EL TINTERO DE ORO MAGAZINE Nº 3

Page 1

MAGAZINE DE FICCIÓN

NOVIEMBRE 2019

Mag

e

HABLANDO CONTAMOS EL RELATO AL I C E P S E EN E W O L HAL

27 microrrelatos dialogados

El fuego de mis pesadillas

Feliz Navidad, Olga


LA PRIMERA ANTOLOGÍA DE


Créditos El Tintero de oro Magazine nº 3 noviembre 2019

Microrrelatos: Isabel Caballero Josep Mª Panadés Paloma Celada Estrella Amaranto Julia C. Cambils Mª Carmen Moreno Bruno Aguilar Francisco Moroz Pepe de la Torre Mª Carmen Píriz Mirna Gennaro María Pilar Moreno Yessy Kan Beba Pihen I. Harolina Payano Ulises Castellano Rebeca Gonzalo Paola Panzieri Irene F. Garza Marta Navarro Puri Otero

Luis J. Rodríguez-Morán Mirella S. Juana Medina Rosa Berros David Serrano Beatriz Vélez

Relatos Halloween: Estrella Amaranto M. A. Álvarez Puri Otero Yessy Kan Beba Pihen David Serrano Pepe de la Torre Rebeca Gonzalo Atribución de autoría: Todos los relatos incluidos son propiedad de sus respectivos autores Diseño y maquetación: David Rubio Contacto: eltinterodeoro@hotmail.com


7

índice

Algo irresistible David Rubio

11

Soy tu hombre Isabel Caballero

15

Cosas de vida Josep Mª Panadés

17

Quien espera, ¡desespera! Paloma Celada

21

Paca y Manolo vs. Suka y July Estrella Amaranto

23

Fronteras imperfectas Julia C. Cambil

27

El Rey/ Yo pispa, Mari, Mari Mª Carmen Moreno Mora

4

31

Barcos en la niebla Bruno Aguilar

35

Tiempos modernos Francisco Moroz

39

El sueño Pepe de la Torre

43

Maleche, ¡dígame! Mª Carmen Píriz

45

Patas cortas Mirna Gennaro

49

El gran disfraz Mª Pilar Moreno

51

Scarlett Yessy Kan


55

79

For ever Beba Pihen

Penitencia Javier Rodríguez-Morán

Urgencias del amor I. Harolina Payano

El eco Mirella S.

Solo en sueños Ulises Castellano

Paraísos perdidos Juana Medina

Viejos amigos Rebeca Gonzalo

Una digestión pesada David Serrano

¡Vuelvo a casa! Paola Panzieri

Sequía Beatriz Vélez

El encargo Irene F. Garza

¿Hablando se entiende la gente? Rosa Berros

57

61

63 67

69 73

Malentendido Marta Navarro

75

Suena el teléfono Puri Otero

81

85 87

91

93

99

El fuego de mis pesadillas E. Amaranto, M.A. Álvarez, Puri Otero y Yessy Kan

107

Feliz Navidad, Olga Beba Pihen, David Serrano, Pepe de la Torre y Rebeca Gonzalo

5


?

¿CONOCES Un espacio para compartir tu pasión por los blogs de relatos. Puedes usarlo como quieras: leyendo, comentando o participando en las distintas secciones:

tos a l e r rso de u c n o C al mensu mbre e i c i d e d A partir r en el a p i c i t r a podrás p os que t a l e r e od concurs on 16 c a t n e u ya c s. edicione latos

e Re d r e ómo c Tall e c n onve c e t tus e d ¿No o lgun a ó en d a p i que c i Part ? s o t que a r rela a p ión c c e os s m a d esta o os p d o t e entr arlo. r o j e m

¿Qué te cuentas ? ¿Quieres hablarn os de tu libro? ¿de tu b log? ¿una res eña? ¿un artículo de Narra tiva? Esta es t u secció n.

Micro rretos Escribe un micr orrelat partir d oa e un dis parado creativ r o que s e propo cada m ne es y pa rticipa él en es con ta revis ta digit al.

www.concursoeltinterodeoro.blogspot.com


ALGO IRRESISTIBLE IMAGÍNATE EN EL balcón de tu casa, justo debajo del mismo escuchas a una pareja hablando de sus cosas; ahora, recuerda cuando estás en el baño y, a través de las paredes, te llega la conversación de tus vecinos; o qué me dices cuando estás en el metro o el autobús y un par de pasajeros mantienen un diálogo un tanto subido de tono. ¿Ya? Venga, ahora reconócelo: es irresistible no poner la oreja y escuchar. Todos tenemos un cotilla dentro, y eso no tiene por qué ser algo malo. Nos encanta sumergirnos en las vidas ajenas. Y si además no estamos invitados, el deseo es aún más irresistible. Esa es la esencia de la ficción. Dicen que los escritores deben ser cotillas, caníbales de todo lo que les rodea para conseguir materia prima con la que transformar ese chismorreo en una ficción.

7


Yo añadiría que si el escritor debe ser un cotilla; el lector lo es todavía más. Podemos vestir nuestra necesidad de consumir historias con trajes más o menos políticamente correctos como decir que leo para evadirme; para desconectar de nuestra realidad; para alimentar nuestro intelecto… Pero la razón, pienso, es más prosaica: nos encanta conocer la vida de los demás. En Narrativa, esa historia nos la suele contar un narrador. Pero hay un momento mágico en el que ese voyeur que todos llevamos dentro disfruta como nunca y es cuando asistimos al diálogo de los personajes, a ese instante en el que el lector conecta directamente con esos seres de ficción. En este número os ofrecemos 27 historias conta-das íntegramente en forma de diálogo para satisfacer a ese cotilla que llevamos dentro. Una experiencia lectora que demuestra que para contar una historia basta con escuchar a los personajes. Dos historias de terror completan el contenido de la revista. Relatos que tienen la particularidad de haber sido escritos a cuatro manos y que seguro os lo harán pasar de miedo. David Rubio

8


PON LA OREJA Y DÉJATE FASCINAR

Microrrelatos participantes en el reto HABLANDO SE CUENTA LA HISTORIA


MICROS DIALOGADOS El diálogo no solo es una excelente manera de mostrar a un personaje sin la mediación del narrador. También es una forma de impulsar la historia narrada y, no por ello menos importante, conseguir una lectura visualmente más amable. Reconozcamos que tras cuatro o cinco páginas de largos párrafos y líneas apretadas se agradece llegar a la parte dialogada y sus mayores espacios blancos. Por supuesto, el diálogo tiene más funciones, pero estas son las más importantes a mi modo de ver. El reto de este mes consistía en escribir un micro de 250 palabras en el que solo nos sirviéramos del diálogo, sin acotaciones ni incisos. Difícil, ¿eh? Bueno, pues al leerlos os aseguro que ni siquiera os daréis cuenta de que solo se utilizan diálogos para contar la historia con su inicio, nudo y desenlace.


U T Y O S E R B M HO

ISABEL CABALLERO BLOG: TARA

—SI QUIERES un esclavo, aquí me tienes. Boxearé en el ring que me pidas. —¿En serio? —Soy tu hombre y tú, mi Diosa. —¿Sabes que una vez soñé con Dios? —¡Pero si eres atea! —No debería extrañarte, en mi familia hay antecedentes... a mi abuela se le apareció la virgen, me lo contó una tarde mientras cosía. Dijo: «Iba vestida de azul sentada sobre una nube, alcánzame las tijeras, niña.» —¡Caramba! —Tenía un costurero grande de raso pajizo que parecía un poema lorquiano de lo bonito que

11


era y donde había que bucear para encontrar el dedal o la cinta métrica. Mi abuela pronunciaba con la misma naturalidad tijeras que virgen, como si las dos palabras tuvieran la misma composición y estructura. —Ven aquí. Anda, déjate de dioses y de vírgenes, y dime cómo te fue en la prueba. —Me cogieron de puerta. Laura dice que tengo que soltarme en el escenario, por algo hay que empezar... ¿Me estás escuchando?, mejor se lo cuento a ella, acaba de llegar. Venga..., duérmete un rato. —¿Sabes, Laura, que a mi chico le aburro?, se le cerraron los ojos mientras le contaba lo de la dichosa prueba. —¡Qué capullo! —Hizo como que escuchaba. Al enfadarme me soltó un «soy tu hombre, muñeca, no te obsesiones. Me intereso en la misma medida por tus caderas que por tus pequeños problemas.» —La palabra obsesión debería estar prohibida. ¿Somos amigas o no?, cuéntame qué tal te fue. —Hago de puerta. —¿De puerta? ¡No me jodas!

