convirtió en el primer miembro de los Beach Boys en emprender una aventura en solitario. Un año antes había comprado un velero llamado Harmony, un nombre que simbolizaba su paz espiritual, y empezó a vivir como un nómada mientras lo restauraba. “Soy de California, pero no me gusta vivir como si perteneciera únicamente a un sitio. Puedo soñar con el mundo entero”, afirmó en una entrevista radiofónica de la época. Sin embargo, la relación enfermiza que mantenía con Karen Lamm —con quien se casó y divorció dos veces— le hizo recaer en el infierno de las drogas y nunca pudo terminar su ambicioso segundo álbum, titulado Bamboo. Aunque hace tiempo que circula como “bootleg” en el mercado de coleccionistas. A principios de los años ochenta Dennis Wilson lo había perdido todo, aunque el golpe definitivo fue su expulsión de los Beach Boys por culpa de las adicciones que era incapaz de controlar. Durante un año mantuvo una relación con Christine McVie de Fleetwood Mac y fue de gira con ese grupo, pero al regresar a California se convirtió en un vagabundo que iba descalzo por la calle y vivía en un hotel. Por aquellas fechas empezó a salir con una joven llamada Shawn Love, hija ilegítima de Mike Love, su primo y miembro de los Beach Boys. Se casaron, tuvieron un hijo y todo ese caos se precipitó el 28 de diciembre de 1983, cuando el eterno surfista se ahogó borracho en el océano que tanto amaba. ← 26 | 03-16 | RUTA 66
ambos trabajábamos junto a Roger Corman. A principios de los sesenta dirigió a Jack Nicholson en varias películas de bajo presupuesto. ¿Cómo fue trabajar con uno de los actores más destacados de Hollywood al inicio de su carrera? Empezamos a colaborar en 1960. Él actuaba en la película que dirigía un colega de mi época en el teatro, nos presentó y en seguida nos hicimos buenos amigos. Entonces escribimos un guión conjuntamente, en 1963 hicimos The Terror y en 1964 rodamos dos películas en Filipinas. En total hicimos cinco películas juntos en menos de dos años: The Terror, Back Door to Hell, Flight to Fury, The Shooting y Ride in the Whirlwind. Puede que sea el mejor actor de nuestra época, pero, igual que muchos otros intérpretes, era muy dependiente. Le importaba mucho saber quien sería el director de cada película y quería que le prestaran mucha atención. Necesitaba saber que el director amaba a los actores y yo soy de esos, así que tuvimos una gran relación. En la charla que ha ofrecido en el Nashville International Film Festival ha afirmado: “De algún modo, todos nacimos en 1969”. Visto en perspectiva, ¿cree que se respiraba una atmósfera especial en aquella época de cambios sociales? Nunca reflexionas sobre esas cosas mientras suceden, pero en aquellos días hubo una gran explosión de creatividad. Se respiraba un sentimiento de libertad y creíamos que todo era posible. Y realmente fue así, aunque durante un período de tiempo muy corto. Era una época muy dinámica… el primer epicentro del universo fue Londres y después le llegó el turno a Los Ángeles. Las cosas cambiaban tan deprisa que si cerrabas los ojos, cuando los volvías a abrir ya no reconocías el mundo que te rodeaba. Así de fugaz era todo lo que sucedió. En 1971 estrenó Carretera asfaltada en dos direcciones, que hoy se ha convertido en un filme de culto. ¿En algún momento imaginó que ese proyecto a contracorriente sería un éxito? Es imposible saberlo. Tampoco imaginé que Reservoir Dogs sería un filme tan emblemático, aunque sí que tenía el presentimiento de que Jack Nicholson sería especial y que Quentin Tarantino podría hacer grandes cosas. Es más fácil ver el potencial de una persona que de un proyecto. Cuando trabajas en algo, estás muy concentrado en el proceso creativo y casi nunca piensas en los resultados. Vives en el presente y solo te concentras en el trabajo. Los protagonistas de la película fueron James Taylor y Dennis Wilson. ¿Por qué decidió ceder la responsabilidad artística a dos músicos que no tenían ningún tipo de experiencia delante de la cámara? Para mi es más importante la persona que la experiencia que pueda tener. Habitualmente veo cosas en las caras a partir de una simple fotografía y eso fue lo que me sucedió con James Taylor. Vi una foto suya en una valla publicitaria de Sunset Strip y me llamó la atención, después nos conocimos y me transmitió mucho más
