The Bar-Kays

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THE BAR-KAYS

CELEBRANDO MEDIO SIGLO de SOUL & FUNK

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T E X T O :

D A V I D

M O R E U .

F O T O S :

T H E

S T A X

M U S E U M

O F

A M E R I C A N

S O U L

M U S I C

| RUTA 66

INMORTAL INSTITUCIÓN MUSICAL CENTRADA EN MEMPHIS, ESTOS MÚSICOS ACOMPAÑARON A UN INNUMERABLE LISTADO DE FIGURAS: OTIS REDDING, CARLA Y RUFUS THOMAS, JOHNNIE TAYLOR, ALBERT KING, SOUL CHILDREN E ISAAC HAYES. HABLAMOS CON UNO DE SUS MIEMBROS FUNDADORES.

S

i nos adentramos en los caminos tortuosos del soul y del funk norteamericano, encontramos muy pocos grupos que hayan tenido una trayectoria tan longeva, camaleónica y fascinante como The Bar-Kays. Esta historia repleta de casualidades se remonta a mediados de la década de los sesenta en Stax Records, cuando grabaron su álbum de debut y salieron de gira con Otis Redding, aunque entonces vivieron su momento más trágico con el accidente de avión que terminó con la vida del famoso cantante y de cuatro miembros de la banda. Sin embargo, el destino les guardaba una segunda oportunidad, puesto que los dos únicos supervivientes reformaron el grupo y escalaron hasta lo más alto de las listas de éxitos con sus siguientes lanzamientos, sin olvidar que también actuaron en Wattstax y acompañaron a algunos de los nombres más destacados de la escena afroamericana, como Isaac Hayes y Albert King. Aprovechando que ahora celebran su 50 aniversario con un concierto especial en Memphis, hemos tenido la oportunidad de hablar con James Alexander, su bajista original, para descubrir los entresijos de una carrera ilustre e impredecible que no quiere bajar el telón. Te propongo que nos remontemos a los inicios de esta aventura musical. ¿Cómo lograsteis que Stax Records se fijara en vosotros siendo solo unos adolescentes? A mediados de los sesenta actuábamos cada noche en un club que se llamaba The Hippodrome, que se encontraba en la famosa calle de Beale Street, y decidimos ir a Stax para que nos hicieran una prueba. Resulta que la primera vez actua-

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mos para Steve Cropper y nos rechazó. Unos meses después regresamos y sucedió lo mismo, pero Jim Stewart, el presidente del sello, estaba allí presente y nos preguntó cómo nos llamábamos. Nosotros le respondimos que éramos The BarKays, así que nos propuso hacer una nueva audición para él y nos sugirió que tocáramos un tema propio. Después de actuar durante tanto tiempo en ese club teníamos un riff que funcionaba muy bien en directo, pero nunca imaginamos que acabaríamos grabándolo y que se convertiría en «Soul Finger». Con el paso del tiempo os consolidasteis como la segunda banda de sesión de la discográfica… Tienes razón, nos convertimos en el segundo grupo de estudio porque Booker T. & The MG’s estaban demasiado ocupados haciendo sus cosas, y Stax realmente necesitaba otros músicos que pudieran grabar sus temas y tocar con otros artistas. Nosotros estábamos allí y encajamos perfectamente. ¿Crees que el hecho de ser una banda interracial fue vuestra manera inconsciente de oponeros a la segregación que seguía viviéndose en Memphis? La sociedad estaba en contra de la segregación, pero en aquella época aún se respiraba una gran tensión en el ambiente. Cuando estábamos de gira y decidíamos ir a algún sitio, siempre nos paraban en la puerta porque todos los miembros del grupo éramos negros, menos Ronnie Caldwell que era blanco, y nos decían: “Él puede entrar, pero los demás no”. También había veces que él debía entrar en los restaurantes para pedir la comida de todos y traérnosla a fuera porque nosotros no podíamos entrar. ¡No nos dejaban sentarnos ni en los restaurantes!