12


SUS RELATOS TE ENLOQUECERÁN

ISABEL CABALLERO

ALZAPALABRA.BLOGSPOT.COM


S O T A L RE A R PA E S R I D A EV


E D S A S O C A D VI JOSEP Ma. PANADÉS

BLOG: RETALES DE UNA VIDA ─YO SOY la mayor y cuidé a madre hasta que murió y ahora a padre. ─¿Y eso qué tiene que ver? Eres mujer y no tienes ningún derecho. ─Esto ya no vale. Estamos en el siglo XX. ─Ana, Juan tiene razón. Solo el primogénito puede heredar. ─¿Ah, sí? ¿Y quién va a ser el heredero de vosotros dos, si sois gemelos? ─Yo, pues nací el primero. ─Pero ¿qué dices, Ramón? El primero en nacer fui yo. Recuerdo que madre lo dijo en más de una ocasión.

15


─Qué va, Juan. Ella me dijo que el primero fui yo. Así que soy el mayor. ¿A qué sí, Ana? ─Yo no me acuerdo. ─¡Anda ya! Eso lo dices para fastidiar. ─Pensad lo que queráis. El caso es que madre ya no está para preguntárselo. ─Pero padre tiene que saberlo. ─Padre hace tiempo que perdió la memoria. ─Pues tenemos que saberlo de algún modo. ─Tengo una idea. ─No me fío de ti, Ana. Seguro que tiene truco. ─Tú, Ramón, siempre tan desconfiado. ─Muy bien, ¿qué propones? ─Que le preguntemos a quién de los tres quiere más. El preferido será el heredero. ─Um... no sé. ¿Tú qué opinas, Juan? ─Por mí de acuerdo. ─Padre, padre, ¿a quién de los tres quieres más? ─Parece que vuelve en sí. ─¿Quie... nes sois? ─Padre. Responda. No nos deje así. ─Está moribundo. No hay nada qué hacer. ─¿Ves lo que has logrado, Ana? ─¿Y ahora qué hacemos? ─¿Por qué no lo echamos a suertes? Ana, trae unas pajitas.

16


QUIEN ESPERA,

E S E ¡D

! A R E SP

PALOMA CELADA

BLOG: LEER, EL REMEDIO DEL ALMA ―¿Y USTED, cuánto tiempo lleva aquí? ―Pues… unas tres horas. No sabría decirle. Aquí el tiempo pasa tan despacio. ―Parece que llevan retraso, esto está a rebosar. ―No se crea, el otro día fue peor, había gente de pie por los pasillos, algunos tuvieron que esperar en la calle. ―Entonces hoy hemos tenido suerte. ―Igual sí. Pero no es cosa de risa, si se va a pitorrear de mí, lo dejamos ¿vale? ―No se enfade. No me estoy riendo, el gesto que hice no es de risa, es de dolor.

17


―Vaya, lo siento. Lo confundí, ha puesto usted una cara… ¿Qué le pasa? ―Pues eso me gustaría a mí saber, por eso he venido. Me duele mucho el costado, debajo de las costillas. No he pegado ojo en toda la noche. ―Eso va a ser flato. ―Señora, ¿qué sabrá usted? Si tanto entiende no sé qué hace aquí todos los días. ―No vengo todos los días, solo de vez en cuando. ¿Qué culpa tengo yo si estoy para el arrastre? Y usted, ¿qué? Si sabe que yo vengo a menudo es porque usted hace lo mismo. ―Mis males no son asunto suyo, sino de mi urólogo y del personal de urgencias. ―Si no puede mear, póngase una sonda. ―Y usted un bozal. ―¡¡¿Ruperto Cascales?!! ―Servidor, señorita. ―Pase a la consulta 3. Es la quinta vez que le llamo, a ver si prestamos atención. Si perdemos el tiempo en repetir la llamada esto se llena de gente.

18


L A

M A D R E

D E

L A

C I E N C I A

PALOMA CELADA u t e r b u ยกDesc a l r o p pasiรณn Ciencia!

Conquista lo imposible, Carl Sagan

demenciayciencia.blogspot.com


VISITA EL CONSULTORIO DE

ESTRELLA AMARANTO

Y PARTICIPA EN LA PROPUESTA MÁS ORIGINAL DEL MUNDO BLOGUERO

madamesantal.blogspot.com


Y A C PA OLO N A M

SUK AY JUL Y

ESTRELLA AMARANTO

BLOG: BLOG LITERARIO AMARANTO

—¡QUÉ BELLEZÓN estás hecha, Suka! Me encanta seguirte en esa otra red, ¡la del pajarito! —¡Sí, en Tuiti! Me tienes enganchada con lo del finde pasado, porque me sentí tan cerca de July y de ti, como si hubiera ido con vosotros al Spa haciendo esas rutas con chorros de agua fría y caliente y después los masajes con fisiterapietas. ¡Qué macizos los tíos, hasta soñé con ellos esa noche! —¡Qué mona, Katilin, gracias por apoyarme! Discúlpame, ahora tengo una sesión de fotoclón y después la promo del hotelazo en yutú, que la cuelgo en Tuiti. Nos hablamos por Wuasat. —¡Manolooo... ! ¿Preparaste el decorado yaaa...? ¡Hoy petamos la red! Que no me se vea la papada ni las verrugas... ¡Sácame el perfil bueno! que ayer la cagaste y así no vamos a forrarnos como yutuberos...

21


—Déjate de sermones, Paca, y ponte el top rojo con sostén, qu'estás más sesi y a la gente le chifla, rellénalo con papel del culo pa' que las tetas te queden grandes. Ya estoy con el palo la escoba pa' sujetar la cámara. Ponte enmedio del muro pintao y discursea como las artrices. Te dejao el escrito en la mesa la cocina, apréndetelo tó de un tirón y cuando te se vaya la perola sonríe, qu'eso queda mú bien pa' salir del apuro. —Mis queridos fans de yutú. Para mi superpromo del fin de semana quiero recomendaros este hotelazo de lujo. No importa si veis una mínima parte, porque es imponente. ¡Venir a descubrirlo y disfrutarlo!

22

Fotocomposición de Estrella Amaranto


S A R E T N O FR S A T C E F R E P M I JULIA C. CAMBIL

BLOG: DIMITIENDO DE MÍ —¿CREES QUE la medicación le servirá de algo? —Es lo que quiero creer, sí. Ya le ayudó en otras ocasiones. —Se le ve tan indefenso entre las sábanas blancas, la aguja hundida en su brazo delgado y los ojitos cerrados... Me siento impotente, ¡casi tengo ganas de gritar! —Te animaría a hacerlo si pensara que vas a sentirte mejor, pero un hospital no es el sitio. Mira, no quiero que te preocupes, nunca le vamos a dejar solo pase lo que pase. Siempre estará con una de las dos personas que más le quieren en el mundo. —Pena que no podamos ser ambos a la vez. Así debería ser.

23


─En un mundo perfecto, quizás. Pero eso no existe. Nuestra separación es el pasado y hay que pensar solo en el futuro, recuérdalo. Al terapeuta le costó un mundo que entendieras eso; se sentiría defraudado de ver que vuelves a las andadas. —Ya, el maldito terapeuta. —Lo que nos pasó son cosas de la vida. —Querrás decir de la muerte. Nos merecíamos más tiempo del que tuvimos. —Tuvimos el suficiente como para darle una existencia a él, ¿no? Solo por eso ya valió la pena. —Cierto, perdóname. Es que cada recaída se me hace más dura, me cuesta mantener alejado el pesimismo. —Anímate, eres una luchadora. —Si esta vez no lo consigue y tiene que irse contigo, ¿vendréis a visitarme alguna vez? —No te haríamos ningún favor, créeme, pero no adelantemos acontecimientos. La enfermera te hace señas, puedes pasar a verle.

24


JULIA C. CAMBIL

DIMITIENDO DE Mร Te atraparรก DIMITIENDODEMI.BLOGSPOT.COM


ENTRE UN JARDÍN DE LIBROS Mª CARMEN MORENO MORA

Regá late leer ENTREUNJARDINDELIBROS.BLOGSPOT.COM


EL REY/ YO PISPA, MARI, MARI Ma. CARMEN MORENO MORA BLOG: ENTRE UN JARDÍN DE LIBROS

—CHICAS, COMO nos toque la lotería nos vamos todas de crucero. —¡Ahhh!, pues sí, pero sin maridos, de solteras, y con el rey. —Pero, no os riais. ¿Qué rey? —El rey es un consolador, Emi, un consolador de tres puntas, dos para tapar agujeros, y la otra para estimular el clítoris y ponerte a cien. —¿Qué es eso del clítoris? —No puede ser, no me lo creo, pero viéndote la cara... Mati, explícaselo.