cara a cara. Con Dennis Wilson no necesité ninguna foto, lo tuve claro justo al conocernos. Se trata de las personas y estas se convierten en el material con el que haces la película. Muchas veces son más importantes que el propio guión. A pesar de que todo empieza con el material escrito, después me interesa más la gente real que los personajes de ficción. Es en ese momento cuando hay una transformación y los personajes se convierten en esas personas de carne y hueso que vemos reflejadas en la pantalla del cine. En todas las biografías de los Beach Boys se dice que Dennis Wilson era un rebelde, pero que desprendía un aura especial. ¿Cómo era en persona? ¿Le gustaba la música de su banda? Dennis era el actor más inusual que he conocido, puesto que no tenía consciencia de sí mismo. No prestaba atención a la cámara, simplemente vivía su propia vida… ya fuera en pleno rodaje o una vez habíamos terminado la jornada de trabajo. Sin embargo, estaba fascinado por la manera de desarrollar las escenas. Había momentos que se sentaba a mirar lo que sucedía a su alrededor, como si fuera un espectador. Se olvidaba de que estaba trabajando en una película y nunca fue pretencioso. En referencia a la música, no recuerdo si era fan de los Beach Boys antes de conocerlo, pero sí que lo fui después. Lo mismo me sucedió con James Taylor, porque al ver su foto en la valla publicitaria todavía no estaba familiarizado con su música. James Taylor se hizo famoso en 1970 gracias a Sweet Baby James, su segundo álbum… Tienes razón. Rodamos la película a finales de 1970 y creo que, mientras estábamos en la carretera, tuvo su primer gran éxito con el tema «Fire and Rain». La leyenda cuenta que para rodar la película el equipo se embarcó en el mismo viaje a través de Estados Unidos que hacen los personajes. ¿Cómo fue aquella experiencia en la carretera? La historia de Carretera asfaltada en dos direcciones estaba muy condicionada por la geografía, así que empezamos a rodar en California, viajamos hacia el este, pasamos por Tennessee y llegamos a Carolina del Norte. Lo más complicado fue que tuvimos que rodarla en orden cronológico, el inicio en California, cada parte de la ruta en su propio escenario y terminar en Carolina del Norte, cuando lo habitual es rodar todas las escenas de un actor o de un lugar al mismo tiempo para reducir costes de producción. Por este motivo fue una experiencia única, pero hicimos el viaje dos veces: la primera para escoger las localizaciones y la gente local que aparecería como extra en algunas escenas, y la segunda para rodar la película. Este año se celebra el 45 aniversario de su estreno en cines. ¿Le sorprende que el público siga considerándola un clásico del séptimo arte a la altura de otras obras legendarias? Es muy raro ver que la película aún sigue viva. Normalmente, los filmes se conciben para que la gente los vea rápido y después los arrincone o se olvide de
ellos. Nadie imagina que una película seguirá levantando pasiones más allá del momento de su estreno. Por este motivo, tener una obra que sigue viva después de 45 años es algo muy gratificante como director. Y puedo entenderlo porque la
Imágenes de TwoLane Blacktop: el Conductor, el Mecánico, la Chica y el inolvidable GTO, Warren Oates
¿Cree que sería acertado comparar la influencia de su película con la de Easy Rider? Easy Rider se convirtió en un fenómeno y eso facilitó rodar nuestra película. No creo que fuera porque los productores vieran que ambas eran “road movies”, sino porque eran proyectos dirigidos por jóvenes cineastas independientes que, seguramente, sabían cosas que los gran-
EL PRIMER EPICENTRO DEL UNIVERSO FUE LONDRES Y DESPUÉS LOS ÁNGELES. LAS COSAS CAMBIABAN TAN DEPRISA QUE SI CERRABAS LOS OJOS, CUANDO LOS VOLVÍAS A ABRIR YA NO RECONOCÍAS EL MUNDO QUE TE RODEABA. ASÍ DE FUGAZ ERA TODO LO QUE SUCEDIÓ rodamos en la famosa Ruta 66 y se ha generado cierta nostalgia hacia ese trayecto, puesto que ya no existe como tal. Hoy es una ruta que va paralela a las autopistas, pero no es la carretera por la que normalmente viaja la gente. Además, la imagen de América que muestra la película también ha desaparecido. Ya era raro encontrar esos sitios cuando la rodamos, así que imagínate en la actualidad. Es como una imagen congelada en el tiempo y despierta nostalgia, algo completamente ajeno al valor artístico o comercial que pueda tener el filme.