Mucha gente afirma que el soul contribuyó a cambiar las cosas… La gente empezó a ver que un cambio era posible gracias a las canciones que Booker T. & The MG’s y The Bar-Kays hacíamos en Stax Records. En ese sello trabajaba gente blanca y gente negra con un objetivo común, que era la música, y en aquella época eso era algo asombroso. Pero me alegra poder decir que estuve en Memphis y que formé parte de esa época de cambio. Supongo que la gran pregunta es: ¿cómo acabasteis tocando con Otis Redding? Una noche, Otis estaba en la ciudad para ofrecer un concierto en el Mid-South Coliseum, que entonces era un estadio. Como sucedía con la mayoría de artistas famosos, una vez terminó su espectáculo, quiso ir a ver conciertos en clubes pequeños y entró a The Hippodrome porque había oído hablar de una banda llamada The Bar-Kays. Resulta que quedó tan impresionado al vernos tocar que decidió subir al escenario y cantar unas cuantas canciones con nosotros. Después empezó a decir: “¡Tíos, necesito que este sea mi grupo!”. Sin embargo, nuestros padres no nos dejaron salir de gira con él porque aún íbamos al instituto. Hasta que alguien les hizo cambiar de opinión… Todos los miembros de la banda estaban en el último año de instituto, menos yo que ya había terminado. Así que, una vez se graduaron, nos fuimos de gira con Otis Redding por Estados Unidos y entonces ya viajábamos en avión, aunque él todavía no tenía el suyo privado. El primer sitio donde actuamos fue en el Apollo Theater de Nueva York y resulta que fue nuestra primera visita a esa ciudad. Está-

La primera formación de una factoría del ritmo cuyo espíritu sigue intacto; y el bajista James Alexander en la actualidad

bamos asombrados y parecíamos unos simples turistas porque no parábamos de mirarlo todo… éramos unos paletos de pueblo que salían de Memphis por primera vez. ¿Cómo era Otis Redding cuando no estaba encima de un escenario? Otis era un caballero y un erudito. Me refiero a que actuaba como un hermano mayor y nos tomó bajo su protección. Curiosamente, nunca llegamos a ensayar juntos y eso me parecía sorprendente, aunque él siempre decía: “Ya os lo sabéis de memoria y podéis hacerlo perfectamente, no tenéis que preocuparos”. Era increíble porque desprendía mucha energía y era una persona asombrosa. ¿Os planteasteis en algún momento trasladar esa magia al estudio de grabación? Por supuesto. Nosotros nos convertimos en su banda para las giras y, mientras estábamos en la carretera, siempre hablábamos sobre lo genial que sería ir al estudio y grabar canciones con él. Pero lamentablemente eso nunca sucedió. Sin embargo, un par de miembros del grupo sí que participaron en alguna de sus sesiones de grabación… Aquel sueño se convirtió en tragedia

el 10 de diciembre de 1967 cuando el avión en el que viajaban Otis Redding y el resto de The Bar-Kays se estrelló en el lago Monona… Entonces dos personas debían viajar en un vuelo regular porque no había espacio para todo aquel séquito en el avión privado de Otis Redding. Ese día en concreto me tocó a mí ser uno de los tíos que iba en otro avión y no había motivo para enfadarse porque siempre nos turnábamos. Cada día que estábamos de gira sucedía lo mismo… el autobús dejaba en un hangar a la gente que viajaba en el avión de Otis, devolvíamos el vehículo a la oficina de alquiler y después íbamos a la terminal para coger el vuelo normal. Y ese día me tocó a mí. ¿Cuándo te enteraste de la noticia del accidente? Te contaré lo que sucedió… estaba previsto que actuáramos en Madison, pero el plan consistía en que nuestro vuelo regular nos dejara en el aeropuerto de Milwaukee, que es una ciudad cercana. Entonces el piloto del avión de Otis los llevaría directamente a Madison, regresaría a Milwaukee para recogernos y nos llevaría hasta allí en un segundo viaje. Cuando llegamos a Milwaukee, empezaRUTA 66 | 12-14 | 43


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INMORTAL INSTITUCIÓN MUSICAL CENTRADA EN MEMPHIS, ESTOS MÚSICOS ACOMPAÑARON A UN INNUMERABLE LISTADO DE FIGURAS: OTIS REDDING, CARLA Y RUFUS THOMAS, JOHNNIE TAYLOR, ALBERT KING, SOUL CHILDREN E ISAAC HAYES. HABLAMOS CON UNO DE SUS MIEMBROS FUNDADORES.