27


—Pues, a ver cómo te lo explico… es un botoncito que tenemos en la parte de arriba de la vulva, y que si se estimula se hace más gordito y da placer, va fenomenal en los preliminares antes del sexo, y durante, ¡ya es la hostia!, tienes un orgasmo brutal. ¿De verdad nunca…? —Ay, hija. Sí, la primera vez, fue nada más casarnos. Me estaba yo cambiando el vestido de novia, entró, se me tiró encima…y eso, yo me dije «¿Esto es todo?». Nunca me ha dado ningún organismo de esos que dices, ni sé dónde está ese botón. —Mejor, alquilamos un gigoló de esos en el crucero, y que sepa lo que es un maromo de verdad, le busque el botón y le saque lustre. —Vale, pero el rey se lo tiene que comprar. —Se lo regalamos entre todas si no nos toca la lotería para irnos de crucero. —Emi, ya te veo yo haciendo ganchillo con el rey haciéndote cosquillas. —Mírala que cara de pilla. ¡¡Y lo a gusto que se ríe!! —¡¡Hora de almorzar!!

28


¡ NO TE PIERDAS NIGÚN NÚMERO! PUEDES ENCONTRARLOS EN

BLOG EL TINTERO DE ORO YUMPU ISSUU


B R U N O

A G U I L A R

VIAJA A LAS

ESTRELLAS mensajedearecibo-relatos.blogspot.com


N E S O C R BA A L B E I N LA

BRUNO AGUILAR

BLOG: MENSAJE DE ARECIBO

—¡SUSANAAA…! ¡¡SUSI!! ¿Eres tú? —… —¿Quién anda ahí? Conteste, por favor. —¡No se acerque! —Que no me acerque… ¿Adónde? ¡¡No veo una mierda con esta maldita niebla!! —Quédese donde está. Se lo ruego. —¿Qué podría hacerle? Mido un metro sesenta y estoy sola. —También estaba sola la mujer que pedía ayuda cerca del chiringuito y cuando llegué hasta ella intentó atracarme con un cúter. —¿¡Se encuentra bien!? —Nada serio que lamentar. —¡Menos mal! —Pues sí.

31


—Mire, sé que es difícil, pero le juro que puede confiar en mí. —Está bien… —¿Busca a alguien? —A mis dos hijos, Róber y Lina. Los dejé junto a las boyas. Lina tenía sed y me acerqué a por unos refrescos. »¿No los habrá…? —No, lo siento. Usted es el primero con el que me cruzo. Yo también estoy buscando a una amiga. Se llama Susana. —¿Cómo se separaron? —Hacía tan buen tiempo que quiso darse un baño. A mí no me apetecía y entonces… —Cayó la niebla. —… —¡Ei, ei! Seguro que está bien. Me llamo Nicolás. ¿Y usted? —Beba. —Mire, Beba. Siento lo de antes, estaba muy alterado. —Es comprensible, dadas las circunstancias… ¿No le resulta extraña esta niebla? —¡Y que lo diga! Tan densa, tan repentina… ¿Funciona su teléfono? —No. —Tampoco el mío. Beba… —¿Sí?

32


—Estooo… ¿Le parece bien que los busquemos juntos? —¿Podrá fiarse de mí? —¿Qué puedo temer de su metrosesenta? —Je, je. Tome mi mano. »La orilla está a la izquierda. —¡¡LINAAA…!! ¡¡RÓBERRR…!! —¡¡SUSIII…!! ¿¡Me oyes, cariño!?

33


ABRAZO DEL LIBRO

FRANCISCO MOROZ

¡S

n é i

! o l e t

"Escribir es la manera más profunda de leer la vida."

Francisco Umbral

abrazodelibro.blogspot.com


TIEMPOS MODERNOS (QUE NO HAY QUIEN LOS ENTIENDA)

FRANCISCO MOROZ

BLOG: ABRAZO DEL LIBRO

—¿TE HAS ENTERADO de lo de Bea? ¡Qué fuerte, alucino, tía! —Ya te digo, tronca, es demasió lo de esta menda. Hace falta estar muy flipada para intentar ligarse al Toño por medio de mensajes de Whatsapp. —¡Claro! ya lo digo yo, que donde haya un tú a tú, una mirada directa o una conversación interesante con el pibe que se quite la mierda esa de los mensajitos tecleados, que son más fríos que la profe de mates explicando los logaritmos neperianos de marras. —Qué razón tienes, Vane, es más «living» ir de cara y no pasarte todo el santo día «stalkeando» en las redes sociales buscando información que obtendrías fácilmente preguntando al «crush» en cuestión. Eso suele degenerar en «salseo» y en un montón de «hater» comiéndote la moral.

35


—¡Ya! Azucena, bonita, pero parece ser que es muy «cool» eso de coger el Iphone hasta para ir a mear. Mantener contacto directo con las personas parece que nos cuesta mogollón y no nos produce tanta «hype». —Yo creo que por eso hay tanto «troll» suelto por las redes; porque no son para nada seres sociables, no interactúan físicamente, solo virtualmente. Para ellos sería todo un «goal», mirar a la cara de un interlocutor mientras le hablan. —Pero es que Bea se siente «blessed» cuando chatea con Toño; que por otro lado no entiende esos mensajes tan crípticos que le escribe, y eso que es de letras. —Azucena, Vanesa ¿qué hacéis enganchadas al móvil? —¡Pues hablando, joder! GLOSARIO DE TÉRMINOS RAROS UTILIZADOS: Alucinar: Asombrar. Flipar: Impresionar. Living: Emocionarse por cosas simples. Stalkear: Cotillear por redes sociales. Crush: Alguien que te atrae (Flechazo). Salseo: Polémica o discusión en redes sociales. Hater: Persona que odia algo o todo. Cool: Fantástico, atrayente, más de moda. Hype: Sensación eufórica y descontrolada por poner muchas expectativas en algo. Troll: Un gruñón, protestón y disconforme con todo. Goal: Un logro meritorio.

36


En la segunda temporada del concurso literario lo pasamos de cine, pero...

... todavĂ­a nos falta la guinda.


P E P E

DE LA TORRE

S A N U E R ENT O R T CUA S A N I U Q ES ESPACIO ABIERTO AL LIBRE TRÁFICO DE LETRAS entreunascuatroesquinas.blogspot.com


EL SUEÑO PEPE DE LA TORRE

BLOG: ENTRE UNAS CUATRO ESQUINAS

—¿QUÉ HACES? —Tratar de despertarme. —¿Y para eso tienes que traquetear la alhacena? —Sí. —Venga... ¿Qué haces? —Te lo estoy diciendo, intento despertar. —¿Te encuentras bien? Estás pálido. ¿Ha pasado algo? —No, bueno, sí... Un sueño. —¿Un sueño? —Vivíamos al revés. —¿Boca abajo? —¡No! Caminábamos y hacíamos las cosas hacia atrás, ¡incluso hablábamos de espaldas! —Qué paranoia... —Luego, he despertado. Tenía el pijama puesto del revés.

39


—Eso pasa muchas veces. —Ya, pero los calcetines... —¿Qué? —He abierto el cajón para coger un par... Están plegados del lado contrario. —¿Y? —¿No lo entiendes? ¡Sigo soñando! —¡Los guardo así!, con un pequeño pliegue en la punta para facilitar su puesta, ¿nunca te has dado cuenta? —No sé, tengo la misma sensación del sueño... —¿Qué sensación? —Mira la Alhacena. ¿Ves? ¡Todos los vasos están boca abajo! —Pues como siempre. Todo es normal. —Cuando soñamos también concebimos las cosas como normales. Es despiertos cuando las vemos absurdas. —Escucha: seguramente estés sufriendo un delirante bajón azúcar, pero no soñando. —Por si acaso sigo poniendo los vasos derechos. —¿Para qué? —Quiero provocarme una especie de chispazo neuronal y despertarme. —Será posible... ¿Has desayunado? —No. —Eso es. —¿Tú crees?

40


—Exacto. ¡Siéntate! —No quiero. —¡Vamos! —Está bien... —¿Mejor? —Creo que sí. —¡Menudo largo y vívido duermevela te ha asaltado! —Puede que tengas razón. ¡Qué apuro! —Cálmate, ya pasó. ¿Desayunamos? —Vale. Por cierto, ¿de dónde apareces tan temprano? —Turno nocturno. —¿Cómo? —Ya sabes, esta semana trabajo de noche. —¿Y dormirás de día? —¿Cuándo quieres que lo haga? —Joder...

41


M ª CARMEN PÍRIZ

LOSMUN DOSDE CARMEN mariacarmenpiriz.blogspot.com


MAL ECH E, ¡DÍG AME ! Ma. CARMEN PÍRIZ

BLOG: ALGUIEN CON QUIEN HABLAR

RING, RING, RING —Sí, Restaurante Maleche. ¡Dígame! —Es el Restauran.... ¿con quién hablo? —Con el metre. —¿El metro? —No, no, el encargado. —¡Ah, bien! —¿Desea reservar mesa? —No, ¡queremos ir a comer! —Pero..., ¿cuándo? Hoy no tenemos mesa, ni sitio, está todo lleno. —No importa comemos igual. —Pero hombre, sin mesa no es lo mismo.