des estudios desconocían por completo. La gente interpretó Easy Rider casi como un mensaje político, pero no creo que eso pueda aplicarse a Carretera asfaltada en dos direcciones. Por eso son tan distintas. En los años setenta, los directores pasaron a ser las grandes estrellas de Hollywood y ustedes disponían de todos los medios para rodar sus películas, por muy arriesgadas que fueran… Coppola, Scorsese, Spielberg, George Lucas, Brian De Palma, Dennis Hopper, todos nos conocíamos y éramos más que amigos porque la mayoría empezamos
trabajando con Roger Corman. Pero ese poder que nos dieron los estudios de Hollywood en aquellos años, realmente duró muy poco tiempo. En seguida se convirtió en otra cosa muy distinta y me atrevería de decir que el cambio empezó con George Lucas y Star Wars porque entonces el mundo del cine tomó una nueva dirección. Algo parecido se vivió a principios de la década de los noventa gracias al fenómeno del cine alternativo. Entonces conoció a Quentin Tarantino y produjo Reservoir Dogs. ¿Cómo surgió aquella colaboración? Fue por casualidad. Un amigo que tenemos en común me mandó el guión, con la idea de que yo podría conseguir financiación y dirigir la película. El argumento me interesó, quedé para hablar con Quentin y, por cosas del destino, el mismo día que habíamos quedado él había vendido el guión de Amor a quemarropa. Entonces me dijo que ya tenía dinero para intentar dirigir Reservoir Dogs por su cuenta, pero me preguntó si quería ayudarlo y acepté encantado. Es una persona que no ha cambiado en todos estos años, sigue siendo el mismo tío que conocí. Al principio de su carrera encadenaba los rodajes, pero en las últimas dos décadas solamente ha dirigido un par de películas, Posesión Alucinante (1989) y Road to Nowhere (2010)… La verdad es que pasó tanto tiempo entre estas dos películas porque dediqué muchos esfuerzos en intentar adaptar una novela de Elmore Leonard titulada Freaky Deaky para Miramax, con Quentin Tarantino y Lawrence Bender como productores ejecutivos. Aunque al final no salió bien. También hubo varios intentos para levantar mis propios proyectos desde cero, pero por diversos motivos nunca llegaron a materializarse. Entre ellos había una película junto a Francis Ford Coppola que se desvaneció por completo. Para terminar la entrevista, me gustaría preguntarle: ¿qué es lo que más le apasiona de su trabajo detrás de las cámaras? Descubrir la esencia de la gente. Encontrar una manera de que se sientan libres y que actúen como ellos y ellas son realmente. Esto es lo que pretenden los actores, pero no es tan sencillo. Y no todos son capaces de hacerlo porque no se sienten libres. Así que el director debe darles ese poder. Esto es lo que más me apasiona de esta profesión. ! RUTA 66 | 03-16 | 27
Dennis Wilson, surfin’ boy
MONTE HELLMAN | RUTA 66
Vida de un rebelde Para conocer la influencia que Dennis Wilson tuvo en la saga de los Beach Boys y en la cultura popular, debemos remontarnos a principios de los años sesenta en la ciudad californiana de Hawthorne, donde entonces vivía la familia Wilson. Brian, el hermano mayor, quería montar un grupo de rock para interpretar sus canciones, pero aquel sueño no se hizo realidad hasta que Dennis le propuso escribir letras sobre surf, coches descapotables y aventuras en la playa. No en vano, él era el único surfista de la banda y personificaba mejor que nadie la imagen del adolescente rebelde que vivía inmerso en un verano sin fin. Curiosamente, él fue el encargado de tocar la batería porque era el único instrumento que quedaba libre en el garaje de su casa y logró aportarle una dosis de glamour inédita en aquella época. En 1962 publicaron un single titulado «Surfin’ Safari», se convirtieron en grandes estrellas y mantuvieron un gran nivel creativo hasta el lanzamiento de «Good Vibrations» en 1966. Por aquellas fechas, Brian Wilson se sumergió en una profunda depresión que le impidió terminar las sesiones del álbum Smile y Dennis tomó apresuradamente las riendas de la banda, demostrando su enorme potencial como compositor. Actualmente, nadie pone en duda que el mediano de los hermanos Wilson compuso