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i nos adentramos en los caminos tortuosos del soul y del funk norteamericano, encontramos muy pocos grupos que hayan tenido una trayectoria tan longeva, camaleónica y fascinante como The Bar-Kays. Esta historia repleta de casualidades se remonta a mediados de la década de los sesenta en Stax Records, cuando grabaron su álbum de debut y salieron de gira con Otis Redding, aunque entonces vivieron su momento más trágico con el accidente de avión que terminó con la vida del famoso cantante y de cuatro miembros de la banda. Sin embargo, el destino les guardaba una segunda oportunidad, puesto que los dos únicos supervivientes reformaron el grupo y escalaron hasta lo más alto de las listas de éxitos con sus siguientes lanzamientos, sin olvidar que también actuaron en Wattstax y acompañaron a algunos de los nombres más destacados de la escena afroamericana, como Isaac Hayes y Albert King. Aprovechando que ahora celebran su 50 aniversario con un concierto especial en Memphis, hemos tenido la oportunidad de hablar con James Alexander, su bajista original, para descubrir los entresijos de una carrera ilustre e impredecible que no quiere bajar el telón. Te propongo que nos remontemos a los inicios de esta aventura musical. ¿Cómo lograsteis que Stax Records se fijara en vosotros siendo solo unos adolescentes? A mediados de los sesenta actuábamos cada noche en un club que se llamaba The Hippodrome, que se encontraba en la famosa calle de Beale Street, y decidimos ir a Stax para que nos hicieran una prueba. Resulta que la primera vez actua-

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mos para Steve Cropper y nos rechazó. Unos meses después regresamos y sucedió lo mismo, pero Jim Stewart, el presidente del sello, estaba allí presente y nos preguntó cómo nos llamábamos. Nosotros le respondimos que éramos The BarKays, así que nos propuso hacer una nueva audición para él y nos sugirió que tocáramos un tema propio. Después de actuar durante tanto tiempo en ese club teníamos un riff que funcionaba muy bien en directo, pero nunca imaginamos que acabaríamos grabándolo y que se convertiría en «Soul Finger». Con el paso del tiempo os consolidasteis como la segunda banda de sesión de la discográfica… Tienes razón, nos convertimos en el segundo grupo de estudio porque Booker T. & The MG’s estaban demasiado ocupados haciendo sus cosas, y Stax realmente necesitaba otros músicos que pudieran grabar sus temas y tocar con otros artistas. Nosotros estábamos allí y encajamos perfectamente. ¿Crees que el hecho de ser una banda interracial fue vuestra manera inconsciente de oponeros a la segregación que seguía viviéndose en Memphis? La sociedad estaba en contra de la segregación, pero en aquella época aún se respiraba una gran tensión en el ambiente. Cuando estábamos de gira y decidíamos ir a algún sitio, siempre nos paraban en la puerta porque todos los miembros del grupo éramos negros, menos Ronnie Caldwell que era blanco, y nos decían: “Él puede entrar, pero los demás no”. También había veces que él debía entrar en los restaurantes para pedir la comida de todos y traérnosla a fuera porque nosotros no podíamos entrar. ¡No nos dejaban sentarnos ni en los restaurantes!

Mucha gente afirma que el soul contribuyó a cambiar las cosas… La gente empezó a ver que un cambio era posible gracias a las canciones que Booker T. & The MG’s y The Bar-Kays hacíamos en Stax Records. En ese sello trabajaba gente blanca y gente negra con un objetivo común, que era la música, y en aquella época eso era algo asombroso. Pero me alegra poder decir que estuve en Memphis y que formé parte de esa época de cambio. Supongo que la gran pregunta es: ¿cómo acabasteis tocando con Otis Redding? Una noche, Otis estaba en la ciudad para ofrecer un concierto en el Mid-South Coliseum, que entonces era un estadio. Como sucedía con la mayoría de artistas famosos, una vez terminó su espectáculo, quiso ir a ver conciertos en clubes pequeños y entró a The Hippodrome porque había oído hablar de una banda llamada The Bar-Kays. Resulta que quedó tan impresionado al vernos tocar que decidió subir al escenario y cantar unas cuantas canciones con nosotros. Después empezó a decir: “¡Tíos, necesito que este sea mi grupo!”. Sin embargo, nuestros padres no nos dejaron salir de gira con él porque aún íbamos al instituto. Hasta que alguien les hizo cambiar de opinión… Todos los miembros de la banda estaban en el último año de instituto, menos yo que ya había terminado. Así que, una vez se graduaron, nos fuimos de gira con Otis Redding por Estados Unidos y entonces ya viajábamos en avión, aunque él todavía no tenía el suyo privado. El primer sitio donde actuamos fue en el Apollo Theater de Nueva York y resulta que fue nuestra primera visita a esa ciudad. Está-