43


—Da igual, nosotros tenemos hambre, y comer. Donde sea, nos da igual. —Y ¿qué desean comer? —Cualquier cosa, que quite el hambre. —¿Cuántos son? —Mi familia, que somos: dos ancianos, tres matrimonios y quince niños, dos burros y tres cabras. —Aquí comida para familias tenemos, pero es caro. Pero para los burros y las cabras, no tenemos ni las sobras. —¿No tienen sobras? —Aquí no sobra nada, porque es caro. —¡Vaya!, pues nosotros solo comemos las sobras, porque nos las dan en balde. —¿En Balde? Allí solo venden piensos para animales. —Pero nosotros solo queremos comer cualquier cosa de balde. —Pues váyanse a Balde que allí es más barato. —Hasta allá iremos, comeremos cualquier cosa en cualquier sitio o en el suelo. Que aunque no haya mesa no tienen tan maleche de balde como ustedes.

44


S A T A P TAS MIRNA R O GENNARO C BLOG: ISLA DE LOS VIENTOS

—SE VAN A dar cuenta. —No… nadie me vio. Además, ¿quién va a pensar mal de mí? —Sos el único con llave. Ahora Gladys empezó a hacer preguntas, perro fisgón… No se va a detener. Con su modito educado y su voz chillona… —Estás paranoico. —¿Te acordás cuando investigaba las escapadas de Javier? —Ella no descubrió nada. Solo lo vio salir de la oficina varias veces a la misma hora. Además, está el asunto de la fotografía. Me ocupé de trucar la fecha y la hora de la cámara para que nadie pueda decir que yo no estaba a esa hora con todos los demás.

45


—Vos te tomás todo con mucha calma. Mañana va a aparecer un policía y ¿qué me vas a decir? —Te voy a decir que hables poco y te mantengas tranquilo. —¡Todo es tan fácil para vos! ¡Nos van a atrapar! ¿Quién me asegura de que si te agarran no te van a hacer confesar? Tal vez no tengas nada que perder, pero yo sí. —Debiste pensarlo antes. Pero no te inquietes más. Allá viene la vieja fisgona. Vas a ver cómo eludo su interrogatorio. No pienses en el cajón. —Hola, muchachos, ¿qué están planeando ahora? —Nada, señora. Solo hablábamos de un partido de fútbol. —¿Por eso escondieron la fruta? —No… ¿qué dice? —Digo que la fruta desapareció. —¿Para qué querría un cajón? ¿Dónde lo metería? —¡No! ¡No había que pensar en el cajón! —Yo no dije nada de un cajón. ¡Así que era cierto!

46


ISLA DE

LOS VIENTOS DE MIRNA GENNARO

Desearás Perderte En ella ISLADELOSVIENTOS.WORDPRESS.COM


S O Z A T E R A D I V DE

MARร A PILAR

Porque la vida estรก para ser contada mpmoreno.blogspot.com


EL GRAN DISFRAZ Ma. PILAR MORENO

BLOG: RETAZOS DE VIDA —¿CÓMO ESTÁ, señora Marilla? —¿¡Pero tú quién eres!? — Soy «Catrina», la gran «Catrina». La noche de la fiesta mi cabeza se pone fosforescente e irradia luz por todo mi cuerpo. ¡Huy! ¡La fiesta! Se me olvidaba que he venido a invitarla. —Para fiestas estoy yo, y de disfraces. Un respeto, niña. Lárgate y déjame tranquila. —Que es muy divertida. Y no hacemos daño a nadie, ¿eh? Algún susto... Un susurro en el oído de alguien en particular. ¡Jijiji! Cosa de nada. Salimos de nuestras tumbas y recorremos las calles en tropel. Al oír el chocar de esqueletos, la gente huye espantada. Les aterra sentir que la muerte les pisa los talones y...

49


—Con que un susurro en el oído... ¡Ajá! Me has dado una idea estupenda. Mira por dónde, me voy a animar. —¡Cómo me alegro, señora Marilla! Puede ir disfrazada de «Garbancera» que ese no lo ha cogido nadie. —¿Pero qué dices, chiquilla? ¿Te parece poco disfraz el que llevo puesto? Se lo debo a la mujer de mi hijo. Mira mis cejas, artificiales; las pestañas, postizas; los coloretes, rojo carmín a juego con los labios. ¿Este pelo tan corto?, una peluca a lo «garçon» en consonancia con el vestido cargado de lentejuelas. ¡Cómo habrá disfrutado la muy pelandusca! Y el pánfilo de mi hijo diciéndome: «¡Qué guapa estás, mamá, pero qué guapa!»

50


T T E L R A C S YESSY KAN

BLOG: MANIFEST KAN

—!HOLA, SCARLETT! No te esperaba tan temprano. —Vine para aclarar mis dudas. Mis pensamientos están inquietos. —¿Qué pasa? Espero que no hayan cambios de última hora. —¡Alguno que otro sin importancia!, pero la Operación Gorrión sigue en marcha. —¡Enhorabuena! ¿Por qué pensativa, dime? —Creo tener la pista de quién logró decodificar la red secreta de servidores. —¡No puede ser! El code es indescifrable. —Descubrí que alguien hackeó mi tabletaBrite, se conectó a nuestro satélite espía y a la base de datos. La misión sufrió algunos cambios de estrategia, ya que nuestros agentes estaban en peligro.

51


—¡Eso es imposible! No hay manera de alertar a todo el grupo de la operación. —Sí la hay. De hecho, ya recibieron las nuevas instrucciones. ¿Sorprendido, Alex? —Scarlett... yo... desde nuestra separación ha sido imposible el diálogo contigo. Traté muchas veces de hacerte cambiar... —¿Cambiar mis ideales por los tuyos? Debiste conocerme mejor. Nunca cambio de convicciones. —¿Qué sugieres entonces? —Románticamente y como camaradas llegó nuestro final. —¡Escúchame! Tan siquiera inténtalo, tal vez lleguemos a un acuerdo. ¿Acaso no es más importante nuestro amor? —¡Cállate! ¡Al carajo con el amor! —Por favor, baja el arma. El francotirador que se esconde tras la pequeña colina está apuntando a tu frente. —¡Mátame si ello te place! ¡Pero morirás conmigo! —!No!... ¡Aaagh, maldita sea! ¿Por qué disparaste, cabeza dura? ¡Te lo advertí, mira nada más cómo quedó tu bello rostro!

52


EXISTE UN LUGAR DONDE TODO ES POSIBLE

YESSY KAN

yessykan.blogspot.com


Relatos con voz propia

ahora yo digo Beba Pihen

AHORAYODIGO.BLOGSPOT.COM


FOR EVER

BEBA PIHEN

BLOG: AHORA YO DIGO

—VINE A LA fiesta. Me sentí invitada. —¡No lo esperaba! —¡Sin rencores! ¿Feliz, relajado? Te traje una rosa. Algo caduca. No tiene sol y nadie la riega… —Esta rosa… Rosas en tus manos… Nuestros años felices… Tu silencio… ¡Has podido perdonarme! —¡Qué remedio! Por lo menos me aseguré una paz celestial. Barato, para un frasco de pastillas. Mejor que tu espantosa enfermedad. ¡¡Pobrecito!! —¡Ayyy! ¿Todavía no puedo descansar? —El Purgatorio, que le dicen... ¡Si sabré yo cómo se siente! ¡Záfate! ¡Tus culpas caducan cuando las sepultas!

55


—Es que me alteran los remordimientos, los gastos abusivos y la hipocresía... —Gruñón, egoísta. Todos lo están pasando muy bien: los bocaditos, el café, el whisky… Un servicio fúnebre impecable. ¡Eh…, parece que ya es hora! … —¡Aaaay! ¡No quiero que lo sellen! —Calma. Ya estamos en la misma órbita. Para siempre.

56


S A I C N E G UR R O M A L E D

I. HAROLINA PAYANO

BLOG: ACÉRCATE, COMPARTE, FLUYE

—QUEDAMOS A LAS cuatro, ¿por qué esa insistencia en que fuera antes? —Es que ha pasado algo importante. —¿Que pasó? —Ya saben de nuestras reuniones. —¿Y? —¿Te parece poco? Alguien nos delató. —¿Sabes lo que me cuesta buscar una excusa para vernos? —Lo sé, también a mí me cuesta mucho buscar una excusa para escabullirme. —Entonces, ¿qué haremos? —No lo sé, por eso adelanté la hora, para trazar algún plan. —Bien, lo haremos público, o nos escapamos juntos. —¿Y cómo sobreviviremos? Ya somos muy viejos.