las mejores canciones de los siguientes lanzamientos de los Beach Boys, pero entonces pocos imaginaban que detrás del surfista indomable se escondía un artista en mayúsculas. Evidentemente, esa concepción cambió gracias al tema «Forever», incluido en el álbum Sunflower de 1970, que compuso una noche por teléfono junto a su amigo Gregg Jakobson. Después de la resaca de sexo, drogas y rock’n’roll de los sesenta, de haber convertido su casa en una comuna de hippies, de haber salido de fiesta con actores como Steve McQueen y de haber entablado amistad con el mismísimo Charles Manson, parecía que Dennis Wilson había reconducido su vida y encaraba la nueva década con diversos proyectos apasionantes, como la película de culto Carretera asfaltada en dos direcciones. Entonces se iniciaba la etapa más creativa de su carrera, que culminaría con la edición de Pacific Ocean Blue en 1977. Un álbum que recibió críticas entusiastas, gozó de buenas ventas y lo convirtió en el primer miembro de los Beach Boys en emprender una aventura en solitario. Un año antes había comprado un velero llamado Harmony, un nombre que simbolizaba su paz espiritual, y empezó a vivir como un nómada mientras lo restauraba. “Soy de California, pero no me gusta vivir como si perteneciera únicamente a un sitio. Puedo soñar con el mundo entero”, afirmó en una entrevista radiofónica de la época. Sin embargo, la relación enfermiza que mantenía con Karen Lamm —con quien se casó y divorció dos veces— le hizo recaer en el infierno de las drogas y nunca pudo terminar su ambicioso segundo álbum, titulado Bamboo. Aunque hace tiempo que circula como “bootleg” en el mercado de coleccionistas. A principios de los años ochenta Dennis Wilson lo había perdido todo, aunque el golpe definitivo fue su expulsión de los Beach Boys por culpa de las adicciones que era incapaz de controlar. Durante un año mantuvo una relación con Christine McVie de Fleetwood Mac y fue de gira con ese grupo, pero al regresar a California se convirtió en un vagabundo que iba descalzo por la calle y vivía en un hotel. Por aquellas fechas empezó a salir con una joven llamada Shawn Love, hija ilegítima de Mike Love, su primo y miembro de los Beach Boys. Se casaron, tuvieron un hijo y todo ese caos se precipitó el 28 de diciembre de 1983, cuando el eterno surfista se ahogó borracho en el océano que tanto amaba. ← 26 | 03-16 | RUTA 66
ambos trabajábamos junto a Roger Corman. A principios de los sesenta dirigió a Jack Nicholson en varias películas de bajo presupuesto. ¿Cómo fue trabajar con uno de los actores más destacados de Hollywood al inicio de su carrera? Empezamos a colaborar en 1960. Él actuaba en la película que dirigía un colega de mi época en el teatro, nos presentó y en seguida nos hicimos buenos amigos. Entonces escribimos un guión conjuntamente, en 1963 hicimos The Terror y en 1964 rodamos dos películas en Filipinas. En total hicimos cinco películas juntos en menos de dos años: The Terror, Back Door to Hell, Flight to Fury, The Shooting y Ride in the Whirlwind. Puede que sea el mejor actor de nuestra época, pero, igual que muchos otros intérpretes, era muy dependiente. Le importaba mucho saber quien sería el director de cada película y quería que le prestaran mucha atención. Necesitaba saber que el director amaba a los actores y yo soy de esos, así que tuvimos una gran relación. En la charla que ha ofrecido en el Nashville International Film Festival ha afirmado: “De algún modo, todos nacimos en 1969”. Visto en perspectiva, ¿cree que se respiraba una atmósfera especial en aquella época de cambios sociales? Nunca reflexionas sobre esas cosas mientras suceden, pero en aquellos días hubo una gran explosión de creatividad. Se respiraba un sentimiento de libertad y creíamos que todo era posible. Y realmente fue así, aunque durante un período de tiempo muy corto. Era una época muy dinámica… el primer epicentro del universo fue Londres y después le llegó el turno a Los Ángeles. Las cosas cambiaban tan deprisa que si cerrabas los ojos, cuando los volvías a abrir ya no reconocías el mundo que te rodeaba. Así de fugaz era todo lo que sucedió. En 1971 estrenó