La primera formación de una factoría del ritmo cuyo espíritu sigue intacto; y el bajista James Alexander en la actualidad

bamos asombrados y parecíamos unos simples turistas porque no parábamos de mirarlo todo… éramos unos paletos de pueblo que salían de Memphis por primera vez. ¿Cómo era Otis Redding cuando no estaba encima de un escenario? Otis era un caballero y un erudito. Me refiero a que actuaba como un hermano mayor y nos tomó bajo su protección. Curiosamente, nunca llegamos a ensayar juntos y eso me parecía sorprendente, aunque él siempre decía: “Ya os lo sabéis de memoria y podéis hacerlo perfectamente, no tenéis que preocuparos”. Era increíble porque desprendía mucha energía y era una persona asombrosa. ¿Os planteasteis en algún momento trasladar esa magia al estudio de grabación? Por supuesto. Nosotros nos convertimos en su banda para las giras y, mientras estábamos en la carretera, siempre hablábamos sobre lo genial que sería ir al estudio y grabar canciones con él. Pero lamentablemente eso nunca sucedió. Sin embargo, un par de miembros del grupo sí que participaron en alguna de sus sesiones de grabación… Aquel sueño se convirtió en tragedia

el 10 de diciembre de 1967 cuando el avión en el que viajaban Otis Redding y el resto de The Bar-Kays se estrelló en el lago Monona… Entonces dos personas debían viajar en un vuelo regular porque no había espacio para todo aquel séquito en el avión privado de Otis Redding. Ese día en concreto me tocó a mí ser uno de los tíos que iba en otro avión y no había motivo para enfadarse porque siempre nos turnábamos. Cada día que estábamos de gira sucedía lo mismo… el autobús dejaba en un hangar a la gente que viajaba en el avión de Otis, devolvíamos el vehículo a la oficina de alquiler y después íbamos a la terminal para coger el vuelo normal. Y ese día me tocó a mí. ¿Cuándo te enteraste de la noticia del accidente? Te contaré lo que sucedió… estaba previsto que actuáramos en Madison, pero el plan consistía en que nuestro vuelo regular nos dejara en el aeropuerto de Milwaukee, que es una ciudad cercana. Entonces el piloto del avión de Otis los llevaría directamente a Madison, regresaría a Milwaukee para recogernos y nos llevaría hasta allí en un segundo viaje. Cuando llegamos a Milwaukee, empezaRUTA 66 | 12-14 | 43


RUTA 66 | THE BAR-KAYS mos a mirar el reloj y dijimos: “A esta hora ya deberían haber llegado a Madison y el piloto debería estar de camino a buscarnos”. Fue más tarde por la noche cuando nos enteramos del accidente. ¿Crees que la sociedad norteamericana cambió a finales de los sesenta con la muerte de Otis Redding y el asesinato de Martin Luther King? Todo lo que sucedió entonces te generaba un estado de ánimo raro y te preguntabas qué más podía suceder. Me refiero a que ese tipo de cosas fueron

Cuatro imprescindibles soplos de alma sureña SOUL FINGER, The Bar-Kays (Stax-Volt, 1967) El debut del conjunto es una pequeña joya de soul sureño. No en vano, la colorida ilustración que adorna su portada ya anticipa lo que encontraremos en su interior: una colección de temas instrumentales con mucho groove que estaban pensados para animar cualquier fiesta que se preciara. Aunque los responsables de Stax Records nunca imaginaron que el single homónimo se convertiría en un éxito masivo tanto en la lista de música negra como en la de pop. Se nota mucho la influencia de Booker T. & The MG’s, pero ya apuntan maneras.

MONEY TALKS, The Bar-Kays (Stax-Fantasy, 1978)

Larry Dodson y James Alexander, soul survivors

Después de que Stax Records cerrara por bancarrota, The Bar-Kays empezaron a triunfar en el sello Mercury y se convirtieron en estrellas. Esto hizo que Fantasy, sello que había adquirido los derechos de Stax, editara este álbum con temas inéditos para sumarse a la estela de su éxito, pero no esperaban que se convirtiera en un fenómeno gracias al single «Holy Ghost». Una orgia de funk adictivo, de percusiones salvajes, de letras sexuales y de guitarras distorsionadas. Nadie diría que estas canciones permanecieron varios años en el olvido hasta que se editaron en forma de vinilo.