57


—Podríamos pedirles que nos pongan en un asilo, no se opondrán, saldrían de responsabilidades. —¡Buena idea, mi amor! Le diríamos en cuál. Estaríamos juntos todos los días. Daría lo que fuera por pasar el resto de nuestra vida juntos. —¡Hecho! Busquemos alternativas... —¿Y si se oponen? —Nos escapamos y morimos juntos en cualquier lugar. —Ven, dame un beso. —Deberíamos casarnos, así nos permitirían dormir juntos. —Como eres de posesivo. ¿No te bastan todas las horas del día? —Es que de noche no puedo dormir, quiero que amanezca pronto para estar junto a ti. —Pervertido... No sé qué nos pasó de jóvenes. —No tuvimos el valor de enfrentar a nuestros padres y defender nuestro amor. —Eran otros tiempos, ellos tenían nuestras vidas comprometidas. —Tu rica, yo pobre..., tomamos caminos distintos. —No te aflijas así, quizás no nos hubiera durado tanto el amor. Gracias a esa separación, aún nos amamos mucho.

58


IDALIA HAROLINA PAYANO

ACÉRCATE COMPARTE FLUYE

a d i v o d n e i t r a p Com

pariendofelicidadautentica.blogspot.com


LIBÉRATE

BOOK TO LAND Ulises Castellano BOOKTOLAND.BLOGSPOT.COM


SOLO EN SUEÑOS

ULISES CASTELLANOS BLOG: BOOK TO LAND

—¿QUIÉN ERES? —¿Yo? —Sí, tú, esa cosa que está ahí sentada en el sillón. —No soy nadie importante. De hecho, nunca esperé que te fueras a dar cuenta de que estaba aquí —¿Es que has estado más veces en mis sueños? —Si yo te contara... No hay noche en la que no haya asistido a tus peores pesadillas ni a tus mejores fantasías. —¿Quién eres? ¡Quiero saberlo! —Soy una parte de ti. Tú sentido común, más concretamente. —Venga ya... Eso es imposible. ¿Y por qué apareces solo en mis sueños? ¿Por qué no estás presente durante el resto del día? —Porque no quieres.

61


—¿Cómo que no quiero? ¿Es que acaso importa lo que yo quiera? —Pues claro que importa, estúpido. —Entonces, según tú, ¿solo quiero que estés durante la noche? —Dicho así suena un poco raro... Pero sí, así es. Te empeñas tanto en hacer lo que te da la gana que olvidas todo aquello que eres. —¿Y quién soy? —Buena pregunta. Quizás, esa sea una de las tantas cuestiones que el ser humano nunca se atreva a averiguar de sí mismo. Probablemente por miedo... No sé... —No me has respondido. —Ni lo voy a hacer. ¿Es que acaso no sabes quién eres? ¿O es que te empeñas tanto en no ser, que te has olvidado de ti mismo? —... —Piénsalo bien. ¿Cuántas veces te has detenido a escucharte, a pensar qué es lo que quieres y resistir ese impulso animal tan malo? —... —Yo contesto por ti si lo prefieres. Ninguna, ni una sola vez. Cero. —Pero... —¡Despierta! —¿Ves? Nunca fue complicado...

62


S O J E I V S O G I AM

REBECA GONZALO

BLOG: CRÓNICAS DE LA LOCA QUE CAZABA NUBES

–VOLVEMOS A encontrarnos... –¿Me echabas de menos? No te creía tan sensiblero, siendo poli. ¿Te estás declarando? –Descuida que no. A veces se me olvida que detrás de tanta sensualidad se oculta una de las mujeres más buscadas de este país. –¡Lástima! He bajado puestos en el ránking, hasta hace no mucho era la más buscada. –Estoy aquí para prevenirte: ahí fuera hay mucha gente dispuesta a matarte. –¡Esta es buena! ¿Se trata de un gag? Estamos en antena, supongo. –Veo que no has perdido tu sentido del humor. Espero que tampoco tu ingenio. –¿De qué estás hablando? ¿Por qué debería creerte? ¿Por qué querrías ayudarme, Murphy?

63


–No siempre he llevado este uniforme. Digamos que soy un buen amigo de tu padre. –¿De ese cabrón cobarde? ¡Malditos seáis los dos! –No digas bobadas, Rachel, sabes que en el fondo él solo quería protegeros a ti y a tu madre. –A mi madre ni la menciones, ¿me oyes? Mi querido padre ni siquiera acudió al funeral: cobarde una vez más. –Lo hizo por vosotras, aunque cometió errores y aún le pesan. Así que no seas terca. Sigue mis instrucciones: en esa mochila, tras la columna, encontrarás lo necesario para huir e iniciar una nueva vida. Tengo contactos importantes que me deben grandes favores: es hora de cobrarlos. Para cualquier cosa que necesites llama a este número... Es su manera de redimirse. ¡No queda tiempo! ¿Aceptas o qué? –Trae eso, don Juan de pacotilla. Acepto.

64


¿Que n o escri ba, dec Haced ís, o qu vos con e no viv mi amo que yo a? r que y haré co o no sie n mi pl nta uma qu e no escr Lope de iba. Vega

www.xn--crnicasdelalocaquecazabanubes-w2c.com


I R E I Z N A PAOLA P

E T A L Á REG UNAS RISAS


¡VUELVO A CASA! PAOLA PANZIERI BLOG: DE AQUÍ Y DE ALLÍ

—MUEVO MAR Y montes para volver al pueblo antes del nombramiento y abrazar a mi pobre hermana, tan sola, después de una pérdida tan dolorosa y me encuentro con el Chispas en calzoncillos en medio del salón. —Ave María purísima. —¡Y tú ahí, sentada! Mamá ha fallecido hace tres meses, ¡por Dios! ¿Se puede saber qué hace el pollastre escarbando en esta casa como si de su corral se tratara? —Ese pollo vive conmigo. ¿Algún problema? —¿Problema? Estás cometiendo pecado y lo sabes. Vivir con un hombre fuera del matrimonio… ¿Y cómo que tía Segismunda no me ha escrito al respecto?

67


—La tengo comiendo en mi mano por asuntillos pasados. Y ahora cálmate, tengo que hablarte de algo importante. —¡Será de que se larga! —Va a ser de que me caso. —¡Por lo menos un atisbo de cordura en esta especie de contubernio! ¿Pero estás segura de lo que vas a hacer? ¿Te comprometes con el gaznápiro que lanzaba granos de arroz en clase? —Sin pecado concebida y déjame en paz de compromisos. —Bien, conociéndote eso es un sí. ¡Sea! Me ocuparé, pero el menda no vuelve hasta después de la boda. —No hace falta que te ocupes, no me caso por la iglesia. —¡¿Y cómo quieres que me calme?! ¡Dios mío, qué dirá la gente! Es la hermana del cura y se casa por lo civil… —¡Y con sorpresa incluida, hermano! La bomba. Y ya ves, algo bueno tiene el asunto, no hace falta que me hagas ni regalo.

68


EL ENCARGO IRENE F. GARZA BLOG: LA QUIMERA

─MERCHE, EL TELÉFONO. ─¿Qué? Ah, es que no reconozco el número. Seguro que es publicidad. ─Pero ha sonado como veinte veces, ¿y si es importante? Venga, cógelo.

─¿Diga? ─Por fin, ¡joder! ¿El trabajo está hecho? ─Perdone, de qué habla, ¿quién es? ─Pero, pero… ¿Es una mujer? ─Hasta donde yo sé, diría que sí. ─Pensé que este tipo de trabajos requería fuerza

69


bruta, sangre fría, cosa de hombres, bueno no importa, déjelo… ─¿Me está faltando el respeto? Sabe, hoy es mi día libre y estoy intentando desconectar, pero no me deja. No entiendo que le ha dado para acosarme e incordiarme con sus llamaditas, le aseguro que el almuerzo me está sentado como un tiro, por no decir que no he podido mantener una conversación decente con mi cuñada, para que también tenga que aguantar que me insulte. Esto es el colmo. ─Escuche, disculpe, es que… estoy muy nervioso, he seguido todas las instrucciones que me dio por correo electrónico, eliminar los mensajes, deshacerme de todas las pruebas que nos vinculaban y conducir sin rumbo durante horas para poder llamarla desde un número de prepago. Usted me prometió que una vez recibiera el ingreso haría el trabajo y me informaría. Eso fue anteayer, no he recibido ninguna noticia, por favor: dígamelo. ¿Lo ha hecho? ─Mire, señor. No sé de qué trabajo habla y tampoco quiero saberlo. Pero como me vuelva a llamar, le aseguro que voy directa a la policía.

70

─¿Quién era? ─Un ingenuo. ¿Quieres ir de compras?


. F E N E A R I ARZ G IMAGIN A LEE SUEÑA

laquimerablog.blogspot.com


MARTA NAVARRO

s o t n Cue s o d n u b a vag LlĂŠvatelos Contigo cuentosvagabundos.blogspot.com


MALENTENDIDO MARTA NAVARRO

BLOG: CUENTOS VAGABUNDOS

—¿ENFADADA YO? ¡Qué cosas se te ocurren! —¡Uf! ¡Qué alivio, cariño! Por un momento tuve la impresión de que lo estabas. —¡Qué dices! ¿Por qué iba a estarlo? No entiendo qué te ha hecho pensar algo semejante. —De acuerdo. Habrá sido cosa mía, entonces. —..... —Deja, deja, que te vas a cortar... Ya recojo yo todos esos cristales. —... —¡Qué barbaridad! ¿Pero cómo se te han podido caer tantos platos, todos a la vez?