Carretera asfaltada en dos direcciones, que hoy se ha convertido en un filme de culto. ¿En algún momento imaginó que ese proyecto a contracorriente sería un éxito? Es imposible saberlo. Tampoco imaginé que Reservoir Dogs sería un filme tan emblemático, aunque sí que tenía el presentimiento de que Jack Nicholson sería especial y que Quentin Tarantino podría hacer grandes cosas. Es más fácil ver el potencial de una persona que de un proyecto. Cuando trabajas en algo, estás muy concentrado en el proceso creativo y casi nunca piensas en los resultados. Vives en el presente y solo te concentras en el trabajo. Los protagonistas de la película fueron James Taylor y Dennis Wilson. ¿Por qué decidió ceder la responsabilidad artística a dos músicos que no tenían ningún tipo de experiencia delante de la cámara? Para mi es más importante la persona que la experiencia que pueda tener. Habitualmente veo cosas en las caras a partir de una simple fotografía y eso fue lo que me sucedió con James Taylor. Vi una foto suya en una valla publicitaria de Sunset Strip y me llamó la atención, después nos conocimos y me transmitió mucho más
cara a cara. Con Dennis Wilson no necesité ninguna foto, lo tuve claro justo al conocernos. Se trata de las personas y estas se convierten en el material con el que haces la película. Muchas veces son más importantes que el propio guión. A pesar de que todo empieza con el material escrito, después me interesa más la gente real que los personajes de ficción. Es en ese momento cuando hay una transformación y los personajes se convierten en esas personas de carne y hueso que vemos reflejadas en la pantalla del cine. En todas las biografías de los Beach Boys se dice que Dennis Wilson era un rebelde, pero que desprendía un aura especial. ¿Cómo era en persona? ¿Le gustaba la música de su banda? Dennis era el actor más inusual que he conocido, puesto que no tenía consciencia de sí mismo. No prestaba atención a la cámara, simplemente vivía su propia vida… ya fuera en pleno rodaje o una vez habíamos terminado la jornada de trabajo. Sin embargo, estaba fascinado por la manera de desarrollar las escenas. Había momentos que se sentaba a mirar lo que sucedía a su alrededor, como si fuera un espectador. Se olvidaba de que estaba trabajando en una película y nunca fue pretencioso. En referencia a la música, no recuerdo si era fan de los Beach Boys antes de conocerlo, pero sí que lo fui después. Lo mismo me sucedió con James Taylor, porque al ver su foto en la valla publicitaria todavía no estaba familiarizado con su música. James Taylor se hizo famoso en 1970 gracias a Sweet Baby James, su segundo álbum… Tienes razón. Rodamos la película a finales de 1970 y creo que, mientras estábamos en la carretera, tuvo su primer gran éxito con el tema «Fire and Rain». La leyenda cuenta que para rodar la película el equipo se embarcó en el mismo viaje a través de Estados Unidos que hacen los personajes. ¿Cómo fue aquella experiencia en la carretera? La historia de Carretera asfaltada en dos direcciones estaba muy condicionada por la geografía, así que empezamos a rodar en California, viajamos hacia el este, pasamos por Tennessee y llegamos a Carolina del Norte. Lo más complicado fue que tuvimos que rodarla en orden cronológico, el inicio en California, cada parte de la ruta en su propio escenario y terminar en Carolina del Norte, cuando lo habitual es rodar todas las escenas de un actor o de un lugar al mismo tiempo para reducir costes de producción. Por este motivo fue una experiencia única, pero hicimos el viaje dos veces: la primera para escoger las localizaciones y la gente local que aparecería como extra en algunas escenas, y la segunda para rodar la película. Este año se celebra el 45 aniversario de su estreno en cines. ¿Le sorprende que el público siga considerándola un clásico del séptimo arte a la altura de otras obras legendarias? Es muy raro ver que la película aún sigue viva. Normalmente, los filmes se conciben para que la gente los vea rápido y después los arrincone o se olvide de