HOT BUTTERED SOUL, Isaac Hayes (Stax, 1969) Cuando este álbum salió a la venta, un chico robó una copia en una tienda de Detroit. La policía lo persiguió por la calle y el vinilo cayó al suelo. Un fotógrafo inmortalizó el momento y la noticia apareció en la portada de la prensa local, creando el rumor de que era tan bueno que la gente incluso lo robaba para escucharlo. El disco vendió más de un millón de copias y cambió para siempre la música soul gracias a la unión de la voz rasgada de Isaac Hayes y el ritmo inconfundible de The Bar-Kays. Un clásico que nunca pasará de moda.

I’LL PLAY THE BLUES FOR YOU, Albert King (Stax, 1972) Desde los primeros acordes del tema homónimo queda claro que este no es un álbum de blues tradicional y tampoco una continuación de su anterior éxito en Stax Records acompañado por Booker T. & The MG’s. En esta ocasión, el sonido del Delta del Mississippi se mezcla de manera promiscua con el funk más crudo de principios de los setenta gracias a la presencia de The Bar-Kays como banda de acompañamiento y solo así el maestro Albert King puede alcanzar cotas de perfección nunca antes vistas en su carrera. Una obra oscura y fascinante a reivindicar. ← 44 | 12-14 | RUTA 66

habituales durante mucho tiempo, sin embargo, logramos sobreponernos. Incluso decidimos reformar la banda a principios de 1968 y debutamos de nuevo en primavera con el mismo formato, pero todavía sin cantante. Éramos cinco tíos negros, uno blanco y creo que fue en mayo del 68 cuando volvimos a actuar en directo. Además de vuestros propios discos, también tocasteis con grandes artistas como Isaac Hayes. ¿Qué recuerdos tienes de aquellas sesiones en los Ardent Studios? Trabajar con Isaac fue fabuloso porque tanto él como David Porter habían tenido mucha paciencia con nosotros. Éramos unos músicos muy jóvenes y no sabíamos demasiado bien qué debíamos hacer en el estudio. Sin embargo, ellos dos nos tomaron bajo su protección, se armaron de paciencia y la mayoría de cosas que hacemos hoy en día se las debemos a todo lo que aprendimos colaborando con gente como ellos, Otis Redding y nuestro querido amigo, mentor y productor Allen Jones, que falleció en 1987. Realmente nadie confiaba en que el álbum Hot Buttered Soul de Isaac Hayes se convirtiera en un gran éxito… Es cierto, nadie tenía grandes expectativas con ese disco y su éxito cogió a todo el mundo por sorpresa. Entonces Isaac Hayes y David Porter eran los compositores más importantes de Stax, pero Isaac quería alejarse de todo eso y hacer cosas distintas para protagonizar una carrera en solitario. Mi opinión es que los directivos de Stax dejaron que grabara ese álbum para tenerlo contento y nunca imaginaron que se convertiría en un fenómeno. Esa obra acabó superando todo lo que habían hecho hasta entonces. También acompañasteis a Albert King en discos como I’ll Play the Blues for You. ¿Supuso un reto tocar con un bluesman tan legendario? Albert y yo congeniamos desde el principio. Él vivía en una ciudad que se llama Osceola, a una hora de Memphis, y siempre actuaba en un pequeño club. Yo acostumbraba a ir en coche para actuar con él y después salíamos a tomar algo por la