73


—..... —No, no, no es un reproche, mi amor, no me mires así. Ninguna importancia, no te preocupes. Mañana mismo encargo otra vajilla. —..... —Entonces... ¿Estás segura de que no hay nada que te haya molestado? —..... —¿No quieres decírmelo? —..... —Muy bien. Aunque... francamente, cariño, creo que esta no es forma de comenzar nuestra luna de miel.

74


L E A N E SU O N O F É TEL PURI OTERO BLOG: DULCINEA DEL ATLÁNTICO

RING, RING, RING —SÍ, ¿QUIÉN ES? —Soy yo, cariño, ¿ya te levantaste? —Hace unos minutos, ¿por qué lo preguntas? ¿Vas a venir? —De momento no. —¿Tardarás mucho? —Lo que tarde en recoger la recaudación y ducharme. —Entonces te esperaré. —¿Estás vestida? — Tengo puesto el picardía. —No te cambies, espérame así, que tengo ganas de ti. —¿Y tú como vas a venir? —Yo, en coche, como siempre. —Me refería si vendrás con el traje de faena.

75


—Si tú quieres... —Sabes que me gusta verte así, me levanta la lívido. —Pero qué dirá la gente si me ve salir del coche de esta guisa. —Pues que tengo un marido cañón. —Luego no te quejes si hablan de mí las vecinas. —Ellas lo que me tienen es envidia. —Ya estoy llegando, prepárate. —Pero hombre, por favor, ¿cómo sale usted del coche así? —Mire pregúntele a mi mujer, ahí la tiene en la ventana. —¿Qué pasa cariño? —Nada, que esta señora me recrimina que venga en traje de faena. —¿Pero hombre de dios usted en qué trabaja? —Señora, yo soy boy. —¿Que es qué? —Un hombre que se dedica a los espectáculos de striptease masculinos. —¿Y ese es su uniforme? —Sí, señora —Pero si …. —Cariño, sube que me enfrío.

76


Dulcinea del Atlรกntico P U R I

O T E R O

Navega por sus RELATOS puri-dulcinea.blogspot.com


Luis Javier Rodríguez-Morán

RELATOS

EXCLUSIVOS


A I C N E PENIT JAVIER RODRÍGUEZ-MORÁN BLOG: RELATOS EXCLUSIVOS

—¡AVEMARIAPURÍSIMA! —¡Sinpecadoconcebida, hijo! ¿Bebiste? —No vengo por eso, padre. —Te escucho. —… —No seas remolón, Orestes. Hace tres meses que no te veo por aquí. Es hora ya de confesar tus pecados a nuestrosalvador. Como si yo no estuviera, no tengas vergüenza. ¡Anda, que eres el último y hay más que hacer! —Empiezo. Pero no me corte. Yo me arrodillo ¿vale? Todo de una vez. Si queda con dudas me lo dice. —¡Ay Señor! Hay mujeres que tienen el cielo ganado. La tuya es una de ellas…

79


—¡Voy! Para el segundo mandamiento, me cago en todos los santos todo seguido, del tercero ni me acuerdo y en el cuarto, no tengo padres. —Muy bien, sigue, hijo mío. ¿Sexto, séptimo, octavo, noveno y acabamos? ¿Actos impuros, codiciaste a la mujer de otros? El resto lo resumes y pasamos a la contrición y penitencia. —Como usted diga, don Herminio. Me hago pajas a diario, robo poco, no codicio nada y … ¡maté a Mariateresa! —¡¿Qué dices?! —¡Manuelas, robos, codicias, todo eso ¿eh?! ¡Y maté a Mariateresa! —¿Mataste a tu mujer?… —… —¡Orestes! ¿Qué haces con el mechero? ¿Qué estás sacando…? —Cartuchos de dinamita. Tienes miedo ¿eh? No la maté, no. Morirá cuando se entere de esto, porque es mi mujer, solo mía. Ni tuya ni de nadie. Ni de ella siquiera. —¡Estás loco, cabrón! —¿Ahora lloras, venerado confesor? ¡Uyyuyuy, qué penita! Verás, hijodeputa, tú das la absolución, yo doy la penitencia. ¿Te parece? Lo que dure la mecha y ¡fin del romance!

80


MIRELLA S.

EL ECO

BLOG: PALABRAS COMO PÁJAROS —¿A DÓNDE vamos? —A las Cumbres Serenas. —¿Para qué? —Quiero escuchar el eco. —¿Y eso? —Nacho, si no querés, no vengas. —Te acompaño, pero explícame lo del eco. —Mi abuelo me dijo que cuando necesitara hacer una pregunta viniera hasta las Cumbres y recibiría una respuesta. No pongas esa cara, me lo pidió muchas veces y el abuelo no mentía. —Te lo dijo cuando eras un nene. Ahora tenés catorce años, boludo. —Me lo recordó justo el día antes de morir y aclaró que él iba a ser la voz del eco. —Perdoname que me ría, no puedo entender que creas en eso. —Con probar no pierdo nada.

81


—¿Cuál es la pregunta? —Es sobre mi madre. —Todavía no lo superaste, ya pasaron cuatro años. —Así pasen cien, tengo que saber por qué se fue. Al abuelo no le pude preguntar, murió al poco tiempo. Su partida le quebró el corazón. —¿Y a tu viejo? —Larga solo veneno. —Llegamos. ¿Y ahora? —Debo formular la pregunta correctamente, esa es la clave, recalcaba el abuelo. Primero saludo: ¡Hola! —… ooolaaaaa… aaa… aa… —¡Boludo, cómo resuena! —Hace frío y me transpiran las manos. —Tranqui, ¿ya la pensaste? —Son dos preguntas. —¡Dale! —Abu, ¿mi madre me quería? —… queeeeriaaaa…aaa… aa… —¡Contestó que sí, Nacho! —No quedó claro. Si el que contesta es tu abuelo tendría que haber dicho «te quería». —Quizás escuchamos mal. Se levantó viento. —Hacé la otra. —Abu, ¿mamá volverá? —… maaamaaaa… nooo… volveeeeeraaaaaa… aaa… aa…

82


MIRELLA S

VOLARĂ S CON SUS LETRAS palabrascomopajaros.blogspot.com


JUANA MEDINA

FICCIÓN

La receta de los sueños

juanamedinaficcion.blogspot.com


S O S Í A PAR S O D I D R PE JUANA MEDINA

BLOG: FICCION

—¡UF, DÍA FATAL en Estación Espacial! —Hola. —¿Por qué llorás? —Está muy mal. —Contame. —Quiere irse al espacio en un cohete individual. —Nosotros nos conformábamos con un auto y una botella de whisky. —No, dice que quiere ir a otra esfera del tiempo donde no hay referencias, todo es igual, no hay nadie, entonces uno puede ver venir la muerte. Saborearla dijo, ¿te das cuenta? —¿Saborearla? ¡Está loco o drogado! —No, justamente, no quiere repetir lo que hacen

85


sus amigos. Dice que no sirve para nada, que van más allá de la sensación y después se olvidan y terminan sin sentir ni reconocer nada. Y de los adultos dice que preferimos morir distraídos. Él quiere estar presente. —Es la adolescencia. Se le pasará. Nadie quiere estar tan presente. Habrá que ver de darle algunas vacaciones en las que pueda conocer otra gente, otros modos de vida. —¡Ojalá! —Y yo tan orgulloso de un hijo brillante siguiendo la carrera espacial…. Hablaré a Houston, le pediré a Jerry que lo incluya en un viaje de turismo a Júpiter, por ejemplo. —¿Y los afectos? No volverá, nos olvidará o estaremos muertos. —Al contrario, se aferrará a nuestro recuerdo. Creció, busca su lugar. Seremos su paraíso perdido. Todos tenemos alguno. —¿Te das cuenta de lo que decís? ¿Qué hicimos? Algo tenemos que ver. También giramos en esferas distintas. Si al menos se dejara abrazar… —Bueno, ya basta. Me cansé. Mejor, vayamos a comer afuera. —¡Ahh! ¡Mirá! Ese cuerpo que cae, ¿no es…?