ellos. Nadie imagina que una película seguirá levantando pasiones más allá del momento de su estreno. Por este motivo, tener una obra que sigue viva después de 45 años es algo muy gratificante como director. Y puedo entenderlo porque la
Imágenes de TwoLane Blacktop: el Conductor, el Mecánico, la Chica y el inolvidable GTO, Warren Oates
¿Cree que sería acertado comparar la influencia de su película con la de Easy Rider? Easy Rider se convirtió en un fenómeno y eso facilitó rodar nuestra película. No creo que fuera porque los productores vieran que ambas eran “road movies”, sino porque eran proyectos dirigidos por jóvenes cineastas independientes que, seguramente, sabían cosas que los gran-
EL PRIMER EPICENTRO DEL UNIVERSO FUE LONDRES Y DESPUÉS LOS ÁNGELES. LAS COSAS CAMBIABAN TAN DEPRISA QUE SI CERRABAS LOS OJOS, CUANDO LOS VOLVÍAS A ABRIR YA NO RECONOCÍAS EL MUNDO QUE TE RODEABA. ASÍ DE FUGAZ ERA TODO LO QUE SUCEDIÓ rodamos en la famosa Ruta 66 y se ha generado cierta nostalgia hacia ese trayecto, puesto que ya no existe como tal. Hoy es una ruta que va paralela a las autopistas, pero no es la carretera por la que normalmente viaja la gente. Además, la imagen de América que muestra la película también ha desaparecido. Ya era raro encontrar esos sitios cuando la rodamos, así que imagínate en la actualidad. Es como una imagen congelada en el tiempo y despierta nostalgia, algo completamente ajeno al valor artístico o comercial que pueda tener el filme.
des estudios desconocían por completo. La gente interpretó Easy Rider casi como un mensaje político, pero no creo que eso pueda aplicarse a Carretera asfaltada en dos direcciones. Por eso son tan distintas. En los años setenta, los directores pasaron a ser las grandes estrellas de Hollywood y ustedes disponían de todos los medios para rodar sus películas, por muy arriesgadas que fueran… Coppola, Scorsese, Spielberg, George Lucas, Brian De Palma, Dennis Hopper, todos nos conocíamos y éramos más que amigos porque la mayoría empezamos
trabajando con Roger Corman. Pero ese poder que nos dieron los estudios de Hollywood en aquellos años, realmente duró muy poco tiempo. En seguida se convirtió en otra cosa muy distinta y me atrevería de decir que el cambio empezó con George Lucas y Star Wars porque entonces el mundo del cine tomó una nueva dirección. Algo parecido se vivió a principios de la década de los noventa gracias al fenómeno del cine alternativo. Entonces conoció a Quentin Tarantino y produjo Reservoir Dogs. ¿Cómo surgió aquella colaboración? Fue por casualidad. Un amigo que tenemos en común me mandó el guión, con la idea de que yo podría conseguir financiación y dirigir la película. El argumento me interesó, quedé para hablar con Quentin y, por cosas del destino, el mismo día que habíamos quedado él había vendido el guión de Amor a quemarropa. Entonces me dijo que ya tenía dinero para intentar dirigir Reservoir Dogs por su cuenta, pero me preguntó si quería ayudarlo y acepté encantado. Es una persona que no ha cambiado en todos estos años, sigue siendo el mismo tío que conocí. Al principio de su carrera encadenaba los rodajes, pero en las últimas dos décadas solamente ha dirigido un par de películas, Posesión Alucinante (1989) y Road to Nowhere (2010)… La verdad es que pasó tanto tiempo entre estas dos películas porque dediqué muchos esfuerzos en intentar adaptar una novela de Elmore Leonard titulada Freaky Deaky para Miramax, con Quentin Tarantino y Lawrence Bender como productores ejecutivos. Aunque al final no salió bien. También hubo varios intentos para levantar mis propios proyectos desde cero, pero por diversos motivos nunca llegaron a materializarse. Entre ellos había una película junto a Francis Ford Coppola que se desvaneció por completo. Para terminar la entrevista, me gustaría preguntarle: ¿qué es lo que más le apasiona de su trabajo detrás de las cámaras? Descubrir la esencia de la gente. Encontrar una manera de que se sientan libres y que actúen como ellos y ellas son realmente. Esto es lo que pretenden los actores, pero no es tan sencillo. Y no todos son capaces de hacerlo porque no se sienten libres. Así que el director debe darles ese poder. Esto es lo que más me apasiona de esta profesión. ! RUTA 66 | 03-16 | 27