ciudad. ¡Era un tío muy divertido y ocurrente! Su manera de tocar la guitarra resultaba increíble porque nunca utilizaba púa, sino que tocaba las cuerdas con los dedos. Incluso he visto a grandes guitarristas como Jimi Hendrix y Eric Clapton en medio del público, maravillados por el estilo de Albert King porque era un músico único y fascinante. The Bar-Kays tuvisteis un hit sorpresa con «Son Of Shaft» y actuasteis en el famoso concierto de Wattstax en 1972… Nuestro objetivo era robar todo el protagonismo del espectáculo. Pretendíamos aparecer en el césped del Coliseo de Los Ángeles montados en unos carruajes arrastrados por caballos blancos y después subir al escenario para actuar, pero Isaac Hayes se enteró de nuestra idea y nos dijo rotundamente que no. Era imposible que nos permitiera hacer algo semejante porque él era la gran estrella del concierto. Después salisteis de gira con Funkadelic. ¿Os sentíais identificados con la escena psicodélica? Nuestra música estaba muy influenciada por lo que hacían George Clinton y Sly & The Family Stone. Entonces teníamos la habilidad de coger un sonido nuevo o de versionar una canción de otra banda y lograr que fuera nuestra. Era increíble cómo sucedían las cosas en aquella época. Además, coincidimos varias veces con Sly Stone, que era un genio muy creativo, y tuvimos el privilegio de presentarlo a Don Cornelius, el responsable del famoso programa televisivo Soul Train. Fue divertido porque Don actuó como un fan cuando saludó por primera vez a Sly. En 1976 grabasteis el álbum Too Hot to Stop para el sello Mercury y os convertisteis en grandes estrellas del funk. ¿Cómo afrontasteis el éxito masivo? Ese disco fue la obra que nos permitió empezar a despuntar como banda. Había sido genial estar en Stax Records, pero allí nunca nos permitieron grabar nada que se pareciera o sonara igual que ese álbum. Con Too Hot to Stop quisimos demostrar hasta dónde podíamos llegar y hacer algo muy bueno, ¿sabes a qué me

refiero? Desde un punto de vista discográfico, Mercury supuso nuestro período más exitoso, aunque todo eso sucedió porque anteriormente habíamos aprendido muchas cosas en la “universidad” de Stax. Estáis inmersos en la celebración de vuestro 50 aniversario. ¿Cómo habéis planteado este acontecimiento tan señalado? A lo largo de todos estos años de carrera, el público y los fans nos han dado muchas cosas y creemos que ahora es el momento de devolverles el gesto. Por este motivo nos hemos propuesto hacer algo especial para celebrar nuestro aniversario y daremos una parte de los beneficios del concierto del 4 de diciembre a unas entidades que nos gusta llamar The Fav Five. Se trata del LeMoyne-Owen College, la Asociación para el Síndrome de Down de

The Bar-Kays luciendo cool sesentero… y en guisa de funk estrafalario; con su mentor Otis Redding; el fiel autobús de gira, hogar de tantos músicos; y dándolo todo y más en Wattstax

OTIS ERA UN CABALLERO Y UN ERUDITO. ME REFIERO A QUE ACTUABA COMO UN HERMANO MAYOR Y NOS TOMÓ BAJO SU PROTECCIÓN. ERA INCREÍBLE PORQUE DESPRENDÍA MUCHA ENERGÍA Y ERA UNA PERSONA ASOMBROSA Memphis, la Stax Music Academy, la United Way of the Mid-South y el Hospital de Niños St. Jude. Esta celebración no es para nosotros, sino pensada para ofrecer algo a la gente que lo necesita. Este concierto tan especial, ¿es un punto y aparte en la carrera de The BarKays? Tenemos previsto editar nuestro álbum número treinta en la primavera del 2015. Todavía no hemos pensado el título, pero ya hemos lanzado un single de anticipo que se llama «Up and Down» y lo estamos interpretando en los conciertos de esta gira. Hace un año y medio grabamos otra canción titulada «Grown Folks» que escribió mi hijo Jazze Pha, uno de los mejores productores de la escena de hiphop y R&B. Él ha trabajado con Mary J. Blige, Ludacris, OutKast y Ciara, así que nos emocionó mucho que colaborara con nosotros. ! RUTA 66 | 12-14 | 45


RUTA 66 | THE BAR-KAYS mos a mirar el reloj y dijimos: “A esta hora ya deberían haber llegado a Madison y el piloto debería estar de camino a buscarnos”. Fue más tarde por la noche cuando nos enteramos del accidente. ¿Crees que la sociedad norteamericana cambió a finales de los sesenta con la muerte de Otis Redding y el asesinato de Martin Luther King? Todo lo que sucedió entonces te generaba un estado de ánimo raro y te preguntabas qué más podía suceder. Me refiero a que ese tipo de cosas fueron

Cuatro imprescindibles soplos de alma sureña SOUL FINGER, The Bar-Kays (Stax-Volt, 1967) El debut del conjunto es una pequeña joya de soul sureño. No en vano, la colorida ilustración que adorna su portada ya anticipa lo que encontraremos en su interior: una colección de temas instrumentales con mucho groove que estaban pensados para animar cualquier fiesta que se preciara. Aunque los responsables de Stax Records nunca imaginaron que el single homónimo se convertiría en un éxito masivo tanto en la lista de música negra como en la de pop. Se nota mucho la influencia de Booker T. & The MG’s, pero ya apuntan maneras.