86


UNA DIGE STIÓ N PESA DA DAVID SERRANO

BLOG: BAJO MI EMBARCADERO

—¿TE PASA ALGO? No tienes buena cara… —No me encuentro muy bien. He elegido mal la comida de hoy y me siento pesado. La verdad es que tenía buena pinta y estaba a la temperatura que me gusta, pero cuando he empezado a saborear la he notado demasiado grasienta. Toda esa apariencia saludable se ha ido al traste con el primer sorbo. —Ostia, qué mala suerte. ¿Mucha cantidad? —¡Qué va! Si no era muy grande, ya te digo que parecía del tamaño adecuado, pero me ha caído en el estómago a plomo. No pinta bien, no le auguro un futuro muy halagüeño. —Pues yo lo he clavado. Tal vez no aparentaba ser muy apetecible, pero era de la mejor calidad.

87


Además, tenía ese puntito de dulzor que, aunque esté por encima de lo recomendable, te da el subidón necesario para cargar pilas y salir volando. —¡Bicho malo afortunado! En este país de frituras y carne roja lo normal es encontrar alguien con colesterol no un 0+… ¡y encima con hipergleucemia! —Lo sé, hoy he tenido muuuuucha suerte. Voy a completar el buen día haciendo la digestión durante una siestecita a la sombra, junto al estanque del jardín. ¡Me voy zumbando!

88


BAJO MI

EMBARCADERO D A V I D

S E R R A N O

Escribiendo el silencio dsr77.blogspot.com


CAFÉ LITERATO BEATRIZ VÉLEZ

EL CAFÉ, MEJOR CON RELATOS cafeliterato.blog


S

A Í U EQ

BEATRIZ VÉLEZ BLOG: CAFÉ LITERATO

—HAY QUE VER la racha de sequía que llevamos, Manolo. —¿Tú también con el rollo del cambio climático? Desde luego… no esperaba que alguien como tú, adicta a la laca se preocupara por algo así. —No me entiendes, Manolo. Yo no te estoy hablando de ningún cambio climático, te hablo de sequía. —Claro, porque eso no tiene nada que ver con los calentamientos de los polos… ¡Venga ya, Paca! —Vamos a ver, Manolo… yo creo que o eres tonto o eres sordo. —¡Sin insultar, Paca!

91


—Mira, de verdad, no puedo contigo. ¿Ni las velas ni el vino ni el picardías te dan una pista, Manolo? —Pero, ¿tú te has mirado al espejo, Paca? ¿Qué picardías? Si ahora mismo eres una morcilla de Burgos. —¡Serás desgraciado! Mira, ni cambio climático ni «cambia climática…» ¡Al sofá! Que ya lo ha dicho el hombre del tiempo, se prevé fuerte marejada, pero no que se acabe la sequía.

92


O D N A L ¿HAB SE E D N E I T EN ? E T N E LA G ROSA BERROS

BLOG: CUÉNTAME UNA HISTORIA

—PROFE, YO NO lo entiendo. —¿Qué es lo que no entiendes? —Nada. —Vamos a ver, Juan, algo entenderás. ¿Cómo no vas a entender nada? —Yo tampoco lo entiendo profe. —A ver Ana, ¿tú entiendes algo o tampoco entiendes nada? —Yo, casi nada, profe. —A ver lo vuelvo a explicar, pero estad atentos. Si la luna sale... —Profe, ¿puedo ir al baño? —Lourdes, por favor, quedan diez minutos para que suene el timbre, ¿no puedes esperar?

93


—Que no, profe que no puedo, que es muy urgente. —Anda vete. ¿En qué estábamos? —Nos ibas a explicar lo de la Luna. —Ah, sí. Bueno pues decía que si la Luna... ¡¿De quién es ese estuche?! —Es mío, profe. —Pues lo coges y te vas a Jefatura de Estudios y cuentas lo que hay. —¡Pero que yo no lo he tirado! Ha sido Lucas. —¿Y por qué tenía Lucas tu estuche? —Porque me lo quitó en el recreo. —¿Y por qué te lo lanza ahora desde el otro extremo de la clase? —Porque se lo he pedido. —¿Y no se lo podías haber pedido al principio? —Es que quiero copiar lo de la Luna porque yo tampoco lo entiendo. —Mira, Juan, ¿a ti te parece... —Profe, ¿lo de la Luna entra en el examen? —Sí, Laura, sí, entra en el examen. —¿Y no lo vas a volver a explicar? —Sí, claro. Si la Luna... —Profe, más despacio que no me pinta el boli.

94


ROSA BERROS

Cuéntame UNA HISTORIA

Pura LITERATURA elblogdelafabula.blogspot.com


DESCUBRE A

M. A. ÁLVAREZ

auxilili.blogspot.com


ยกPREPร RATE A PASARLO DE MIEDO!

ESPECIAL HALLOWEEN RELATOS ESCRITOS A CUATRO MANOS


Cuenta la leyenda que, en la noche de Halloween, ocho escritores se reunieron en este castillo... Al dĂ­a siguiente solo se encontraron dos relatos. ÂżTe atreves a leerlos?


Estrella Amaranto M. A. Álvarez

Puri Otero Yessy Kan

ada vez que cambio de casa me cuesta más conciliar el sueño, es como si tuviera un alarmante presentimiento de que algo terrible va a sucederme y así noche tras noche sufro espantosas pesadillas...

Escuché el timbre del teléfono del salón. Descolgué el auricular sin oír a nadie al otro lado de la línea, entonces interrogué: «¿Hay alguien ahí?», sin obtener ninguna reacción; dejé pasar

99


unos segundos hasta que colgué y me mantuve pensativa mirando el aparato, después me fui al estudio para seguir leyendo. No pasó mucho tiempo cuando volvió a sonar y lo cogí. Nuevamente no oí nada, aunque insistí: «Díga-me, sí...» mas no hubo respuesta, cortándose de nuevo la comunicación, con lo que pensé que serían fallos técnicos. Justo en el momento de entrar otra vez al cuarto se repitió la misma llamada, por lo que pregunté si me escuchaba y por fin esta vez percibí un extraño goteo, cloc, cloc... Repetí de nuevo: «¿Quién eres?», sin embargo, seguía sin contestación. Aquel mutismo me hizo retroceder y soltar el receptor. Entre tanto desconcierto, decidí irme al baño a refrescar la cara, no obstante, al acceder me quedé petrificada al contemplar a mis hermanos degollados dentro de la bañera y con el grifo abierto... Recorrí toda la casa buscando al asesino, pero no había nadie más que yo y las pastillas que el psiquiatra me recetó encima de mi mesita de noche.

100


Caminaba entre las tumbas de aquel derruido cementerio y entre unos matorrales pude ver unos esqueletos en procesión cuando alguien me empujó y caí dentro de una de ellas. Me levanté y para mi sorpresa un largo sendero me invitaba a caminar bajo tierra. Caminé largo rato y al final del camino un ser abominable con un gran ojo en la frente me estaba esperando. Quise dar la vuelta y escapar pero una sustancia gelatinosa me tenía atrapada. Quise gritar pero mi boca no conseguía articular palabra y enmudecí mientras con sus garras me atrapaba. Desde lejos unas voces le asustaron y me soltó. Corrí sin mirar atrás, hasta que las fuerzas me abandonaron. Gire mi cabeza y vi cómo se acercaba a grandes pasos una vez más, mientras una voz de ultratumba me decía: —¡No conseguirás escapar, ríndete y todo se acabará! —¿Qué quiere de mí? —Tu corazón, ja ja ja —respondió entre carcajadas.

101


Recuperé las fuerzas y volví a correr, pero esta vez no conseguí escapar y sentí sus garras abrazando mi cuerpo. —¡¡¡Déjame fiera inmunda!! —grité entre sollozos. Pero él seguía abrazándome fuertemente hasta que perdí el sentido y desperté. —¿Qué sucede cariño? —Otra pesadilla.

Me fui desvaneciendo hasta fluir en el líquido onírico, donde me encontré con el rey de las tinieblas. Él me miró fijamente. —No deberías haber venido aquí —me anunció Belcebú. La horrible faz siniestra desplegó sus enormes fauces de piraña y me escupió un vaho podrido. Me pellizque la mejilla, pero mi piel estaba tan congelada que no sentí nada. Salté y corrí desesperada. Pero de un zarpazo con su lengua larga me atrapó. —¡Aquí está! ¡La tenemos! —le escuche decir, con sus manos largas y podridas me agarró por

102


el cuello y me llevó a rastras por las inmensas gradas del abismo. Me recibieron unos diminutos seres flotando y aleteando a mi alrededor y que repetían sin cansancio: —¿Por qué no dejas en paz a los muertos? ¡Agh! Los huesos de mi frágil cuerpo presionaron mi pecho y escupí sangre. ¡Llagas y ampollas comenzaron a roer mi piel! Lentamente sentí que algo iba extrayendo el flujo vital que me mantenía viva. Un grito aterrador escapó de mi garganta, lo tenía delante, sin poder esquivar su voracidad. Solos él y yo, en su terreno, violando sus dominios. —¿Has estado alguna vez cerca de la muerte? —me preguntó, tras soltar una carcajada gutural.