MONEY TALKS, The Bar-Kays (Stax-Fantasy, 1978)

Larry Dodson y James Alexander, soul survivors

Después de que Stax Records cerrara por bancarrota, The Bar-Kays empezaron a triunfar en el sello Mercury y se convirtieron en estrellas. Esto hizo que Fantasy, sello que había adquirido los derechos de Stax, editara este álbum con temas inéditos para sumarse a la estela de su éxito, pero no esperaban que se convirtiera en un fenómeno gracias al single «Holy Ghost». Una orgia de funk adictivo, de percusiones salvajes, de letras sexuales y de guitarras distorsionadas. Nadie diría que estas canciones permanecieron varios años en el olvido hasta que se editaron en forma de vinilo.

HOT BUTTERED SOUL, Isaac Hayes (Stax, 1969) Cuando este álbum salió a la venta, un chico robó una copia en una tienda de Detroit. La policía lo persiguió por la calle y el vinilo cayó al suelo. Un fotógrafo inmortalizó el momento y la noticia apareció en la portada de la prensa local, creando el rumor de que era tan bueno que la gente incluso lo robaba para escucharlo. El disco vendió más de un millón de copias y cambió para siempre la música soul gracias a la unión de la voz rasgada de Isaac Hayes y el ritmo inconfundible de The Bar-Kays. Un clásico que nunca pasará de moda.

I’LL PLAY THE BLUES FOR YOU, Albert King (Stax, 1972) Desde los primeros acordes del tema homónimo queda claro que este no es un álbum de blues tradicional y tampoco una continuación de su anterior éxito en Stax Records acompañado por Booker T. & The MG’s. En esta ocasión, el sonido del Delta del Mississippi se mezcla de manera promiscua con el funk más crudo de principios de los setenta gracias a la presencia de The Bar-Kays como banda de acompañamiento y solo así el maestro Albert King puede alcanzar cotas de perfección nunca antes vistas en su carrera. Una obra oscura y fascinante a reivindicar. ← 44 | 12-14 | RUTA 66

habituales durante mucho tiempo, sin embargo, logramos sobreponernos. Incluso decidimos reformar la banda a principios de 1968 y debutamos de nuevo en primavera con el mismo formato, pero todavía sin cantante. Éramos cinco tíos negros, uno blanco y creo que fue en mayo del 68 cuando volvimos a actuar en directo. Además de vuestros propios discos, también tocasteis con grandes artistas como Isaac Hayes. ¿Qué recuerdos tienes de aquellas sesiones en los Ardent Studios? Trabajar con Isaac fue fabuloso porque tanto él como David Porter habían tenido mucha paciencia con nosotros. Éramos unos músicos muy jóvenes y no sabíamos demasiado bien qué debíamos hacer en el estudio. Sin embargo, ellos dos nos tomaron bajo su protección, se armaron de paciencia y la mayoría de cosas que hacemos hoy en día se las debemos a todo lo que aprendimos colaborando con gente como ellos, Otis Redding y nuestro querido amigo, mentor y productor Allen Jones, que falleció en 1987. Realmente nadie confiaba en que el álbum Hot Buttered Soul de Isaac Hayes se convirtiera en un gran éxito… Es cierto, nadie tenía grandes expectativas con ese disco y su éxito cogió a todo el mundo por sorpresa. Entonces Isaac Hayes y David Porter eran los compositores más importantes de Stax, pero Isaac quería alejarse de todo eso y hacer cosas distintas para protagonizar una carrera en solitario. Mi opinión es que los directivos de Stax dejaron que grabara ese álbum para tenerlo contento y nunca imaginaron que se convertiría en un fenómeno. Esa obra acabó superando todo lo que habían hecho hasta entonces. También acompañasteis a Albert King en discos como I’ll Play the Blues for You. ¿Supuso un reto tocar con un bluesman tan legendario? Albert y yo congeniamos desde el principio. Él vivía en una ciudad que se llama Osceola, a una hora de Memphis, y siempre actuaba en un pequeño club. Yo acostumbraba a ir en coche para actuar con él y después salíamos a tomar algo por la