Subí en mi coche poco antes del amanecer. Lo puse en marcha. Salí del aparcamiento. Activé la radio. Estaban emitiendo una agradable melodía. Conduje hasta la avenida principal y cuando vislumbré que el semáforo se puso en rojo, pisé el freno. No obstante, palidecí de terror al comprobar que el coche seguía en marcha y que el freno no funcionaba. Atemorizada, lo pisé una y

103


otra vez, pero el coche traspasó el semáforo en rojo. Quise controlar el volante, sin embargo, mis manos no eran capaces de dirigirlo hacia donde deseaba. El coche recorría las calles, habiendo yo perdido totalmente el control sobre él. La música se volvía más estridente y chirriante, mas no podía apagarla. La gente me pedía que parase, otros vehículos me esquivaban y tocaban el claxon. Llegué hasta una cuesta alta y con una gran pendiente y cuando el coche alcanzó la cima, se detuvo. Respiré aliviada, pero me sobresalté cuando mi vehículo comenzó a descender por la cuesta marcha atrás. Una vez más, era incapaz de detenerlo. Entonces, creí ver algo en el espejo retrovisor: un rostro de ojos espantosos me observaba con insistencia desde el asiento trasero. Emitió un grito horrendo. Desperté muy angustiada. Al quinto día me levanté sobresaltada y con una fuerte opresión en mi pecho, por lo que decidí pedir una cita con mi psiquiatra, él me trataba después de que el incendio provocara la muerte de toda mi familia. Cuando entré en la consulta me asusté al ver un teléfono igual al que había aparecido en mi

104


primer sueño y fotos de tumbas vacías y del diablo por todas partes. —¿Qué haces aquí? —Necesito su ayuda. El psiquiatra cerró la puerta y me hizo señas para que me acomodara en un diván. Los labios se le curvaron en un amago de sonrisa y se rascó la cabeza. —Recuerdo perfectamente esta habitación… —dije, hilvanando la conversación. Hacía mucho tiempo que no acudía allí. Él me miraba fijamente, pero yo no me atrevía a confesarle que no importó todo lo que me aconsejó el anterior doctor. No pude evitar el fuerte impulso de encender la cerilla…

105


S I E S C R I B E S T U B L O G . . .

Y

P U B L I C A S

C O N C U R S O

M รก s

L I T E R A R I O

i n f o r m a c i รณ n

E N

M E N S U A L

e n :

concursoeltinterodeoro.blogspot.com


beba pihen David Serrano

REBECA GONZALO pEPE DE LA TORRE

sta noche es Nochebuena, suena en la radio en una sucesión de villancicos. «Ya lo sé», piensa Olga, un ama de casa ya entrada en años. «Por algo estoy trabajando a destajo», continúa con esos pensamientos mientras monda, pica, ralla, empana y echa a la olla el pulpo. «Navidades eran las de antes; familia, alegrías, sorpresas y sueños, pero ahora... Tres hijos, ocho nietos y yo aquí, sola. Aparecerán es-

107


ta noche para arrasar con lo que llevo todo el día cocinando y volverán a marcharse dejando la casa vacía. ¡Feliz Navidad!». Cierra la olla a presión y la coloca sobre los fogones encendidos. «Menos mal que este trasto sirve para algo. ¡Otro romántico regalito de David! Debí mandarle a paseo aquel día del carrusel». Bajo el grifo, llena un recipiente hondo. Reduce el fuego y rezonga agotada hasta la sala. Sobre la mesita del centro le aguardan un neceser y una caja de comprimidos. Se toma dos y se dispone a relajarse; es el momento de ahuyentar los problemas. De repente, percibe unos sollozos lejanos. Se queda quieta e intenta escuchar mejor; no son sollozos, sino el agua de la olla llegando al punto de ebullición. «Debe de haber sido mi imaginación», piensa, y continúa a lo suyo: relax, nada de preocupaciones y agua tibia, aunque en esa ocasión el agua parece un poco más caliente de lo habitual. No le da importancia, piensa que es complicado desconectar del todo y más con ese extraño sonido que parece volver a sonar de fondo, así que intenta aguantar hasta que su cuerpo se habitúe a la temperatura del recipien-

108


te. Le cuesta. Algo no va como tiene que ir y el ruido empieza a ser muy molesto. Tiene la sensación de que el agua cada vez quema más: los pies empiezan a escocerle, un dolor que sube por sus piernas y se traslada a todo el cuerpo… Abre los ojos sobresaltada y no identifica la estancia. Ni siquiera las paredes blancas, que adivina tras el denso vapor, le son familiares. Olga pugna por salir del hervidero en que se halla sumergida, a pesar de sus músculos aturdidos por la alta temperatura. Pero las ventosas de unos enormes tentáculos se adhieren a ella y la arrastran hacia el fondo una y otra vez, mientras el nivel del agua caliente no deja de ascender. A ese ritmo pronto se ahogará. Asustada, intenta librarse de su captor, pero a cada nuevo intento comprueba horrorizada como su piel se separa de su cuerpo dejando su carne desprotegida ante nuevos ataques que no dejan de sucederse. Trata de pedir auxilio, pero de su garganta no emana otra cosa que no sean lamentos sordos. Respira con dificultad. Tras cada nueva inmersión apenas le da tiempo a recuperar el aliento. Solloza impotente.

109


Piensa que nada tiene sentido, que no aguantará consciente mucho más, hasta que una risotada le saca de su estupor. Un instante después, unos pasos se acercan a la pared que tiene delante. Allí una mano putrefacta escribe con pintalabios rojo: «¡Feliz navidad, Olga!» No entiende nada. —¿Quién eres? —grita a la aparición. —¿No me reconoces? —Una joven de no más de veinte años le dedica una mirada burlona consciente de que la reconocerá. «No puede ser», piensa Olga. Ha vuelto. Creía que se había librado de ella de una vez por todas, pero ahí está de nuevo: la inconfundible letra de Sonia ensuciando una pared que vira hacia un gris sucio a medida que el mensaje se transforma en sangre que resbala. Con el ruido de fondo siente como los tentáculos dejan paso a cientos de algas verdes que empiezan a subirle por las piernas, y a enredársele por el cuerpo, arrastrándola hacia un fondo cada vez más oscuro. El agua está helada. «Sonia...», piensa bajo el agua, «Todas las confidencias, todas las tardes de pipas y bancos, las notas que nos pasábamos en clase… Todo

110


mentira. Solo me querías por interés, para acercarte a David. ¡Y todavía tuviste la desfachatez de negarlo a pesar de haberos descubierto en aquel maldito carrusel del muelle…! ¡Malditos seáis, tú y el malnacido de mi exmarido!». La música del viejo carrusel comienza a retumbar en su cabeza y las algas llegan a su cuello presionando sin piedad. Olga se recuerda cabalgando un enorme caballo de madera mientras sus padres, orgullosos, la observan felices saludándola a cada vuelta. El carrusel gira cada vez más rápido y la niebla comienza a disiparse. Las algas se transforman en un verde prado de hierba que su caballo mordisquea entre las carcajadas de la pequeña Olga que ríe feliz. Despierta sobresaltada al escuchar el pitido de la olla que suena en la cocina por encima de los villancicos. Vuelve a estar sola en casa. Sus ropas están empapadas y alrededor de sus pies, que reposan en un barreño de agua fría, unas extrañas marcas que suben por sus piernas comienzan a desaparecer. Mira las pastillas que descansan sobre la mesa.

111


—Esta mierda no ha funcionado... —dice con la caja en la mano. Se levanta, regresa a la cocina y mira la olla—. Este año ha sido a través de este cacharro. No hay manera. Ella siempre encuentra la forma de volver para felicitarle las navidades a su modo.

112


ue f c i m ó c Este s a l e d a n ru o p o d a z i guion s de a r o t i r c s e mejores XX. . s l e d a gr e n a l e v o n fue? n é i u q s ¿Adivina


¡PARTICIPA EN EL CONCURSO DE RELATOS! A p

t

d

1 d

D i

b

d

2019

XVII EDICIÓN

EXTRAÑOS EN UN TREN DE PATRICIA HIGHSMITH

UN RELATO DE 900 PALABRAS PUBLÍCALO EN TU BLOG ENTRE EL 1 /12/19 HASTA EL 31/12/19

Como requisito temático basta que cumpla con uno de estos tres: Un relato de género negro Que en el mismo se mencione con sentido la novela Extraños en un tren o la autora, Patricia Highsmith.

Que la historia transcurra en un tren.

concursoeltinterodeoro.blogspot.com


¡EL NUEVO LIBRO DE EL TINTERO DE ORO!

La segunda Antología LA GUINDA DE LA SEGUNDA TEMPORADA DEL CONCURSO LITERARIO MENSUAL CON LOS 45 RELATOS SELECCIONADOS

COMING SOON

15/12/2019


EN EL PRÓXIMO NÚMERO

LA A S I R N SO


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.