ciudad. ¡Era un tío muy divertido y ocurrente! Su manera de tocar la guitarra resultaba increíble porque nunca utilizaba púa, sino que tocaba las cuerdas con los dedos. Incluso he visto a grandes guitarristas como Jimi Hendrix y Eric Clapton en medio del público, maravillados por el estilo de Albert King porque era un músico único y fascinante. The Bar-Kays tuvisteis un hit sorpresa con «Son Of Shaft» y actuasteis en el famoso concierto de Wattstax en 1972… Nuestro objetivo era robar todo el protagonismo del espectáculo. Pretendíamos aparecer en el césped del Coliseo de Los Ángeles montados en unos carruajes arrastrados por caballos blancos y después subir al escenario para actuar, pero Isaac Hayes se enteró de nuestra idea y nos dijo rotundamente que no. Era imposible que nos permitiera hacer algo semejante porque él era la gran estrella del concierto. Después salisteis de gira con Funkadelic. ¿Os sentíais identificados con la escena psicodélica? Nuestra música estaba muy influenciada por lo que hacían George Clinton y Sly & The Family Stone. Entonces teníamos la habilidad de coger un sonido nuevo o de versionar una canción de otra banda y lograr que fuera nuestra. Era increíble cómo sucedían las cosas en aquella época. Además, coincidimos varias veces con Sly Stone, que era un genio muy creativo, y tuvimos el privilegio de presentarlo a Don Cornelius, el responsable del famoso programa televisivo Soul Train. Fue divertido porque Don actuó como un fan cuando saludó por primera vez a Sly. En 1976 grabasteis el álbum Too Hot to Stop para el sello Mercury y os convertisteis en grandes estrellas del funk. ¿Cómo afrontasteis el éxito masivo? Ese disco fue la obra que nos permitió empezar a despuntar como banda. Había sido genial estar en Stax Records, pero allí nunca nos permitieron grabar nada que se pareciera o sonara igual que ese álbum. Con Too Hot to Stop quisimos demostrar hasta dónde podíamos llegar y hacer algo muy bueno, ¿sabes a qué me

refiero? Desde un punto de vista discográfico, Mercury supuso nuestro período más exitoso, aunque todo eso sucedió porque anteriormente habíamos aprendido muchas cosas en la “universidad” de Stax. Estáis inmersos en la celebración de vuestro 50 aniversario. ¿Cómo habéis planteado este acontecimiento tan señalado? A lo largo de todos estos años de carrera, el público y los fans nos han dado muchas cosas y creemos que ahora es el momento de devolverles el gesto. Por este motivo nos hemos propuesto hacer algo especial para celebrar nuestro aniversario y daremos una parte de los beneficios del concierto del 4 de diciembre a unas entidades que nos gusta llamar The Fav Five. Se trata del LeMoyne-Owen College, la Asociación para el Síndrome de Down de

The Bar-Kays luciendo cool sesentero… y en guisa de funk estrafalario; con su mentor Otis Redding; el fiel autobús de gira, hogar de tantos músicos; y dándolo todo y más en Wattstax

OTIS ERA UN CABALLERO Y UN ERUDITO. ME REFIERO A QUE ACTUABA COMO UN HERMANO MAYOR Y NOS TOMÓ BAJO SU PROTECCIÓN. ERA INCREÍBLE PORQUE DESPRENDÍA MUCHA ENERGÍA Y ERA UNA PERSONA ASOMBROSA Memphis, la Stax Music Academy, la United Way of the Mid-South y el Hospital de Niños St. Jude. Esta celebración no es para nosotros, sino pensada para ofrecer algo a la gente que lo necesita. Este concierto tan especial, ¿es un punto y aparte en la carrera de The BarKays? Tenemos previsto editar nuestro álbum número treinta en la primavera del 2015. Todavía no hemos pensado el título, pero ya hemos lanzado un single de anticipo que se llama «Up and Down» y lo estamos interpretando en los conciertos de esta gira. Hace un año y medio grabamos otra canción titulada «Grown Folks» que escribió mi hijo Jazze Pha, uno de los mejores productores de la escena de hiphop y R&B. Él ha trabajado con Mary J. Blige, Ludacris, OutKast y Ciara, así que nos emocionó mucho que colaborara con nosotros. ! RUTA 66 | 12-14 | 45


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